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Biografía de Nichiren Daishonin

Nichiren (1222-1282), el sacerdote que estableció la forma de budismo practicada por los miembros de la
SGI, es una figura extraordinaria dentro de la historia social y religiosa del Japón. En una sociedad donde
lo frecuente era que se colocara un gran énfasis en mantener ocultos los conflictos, Nichiren era directo
en sus críticas a las escuelas budistas y las autoridades seculares establecidas. Su método de
propagación elegido fue el “shakubuku” –una dialéctica aguda e implacable entre las diferentes
perspectivas, en busca de la verdad. La valoración ofrecida por Uchimura Kanzo, el renombrado pensador
y escritor cristiano japonés, en su obra “Hombres representativos del Japón”, expresa la ambivalente
reacción que Nichiren continúa provocando: “Nuestro ideal religioso sería Nichiren, sacándole su rasgo
combatiente”.
Si bien Nichiren demostró una postura severamente crítica hacia lo que él consideraba una distorsión o
corrupción del mensaje esencial del budismo, sus cartas de orientación y aliento a sus seguidores
registran una tierna preocupación por las personas que eran despreciadas dentro de la sociedad medieval
japonesa. Por ejemplo, escribió muchas cartas a creyentes laicas a las que expresaba una notable
comprensión de sus sufrimientos, recalcándoles el mensaje del Sutra del loto de que todas las personas
pueden iluminarse tal como son, fuesen hombres o mujeres.
La empatía de Nichiren por los oprimidos de la sociedad tiene relación con las circunstancias de su
nacimiento. Su padre fue un pescador de la región costera ubicada al este de lo que ahora es Tokio.
Como tal, Nichiren se identificaba a sí mismo como “el hijo de una familia chandala [la casta de los
intocables, la más baja de todas]”. La vida en el Japón feudal era dura y brutal, especialmente para las
masas que se hallaban al fondo de la estricta jerarquía social. El haber experimentado de primera mano la
miseria de la gente común, llevó a Nichiren desde temprana edad a sentirse impulsado por el poderoso
deseo de encontrar un camino para resolver el problema del sufrimiento humano.
Lo que sabemos de la vida y el pensamiento de Nichiren nos llega principalmente a través de sus
voluminosos escritos. Además de sus importantes tratados sobre temas doctrinales, Nichiren escribió
varios cientos de cartas dirigidas a sus seguidores. Algunos de sus escritos más importantes fueron
hechos bajo circunstancias extremas –en el exilio, por ejemplo, en una isla azotada por la nieve al norte
del Japón.
El anuncio de las enseñanzas

Cuando Nichiren tenía 12 años, en un templo cercano a su tierra natal, comenzó a estudiar las
enseñanzas de las principales escuelas budistas de la época. Allí oró, con un deseo firme, jurando
convertirse, según sus propias palabras, “en el hombre más sabio del Japón”. En respuesta a su oración,
escribe Nichiren, se le concedió una “gran joya” de sabiduría.
El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, ha señalado que la sabiduría que podemos liberar desde el
interior es proporcional a nuestro sentido de responsabilidad. El joven Nichiren se sentía impulsado por un
ardiente sentido de responsabilidad para aliviar la enorme miseria que veía a su alrededor, y esto fue lo
que le hizo posible comprender la naturaleza esencial de la vida humana y la realidad.
Nichiren comenzó un estudio exhaustivo de gran cantidad de enseñanzas y sutras budistas que, a
menudo, se contradecían. Desde los 16 hasta los 32 años, Nichiren viajó por Kamakura y Kioto, visitando
los principales centros del budismo y estudiando el enorme caudal de sutras, tratados y comentarios que
encontró. La conclusión a la que llegó fue que el corazón de la iluminación de Shakyamuni se encuentra
en el Sutra del loto y que el principio o la Ley a la que se iluminan todos los budas, está expresado en la
frase “Nam-myoho-renge-kyo”, es decir, en el título, o daimoku, de ese sutra.
Al mismo tiempo, Nichiren comprendió claramente que para promover la fe en el Sutra del loto como
único vehículo para la iluminación, tendría que hacer una crítica pública a las escuelas de budismo
existentes, muchas de las cuales enseñaban que el acceso a la Tierra del Buda sólo era posible después
de la muerte. Mientras que Nichiren defendía la utilización de la práctica budista para desafiar las propias
circunstancias y desarrollar el poder interior, las escuelas tradicionales alentaban a la resignación y la
pasividad. Se podía anticipar una fuerte reacción, y Nichiren escribe acerca de su propia lucha interior
sobre el dilema de si debía hablar o no.
Persecución

