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SEMINARIO TEOLÓGICO NAZARENO SUDAMERICANO

“ENTERA SANTIFICACIÓN.”

POR
JOSELVIA RODRÍGUEZ

INFORME DE LECTURA
En cumplimiento parcial de los requisitos para aprobar el curso de “DOCTRINA DE
SANTIDAD I”

Profesor: Rvdo. Roberto Quinatoa, Dr.

Febrero, 2016
Quito, Ecuador
1.- Tema Central del Texto:

El Dr. Grider en la presente obra literaria, tiene como idea central tratar desde la pers-
pectiva teológica el tema de la Entera Santificación, la doctrina distintiva del Wesleyanismo;
es por ello, que ha desarrollado nueve capítulos, en los cuales define y explica: la Doctrina
Distintiva, los Componentes de la Experiencia, la Nomenclatura del Wesleyanismo, el Movi-
miento de Santidad y el Bautismo del Espíritu, la Santificación Instantánea o Gradual, la Car-
nalidad y Humanidad, como Recibir y Retener la Entera Santificación; y por último, un serie
de respuestas a preguntas que con frecuencia muchos realizan con relación a la doctrina.El
propósito del autor es poder brindar al lector una reflexión teológica sobre la santidad.

2.- Argumento:

El autor describe que el movimiento de santidad ha diferido del punto de vista de Juan
Wesley, al punto, ‘de identificar la entera santificación con un bautismo personal de o con el
Espíritu Santo’. No busca ir en contra de la tradición o estilo de Juan Wesley, aunque este úl-
timo, en el tiempo final de su vida, cambio varios aspectos de su adiestramiento sobre la ente-
ra santificación. Para el Dr. Grider la entera santificación es la limpieza instantánea del peca-
do original, donde el creyente es capacitado a través de la fe, mediante el bautismo con el Es-
píritu Santo, sustentando esta experiencia en la base bíblica de 1 Tesalonicenses 5:23-24, don-
de el Apóstol Pablo exhorta a los creyentes a santificarse por completo.

La doctrina distintiva es más que un provencionalismo teológico, es la enseñanza que


completa según Knudson la doctrina de la justificación por la fe. Para J. Kenneth la entera
santificación puede analizarse y definirse por los componentes de la experiencia. La santifica-
ción implica separación para el uso de Dios, limpieza del pecado original, el bautismo con el
Espíritu Santo, poder, sello, estado de crecimiento en una relación correcta, perfección, expe-
riencia afirmadora, componente de amor y social.

Grider describe que en las escrituras de la historia de las tres primeras décadas de la
iglesia, no hay referencia a la segunda obra de gracia. Pedro, Juan, Pablo y otras personas que
escribieron las epístolas exhortan a recibir la entera santificación, escritos que surgieron en la
misma época en que Lucas narra lo que ellos hicieron. Para el autor Lucas, no hace mención
de que los apóstoles tuvieran el interés en una segunda obra de gracia; resaltando como ejem-
plo el hecho de que el apóstol Pablo le escribe a los cristianos de Éfeso de que Cristo se entre-
gó a sí mismo por la iglesia para santificarla, habiéndola ya regenerado (Efesios 5:25-27;
1:13; 5:18), pero cuando les visita, no refleja ningún interés en que reciban una segunda obra
de gracia. Otro problema para el autor, que puede observar en las primeras iglesias primitivas
durante sus primeros años de fundación, consiste en que éstas no recibieron ninguna enseñan-
za sobre la entera santificación, sino después de varios años de fundación y ministración,
puede ser que por primera vez surgiera una enseñanza nueva sobre la que hoy día es la
doctrina distintiva del Wesleyanismo; lo cual no implicaría para la iglesia primitiva una se-
gunda obra de gracia, sino una mala estrategia.

El Dr. Grider en el capítulo 5, escribe que durante más de 100 años en el movimiento
de santidad en E.E.U.U., sus autores han enseñado que el bautismo con el Espíritu Santo es la
experiencia instantánea por la cual se efectúa la entera santificación, sin embrago para el au-
tor, esta afirmación representa una idea muy distinta desde el punto de vista de Juan Wesley,
el cual no relacionó el Pentecostés con la entera santificación, sino con la justificación; él
aceptaba una relación del Pentecostés con cierto punto de la limpieza, pero no estableció la
purificación por fuego con la purificación de la entera santificación; para Juan Wesley no era
bíblico ni correcto hablar de que en la segunda obra de gracia se recibe el Espíritu Santo, para
él todos recibían el Espíritu Santo cuando eran justificados. Para sustentar esta idea describe
algunos hechos del movimiento de santidad inicial, la contribución estratégica de Finney, la
importancia teológica de S. S. Smith, la contribución de la señora Phoebe Palmer, la estrategia
de Asa Mahan, entre otras.

