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Arquitectura neoclásica

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Representación de la Acrópolis de Atenas, obra de 1846 del arquitecto y pintor Leo


von Klenze (Neue Pinakothek, Múnich)

Proyecto de Opéra, obra no realizada de Étienne-Louis Boullée de 1781

Neue Wache (1816-18), Karl Friedrich Schinkel, Berlin

La basílica de San Francisco de Paula (1816-1846) en la piazza del Plebiscito, en


Nápoles

La Rotonda (1822-1826) de la Universidad de Virginia, de Thomas Jefferson y


Stanford White
La arquitectura neoclásica es un estilo arquitectónico occidental que produjo el
movimiento neoclásico que comenzó a mediados del siglo XVIII, por una reacción
contra el estilo barroco de ornamentación naturalista así como por el resultado de
algunos rasgos clasicistas nacidos en el barroco tardío. Se prolongó durante el
siglo XIX, coincidiendo luego con otras tendencias, como la arquitectura
historicista y el eclecticismo arquitectónico. Algunos historiadores llaman
clasicismo romántico a la producción neoclásica de la primera mitad del siglo XIX,
jugando con el oxímoron (oposición de términos), ya que además de coincidir con el
romanticismo, estilísticamente compartía rasgos con la estética romántica, al
añadir cierta expresividad y espíritu exaltado a la sencillez y claridad de las
edificaciones clásicas grecorromanas.1

Los factores fundamentales que influyeron en el surgir de la arquitectura


neoclásica fueron los mismos que determinaron el contexto político, social y
económico de la época, en la que destacan la Revolución Industrial, la crisis del
Antiguo Régimen, la Ilustración, el enciclopedismo, la fundación de las Academias o
el despotismo ilustrado. La Revolución Industrial modificó profundamente la forma y
el ritmo de vida en las ciudades y propició nuevos adelantos técnico-constructivos
y el empleo de nuevos materiales. Se buscaba dar un carácter más científico a las
artes, por lo que los artistas debían ser técnicos más que inventores, e imitadores
más que creadores. Ese espíritu científico llevó a considerar al arte clásico como
un arte progresista, desprovisto de adornos sin sentido y anhelando la perfección
de las leyes inmutables, sin depender de las impresiones subjetivas e imperfectas
del artista. Esa nueva orientación hizo que se rechazara la última arquitectura
barroca y se volvieran los ojos hacia el pasado a la búsqueda de un modelo
arquitectónico de validez universal. Nacieron movimientos de crítica que propugnan
la necesidad de la funcionalidad y la supresión del ornato en los edificios.
Francesco Milizia (1725-1798) en Principi di Architettura Civile (1781) extendió
desde Italia las concepciones rigoristas a toda Europa. Mientras, en Francia, el
abate Marc-Antoine Laugier (1713-1769) propugna en sus obras Essai sur
l'Architecture (1752) y Observations sur l'Architecture (1765) la necesidad de
crear un edificio en el que todas las partes tuvieran una función esencial y
práctica y en el que los órdenes arquitectónicos fueran elementos constructivos y
no solo decorativos, todo ello para hacer una arquitectura verdadera: la construida
con lógica. El concepto de economía relacionado con el funcionamiento de los
propios edificios cambió algunos esquemas de organización espacial y hasta la
propia relación entre vanos y macizos.

La Ilustración sostenía que la infelicidad del hombre se debía a la ignorancia y a


la irracionalidad y por eso el camino a la felicidad era llevar la luz de la razón
por medio de la educación. Aunque las primeras Academias para el estudio de las
artes habían surgido en Italia ya en el siglo XVI, las fundadas en el siglo XVIII
ya eran ilustradas y sirvieron como transmisoras de ideas contrarias al barroco y a
favor del neoclasicismo y los diversos tratados clásicos y renacentistas de las
Tres nobles artes, así como de aquellas obras de carácter técnico y científico que
racionalizaban su práctica y ejecución. En ese momento el arte comienza a sufrir
las consecuencias de una crítica libre, fundada en los principios éticos. La
arquitectura podía ser analizada como una rama del arte social y moral y La
Enciclopedia le atribuyó la capacidad de influir en el pensamiento y en las
costumbres de los hombres. Proliferaron así las construcciones que mejoraban la
vida humana como hospitales, bibliotecas, museos, teatros, parques, etc., eso sí,
pensadas con carácter monumental.

El enciclopedismo, el espíritu precursor de la Revolución francesa, trajo también


consigo una concepción romántica de la Grecia Antigua. En la arquitectura la
formación requerida implicaba el conocimiento de las fuentes antiguas tales como
Vitrubio, Palladio, Vignola; por lo que se hizo uso de los repertorios formales de
las arquitecturas griega y romana (e incluso de Egipto y Asia Menor). Todos los
arquitectos partían de unos supuestos comunes: la racionalidad en las
construcciones y la vuelta al pasado. Aunque los enfoques diferían.

Los modelos greco-romanos dieron lugar a una arquitectura monumental que reproducía
frecuentemente el templo clásico para darle un nuevo sentido en la sociedad civil.
El perfil de los Propileos de Atenas sirvió al alemán Carl Gotthard Langhans para
diseñar su puerta de Brandeburgo en Berlín (1789-1791),2 un tipo muy repetido como
atestigua la entrada al Downing College de Cambridge (1806) obra del inglés William
Wilkins o la posterior Gliptoteca de Múnich de Leo von Klenze.3 También el inglés
James Stuart (1713-1788), un arquitecto arqueólogo al que se ha llamado el
Ateniense, en su monumento a Lisícrates en Staffordshire, reprodujo el monumento
corágico de Lisícrates en Atenas. Los hermanos Adam difundieron por toda Inglaterra
un modelo decorativo para interiores con temas sacados de la arqueología; una de
sus obras más representativas es Osterley Park, con una notable estancia etrusca y
un clásico hall de entrada (1775-1780). Italia prefirió recrear sus modelos
antiguos ya bien avanzado el siglo XVIII y en los comienzos del siglo XIX. El
modelo del Panteón de Agripa en Roma se repite en un gran número de templos, como
el de la Gran Madre de Dio en Turín y San Francisco de Paula en Nápoles, ambos
terminados en 1831, que reproducen el pórtico octástilo y el volumen cilíndrico del
Panteón.

Otros arquitectos, los llamados utópicos, revolucionarios o visionarios, plantearon


edificios basados en las formas geométricas. No despreciaron la herencia del pasado
clásico y, aunque respetaron las normas de simetría y la monumentalidad, sus
edificios fueron a veces el resultado de la combinación caprichosa de las formas
geométricas. Étienne-Louis Boullée (1728-1799) y Claude-Nicolas Ledoux (1736-1806)
encabezaron esta postura; entre la gran cantidad de proyectos no construidos merece
la pena mencionarse el cenotafio para Isaac Newton, concebido por Boullée como una
esfera, representación del modelo ideal, levantada sobre una base circular que
había de cobijar el sarcófago del científico. Ledoux dejó edificios construidos,
entre ellos una parte de la utópica ciudad industrial de las Salinas de Arc-et-
Senans, de planta circular en el Franco Condado o el conjunto de la Villette en
París.

