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Entrevista a Catherine L’Ecuyer, autora de Educar en el asombro

“Los niños son


una oportunidad
cotidiana
para volver a
asombrarnos”
Su mirada sobre la infancia nos interesó, y quisimos conversar
con ella. No sólo sobre cómo preservar la curiosidad y el asombro
propio de los niños, sino también sobre cómo recuperar nuestra
propia capacidad de maravillarnos. por Anna Ortiz
fotografías de Regino Hillera
Vamos a empezar preguntando qué do les respondemos, cerramos el según la encuesta, era: “¡Mira,
entiendes por asombro, y por qué consi- círculo, en lugar de abrirlo: nece- mamá!” Así es: se asombran en
deras que es innato en el ser humano. sitan poner en marcha su curiosi- compañía de la persona querida,
Cuando un niño pequeño pre- dad y sus preguntas, no recibirlo to- y podemos hacer mucho para alen-
gunta por qué el sol no es azul, do masticado en respuestas simples tarlo: respetar sus preguntas, sus
o por qué no llueve hacia arri- y concretas. ritmos, su necesidad de tiempo, de
ba, en general no está interesado observación, de silencio.
en encontrar una respuesta, ni Y, los adultos, ¿tenemos el poder de
está cuestionando el orden esta- apagar o de alentar este asombro? ¿Qué es la sobrestimulación?
blecido; se está asombrando ante Por supuesto. Lo llevan en sí mis- Es dar al niño o niña, de afuera
una realidad que es, pero podría mos pero ni se asombran solos para adentro, lo que no necesi-
no ser. Este asombro es el deseo ni se educan solos. Lo habitual es ta. Durante años, hemos creído
del conocimiento, y el motor para que compartan sus preguntas con que la sobreestimulación era
descubrir el mundo. nosotros, en voz alta. En una necesaria para formar niños inte-
encuesta para La Vanguardia, pre- ligentes. La estimulación tempra-
Y si no espera respuesta, ¿por qué lo guntaron cuál era la frase que más na o precoz está fundamentada en
formula en voz alta, ante un adulto? se oye en los parques de Barcelo- este paradigma: el niño es un ente
Porque cuando se asombran, nece- na. Cuando lo pregunto en algu- movido desde afuera, con unos
sitan hacerlo acompañados de una nas charlas me suelen decir: hitos por cumplir, y cuando no
persona que les quiere: así, ellos “Vámonos...”. Bueno, ¡ésa debe de se cumplen, realizamos actividades
triangulan entre el mundo y la per- ser la segunda! Pero la primera, para normalizar al niño. Hoy sabe-
sona que les acompaña. Pero cuan-