En la conclusión de su libro, el autor hace referencia a todas aquellas actitudes o accio-


nes que son motivadas por la naturaleza carnal y por la humana, resalta lo que es limpiado del
ser humano, y de lo que no se limpia al ser enteramente santificados; aunque muchas actitudes
pueden surgir de la naturaleza humana, no significa que la persona no haya sido santificada
por completo; puede estar en la segunda gracia y pedir ayuda a Dios para enmendar dicho
comportamiento. Para Kenneth la entera santificación se puede recibir cuando la persona enti-
ende lo que Dios ha provisto, se prepara, se consagra y se ejercita en la fe, puesto que de esta
última, se obtiene la entera santificación; el Espíritu Santo es quien da testimonio al creyente
de que la segunda obra de gracia se ha realizado.

3.- Aspectos de Valor y de Enseñanza:

El presente libro contiene un excelente material, que explica de un forma sencilla la


doctrina de la entera santificación, incluyendo aquellos aspectos controversiales, para los cua-
les ha hecho comparaciones y diferenciaciones, con el fin de brindar un panorama al lector,
conduciéndolo a la reflexión teológica, con el propósito de que éste pueda tener una perce-
pción clara de lo que implica y conlleva la doctrina distintiva del wesleyanismo. Se considera
como un gran aspecto de valor, de que el autor haya incluido en su obra, el poder describir el
Bautismo del Espíritu Santo desde una perspectiva bíblica; utilizando los hechos bíblicos de
avivamiento en Samaria, la conversión de Pablo, el caso de Cornelio, los hechos de los sinó-
pticos, entre otros. El propósito del autor en abordar estos hechos bíblicos, es poder demostrar
que los apóstoles no mostraron ningún interés en que la iglesia primitiva, durante sus prime-
ros años, recibiera una segunda obra de gracia.

En segundo lugar, es de gran interés, como presenta el Dr. Grider bases sólidas para
apoyar sus apreciaciones especiales de la doctrina, que difieren en cierta parte, con lo que
generalmente la Iglesia del Nazareno cree. En tercer lugar, citar las contribuciones de Armi-
nio, Lutero, Calvino y Juan Wesley; como también las del movimiento de santidad y los más
grandes autores que surgieron del mismo; a su vez, es de gran importancia la discusión que
detalla cómo recibir la entera santificación. Por último, su interés de dedicar un capítulo, para
dar respuestas a las preguntas que revelan incertidumbre o confusión con respecto a la doctri-
na, es decir, preguntas relacionadas con ésta y la experiencia.

La lectura de este libro, me ayudado en lo personal a comprender una perspectiva teo-


lógica más clara sobre la doctrina de la santificación, y corregir todos los supuestos o mitos
que muchas veces se nos inculca, por un conocimiento fundamentalista del tema. El citar al-
gunos postulados de Juan Wesley he podido comprender un poco más de sus pensamientos y
contribuciones a la doctrina. Este libro me ha ayudado a percibir lo gran importante que es,
entender correctamente la doctrina de la santidad, porque nos permite realizar una apreciación
inteligente de la gracia santificadora de Dios, y nos capacita para poder enseñar a los creyen-
tes los puntos esenciales de la misma, con el fin de que ellos puedan tener mejores resultados
al recibir la bendición, al propagar la doctrina y guiar a otros a la experiencia.

El autor Kenneth Grider hace una valiosa contribución teológica con este escrito,
considero que es de gran aporte su deseo de enseñar que la doctrina de la segunda obra de
gracia como se enseña hoy día, y como se denota en los Artículos de Fe de la Iglesia del
Nazareno, difiere de las enseñanzas de Juan Wesley con relación a la entera santificación
creada por el bautismo con el Espíritu Santo y el pecado original limpiado totalmente, y no de
forma gradual. Es un libro que toca puntos controversiales, pero que explica y detalla con
buenas bases lo que afirma, moviendo al lector el pensar en un nuevo esquema para la doc-
trina distintiva del Wesleyanismo.

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