Entre ambos grupos aparece una tercera opción, la de la arquitectura pintoresca, a


partir de la creación de jardines ingleses en el siglo XVIII, ordenados de forma
natural lejos del geometrismo del jardín francés; se valora la combinación de la
naturaleza con lo arquitectónico, la inclusión en el paisaje natural de edificios
que remedan las construcciones chinas, indias o medievales. Ese juego de formas
caprichosas y el aprovechamiento de la luz buscaban suscitar sensaciones en el
espectador. Horace Walpole (1717-1797) construyó la Strawberry Hill House (1753-
1756) en las afueras de Londres, una fantasía gótica de la que su autor dijo que le
había inspirado para escribir El castillo de Otranto, una novela gótica, expresión
del efecto inspirador de la arquitectura. También William Chambers (1723-1796) creó
un conjunto pintoresco en los Jardines de Kew (Londres) (1757-1763) con la
inclusión de una pagoda china que reflejaba su conocimiento de las arquitecturas
orientales.

Palacio Bourbon (1722-1728) (hoy Asamblea Nacional), París

Fachada al patio de Somerset House (1776-1796), Londres

Puerta de Brandeburgo (1789-1791), de Carl Gotthard Langhans, Berlín

Museo del Prado (1785-1819) en Madrid, obra de Juan de Villanueva

Catedral de Kazán (1801-1811), de Andréi Voronijin, San Petersburgo

Índice
1 El origen del estilo
2 La crítica ilustrada
3 Arquitectura visionaria
4 Arquitectura pintoresca
5 Neorromano y neogriego
6 Neoclasicismo en Europa
6.1 Francia
6.2 Arquitectura neoclásica en Alemania
6.3 Gran Bretaña
6.4 Italia
6.5 Rusia
6.6 España
6.7 Escandinavia
6.8 Otras naciones europeas
7 Neoclasicismo en América
7.1 Iberoamérica
7.2 Estados Unidos
7.2.1 Siglos XVIII y XIX
7.2.2 Siglo XX
8 Notas
9 Bibliografía
10 Enlaces externos
El origen del estilo
La arquitectura neoclásica se quiere heredera de la arquitectura clásica, teorizada
por el arquitecto antiguo Vitruvio en su tratado que definió la teoría de los tres
órdenes (dórico, jónico y corintio). Vitruvio será la gran referencia de los
arquitectos para fundar la renovación de los recursos a las formas antiguas, desde
la segunda mitad del siglo XVIII hasta 1850. Aunque en sus inicios en Francia en
1760, la arquitectura neoclásica pretendía haber recurrido a formas griegas más que
a las italianas —al punto que llamada goût grec— intelectualmente, el neoclasicismo
era un deseo de volver a la "pureza" percibida de las artes de Roma, a la
percepción más vaga ("ideal") de las artes griegas antiguas y, en menor medida, al
clasicismo renacentista del siglo XVI, que había sido también una fuente para la
arquitectura barroca académica.
Se trata de un movimiento internacional que aparece con diferentes manifestaciones,
desde América del Norte hasta Rusia. Se declinó en varias corrientes y se pueden
distinguir:

la fase del palladianismo, la más antigua, que se desarrolla en las campiñas de


Gran Bretaña bajo el impulso de Inigo Jones y de Christopher Wren. Se aplica más
bien a edificios aislados, rurales y de forma compacta. Su influencia es más
italiana que antigua.
el neogriego (Greek Revival e en Inglaterra), cuyo arquitecto principal en Francia
fue Ange-Jacques Gabriel, primer arquitecto del rey bajo Luis XV.
el estilo neoclásico propiamente dicho, en arquitectura, que conocerá un éxito
duradero en toda la primera mitad del siglo XIX, tanto para los edificios públicos
como privados en Occidente. También se verá reflejado en las artes decorativas
entre 1770 y 1830.
el estilo Beaux Arts, que algunos quieren ver como una extensión de los cánones
neoclásicos.
Muchos arquitectos neoclásicos de principios del siglo XIX estuvieron influenciados
por los dibujos y proyectos de Étienne-Louis Boullée y Claude Nicolas Ledoux. Los
muchos dibujos de grafito de Boullée y de sus alumnos representan una arquitectura
geométrica que emula la eternidad del universo. Hay vínculos entre las ideas de
Boullée y la concepción de lo sublime de Edmund Burke. Ledoux añadió el concepto
del carácter arquitectónico, sosteniendo que un edificio debe comunicar
inmediatamente su función al espectador: tomadas literalmente tales ideas dan lugar
a la "arquitectura parlante".

La crítica ilustrada
La arquitectura puede ser analizada como una rama de las artes social y moral;
L'Encyclopédie le atribuyó la capacidad de influir en el pensamiento y en las
costumbres de los hombres. Proliferan así las construcciones que pueden contribuir
a mejorar la vida humana como hospitales, bibliotecas, museos, teatros, parques,
etc., pensadas con carácter monumental. Esta nueva orientación hizo que se
rechazara la última arquitectura barroca y se volvieran los ojos hacia el pasado a
la búsqueda de un modelo arquitectónico de validez universal.

Nacen movimientos de crítica que propugnan la necesidad de la funcionalidad y la


supresión del ornato en los edificios. Francesco Milizia (1725-1798) en Principi di
Architettura Civile (1781) extendió desde Italia las concepciones rigoristas a toda
Europa. Mientras, en Francia, el abate Marc-Antoine Laugier (1713-1769) propugna en
sus obras Essai sur l'Architecture (1752) y Observations sur l'Architecture (1765)
la necesidad de crear un edificio en el cual todas sus partes tuvieran una función
esencial y práctica y en el que los órdenes arquitectónicos fueran elementos
constructivos y no solo decorativos, todo ello para hacer una arquitectura
verdadera: la construida con lógica.

Todos los arquitectos parten de unos supuestos comunes como son la racionalidad en
las construcciones y la vuelta al pasado. Los modelos de los edificios de Grecia y
Roma e incluso de Egipto y de Asia Menor, se convierten en referentes que todos
emplean aunque desde puntos de vista distintos.

Arquitectura visionaria

Proyecto de cenotafio para Isaac Newton, de Étienne-Louis Boullée.


Artículo principal: Arquitectura visionaria
Otros arquitectos, los llamados utópicos, revolucionarios o visionarios, plantearon
edificios basados en las formas geométricas. No despreciaron la herencia del pasado
clásico y, aunque respetaron las normas de simetría y la monumentalidad, sus
edificios son a veces el resultado de la combinación caprichosa de las formas
geométricas. Étienne-Louis Boullée (1728-1799) y Claude-Nicolas Ledoux (1736-1806)
encabezaron esta postura; entre la gran cantidad de proyectos no construidos merece
la pena mencionar el Cenotafio para Isaac Newton concebido por Boullée como una
esfera, representación del modelo ideal, levantada sobre una base circular que
había de cobijar el sarcófago del científico. Ledoux ha dejado edificios
construidos, entre ellos una parte de la utópica ciudad industrial de las Salinas
de Arc-et-Senans, de planta circular en el Franco Condado o el conjunto de la
Villette en París.

