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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR


UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
CORDINACIÓN DE POSTGRADO
MAESTRIA DE DERECHO PROCESAL PENAL

Comentario Argumentado” sobre -Un ensayo de relectura libertaria de un viejo


texto liberal, llamado “La Lucha por los derechos”

Maestrantes:

- Abg. Ali José Rivas Peña

C.I. 12.040.693

Día de Clases: Sábados

Profesor:

-Dr. J. Camilo Perdomo

Trujillo, 14 de Octubre de 2017.


Para dar inicio a este trabajo denominado “Comentario argumentado” sobre -Un
ensayo de relectura libertaria de un viejo texto liberal, llamado “La Lucha por los
derechos” realizado por tan ilustre Filosofo Español, Catedrático, profesor y Autor de
tantos libros importantes, como lo es Javier Muguerza, no es para nada fácil; pero en
virtud de adquirir conocimiento, poner en práctica nuestro sentido analítico y a su vez,
cumplir con lo exigido por la asignatura, haré lo que esté a mi alcance para lograr tal
objetivo.

Este Libro referido a “La Lucha por los derechos”, le pertenece al historiador y
teórico Alemán del derecho, Rudolf Von Ihering, también escrito a veces según
Muguerza, como Jhering.

El texto en estudio analizado por Muguerza, infiere que posee una visión
conflictualista, por no decir agonista del Derecho, comenzando por su título, aunque con
la importante precisión de que la lucha que ahí se propugna no solo va dirigida a velar
por los intereses económicos, políticos entre otros, los cuales son defendidos por medio
del derecho, sino más bien la lucha por el propio Derecho en cuanto un fin en sí. Esto
engloba lo que refería Ihering con su lema “solo luchando alcanzáremos nuestros
derechos”. En tal sentido, en ocasiones esta lucha podía comprometer hasta la dignidad
del protagonista, hasta su propia vida, con tal de salvaguardar el interés jurídicamente
protegido, el cual era su derecho subjetivo, pudiendo convertirse en “Victima de una
injusticia”.

En este mismo contexto alega Muguerza que Ihering pudo haber considerado
que Michael Kohlhaas, el héroe trágico de su novela, después de ser un campesino
honrado y pacifico se transformó en un litigante obsesivo e incluso en un feroz
bandolero; a consecuencia de una situación trágica que sucedió por la abusiva
exacción feudal del caballero de Tronken, de quien era vasallo, puesto que le había
entregado un par de esplendidos caballos en prenda de una deuda, pero al poco tiempo
Michael, logra pagarle la cantidad adeudada, y este le devuelve los caballos pero
reducidos a jamelgos famélicos. Este héroe indignado acude ante todas las instancias
disponibles, tales como, príncipes, jueces, magistrados, intentando hacer valer en vano
su derecho a una compensación, y al ver que no consigue justicia por esa vía, decide
buscarla por su propia mano, con lo que solo logra poner precio a su cabeza. Y una vez
capturado al poco tiempo, tras la condena a muerte por sus crímenes, aun en su
momento de expirar logra obtener la satisfacción de recibir el postrer reconocimiento de
su derecho inicial y así salvar su honor. La actitud de este héroe lleva a considerar a
Von Kleist y a Von Ihering a reconocerlo como un mártir del Derecho y no solo de su
derecho, toda vez que, al decir del segundo, quien defiende un derecho y lo ejercita,
defiende y ejercita los derechos de cualquiera otros agentes, esto es, defiende y ejercita
todos los derechos.

Para concluir sobre este punto sobre la lucha de los derechos, comenta
Muguerza que Ihering le otorga un valor altamente pedagógico que la convierte en
ejemplar: la moraleja que se desprende de la historia de Michael Kohlaas, para decirlo
en una frase, es que “nadie merece su derecho sino está dispuesto a luchar, e incluso a
dar su vida por él; antes que tolerar verlo ultrajado con impunidad.

Asimismo indica que el carácter abiertamente subversivo y revolucionario de esta


tesis de Ihering, crean en el la tesis de que todas las grandes conquistas a lo largo de la
historia del Derecho, se han producido a través de la lucha, una lucha que en ocasiones
ha costado ríos de sangre, lo que le lleva a sostener que el Derecho es como Saturno
devorando a sus hijos y no le es posible renovación alguna, sino rompiendo
abruptamente en cada caso con el pasado. También se opone a la doctrina del Filósofo
Johann Friedrich Herbart, “El disgusto ante la lucha”, diciendo con su opúsculo: “No es
siempre la estética, sino la moral, la que debe decirnos lo que es la naturaleza del
Derecho, y lejos de erradicar la lucha por el Derecho, la moral la proclama un deber…
La lucha es el trabajo eterno del Derecho… Desde el momento en que el Derecho no
está dispuesto a luchar, lo estará a dejarse sacrificar.

