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LA CAUSA DE LA PASIÓN
Cuánto se conoce de delitos contra la humanidad; podemos citar el holocausto entre otros,
los que conocen la historia concuerdan en las injusticias cometidas, el dolor causado a
familiares de las víctimas y la sociedad en general.
Si hablamos de injusticias, Jesús fue condenado a la Cruz, ¿te has preguntado por qué?
Hablamos el día anterior de lo que Jesús enseñaba, y de cómo era rechazado por los
religiosos de su época especialmente por los fariseos a quienes acusa de hipócritas por
exigir el cumplimiento de la ley, y no cuidar lo que la palabra enseña es lo más importante:
el amor a Dios y al prójimo.
Jesús era constantemente acusado de blasfemia pues el manifestaba ser uno con Dios, o
de hechicero por los milagros que hacía, hechos utilizados para acusarle.
Cuando pensamos que llevó a Jesús a la cruz, muchos diríamos lo que dijeron los judíos,
los romanos, o las que vivieron en esa época, pero en realidad fueron nuestros pecados,
Él asumió nuestro pago, se entregó de forma voluntaria para salvarnos, el amor
manifestado en su sacrificio a fin de que nadie se pierda y que todos tengamos vida eterna
en El.
S. Mateo 4:17 RVR1960
Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
Todas las profecías se escribieron siglos antes de que naciera Jesús, y si leemos con
detalle, Jesús mismo dijo “Todas las cosas escritas en la ley de Moisés y en los Profetas
y en los Salmos acerca de mí tenían que cumplirse”
Al ver las profecías sobre el mesías cumplidas, tenemos la certeza de nuestro salvador,
aquel que no estimó ser Dios como algo a que aferrarse, sino que, por amor a nosotros,
decidió venir a esta tierra.
Reflexionemos lo que el profeta Isaías dice sobre el mesías y oremos a Jesús, pues
conocer el cumplimiento de sus promesas hace que nuestra fe se acreciente.
Isaías 9:7 RVR1960
Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite,
sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo
y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y
para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará
esto.
“Por eso me ama el Padre: porque entrego mi vida para volver a recibirla. 18 Nadie me la
arrebata, sino que yo la entrego por mi propia voluntad. Tengo autoridad para entregarla,
y tengo también autoridad para volver a recibirla. Éste es el mandamiento que recibí de
mi Padre”
Jesús hizo todo por obediencia a su Padre, amor a ti y a mí, y así como un día vino a
salvarnos un día también volverá por su iglesia.
Él nos prometió preparar un lugar donde Él está, exhortó a sus discípulos a velar y estar
preparados para su regreso, lo que algunos tienen por tardanza, pero en realidad es el
deseo de su corazón que nadie perezca, sino que conociendo todo lo hecho por El
procedan a un genuino arrepentimiento.
Jesús pagó el precio por salvarnos, sus sufrimientos, las injusticias, su amor y el
cumplimiento de la profecía, nos hace tener la certeza que El viene pronto.
Toma un tiempo para agradecer a Jesús por todo lo que hizo por ti, por pagar el precio
con su vida, valoremos el regalo de la salvación.