Arquitectura pintoresca

Templo de la Virtud Antigua, Stowe, Buckinghamshire, de William Kent.


Entre uno y otro grupos aparece una tercera categoría, la arquitectura pintoresca,
a partir de la creación de los jardines ingleses en el siglo XVIII, ordenados de
forma natural lejos del geometrismo del jardín francés. En esta arquitectura se
valora la combinación de la naturaleza con lo arquitectónico, la inclusión en el
paisaje natural de edificios que remedan las construcciones chinas, indias o
medievales. Este juego de formas caprichosas y el aprovechamiento de la luz buscan
suscitar sensaciones en el espectador. Horace Walpole (1717-1797) construyó en
Strawberry Hill (Londres, 1753-1756) una fantasía gótica de la que su autor dijo
que le había inspirado para escribir una novela gótica, una expresión del efecto
inspirador de la arquitectura. También William Chambers (1723-1796) creó un
conjunto pintoresco en los Jardines de Kew (Londres, 1757-1763) con la inclusión de
una pagoda china que reflejaba su conocimiento de las arquitecturas orientales.

Neorromano y neogriego

Templo a la Gloria de la Grande Armée, Pierre Alexandre Vignon, 1806.

Altes Museum de Berlín, de Karl Friedrich Schinkel, 1825-1828.)


Marcadamente historicista en su búsqueda de las fuentes clásicas, el neoclasicismo
arquitectónico se encontró con dos posibles vías, que fueron exploradas
alternativamente en Francia y Alemania. En Francia, especialmente a partir del
Imperio Napoleónico se encontró en el arte imperial romano el modelo idóneo para
sus fines propagandísticos y de enaltecimiento personal de la figura del emperador
(Templo a la Gloria de la Grande Armée (hoy iglesia de la Magdalena), de Pierre
Alexandre Vignon, proyectado por el propio Napoleón. En el Reino Unido y en
Alemania fueron los modelos griegos los que predominaron (Altes Museum de Berlín,
de Karl Friedrich Schinkel, el primer edificio del mundo concebido como un museo
desde su construcción).4

Neoclasicismo en Europa
Francia
Esta sección es un extracto de Arquitectura neoclásica en Francia[editar]

Fachada oeste del Petit Trianon, Versalles, de Ange-Jacques Gabriel, considerada


uno de los primeros ejemplos de neoclasicismo francés.

Sección del proyecto de Cenotafio para Newton (1784), de Etienne-Louis Boullée, uno
de los proyectos visionarios que marcará a futuras generaciones de arquitectos

Jacques-Germain Soufflot, interior del Panteón de París (1764-1790)


El neoclasicismo fue un movimiento que afectó a la arquitectura, el diseño y las
artes y que fue dominante en Francia entre 1760 y 1830. Surgió como una reacción a
la frivolidad y al excesivo ornamento de los estilos barroco y rococó. En
arquitectura, presentaba sobriedad, líneas rectas y formas basadas en modelos
griegos y romanos antiguos, como el frontón y la columnata. Comenzó tarde en el
reinado de Luis XV (r. 1715-1774), se convirtió en dominante bajo Luis XVI (r.
1774-1792) —estilo Luis XVI—, y continuó a través de la Revolución francesa, el
Directorio, el reinado de Napoleón Bonaparte, y la Restauración borbónica hasta
1830, cuando fue reemplazado gradualmente como el estilo dominante por el
romanticismo y el eclecticismo.5

La primera fase del neoclasicismo francés se expresó en el diseño de mobiliario e


interiores, el conocido como estilo Luis XV —inicialmente un estilo parisino, el
Goût grec (estilo o gusto griego) no un estilo de corte; solo cuando el joven rey
accedió al trono en 1774, María Antonieta, su reina, amante de la moda, llevó el
estilo Luis XVI a la corte—, que luego evolucionó hacia los estilos de decoración
Directorio e Imperio.

Los primeros edificios neoclásicos fueron construidos en tiempos de Luis XV por


Ange-Jacques Gabriel y Jacques-Germain Soufflot, bajo el impulso del marqués de
Marigny, director general de los Edificios del Rey (Bâtiments du roi), desde 1751 a
1773. Sus principales realizaciones fueron la Escuela Militar (1751-1756), el
palacio de Compiègne, reconstruido a partir de 1751, la Plaza Luis XV (1755-1775),
el Petit Trianon (1762-1768), el proyecto de reconstrucción del château de
Versalles entre 1772 y 1775, el Hôtel-Dieu de Lyon (1741-1764) y la iglesia de
Santa Genoveva de París (1764-1790).

El gusto por lo antiguo y el retorno al clasicismo también se expresaron en la


arquitectura religiosa, en la civil y en la privada —a menudo a través del modelo
reinterpretado de la arquitectura privada de Palladio conocido a través de su
tratado I quattro libri dell'architettura (Venecia, 1570)—, en la decoración de
interiores y en el arte de los jardines. Además de los ejemplos de las iglesias de
Saint-Sulpice y Santa Genoveva, de sitios públicos y edificios como el Casa de la
Moneda y la Escuela de Cirugía de París, del Gran Teatro de Burdeos, del Hôtel de
Salm, de la Plaza de la Bolsa de Burdeos, fueron numerosos los edificios privados
construidos en este estilo: los hôtels Alexandre, de Hallwyll, de Thelusson, de
Bourbon-Condé, de Masseran, de Montesquiou, todos en París; las casas Carré de
Baudouin, Huvé, Rousseau alrededor de la capital; muchos hôtels en Burdeos, La
Rochelle, la casa del armador en Le Havre, sin incluir los desarrollos
inmobiliarios, como el Palais-Royal de París o el barrio Graslin en Nantes.

Los principales representantes del neoclasicismo arquitectónico francés hasta la


víspera de la Revolución fueron Ange-Jacques Gabriel (1698-1782), Jacques-Germain
Soufflot, Étienne-Louis Boullée y Claude Nicolas Ledoux (1736-1806). Los edificios
respectivos de los dos últimos, construidos o proyectados utópicamente (cenotafio
de Newton de Boullée, proyecto de ciudad ideal en Arc-et-Senans de Ledoux), han
influido a arquitectos y teóricos del siglo XX. Además de estos cuatro grandes
nombres, Jacques Denis Antoine, Jean-Benoît-Vincent Barré, François-Joseph
Bélanger, Alexandre Brongniart, Jean-François-Thérèse Chalgrin (1739-1811), Charles
François Darnaudin, Louis-Jean Desprez, Charles De Wailly, Jacques Gondouin, Jean-
Jacques Huvé, Victor Louis, Richard Mique, Pierre-Louis Moreau, Pierre-Adrien
Pâris, Marie-Joseph Peyre, Bernard Poyet, Jean-Augustin Renard, Pierre Rousseau se
cuentan entre los representantes de la vuelta a la antigüedad bajo el reinado de
Luis XVI.

