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PEDAGOGÍA DE LA TERNURA,
COMPONENTE DEL PARADIGMA
DEL PROTAGONISMO
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH
Pedagogía de la Ternura, componente del Paradigma del Protagonismo
Autor: Alejandro Cussiánovich Villarán
Derechos de edición:
© Instituto de Formación de Educadores de Jóvenes, Adolescentes y Niños Trabajadores,
“German Schmitz”, IFEJANT.
Calle Tomás Guido 257 – Lince -Lima – Perú.
Directora: Elvira Figueroa Sempértegui
© MOLACNATS
Calle Enrique del Villar 967 - S.J.M. Lima - Perú.
Colaboradora: Yoanys Padilla
Carátula: L. Talaverano; Ilustraciones: Yutaka Yoshii, Lucinda Rojas, Infant, Bruno 1960.
500 ejemplares
RUTILIO GRANDE,sj
12 de Marzo de 1977(+) en Aguilares, El Salvador
INTRODUCCIÓN 11
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INTRODUCCIÓN
El título de esta publicación bien podría entenderse como una circularidad entre
paradigma del protagonismo como componente de la pedagogía de la ternura y
viceversa, pues se reclaman entre sí.
selecto, de niños y niñas organizados con una identidad social de grupo, una forma
de organización propia y distinguiéndose de la organización de los adultos o de la
comunidad o vecindad, del mundo escolar y religioso.
Muy pronto, llegaría al mundo de los niños y niñas del ámbito rural andino y
amazónico, otro discurso, el que instaura desde la víspera de los años noventa
la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (en adelante CDN).
Y en las finales de los años 90, llegaría con mayor agresividad, el discurso de
la OIT y organizaciones internacionales sobre el llamado trabajo infantil, en
el que no aparece, hasta la fecha, ni el reconocimiento del rol protagónico de
organizaciones de NNA trabajadores o no trabajadores, ni tomando distancia del
cinismo e indolencia del modelo civilizatorio dominante cuando de las infancias
trabajadoras se trata.
Interesa enfatizar cómo los movimientos sociales desde el mundo de las mujeres,
de los indígenas y desde las nuevas generaciones de niños, niñas y adolescentes
a lo largo de estas más de cuatro décadas, han aportado al pensamiento social,
político y educativo del país. La cuestión de género, de etnia y de generación viene
enriqueciendo prácticas y la reflexión crítica al respecto.
* Una primera versión de parte de este material se trabajó en el año 2000 para
Save the Children Suecia. Esta publicación ha sido posible por el aporte de KNH,
SC, IFEJANT, INFANT, MOLACNATs.
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1 En este ensayo utilizaremos pro/coprotagonismo para señalar por el “pro” que el desarrollo del
protagonismo de todo humano -es decir su autonomía y capacidad de autodeterminación- va
siendo tal en la medida que se pone al servicio del florecimiento del protagonismo de los demás y
deviene pro/coprotagonismo tanto en las relaciones intergeneracionales como intrageneracionales.
2 César Rendueles, “La gobernanza emocional en el capitalismo avanzado. Entre el nihilismo emotivista
y el neocomunitarismo adaptativo”, 2017, Revista de Estudios sociales, 62: 82-88, etc.
3 Ver The Economist, El futuro que nos espera, y 20 puntos señalados por 50 expertos, Septiembre, 2021.
4 Ver el excelente ensayo de Luis Enrique Bazán Borja, La formación del entumecimiento. Ensayo
sobre los dispositivos de control del sujeto social, 2020, IPECAL, Edit. Nómada, 106 págs., capIII
y IV sobre poblaciones migrantes.
5 Ver Bruno Latour, “Sobre algunos de los afectos del capitalismo”, 2014, Conferencia en Academia
Real, Copenhague, en que señala que uno de los afectos es pensar en términos del capitalismo que
genera impotencia y fatalismo en las mayorías y total indiferencia y arrogancia en los ganados por
el capital, es decir, una extraña manera de sentir y leer la vida desde una economía y su desigual
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Y ¿por qué sería un plato servido a los intereses del capitalismo? Porque como lo
señalan analistas desde la ciencia social, el mundo de las subjetividades desde
muy largas décadas constituye una indispensable puerta de entrada funcional
a los intereses económicos y políticos de los centros de poder económico y
financiero y sus corporaciones, entre ellas las que manejan los grandes medios
de comunicación y los modelos educativo-culturales que se concretan en las
políticas educativas que orientan los sistemas escolares. Pero así mismo para los
intereses de género, de etnia y de edad cronológica en cuanto intereses culturales
de dominación y explotación. En sociedades del espectáculo en que al individuo,
cliente exitoso para el mercado, se le presenta como la síntesis del ego ideal,
del vencedor de sus rivales y competidores, el triunfador ante los obstáculos, el
emprendedor creativo y exitoso, el campeón de la flexibilidad, el líder que arrastra,
el gerente que cautiva y eleva la productividad de sus colaboradores, del jefe de
sí mismo en el trabajo…, hablar de protagonismo puede alimentar el culto al
narcisismo del experto-profesional o no- obsesionado por la angustia y renovadas
formas de despotismo social.
Esto nos permite entender por qué, en tiempos de analfabetismo afectivo sin
precedentes7 y de hedonismo generalizado, los discursos sobre ternura y pro/
coprotagonismo están expuestos en cuanto significantes, a múltiples formas de
cooptación institucional y narrativa que debilitan la alteridad haciendo de la
otredad, en la densidad moral de la que es portadora, un obstáculo a la posibilidad
de que emerja la experiencia de ternura en las relaciones sociales. En efecto, el
hedonismo que caracteriza el narcisismo bloquea la amistad, opaca la solidaridad,
congela el cariño, vuelve anémica la afectuosidad, torna engañosa la caricia de la
mirada, de la voz, de la sonrisa.
Así mismo el protagonismo se pervierte por la pasión del figurar, del lucirse, del
ser reconocido como destacado, inequívoca manifestación del hedonismo del ego.
De ser así, no hay encuentro, hay seducción, sometimiento, dominación.
Es E. Dussel quien, más de cuatro décadas atrás, hace una necesaria distinción
entre pedagogía, centrada en la enseñanza-aprendizaje, y pedagógica9 como lugar
de convergencia, imbricación y pasaje mutuo de la erótica y la política, parte de
la filosofía que piensa la relación cara-a-cara con el otro, los otros que son el lugar
de encuentro, de ejercicio y producción de la condición sociocrítico-dialógica del
humano. Se trata, por ende, de la condición para producir pensamiento, para
reconocer y ser reconocido como interlocutores válidos.
8 Ver E. Morín, Ciencia con conciencia, 1984, Barcelona, edit. Anthropos; La humanidad no llega
a alumbrar humanidad, en Pensar el Mediterráneo. Mediterraneizar el pensamiento, Doctorado
en Pensamiento Complejo, p. 2; o cuando el autor nos dice: Sé que la humanidad necesita una
política…una antroposociología, p. 37 en Espíritu del Valle; ver E. Morín, Boris Cyrulnik, Dialogue
sur la nature humaine, 2010, édit, l’aube, passim; ver Dialogue sur la connaissance, entretiens
avec des lycéens, 2011, édit, l’aube, passim; ver Le Paradigme perdu. La nature humaine, 1973,
Seuil; Por una razón abierta, 1979, en Révue de Travaux de l’Accadémie des Sciences Morales et
Politiques; ver La humanidad de la humanidad, Método V, 2003, ed. Cátedra, passim.
9 E. Dussel, La pedagógica latinoamericana, 1980, Nueva América, Bogotá, passim.
10 W. Dilthey, Historia de la pedagogía, 1934/1968, Bs.As. Losada, p. 9.
11 A. Salamanca B, “La categoría ética de alteridad y su aporte a la pedagogía crítica desde las
reflexiones de Dussel y Freire”, 2020, tesis, UPN, Bogotá.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
12 Ibídem, p. 30.
13 A semejanza de lo que señala Jacobo Alva Mendo en “La educación comunitaria en el Perú”, 2015,
Tarea 90, p. 35ss, al referirse a la educación comunitaria que representa un desafío al sistema
educativo nacional y no reducible a pedagogías, pues es más bien un movimiento cultural y político.
14 Ver Werner Jaeger, “PAIDEIA. Los ideales de la cultura griega”, 1957, Fce, México, passim.
15 Ver Boaventura de Sousa Santos, “Descolonizar el saber, reinventar el poder”, 2010, Trilce,
Montevideo, p. 92
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
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AMBOS, PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y PARADIGMA DEL PRO/
COPROTAGONISMO SON TAMBIÉN SENTIMIENTO
La construcción del campo semántico que evoque tanto lo que vamos entendiendo
por pedagogía de la ternura como por el paradigma del protagonismo, nos permite
16 Marco Raúl Mejía J, “Educaciones y pedagogías críticas desde el sur”, 2011, CEAAL, 232ps.
17 Patricia Oliart, edit, “Pedagogías de la disidencia en América Latina”, 2020, Lima, La Siniestra
Ensayos, cuando señala que las pedagogías de la disidencia equivalen a la vocación de interrumpir
el orden establecido, p. 27-31.
18 Miguel Escobar, “Pedagogía Erótica. Paulo Freire y el EZLN”, s/f, 224 ps.
19 Simon Springer et Alii, edit, “The Radicalization of Pedagogy. Anarchism, Geography and the Spirit
of Revolt”, 2016, Rowman & Littlefield, London-USA, 289 ps.
20 Ver Jorge Brower B, “Fundamentos epistémicos para el logro de una pedagogía compleja”, 2010,
POLIS, Rev. Latinoamericana n.25.
21 M. P. Meneses, “Justicia cognitiva”, 2009, en A. Cattani et alii, Diccionario Internacional da Outra
Economia, p. 231-236
22 En “Epistemologías del Sur”, 2019, CLACSO, p. 30-32.
23 E. Morín, “La vida de la vida. Método II”, 2003, ed. Cátedra, p. 411.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
constatar que no se trata de una relación antojadiza sino vital, necesaria. Así
ambas, por ejemplo, refieren a autonomía, libertad, responsabilidad, a fuerza
moral vinculante, a relacionalidad, a conciencia creciente de ir siendo nosotros,
a reconocerse como seres sociales, a sensibilidad, a cultivo de la razón sensible,
cordial, a crítica a la razón instrumental, etc., etc.
24 Martín Ignacio Berasain, “La Ternura. Una emoción proscripta. Reflexiones sobre su importancia”,
2010, edit. Dunken, Bs.As.
25 Pablo Lazo B, Fsco. Castro, comp, “Alain Badiou: Ética y Política”, 2016, UIA, México, p. 7-8.
26 César Rendueles, “La gobernanza emocional en el capitalismo avanzado. Entre el nihilismo
emotivista y el neocomunitarismo adaptativo”, 2017, Rev. de Estudios Sociales, 62; p. 82-87
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PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y PARADIGMA DEL PRO/COPROTAGONISMO
COMO CUESTIÓN ÉTICA
No hay conciencia ética sin razón sensible, sin razón cordial, toda vez que se
expresa como un rechazo a lo que niega al otro como igual, como parte de uno.
De allí el mensaje radicalmente ético27 de las mujeres cuando públicamente nos
dicen “violentar a una es violentarnos a todas” y lemas similares.
27 Ver los aportes de Joan-Carles Mélich, Ética de la Compasión, 2010, ed. Herder, 317ps, passim.
28 Z. Bauman, Pensando sociológicamente, 1990, Bs.As, ed. Nueva Visión, p. 61
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
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PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y PRO/COPROTAGONISMO COMO
EPISTEMOLOGÍAS DESDE EL SUR CARA A LA INDUSTRIA CAPITALISTA
NEOLIBERAL DE LA FELICIDAD
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Y es que la estrategia de la producción industrial de felicidad ofertada por el
sistema dominante, trabaja sobre los sistemas simbólicos que refieren al mundo
de la subjetividad y que, para Bourdieu, dichos sistemas constituyen estructuras
estructurantes, y añadiríamos, también de estructuras de personalidad frustrante,
ya que dicha industria oferta imágenes creadas y palabras (imago y verbum) que
terminan adquiriendo una fuerza performativa. Todo ello constituye el objeto
de la gestión tecnocrática de la felicidad individual31 y, entre otros efectos,
termina produciendo el congelamiento de lo más interior del humano32, así como
represiones múltiples de narcisismo.
Estamos a las antípodas del legado que ya las culturas milenarias y en particular
del pensamiento griego dejaran, cuando refieren a la eudaimonia(felicidad).
29 Para Paulo Freire, la pedagogía del diálogo, la educación dialógica, constituía una respuesta a toda
forma bancaria de la educación dominante.
30 Luc Boltanski, Eve Chiapello, “El nuevo espíritu del capitalismo”, 2002, Madrid, Akal, passim.
31 Davies, 2012, citado en C. Rendueles, op. cit., passim.
32 E. Illouz, “Intimidades congeladas”, 2009, Bs.As, Katz, passim,
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
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PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y PRO/COPROTAGONISMO: ¿SIGUE
NECESARIA LA UTOPÍA?
33 Nicolás Lynch G, “La cuarentena de las ideas”, 4 de mayo del 2020 en OTRA MIRADA.
34 Mery Luz Pacheco B, La Bildung, Piedra filosofal de la formación,…, Grupo Geard, passim, quien
cita la expresión de M. Nussbaum, El cultivo de la humanidad, 2005, Paidós.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
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PENSAR Y ACTUAR CRÍTICAMENTE DESDE LA NEGACIÓN DE
LA NEGACIÓN
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La pedagogía de la ternura no surge en un contexto de orden social, de paz, de
entendimiento colectivo, de respeto de la vida, de solidaridad colectiva…nace
en un contexto de guerra, de negación de la vida, en que esta no vale nada y por
ende el resto no merece ser respetado; clima de inseguridad, de desconfianza
necesaria para autoprotegerse, cuando nadie cree en nadie, etc. La pedagogía de
la ternura se levanta como un rechazo político, social, ético, humano en nombre
de la sensatez, del amor a la vida de todo y de todos. Es entonces un discurso
contra hegemónico, pues no es el hecho de la guerra, sino del espíritu que la
provoca, de la mentalidad que la justifica, de la idiosincrasia que la naturaliza.
Negar esta negación de la vida y de la razón, es afirmar que es precisamente
desde lo negado que hay que refundar la condición humana. Es decir, superar
la tendencia a naturalizar la violencia, el abuso, a terminar “acostumbrados” a
formas de violencia toleradas en el seno de la familia, la comunidad, escuela,
etc., frente a ello, la bondad, la cordialidad, la exigencia radical del llamado
a combatir la razón indolente, cínica, instrumental, hace de la ternura una
virtud política o como señalado más adelante, expresión de la rabia digna de los
zapatistas.
Dicho de otra manera, los discursos sobre la ternura emergen como necesidad
de sobrevivencia y defensa de la vida toda en contextos de violencias en que se
niegan derechos, en particular, los llamados unwrittenrights37.
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OCHO CUESTIONES INICIALES ABIERTAS A LA REFLEXIÓN Y
SEIS PREGUNTAS 27
37 Juan Rof Carballo, Violencia y Ternura, 1967/1988, Bilbao, Desclée de Brouwer; Bombaci Nunzio,
Il significato e le espressioni della tenerezza in J. Rof Carballo, 2013, Istituto di psicosomática “J.
Rof C” Associazione Culturale; Luciano Tronchini, Il benessere psicosomático nella visione olistica
di J.ROF C, 2013, (Google).
38 Byung-Chul Han, “La expulsión de lo distinto”, 2017, Ed. Herder, passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
a. La convivialidad es una categoría ético-política que Illich colocó como una alternativa
crítica a discursos hegemónicos basados en el poder del crecimiento económico,
el desarrollo, el progreso, la modernización, la relación centro-periferia, países
desarrollados y subdesarrollados, primer mundo y tercer mundo, la acumulación,
etc. que dejaban intocada-al naturalizar la producción de sociedades cargadas de
pobres, marginales, excluidos e insignificantes- la violencia institucionalizada y
el relegamiento de lo comunitario, la convivencia en justicia y paz, la hermandad
entre pueblos de iguales y diferentes. Todo ello reforzado por el Consenso de
Washington salvoconducto del modelo neoliberal impuesto.
39 E. Morín, Las Ideas, Método IV, 2001, Ed. Cátedra, p. 216-244, El pensamiento subyacente
(paradigmatología).
40 Cfr, Jorge Ishizawa Oba, Convivialidad y Comunidad en el Vivir Bonito, 2017, Pratec, dcto. de
trabajo. Pgs.4, 6,7.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
41 Josef Estermann, Filosofía Andina. Estudio intercultural de la sabiduría autóctona andina, 2018,
Paulinas, Cusco, ver caps. 4, 5, 7.
42 A modo de ejemplo baste indicar a Antonio Peña Cabrera, Racionalidad occidental y racionalidad
andina: Una comparación, 2000, UNMSM, Lima, Perú; los trabajos de historiadores como
E. Dussel en ocasión de los 500 años de llegada de occidentales europeos a estas tierras; de
sociólogos como A. Quijano, Boaventura de Sousa Santos y su epistemología del Sur Global y un
etc. muy muy largo.
43 Andrés Argüello Parra, Pedagogía Mixe: contribuciones para una filosofía (decolonial) de la
Educación desde las Américas, 2016, Estudios pedagógicos, vol.42, n.3, Valdivia.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
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Pero a ello cabe señalar el desafío actual en el que se considera que lo comunitario,
lo convivial es más bien un lenguaje anclado en contextos de culturas rurales en
redefinición ante el avance de lo urbano, arrastrando al mundo de lo privado-
doméstico aquello de convivencia, de convivialidad.
46 Ver Ana María Fernández Poncela, “Antropología de las emociones y teoría de los sentimientos
(1)”, 2011, Revista Visión Nueva época, N.26, 24ps.
47 Ver la experiencia de la Universidad Campesina Indígena en Red (UCIRED) y los trabajos de
Benjamín Berlanga sobre “El sujeto pedagógico”, “Reconfigurar subjetividades críticas desde las
reautorías”, “El grito como proyecto educativo”, entre otros.
48 En Critique de la modernité, 1992, Fayard, p. 271-294. Y como recuerda, en el contexto actual
–de individualismo, narcisismo- si bien sujeto y actor son nociones inseparables, pueden por igual
fallar, p. 244.
49 A. Touraine en Invitación, p. 9-16 en A la búsqueda de sí mismo. Diálogo sobre el sujeto, junto con
F. Khosrokhavar, 2002, Paidós, Bs.As, 270ps.
50 Ver Andrés Lund Medina, Para un concierto de disonancias, 2010, SCRIBD, en torno al pensamiento
de M. Maffesoli, señalando la necesidad de epistemologías que favorezcan la intuición. Ver además
Gerardo Morales, M. Maffesoli y la razón sensible: una argumentación postmoderna, 2006, ABRA,
n.35, p. 125-139.
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Por los tres componentes del bucle que se enuncia, se produce una recursividad
necesaria, la misma que permite conservar la especificidad de cada componente
y hacerlos convergentes en la producción de un humanismo otro en contextos de
experimentaciones y discursos sobre el transhumanismo, es decir, de su gradual
devaluación y superación del mito de la cuasi divinización del humano, del
antropocentrismo y sus consecuencias a lo largo de la historia, aunque -sin negar
sus eventuales ventajas posibles para el cuidado de la salud y el logro de bienestar-
se corre el riesgo de ahondar desigualdades, dominaciones, insignificancias,
población excedente, descartable.
Por otro lado, ante y contra el utilitarismo e individualismo, surgen diversas
expresiones del movimiento neohumanista como lo señala Horlacher52.
51 Edgar Morín, Les deux humanismes, Oct. 2015, Le Monde diplomatique, Supplement, p. I-II-III.
52 Rebekka Horlacher, Bildung, la formación, 2015, Barcelona, Octaedro, passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
54 Resulta menos frecuente levantar la pedagogía de la ternura, del amor como una cuestión que
trascienda la edad cronológica. Ver sin embargo los escritos de Leonardo Boff que marcan una
perspectiva que incluye la ternura en relación al entorno natural y social. Así mismo de L. C.
Restrepo, El derecho a la ternura, 1994, Arango edi, Bogotá; ver A. Cussiánovich, La Ternura como
virtud política,2010, INFANT
55 Ver Graciela Montes, El corral de la infancia, 2001, FCE, México,
56 Cabe señalar al creciente movimiento surgido en regiones del país y que entre otros méritos, parte
de la iniciativa de maestras y maestros de escuela pública que cuentan con el apoyo de instancias
del Estado en base a un proyecto nacional llamado la Pedagogía del amor.
57 Ver las provocativas reflexiones de Jean-Carles Mélich, quien en su ensayo sobre Ética de la
Compasión distingue, acertadamente, entre piedad y compasión relacionando la sensibilidad, la
razón sensible porque cordial, a ir siendo seres en dignidad.
58 Jean Guitton, L’Amour humain, 1948, Édit. Montaigne, p. 25.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Una tercera, nos invita a reelaborar la relación entre espíritu y condición biológica,
cosmohistórica del humano, es decir, su condición terrestre y su irrenunciable vocación
a ser productor de humanidad, de apuntar a que vaya floreciendo la humanidad del
humano. “El capitalismo ha creado grandes bolsas de miseria sentimental”59.
59 Ver los desafiantes aportes de la socióloga Eva Illouz, Intimidades congeladas: las emociones en
el capitalismo, 2007, Katz, que ha creado una nueva subjetividad emocional que contrastaría,
aparentemente, cuando se habla de la razón indolente y cínica que sostiene al modelo civilizatorio
hegemónico; de la misma autora, entre otros libros, El fin del amor. Una sociología de las relaciones
negativas, etc.,
60 Ver Gloria Bonder, Género y Subjetividad. Avatares de una relación no evidente, 1998, Universidad
de Chile, quien muestra que estamos ante varias teorías de género passim.
II. PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y
PARADIGMA DEL PROTAGONISMO:
DESAFÍOS A UN PENSAR EPISTÉMICO
EL SIGNIFICANTE PEDAGOGÍA ¿QUÉ SIGNIFICADO(S) ASUME
CUANDO DECIMOS PEDAGOGÍA DE LA TERNURA?
O como se señala desde una mirada y experiencia del mundo andino quechua y
aymara del altiplano boliviano: La pedagogía es la subjetivación de una forma de
61 Ver Jorge Osorio y AAVV, “Freire entre nos. A 50 años de Pedagogía del Oprimido”, 2018, Nueva
Mirada, La Serena, Chile, 186ps.
62 Ver en “La vida de la vida. MétodoII”, 2003, Cátedra, cuando refiere que “todo discurso comporta
nociones vagas…y términos polisémicos elásticos, monosémicos, sin elasticidad. Y esto no es
una inferioridad, sino una superioridad del espíritu-cerebro humano sobre el ordenador, cuyo
rigor tiene como revés, la rigidez”, retomando así lo señalado por Moles, (1957:215-216): “…el
reconocimiento de la utilidad hermenéutica de los conceptos teóricos imprecisos”, p. 440.
63 W. Jaeger, op. cit., p. 1082, nota 88
64 Ver Guillaume Le Blanc, “Le gueux, le prolétaire et le précair”, 2008, Cités, 35, p. 88
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
ser persona, inculcada desde la infancia para construir una ciudadanía modelo,
formalmente igualitaria65.
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ELEMENTOS PARA UN ESTATUTO EPISTÉMICO CRÍTICO-
POLÍTICO DE LA PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y DEL PRO/
COPROTAGONISMO
65 Marcelo Maldonado Rocha, Esbozos de pedagogía libertaria en el altiplano, 2017, La Paz, Bolivia;
“conciencia anticipatoria” de las élites, p. 12-13.
66 W. Jaeger, opus cit., p. 166, pues no hacerlo sería la peor ofensa contra los dioses, así como el no
aspirar a lo más alto, a la excelencia. De allí la pertinencia de preguntarse si la sofrosine ha servido
alguna vez para algo, p. 339, a lo que Sócrates recordaría que de ella brotan todos los tipos de
virtud como la piedad, la valentía, la justicia.
67 B. de Sousa Santos, “Una epistemología del SUR”, 2009, CLACSO: “La ciencia posmoderna al
imbuirse de sentido común no desprecia el conocimiento que produce tecnología, pero entiende
que tal como el conocimiento se debe traducir en autoconocimiento, el desarrollo tecnológico debe
traducirse en sabiduría de la vida”, p. 56.
68 Sara Motta, “Emancipation in Latin America. On the pedagogical turn”, 2017, Bulletin of Latin
American Research, n.36; 1, p. 5.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
De ser así, bien podríamos reconocer que -desde el punto de vista conceptual y
práctico de la recursividad- la mutua como fecunda imbricación de la pedagogía
de la ternura y del pro/coprotagonismo, es decir, una recursividad en la que
ambos se cogeneran, se evocan, se nutren y coorganizan, se autoproducen y 41
cobran sentido y responsabilidad social69. La pedagogía de la ternura constituye
y se constituye en la vincularidad de seres en relación. El individuo es la
unidad plural.
71 Eliud Torres, “Renovarse o morir”, 2020, 22ps. Exposición en el Primer Encuentro “La ternura es
nuestra digna rabia contra el adultocentrismo”, México.
72 La distinción entre êthos –con acento circunflejo- que refiere a ética como la entendemos en este
ensayo, se diferencia de ethos -sin acento- que significa costumbre, carácter, es decir, una especie
de naturalización, de hábito, de consuetudinario. Ver Antonio Gómez Robledo, versión española
y notas a la Ética Nicomaquea, de Aristóteles, 1954, UNAM de México; en el Libro II el propio
Aristóteles dice: “…en tanto la virtud moral es el fruto de la costumbre, de la cual ha tomado su
nombre por una ligera inflexión del vocablo”, p. 161, ver la recomendación del traductor en p. 271
quien aconseja dicha distinción.
73 Ver, J. C. Melich, “Ética de la compasión”. 2010, Ed. Herder, p. 237.
74 E. Morín, Les deux humanismes, 2015, Le Monde Diplomatique, Oct. Supplement 5- I.
75 H. Zemelman, “La condición humana no es un objeto final debido a que siempre es una
construcción” en el Ángel de la Historia: determinismo y autonomía de la condición humana”,
2007, Antropos, España, p. 14. En este marco se comprende el recurso a los “gerundios” del
subtítulo pues entraña un estarse cumpliendo como permanente posibilidad. Es lo que se atribuye
por ej. al verbo ginomai, una especie de analogía la encontramos en el tornillo sin fin.
76 Sinesio López, “Una nueva concepción del individuo implica una nueva concepción de la
comunidad. Una comunidad comunitarista es más que una asociación. Ella es una unidad de la
que los individuos son miembros. Esta membresía no es ni artificial ni instrumental, pues ella tiene
su propio valor intrínseco”, en Revista de Sociología, UNMSM, vol. X, N° 11, 1998, p. 96.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
77 Adela Cortina, “Ética del discurso: ¿un marco filosófico para la neuroética?”, 2013, Rev. de
Filosofía Moral y Política, N.48, p. 138-140, ICEGORÍA.
78 La transhumanidad necesita un pensamiento de la condición humana y de la aventura humana,
una conciencia de los chances y peligros que lleva consigo la complejidad antropológica, recuerda
E. Morín en Penser global…, op. cit., p. 110-111.
79 Josef Estermann, “Filosofía Andina. Estudio intercultural de la sabiduría autóctona andina”,
2018, Paulinas, Seminario S. Antonio Abad, Cusco, p. 129ss.
80 Ver Mario Gennari, “Trattato di Pedagogia Generale”, 2015, Studi Bompiani, p. 28-29, 40-47.
81 H. Zemelman, “El Ángel de la historia….”, op. cit., p. 165.
82 Jean-Paul Resweber, “Le questionnement éthique”, 1990, Cariscript, Paris, passim.
83 Ver Paulo Freire, “Extensión o Comunicación”, 1970, y junto con A. Fagundez, “Pedagogía de la
Pregunta, 1985.
84 Ver J.C. Melich, “Ambigüitats de l’amor”, 2004, Ed. Abadía de Monserrat, passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
85 En el pensamiento griego, Platón llega a considerar la philía, la amistad, como la forma fundamental
de toda comunidad humana que no sea puramente natural, sino una comunidad espiritual y ética
como lo recuerda W. Jaeger, op. cit., p. 565.
86 Juan Carlos Tedesco, “Educación y Justicia social en el futuro de América Latina”, 2012, Fce,
Bs.As., X. El desafío de las políticas de subjetividad, p. 207-216.
87 Ver Daniel H Cabrera, “Imaginario, autonomía y creación cultural en el pensamiento de Cornelius
Castoriadis”, 2007, DEVENIRES, III, 16, p. 132ss.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Por todo ello, la reflexión crítica sobre la pedagogía de la ternura como sobre
el paradigma del pro/coprotagonismo, está llamada a contribuir a la reforma
intelectual, la regeneración de la vida social, de la vida cotidiana, así como la
refundación de la ética y la política94, en coherencia con el principio humanidad.
*************
46 ¿POR QUÉ LA PEDAGOGÍA DE LA TERNURA ESTARÍA LLAMADA A SER
UN COMPONENTE NECESARIO DEL LLAMADO PARADIGMA DEL PRO/
COPROTAGONISMO?
O dicho de otra manera, cuáles son los puntos de encuentro entre la Pedagogía
de la Ternura y del Paradigma del Pro/Coprotagonismo del que se la pretende
conceptuar como su componente.
93 Ib. p. 41.
94 Edgard Morín, “Pour une politique de civilisation”, 2008, arléa, Paris, p. 5-7, 49-53, 57-60.
95 Alain Badiou, “Elogio del Amor”, con Nicolás Truong, 2008, Café Voltaire, 31ps.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
f. Los historiadores de la infancia suelen señalar que a una concepción del poder
del adulto han ido surgiendo diversas formas de pedagogizar dichos procesos en
orden a que la división social del poder garantizara, incluso naturalizara dicha
división en el actuar familiar, escolar, institucional, comunitario y nacional97 e
internacional.
96 Ver el sólido estudio de Adriana Puiggrós, “De Simón Rodriguez a Paulo Freire. Educación para la
integración iberoamericana”, 2005, CAB, y que nos muestra los avatares del sujeto latinoamericano
para poder asumirlo como sujeto pedagógico, anticolonial pues “¡traer ideas coloniales a las
Colonias…es un extraño antojo!”, en palabras de S. Rodríguez, p. 59.
97 Ver W.O. Kohan, ”Infancia entre Educación y Filosofía”, 2004, Laertes, Bs.As., La invención de
una pedagogía, p. 103-108.
98 Yves Bonnardel, “La domination adulte, l ’oppression des mineurs”, 2015, Myriadis, 358 ps,
passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
99 Kohan, op. cit., p. 107; ver además M. Narodowski, “Infancia de otra subjetividad y poder. La
conformación de la pedagogía moderna”, 1994, passim.
100 Ver en YouTube, INFANT: INFANT PERÚ, 2019, El Huerto de la “Ternura” – Amigos por Siempre.
https://youtu.be/uoa9iTdvuFY.
101 Ver W. O. Kohan, “Paulo Freire más que nunca. Una biografía filosófica”, 2020, CLACSO, Bs.As,
cap. 3, Amor, p. 117-136; en la p. 127 entiende la filosofía como saber sentimental.
102 H. Zemelman, “La condición humana no es un objeto final debido a que siempre es una
construcción” en el Ángel de la Historia: determinismo y autonomía de la condición humana”,
2007, Antropos, España, p. 14.
103 Ver Denis Sulmont S, El sujeto en el corazón de la vida social. Introducción a la sociología de
Alain Touraine, 2011, PUCP.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
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104 Gonzalo Gamio G, “Ética, Educación y Deliberación”, 2019, Revista PÁGINAS, n. 256, p. 41 y
p. 65.
105 Ver Pierre Bourdieu, cap. III, Génesis de los conceptos de habitus y de campo, en “O poder
simbólico”, 2002, BB, p. 59-64.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
relacionamiento, así como a los efectos del modelo capitalista de emociones entre
ellos, el del entumecimiento impuesto, sufrido y el entumecimiento aprendido106.
EL PENSAR EPISTÉMICO
En cambio el “pensar epistémico” empieza por las dudas y por las preguntas y
controla la ansiedad de hacer afirmaciones y de capturar al mundo estructurándolo
como una suma de objetos tajantemente definidos por sus determinaciones. Así el
pensamiento epistémico consiste en “darle a la pregunta un status no simplemente
de mera conjetura sino, más bien, de algo más amplio que eso, como es permitir que
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Giangi Schibotto.
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ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
112 Aquí son valiosos los aportes de Giancarla Sola cuando de forma didáctica y fundamentada
establece el marco teórico y epistémico de la pedagogía clínica en “Introduzione alla Pedagogia
Clinica”, 2008, quinta edizione, ilmelangolo, p. 55.
113 Ib. p. 56. Ver, además, Humberto Maturana, ““El sentido de lo humano”, 1991, Dolmen
Ediciones, 160ps, passim.
114 Ib.p. 41.
115 Rossana Mendoza Z, “Tan cerca y tan lejos del Sur”: las maneras de ser y actuar la política
en jóvenes quechuas surandinos del Perú, 2020, Univ. de Manizales-CINDE, Colombia, tesis
doctoral, passim.
116 E. Morín, “La vida de la vida…” op. cit., passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
*************
PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y EL PRO/COPROTAGONISMO
FACTORES DEL PARADIGMA DEL BIEN COMÚN DE LA
HUMANIDAD Y SU ENTORNO NATURAL117
Una expresión de puesta en camino del paradigma del bien común de la humanidad,
es lo que se conoce como los procomunes. Bollier señala que constituye una
54
plataforma para articular nuestro pensamiento sobre política, ecosistemas,
justicia social, cambio sistémico, y que ponerle nombre a los comunes es no solo
resistir o lenguaje de resistencia, sino un instrumento de innovación social118 Y es
que de alguna manera, el paradigma del procomún implica una nueva forma de
entender la participación y responsabilidad, lo económico y lo social, lo colectivo
e individual119. Pero más decisivamente, se trata de lograr que se vivencie la
fuerza ética, humanista que invita a la autodeterminación, a la autoemancipación
individual y colectiva componentes de una nueva moralidad y comportamiento120.
Esta llamada a reencontrar lo comunal, lo colectivo, lo comunitario se condice con
el episteme que informa, que da vital consistencia a la pedagogía, específicamente
a la pedagogía de la ternura, nunca solepsista y siempre en otredad para que emerja
esa emoción llamada ternura121; pero de igual forma con el pro/coprotagonismo
finalizados, por principio, el uno al otro.
117 Francois Houtart, “El bien común de la Humanidad”, 2013, Quito, passim.
118 David Bollier, “Pensar desde los comunes”, 2016, edit. consorciadas, p. 8-9.
119 Ib.p. 14
120 Ib.p. 15
121 Martín Ignacio Berasain, “La Ternura. Una emoción proscripta. Reflexiones sobre su importancia”,
2010, edit. Dunken, Bs.As.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
*************
EL PARADIGMA DEL PRO/COPROTAGONISMO Y LA PEDAGOGÍA
DE LA TERNURA COMO FACTORES DE DESPADAGOGIZACIÓN DE
LA PEDAGOGÍA123
Pero afirmar que la pedagogía de la ternura -como componente del paradigma del
pro/coprotagonismo- está llamada a jugar un rol decolonizador de la pedagogía en
sociedades en las que lo emotivo y afectuoso pareciera reservado a las primeras
infancias o a las personas con deficiencias físicas o mentales o en edad avanzada,
*************
LA PEDAGOGÍA DE LA TERNURA COMO PEDAGOGÍA DEL PRO/
COPROTAGONISMO
126 Ver Adela Cortina, Ética de la razón cordial. Educar en la ciudadanía en el siglo XXI”, 2007,
Edit. Nobel; A.Ortiz, “La investigación según Huberto Maturana. El amor y la autopoiesis como
epistemología y métodos de investigación”, 2016, e, Bogotá, Magisterio; Patricio Raza Dávila,
“La ternura hacia la casa común llamada Tierra”, 2014, La Piragua, Nro.40, p. 127-128.
127 Ver AAVV, “Pedagogías descolonizadoras. Formación en el trabajo en los movimientos populares”,
2018, CLACSO, Bs.As, edit. el Colectivo.
128 Alain Touraine, Critique de la Modernité, 1992, Fayard, p. 271-294.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
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LA PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y EL PRO/COPROTAGONISMO
COMO INTERÉS SUPERIOR DE LA HUMANIDAD
*************
PEDAGOGÍA DE LA TERNURA Y PRO/COPROTAGONISMO:
IMPERATIVO ÉTICO Y POLÍTICO A SER CUIDADORES,
CULTIVADORES Y CRIADORES DE TODA VIDA
Para cada uno de los campos de acción, de lo que se trata es de reconocer que lo
que está hoy en juego es la vida toda y todas las vidas, el sentido de las mismas y la
129 Pedagogía de la ternura: requiere, para poder florecer, de una pedagogía del respeto; de una
pedagogía del reconocimiento de la otredad/alteridad; una pedagogía de la sim-patía: co-sentir,
dialogar; una pedagogía del eros de la vida-goce; una pedagogía de la amorevolezza, es decir del
cariño, la afectuosidad como don en la perspectiva de M Mauss; una pedagogía de la amistad;
de una pedagogía del amor: no como experiencia sino acontecimiento; de una pedagogía
autocrítico-intuitiva- decolonizadora. Ver además, M. Nussbaum, “El cultivo de la humanidad”,
2005, Paidós, Barcelona, passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Las diversas dimensiones en que una deficiente cultura del cuidado tiene
impacto en las actuales generaciones y en aquellas generaciones emergentes.
58 Sin determinismo alguno, pero conscientes de la amenaza de una tendiente
reproducción transgeneracional de una cultura que reduce el cuidado al mundo
doméstico, a las relaciones signadas por vínculos sanguíneos, al mundillo de los
hiperindividualismos o a las miopías de los nacionalismos, estamos desafiados,
como trabajadores en lo social, a construir con todos los hombres y mujeres de
buena voluntad, alternativas creativas y viables ante esta realidad.
130 Luigina Mortari, “Filosofía della cura”, 2015, Milano, R Cortina, p. 99-113, 167
131 J. Rof C. otcit., 1993, p. 64.
132 Zinnbauer et Alii, 1997, ver 9.
133 U. Beck, The normal Chaos of Love1992, p. 5 en E. C. Roehlkepartain, 2005.
134 J. Estermann, “Filosofía andina. Sabiduría indígena para un mundo nuevo”, 2006, ISEAT, p. 97-
145.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
135 Ami Tanner, El poder curativo de la ternura, 2000, Barcelona, edit. Robinbook S.I.
136 Ver Karina Batthyáni, “Miradas latinoamericanas del cuidado”, 2020, CLACSO. Quien en la
pág.44 señala cómo hoy el equivalente al proletariado del siglo XIX, hoy es el cuidatoriado, aunque
aún sin los referentes organizativos, teóricos y de manifestaciones masivas de reivindicaciones y
conquistas como lograran las masas proletarias de ayer.
137 Moliner y Arango, edit., “El trabajo y la ética del cuidado”, 2011, la Carreta editores, passim.
138 Gustavo D. Conde, “El cuidado humano en riesgo de extinción”, citado, p. 77 en AAVV, El
Cuidado Humano. Reflexiones (inter)disciplinarias, 2011, U. de la República Uruguay, 115 ps.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
es una situación realmente dada hoy. Con toda razón cabe preguntarse por el
futuro del cuidado139. Aquí surge el imperativo ético y la necesidad política de
encaminar esfuerzos por lograr una sociedad global del cuidado140.
139 Rosario Aguirre, citada en I. Arriagada, ed.” El futuro de las familias y desafíos para las políticas”,
2008, CEPAL, UNFPA.
140 Evelyn Glenn, “Creating a Caring Society”, 2000, Contemporary Sociology, vol.29, 1.
141 Teresa Dornell, “La complejidad de los cuidados: una cuestión de responsabilidad compartida”,
citada en AAVV op. cit., p. 66, 69.
142 Irene Comins M, ”La ética del cuidado como educación para la paz”, 2003, Tesis doctoral,
Universitat Jaume I Castellón, 402 ps, en p. 10, 11,12, 84.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Hoy la exclusión de facto y con sus variables reales y conceptuales, es una realidad
inocultable a resultas de un sistema en el que el factor “in” como lo califica Meza,
caracteriza bien la situación actual: in-sensibilidad, in-diferencia, in-solidaridad,
in-misericordia, in-humanidad, y añadiríamos, in-pudicia e in-capacidad de dejar
de hacer daño que hoy tiene carácter de catástrofe provocada143.
143 Gmo. Meza Salcedo, “La Ternura, una respuesta pastoral para los excluidos de hoy”, 2007, en
Cuestiones Teológicas, vol.34, n.82, Medellín, p. 424; llama a los excluidos: los puestos en la
nada, p. 427.
144 Las cadenas mundiales de afecto y asistencia y plusvalía emocional, 2001, passim, en W.
Hutton, A. Giddens, edit., “En el límite. La vida en el capitalismo global”, Barcelona.
145 Ver: Arlie Hochschild, “The Managed Heart: Commercialization of Human Feeling”, 2012 (1079)
University of California Press.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Cuando a Paulo Freire, un fino pedagogo del cuidado, se le preguntó cómo quería
que se le recordara, señaló algo que debiera ser un componente de todo humano
en cuanto cuidador, educador:
“Pienso que podrá ser dicho cuando ya no esté en el mundo: Paulo Freire
fue un hombre que amó. Él no podía comprender la vida humana sin amor
y sin la búsqueda del conocimiento. Paulo Freire vivió, amó e intentó
saber. Por eso mismo fue un ser constantemente curioso”146
146 A. L. Souza de Freitas, Curiosidad epistémica para Paulo Freire, 2020, en Escuela y Reproducción
Social, Argentina, p. 137.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
63
III. LOS DISCURSOS QUE SURGEN DE LA
VOLUNTAD POLÍTICA DE AFIRMAR DESDE
LO NEGADO
INTRODUCCIÓN
Y en la aporofobia (el desdén, incluso odio a los pobres) se expresa con nitidez,
cómo los pobres, les inutiles au monde (los inútiles para el mundo) como diría
R. Castel, los que conforman la población meramente numeraria, los desaforados
de los espacios de distinción, pensando en P. Bourdieu, todos ellos imprimen a
cualquier discurso que pretenda restaurar la vigencia social, política, pública de
la ternura, un carácter de ambigüedad, de sospecha, de amenaza. Ambigüedad 67
que tiene su origen en el contexto social, cultural, político en el que se elaboran
los discursos desde y sobre el afecto, la ternura. Y que refieren en concreto a
algo de la vida cotidiana en muchas familias: la violencia intrafamiliar justo en el
pretendido fogón de la ternura, allí donde la paternidad y la maternidad debiera
garantizar el afecto, el cariño, la amorosidad, la ternura como característica de las
relaciones familiares.