“Hoy sabemos que es tan nocivo el exceso


de estímulo como la carencia de estímulo.”
ENTREVISTA 21
Regino Hillera

mos que es tan nocivo el exceso Se encuentra en algo que los ame- Es algo que tenemos, pero hemos
de estímulo como la carencia de ricanos nombran como sensitivity, perdido al ritmo de un mundo ace-
estímulo. La neurociencia ya afir- que vendría a ser “sensibilidad”, aun- lerado e hiperexigente. En los
ma claramente que los niños y que no tenemos una traducción exac- estantes de crianza o educación de
niñas tienen en sí mismos lo nece- ta del sentido de este término. Sería las librerías, los títulos empiezan
sario y suficiente para el descubri- la intuición para satisfacer las nece- con...: 10 claves para…; Cómo
miento y el aprendizaje. sidades del niño pequeño en cada lograr...; Un método para... Y los
momento, viendo lo que necesita. No compramos porque tenemos poco
Hablas de la saturación de los senti- nos referimos a sus caprichos, sino tiempo y buscamos las recetas fáci-
dos: no sólo de irritabilidad o impa- a lo que pide su naturaleza: sus tiem- les, pero para criar y educar, no hay
ciencia, sino del ahogo de esa in- pos, su orden interior, su inocencia, recetas. Además, las recetas educa-
genuidad necesaria para maravillarse. su sed de silencios. Esta sensibilidad tivas se enfocan sobre el cómo, pero
Si el asombro es el deseo de cono- hace que la relación entre el niño no sobre los porqués y los para qué.
cer, cuando saturamos, bloqueamos y su cuidadora o cuidador sea bue- Necesitamos preguntarnos por los
ese deseo, que es imprescindible na y segura. ¡Esto marca la diferen- fines y los motivos, por ejemplo
para jugar, para crear, para cual- cia: no la cantidad de estímulos que sobre por qué no nos escucha o no
quier cosa que deban hacer desde recibe, sino la calidad de la relación nos obedece un niño. No se trata
dentro. Hoy en día, algunos niños con su principal cuidadora! de practicar cómo ser mejores en
y niñas están a la espera de que mandar: quizá no nos escucha por-
les entretengamos, les divirtamos Esta intución, ¿la tenemos todas las que está agotado, o hay tanto rui-
y les empujemos desde afuera. madres y padres?, ¿se pierde, se do que ni puede oírnos. Hay que ir
aprende? Porque afirmas que somos a la raíz.
Pero si vivimos en una gran ciudad, víctimas de la industria del conse- Los métodos, por lo general, no sir-
con transportes masificados, una in- jo educativo... ven porque las personas no somos
dustria cultural y de ocio hiperes-
timulante..., ¿podemos abstraernos
de eso? Y, si lo hacemos, ¿no ter-
minamos en una burbuja?
Bueno, los niños saben lo que dese-
an, pero no lo que necesitan, eso
lo manifiesta su naturaleza. No
saben que no se pueden tragar una
pieza de juguete, ni comerse un
pastel entero. Debemos actuar
como filtro, pero no para excluir-
los del mundo, sino para buscar
alternativas que les respeten, que
no quemen etapas.
D. Christakis, un experto en el efec- Catherine L’Ecuyer se dedica a la investigación sobre los
to pantalla, habla también del efec- procesos de aprendizaje y la influencia del asombro en el
to desplazamiento: hay muchas desarrollo, con el proyecto Apego-Asombro y la publicación
cosas que no son malas en sí mis- de Educar en el asombro (Plataforma Editorial, 2012). En la
mas para los niños y niñas pero, actualidad asesora a educadores y familias, y publica
mientras las hacen, ¡se están per- regularmente en el blog apegoasombro.blogspot.com.es
diendo otras que son mucho mejo- que cuenta ya con casi 28.000 visitas mensuales.
res! Se trata de dejar de pensar en
términos de qué está bien o mal, Tiene un profundo sentido de la trascendencia, que vincula
para ir a lo mejor en la medida de con la idea del misterio lleno, sugerente: “Los niños tienen un
nuestras posibilidades. sentido de trascendencia de forma innata. Más allá de
nuestras creencias, debemos reconocer su sed por lo
¿Cuál es la diferencia entre escuchar trascendente. Si apagamos esto, o lo ignoramos, vamos en
al niño y hacer o darle lo que nos contra de su naturaleza. Ignorar lo trascendente es no dar
pide, y escuchar a su naturaleza y sentido a lo que viven”.
hacer o darle lo que necesita?

“El niño se asombra en compañía del adulto que le


quiere, para poder triangular: él, el mundo y ese
adulto como intermediario.”
Rutinas con sentido
Distingues entre rutina empobrecedora y rutina con sentido, o ritual.
Es fácil observar que les encanta repetir gestos, día tras día, papá dando su beso que pica, mamá que hace
cosquillas a la hora del pijama...: todo eso les fascina. El rito es la rutina humanizada: mamá con las cos-
quillas, papá con su barba que pica. Volvemos a lo mismo: la compañía del adulto que le quiere, para poder
triangular (él, el mundo y ese adulto como intermediario). Por eso una pantalla no es mala en sí misma
pero no es un intermediario válido entre el niño y el mundo. No transmite valor, no aporta matices, no
está viva. La pantalla no calibra la realidad, sólo la presenta; y el niño necesita dar sentido a lo que le rodea.