Iglesias neoclásicas francesas

Iglesia de San Sulpicio (1646-1870), París

Iglesia de la Madeleine (1763-1842), París

Santa Genoveva (1764-1790) (hoy Panteón), París


Iglesia de Saint-Louis (1809-1859), La Roche-sur-Yon

Iglesia de San Vicente de Paúl (1824-1844), París

La Revolución, entendida como el período que va entre 1789 y el golpe de Estado del
18 de brumario (1799), y el Primer Imperio Francés (1804-1814) marcó una etapa
importante en el neoclasicismo arquitectónico francés. Animaron la expresión de una
sensibilidad grandiosa, el uso de un vocabulario ornamental aún más inspirado en la
Antigüedad que bajo el reinado de Luis XVI, incluso yendo a buscar elementos de
adorno llamados etruscos" o pompeyanos, o al menos creídos como tales...

Durante la Revolución, el gusto por la antigüedad se expresaba principalmente en la


arquitectura llamada efímera (arquitectura de fiestas públicas y ceremonias,
decoración de salas de espectáculos o de salas de reuniones públicas: Tribunado,
Consejo de los Cinco Cientos, etc.),6 y en los concursos públicos convocados para
construir monumentos conmemorativos: concurso del Año II,7 proyecto de columnas o
de obeliscos departamentales a la gloria de los ejércitos revolucionarios, fuentes
públicas, etc.

Napoléon I quiso hacer de París la Nueva Roma e hizo construir numerosos edificios
que recordarían al Imperio romano en su apogeo con la ayuda de arquitectos como
Charles Percier y Pierre-François-Léonard Fontaine: la rue de Rivoli, la columna
Vendôme, el arco de Triunfo del Carrusel, el Arco de Triunfo de la Place de
l'Étoile (encargado en 1806, terminada en 1836). (Ver también el estilo Imperio).

Iglesia Saint-Louis de La Roche-sur-Yon (1812-1830)


Desde alrededor de 1800 un nuevo flujo de ejemplos arquitectónicos griegos, vistos
a través de aguafuertes y grabados, comenzó a dar un nuevo impulso al neoclasicismo
que se conoce revival griego o neogriego. El neoclasicismo continuó siendo una
fuerza importante en el arte académico a través del siglo XIX y más allá —una
antítesis constante para el romanticismo o revival gótico— aunque desde finales del
siglo XIX a menudo fuese considerado anti-moderno, o incluso reaccionario, en los
círculos críticos influyentes. A mediados del siglo XIX, varias ciudades europeas —
en particular San Petersburgo, Atenas, Berlín y Múnich— se transformaron en
verdaderos museos de arquitectura neoclásica. En comparación, el revival griego en
Francia nunca fue popular, tanto para el Estado como para el público. Lo poco que
se había iniciado eran la cripta de Charles De Wailly en la iglesia de San Leu-St
Gilles (1773-1780), y las Barriere des Bonshommes (1785-1789), de Claude Nicolas
Ledoux. La evidencia de primera mano de la arquitectura griega fue de muy poca
importancia para los franceses, debido a la influencia de las doctrinas de Marc-
Antoine Laugier que trató de discernir los principios de los griegos en lugar de
sus meras prácticas. Tomaría hasta el neogriego de Laboustre del segundo Imperio
para que el revival griego floreciese brevemente en Francia.

El gusto por la inspiración antigua y clásica continuó en la arquitectura francesa


hasta finales del siglo XIX, cuando otras tendencias estéticas se consolidaron, el
historicismo, el eclecticismo y el racionalismo arquitectónico, que a su vez se
declinaron en neogótico, neorrománico, neorrenacentista, etc.

Algunas obras neoclásicas parisinas

Palais Bourbon (1722-1728) (hoy Asamblea Nacional)


Plaza de la Concordia (1772) y, al fondo, iglesia de la Madeleine

Palacio de la Bolsa (1807-1826)

Arco del Triunfo (1808-1838), de Jean Chalgrin

Véase también: Categoría:Arquitectura neoclásica en Francia


Arquitectura neoclásica en Alemania
Esta sección es un extracto de Arquitectura de Alemania § Arquitectura del
neoclasicismo[editar]

El castillo de Wörlitz en el parque Wörlitzer

Carl Gotthard Langhans, Puerta de Brandenburgo, Berlín

Diseño para la iglesia de San Nicolásen Potsdam, de Friedrich Gilly (1797)

Karl Friedrich Schinkel, Schauspielhaus de Berlín

Karl Friedrich Schinkel, Altes Museum en Berlín


El clasicismo llegó a Alemania en la segunda mitad del siglo XVIII. Se orientó,
como su nombre indica, hacia la arquitectura clásica de la Antigüedad, como una
reacción al barroco y al rococó. A partir de 1769, el entonces príncipe Leopoldo
III encargó el diseño del parque de Wörlitz a Friedrich Franz von Anhalt-Dessau, en
el estilo de un jardín paisajista inglés (forma parte del reino de los jardines de
Dessau-Wörlitz, patrimonio mundial de la UNESCO). Al mismo tiempo, comenzó la
construcción del castillo de Wörlitz con la intención de representar la casa real,
encomendado a Friedrich Wilhelm von Erdmannsdorff que demolió un pabellón de caza
barroco anterior y se inspiró en edificios antiguos e ingleses y en la arquitectura
de Andrea Palladio. La construcción se completó en 1773. Se considera la base del
se considera el edificio fundador del clasicismo alemán y es uno de los pocos
ejemplos del paladianismo en el país.8 Otro de los edificios más importantes de la
época fue palacio de Wilhelmshöhe (1786-1798), en Kassel, diseñado por Simon Louis
du Ry y Heinrich Christoph Jussow para el landgrave Guillermo I de Hesse-Kassel. Su
parque está formado por los jardines barrocos de Karlsberg y el jardín paisajístico
construido en 1763.