Decidiendo que permanecer en silencio sería una falta de misericordia, el 28º día del cuarto mes (según el
calendario lunar) de 1253, Nichiren hizo una declaración pública de sus creencias. Tal como se esperaba,
la insistencia de Nichiren en cuanto a que la máxima eficacia en las enseñanzas se hallaba en el Sutra del
loto –cuyo principio esencial es que todas las personas son, en realidad, Budas– fue recibida con
incredulidad y agresión. El administrador de la región, un devoto seguidor de la escuela Tierra Pura, tomó
medidas para hacer arrestar a Nichiren, cuya vida, a partir de entonces, fue objeto de una serie de
hostigamientos, persecuciones y maltratos.
Una de las razones para que esto ocurriera fue que, para las autoridades, la inflexible insistencia de
Nichiren respecto a la igualdad de todas las personas era una amenaza directa a la estructura de poder
vigente, la misma que discriminaba injustamente a la mayoría empobrecida. Las escuelas budistas
establecidas habían sido incorporadas a esta estructura, proporcionando un medio efectivo para que las
autoridades feudales fortalecieran y extendieran su poder sobre la población. Los sacerdotes de estas
escuelas, ocupaban una posición privilegiada dentro de la jerarquía social, y estaban profundamente
implicados en este sistema explotador. No tenían razones para desafiar el status quo. Éste fue otro de los
motivos por los que Nichiren pudo atraer un considerable número de seguidores, a pesar del riesgo que
implicaba serle fiel.
El Sutra del loto predice que quienes intenten propagar sus enseñanzas en la corrupta era del Último Día
encontrarán severas pruebas. Nichiren interpretó las persecuciones que le acaecieron como evidencia de
que estaba cumpliendo su misión en la vida.
1260, tras una serie de devastadores desastres naturales, Nichiren escribió su tratado más famoso, el
Rissho ankoku ron (Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra).
En este escrito, desarrolló la idea de que sólo reviviendo un espíritu de reverencia hacia la profunda
inviolabilidad y perfectibilidad de la vida humana mediante la fe en el Sutra del loto se podría restaurar un
orden verdaderamente pacífico e impedir mayores desastres. Él presentó este tratado a las más altas
autoridades políticas del Japón y los instó a que auspiciaran un debate público con representantes de
otras escuelas budistas. El llamado a debate público –que Nichiren repitió a lo largo de su vida– fue
ignorado, y Nichiren fue desterrado a la península de Izu.
Los años que siguieron trajeron consigo otro destierro y la crisis decisiva de su vida –un intento por
ejecutarlo en la playa de Tatsunokuchi. Según su propia explicación, momentos antes de que la espada
del verdugo cayera, un objeto luminoso –tal vez un meteoro– atravesó el cielo con tal esplendor que los
aterrorizados oficiales suspendieron la ejecución. Nichiren fue desterrado a la isla de Sado donde, en
medio de privaciones extremas, continuó haciendo conversos y escribiendo tratados y cartas.
En parte debido a que se habían cumplido las predicciones que había hecho en el Rissho ankoku ron,
después de casi dos años y medio de exilio en Sado, Nichiren fue perdonado. Entonces retornó al centro
político de Kamakura. Se dice que allí se negó a aceptar un templo y un patrocinio oficial que le ofrecieron
a cambio de que desistiera de sus críticas a las otras escuelas budistas. Posteriormente, Nichiren se retiró
al monte Minobu. Allí escribió en abundancia y se dedicó a entrenar a sus sucesores.
Transmisión

Durante este período, el sacerdote Nikko, quien había acompañado a Nichiren a lo largo de su tumultuosa
vida y llegaría a ser el heredero de sus enseñanzas, estaba ganando conversos en el pueblo cercano a la
aldea de Atsuhara. Enfadados por esto, los sacerdotes de un templo de la escuela Tendai del área,
comenzaron a hostigar a los seguidores y provocaron que un grupo de samuráis perpetraran un ataque
contra campesinos conversos desarmados, y para que éstos fueran arrestados bajo falsos cargos de
robo. Fue así como, en 1279, veinte campesinos fueron arrestados y torturados. Tres fueron ejecutados.
Las primeras persecuciones habían estado dirigidas al propio Nichiren, pero esta vez las víctimas eran
creyentes. A pesar de su falta de conocimientos teóricos profundos sobre la fe que recientemente habían
abrazado, estos seguidores campesinos se mantuvieron firmes ante tan contundente amenaza. Para
Nichiren, esto señalaba un momento decisivo, y lo llevó a convencerse de que sus enseñanzas serían
mantenidas y practicadas después de su propia muerte. Hasta la fecha, Nichiren había inscrito mandalas
sagrados (Gohonzon) para creyentes individuales, pero ahora inscribiría el mandala explícitamente
dedicado a la felicidad e iluminación de toda la humanidad. Esto simbolizó el establecimiento del budismo
de Nichiren como fe universal.
Nichiren murió de vejez tres años después, habiendo completado su misión. La transmisión de sus
enseñanzas y el cumplimiento de esta visión de paz basada en el respeto por la absoluta inviolabilidad de
la vida es la principal inspiración de los miembros de la SGI de todo el mundo.

[Cortesía de la revista SGI Quarterly, edición de octubre de 2004.]

Fuente Revista Soka Gakkai de España –Budismo-Biografia de Nichiren Daishonin.

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