Y se plantea en plural aquello de discursos pues estos han surgido, desde diferentes
experiencias y contextos, sociales, políticos, culturales y educativos, con acentos
propios. La tarea necesaria, imprescindible es evidenciar lo que toda narración,
todo discurso oculta o deja de decir cuando de vivencias complejas se trata, como
lo recuerdan autores como Agamben.2
*************
LOS ORÍGENES E INCIO DEL DISCURSO DE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Este Ensayo intenta dar cuenta, aunque en forma rápida, del contexto en el que tiene
origen la intuición brotada de la vida de sectores populares durante los años ochenta
y noventa del siglo pasado. Consideramos necesario este señalamiento, pues nos
permite entender de manera menos subjetiva o “en privado”, un discurso que se iría
lentamente elaborando y que aún hoy es un discurso inacabado y que seguirá así, si
se quiere fiel a los procesos que demandan una atención y un pensamiento que se
va enriqueciendo con el devenir de la vida y maduración de las gentes. Sólo así la
pedagogía podrá ser considerada como el recurso conceptual que permita orientar y
dar respuesta a los retos que el quehacer cotidiano plantea a la demanda educativa
de toda práctica social. Si entendemos por matriz epistemológica una referencia
a experiencias vitales, a aquellas que involucran toda una existencia vivida y la
por vivir, podemos decir que estamos entrando de lleno en la epistemología de la
pedagogía de la ternura desbordando el estrecho marco de lo cognitivista e incluso
la circunstancia en la que tuviera inicio un primer abordaje. Esta tarea deviene
indispensable, pues frente a cualquier propuesta de carácter conceptual, en este
caso, la de la pedagogía de la ternura “...es necesario conocer el por qué, el cómo,
cuándo, dónde, con qué instrumentos y por quién ha sido construida, teniendo en
cuenta naturalmente especificar las coordenadas históricas
Mediados de los 70, significan una entrada franca en lo que se dio en llamar la
crisis del 75 en adelante. Luego de siete u ocho años de Gobierno militar, en el
país se resienten los efectos de la recesión económica y en lo social y político la
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
amenaza para los intereses de las clases dominantes, la respuesta de una oligarquía
frontalmente golpeada por las reformas de los militares y por otro lado la fuerza que
venían cobrando los sectores populares organizados. La crisis tenía que ver con la
evidencia de los límites del proyecto reformista de los militares y con la creciente
demanda por sectores populares desde las brechas que dichas reformas permitían
avizorar en la práctica. Cabe igualmente señalar, las tensiones, limitaciones y hasta
la poca capacidad demostrada al encarar técnicamente la gestión de los espacios
abiertos tanto en la cuestión agraria como industrial. Todo ello se suma para
configurar una real crisis. Son los inicios de una nueva versión en la represión
sufrida por las organizaciones sociales, sindicatos y gremios que conocerán de
suspensión de garantías, de toques de queda, y en ese contexto se da el importante
paro nacional del 19 de Julio de 1977, masivas huelgas de hambre, las huelgas
del magisterio, de los empleados del Estado, de campesinos y movilizaciones de
pobladores, de organización de despedidos por su reposición, etc.
El hecho más intenso y extenso, es el conflicto armado que vivió el país desde finales
de los 70 e inicios de los 80. Y decimos finales de los 70 pues consideramos como
un precedente importante los acontecimientos de Huanta en junio de 1969, con
la muerte de campesinos y la movilización de estudiantes de la Universidad San
Cristóbal y estudiantes de secundaria que inmovilizaron la ciudad de Huamanga.
Campesinos y estudiantes se movilizan por la gratuidad de la enseñanza. Se trata
de un hecho simbólicamente premonitor de lo que diez años después significaría
el inicio de la lucha armada por los derechos del campesino del ande postergado
y por las nuevas generaciones de jóvenes migrantes a las ciudades.
A veinte años de cese del conflicto armado y reconociendo que remanentes de una
de las organizaciones suelen hoy ser calificados como narco-terroristas, constituye
un imaginario extenso que mantiene la sensibilidad y la tendencia a reafirmar la
necesidad de mano dura, de desconfianza, de sospecha institucionalizada.
Estamos ante lo que se conocía en el mundo griego como el kuklos, es decir, algo
cuya insistente como prolongada repetición terminaba constituyendo una evidencia
naturalizada y de sentido común incuestionable. El manejo de la memoria y del
lenguaje por los vencedores y sus altavoces comunicacionales en el postconflicto
armado en el país, son un ejemplo de dicho fenómeno. Justificatorio del cooptar
ambos discursos como amenazantes y la necesidad de aplaudirlos pues pueden
72 ser funcionales a las bondades de los vencedores compasivos con el dolor de
la población y ejerciendo su protagonismo como guardianes de la paz interna y
externa cuando estas se ven amenazadas.
3 Ver para un contexto como el actual Pierre-Yves Boily, L’Urgence de la Tendresse, 2000, Des
Hommes et des Femmes, passim.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Quizá otra de las reflexiones que es pertinente hacer, refiere a que desde mediados
de los 70 se inicia una creciente reacción en las iglesias frente a lo que se
dio en llamar la teología de la liberación. Este no fue un fenómeno reducible
a la iglesia católica, también se fue dando en sectores protestantes. Tanto las
publicaciones del Centro de Estudios y Publicaciones(CEP) en Perú, como las del
CELADEC son un reflejo del fenómeno que en los años ochenta deviene en una
clara descalificación de escritores y materiales que abordaban tanto cuestiones
teológicas como de educación popular. Pero además el papel público que sectores
74 de avanzada habían jugado durante los 70, prácticamente pasan a una cierta
presencia discreta y hasta de franca distancia de escenarios eclesiásticos que
habían devenido abiertamente contrarios al discurso que se expresaba en la
teología de la liberación.
*************
EL CAMPO VIVENCIAL DE LA TERNURA
Por ello, no podemos entender una pedagogía de la ternura sino como expresión
de alegría por encima de las contingencias; como indicador de un sentido poético;
como recogiendo la fantasía que se expresa en la literatura. Pero muy en particular
por el sentido estético, por el arte, por el desarrollo del sentido y dimensión lúdica de
la vida. Se fue así favoreciendo un punto que salía al encuentro de falsas seriedades
frente a cómo encarar la lucha por la justicia, la búsqueda de respeto por la dignidad.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Las cuestiones que refieren a vivencias emocionales, afectivas son complejas cuando
éstas quieren exteriorizarse y verbalizarse. Posiblemente la manera de expresar
una experiencia, una idea, hace compleja y ambigua su comprensión. Desde una
perspectiva intertranscultural, tendríamos que admitir que los orígenes del discurso
sobre lo que se viene llamando pedagogía de la ternura, está anclado en la cosmovisión
occidental. Nada de ello es para quitarle consistencia, sino para que, desde otras
cosmovisiones, podrían enriquecerse, de manera muy necesaria, discursos y prácticas
de la ternura como un componente de la relación pedagógica y del ejercicio del
protagonismo. Las formas de entender la ternura desde nuestros pueblos originarios
incluye el entorno, lo que solemos llamar erróneamente -desde el horizonte moderno
occidental- el mundo inanimado o de niveles inferiores de vida, el entorno cósmico,
etc.5Pero también hay que reconocer que la epistemología vivencial, la que refiere a la
relacionalidad como criterio de racionalidad, nos permite poner como criterio el tipo
de relación, de inclusión que se produce desde esta perspectiva andina e indígena en
general. El sentido de amor, de relación en respeto y afectuosidad en estas culturas
76 tiene una extensión, a nuestro entender mayor, pues nada escapa al hombre interior
del que la naturaleza es parte, de la que el humano es resultado. No sólo cultivamos
la vida, la Pachamama, pues ella nos cría, ella nos hace, ella nos ama. Este nivel de
trascendencia constituye un enriquecimiento y un cambio de la antropoepistemología
tradicional de carácter más racional en el que lo afectivo no sería sino un factor de
distorsión, de mera subjetividad (subjetivismo) y no objetividad.
Por ello habría que abrir el diafragma y pensar la pedagogía desde otras corrientes
de vida, de cultivo de las dimensiones del hombre interior, de su subjetividad
social, desde su mundo simbólico y de significaciones.
5 Ver los aportes desde la complejidad-incertidumbre en E. Morín, “La vida de la vida…, op. cit., passim.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Una vez más, las palabras expresan simultáneamente una realidad dada y convocan
a una realidad deseable y en este sentido, crean una realidad.
Consideramos además que el tema del protagonismo como carácter del ser y
actuar de los individuos y de los colectivos sociales, nos remite a una cuestión
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
central desde la que y en la que los actores sociales expresan el ejercicio concreto
de su condición protagónica: la sociedad civil, una construcción de la modernidad
o simplemente la sociedad, para algunos, y sobre la que, en América Latina, se
han producido confusiones y estereotipos señalados por Helio Gallardo6.
Todos asumen una noción que de una u otra manera contraponen a paradigmas
dominantes de infancia e incluso a algunos aspectos de la reflexión sobre “nueva
infancia” desarrollada en países del norte.
El contexto que venimos a grandes trazos de evocar, no sólo nos revela un trauma 81
relativamente reciente de la nación. Es también una inmejorable ocasión para
recomenzar los esfuerzos por aprender la humanidad desde la entrada ética y
su fuerza interpeladora desde un proyecto de humanidad que salga al encuentro
del garabato de humanidad que el país había llegado a trazar histórica como
recientemente. Porque ese es el mérito de la ética, el colocarnos ante lo esencial
de nuestros afanes sociales, políticos, económicos, culturales, es decir, ante la
capacidad de construir y desarrollar fraternidad, projimidad, sororidad fuera de
lo cual todo esfuerzo de desarrollo deviene en el riesgo de no ser sino una nueva
forma de dominación, de sometimiento de los más débiles por los más fuertes.
Podríamos decir que la situación vivida y las secuelas heredadas bien podrían
ser como lo recuerda la Comisión de la Verdad y Reconciliación, una inmejorable
ocasión para retomar el camino hacia lo sustantivo de la vida de los seres humanos,
es decir a su esencialidad como seres en relación no agresiva ni violenta a los
otros y a lo otro, vale decir a los semejantes y al entorno cósmico. Esto implica
precisamente un alto desarrollo del sentido ético que apela al reconocimiento,
al respeto, al encuentro, a la philía y al ágape. Sin ello la política pierde, según
el aporte aristotélico, su profundo episteme como philía y más que manejo de lo
público, pasa a ser la manipulación de las personas desde la cosa pública o bien
reducir la política a la defensa de los amigos y el ataque a los enemigos, como
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
la conceptúa Carl Schmitt7. Y es que sin una fecundación por la ética, la política
deviene estéril en relación a su sentido de referencia a intereses comunes y al
de poder para lograrlo. Y es que no basta afirmar que la ética como la política
se proponen aprender y practicar la humanidad, sino que ello asimismo implica
entender que se trata de aprender una humanidad conflictiva.
7 Atilo Borón, S. González , Al rescate del ¿enemigo?, 2003, CLACSO, BsAs. Biblioteca virtual,
p.134-159.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
contenido, halla múltiples formas de hacerse evidente. Pues bien, es desde esta
circunstancia que se inicia un discurso de pedagogía de la ternura. Su rol no es
servir de catarsis, aunque el efecto pueda ser tal. La pedagogía de la ternura se
empieza a hilvanar como discurso que encarna una protesta silente, pero que
apunta a restaurar lo esencial en la vida de las personas, es decir, su condición
humana, su conciencia de dignidad.
En realidad lo que venimos planteando no es otra cosa que señalar que la matriz 83
en la que nace el discurso de la pedagogía de la ternura, no es una caridad
desbordante y generosa cargada de compasión, sino su matriz, paradójicamente,
hay que buscarla en una lectura alternativa desde lo inverosímil de la vida, es decir,
desde la indignación y esperanza que también tienen lugar y fuerza transformadora
cuando el límite de lo injusto y el borde final del olvido y la exclusión, se reconocen
también como el umbral de la afirmación de la esperanza y de la necesidad de la
transformación para seguir siendo nación, para seguir deseando ser uno mismo.
Dos son, entre otras, las características de los orígenes de este discurso en nuestro
país: el de la violencia política y armada y el de los maestros y maestras en medio
de ella. Así como el surgimiento del feminismo en los siglos XVII, XVIII en Francia
e Inglaterra se da en un contexto de “esposos brutales, exigentes y groseros”, así
la pedagogía de la ternura surge en contextos de negación de la vida como una
afirmación del valor de la vida de todo ser humano, como una rectificación del
ágape, del amor humano como condición para devenir humanos. Sólo en 1994
el psiquiatra colombiano Luis Carlos Restrepo, involucrado en un contexto similar
como el de la violencia política en su país y su ciudad Medellín, publicará ese
hermoso como esclarecedor libro, “El Derecho a la Ternura”, al que seguirían otros
trabajos suyos más sobre el tema.
Pero creemos que el reto mayor en vistas a una real incidencia, está en lograr que
de las ideas sobre pedagogía de la ternura-por cierto sueltas y un tanto genéricas
hasta hoy- podamos llegar a la formación de mentalidades, de maneras coherentes
de acción y reflexión, de formas de reacción y comportamiento que sean como
normales, aceptadas y reflejando un modo personal y colectivo de vida. Es decir,
este pase a mentalidades formadas desde una perspectiva de las ideas de la
pedagogía de la ternura, será un proceso más lento pues se trata de una real
transformación cultural, de un giro antropológico y afectivo otro al dominante.
************* 87
Así como en cada ser humano hay que aprender a ser humano, así hay que aprender
a ir siendo protagonista, conductor de la propia vida, personal y colectiva. La
pedagogía de la ternura encuentra aquí su lugar, su espacio, su tiempo. Y si vamos
siendo protagonistas en la medida que contribuimos a que otros también lo vayan
siendo, podemos decir que se trata de un tiempo que dura la vida.
*************
LA TERNURA DESDE EL PARADIGMA DEL PROTAGONISMO
La ternura puede emerger cuando las personas nos encontramos; ahí eclosiona
cuando la relación está signada por el respeto, el afecto, la delicadeza, la
amabilidad, las sensibilidades, la conciencia y el sentimiento de sentirse iguales
aunque diferentes. No hay entonces repartidores de ternura, sino constructores
de relaciones de calidad profundamente humanas y cálidas como matriz para la
emergencia y desarrollo de la ternura como una fuerza social, espiritual, política.
90
Esta comprensión supone un cambio de paradigma: El niño no como objeto, sino
como sujeto de derechos, con opinión propia, con capacidad y vocación participativa.
La Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas ha consagrado el
paradigma de la protección integral. Si bien se trata de un documento sólo con fuerza
vinculante para sus signatarios -quienes además la han ratificado- consideramos que
ha generado en el mundo una movilización efectiva en favor de la infancia de una
fuerza y significación social, cultural, política y ética de imponderable importancia.
Hoy esta pareciera sonar a utopía, y lo es, pero en el genuino sentido de lo posible, 91
de lo realizable y de lo deseable porque embrionariamente está ya presente.
*************
LA TERNURA COMO NECESIDAD Y VALOR POLÍTICO
Esto podría seguir sonando a utópico y lo es, en el sentido profundo de algo tanto
más deseable cuanto que lo ya concretado en la historia de nuestros pueblos sigue
siendo presencia estimulante para persistir en el intento.
En síntesis
92 Si bien entre los siglos XVI al XVIII se reconoce, como apunta Ariès, la “invención
de la infancia” que autores como Firestone llamaría la “ideología de la adultez”8
y que con ello se gestan pedagogías funcionales a tal ideología9, podemos
igualmente reconocer que a mediados de los años 70 experiencias como la de los
NNATs organizados en diversos países de la región no solo van conformando una
mirada otra sobre la infancia, sino que con estas organizaciones y movimientos
se va gestando una corriente pedagógica de carácter político, ético, crítico y
decolonizador que se recoge en la llamada pedagogía de la ternura desde el
paradigma del protagonismo infantil. La entonces consistente experiencia y
producción académica de la educación popular, la teología de la liberación
y la filosofía de la liberación, así como los aportes de la tradición pedagógica
decolonizadora en países de la región desde Simón Rodríguez hasta Freire,
fueron la matriz en que se gestaran los primeros discursos de la pedagogía de
la ternura.
8 Ver W. O. Kohan, “Infancia entre educación y filosofía”, 2004, Laertes, Bs.As, p.104-105.
9 M Narodowsky, “Infancia y poder. La conformación de la pedagogía moderna”, 1994, Bs.As.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
95
12 Ver Joan C. Mélich, “Ambiguitats de l’Amor”, 2004; “La educación como acontecimiento ético”,
2001, Paidós. ¿Es la pedagogía de la ternura factor necesario de la étca como acontecimiento
político, utópico, sociopráctico…? Sus tres enunciados sobre ética: a.- no hay ética sino desde
la experiencia del mal; b.- no hay ética porque dimos la respuesta adecuada ni por deber; c.- no
hay ética porque seamos dignos, sino porque seamos sensibles a lo indigno p.222; d.- el Buen
Samaritano en Lucas: de quién soy yo prójimo, p.231. La ética no asume las nociones de bien,
deber y dignidad sino la de sufrimiento, sensibilidad y compasión frente al dolor de los demás,
p.237.
IV. LA BATALLA CONTRA TODO INTENTO DEL
MODELO CIVILIZATORIO CAPITALISTA POR
COOPTAR LOS DISCURSOS DE LA TERNURA Y
DEL COPROTAGONISMO
LA ESTRATEGIA DEL PODER DOMINANTE: LA OCUPACIÓN DE LAS
CONCIENCIAS Y LAS SUBJETIVIDADES
Introducción
Consideramos que ambos discursos -los que expresan la necesidad del paradigma
del protagonismo como los que evocan la significación humana y social de la
imprescindible experiencia de ser amados y aprender a amar- se levantan como
esenciales a toda lucha contrahegemónica del modelo dominante hoy a nivel
pretendidamente universal.
*************
EL CONTEXTO DE NUESTROS DISCURSOS SOCIO-PEDAGÓGICOS
101
En el contexto de la crisis de la civilización occidental al privilegiar la técnica y lo
económico, lo material y lo cuantitativo ha creado un serio malestar en el seno del
bienestar material y que deja en evidencia que el homo sapiens es al mismo tiempo el
homo demens incapaz de formular una política de civilización y un modelo civilizatorio
de humanidad3. De allí que la pedagogía de la ternura la se levante como un factor
que haga del amor una exigencia ética y política de desarrollo del homo sapiens, es
decir de su condición humana basada en el sentido de compasión y de bondad en
contextos de indolencia e individualismo4. Estamos en contextos altamente proclives
a la amenaza de regresión a las barbaries del espíritu. Y es que la sociedad del cálculo,
de la tiranía del tiempo cronometrado, de la máquina, “es incapaz de concebir lo
que [aquello] ignora, es decir, la vida, los sentimientos, el alma, nuestros problemas
humanos…lo humano de lo humano, sus impulsos, sus sufrimientos”5.
3 Ver E. Morín, “¿Hacia el abismo? Globalización en el siglo XXI”, 2010, Paidós, p. 152-154. Ver
Z. Bauman, “Ceguera Moral. La Pérdida de la Sensibilidad en la Modernidad Líquida”, 2015,
Barcelona, edit. Paidos, Passim.
4 Ver ib. p. 160.
5 Ver ib. p. 10, p. 24, p. 37-38
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Gran parte del malestar en la cultura de la vida cotidiana tiene sus orígenes en lo
que Davies llama la industria de la felicidad8
No solo estamos ante la crisis del modelo civilizatorio dominante, sino que
este es el indicador evidente de que encaramos una radical crisis civilizatoria
como lo recuerda Schibotto14, es decir, lo que está en juego es la respuesta que
venimos dando globalmente a las preguntas decisivas como esenciales ¿qué es
ser humano/a?, ¿qué sentido vital tiene la vida?, ¿a quién es significativa mi vida,
la de mi comunidad?, ¿qué es la felicidad?, ¿etc,etc? Como se pregunta Morín,
¿Hacia dónde vamos?, ¿hacia el abismo?
15 Fsco. Sierra C, et Alii, Economía política, comunicación y conocimiento, una Perspectiva Crítica
Latinoamericana, 2005, Bs. As. 2005, p. 3ss; 2005, Bs. As. ver además, coord., Capitalismo
cognitivo y economía social del conocimiento. La lucha por el código; ver, Capitalismo cognitivo,
nueva cultura colaborativa: el reto de la transversalidad.
16 Ver Una epistemología del Sur, 2009, CLACSO, S XXI, p. 174-175.
17 W. D. Mignolo, Catherine E. Walsh, Decolionality: concepts, analytics, Praxis, 2018, Duke Univ.
Press, passim
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Las democracias políticas con fascismo social no son ajenas a otras expresiones
como la que Tamayo18 llama los cristofascismos portadores de un discurso
basado en el odio, el miedo, la aporofobia y múltiples fobias. Se venden bien hoy
discursos como “Con mis hijos no te metas”, “Movimiento Pro-Familia Patriarcal”,
“Movimiento Pro-Vida”, o ciertos teísmos neofascistas y providencialismo político
con réditos en campañas y elecciones políticas.
18 José Tamayo, en un artículo, sobre Bolsonaro, predicador del cristofascismo, s/f, 2019.
19 D. H. Cabrera, op. cit., p. 121.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Pero así mismo no deja de ser esperanzador que mujeres, poblaciones indígenas
y JJAANN y sus comunidades religiosas hoy se levantan como un lugar de
enunciación y transformación social y cultural, de un humanismo otro, es decir de
un reconocimiento que el proceso de humanización no se reduce ni al crecimiento,
ni al desarrollo tal como se tiende a entenderlo desde los centros de control y
dominación. Pero también asistimos a la construcción de formas de encuentro
respetuoso entre denominaciones cristianas y religiosas.
Las infancias siguen siendo parte de esos sectores que sufren por hacerse
reconocer como interlocutores válidos por lo que les concierne directamente y con
mayor razón, por lo que afecta a sus familias y comunidades, a su país.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
*************
FRENTE AL PARADIGMA PERDIDO DE LA NATURALEZA HUMANA, HOY LA
BATALLA SE LIBRA SOBRE EL TERRENO DEL ESPÍRITU
107
INTRODUCCIÓN
El título de estas reflexiones se inspira en escritos del propio Edgar Morín porque
sintetizan bien lo que se está viviendo a nivel global, pero muy en particular, porque
encierra no sólo el reconocimiento de una megacrisis a nivel del pensamiento y
sus implicancias en la comprensión de la humanidad y su misión en la historia de
la vida del mundo, sino porque nos convoca a reconocer la necesidad y urgencia
de actuar en el vital terreno del espíritu21. Dicho de otra manera, nos impele a
apostar por una reforma del pensamiento; por una refundación de la política desde
una ética de la reliance, que -en traducción ad sensum-podríamos decir de la
relacionalidad, vincularidad; por una regeneración de la vida cotidiana22.