Pero la obra que introdujo con fuerza el Neoclasicismo en Alemania fue la puerta de
Brandeburgo (1789-1793),910 erigida en Berlín por Carl Gotthard Langhans: es un
severo monumento dórico, el primero de su género basado en las reconstrucciones
publicadas en la segunda mitad del siglo XVIII de los Propileos de Atenas.Mi. 1 Al
referirse al modelo ateniense, Langhans tomó una versión del dórico romano
simplificada: a diferencia del dórico auténtico, las columnas presentan basamentos
y están espaciadas de manera desigual en los pabellones laterales, mientras que
aparecen medias metopas al final del friso (los griegos, en su lugar, terminaban el
friso con un triglifo).Mi. 2 La puerta de Brandenburgo ejerció una influencia
considerable en sus contemporáneos: por ejemplo, en el proyecto para la entrada al
Downing College de Cambridge (1806), obra del inglés William Wilkins, o en el
propileo de Chester Castle, de Thomas Harrison, en el Reino Unido o en los
Propyläen de la Königsplatz (que cierran el conjunto de la plaza junto con la
Gliptoteca de Múnich y el Staatliche Antikensammlungen) de Leo von Klenze.11

Otros trabajos que deben ser considerados son los estudios de Friedrich Gilly.Pe. 1
El joven arquitecto construyó poco en su corta vida y nunca visitó Italia, pero
después de 1790 preparó algunos proyectos importantes: el diseño para el Teatro
Nacional de Berlín y el monumento a Federico el Grande. En particular, en el teatro
se advierte el estrecho vínculo con la arquitectura francesa contemporánea de
Ledoux: Gilly renunció a gran parte de las decoraciones y reforzó los volúmenes,
definidos en su forma por la función específica que tendrían que cumplir. Al igual
que Ledoux en Francia y Soane en Inglaterra, Gilly parecía anunciar una
arquitectura totalmente nueva, pero no encontrará espacio en la sociedad
decimonónica, dominada por los encargos de propietarios de industrias y de minas:
hombres de gran riqueza, pero en general culturalmente pobres.Pe. 2

Alumno de Gilly fue Karl Friedrich Schinkel, quien después de un debut neogótico,
se acercó al neoclasicismo de origen neogriego, estilo que tuvo mucha fortuna en
Alemania. En general la obra de Schinkel, con sus elementos góticos, clásicos y
pintorescos, esta más cerca de Inglaterra que de Francia o Italia, pero su
interpretación funcional del clasicismo, que volverá una vez más a estar en boga
entre 1910 y 1940, fue identificada como un estilo profundamente nacional. A
principios del siglo XIX realizó la Neue Wache (1818) y otros edificios en Berlín,
de formas claras y elegantes que incluso influyeron en la arquitectura de países
lejanos, como Finlandia.Pe. 3 Otras obras destacadas de Schinkel son el Palacio de
Charlottenhof (desde 1826), el Berliner Schauspielhaus y el Altes Museum (1830) de
Berlín —con el que comenzó la historia de la isla de los Museos— que combina el
tema del largo pórtico de la estoa de la antigua Grecia, con la rotonda del Panteón
dispuesta en el interior: el resultado es una perspectiva muy dilatada, que confía
la propia capacidad comunicativa a una columnata de dieciocho columnas jónicas.. En
el teatro berlinés, el arquitecto exaltó la funcionalidad de las distintas partes,
confiriendo al edificio y a sus marcados volúmenes, una extraordinaria
tridimensionalidad: el elemento más próximo a la tradición es la columnata
hexastila coronada por un frontón ricamente decorado.

Rival de Schinkel fue Leo von Klenze (1784-1864),Pe. 4 quien comenzó a destacar en
el Bayerischer Hof. Pero la fama le llegó ligada principalmente a las obras en la
Königsplatz en Múnich (desde 1816), un complejo neogriegos con la Gliptoteca (1816-
1834), los Propileos y la colección de antigüedades, construida por Georg Friedrich
Ziebland. Su proyecto más grandioso fue sin duda otro monumento neogriego a orillas
del Danubio cerca de Regensburg, el Walhalla (1830-1842), el mitológico lugar en el
que se reunían las almas de los héroes caídos en la batalla: se trata de un templo
períptero en estilo dórico, dispuesto sobre un potente basamento al que se accede
mediante amplias escalinatas. La construcción recuerda de una manera extraordinaria
al mencionado monumento diseñado por Gilly para Federico el Grande, pero von Klenze
confiere a la obra una impresión más romántica: el Walhalla repropone en su
interior los bustos de las personalidades más importantes de Alemania, con un
bajorrelieve que ilustra la historia de Alemania.

Los edificios de Leo von Klenze

Propilei (1854-1862)

Gliptoteca de Múnich

Leo von Klenze, Walhalla (1830-1842)

Königsplatz de Múnich.

Véase también: Categoría:Arquitectura neoclásica en Alemania


Gran Bretaña

Holkham Hall, Norfolk


Inglaterra conoció la arquitectura de Andrea Palladio a principios de siglo XVII,
gracias a la labor de difusión de Inigo Jones.Pe. 5 Desde entonces, la fortuna de
la arquitectura palladiana fue tan grande que dominó la arquitectura inglesa hasta
que no fue modificada de una manera más elegante por Robert Adam (1728-1792), cuyos
trabajos varia entre el Neoclasicismo pintoresco y un neogótico y en versión
clasizante.Pe. 6

En todo el siglo XVIII se vio la construcción de numerosas residencias marcadas


únicamente por el "estilo italiano", como la Holkham Hall y la Chiswick House,
diseñada por William Kent y Lord Burlington. De la colaboración entre los dos
surgió la sala de entrada de Holkham Hall (ca. 1734), definida como «uno de los más
espectaculares interiores del siglo XVIII».Mi. 3 Al modelo de base, derivado de un
proyecto no realizado de Palladio, se añadió un ábside una vez más inspirado en las
iglesias venecianas del mismo arquitecto italiano; varios detalles, como la bóveda
de casetones, se inspiran en las reconstrucciones arqueológicas publicadas en el
volumen Edifices antiques de Rome desde 1682. El efecto final es decididamente
clásico, para una sala que revela una concepción dramática de inspiración
barroca.Mi. 3

El primer espacio interior neoclásico inglés es común situarlo en la sala que James
Stuart (1713-1788), un arquitecto arqueólogo al que se ha llamado el ateniense,
realizó en la Spencer House en Londres en 1758.Mi. 4 Stuart construyó muy poco
durante su carrera, pero es más conocido por haber vuelto a descubrir el gusto
griego: su templo en el parque de Hagley Hall es el primer ejemplo de neogriego
dórico en toda EuropaPe. 7 en el que reprodujo el monumento corágico de Lisícrates
de Atenas en su monumento a Lisícrates en Staffordshire.