Según Muguerza, los derechos individuales, los subjetivos han sido relacionados
con los “derecho humanos”, de los que vendrían a constituir algo así como su
fundamento jurídico; y en virtud de este carácter individual, Ihering lo ejemplifica
preferentemente en el dominio del derecho privado. Así como también considera que la
teoría del Derecho, nace desde el derecho privado al derecho público, porque solo
quienes sean capaces de defender el derecho privado serán capaces de defender el
derecho público y hasta por el derecho de gentes o internacional. Los derechos
subjetivos tanto privados como públicos, llamados también derechos humanos y/o
fundamentales, activan el cuadro de las relaciones entre el individuo, la sociedad y el
Estado, las cuales trascienden el dominio de lo jurídico para cobrar una innegable
dimensión política; inherentes también a una innegable dimensión moral que nos
obligará a abordarlos desde la perspectiva de una ética, como la “ética pública”, la cual
trabaja dentro del marco de una estrecha relación con la filosofía jurídica y la filosofía
política.

En este mismo orden de ideas Muguerza considera que los derechos humanos o
fundamentales son derechos positivos mientras hayan sido recogidos en el
ordenamiento jurídico de un país, mientras que a falta de semejante positivación, solo
serán aspiraciones o exigencias morales, que es lo que determina que la ética tenga
algo que decir acerca de los mismos. Entonces sostiene que los derechos humanos
presentan 2 caras distintas, por un lado un perfil ético y por otro un perfil jurídico, que
llegan a ser potenciales normas jurídicas si son reconocidos legalmente.

Hay que hacer notar que Muguerza concibe la relación entre Ética y Derecho en
dos grandes concepciones, la primera de ella representada por Ihering, llamada la
concepción conflictualista o agonista citada al principio; y la segunda que la denomina
la concepción irenista o consensualista, la cual entre otras cosas hace referencia en
que el consenso constitucional no se debe reducir a la aceptación de un puro y simple
“modus vivendi”, esto es, a una acomodación circunstancial y ocasional dictada por
razones de meras conveniencia, sino que envuelva un auténtico consenso moral.

Siguiendo esta misma concepción encontramos en contraposición con Habermas


y Rawls, a Luigi Ferrajoli, quien expresamente invoca en este punto a Rudolf Von
Ihering y su “Lucha por el Derecho”, “podemos afirmar sin temor a equivocarnos que, en
la historia de la humanidad, no ha habido ningún derecho fundamental que haya
descendido del cielo o nacido en una mesa de despacho, ya escrito y redactado en los
correspondientes textos de las constituciones, sino que todos son frutos de conflictos, a
veces seculares, y han sido conquistados a base de rupturas y de revoluciones.

En lo que respecta a Muguerza se inclina por pensar y reconocer que el modelo


o concepción de Ihering es el que verdaderamente permite dar cuenta de la historia
referida a la conquista de los derechos humanos, derechos que antes se ser recogidos
como derechos fundamentales y positivarlos, fueron alcanzados a través de exigencias
morales, las reclamaciones y consiguientes luchas de individuos y grupos de individuos
a quienes un consenso antecedente les negaba su condición de sujetos de tales
derechos.

Para concluir, dejo las tres hermosas citas del texto de Rudolf Von Ihering,
releído por Muguerza, donde se hace honor a tantos esforzados luchadores por el
Derecho como a lo largo y ancho de este mundo perseveran en el empeño aun cuando
nadie parezca creer que sus justas reclamaciones habrán de ser un día atendidas: “La
idea del derecho encierra una antítesis… de la que es completamente inseparable, a
saber, la de la lucha y la paz; la paz es el fin último del Derecho y la lucha el medio para
alcanzarlo”, “Resistir a la injustica es un deber del individuo para consigo mismo, porque
es un precepto para la existencia moral; y es un deber para con la sociedad, porque tal
resistencia no puede verse coronada por el triunfo más que cuando es general”, “Para
que el derecho y la justicia florezcan en el mundo… no basta con que el juez se halle
dispuesto a ceñir la toga o la policía a su vez se halle dispuesta a desplegar a sus
agentes; es, además, preciso que cada un contribuya por su parte a tan gran obra,
porque todo ser humano tiene el deber de pisotear, cuando le llega la ocasión, la
cabeza de esa víbora, que es la arbitrariedad y la ilegalidad”.

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