Que la batalla se libre sobre el terreno del espíritu, no equivale al mundo de lo privado
como si esta dimensión no tuviera carácter social, sino al espíritu que anima la
condición planetaria y que nos coloca en el horizonte de la complejidad, incertidumbre
20 G. Ch. Spivak, ¿Puede hablar el subalterno?, 2011, Cuadernos de plata, Bs.As., passim
21 Conferencia de próxima publicación por CONCYTEC- en el evento realizado en la U. Ricardo Palma
en homenaje por los 100 años de vida de E. Morín.
E. Morín, Le Paradigme perdu. La nature humaine, 1973, Seuil; cita textual en Préface á Où va le
monde?, 2012, éd. L’Herne, Paris.
22 E. Morín, Pour une Politique de Civilisation, 2008, arléa.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
y conflictividad permanente de esta búsqueda por articular, por relacionar, por incluir
bajo pena de imbecilidad cognoscitiva23. Pues se trata de reconocer críticamente el
inacabable proceso metamórfico por el que se sigue llegando al homo sapiens, pero
que no cancela –también como parte de esa batalla- al homo demens en sus diversas
concreciones a lo largo de la historia a nivel individual y colectivo.
En los escritos de E. Morín hay que reconocer que por espíritu entiende la mente
como resultado de la cultura, de la relación con el entorno material, pero también
con las formas que en las distintas culturas tienen las representaciones del mundo,
del sentido de la vida, de la autonomía, de la libertad, de la identidad y de lo que
él llama la fe, la esperanza, la necesidad para vivir como humanos del afecto,
de la amistad, del nosotros. Pero, además, Morín es muy claro cuando cuestiona
mesianismos, justificaciones de la violencia, mitos, ideologías, pacifismos, etc.24En
esta reflexión releer a Morín y hacerlo desde las implicancias de sus aportes para
el mundo de las subjetividades, puede ser de gran utilidad para la labor educativa
y de atención a colectivos sociales.
Hacer una reflexión a partir de evocar los cien años de vida de un miembro de la
especie homo sapiens de la estatura del pensador Morín en pleno contexto de la
pandemia Covid-19 y de inequívocas señales de la naturaleza del cambio climático
108 e implicancias para la vida toda, conforman un escenario que nos marca una vía
hacia la búsqueda de una respuesta de conjunto y desde la unidad múltiple que
somos, a la vital pregunta: ¿qué humanidad hemos venido siendo hasta hoy cuando
desde la vida social cotidiana las barbaries del espíritu nos muestran en carne
viva que la megacrisis tiene rostro de lo humano enloquecido y criminal? Y es que
“pensar la barbarie es contribuir a recrear el humanismo”25. Pero así mismo de
esas barbaries “vemos, entonces, aparecer… la urgencia y la necesidad primera: la
emergencia de la humanidad”26.
23 E. Morín, Birgitte A. Kern, La reforma del pensamiento, 1993, en Tierra Patria, Barcelona, edit
Kairós, p. 189-203
24 Ver sobre espíritu el sentido que le da en el vocabulario en Método V, que no es el de espiritual.
Morín en sus escritos suele emplear expresiones que constituyen una especie de recuperación laica,
arreligiosa de vocablos de una densidad espiritual, incluso religiosa en sentido panecuménico,
pero que ayudan a recuperar el profundo sentido relacional, humanista de su pensamiento
científico como biólogo, como filósofo, como político y vitalmente humanista: amor, fe, esperanza,
resurrección, fraternidad, perdón, etc. Su experiencia en Fortaleza, Brasil, en una ceremonia de
candomblé, alguien fue poseído de un espíritu y siguieron llegando más espíritus: “Yo estaba
arrebatado, al borde de un trance que esperaba ardientemente…a ser poseído…comprendí cómo
los espíritus y los dioses tenían existencia real, Cap. 1, El tercer reino, p. 121. Morín va a tomar
de T. de Chardijn la categoría de noosfera- la esfera de las cosas del espíritu- en que se despliegan
mitos, dioses, símbolos, teorías que inciden en la relación entre lo real y lo imaginario, entre razón
y racionalización, error e ilusión como comenta B. Fontal, R. Contreras, en Rev. VII Escla. Ven. de
Qca, 2006, p. 58-76.
25 E. Morín, Breve historia de la barbarie en Occidente, 2007, Paidós, p. 110.
26 Où va le monde?.2012 éd. L’Herne,Paris, p. 96
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Que hoy la batalla se libre sobre el terreno del espíritu nos coloca frontalmente en
lo que Morín perfila en su Método 6 cuando establece la necesaria imbricación
de la dialógica ética-ciencia-política como lugar epistémico desde el que se abre
la vía para redescubrir el sentido esencial del paradigma de la complejidad, de
la incertidumbre, de la relacionalidad abrangente como dirían los brasileros, de
sabernos en el corazón del misterio y convocados a un humanismo planetario, a la
magnanimidad y el perdón, a hacer, como diría Illich, de la convivialidad el arte
de vivir, saber amar28.
*************
RECUPERAR EL PARADIGMA PERDIDO DESDE EL PARADIGMA DEL BIEN
COMÚN DE LA HUMANIDAD Y SU ENTORNO NATURAL
27 Énfasis nuestro.
28 E. Morín, La Méthode 6. Éthique, 2004, Seuil, en particular, p. 73-92; 141-150; 151-159; 165-
169.
29 Basarab Nicolescu, La Transdisciplinariedad, Manifiesto, 1996, ed. Du Rocher, p113-116 y señala
que el hommo sui transcendentalisno es el “hombre nuevo”, sino un hombre que nace de nuevo.
Homo sui transcendentalis es el verdadero estado natural del ser humano.
30 E. Morín, Les deux humanismes, 2015, Supplément Le Monde Diplomatique, oct.I.II.III.
11 Sobre la necesidad de respetar el principio de reliance contra toda disyunción, separación,
desmembración, escisión, en el pensamiento y la acción, Morín insistirá sin pausa como una forma
de resistencia a las consecuencias que se arrastran aún.
31 E. Morín, Los siete saberes para la educación del futuro, 2001, Unesco Paidós, I, 25-34.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Se necesita, entonces, una forma de pensar que articule, que supere las
disyunciones. El lenguaje se forma como fruto de saberse en implicaciones
mutuas, en relación e intercambio también afectivo.
Una reforma del pensamiento desde el horizonte del humano en cuanto ser
terrestre, cósmico, miembro de la especie, la sociedad por ser un ser social, de la
Terre Patrie33, exige una reforma permanente de las mediaciones que permiten el
aprendizaje de dicha humana condición. Es decir, de las imágenes, concepciones
y prácticas relacionales de la familia, la escuela, la organización de la comunidad,
etc. La urgencia de la reforma intelectual34es resultado y factor de una actitud ética
que recoge el lugar epistemológico que olvidara el paradigma perdido, vale decir,
la pertenencia del humano a la realidad cósmica de la que no es ni amo ni dueño.
Reforma que incluye, además, un esfuerzo por superar la razón instrumental y
utilitaria dominante y por establecer un permanente diálogo entre conocimientos-
saberes y valores. Pero también, entre llorar, amar, reír, comprender35, amor,
poesía, sabiduría36. Morín hace un fino bordado lingüístico cuando aprovecha la
110 licencia onomatopéica del idioma francés y escribe: Semer, S’aimer= sembrar es
amarse37.
alternativa y global de la vida. En otros ámbitos del mundo andino como en Perú,
aún no puede hablarse de un nivel de mirada global para el país. Pero ciertamente
que el proyecto que encierra el Allin Kawsa hace del cuidado y del respeto y
veneración de la vida, un necesario referente cuando se habla de concretar una
política de civilización.
Quien ya hace unos 35 años utilizara la expresión por una política del hombre fue
E. Morín y quien luego, ante la necesidad de una refundación política, empezará
a escribir en torno a Una política de civilización39
El arte de cuidar del ambiente y del espacio que nos rodea ha sido siempre el
esfuerzo por restablecer un equilibrio en la vida terrestre frente a las condiciones
socio-políticas perturbadas de la época como lo recuerdan en sus escritos L. Boff
y F. Houtart40.
39 Ver Pour une Politique de Civilisation, op. cit., edit. Arléa, p. 41., a la búsqueda de fundamentos
perdidos.
40 Ver en Mercado y Religión, p. 139ss, ambos refieren respectivamente al Feng Shui o Falun Gong
de tradiciones orientales emparentadas conceptualmente con dimensiones esenciales del Buen
Vivir.
41 Ver por ejemplo los aportes de Hugo Assman, “Reencatar a educacao, rumbo a una Sociedade
Aprendente”.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
42 Josef Estermann, “Filosofía Andina. Sabiduría indígena para un mundo nuevo”, 2006, ISEAT, 411
págs; ver el excelente trabajo de Antonio Peña Cabrera, ”Racionalidad Occidental y Racionalidad
Andina: una comparación”, 2000, Rev. De Sociología, UNMSM, p47-58.
43 Ver los aportes de Enrique Dussel, ”Filosofía ética de la Liberación”, 1988. 3ra. edic. : “La edad
moderna europea, desde la imposibilidad del planteo ético a partir del ego cogito cartesiano que
encierra al ego en un insuperable solipsismo, negando al Otro por ello mismo, y confundiendo lo
ético con lo ontológico –es decir, aniquilando lo ético-, dividió la ciencia práctica en una “doctrina
del derecho” y una “doctrina de las virtudes” (la ética propiamente tal) con Kant”, p. 7.
44 H. Assman, op. cit., p. 108-113.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Desde una concepción cultivada por nuestros pueblos originarios y que se suele
expresar como el Buen Vivir, el apego, la vinculación afectiva no se agota entre
humanos, todo ello refiere al entorno natural, a todo lo existente del que los
humanos somos parte, incluso nuestro entono nos precede, nos acoge, nos provee
lo que necesitamos para ir siendo en reciprocidad. Por ello la tierra es madre,
pachamama, nos cría y nos toca criarla.
Tanto el Sumak Kawsay, como el Sumac Qamaña, como el Allin Kausay y otras
expresiones en diversas lenguas originarias, se emparentan entre ellas no sólo por
su origen indígena, sino por tratarse de categorías, algunas de ellas, de origen
relativamente reciente. Esto es materia de debate, pero lo más importante es que
son expresión de un pensamiento crítico y divergente desde el que se crea no sólo
una alternativa sectorial sino global a la propuesta de vida en el planeta y del
planeta no cerrada a las contribuciones para la vida hechas desde otros modelos
civilizatorios46. 113
*************
SUPERAR EL ANTROPOCENTRISMO DESDE UN HUMANISMO
OTRO
La pregunta que surge es, ¿qué humanismo otro es ese? Ciertamente que no se
trata de otro humanismo, que no pasaría de ser una variante más del humanismo
45 Ver Claudia Córdova, tesis doctoral en la Universidad de Manisales, una síntesis de la misma en la
Rev. Internacional NATs N°23 -24, 2013.
46 Paulo Suess, Perspectivas y tareas desde un mirar crítico a desafíos de la realidad en vista del Buen
Vivir (Sumak Kawsay) de todos, 2010, Alternativas, año 17, n.40, p. 30-38; ver las reflexiones de
Jorge Ishizawa, Sumaq Kausay, Pratec, p. 7-11
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
que hizo del humano y de la humanidad como un constructo abstracto más bien
en función de destacar, de dominar, de someter.
dejar de hacerlo dialogar con lo posible inédito que se esté haciendo posible
conservándose la apertura a lo que el principio de incertidumbre nos plantea,
vale decir, a articular dos virtudes que para el pensamiento clásico griego estaban
cargadas de sentido humano: la prudencia y la audacia.
Desde esta cosmovisión originaria que estructura lo que Morín llama espíritu,
esencial territorio en el que se anuda la autoconciencia, la complejidad,
incertidumbre y conflictividad de la vida, hay una experiencia y concepción del
tiempo alterativa a la que en el modelo civilizatorio dominante se ha instalado al 115
naturalizarse. En efecto, la vida humana no solo transcurre en el aceleracionismo
loco y enloquecedor de lo que el desarrollismo moderno ha impreso funcional al
valor de cambio como centralidad del homo oeconomicus, sino que, como escribe
Baumann, todo fluye, todo tiene fecha de vencimiento, la vida, el amor, la sociedad
se han vuelto líquidos. Y ello obliga a repensar el valor moral del tiempo58.
Morín, con mucha lucidez, recuerda que las emancipaciones de lastres inhibidores,
de colonialidades internalizadas, de cegueras producidas, son procesos que toman
tiempo, pero es el costo de hacer del tiempo, historia. Precisamente, en una sesión
de reflexión con participantes de la Multiversidad de la Complejidad E. Morín, y en
actitud de coherencia con aquello de espíritu heurístico, de pensamiento abierto y
curiosidad, Morín les planteó que a los siete saberes necesarios para la educación
del siglo XXI, que él escribiera antes que finalizara el siglo XX, le faltó un saber
n.8, es decir, el de tiempo59. El tiempo que toman las cosas y cómo estas siguen
abiertas a la complejidad, incertidumbre y a los posibles inéditos como lo diría
Hugo Zemelmann.
59 Ver Reporte del Diplomado de Pedagogía Compleja, el breve reporte sobre este aspecto, México.
60 E. Morín, Penser Global. L’Humain et son Univers, 2015, Paris, L’humnain et la trinité bio-socio-
anthropologique, p. 11-63; y Pour une politique de civilisation, 2008, arléa, 79 ps.
61 E. Morin, Oú va. p. 68-70.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
*************
HACER DEL AMOR A LA VIDA TODA UN IMPERATIVO ÉTICO-
POLÍTICO
Ético, porque la vida toda está en permanente riesgo y allí se juega la posibilidad
de florecer en humanidad cuando el respeto, el reconocimiento que somos los
humanos un minúsculo signo de la vida toda, pero llamados a ser cuidadores críticos
y creativos frente a lo que el homo demens, que nos habita, es capaz de hacer de
las vidas todas. Porque es a través de ese sentir que se refuerza la conciencia de
nuestra condición humana de vincularidad, de identidad relacional62. Ser seres
en reliance, no solo interpersonal sino a dimensión cósmica y escala universal
nos interpela sobre la ética que subyace a ser seres en relación, vale decir, si el 117
antropocentrismo tóxico -porque aspirando a dominar, a someter a subalternizar
todo a su narcisismo de homo sapiens- y porque la pretendida calidad técnica de
la vincularidad está huérfana de la calidez sin la que el mero vínculo social no
asegura una humanidad otra. La condición de vincularidad sustantiva del humano
implica la relación compleja de autonomía-vínculo-responsabilidad porque en ello
se funda la ética para Morín63.Pero además, porque estamos llamados, como dice
Weber, a conciliar la ética de la convicción, con la ética de la responsabilidad64.
López Ospina afirma que en definitiva se está en presencia de una nueva era de la
humanidad y no en una transición compleja solamente de la historia65.
“No se trata de crear una nueva ética, sino de progresar hacia el retorno a
la ética”. E. Morín, Oúvalemonde? ib.p. 74.
66 E, Morín, ¿Hacia el abismo? Globalización en el siglo XXI, 2010, Paidós, Barcelona, p38.
67 Ib, p. 38.
68 Santiago Castro Gómez, Ramón Grosforge, edit., “El giro decolonial. Reflexiones para una
diversidad epistémica más allá del capitalismo global”, 2007, U. Javeriana, Bogotá, p. 155.
69 F. Fanon (1973: 192) citado en S. Castro G, R. Grosforge, op. cit., p. 155.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
El resultado no podrá ser otro que una real contribución a la constitución de sujetos
con personalidad resiliente, capaces de desempeñarse eficientemente no obstante
las dificultades remanentes de su entorno72.Complejidad e incertidumbre que son el
resultado de un nuevo pensamiento crítico que él mismo no se permite ser una nueva
edición de simplificación alguna ni de un neodogmatismo cualquiera. Paradigma de
la complejidad y paradigma crítico devienen las dos caras de una misma moneda
antropológica y epistemológica.
Lo que Morín entiende por espíritu está entre la sociología de las ausencias.
Ya Boltansky había señalado el práctico desinterés de la sociología por el tema
70 Ibídem, p. 152.
71 Adela Cortina, “Ética del Discurso: ¿un marco filosófico para la neuroética?, 2013, Rev. De
Filosofía y Política, n.48, enero-junio, 127-148, ISEGORIA, p. 136, 139-140.
72 Ver Cristina Villalba Quesada, “El Enfoque de Resiliencia en Trabajo Social”, s/f, paper de 30 pp.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Sin lugar a dudas, la incertidumbre esencial del humano puede tatuar subjetividades
de miedo, de inestabilidad, de resignación, de culturas psíquicas75 enfermizas,
adictas a servidumbres voluntarias como ya en 1542 el joven De la Boétie76 lo
120 proclamara. Todo ello, está socialmente producido.
*************
73 L. Boltansky, op. cit., p. 10: “M. Pollac me hizo la observación de la casi ausencia de una reflexión
sobre el amor en sociología”.
74 Citado por Alejandra Aquino Moreschi, “La Subjetividad a debate”, 2013, en Sociológica,
año 28, n.80, p. 259-264; Fernando González Rey, “Subjetividad social y representaciones
sociales”, 2008, Revista Diversitas, Perspectivas en Psicología, pp. 225-243 y “Postmodernidad
y subjetividad: distorsiones y mitos”, 2007, U. Católica de Santa María, Cuadernos de Ciencias
Sociales, n.1, pp. 35-63.
75 E. Morín, La Méthode 6,op. cit., p. 97-111
76 Étienne de la Boétie, Le Discours de la servitude volontaire, vers 1548 según B. Graciannette en
Rev. Erythesis, n.4, 2009, p. 68.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Retomamos expresiones del propio Morín a modo de vías para concretar aquello de
que el espíritu es el territorio de resistencia y de reafirmación de sueños, apuestas,
de esperanza. En palabras suyas, “Política de resistencia, de restauración ética
y de la esperanza. El fin de la política de civilización es la calidad de vida, cuya
manifestación es el Buen Vivir y no el solo Bien Estar que se reduce a condiciones
materiales resultado de mal-estar”77. Pero trabajar por un proyecto otro no puede ser
sino con quienes estén dispuestos a persistir en el compromiso afirmando en concreto
que reconocemos que “Hace falta de la alegría (del gozo) y del amor en el presente
para invertir en el porvenir”78.Pero, además, que “no hay humanismo sin poesía, sin
fiesta, sin alegría, sin música, sin estética, sin admiración…”79. Pues “sabemos que
los buenos sentimientos y las buenas ideas son impotentes”80. Y que en esta compleja,
incierta y conflictiva labor, “… no hay que olvidar que la democracia es, en sentido
profundo, la organización de la diversidad”81. Pues “la democracia necesita recrearse
de manera permanente. Pensar la barbarie es contribuir a recrear el humanismo”82
Además de lo ya señalado, veamos algunos de los campos para una agenda desde
la acción ético-política y educativa de resistencia y propuestas, los siguientes:
85 En Epílogo, p. 87. de E. Morillo, R-D Mota y R. Ciurana, Educar en la Era Planetaria, 2002, Edit.
SEC-Sonora, México.
86 Ver Oú va le, op. cit., p. 3
87 Ib.p. 4
88 Ver E. Morín, ¿Hacia el abismo...., op. cit., p. 154.
89 E. Morín, La Méthode 6, op. cit., p. 111.
90 E. Morín, Pour une politique de civilisation, op. cit., p. 29.
91 Oú va le…op. cit. p. 95
92 Edgar Morín, Para salir del sXX, 1984, en p. 4 y 10.
V. TRES SIGNIFICATIVOS MOVIMIENTOS
SOCIALES QUE VAN REINVENTANDO LOS
DISCURSOS DE LA PEDAGOGÍA DE LA
TERNURA Y DEL PRO/CO- PROTAGONISMO
MUJERES, PUEBLOS ORIGINARIOS Y NIÑECES, DE NO-LUGAR A LUGAR
DE DENUNCIA Y ENUNCIACIÓN
Introducción
Los tres movimientos a los que se alude son corrientes de acción, de pensamiento,
de lucha e incidencia transformadora que van logrando colocar en la agenda
política pública nacional lo central de sus históricas demandas por justicia y
reconocimiento que siguen siendo una deuda real: nuestros pueblos originarios,
las mujeres y las nuevas generaciones, muy en especial con quienes concentran
en sí las tres identidades.
Toda batalla hoy por hacerse reconocer como interlocutores válidos, es decir,
capaces de hacer valer su pensamiento, su opinión, su sentir y su mirada en
lo que les concierne, es una significativa lucha por la decolonización de las
actuales formas de poder, de micropoder. Ello se condice con las representaciones
socialmente construidas en el tiempo y que ha llegado a conformar sentidos
comunes naturalizantes de la marginación y subordinación de estos sectores5.
7 Ver Gerardo Morales, “Michael Meffesoli: La razón sensible como argumentación postmoderna”,
2006, Abra, vol 26, Núm. 35, p. 125-140 recuperado https//www.revistas.una.ac.cr.
8 Ver M. Maffessoli, “Elogio de la razón sensible”, 1997, Barcelona, Paidós, passim; ver además,
Adela Cortina, “Ética de la razón cordial: educar en la ciudadanía en el s. XXI”, 2016, edit. Nobel,
passim.
9 M. Augé, “Los “no lugares”, espacios del anonimato”, 1993, Gedisa, Barcelona; lo que Santos
llama la sociología de las ausencias.