William Kent, Templo de la Virtud Antigua, Buckinghamshire

Robert Adam, sección de la antecámara de Syon House


En cambio, en la planificación urbanística son significativas las transformaciones
de tendencia clasizantes promovidas en la ciudad balneario de Bath, donde, a partir
de la primera mitad del siglo XVIII, John Wood el Viejo hizo una serie de
intervenciones inspiradas en modelos del pasado (como el Foro Romano ); el trabajo
fue completado por su hijo John Wood el Joven con la adición del Crescent, un
cuerpo curvado que se caracteriza por un informe continua y definida por un orden
gigante de columnas. Las transformaciones de Bath, influirán, como se vera más
adelante, en muchos proyectos urbanos en Inglaterra y los Estados Unidos.Fu. 1

Paralelamente, a partir de 1740, con la afirmación del pittoresco, en arquitectura


se difunde la pasión por las ruinas, tanto es así que muchos arquitectos empezaron
a idear sus edificios en decadencia, reducidos a la ruina por la acción del tiempo.
En esta corriente se inserta el primer proyecto inglés que entra plenamente en el
neoclasicismo, el mausoleo del Príncipe de Gales (1751), del escocés William
Chambers; sin embargo, el carácter neoclásico de este proyecto se disuelve en la
concepción romántica del mausoleo, que fue presentado en la forma que tendría
cuando quedase en ruinas.Mi. 5

Joseph Bonomi el Viejo, iglesia en el parque de Packington

James Wyatt, Panteón en Oxford Street, Londres (destruido)


El pintoresco se originó en el arte de los jardines más que en la arquitectura; el
parque inglés derivaba a su vez de los jardines renacentistas italianos, bien
laudados por Alexander Pope y el citado William Kent.Mi. 6 El primer jardín a la
inglesa digno de mención era justo lo que Alexander Pope quería lograr en
Twickenham, comenzado en 1719 y que contaba con una zona selvática, una gruta y un
pequeño templo con una semicúpula en forma de cáscara. Posteriormente, en el
llamado Elysian Field [campo Eliseo] (Buckinghamshire), William Kent diseñó el
templo de planta circular de la Virtud Antigua (1734), inspirado en el esquema de
Palladio para el Templo de Vesta en Tivoli. El mismo Kent diseñó el jardín de
Rousham, en Oxfordshire, análogo al anterior, pero al mismo tiempo más variado y
unitario. Entre ambas, la obra de Kent que es el término de comparación del jardín
hecho entre 1740 y 1760 en Stourhead, en Wiltshire. El parque, que nace de la
fusión de arquitectura, arqueología, poesía, jardinería, topografía y esoterismo,
se levantó a poca distancia de Salisbury y Glastonbury, en un valle lacustre, de
exuberante vegetación; Aquí se establecieron numerosos santuarios de imitación
clásica, como el Panteón de Claudio y Virgilio, terminado en 1754 y adornado en el
interior con estatuas de Hércules, Flora y Livia Augusta bajo la apariencia de
Ceres, este última procedente de las propias excavaciones arqueológicas de
Herculano.Mi. 7

A Robert Adam se le atribuye haber hecho una síntesis entre la tradición inglesa y
los gustos europeos. Nacido en Escocia en 1728, visitó Francia e Italia, donde se
convirtió en un amigo de personalidades como Piranesi. Y propio de Piranesi es el
estilo retórico en el que reproduce sus edificios públicos en el libro The Works in
Architecture of Robert and James Adam [Las obras de aquitectura de Robert y James
Adam]. Su estilo es una combinación que parte del arte clásico hasta arribar al
palladianismo y lo pintoresco. En sus interiores se encuentran muchas referencias a
las termas romanos, y también elementos de compromiso entre la arquitectura griega
y romana, como la antecámara de la Syon House, donde Adam tomó las decoraciones de
la entablatura extraídas del Erecteion, columnas procedentes directamente de Roma y
un techo de molde palladiano: en retrospectiva, Adam creó una síntesis no tanto de
origen intelectual, sino escenográfica y pintoresca.Mi. 8 Otra obra representativa
de los hermanos Adam es Osterley Park, con una notable estancia etrusca y un
clásico hall de entrada (1775-1780).

A finales del siglo XVIII también se registra la actividad de Joseph Bonomi el


Viejo, James Wyatt y Henry Holland. El primero, nacido en Italia, se trasladó a
Inglaterra en 1767. Entre sus obras, en las que confluyen precisas reminiscencias
arqueológicas, se recuerda la iglesia de Packington Park, en Warwickshire, que
muestra afinidad con la arquitectura contemporánea revolucionaria de Ledoux en
Francia y de Gilly en Alemania, y es única en la escena inglesa.Pe. 8 De formas
austeras y sigue siendo, el exterior está hecho de arcilla pura y se aligera por
grandes ventanas con un bisel derivación térmica semicircular; el interior parece
estar inspirado en el templo de Neptuno en Paestum con columnas dóricas que
sostienen la bóveda de cobertura. Probablemente esta disposición interna influyó a
muchos arquitectos, entre ellos a James Wyatt.Mi. 1

Wyatt era rival de Adam y se hizo famoso con el Panteón de Oxford Street, en
Londres (1770, ya destruido), un edificio destinado al entretenimiento que era una
singular versión neoclásica de la iglesia de Santa Sofía de Estambul. Construyó
mucho, aunque se le recuerda por sus contribuciones en el campo neogótico y por las
grandes restauraciones de las catedrales inglesas; sin embargo, edificó varias
casas de campo en estilo neoclásico, como la de Dodington, en Gloucestershire, en
la que hay detalles de los mundos griego y romano.Mi. 9

Museo Británico en Londres


En estrecha relación con el lenguaje de Wyatt y de Adam está Henry Holland, que en
su primer encargo importante, el Brooks’s Club en Londres (1776), diseño, detrás de
una fachada palladiana, ambientes con sobrias y medidas decoraciones. Dos años más
tarde comenzó a trabajar en una mansión en Herefordshire, que fue seguida por las
amplias transformaciones de Carlton House, donde se encuentran influencias
francesas,Mi. 10 ya que franceses fueron los artesanos que se ocuparon de la
decoración y del diseño de muebles.

Hasta en el siglo XIX se produjeron resultados notables: ejemplos importantes son


el Museo Británico de Londres, el St George's Hall en Liverpool y obras de John
Soane (1753-1837).Fu. 2 El Museo Británico es un edificio monumental construido
desde los años 1820 y protegido por una elegante columnata jónica: el articulado
complejo retoma el tema de los templos clásicos y se concentra en su interior en
una gran cúpula de hierro fundido por encima de la sala de lectura.

Un poco más tardía es la Sala de St. George de Liverpool, severa construcción


destinada a albergar la vida cívica de la ciudad. Esta suerte de basílica civil, no
es más que un conjunto de diferentes volúmenes adyacentes entre sí y unidos por un
entablamento que se ejecuta en todas las fachadas del edificio. El complejo fue
diseñado por Harvey Lonsdale Elmes, pero a su muerte la obra fue continuada por
Charles Robert Cockerell, que añadió el volumen de la sala de conciertos, cuya rica
decoración clásica contrasta con la sobriedad del exterior.Mi. 11

John Soane, Museo Soane en Londres


John Soane se considera casi el representante exclusivo del Neoclasicismo
revolucionario inglés.12 Influenciado por George Dance (1741-1825) y especialmente
por Ledoux, saltó a la fama a finales del siglo XVIII por su trabajo en la
construcción del Banco de Inglaterra, en Londres, un vasto complejo caracterizado
por las cúpulas rebajadas y por una extrema sencillez estructural. Entre sus
creaciones merece destacarse la casa que el arquitecto diseñó para sí mismo en
Londres (ahora Museo Soane): el diseño original, que no se ejecutó en su totalidad,
se creó de la máxima simplicidad, con grandes arcos abiertos en la fachada y por lo
tanto muy cerca la arquitectura revolucionaria de Ledoux.Pe. 9 En contraste, el
interior, muy congestionado, claustrofóbico, anula el clasicismo del exterior,
revelando un lenguaje muy personal, y más afín a la tradición pintoresca: numerosos
espejos (más de 90 en una de las estancias más pequeñas) simulan salas más amplias,
la iluminación viene de arriba, mientras arcos gotizantes destacan el sofito de las
paredes.