Entonces ¿hay que cuidar esos rituales?


Sí, pero no hace falta inventarlos pues ellos los encuentran solos: vamos a buscar a su hermano a la
escuela, y por el camino pisa cada día el mismo charco con el pie derecho. Le encanta, y además le
encanta que le mire mientras lo hace...

Eso será para mamás que pueden pararse en cada charco. ¡¿Dónde están esas mamás?!
Hagamos lo que podamos. El recorrido hasta la escuela lo hacemos todos. Podemos hacerlo un
poco más tranquilos, o quizá no siempre pero sí algunos días. Ver lo extraordinario en lo cotidiano
no es sólo cosa de niños: los que vivimos con ellos podemos verlo como una oportunidad...

¡Pero requiere tener tiempo!


O saborear el poco que tenemos...

máquinas; somos mucho más tessori. Libre no significa que pue- aburrida, desmotivada... Puede
complejas. Y las soluciones no son dan ir rotando periódicamente por estar sentada con una pantallita, y
aplicables en masa, sino que están los rincones de juego y cambiándo- no molesta, pero eso no significa
en cada persona y en cada rela- se los juguetes cada tanto tiempo...: que sea capaz de relacionarse con
ción. Por eso, la sensitivity es tan ¡eso no es juego libre! los demás o capaz de ser creativa...
importante porque trata de
conectar con las necesidades de ¿Cómo diferencias entre educar ¿A qué te refieres con la reducción
una persona específica, en un e inculcar? de la infancia: a quemar etapas, a
momento específico. Inculcar es administrar conocimien- empobrecerlas?
tos y valores, del adulto al niño... Las etapas vitales se suceden
Hablas también del niño original, que y, generalmente, el segundo no los pero, para pasar a una nueva, hay
es él mismo, es genuino... interioriza, no los hace suyos, por que haber recorrido la anterior.
Sí, no es el niño perfecto sino el eso no es sostenible en el tiempo ni La infancia es una etapa funda-
que puede iniciar desde dentro el tiene sentido para el niño: ¡es una mental, y hay que vivirla, en
aprendizaje; no reproduce mo- pérdida de tiempo! Educar es acom- lugar de plantear el desarrollo
delos sino que inventa y crea; tie- pañar a la persona, y ahí el protago- como una carrera para dejar
ne interioridad; se hace preguntas nista es el educado, mientras el adul- atrás la etapa actual. Es impor-
y llega a sus conclusiones; no tie- to permanece a su lado, ofrece un tantísimo respetar las etapas,
ne miedo a equivocarse. Es el niño entorno adecuado, propone, traba- hasta el punto que yo creo que el
o niña que no ha entrado en el ja para que pueda salir lo mejor infantilismo de los adultos es
círculo vicioso de la sobreestimu- del otro. consecuencia de no haber vivido
lación externa, que cancela su la infancia... Y, ¡obviamente, es
asombro, y le hace adicto a sensa- ¿Qué es lo que llamas el niño trofeo? más grave!
ciones cada vez más fuertes para Es el niño al que concedemos todo
reiniciar el círculo vicioso... lo que pide, para tenerlo tranqui- Hablemos un poco sobre la belleza
lo y seguir luciéndolo. Es más fácil y la fealdad.
Y, ¿qué papel juega ahí lo que llamas eso que lo contrario, ¡aunque lue- Los filósofos definen la belleza
el caos controlado del juego libre? go les llamemos pequeños tira- como “la expresión de la verdad y
El juego libre es realmente impor- nos…! A veces pensamos que edu- de la bondad”. Puede parecer muy
tante porque es así como los peque- car es conseguir que se porten bien elevado pero hay una verdad que
ños descubren, practican, incluso pero, ¡es mucho más que eso! Un viene con la naturaleza de los niños
controlan sus impulsos... Se trata de niño o una niña que se porta bien, y, si no la respetamos, asistimos a
un juego espontáneo, en un entor- puede estar bien educada pero aquel “grito de la naturaleza” del
no preparado, como proponía Mon- también puede estar apalancada, que habla Montessori, que hoy