10 Ver los aportes de A. Touraine quien hace del sujeto un eje articulante de su pensamiento
sociológico, “Sociologie de l’action”, 1965, Seuil, p. 7; en “Critque de la Modernité”, 1992,
Fayard, concibe al sujeto como movimiento social, cap. II, p. 171-294; “¿Podremos vivir Juntos?”,
1997, Fce, 104-122; en “Qu’est-ce que la démocratie”, 1994, p. 180, nos dice “el sujeto es a la
vez, razón, libertad y memoria”; “Aprés la crise”, 2010, Seuil, p. 100-110; con F. Khosrokhavar,
“A la búsqueda de sí mismo. Diálogo sobre el sujeto”, 2002, Paidós, Bs. As., p. 87-121.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Son tres actores históricos que además representan la reserva de humanidad que
con mayor solidez encaran –desde sus específicas características- el campo y el
significado y sentido de las emociones, de los afectos, de los sentimientos, de la
amorosidad, en una palabra, el mundo de la subjetividad, de las identidades, de la
pertenencia con posibilidades propias para articular en síntesis feliz protagonismo
y pedagogía de la ternura.
Desde hace cerca de cincuenta años, infancias trabajadoras de nuestra Abya Yala-
pero hace 120 años en Chile los niños canillitas protagonizaron una histórica
huelga-11vienen construyendo y profundizando un discurso sobre las infancias
como sujetos sociales, actores políticos protagonistas y ello dando concreción y
vitalidad a una pedagogía que la entienden en el marco de la calidez humana. La
salida del anonimato social vía su participación protagónica exige inventar una
128 pedagogía otra que las basadas en el control, en la subalternidad, en la evolving
capacities como pretexto de moratoria social.
*************
HERENCIA DE LA COLONIALIDAD DEL PODER Y DEL PENSAMIENTO,
PARTICIPACIÓN INFANTIL Y CULTURAS NO OCCIDENTALES
La CDN, a nuestro entender, no logró inaugurar un nuevo pacto social con las
infancias fundado en la interculturalidad, es decir en el reconocimiento sin
timideces ni matices de la diversidad cultural como un recurso necesario a la
sobrevivencia de la humanidad como especie y como fuente de capacidades
11 Ver Matías Arce Cordero, Hacia un discurso emancipatorio….., op. cit., p. 331ss y cita al historiador
Jorge Rojas Flores quien registra los hechos en Suplementeros: los Niños y la venta de Diarios.
1880-1953, 2006, Arianda Ediciones, Stgo. de Chile.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
No dejan de ser pertinentes preguntas como: ¿por qué la CDN logró un consenso
sentimental tan rápido y tan extenso? y ¿por qué las prácticas no se condicen con
ese sentimiento?, o ¿no será que el estrecho margen concedido a la participación
en la CDN, es apenas un descolorido diseño de una utopía más que de un proyecto
político?14; o quizá ¿estamos ante una anticipación simbólica que luego tiene
dificultades serias para hacerse concreta en el tejido político, social, cultural?
Posiblemente estemos ante un fenómeno puramente de diplomacia internacional
generalmente desempatada de lo que sucede en el terreno del trabajo directo
con infancia, toda vez que se produce una cierta nivelación homogeneizante de 129
realidades absolutamente heterogéneas. Uno de los derechos que más dificultad
tienen para concretarse debido a que suponen un replanteamiento de estructuras
de gobierno, de representatividad, de capacidad jurídica y social para decidir, es
el derecho a la participación y en particular cuando de participación de sujetos
poco considerados en espacios que los adultos han considerado privativos para sí.
Es el caso de la infancia.
Sin embargo, basta dirigir la atención a contextos culturales distintos a los que
predominan en la CDN y lo que ella dice sobre participación aparece como la
invención de una ficción del occidente moderno y contemporáneo. En este
sentido la Convención sobre los DD del Niño, es nuestro parecer, corre riesgo
de ser para ciertas culturas no occidentales un factor de rupturas en el “círculo
de la reproducción simbólica” como diría Pierre Bourdieu y que “determinan
posicionamientos irreductibles en el proceso del conocimiento y la aprehensión
social sobre los roles de estos actores. No es menos cierto que se han instalado con
un simplismo peligroso, nuevas formas de deprivación de sentido”15En la medida
La participación infantil tiene que ver con qué se entiende en cada contexto cultural
por eso de “infantil” referido al niño, a la niña. Bastaría recordar que “la noción de
runa no define una unidad indivisible y autocontenida de cuerpo y mente(o cuerpo
y alma), sino una red, un tejido de cuerpos16que involucra lo humano, pero del que
participa también lo no humano: la naturaleza y las deidades andinas o huacas...
en las comunidades también los niños son deidades y existe un sinnúmero de
niños deidades....en la persona wawa está el ayllu...La comunidad vivencia al niño
no como individuo, sino como un miembro más del tejido familiar que es el ayllu,
un ayllu que no se agota en el seno de lo humano, sino que... involucra lo natural
y lo sagrado”17
Es fácil entender desde esta visión cómo la noción de participación tiene otras
características, entre las cuales el respeto más absoluto por los procesos de
desarrollo del niño, podemos asimismo comprender cómo lo que llamamos “trabajo”
es una forma de pertenencia, de participación en la reproducción ampliada de la
130 vida comunitaria, cómo discursos como el “integración social”, la “rehabilitación”
o no existen o tienen una significación que no parte de hacerlo desde fuera de la
propia comunidad de pertenencia como si fuera una sociedad ligada a la exclusión
y marginalidad de sus miembros. Y es que el principio de equivalencia entre las
edades, marca una visión antagónica a la que se ha ido consolidando en muchos
de los discursos occidentales en el campo de la psicología, del derecho:
19 Ibídem, p. 22.
20 Ibídem, p. 30; además Recknagel, A en “Culturas e Infancia”, TdH, 2000; DNI, “Julián el niño
alcalde”, en Rev. Protagonistas, Bolivia, 1999; PRATEC, “Salud y diversidad en la chacra andina”,
2002, p. 25.
21 Peña Cabrera, A, “La Racionalidad Occidental y la Racionalidad Andina: Una comparación”,
2003, UNMSM, p. 47-58.
22 Tagliaventi, MT & Alii, “Non solo sfruttati o violenti, Bambini e Adolescenti del 2000”, relazione
sulla situazione dell’Inanzia e dell’Adolscenza in Italia.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Varios son los aspectos en los que la CDN por lograr un amplio consenso
internacional, ha dejado abierta la posibilidad de que desde contextos culturales
específicos, se repiense la aplicación de los derechos. En otros aspectos, ha debido
asumir un discurso más cerrado, como en el derecho a la vida, a la educación, a
la identidad, a la opinión, al debido proceso, a la edad, etc.
23 Categoría utilizada por Paulo R. Padilha, Naturaleza y práctica de la pedagogía. Por una pedagogía
intertranscultural, 2009, IPP, passim.
24 Degregori, C.I, “Multiculturalismo e Interculturalidad”, en Panorama de la Antropología en el Perú,
No hay país más diverso, IEP, Ridep, U. P, 2000, passim.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
de más de doscientos años, queda aún mucho por hacer, en todos los países de
nuestra América, frente a las sofisticadas formas de colonización que el sistema
dominante implementa.
Pero lo más significativo es el esfuerzo por demostrar que los pueblos originarios
desde México hasta la Tierra del Fuego, han logrado afirmarse como la reserva más
importante de humanidad en su pertenencia a la madre Naturaleza.
No es tan obvio que se considere a loa indígenas como intelectuales colectivos, muy
en particular en culturas que no han conocido escritura y en las que la oralidad era
la mejor posibilidad de no ser meramente transmisores sino más bien lo que hoy
Santos llema, traductores, es decir abiertos a imprimir la propia subjetividad, la
novedad de la , lo que los griegos conocían como el factor de felicidad a todo nivel,
desde lo personal, lo colectivo, lo privado, lo público estamos ante intelectuales
colectivos que producen conocimiento y crean conceptos a partir de su praxis 133
concreta25y esto a lo largo del tiempo.
Esta es un factor garante de bienestar integral entre los seres que son y pueblan
la tierra. La fraternidad y la sororidad como el ser hijos e hijas no se reducen
reductivamente al mundo del parentesco biológico directo. Para estas culturas, el
agua es mi hermana, el viento, mi hermano, el cerro, la montaña es mi protector, la
tierra es mi madre, etc. Podríamos decir que, en esta cosmovivencia, aquello de la
razón sensible, de la razón cordial, del redescubrimiento del mundo de los afectos,
Para el caso preciso del mundo andino, Estermann ha hecho aportes fundamentales
cuando de sabiduría indígena para un mundo nuevo se trata26.
Referirse a un Pacto Social Otro y que pretenda ser alterativo de aquellos que hoy
son predominantes a distintos niveles y esferas de la vida, implica preguntarse qué
enfoque en materia de participación ciudadana, de diálogo democrático, de valor
codecisivo tendría cuando de pro/coprotagonismo se trate cuando de poblaciones
históricamente colocadas en moratoria social en el ejercicio de sus derechos,
Un pacto social otro nos coloca ante una cuestión ética, filosófica, cultural que
garantice una voluntad política y acción técnica que sostenga la indesmayable
búsqueda de humanizar lo humano como condición necesaria de su relación
respetuosa con el entorno natural.
Los tres sujetos colectivos que en el siglo XVIII quedaron reconocidos como
gozando de todos los derechos, pero cuyo ejercicio concreto en cuanto ciudadanos
no solo titulares sino actores de los mismos fue de la mano haciendo así que por
más de dos siglos la tarea de reconocimiento siga siendo una lucha cotidiana en
pleno siglo XXI. Ello nos coloca ante un reto mayor. Mujeres, pueblos indígenas e
infancias hacen de su lucha por la recuperación de lo que se ha dado en llamar
procomún29un camino de conquista de hondo sentido ético, político y cultural
decolonizador.
Ciertamente que son las mujeres organizadas las que van a brindar nuevas
perspectivas para entender la naciente aparición de los niños y niñas trabajadores 135
organizándose. No que las organizaciones de mujeres se lo hayan propuesto ex
profeso, pero los espacios abiertos por los llamados movimientos feministas y por
lo que hoy conocemos como movimientos sociales de mujeres, permitieron ser
releídos desde la condición de exclusión y de dominación del que niños y niñas
eran y seguían históricamente siendo objeto.
29 Ver David Bollier, “Pensar desde los comunes”, 2016, edit. Consorciadas, en que concibe el
procomún como plataforma para articular un léxico capaz de renovar nuestro pensamiento sobre
política, ecosistemas, justicia social, cambio climático, ya que ponerle nombre a los comunes es
no solo resistir, es un instrumento de innovación social, p. 8-9.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Pero los movimientos de mujeres han asestado un duro golpe- a los fundamentos
y a las prácticas que de ella se derivan- a la cultura patriarcal. Es a través de estas
grietas que la infancia puede ver abrirse un camino que facilite que sea recuperada
como sujeto y salir de su condición de objeto, de lo bueno y de lo menos bueno
que le toca soportar. Ciertamente que hay índices alentadores que muestran cómo
la infancia, no obstante lo grave de situaciones específicas en nuestra Región, va
emergiendo como sujeto social. Los movimientos sociales de NNATs son un germen
concreto que permite avizorar avances más decisivos y esperanzadores.
En síntesis, podemos recoger los grandes temas que entraron en profunda revisión
136 e incluso cuyos discursos se evidenciaron como insuficientes para permitir una
respuesta consistente y eficaz al impacto y secuelas de la crisis. Lo más grave fue lo
que se solía decir cuando la matanza de seis obreros de la fábrica Cromotex y uno
de ellos casi moribundo sentenció: “La vida, compañeros, no vale nada”. Se había
perdido el sujeto, esa contribución tan decisiva de la modernidad; con la pérdida del
sujeto se desvanece todo discurso que pretenda ser expresión de utopía, evocación
y comunicación de esperanza, de entusiasmo, es decir, se hace lejana la alegría,
se tiende a esconder sentimientos y se vuelve la sociedad avara en generosidad,
en capacidad de don. Pero además florecen sentimientos de pesar, de pena, de
resentimiento, de venganza, de desquite; se produce un retirarse al mundo pequeño
de los que son “íntimos”, de los que uno sí se puede fiar. Desdibujado social y
políticamente el sujeto, se pierde como sujeto ético, como lugar de encuentro,
como posibilidad de humanización, como el que nunca debe dejar de aprender la
condición humana. Y es que discurso no es cuestión de dicción o sintaxis; tiene que
ver con episteme, con el contenido, con el sentido y con la significación para la vida.
Cuando el sujeto pasa a estar apenas en vailleuse, como se dice en francés a una
luz que no brilla de luminosidad plena, ¿de qué justicia podemos hablar?, ¿de qué
democracia podemos gozar?,¿qué ciudadanía se puede ejercer?
la verdad no servía para proteger la vida y que había que mentir, el sentimiento
de culpa ante desaparecidos o asesinados cuando de la palabra de uno dependía
que se liberaran o que los ajusticiaran; pero asimismo el sentimiento de dolor
incontenible. Entre las emociones, el terror, el pánico, la ira, el odio. Todo ello
configura un radical cambio de los imaginarios colectivos. Se instalan lógicas
absolutamente ilógicas, como la inversión de la prueba, la traición como premiada
con la benignidad de la pena. Concluido el conflicto formalmente, asistimos a la
necesidad no sólo de reparaciones como lo plantea la Comisión de la Verdad y
la Reconciliación, sino además a la urgencia de un programa nacional de salud
mental.
5. Para seguir deseando con los y las jóvenes, adolescentes y niños, niñas de
nuestra abya yala
• Se impone que los JJAANN permanezcan vigilantes ante las nuevas formas de
moratoria político-social que se tienden a parapetar en múltiples formas de
32 K. Duarte, Boris Tobar S, Rotundos invisibles. Ser jóvenes en sociedades adultocéntricas, 2010,
La Habana, Cuba, p. 23SS.; ver además, A. Cussiánovich, “Infancias trabajadoras lugar epistémico
de enunciación crítico-emancipadora de contextos de indolencia y cinismos autoritarios”, 2018,
Universidad de Salamanca, ponencia y en Ensayos sobre infancia .IV, 2020, p. 27-56.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
y etaria. Y es que los pobres fueron ubicados siempre en una porosa frontera entre
hambre y delincuencia, entre desempleo y criminalidad, entre discriminación y
penalización de la condición a la que se los ha reducido secularmente.
Por ello fue incontenible la presión para que la CDN incluyera de alguna forma el
derecho a lo que luego se ha dado en reconocer como la forma mínima de existir
del niño ante los demás: la opinión. Un paso más está dado cuando señala que
quienes administran justicia deben tomar en cuenta dicha opinión. Pero tomar en
cuenta, en la CDN no necesariamente implica “dar cuenta de qué se hizo con la
opinión del niño” ya que se deja abierta la discrecionalidad del adulto frente al
peso social que dicha opinión pueda tener en cada caso concreto. Aquí podemos
reconocer la mayor impronta del pensamiento occidental en la CDN.
33 Quién sabe si algo de lo sugerido en el título del libro de Bill Cooke y Uma Kothari, “The case
for Participation as Tyranny” no es lo que compulsiva e institucionalizadamente desde el mundo
adulto se termina normando; o como H. Henkel y R. Stirrat colocan “Participation as Spiritual Duty:
Empowerment as Secular Subjection”, ibídem, p. 168-184, incluso desde el mundo religioso.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
riesgo de convertirse en una tosca ficción como en las culturas de corte moderno
y occidental; aunque es preciso considerar que una opinión escuchada y tomada
en cuenta, no es ni tiene por qué ser inmune al error y que el impacto del modelo
dominante y globalizándose en el mundo de culturas indígenas, también vía la
escuela, obliga a ver la complejidad de este asunto.
Por más modestas que estas experiencias pudieran ser en relación al horizonte
global, el espíritu que las anima constituye un factor insoslayable en la resistencia
colectiva al acecho permanente del hiperindividualismo racional que el modelo
dominante enarbola como ética pública y condición de progreso. Son experiencias
consideradas más que como amenaza, como formas de poder independiente.
Gran parte de lo que hoy se conoce como el movimiento Economía Social Solidaria,
se inscribe en esta perspectiva, es decir, como una revaloración del paradigma del
coprotagonismo y su animación ético espiritual centrada en lo que los griegos
nombraban como philía, como el amor entre los pueblos. Economía para la vida
toda y en la que el valor de uso no solo reconoce al humano como necesitado sino
como cuidador, productor, constructor de sentido de la vida y buscando el bien
común de la humanidad y de su entorno natural como ética del bien común, tanto
más relevante en contextos de hiperindividualismo37.
37 Ver F. Hinkelammert, H. Mora J, Hacia una Economía para la vida, 2005, DEI, C.Rica, passim
38 Ver David Bollier, Pensar desde los comunes, 2016, Edit. Concaviadas, parsin.
39 Ver web de Infant, Infant Perú 2019, Huertos de la Ternura, Infant, https://www.infant.org.pe/que-
hacemos/lineas-de-accion/medio-ambiente-cuidado-y-proteccion/
40 Ver en página web Ifejant. Ifejant, recuperado enero 2022, https://ifejant.org.pe/prominnats/ Todo
ello se inscribe en la corriente de la Economía solidaria, ver: AA.VV, ¿Otras Económias?, 2017,
UNMSM, 269 pags.
41 Ver C. González H, op. cit., nota 288.
42 D. Bollier, op. cit., p. 24.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Sin embargo para países de centro y sur de nuestra Abya Yala, la población
afrodescendiente -se señaló su fuerza con la revolución haitiana precedente a
las luchas por la emancipación del resto de nuestros pueblos- constituye un
movimiento social de resistencia también a las actuales formas de esclavitud que
el modelo dominante pretende imponer.
43 Ver Irati Mogollón García, “Reflexiones sobre la Economía Colaborativa y el Capitalismo de las
Emociones: nuevos retos en el análisis del conflicto capital-vida”, 2019, Lau Harremanak, Rev. De
Relacioes laborales, n. 41, p. 141-164, Univ. del País Vasco.
44 Los niños y niñas en estas experiencias no sólo se ven como productores de alivio material de
bienestar emocional, afectivo de ellas y ellos y de los suyos; Ver además: Leigh Campoamor,
“Children as Affective Labores”,…,en Children and Work Research Series, session 4.
VI. EL APORTE DE LAS INFANCIAS AL
DISCURSO DEL PROTAGONISMO
EL PARADIGMA DE LA PROMOCIÓN DEL PROTAGONISMO ENTRE
LA RACIONALIDAD OCCIDENTAL Y LA RACIONALIDAD ANDINA Y
AMAZÓNICA1
Introducción
Muy pronto, llegaría al mundo de los niños y niñas del ámbito rural andino y
amazónico, otro discurso, el que instaura desde la víspera de los años noventa la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.
En realidad, es mucho decir que ambos discursos hayan llegado al mundo rural
andino y amazónico, pues de lo que se trata es de que estas maneras de entender
la infancia lleguen bajo formas concretas de acción y vida, de superación de sus
ancestrales problemas y respuesta a su secular postergación y exclusión, más que
1 Una primera versión de parte de este material se trabajó en el año 2000 para SCS.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
como discursos o como textos. En este ensayo nos proponemos abordar algunas
cuestiones sentidas y reales. ¿En qué sentido es universalizable la CDN?, ¿será
verdad que la CDN es la matriz de la que surge el protagonismo de los niños
y niñas o que en el fondo es lo mismo lo que dice la CDN a lo que plantean
las organizaciones de niños y niñas trabajadores y no trabajadores sobre su
protagonismo? ; ¿no será que tanto el protagonismo como la CDN son hijos de la
misma matriz occidental de pensamiento y que estaríamos frente a una “pelea de
blancos”?
152
*************
ALGUNAS PREMISAS NECESARIAS
Hace diez años afirmamos que el protagonismo constituía, sin agotarlo, el nervio
del llamado interés superior del niño conforme a la ambigua traducción al español
del the best interest of the Child de la versión oficial en inglés. En efecto, hoy ha
devenido en consenso general, reconocer al ISN como el principio básico de la
CDN, como la clave hermenéutica para cualquier resolución o decisión que afecte
a cualquier niño en cualquier circunstancia. Por ello, antes que ser un principio
técnico, es un principio ético sobre el que reposa su carácter político, moral y
jurídico. Veamos algunas consideraciones:
Sin lugar a dudas, se puede decir que lo que la CDN llama ISN guarda relación de
sentido con lo que llamamos protagonismo unos veinte años antes de la aprobación
de la CDN.
Pero cabe preguntarse si se trata exactamente en todos sus alcances, de una matriz sin
fisuras, es decir, sin posibilidad de abrirse y estar más apta para un diálogo intercultural.
Después de todo, la cultura occidental es una de las culturas que se ha relacionado
como la que más con otras culturas, con otras lógicas. Desafortunadamente, no
siempre aprendió o incorporó lo incorporable y emancipador de esas otras culturas2
niño”, en Rev. Justicia para Crecer, n.14, Abril-Septiembre 2009, p. 6-12 que nos recuerda que
el primer borrador polaco de 1959 ponía en acento no sólo en la protección especial, sino en las
condiciones de libertad y dignidad como la consideración fundamental.
4 Ver M. Liebel, M. Martínez M, en Presentación, p. 13 a “Infancia y Derechos Humanos, Hacia una
ciudadanía participante y protagónica”, Ifejant, 2009.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
5 Josef Estermann, “Filosofía Andina. Sabiduría indígena para un mundo nuevo”, ISEAT, 2007, p.
83; ver además, José Sánchez-Parga, “Del niño sujeto al niño objeto: una mutación antropológica”
en Rev. Faro, n.1, 2009, UPS, p. 31-62 en especial, Corolario: formación y deformación de la
subjetividad del niño indígena, p. 56-58:”… en el medio socio-cultural indígena el desarrollo de
la personalidad subjetiva del niño corresponde al reforzamiento e identificación crecientes con su
familia y su comunidad: con el nosotros”.