Entre la transformaciones urbanísticas hay que señalar Regent's Park y Regent


Street en Londres, diseñado por John Nash. El arquitecto, influenciado por la
sistematización realizada en Bath hizo una serie de uniones en el tejido urbano de
la ciudad, proyectando habitaciones con columnas, dinteles y frontones, de acuerdo
con los dictados del neoclasicismo; sin embargo, el siniuoso recorrido abandona la
estaticidad vista en las transformaciones de París, ofreciendo vistas en
perspectiva siempre nuevas, combinando en sí mismo también el gusto romántico por
el descubrimiento continuo y por lo pintoresco.Fu. 3En cualquier caso, los mejores
proyectistas ingleses de la época sufrieron la fascinación del renacimiento gótico,
a menudo asociado con una tradición religiosa, arquitectónica e intelectual que
surgió en el centro de Oxford, Cambridge y Londres. En cambio, desde mediados del
siglo XIX, en Escocia y el norte del país floreció iuna ntensa temporada
neoclásica, reconocible por ejemplo en el Ayuntamiento de Leeds (1853), en la
Picton Reading Room de Liverpool (1875) o en las iglesias que Alexander Thomson
construyó en Glasgow bajo la influencia de Schinkel y Cockerell.Mi. 12

H. Elmes y C.R. Cockerell, St George's Hall, Liverpool

Ayuntamiento de Leeds
Picton Reading Room, Liverpool

Véase también: Categoría:Arquitectura neoclásica en el Reino Unido


Italia
Esta sección es un extracto de Arquitectura neoclásica en Italia[editar]

Villa Real (1790-1796) en Milán, de Leopoldo Pollack

La basílica de San Francisco de Paula (1816-1846) y la piazza del Plebiscito, en


Nápoles.

Iglesia de San Carlo al Corso (1832-1847) en Milán, de Carlo Amati.


La arquitectura neoclásica en Italia se desarrolló a partir de la segunda mitad del
siglo xviii, en el contexto de pequeños Estados, a menudo enfrentados entre sí y
dominados por potencias extranjeras, que precedió a la institución del reino
unitario bajo Víctor Manuel II. Por este motivo, el neoclasicismo no se manifestó
de igual manera en todo el territorio; además, la ausencia de una cultura unitaria
y la gran pobreza que atenazaba a la península italiana en el siglo xviii no eran
circunstancias propicias para una florida producción arquitectónica.Mi. 13

A principios de ese mismo siglo se había manifestado una breve, pero


extraordinaria, época tardobarroca: en Roma se realizaron monumentos como la Piazza
di Spagna, la Fontana di Trevi y la Piazza Sant'Ignazio, mientras que en Piamonte
trabajaron Filippo Juvarra (1678-1736) y Bernardo Antonio Vittone (1704-1770). La
actividad se trasladó posteriormente al reino de Nápoles, donde Ferdinando Fuga
(1699-1782) y Luigi Vanvitelli habían sido llamados para ampliar, respectivamente,
el Real Albergo dei Poveri y el Palacio Real de Caserta.Mi. 13 En particular, el
palacio real, pese a que su exterior muestra ya indicios de una cierta contención
neoclásica, es considerado la última gran realización del barroco italiano.13Fu. 4
La afirmación del neoclasicismo fue por tanto lenta y difícil, y se valió
fundamentalmente de aportaciones extranjeras, en particular francesas.Mi. 14 Esa
influencia francesa es evidente, por ejemplo, en la fachada del Teatro de San
Carlos (1810-1816) de Nápoles, de Antonio Niccolini.14

Pero a finales del xviii y principios del xix, todo en el país, desde villas y
palacios, pasando por iglesias, edificios institucionales y jardines hasta llegar a
los interiores, se basaba en recrear modelos de la Roma clásica, lógicamente, y en
menor medida griegos.15 Fueron muchos los edificios inspirados en el Panteón de
Agripa —como la iglesia de la Gran Madre di Dio, en Turín o la gran basílica de San
Francisco de Paula (1816-1846) en la piazza del Plebiscito, la iglesia italiana más
importante de la época16—, bien directamente o a través de «La Rotonda», la obra
maestra de Andrea Palladio. Antes del descubrimiento de las ciudades perdidas de
Pompeya y Herculano, los edificios se inspiraban directamente en las ruinas y
edificios clásicos, pero tras el descubrimiento las nuevas ruinas fueron un modelo
arqueológico.17

El neoclasicismo, incluida su variante neogriega, produjo muchas obras notables en


el país,13 como el Caffè Pedrocchi (1816) de Padua (de Giuseppe Jappelli), el
Tempio Canoviano (1819-1830) en Possagno (atribuido, no sin incertidumbres, a
Giannantonio Selva), el Teatro Carlo Felice (1826-1828) de Génova (de Carlo
Barabino, pero reconstruido en el siglo xx), el Cisternone de Livorno (1829-1842)
de Pasquale Poccianti14 —con claras referencias a la arquitectura romana y al
trabajo de Boullée y Ledoux— y el acondicionamiento de la piazza del Popolo en Roma
por Giuseppe Valadier.18

Además, son dignas de mención las intervenciones promovidas en Trieste (Teatro


Verdi, iglesia de Sant'Antonio), en Milán (palazzo Belgioioso, Villa Reale, Arco
della Pace (1807-1838) de Luigi Cagnola,17 e Iglesia de San Carlo al Corso (1832-
1847) y en Palermo (la ecléctica Palazzina Cinese, el Gimnasio del Jardín Botánico
de Palermo y el tardío Teatro Massimo). Todavía se observa un neoclasicismo tardío
en la obra de Alessandro Antonelli en el diseño de los exteriores de la basílica de
San Gaudencio en Novara y en la Mole Antonelliana en Turín.

Hubo escaso interés de los estudiosos hacia la arquitectura neoclásica italiana, lo


que durante mucho tiempo limitó su examen profundo y sereno.19 Estudios más
recientes han puesto de relieve los rasgos distintivos, las peculiaridades y, en
algunos aspectos, el carácter unitario de la producción italiana, en sus variantes
regionales o incluso locales, en el contexto del policentrismo que todavía
caracterizaba la península entre los siglos xviii y xix.Fu. 520Mi. 1521

Edificios neoclásicos en Italia

Teatro Carlo Felice en Génova (1826-1828), restaurado tras el incendio de los


bombardeos de 1943.

Templo Canoviano (1819-1830) en Possagno, obra de Giannantonio Selva.

Iglesia de la Gran Madre di Dio (1818-1831) en Turín, de Ferdinando Bonsignore.

