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SEMINARIO TEOLÓGICO NAZARENO SUDAMERICANO

“LA ENTERA SANTIFICACIÓN EN LOS PRIMEROS CINCO SIGLOS DE LA ERA


CRISTIANA.”

POR
JOSELVIA RODRÍGUEZ

RESUMEN
En cumplimiento parcial de los requisitos para aprobar el curso de “DCOTRINA DE
SANTIDAD II”

Profesor: Lcda. Elda Castro

Mayo, 2016
Quito, Ecuador
La entera santificación en los primeros cinco siglos de la era cristiana, recibió grandes

aportes, el primero de ellos por parte de los padres apostólicos y apologéticos; el primero de

ello fue Ignacio de Antioquía, el ejemplo de la problemática, el aboga por la perfección en

amor, como la norma cristiana para esta vida, nada dice sobre cómo entra el ser humano a esta

perfección, nada acerca de su relación, ya sea teológica o de experiencia a la justificación, y

nada de su conexión con la noción de la santificación, aunque la relaciona con el Espíritu

Santo. El pastor de Hermas definió a la perfección como norma y el arrepentimiento como

necesidad, aunque no se encuentra en él una doctrina clara de la santificación, como tampoco

una relación clara con la perfección y pureza a la que continuamente invita. La iglesia

primitiva creía en la entera santificación, la cual se puede observar en sus expresiones

simbólicas de sus liturgias.

Durante los inicios de la exposición sistemática, existieron padres de la rama oriental

de la iglesia primitiva que comenzaron a delinear ordenamente la perfección cristiana. Ireneo

refuto las ideas del gnosticismo, puntualizó que sin encarnación no había salvación, Cristo

tiene autentica divinidad. Clemente de Alejandría fue influenciado por el pensamiento

platónico, su contribución a la doctrina descansa en su insistencia de que tenemos una

responsabilidad moral por nuestra propia espiritualidad, Dios da grandes dones, pero son

dados en el contexto de la libertad humana; Clemente expone que la perfección debe ser

tratada en términos relativos y de limitación. Orígenes veía la santificación como una

actividad distinta de la gracia divina, esto es, distinta de la justificación, y consideraba que era

dada al creyente en un momento diferente a la justificación, define a la santificación como un

proceso cósmico.

En el periodo formativo Macario el egipcio, presenta a la entera santificación en la

modalidad ascética, es decir, la entera santificación dentro del ritual, para él la entera

santificación era una obra distintiva de gracia subsecuente a la conversión, pero también
dependiente de ella; para él la perfección cristiana era llegar a la imagen de Cristo, es decir,

como el mismo lo expresa, semejanza a la imagen del Espíritu Santo; fue expresada en

términos sacramentales, antes que términos experienciales y personales.

Para Gregorio de Aquino la perfección cristiana era difícil de manifestarla en su propia

vida, porque se encuentra fuera de su alcance. Define la perfección, siendo para él, el límite,

ya que todo tiene un principio y un fin. Gregorio dice: He argumentado que podemos alcanzar

la meta, pero no debemos descuidar el mandato divino, sed perfectos, como vuestro Padre que

está en los cielos es perfecto. Así que nos acercamos tanto a la perfección, para no quedarnos

fuera de ella; para él, la perfección dependía del crecimiento en el bien. Gregorio sostiene que

en cada fase de la vida cristiana el creyente es totalmente purificado del pecado siempre y

cuando éste desee tener mayor crecimiento y esté dispuesto a recibirlo; para Gregorio la

santificación no es un asunto de autopurificación, ni siquiera el deseo de avanzar más hacia a

Dios; ella depende totalmente de la actividad gratuita de Dios en Cristo.

Agustín de Hipona la santidad de la iglesia es objetiva, es un don de gracia a la iglesia,

que no depende del carácter moral del sacerdote ni de los miembros, pero es concedida a

través de los sacramentos; siendo necesarios para la santidad los sacramentos y el sacerdocio

que lo administra. Contribuye al insistir en que el amor perfecto de Dios se hace presente el

ser humano por el Espíritu Santo como un don de gracia y que lo posee completamente, hasta

que el grado de las fuerzas humanas lo permitan. Para el la santificación es una limpieza, es

una regeneración autentica, realizada por el Espíritu Santo, no por el hombre, siendo completa

en la fase en que se encuentra. Difiere contra la doctrina porque confunde la santificación con

la justificación, es decir, hace de la santificación, como la justificación, una declaración divina

y una imputación de la justicia de Cristo antes que una regeneración autentica, siendo una

gran contradicción en su propio sistema, ya que desde otras áreas presenta a la regeneración.

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