6 Ver por ejemplo, las excelentes reflexiones al respecto en Rosario Panez, G, Silva, Max Silva P, “El
emprendimiento infantil en los Andes. Un modelo de promoción de capacidades para niños de 0 a
3 años”, 2007, Panez y Silva Consultores, passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
La tendencia hoy como ayer, es la de imponer un pensamiento desde las esferas del
poder, vale decir, asistimos a nuevas formas de colonización de las conciencias10,
de los imaginarios, de las subjetividades, del pensamiento, de los discursos
jurídicos, pedagógicos que hacen no sólo oportuna sino radicalmente necesaria
una revisión crítica de cómo hasta hoy se entendió el protagonismo referido a
las infancias, en particular. La teoría crítica, la pedagogía de la complejidad,
la antropología crítica están llamadas a dar su contribución a fin de evitar toda
sublimación, toda idealización finalmente ingenua del rol de la infancia en la vida
social, política. Es en este horizonte que emerge el aporte del paradigma de la
incertidumbre y en el que se evidencia oportuno un acercamiento transdisciplinar.
10 Ver A. Quijano, Otro horizonte de sentido histórico, 2009, en A. Latina en Movimiento, ALAI, n.
441, p. 2-5.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
*************
APORTES Y LÍMITES DE LA CDN
A los 32 años de la vigencia de la CDN es evidente que hay razones para hacer
de ello un acto de exigente evaluación. La mayoría de los eventos se han referido 159
a la suerte corrida por el llamado derecho a la participación. El propio reciente
Congreso Panamericano del Niño celebrado a finales de setiembre 2009 en Lima,
giró en torno a la participación. Por importante que este derecho sea desde el
punto de vista político y su fuerza democratizadora, cabe señalar que no puede
dejar en la penumbra cuestiones tan definitivas, incluso para el propio derecho a
la participación, como los temas de primera infancia, nutrición y cuidado en los
primeros años de vida.
Muy brevemente señalamos algunas contribuciones formales que trae la CDN, muy
en particular si se hace de ella una lectura sistemática que supere las borrosidades
e imprecisiones de la letra formal en la que se ha redactado:
• “El alcance de los derechos de los niños a la participación no está limitado a asuntos
específicamente tratados en la Convención de los derechos del Niño”, n. 11.
• “El Comité enfatiza que no impone (art.12) una edad límite al derecho a la
160 participación y desalienta a los Estados Partes a que introduzcan límites de edad
en la ley y práctica que restrinjan el derecho del niño a la participación”, n. 9.
• “...el Artículo 12 pone en claro que la edad por sí sola no debe usarse
para limitar la importancia de las opiniones de los niños. El nivel de
entendimiento de los niños está muy lejos de ser uniformemente vinculado
a la edad”, n. 12.
• “La libre expresión de las opiniones de los niños requiere comprometerse con
un cambio cultural, en el cual los adultos comiencen a adoptar actitudes que
reconozcan la importancia de escuchar y respetar a los niños”, n.10.
• “Se debe promover un clima social que conduzca a la participación del niño
para cambiar actitudes culturales y tradicionales negativas que impiden el
reconocimiento de los derechos participativos del niño” n.29(i)
4. No basta opinar, hay que saber qué se hizo de la opinión al momento de decidir
Otro aspecto refiere al llamado principio del interés superior del niño que recoge
el Artículo 3. A lo largo de la CDN aparece el recuerdo de este principio, art.9/1,3;
art.18/1; art.20/1; art.21; art.37/c; art.40/iii. Está previsto que el próximo
Congreso Mundial de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes a celebrarse
en Puerto Rico tendrá como tema el Interés Superior del Niño. El Comité entre las
Recomendaciones al Estado peruano, le plantea la necesidad de que se conozca
este principio y sea el eje articulante de las consideraciones y decisiones a tomar
sobre infancia, ver recomendación “n”13.
13 Remitimos al artículo de Verónica Polverini, op. cit., passim. Manfred Liebel, La Niñez Popular, op.
cit. Cap. 07, p. 121-135.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
*************
EL PROTAGONISMO COMO INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO
Si convenimos que las ideas no caen del cielo ni emergen por generación espontánea,
sino que ellas son el resultado también de procesos sociales, de contextos históricos,
de dinámicas culturales, de eventos político-económicos, de una imperiosa
necesidad para el desarrollo del ser humano de nombrar las cosas etc., afirmar que
el concepto de protagonismo es una realidad conceptual cambiante, no es otra cosa
que asumir que si bien las palabras pueden permanecer, su contenido puede variar,
puede extenderse de forma real o figurativa más allá del significado original. Es
que el lenguaje y las lenguas o son realidades dinámicas, creativas o se condenan
al gradual empobrecimiento como portadoras de sentido comunicativo, analítico e
17 Ver BICE América latina, “Mañana, ¿Qué mundo para nuestros niños? Toma de posición de la
región América Latina”, 2009, en Rev. Internacional NATs, N. 17, p. 15-32.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Es por ello que la palabra es acción, ella vehiculiza la fuerza del concepto, ella es
poder, una forma de ejercer el poder del que goza o se le asigna convencionalmente a
su referente conceptual. En efecto, un reto permanente al ejercicio del poder radica
en la capacidad y éxito de construir discursos que adquieran fuerza convincente,
aquella que en nuestras sociedades, en particular las occidentales, se logra cuando
los discursos construidos se revisten del ropaje de discursos verdaderos18.
18 Ver Santiago Carassale, A. Vitale (traductores) en su introducción al texto de Michel Foucault, “El
Sujeto y el Poder”, s/f: Ya no se trata de fundar la filosofía sobre un nuevo cogito, ni desarrollar los
sistemas de las cosas ocultas hasta entonces a los ojos del mundo, sino más bien interrogar este
gesto enigmático, quizá característico de las sociedades occidentales, por medio del cual se ven
constituidos unos discursos verdaderos (y, por tanto, también la filosofía) con el poder que se les
conoce, p. 1.
19 Ver José Ferrater Mora, “Diccionario de Filosofía abreviado”, ed. Sudamérica, Bs.As., 1993:
“El concepto queda así distinguido de la imagen, tanto como del hecho de su posibilidad o
imposibilidad de representación. Por otro lado debe distinguirse entre concepto, la palabra y
el objeto. si los conceptos pueden ser el contenido significativo de determinadas palabras, las
palabras no son los conceptos, sino únicamente los signos, los símbolos de las significaciones.
Todo concepto tiene comprensión o contenido y extensión”, p. 59. Ver K. Langton “Modelos
conceptuales y participación política...” en Cedep, 1984, p. 37: “...la investigación llevada a
cabo por Alport y Odbert (1936) sugiere que nuestro pensamiento está limitado por las palabras
que utilizamos, y el vocabulario que disponemos nos lleva a ver el comportamiento humano en
términos disposicionales”.
20 Ver Helio Gallardo, “Notes sur la Société civile”: “la evolution du concept, en Société civile”: “lieu
des luttes sociales”, Alternatives Sud, vol. V (1998), 1, pp. 85 117, passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
IFEJANT
Ser Protagonistas
1998
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Una vez más, las palabras expresan simultáneamente una realidad dada y
convocan a una realidad deseable. Protagonismo expresa una realidad in fieri,
hecha parcialmente, haciéndose gradualmente e incoactivamente por hacerse.
Si bien protagonismo es una especie de vocablo sin fronteras conceptuales
estrictamente marcadas, parece saludable el hacer un ejercicio de búsqueda
etimológica del mismo y que podría informarnos sobre la extensión del horizonte
de usos y acepciones y la comprensión de su contenido conceptual estrictu sensu,
si a lo largo de su semántica lo ha tenido.
21 Oswaldo Torres, chileno, exposición oral, mimeografiada, Lima, Mayo del 2,000.
22 Ver A. Touraine, ibidem, pp. 242 248, y cap. II, pp. 271 294: “Le sujet comme mouvement
social”; ver del mismo autor, “Sociologie de la Action”, “essai sur la société industrielle”, Le livre de
oche, Paris, nouvelle édition, 2000.: “Aún hoy, creo tan imposible de definir el Sujeto fuera de las
situaciones sociales y de las relaciones de dominación como en términos de roles sociales”.p. 12.
23 Ver A. Touraine, “¿Podremos vivir juntos, iguales y diferentes?” FCE, Bs. As.1997, Desmodernización,
p. 27 60.
24 Ver A. Touraine, “Critique de la modernité”, p. 246 7.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Es necesario tener en cuenta que protagonismo siempre evocará una afirmación del
sujeto como actor social, individuo, persona en lucha permanente por transformar
el orden establecido cuando éste implica negación del otro, sumisión a roles
impuestos, escisión entre razón y sujeto, entre sujeto y situaciones sociales,
entre sujeto y relaciones de dominación, entre sujeto como singularidad y como
movimiento social, entre su condición privada y pública.
Pero además, y en estricta referencia a la historia peruana, sería enriquecedor
averiguar por las raíces y matrices culturales en las que se ha ido plasmando la
ciudadanía peruana. En efecto, consideramos que en los años en que la expresión
protagonismo popular empieza a circular, la matriz cultural y política corresponde
al período velasquista reconocible por su discurso participacionista, comunitarista.
Sinesio López
Revista de Sociología - UNMSM - Volúmen x - N° 11
Enero de 1,998
Consideramos además que el tema del protagonismo como carácter del ser y
actuar de los individuos y de los colectivos sociales, nos remite a una cuestión
central desde la que y en la que los actores sociales expresan el ejercicio concreto
de su condición protagónica: la sociedad civil, una construcción de la modernidad
o simplemente la sociedad, para algunos, y sobre la que, en América Latina, se
han producido confusiones y estereotipos señalados por Helio Gallardo.
26 Ver el artículo de Elsa Bardales, “La ciudadanía”: “¿Libertad, igualdad, diversidad?”, en AAVV.
Repensando la política en el Perú, PUCP, U, Pacifico, IEP, Lima, 1999, pp. 245 300.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Helio Gallardo
Notas sobre la Sociedad Civil
P. 95-9
Protos - Prota:
Este prefijo griego sugiere, según los casos, la idea de delante, antes de, primero,
por delante, por primero, en favor de, e incluso, en vez de. Por ejemplo PROTEIOS,
PROTEIA, PROTEION (masculino, femenino y neutro) significa algo de “primera
calidad”.
Gonimos:
Así pues, si juntamos “prota + arjeuo = protagonista” con todos los matices- y
que el cuadro, que presentamos (p. 16) puede graficar- se comprende por qué
seguimos pensando que esta categoría recoge bien la complejidad conceptual y
práctica de ser y de crecer como protagonistas en la historia.
c) Arjeuo: significa, “guiar”, “comandar”, “ser guía de”, “gobernar”. Pero además:
“principio”, “comienzo”, “origen”, “causa primera”, “dar inicio a”, “punto de
partida”, punto terminal de unión”, “poder”, “autoridad”, “dominio”. Quizá
lo más remarcable es el acento en lo de poder y conducción.
Excelencia
Lucha Lugar de encuentro
(primera calidad)
Struggle Place of meeting
Excellence
agonistés arjeion
proteios
Protagonista Primero
Protagonist First
Prota + arjeo Prota+arjos
28 Ver J. Planche, “Dictionaire Grec Francais”, Paris, 1852; agonisomai, agonistés; M. A. Bailly,
“Abrégé du Dictionnaire Grec Francais”, Paris 1945; Henry Stuart Jones and R. McKenzie, “A
Greek English Lexicon”, Oxford, 1953; Liddell and Scott’s, “Greek English Lexicon”, N.Y., 1882,
7a ed. 1888.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
29 Ver W. Pape, “Griechisch Deutsches Handwortebuch”, ed. 1954, Akademische Druck U. Verlagsan,
Stalt, Graz Austria, p. 491: gignomai.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Quiero advertir que cuando hablo de discursos, considero textos todas las
texturas, no sólo las del lenguaje articulado y de los signos convencionales.
Me refiero esencialmente a los puentes dialógicos entre seres que viven en
un medio simbólico. Todo lenguaje, el articulado y el gutural, el escrito
y el hablado, el complejo y el simple, son siempre diálogos. “Sprache ist
Gesprach”, el lenguaje es conversación, escribe Gadamer.
Hay dos conceptos que más recientemente se han hecho camino en el universo
vocabular de las ciencias ocupadas del mundo empresarial o del campo social.
Nos referimos al concepto de “liderazgo” y al de “empoderamiento”, que hay
quienes utilizan, sobre todo cuando en inglés- leadership and empowerment-
se les pretende acercar e incluso hacerlos equivalente al concepto de
protagonismo. En efecto, del rápido vistazo a la etimología de protagonismo,
podemos colegir que este concepto paradójicamente se empobrece si se le
reduce a la acepción que se hizo corriente del concepto de empoderamiento30 y
que se ha extendido a múltiples ámbitos de aplicación31. Tanto el concepto de
empoderamiento como el de liderazgo no logran expresar, a nuestro entender, el
conjunto de dimensiones y que la noción polisémica de protagonismo recubre.
Sin embargo, si abordamos el empoderamiento no como quien cede y concede
a otro algo de su poder, sino como el proceso de conquista, de construcción
compleja e inevitablemente conflictiva de poder, de autodeterminación, de
autonomía, entonces estaríamos asumiendo un abordaje que nos acerca a
aspectos centrales de lo que entendemos por protagonismo. En este segundo
acercamiento, el “empoderamiento” adquiere una fuerza conceptual y práctica
que quizá la acéptica expresión liderazgo o participación infantil no evidencian
per se.
Es evidente que sobre liderazgo existe una tan abundante como variada 177
literatura que hace innecesario extenderse en un excursus analítico. Con
riesgo a no hacer justicia a enfoques realmente alternativos, liderazgo es un
concepto y una práctica que remiten indefectiblemente a individuos dotados
de una compleja serie de cualidades cultivadas que lo configuran al identikit
dominante de líder... Quizá una de las afirmaciones más importantes sea
aquella que reconoce que las estructuras jerárquicas, verticales y fundadas
en la autoricidad del vértice de una pirámide organizacional, la del jefe, se
contrapone a un liderazgo asentado en la función de ser “mentores, guías y
animadores”, más que jefes o comandantes, como Peter Drucker escribe: “La
única definición de un líder es alguien que tiene seguidores. Unos individuos
son pensadores; otros, profetas. Ambos papeles son importantes y muy
necesarios. Pero sin seguidores no puede haber líderes...La popularidad no
es liderazgo. Los resultados sí lo son. El liderazgo no es rango, privilegios,
títulos o dinero: es responsabilidad”32. Lo que distancia nuestro concepto
de protagonismo de estas acepciones de leadership es que para nosotros el
30 Ver Seemamm en Carlos Franco, “Personalidad y Poder y participación”, en Cedep, 1981, pp. 72 73.
31 Ver Sheldon Shaeffer, “Participatory approaches to educational change”, UNESCO, 1994 quien
conceptualiza el empoderamiento así: “Where the center actually surrenders considerable control
to other partners, other sectors and lower levels of the system, in order to give them opportunity to
play a larger role in development activities and to gain some ownership over education, p. 15.
32 Ibídem, p. 12.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Hemos hecho dos referencias muy rápidas a las circunstancias históricas que
podrían explicarnos en algo la emergencia de la noción de protagonismo, una
intentando ver sus eventuales raíces en el contexto de la modernidad y, la otra,
en un proceso más cercano y local de las décadas pasadas en la experiencia
peruana. El excursus etimológico nos permite además reconocer más allá de la
multidimensionalidad conceptual, la riqueza de ésta.
Todos asumen una concepción que de una u otra manera contraponen a paradigmas
dominantes de infancia e incluso a algunos aspectos de la reflexión sobre “nueva
infancia” desarrollada en países del norte39.
33 Ver el excelente artículo de Tirso Molinari, “El Carisma, una aproximación desde la teoría sociológica
y del psicoanálisis”, en Rev. de Sociología, vol. X, n. 11, 1998, UNMSM, p. 203-226.
34 Ver entre los numerosos trabajos de Manfred Liebel, “Mala Onda”, Jugend in Lateinamerika.
Frankfurt Main, 1990; “Protagonismo Infantil”, Managua, 1994; “La presencia del protagonismo
infantil en América Latina”, Rev.Intl. NATs, vol II, n 1 2, p.49 60; “Working Children`s Protagonism”,
Children`s Rights and the outline of different Childhood, a comparative reflection on the Discourses
in Latin America and the First World” conferencia en Amsterdam, nov. 1999, mimeo. Tendríamos
que añadir para Centro América, Radda Barnen, “Protagonismo y participación de la Niñez”,
Colección Apuntes, 1999; y Terre des Hommes Osnabruk, la campaña y publicaciones a partir de
la misma: “Dar una voz a los niños”.
35 Ángel Gaitán, “Protagonismo Infantil como un proceso social”, Cuadernos divulgativos n.13,
PRONICE, Guatemala, 1997. Es uno de los textos más armados en los aspectos metodológicos e
indicadores de proceso.
36 Alica Ordoñez, “Relación adulto/a Niño/a”, en “Técnicas de participación infantil”, Radda Barnen
y otros, 1998.
37 Carlos H. Morales L., “Protagonismo Infantil”. Sistematización de seis experiencias. PRONICE,
Guatemala, 1997.
38 Manfred Liebel, “Working Children`s Protagonism...”, p. 19
39 Nancy Aróstegui, “Protagonismo Infantil...Una realidad o una aspiración”, Coordinadora de ONGs
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Como muy bien señalan “los niños y niñas participantes en las reflexiones, el
concepto protagonismo está relacionado con los siguientes elementos:
• Tomar decisiones.
• La formación de los niños y las niñas.
• La organización.”
Tres elementos que son indispensables. Si bien se goza del derecho a ser
protagonistas, todos debemos aprender a ejercer positivamente este derecho y para
ello la formación de adultos y niñ@s es imprescindible. Para que el ejercicio de
nuestra participación protagónica tenga posibilidades de impacto, de ser tomada
en cuenta en todo el proceso y en especial a la hora de la toma de decisiones, es
igualmente necesario un protagonismo organizado. Pero si notamos bien, aquí
se toma una saludable distancia del concepto de protagonismo como quien es el
principal o juega el papel central41.
PROTAGONISMO INFANTIL
A. Gaitán,
Sin embargo enfatiza lo de papel principal y que “existen otros roles cuya
característica común es que se desenvuelven en torno, alrededor y en función del
protagonista”42.
EL SUJETO Y EL PODER
Michel Foucault.
Ciertamente que otros de los aportes del texto que comentamos, es su referencia
a la cuestión del poder. En efecto, no hay discurso ni práctica de participación
protagónica sino como cuestión de poder aunque no se puedan reducir todas las
dimensiones de ambos al poder.
Tres observaciones parecen ser necesarias. Una primera quiere subrayar lo que el
autor nos recuerda: “El proceso no está encaminado a romper la relación con los
adultos, sino a establecer nuevas relaciones de acción y de participación dentro de
la sociedad construida por los adultos, de manera ideal, en permanente relación y
acuerdo con ellos”. Esto es fundamental para establecer una correcta articulación
entre el protagonismo de los niñ@s y el protagonismo de los adultos.
PROTAGONISMO INFANTIL
A.Gaitán,
Ibidem, p.3
El gran mérito del trabajo de A. Gaitán, es haber cubierto de forma muy didáctica
y concreta una serie de dimensiones que los discursos sobre protagonismo no
habían desarrollado y que son un excelente punto de partida para trabajar con
ellas en el perímetro de la organización infantil.
*************
EL PROTAGONISMO COMO CULTURA Y PERSONALIDAD PROTAGONICA
planteárselo como una tarea ineludible, aunque de tiempos largos, para quienes
de una u otra forma han hecho suyo este paradigma del protagonismo. Con toda
razón se debe asumir que “...existe una estrecha relación entre cultura y discurso.
Una cultura se hace y transforma precisamente en el tejido de las interacciones
comunicativas que se establecen entre sus participantes. Las culturas tienen,
pues, una naturaleza dialógica y, en razón de ello, habitan el mundo intersubjetivo
de los variados discursos construidos por sus miembros”47.
50 Ver Manfred Liebel, Working children’s protagonism, children’s rights and the outline of a different
childhood, 2001, paper.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
• Ambos están de acuerdo en que el niño merece los mismos derechos que
el adulto, es decir, al niño no se le debe privar de los derechos humanos
fundamentales debido a su “minoría de edad” y que la protección legal del
niño no debe realizarse a costa de su igualdad de derechos.
• Ambos están de acuerdo en que el niño no sólo tiene la capacidad, sino que
tiene que tener también las posibilidades estructurales y legales, para poder
tener influencia en los adultos y en la sociedad respectivamente, es decir, que
no basta con darles a los niños sólo “autonomía” en un espacio social apartado
de la sociedad.
• En América Latina se une el protagonismo del niño de una forma marcada con
los procesos de cambio sociales dirigidos a superar las estructuras autoritario-
paternalistas y las relaciones de explotación. Por lo menos las formas organizadas
de protagonismo infantil valen como (posibles) partes de movimientos sociales,
que pueden ayudar de forma inmediata a la humanización y democratización
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Manfred Liebel
La otra infancia, niñez trabajadora y acción social
51 Ver José Oviedo, “El Perú y su futuro”, paradigmas de la infancia, IDL, 1999, passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
del lenguaje, hasta el de las normas y hábitos que regulan las relaciones cotidianas,
en un proceso que hoy conocemos de socialización. Este proceso es fundamental
en la estructuración de la identidad de cada ser humano y en la formación de sus
potencialidades que más adelante le permitirán desenvolverse en la sociedad”52.
Pero son varias las preguntas que debemos hacernos. Hay quienes consideran la
188 personalidad como la expresión de tendencias consistentes y que esta consistencia
debe llegar a ser trans-situacional para ser tal54, es decir “la prueba de la consistencia
debe ser realizada a través de situaciones diferentes y no solamente a través de
situaciones estandarizadas”55, así por ejemplo los niñ@s trabajadores organizados
pueden ir configurando rasgos de personalidad protagónica; sin embargo su
consistencia debe ser investigada; es posible que en su organización y actos
puntuales de carácter público, lo sean; pero su consistencia, en muchos casos, es
relativa como en el aula, en la familia, ante la ONG con la que se relacionan, etc.,
y esto es comprensible, pues todos tenemos actitudes diferenciadas y reacciones
que pueden desconcertar cuando se trata de espacios privados o menos públicos
en los que no sacamos a relucir todos los rasgos de nuestra personalidad.