“La sensitivity es una intución que conecta con las necesidades de una
persona específica, en un momento específico.”
Regino Hillera
podríamos llamar trastornos. Res- za. Y tenemos muchos modelos ¿Qué necesitamos de manera más
petar su naturaleza significa tam- de este tipo. urgente?
bién respetar su sed de belleza. Algo de tiempo para leer, cuestio-
¿Cómo?: poniendo a su alcance ¿Te refieres a los modelos culturales narnos y cambiar poco a poco los
experiencias estéticas de calidad, y a los juguetes que precisamente modelos, y también buscar recur-
acercándoles a la naturaleza, a las tienen más éxito? sos. Debemos tomar decisiones
cualidades humanas como la ale- Sí. Hoy, el merchandising está rela- valientes, y digo valientes pen-
gría o la amabilidad. Y alejándonos cionado con el poder, la magia, sando en conocer lo que es ópti-
de lo contrario: los modelos depri- la oscuridad... Y ellos se sienten mo para, luego, en la medida de
mentes y tétricos, de misterios vací- atraídos por todo esto pero se tra- nuestras posibilidades, tomar
os, o estridentes, o acelerados. ta de un misterio hueco, medio- decisiones y asumirlas. No hace
cre, vacío de sentido. Es un verda- falta cambiarlo todo sino hacer
Destacas a menudo que los niños dero culto al feísmo; y, aunque no pequeños cambios; los posibles
y niñas tienen sed de misterio pero hay medidores de belleza, sí que en cada momento. Hacerlo lo
no de cualquier tipo de misterio. hay pieles finas y pieles de elefan- mejor que podamos, sin culpas,
¿Hay misterios de distintas calida- te para reconocer la belleza que porque no hay un modelo úni-
des?, ¿cómo distinguir un misterio hay en las cosas. co sino el nuestro. Lo esencial
vulgar de un misterio rico? es simple: escucharlos, pasar
El misterio no es lo que no com- Pero habrá adultos con piel de ele- tiempo con ellos, conocerlos
prendemos sino lo que no acaba- fante para reconocer la belleza, con mejor. Las respuestas están ahí;
mos de abarcar nunca porque es niños a su cargo. en mirarlos, no en las solucio-
infinito. Mientras los adultos En tal caso, será difícil que ese adul- nes de los libros.
solemos reducirlo a nuestra ca- to tenga esa sensitivity para recono- Lo único imprescindible es reco-
pacidad de abarcarlo, “para que cer la naturaleza y las necesidades nectar con la naturaleza de los
nos quepa en la cabeza”, los niños del niño. Pero hay una paradoja fas- niños porque hemos perdido ese
y niñas lo ven como una opor- cinante: que un adulto con piel contacto. Y merece la pena.
tunidad inagotable de conocer... gruesa, a base de estar mucho tiem-
¡Para ellos es un chollo! Y están po con un niño y de quererlo
sedientos de ése misterio más mucho, puede aprender a conocer
profundo. La diferencia entre el sus necesidades y su naturaleza y,
misterio lleno y el vacío es ésta: a partir de eso, redescubrir también
el misterio lleno es infinito, es las suyas. Por eso, los niños pueden
sugerente; en cambio, el misterio ser para los adultos una oportuni- Anna Ortiz es redactora especializada en
vacío es opaco, carente de belle- dad para volver a asombrarse. crianza y redactora jefe de Crecer en Familia.

“Lo esencial es simple: escucharlos, pasar tiempo con ellos,


conocerlos mejor. Las respuestas están en mirarlos; no en las
soluciones de los libros.”

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