52 Magdala Velásquez Toro, “Derechos Humanos, Diferencia, Conflicto y Discriminación”. Bgtá, Set.
1991.
53 Patricio Donoso, “El derecho a ser persona: Un desafío para un nuevo paradigma”. En ¿superando
la Racionalidad Instrumental?, Piie, 1991, Edit. A Magendzo, p. 25-50. “...el desarrollo de lo
humano no puede ser entendido sólo desde la perspectiva del desarrollo de lo natural sino que ha de
analizarse, además desde la perspectiva de lo histórico-social. Ello significa que la evolución de lo
humano no es sólo el fruto de la evolución de la Naturaleza con mayúsculas sino que además es fruto
de la interacción que comienza a desarrollar entre el interés natural y el entorno social”. p. 31.
54 Ver K. Langton, “Modelos conceptuales y participación política: La continuación de un diálogo” en
Cedep. p. 40.
55 Ibidem.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Entramos así a uno de los aspectos más complejos del desarrollo del ser humano
desde un punto de vista integral, como es lo que se ha dado en llamar la formación
de la personalidad. No sólo el dato biológico es fundamental, sino el entorno social,
las condiciones y posibilidades de vida espiritual, el aprender a relacionarse entre
humanos y con todo lo otro son los retos a la conformación de una personalidad
positiva, resiliente y asertiva, flexible y consistente.
está frente a frente, cara a cara, con quienes se comparte el destino final, privado
y público, de nuestros proyectos personales y colectivos de vida.
Hay quien afirma que “la cuestión de la identidad domina nuestra época”59 y quien
sostiene que somos los latinoamericanos que andamos preocupados por la identidad60.
Y uno de los efectos menos deseables del impacto de la globalización es lo que se
reconoce como la pérdida de identidad a nivel general y a nivel particular, la pérdida
de identidades61. Tendríamos que añadir que tanto la cuestión de género como la
etnicidad son componentes afectados por esta especie de gasificación de identidades
como una forma de homologación y homogeneización cultural y de identidades.
190
Ciertamente que hablar de personalidad protagónica nos remite, en su abordaje
psicosocial, a la construcción de la identidad personal y social del protagonismo.
Está ampliamente estudiado y confirmado el decisivo rol que juega la experiencia
familiar y específicamente la calidad de la relación con la madre, en la formación de
la identidad del niño62. La conformación de la piel psíquica63 del niño quedará, según
haya sido la calidad de la experiencia del neonato en su relación al cuerpo, a la psique
y al espíritu de la madre, mejor dispuesta a conformar una personalidad protagónica o
no. Lo que importa aquí enfatizar, es la gran importancia que tiene para el desarrollo
de una personalidad protagónica, la familia, la vida de la pareja de progenitores, el
clima y la práctica comunicacional, el trato, la forma de resolución de conflictos, los
valores que rigen en la conducta y estilo de vida familiar, etc., por ello, la formación
de la personalidad protagónica no tiene que ver en primer lugar, cronológicamente
hablando, con la formación ideológica o política, sino con la calidad y calidez de vida
58 Ver Albert Ciccone, Marc Lhopital, “Naissance á la vie psychique”, Ed. Dunod, Paris, 1991, p.
258-259.
59 Ver Robert Ferguson, “El interculturalismo global y los dilemas del universalismo: Educando en
medios después del 2,000” en Rev. Diálogos de la Comunicación, nro. 52, ago. 1998, Lima. p.22.
60 En opinión de Alain Touraine.
61 INUPND, Naciones Unidas, “Los estados de desorden”, 1994, passim.
62 Ministerio de Asuntos Sociales, “Volto dell’infanzia”, Rapporto 1997, p.67-94.
63 Ver A. Ciccone, op.cit., passim.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
No sin razón hoy se plantean los derechos de personalidad y los derechos a la identidad;
incluso son derechos que exigen del Estado la garantía de que puedan ser respetados
y desarrollados como derechos fundamentales que dan especificidad al derecho a la
vida y a la sobrevivencia. En efecto, todo niño, niña tiene derecho a devenir varón o
mujer ejerciendo su libertad, responsable de sus propias opciones, protagonistas de
su propia historia individual y social65. Lo que viole el derecho a la identidad, a su
ejercicio, y evidentemente no nos estamos refiriendo sólo a esas formas reductivas o
nominalistas a las que podrían relegarse las coordenadas personales como el nombre,
características físicas, inscripción en el registro o padrón de nacimientos, etc., por
más importantes que sean dado que constituyen el signo distintivo de la personalidad,
sino al derecho a desarrollar su self “que es la premisa necesaria para todo auténtico
desarrollo de personalidad”66 y conformación de identidad. 191
del placer. Por ello es que postulamos la pedagogía de la ternura67 como referente
conceptual y práctico en la formación de una personalidad protagónica.
Alain Touraine,
193
¿Podremos vivir juntos?,p.21
Entramos en uno de los tópicos que en las últimas décadas han ocupado de forma
significativa el quehacer de las ciencias sociales, en particular de la sociología.
Autores como Alain Touraine han dedicado sus mejores y actualizadas reflexiones
a la cuestión del sujeto, del actor68.
En efecto, los discursos en materia social, política, pedagógica cobran una fuerza
ética e histórica cuando colocan al centro de sus preocupaciones al sujeto, pues
en la medida en que el individuo deviene sujeto, trastoca el orden establecido
cuando éste es sujeción, opresión, dominación, sometimiento o absolutización
de la propia cultura, de la propia comunidad, de la propia ideología, del propio
pensamiento69. En sentido estricto, sujeto y protagonismo se postulan. “El
individuo por lo tanto, se confirma a sí mismo como sujeto en cuanto protagonista
personal de su propio conocimiento y, a través de éste, de su propia afirmación en
Pero como todo discurso, el discurso sobre protagonismo goza de autonomía relativa
en referencia a la experiencia o indicador histórico que le diera origen, lo que
abre la posibilidad de su cooptación nominalista y la modificación de su sentido.
194 Pero también, la posibilidad de que abra nuevos espacios de comprensión de la
realidad y el planteamiento de realidades alternativas. Conceptualizar el sujeto
protagónico, nos refiere a una comprensión directa de sus cualidades personales
antes que a sus posibles roles sociales, es decir, refuerza el carácter no social de
la relación con el otro, con los otros. El actor social se define por su libertad y no
por el cumplimiento de un rol social75, o el de una responsabilidad social. La idea
de sujeto, entonces, combina tres elementos: la resistencia a la dominación, como
expresión de valoración de la libertad; el amor de sí como afirmación positiva de
la propia autoestima, de la autoconfianza, de la autodirección; el reconocimiento
de los otros como sujetos76, es decir, como iguales y diferentes, fundamento
del derecho a la diversidad en cuanto garantía de fraternidad77. Esto equivale
a reconocer que cuando de sujeto se habla, no se está entendiendo sólo su
dimensión intrapsíquica individual, sino su esencialidad colectiva. Es, quizá, en
esta perspectiva que Alain Touraine asume el sujeto como movimiento social78 y
que desde una teoría comunitarista, se sostendría que “la imagen individualista
de la persona es ontológicamente falsa”79.
Actoría social evoca acción; actoría social desde el paradigma cultural del
protagonismo vincula acción con el mundo de los valores. El sujeto por la
subjetivación80 deviene actor, es decir, el que modifica su entorno material y, sobre
todo, social, “transformando la división del trabajo, los modos de decisión, las
relaciones de dominación o las orientaciones culturales”81. Es esta actoría social
de carácter protagónico, que está a la base del discurso y reconocimiento del
status del niño, niña82, que de manera alguna puede ser reducible al desempeño 195
de roles o tener a éstos como fundamento del status.
En los escenarios futuros que se perfilan como cambiantes a ritmos que pasarán
a ser de una celeridad habitual y que por su desacompasamiento con los
tiempos de asimilación, adaptación y , en particular, con los tiempos para el
*************
PUNTOS DE ENCUENTRO Y DESENCUENTRO
83 Ver K. Langton, op. cit., p.70: “La anomia, la impotencia, el control externo, la falta de significado,
el aislamiento, la falta de compromiso, la desconfianza política, etc., han sido incluidos dentro de
la dominación de alienación”.
84 Ver Jean Louis Le Moigne, “Complejidad y Ciudadanía, Ciencia y Sociedad”, www.complejidad.org,
quien recuerda que el pensamiento complejo constituye una reforma del entendimiento.
85 Ibídem, lo maravilloso y el maravillarse hace inteligible el mundo y funda una ética de la
comprensión retomando a E. Morín
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
86 Ver Verónica Palvorini, “El orígen del concepto del Interés Superior del Niño”en Justicia Para
Crecer, Abril-Setiembre, 2009, n 14, p. 6ss.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
*************
HACIA UN NUEVO CONTRATO SOCIAL DESDE EL CO-PROTAGONISMO
¿Qué significa un nuevo contrato social? Contrato Social significa ¿qué otro
vínculo necesitamos y quisiéramos establecer? Hay estudios que se han realizado
y explican cómo se han ido constituyendo los vínculos entre la sociedad y las
nuevas generaciones. ¿Por qué necesitamos un nuevo contrato social? ¿Es por
198 las deficiencias y límites que tiene la Convención como todo producto cultural?
¿es por la riqueza que nos plantean hoy las nuevas generaciones que interpelan
al conjunto de la organización social y al mismo Estado?…¿es por lo que les falta
o por lo que han demostrado que tienen no solo como potencialidades sino que
tienen en acto y que ya son capaces sus organizaciones de tener una opinión y
consistente, incluso? Pero surge la pregunta: ¿Es por las deficiencias teóricas y
prácticas y por el incumplimiento de la Convención que tenemos que pensar en un
nuevo contrato social? Consideramos que no, ello sería desconocer la complejidad
de los asuntos conceptuales, teóricos y prácticos, políticos y culturales que
subyacen en el hecho de plantearse un nuevo contrato social de las infancias con
la sociedad, las culturas y el Estado.
Un nuevo contrato social deriva en lo que dijo ese poeta peruano: la Convención es
una “declaración de amor” que liga éticamente, que no prescribe con el tiempo lo
que reconoce. Podríamos decir, que la CDN es una declaración de amor fraterno,
de sororidad, aunque con frecuencia parezca más bien trasuntar cierto airecillo a
amor paternal o maternal! Con los cambios en la cultura patriarcal y en la familia
tradicionalmente aceptada funcional a dicha matriz cultural, estamos asistiendo
a un escenario que parece irreversible en sus grandes tendencias. Factores de
carácter económico, de las transformaciones en la pirámide demográfica, hacen
que hoy los roles tradicionales no tengan mayor sentido y vigencia como, en el
tiempo, ciertamente lo tuvieron.
Y es que apuntar a un nuevo contrato social de las infancias deviene por su propia
fuerza un nuevo contrato social para todos y todas. No puede hablarse de un nuevo
contrato social desde las infancias, sino como un contrato descolonizador y como
condición de reinvención de la democracia, de la ciudadanía cosmopolita.89
REFLEXIONES ABIERTAS
89 Ver las sugerentes anotaciones de Boaventura de Sousa Santos, “Conocer desde el Sur”, 2006,
UNMSM, en especial p. 246-266.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
13. Desde el paradigma del protagonismo de los niños, se abre una crítica frontal
a lo que supone el orden tutelar, vale decir, considerar a niños, a tontos y
a dementes como incapaces y a justificar el tener que ser representados por
202 terceros. En este preciso sentido el Código de los Niños y Adolescentes de
Perú tiene un artículo muy importante por lo que contiene como pensamiento
subyacente y formulación positiva. El artículo 65 dice a la letra: “Los
adolescentes trabajadores podrán reclamar, sin necesidad de apoderado y
ante la autoridad competente,…”. No requerir de un apoderado es el anuncio
de un reconocimiento al adolescente de su capacidad y autonomía –siempre
dependiente como toda autonomía- y del cuestionamiento a una cultura que
condena a niños, niñas y adolescentes a ser representados por terceros, a ser
sujetos válidos por interposita personna.
14. Se sabe que el orden tutelar históricamente ha sido “el más eficiente
administrador de sentimientos como el miedo y la obediencia”92. Precisamente,
entender la pedagogía de la ternura como componente del paradigma del
coprotagonismo, constituye un doble factor de demitización de la cultura del
orden tutelar y su transformación en un orden de igualdad, de fraternidad
y de philía, de afecto hecho ternura. Y es que la pedagogía de la ternura
procura hacer que el hombre interior93 responsable y por ello autónomo, por
91 Ver Hainz von Foerster, “Por una nueva epistemología”, 1998, en Metapolítica, vol.2, n.8, p.
640.
92 Guillermo Nugent, op. cit. p. 34.
93 Carta de la Transdisciplinariedad, art.5, Convento de Arrábida, Portugal, Nov. 1994
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
*************
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
204
94 Parte de este material fue tomado de Ensayos III sobre infancia, 2017, IFEJANT, p. 214-256.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
95 Ver Monique A. Voltarelli, Los temas del protagonismo y la participación infantil en las producciones
sudamericanas, 2018, en Rev. Latinoamericana de Ciencias Sociales Niñez y Juventud, 16(2), p.
741-756, cuyo mérito es dar un panorama de cómo se fue entendiendo la categoría protagonismo
y participación en países de la Región.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Desde hace ya más de un lustro los propios NNA de Latinoamérica plantearon hablar
de co-protagonismo: un concepto que facilita las relaciones intergeneracionales
y por ende el wellbeing. Una manera de marcar desde los NNA un sentido de
inclusión, de coparticipación en el ámbito familiar, escolar, social; una forma de
respetar la diversidad sin caer en un ingenuo igualitarismo; una forma de incluir a
quienes por tanto tiempo suelen excluirlos.
Otro elemento que forma parte del acervo del paradigma de crecientes
organizaciones de NNA, es articular y pensar su acción desde la promoción más
que desde la protección, incluso en su versión última de protección integral en
la CDN. Es ese eje de la promoción como enfoque el que permite reformular la
protección y la participación, incluso la provisión. A través de ellas, de lo que se
trata es que los NNA vayan siendo los sujetos de sus propias vidas.
Es, por tanto de vital importancia considerar los impactos que el ejercicio
del derecho a la participación produce en el mundo subjetivo del niño, y, por
contraste, podemos adivinar los estragos en la vida espiritual de todo niño y niña
cuando se le niega la participación en aquello que él o ella consideran que les 207
concierne. El desarrollo del poder subjetivo de toda persona es una expresión del
poder necesario para enfrentar otras formas de poder que apuntan a su exclusión
social, cultural, política y afectiva.
• No hay unanimidad entre los NNATs, pues mientras algunos afirman el derecho
a trabajar, otros, abogan por la abolición por debajo de la edad mínima, y
además, para unos la prostitución es un crimen, y para otros, es la mejor
opción para la subsistencia; es decir, no hay consenso respecto a las peores
formas.
los procesos de desarrollo de cada niño y casi como que sería una forma de
adultizar al niño al atribuirle autonomías que no posee, capacidad de criterio
propio que está aún en formación, y madureces que no termina de demostrar.
Las evidencias que para estos discursos brinda la observación y la experiencia
cotidiana, parecen no tener lugar a objeción y es por ello que aparece con más
evidencia una especie de imposición que no se condice con el niño concreto y
con el niño de los imaginarios sociales dominantes. Por ello interpretan como
ideología referir protagonismo a infancia, porque se interpreta como forzar desde
un texto, una realidad. (Ver el interesante artículo de Cohn, 2002:134-140). Pero
además, todo ello conduce a privilegiar ciertas edades de la vida del niño, dejando
relegada la primera edad como excluida de los alcances de su derecho a ir siendo
uno mismo. En ello se apoya la creencia que el derecho a la participación y su
ejercicio no alcanza todavía, de hecho, a la primera edad.
de las capacidades de los niños; más que una ofensa a los mayores que trabajan
con los niños, es una ofensa a éstos.
Se podría argüir que la apología del protagonismo podría terminar siendo un factor
más que abone a favor de las tesis de quienes sostienen la desaparición de la
infancia; si por ello se quiere decir que las formas en las que hasta ahora se han
representado a la infancia en sociedades adultistas y los roles que en consecuencia
se le han asignado, convendríamos que sí. Precisamente en un cambio de época en el
que se desdibujan aceleradamente las rígidas fronteras establecidas y amparados en
periodizaciones arbitrarias que la psicología evolutiva nos dejara. Para Sánchez-Parga
(2004:69-76), en una cultura de internet, las generaciones emergentes han iniciado
un camino sin retorno hacia formas antes insospechadas de entender el mundo, de 211
representarse las relaciones entre los distintos grupos etarios, de entender el tiempo
y de configurar el espacio. Considerar entonces el protagonismo como cultura, nos
abre un horizonte mayor y más complejo, toda vez que refiere a la totalidad de
las prácticas. Desde este entendimiento del protagonismo, se comprende mejor la
emergencia de movimientos sociales que levantaron embrionariamente el discurso
y que hoy es parte del patrimonio de experiencias en organizaciones de NNA en
África. Y es que protagonismo refiere a un campo semántico, simbólico de amplio
espectro como ya señalado y entre sus elementos, las ideas son un componente
necesario en la posibilidad de mantener cohesión y unidad de los movimientos o
colectivos sociales. Pero además, el enfoque del protagonismo como cultura, nos
invita a considerarlo como forma de vida y de representarnos la vida social. En este
sentido, la cultura del protagonismo va constituyendo un capital simbólico que en el
caso de los movimientos sociales de NNATs cabría preguntarse por cómo está siendo
invertido, es decir qué capacidad tienen estas organizaciones de inspirar nuevas
representaciones de infancia, de ser semilla de una epistemología de infancia desde
las prácticas teóricas que ellas puedan suscitar más allá de los bordes de su propia
organización. La infancia en cuanto sujeto del derecho a ser protagonista, es una
cuestión interna a la sociedad, a la democracia.
*************
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Las graves como inocultables desgracias que recaen en las infancias pauperizadas
y maltratadas, no son la razón fundante de esta tarea, son apenas un indicador
de la necesidad y urgencia de hacerlo en perspectiva de proyecto político, ético,
social e intertranscultural. Y es que el sólo hecho de imaginar creativamente
un nuevo contrato social, expresa que ningún trauma, ninguna experiencia o
condición humillante que se haya podido heredar en el tiempo, pueden definir
ni determinar el futuro de las infancias. Osar hablar de un nuevo contrato social,
más que marcar los límites emancipadores del contrato de la modernidad, apunta
a ser un signo real de la capacidad resiliente de las generaciones de niños, niñas y
adolescentes y de quienes han ligado sus vidas a la emancipación de todo aquello
que les niega la dignidad. Expresa la energía liberadora que anida en los avances
logrados desde generaciones en la conquista del respeto y reconocimiento de la
dignidad.
Algunos componentes mínimos de un pacto social otro desde las infancias: 213
• Sólo una real superación del imaginario social que tiende a ver la emergencia
de los niños en los espacios públicos como una amenaza a la autoridad del
adulto podrá confluir con la experiencia de sentir que lejos de ser un peligro es
una oportunidad de wellbeing para la sociedad.
• Quizá deba señalarse que la aplicación del Interés Superior del Niño, constituye
una posibilidad de efecto de beneficioso wellbeing para el conjunto de la
sociedad, familiar, escolar, comunitaria, nacional. Una lectura del ISN como
remitiendo al conjunto del wellbeing de la sociedad, puede graficar por qué
atender a la infancia es un beneficio para todos.
• Como lo recordara hace unos años en Ginebra el entonces director del IPEC-
OIT durante una reunión convocada por el Consejo Mundial de Iglesias y con
la directa participación de niños y niñas de todos los continentes, a nivel de
las estructuras de NNUU, “no sabemos cómo hacer para que los niños puedan
efectivamente participar cuando hay cosas que les conciernen, pues los
protocolos a esos niveles son muy complejos y requieren plazos de previsión”.
El mensaje era claro, aceptar en concreto y con seriedad la participación de los
NNA a estas instancias, demanda una profunda transformación de estructuras
de funcionamiento y de validez de acuerdos que, de intentarse, tomaría un
216 muy largo tiempo, pues son culturas instaladas y mejoradas permanentemente,
pero siempre desde el punto de vista complejo del mundo adulto.
En síntesis:
“La participación no puede hoy ser objeto de mendicidad por quienes
siempre vieron desconocido y hasta combatido su derecho a ser actores
en el devenir de su propia vida y de la historia. El well-being de la
sociedad depende también de que se transformen las culturas hoy
hegemónicas sobre las infancias y sobre la adultez y que el derecho a
la participación co-protagónica incluya sin discriminación alguna a las
nuevas generaciones, en particular a los NNA”.
A. Cussiánovich V, M. Martínez M, Child Participation, constituent of
Community Well-Being, 2017, en Handbook of Child Well-Being, p.
2533, vol.4, Springer.
****************
VII. LA PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
COMO PAIDEIA Y EROS, FILÍA Y AGAPÉ
ESCENCIAL DEL COPROTAGONISMO
SOCIO-POLÍTICO Y CULTURAL
LA PAIDEIA, UNA MIRADA REFRESCANTE DE LA PEDAGOGÍA DE LA
TERNURA
Una razón más para afirmar que cuando hablamos de pedagogía de la ternura,
se hace central el relacionarla con la paideia, es decir sacarla del imaginario
dominante que ha enclaustrado a la pedagogía en el mundo de la institución
escolar. Al punto que quizá sería más oportuno hablar de Paideia de la Ternura
para darle el aire complejo que en el pensamiento griego fue adquiriendo. La
pregunta pertinente que surge es ¿de qué pacto social es portadora la pedagogía
de la ternura como componente del paradigma del protagonismo?; ¿en qué sentido
la pedagogía es expresión de qué proyecto y pacto social?; ¿se trataría de un pacto
ético-político descolonizador?; ¿desde qué lugar la pedagogía puede ser concebida
como necesaria para un pacto de lucha decolonizador?
219
“Aristóteles, apoyando su discurso desde la poiesis desarrolla las teorías
hilemórfica y teleológica con las que presenta una definición del hombre
como ser político por naturaleza, siguiendo las costumbres atenienses que
negaban como miembros de las polis, a los esclavos, las mujeres y los
niños, al considerarlos inferiores; pues esto hacía parte de su naturaleza, ya
que los esclavos no son hombres porque son bárbaros, las mujeres porque
deben obediencia al varón, y los niños porque están aún en potencia de ser
hombres”, E. Dussel: op.cit. quien afirma que la ética es la filosofía primera,
p.29-30.
1 Ver Mario Gennari, Trattato de Pedagogia Generale, 2015, StudiBompiani, Milano, 483 ps.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
*************
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
De allí que sea necesario afirmar cómo la paideia de la ternura y del coprotagonismo
ciudadano tienen un carácter político, una constitución pública, que demanda un
esfuerzo en la búsqueda de la excelencia, de la calidad con calidez en el actuar,
222
vale decir, en beneficio del individuo social y de la comunidad de sujetos como
copartícipes y coproductores de vida en dignidad2.
Una razón más para afirmar que cuando hablamos de pedagogía de la ternura,
se hace central relacionarla con la paideia, es decir, sacarla del imaginario
dominante que ha enclaustrado a la pedagogía en el mundo de la institución
escolar. Al punto que quizá sería más oportuno hablar de paideia de la ternura
para darle el aire complejo que en el pensamiento griego fue adquiriendo. Y es
que llama Zemelmman y en la que el sujeto se vaya reduciendo zoológicamente.
La mercantilización del sujeto también contribuye a la pedagogía del bonsái. Para
hacer un bonsái, lo señala agudamente Quintar, hay que ir mutilando, con mucho
“cuidado”, con mucho “cariño” y con mucha “suavidad” la raíz central de lo que
2 Ver A. Cussiánovich, La ternura como virtud política, 2018, Infant, 63 ps; Víctor M. Mendoza G,
La Ternura Política de Dios, 2018, AETE/Ifejant, 166 ps.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
podría llegar a ser un gran árbol3. Pues la mercantilización del sujeto también
contribuye a la pedagogía del bonsái. En el modelo civilizatorio dominante, del
que la familia y la escuela suelen ser cómplices, la metáfora del bonsái en que
se va cortando “delicada” y “amorosamente” la raíz central, de igual forma se va
cortando el pensar y la potencialidad de ir deviniendo sujeto sentipensante, crítico,
rebelde, descolonizador. Por esta razón, cuando se habla del sujeto mínimo, se
está hablando de un problema no estrictamente pedagógico, sino político4.
Y es que las políticas de subjetividad están llamadas a recoger el espíritu que anima
al paradigma del coprotagonismo solidario, de reciprocidad y gratuidad cuando
éste es entendido como eje necesario, aunque insuficiente, de los discursos de la
pedagogía crítica y decolonizadora de la ternura.
3 Calificativo empleado significativamente por E. Quintar, ver sus escritos del 2006.
4 Ver la tesis doctoral de Sandra M. Jiménez Serrato, 2014, U. Externado de Colombia, Bogotá.
5 Opus cit, p.132.
6 Ver W. Jaeger, op.cit, p. 710ss,
7 Juan Carlos Tedesco, op-cit, passim.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
y su cumplimiento8. Pero ello no implica percibir que haya algo más que el mero
cumplimiento en justicia de lo que está normado. Quizá a niveles de escala más
circunscrita, las estrategias de comunicación, de participación de los pobladores,
la forma como los funcionarios encargados de la ejecución de dichas políticas
en materia de alimentación, de educación, salud, transporte, etc, podrían
contribuir a que la solidaridad, la priorización y atención a los más necesitados, y
vulnerables, pudiera permitir visualizar que no sea mera retórica eso de políticas
de subjetividad desde el espíritu de lo que la pedagogía de la ternura pretende
contribuir a restaurar: la calidad de las relaciones sociales.
Hay imaginarios socioemocionales que inhiben una mayor audacia para hacer del
mundo de la subjetividad un terreno central para platearse cuestiones del bien
224 común, de interés colectivo, de búsqueda de lo que se conoce como procomún.
Pero también para hablar de relaciones fraternas, procesos de construcción de
paz, aunque “imperfecta” como la llaman en Colombia, y crear condiciones para
la reconciliación en sociedades fragmentadas por causas a ser enfrentarse desde
otras representaciones sociales, impuestas y asumidas desde el esquema de la
razón justificadora de los vencedores como impolutos.
8 Ver Héctor Béjar, “Justicia Social, política social”, 2007, Cedep, 3ra edic. El autor hace una
excelente presentación sobre la política pública y la política social, p.19-43
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
225
****************
Introducción
En el mundo cultural germánico se acuñó una categoría que expresaba una feliz
síntesis vivencial y conceptual como es bildung. Es una cuestión semántico-
filosófica surgida de la vida, de la necesidad de aspiraciones y proyectos de vida
cercanos a lo que en otras cosmovisiones configuran un modo de vida alegre,
digno, convivial, fecundo, respetuoso de la condición de pertenencia bio-cósmico-
orgánica que se va aprendiendo durante toda la vida. La bildung bien puede
entenderse como la ciencia del espíritu.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Una acepción muy válida que distingue a la bildung es considerar a esta como
pedagogía hermenéutica. Interpretar es una permanente acción de preguntarse por
el qué sentido van teniendo las cosas del mundo exterior observado, percibido11.
9 Es una polisemia que legitima posibilidades múltiples de poner de relieve en el tiempo y contexto
alguna de sus acepciones. BILDUNG, s.XVII: parte de los conceptos que no necesitan definición
pues son importantes en contextos diferentes. Se trata de un Fuzzi concept in GERMAN. BILDUNG
como pedagogía hermenéutica y relacionalidad: Educational Theory, 2014, en Pensamiento
Educativo, Rev. de Investigación Educacional Latinoamericana, n1, p.35-45.; Cfr, R. Horlache,
What is Bildung? Or why Päadagogik cannot get away from the concept of Bildung, 2012,
Rotterdam, Sense Publishers, p.135-147. Bildung: ideal de conexión entre lo Ético y lo Estético;
poner en escena lo interior; relaciona lo psicopedagógico y sociocultural.
10 Ver el excelente estudio de Adrián L. Flórez Rico, Crítica de la pedagogía pura. Bildung reform
[ul] ada, 2020, Univ. Pedagógica Nacional, Colombia, tesis de posgrado en Educación.
11 Ver Conrad Vilanou, De la paideia a la bildung: hacia una pedagogía hermenéutica”, 2001, Rev
de Educacao, vol. 14, Nro. 2, Univ. de Minho, Portugal. Para Humboldt de la corriente estoica,
alude a un concepto de humanidad como contenido, a orientar su propio destino, a constituirse a
sí mismo. Para Hegel refiere al sentido de humanización como la antítesis de la espontaneidad, de
la inmediatez.
12 W. Jaeger, “Paideia: los ideales de la cultura griega”, 1962, Fce, México, 1151 págs. El ideal de la
paideia es en esencia: el dominio de sí mismo y no el dominio sobre otros por medio de la violencia
exterior como para los espartanos, p.1032. y en Platón la paideia se convierte en pedagogía en la
“infancia”, p. 1032, nota 88. “la educación de los sentimientos de lo agradable y lo desagradable
que sirve de base a esa sinfonía”, que es la aretë como formación moral en el sentido actual,
descansa en la sinfonía de la razön y el hábito, p.1033.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
De allí que no extrañe que dicho autor recoja en la historia griega y recuerde la
relación de paideia a eros, filía, agapé, areté, poesis, filosofía, medicina, ciudadanía,
conversión, cultura, arte, educación, etc.
****************
13 Justica social, 2010, Trotta, 149ps, ver la excelente reseña por Pablo Aguayo W, de la Univ. de
Chile, en Ideas y Valores, vol. LX, 2011, n.147, U.N. de Colombia.
14 Giancarla Sola, Introduzione alla Pedagogia Clinica, 2008, Il Nuovo Melangolo, passim.
15 A. Cortina, op.cit, cap.4, cap.6. Además, ver Joan C. Mélich, Ambiguitats de l’Amor, 2004; “La
educación como acontecimiento ético”, 2001, Paidós. Sus tres enunciados sobre ética: a.- mo hay
ética sino desde la experiencia del mal; b.- no hay ética porque dimos la respuesta adecuada ni por
deber; c.- no hay ética porque seamos dignos, sino porque seamos sensibles a lo indigno p.222; d.-
el Buen Samaritano en Lucas: de quién soy yo prójimo, p.231. La ética no asume las nociones de
bien, deber y dignidad sino la de sufrimiento, sensibilidad y compasiön frente al dolor de los demás,
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Incluso desde el punto de vista de una mayor precisión, habría que preguntarse si
aquello de “ternura” refiere a un sentimiento, a un estado afectivo, a una emoción. 229
Desde este aspecto, se abre un margen de elasticidad que abona a favor de
cierto umbral de simple aproximación nocional, pero de concepto con bordes poco
definidos. En el sentido común se refleja esta, que si bien lo hace recuperable
desde muchas perspectivas, para los efectos de la pedagogía de la ternura, no
es suficiente si quiere además desarrollarse en el plano de metodología, de
estrategia de concreción, es decir de su aplicabilidad concreta en el campo de la
acción educativa sea o no escolar. Todo ello tiene tanta o mayor fuerza cuanto que
consideramos las ciencias de la educación como parte de las ciencias sociales.
Pero también tendríamos que decir que las culturas de violencia que se han
instaurado en todos nuestros países con formas nuevas, y posiblemente formas muy
sofisticadas como la violencia armada y la callejera, la familiar e incluso la escolar.
Podríamos decir que estas culturas parecen antagónicas a toda palabra y a todo
discurso que pretenda reivindicar la ternura como una herramienta de construcción
social y política del tejido humano y por el contrario terminan abonando a una
230 privatización de las experiencias en las que previsiblemente suelen emerger
expresiones de ternura.
Creemos también que existe la tendencia a una ruptura entre amor y sexo. Una
disrupción entre lo que es la experiencia de desarrollar los mejores sentimientos,
emociones y afectuosidades con aquello que es la necesidad no renunciable
ciertamente de experimentar otras formas de placer. Pero cuando estas cosas se
desligan, nos crean también un contexto en el cual el discurso sobre la ternura no
sabe si acogerse y asimilarse simplemente a tendencias hedonistas o a tendencias
un tanto espiritualistas.
Creemos que hay otro elemento: la estigmatización secular que se han dado en
algunas sociedades frente a las minorías, llámense mujeres, llámense niños, niñas,
llámense chicos y chicas de la calle, llámense niñas que han sido prostituidas por
la sociedad, llámense negros o llámense indios, estas minorías estigmatizadas
tampoco nos permiten hacer que la ternura sea expresión pública de energía, de
fuerza y de valoración de quienes no consideramos iguales a nosotros.
Consideramos, entonces, que estamos lejos todavía de hacer verdad eso que Alain
Turraine dice en su libro “¿Podremos vivir juntos?”, cuando se hace una pregunta,
y si un estudioso de la realidad mundial y en particular latinoamericana tiene que
preguntarse si todavía será posible vivir juntos, nosotros, los que estamos aquí, los
que venimos del trabajo cotidiano de lucha en contra de todo aquello que quiera
negar la dignidad de cualquier ser humano, tenemos que afirmar que sí, que tiene
que ser posible, que por ello han luchado generaciones y generaciones, porque
ya va siendo posible y real que mucha gente intenta actualmente vivir juntos sin
que sea uno lobo que se come al otro, superando el viejo adagio “homo homini
lupus”17.
Pero también hay factores hoy día que favorecen el discurso sobre la ternura. Uno
es el simple hecho de que estamos en una cultura cada vez más englobante de la 231
reivindicación de los derechos humanos, de los derechos de los pueblos. Sabemos
que la positivización de los derechos humanos es una necesidad inaplazable
en sociedades fagocitosas en las que unos se comen a otros en especial al que
considera menos, al que hemos vuelto vulnerable. Y si no tuviéramos puestas
en blanco y negro las normas que pueden regir nuestra propia convivencia,
evidentemente se haría todavía más caótica la vida en la que muchos de nuestros
pueblos se conducen.
17 Ver trabajos peruanos, Jeffrey E. Polián García, Pedagogía della Ternura in América Latina, 2016,
Genova; Marco E. Morales Miranda, Pedagogía de la ternura y empatía en estudiantes del primer
año de secundaría, Red 05, Sta. Anita, 2017, 2018, UCV; Víctor Manuel Mendoza G., La ternura
política de Dios, 2018, Ifejant - AETE; Gerson Zamora Santiago, El pensamiento pedagógico de
A. Cussiánovich en contexto de violencia: Del protagonismo a la pedagogía de la ternura, 2021,
UARM.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
En síntesis:
232
*************
Desde la pedagogía de la ternura se busca afirmar una mirada positiva, que ponga
el acento en las más nobles aspiraciones de todo ser humano. Podríamos decir,
que la pedagogía de la ternura se constituye como un contra discurso frente a
las barbaries del espíritu, a las atrocidades de las que la humanidad ha sido
capaz de perpetrar y ello en nombre de la seguridad de todos, bajo el pretexto de
garantizar que nadie interrumpa los procesos de desarrollo, más precisamente,
de crecimiento por acumulación injusta de riqueza. El siglo XX es un paradójico
ejemplo de los niveles de insania que se ha heredado en el siglo XXI. No menos
paradójico resulta la afirmación de un pensamiento anti totalizador divergente
como condición para mundializar el pensamiento único y hegemónico en el que
se sostiene el capitalismo y su propuesta ética y político-cultural.
Pero la barbarie no sólo debe ser reconocida en los millones de vidas humanas
sacrificadas, sino en el atentado mayor de poner en real peligro el futuro del
planeta -de la Pachamama- que habitamos y nos cría. Por ello la pedagogía de
la ternura surge como un frontal cuestionamiento a la razón cínica e indolente,
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
*************
EL PARADIGMA DEL PROTAGONISMO COMO IRRENUNCIABLE
COMPONENTE DECOLONIZADOR DE LOS DISCURSOS DE LA PEDAGOGÍA
DE LA TERNURA
Introducción
que no han sucumbido a ningún tipo de narcisismo y que como él vayan siendo
apasionadas constructoras de “mundos amorosos y esperanzadores”21. No ha
de ser entonces oportunismo el que permita considerar a Freire entre quienes
consideran que la pedagogía de la ternura es un componente del paradigma del
coprotagonismo decolonizador en lo político, lo social, lo intertranscultural, lo
estrictamente educativo.
Con mucha razón escribe Ernani Maria Fiori; “En un régimen de dominación de
conciencias, en que los que más trabajan menos pueden decir su palabra, y en que
inmensas multitudes ni siquiera tienen condiciones para trabajar, los dominadores
mantienen el monopolio de la palabra, con que masifican, mitifican y dominan.
En esa situación, los dominados, para decir su palabra tienen que luchar para
tomarla. Aprender a tomarla de los que la retienen y niegan a los demás, es un
difícil, pero imprescindible aprendizaje: es la pedagogía del oprimido”.
21 Rolando Pinto Contreras, Aportes teóricos y pedagógicos al legado intelectual de Paulo Freire,
2018, en J. Osorio, edit, AAVV, Freire entre nos. A 50 años de Pedagogía del Oprimido, Stgo. de
Chile, p.157.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Así como hay en cada ser humano que aprender a ser humano, así hay que aprender
a ir siendo protagonista, conductor de la propia vida, personal y colectiva. La
Pedagogía de la Ternura encuentra aquí su lugar, su espacio, su tiempo. Y si
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Descolonizar las infancias como imperativo ético y político más allá de la CDN 241
Las categorías con las que es hija de su tiempo, del sentido que el contexto imprime
a su uso, pero no por ello dejan de ser portadoras de intenciones e intereses que
obligan a una necesaria consideración crítica. El propio Quijano señaló, hace ya
un tiempo, que la estrategia del imperio privilegia el campo semántico como una
forma de ocupación de las conciencias, de los imaginarios personales y colectivos.
ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
Manfred Liebel22, hace una mirada crítica muy significativa a la hoy muy recurrida
categoría agency en análisis desde la ciencia social y dedica además valiosas
consideraciones sobre la categoría protagonismo que adquirió a finales de los
años sesenta en nuestra Abya Yala un sentido político crítico frente a sus usos
dominantes y no exentos de aires meramente figurativos, vedetistas como dirían
los brasileros. Incluso tanto en inglés como en francés, la palaba protagonismo no
tenía la acepción que desde los movimientos populares de nuestra Región se le dio
para indicar no sólo resistencias, sino capacidad de voz propia, de ocupación de
nuevos espacios públicos con una palabra alternativa, emancipadora y libertaria.
Ello aplicado a ciudadanía, a participación, a actoría, a sujeto era una posibilidad
de avizorar un entendimiento esperanzador también desde las infancias. Esto
lo entendieron bien, a inicios de este siglo, académicos como Schelemmer, De
Wilde, Harson y otros.
Los maestros hablamos del eros pedagógico, esa fuerza, ese entusiasmo, ese
apostar por que cada cual puede ser mejor de lo que está siendo. Porque creemos
que son recuperables todos. La Pedagogía de la Ternura es una pedagogía anti
destino, no que la persona esté destinada a ser una fracasada o el destino ha
hecho que uno sufra todo esto. La Pedagogía de la Ternura es una pedagogía
22 Ver Infancias dignas o como descolonizarse, 2020, Ifejant, quien en 1994 escribió desde
Nicaragua sobre Protagonismo Infantil. Movimientos de Niños Trabajadores, trabajo que guarda
vigencia y pertinencia en los tiempos presentes en la Abya Yala.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
Esta perspectiva del eros, el thimos y el ágape así como la philía, la debemos a
los griegos que han inventado unas categorías riquísimas, a veces uno las utiliza 243
y parecería que sea sólo para mostrar un barniz de conceptos de larga data y
que mostrarían cierta erudición. Nada de ello, hay una riqueza firme, la cuestión
del eros en la sociedad actual tiene que estar repensada y bien retrabajada, pues
consideramos que, en el fondo, forma parte de lo que Mariátegui llamaba la
agonía. La agonía no es estoy en las últimas. La agonía es el último esfuerzo por
no dejarse vencer por la muerte, es la afirmación de la vida, esa es la agonía. El
eros es parte de eso, es el valor, la riqueza de la vida, el placer de vivir, la voluntad
de no dejarle la última palabra a la muerte…aunque sepamos que esta es una
realidad irreversible.
Hoy con qué nos encontramos con las nuevas generaciones. Nos encontramos
con gente, baste ver estadísticas de suicidio en adolescentes, de desgano, de
pensar en otra cosa que no sea el propio salir adelante. No hay que pintar solo
las deficiencias, hay también entusiasmo y hay cosas sumamente importantes
en las nuevas generaciones. Eso es lo que hay que recuperar y que hay que
potenciar. Esto de la pedagogía del vínculo y del vínculo fuerte, trabajado por una
cantidad de gentes, parece que no es similar a la teoría del apego sobre lo que
hay tanto debate académico. Sino fundamentalmente este tipo de vínculos se van
estableciendo, se van constituyendo. Eso vale para la familia, vale para la escuela,
vale para la universidad y para la pareja.
En un contexto, de como dicen los muchachos “no más eso de que hasta que
la muerte nos separe” expresa un clima que toca no sólo comprender, sino que
244 nos obliga a repensar aspectos importantes para la estabilidad emocional, para
la coherencia con uno mismo, etc. Es parte de la sociedad líquida, pero parece
interesante esa autonomía de espíritu que tienen hoy las nuevas generaciones
¿por qué me tengo que amarrar hasta la eternidad? El horizonte puede ser ese,
pero hay una libertad de espíritu para decidir y decidir siempre responsablemente.
Ciertamente que en la pedagogía de la autonomía Freire esboza algunos de estos
alcances, aunque su punto de vista es más bien el que refiere a sacudirse de
formas de dominación y colonialidad.
4. Restaurar la intersubjetividad.
La captura y moldeamiento de subjetividades colectivo-individuales y la
ocupación de las conciencias es reiteradamente la estrategia dominante de
los centros de poder.
5. Horizontalidad, no verticalidad.
Toda jerarquía que hace a unos mandar ya otros simplemente obedecer impide
la fuerza simbólica del encuentro entre iguales aunque diferentes, afecta la
otredad, la condición de alteridad constitutiva de todo ser humano.
246
VIII. LA FUERZA POIÉTICA DEL PARADIGMA DEL
PROTAGONISMO Y DE LA PEDAGOGÍA DE LA
TERNURA
EL EFECTO POIESIS DE LA TERNURA Y EL COPROTAGONISMO COMO
FACTOR DE PRODUCCIÓN DE PLUSVALÍA DE HUMANIDAD
Introducción
Y como apunta Gennari, conviene señalar que el hombre pertenece a una “especie
poiética” capaz de cambiarse constantemente en su actuar y también en su ser4.
Pero además porque como apunta Illouz, “en la visión terapéutica contemporánea
del mundo, el sufrimiento se ha convertido en un problema que debe ser manejado
por expertos en la psiquis. La psicología clínica así a la perfección con uno de
los objetivos de la religión: explicar, racionalizar, y en última instancia, justificar
siempre el sufrimiento”6.
8 Ver E. Illouz, Intimidades congeladas, 2007, excelente reseña al mismo de Luis Roca Jusmet, El
capitalismo emocional, en Rebelión, 5 de Mayo 2012. Ver Cyrulnik, B. y Malaguti, E, Costruire
la resilienza: la riorganizzazione positiva della vita e la creazione di legami significativi, 2015,
Trento, Erikson Edizioni.
ALEJANDRO CUSSIÁNOVICH V.
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ENSAYOS III SOBRE PEDAGOGÍA DE LA TERNURA
SÍNTESIS
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