Arco della Pace (1807-1838) en Milán, de Luigi Cagnola.

Cisternone (1829-1842) en Livorno, de Pasquale Poccianti.

Véase también: Categoría:Arquitectura neoclásica en Italia


Rusia
Esta sección es un extracto de Arquitectura neoclásica en Rusia[editar]

Andreián Zajárov, Almirantazgo de San Petersburgo

Giacomo Quarenghi, Arco de Triunfo de Narva (1814), San Petersburgo


La arquitectura neoclásica en Rusia se desarrolló durante la segunda mitad del
siglo XVIII, especialmente después del ascenso al trono de Catalina II, que se
convirtió en emperatriz de Rusia el 28 de julio de 1762.Mi. 16 Allí, hasta
aproximadamente 1760, se siguen encontrando espacios al gusto rococó del italiano
Bartolomeo Rastrelli (véase el palacio de Invierno). Fue Catalina la Grande quien
introdujo el neoclásico en la capital, encargando a un arquitecto francés, Jean-
Baptiste Vallin de la Mothe (1729-1800), algunos palacios, como la Academia
Imperial de las Artes.

En 1779, Giacomo Quarenghi (1744-1812) aceptó la invitación de viajar a San


Petersburgo,Pe. 10 donde permaneció durante el resto de su vida, convirtiéndose en
el arquitecto oficial de Catalina II;22 entre 1780 y 1785, transformó San
Petersburgo en una capital moderna siguiendo el ejemplo de una ciudad clásica.
Construyó muchos palacios y puso de moda un original estilo monumental, de
inspiración palladiana, reencontrable, por ejemplo, en el a la vez sobrio y austero
palazzo inglese del parco di Peterhof (1781-1789, destruido) más que en el más rico
Teatro del Hermitage (1782 -1785).Mi. 17
Al mismo tiempo, también estaba activo el escocés Charles Cameron (1743-1812),
autor de la Galleria Cameron en el palacio de Catalina en Tsárskoye Seló, donde
retomó el estilo del inglés Adam,Mi. 17 y el palacio del Gran Duque Pablo en
Pávlovsk, construido en 1781 y 1796. En el parque del palacio de Pávlovsk, Cameron
erigió el primer templo dórico de toda Rusia.Mi. 18

La moda del neoclásico que comenzó con Catalina la Grande alcanzó su punto
culminante con Alejandro I.23 El palacio de la Bolsa de San Petersburgo, diseñado
por el francés Jean-François Thomas de Thomon en 1804 es un ejemplo significativo
de la arquitectura neogriega inspirada en el templo de Hera en Paestum.24 La Bolsa,
erigida mientras Andréi Voronijin construía la catedral de Kazán, y a la que luego
siguieron el inmenso Almirantazgo (de Andreián Zajárov, 1806-1815, que se hace eco
de las proporciones en gran escala de Boullée), la catedral de San Isaac (cuyo
dibujo, realizado por el francés August de Montferrand, se basa en el Panteón
parisino) y la arquitectura italianizante de Carlo Rossi (por ejemplo, el Palacio
del Senado (1829-1834) y el palacio Mijáilovski (1819-1825), hicieron de San
Petersburgo, con sus fachadas en estuco coloreado y emergentes detalles en blanco,
una de las ciudades más consistentemente neoclásicas de Europa.Pe. 11 Junto con
Rossi, el arquitecto neoclásico más importante de San Petersburgo fue Vasili
Stásov, a quien se deben las extensas casernas y establos incluyendo iglesias con
cinco cúpulas y el último juego de la ciudad, el arco de triunfo en la vía a Moscú
(1834).Pe. 12

Aunque Moscú fue también afectado por el estilo neoclásico y, aunque con episodios
interesantes, nunca alcanzó los resultados de San Petersburgo.Mi. 17 El nombre
ligado a muchas arquitecturas clasizantes de Moscú es Matvéi Kazakov (1738-1812),
que fue responsable del Palacio del Senado en el Kremlin. En lugar de ello, a
finales del siglo XVIII, una serie de edificios clasizantes de Moscú son
reconducibles al mencionado Giacomo Quarenghi, al cual, a raíz de Kazakov, fue
seguido por los arquitectos como Domenico Gilardi (que se remonta al estilo
imperial) y Ósip Bové (activo durante la reconstrucción de la ciudad después del
desastroso incendio de 1812).

Edificios neoclásicos en Rusia

Charles Cameron, Templo de la Amistad (1781-1784) en el parque del palacio


Pávlovsk, junto al río Slavyanka

Giacomo Quarenghi, Instituto Smolny (1806-1808)

Carlo Rossi, palacio Mijáilovski (1819-1825), San Petersburgo, hoy sede del Museo
Estatal Ruso

August de Montferrand, catedral de San Isaac (1818-1858), San Petersburgo

España

Museo del Prado, Juan de Villanueva.

Catedral de Pamplona, Ventura Rodríguez.


Artículo principal: Neoclasicismo en España#Arquitectura
En España, el barroco del siglo XVII y la primera mitad del siglo XVIII, en todas
sus expresiones, dejaba una sorprendente serie de monumentos religiosos y de
palacios, residencias y colegios. El contraste entre la arquitectura churrigueresca
y la modalidad académica o neoclásica fue tan rudo, que parecían fenómenos
artísticos en dos mundos opuestos. En la segunda mitad del siglo XVIII, se impuso
el gusto neoclásico impulsado por la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En
Madrid se desarrollaron grandes proyectos de modificación urbana, el principal
diseñado por Juan de Villanueva en torno al Salón del Prado y sus inmediaciones (el
Real Observatorio Astronómico, el antiguo Hospital de San Carlos, el Jardín
Botánico, el actual Museo del Prado —para gabinete de ciencias—), y otros
importantes, como San Francisco el Grande (Francisco Cabezas, Francesco Sabatini —
autor también de la Puerta de Alcalá—). Fuera de Madrid destaca la obra de Ventura
Rodríguez (catedral de Pamplona, capilla de Nuestra Señora del Pilar), que también
diseñó las fuentes monumentales del Prado madrileño (fuente de Cibeles, fuente de
Neptuno).

Véase también: Categoría:Arquitectura neoclásica en España


Escandinavia

Catedral de Nuestra Señora de Copenhague.

Christian Frederik Hansen, Cattedrale di Copenaghen


La Europa del Norte ofrece un rico repertorio de obras neoclásicas, generalmente de
origen alemán o francés.Mi. 17 En Dinamarca el Neoclasicismo apareció ya en los
años sesenta del Settecento.Pe. 13 De hecho, el comedor diseñado por Nicolas-Henri
Jardin en el Palacio de Amalienborg (1755-1757) se recuerda como «la estancia más
antigua todavía existente decorada en estilo neoclásico por un arquitecto
francés».25 Discípulo de Jardin fue Caspar Frederik Harsdorff, que, por ejemplo,
trabajó en la catedral de Roskilde, donde pintó la capilla de Amalienborg (1755-
1757) capilla funeraria de Federico IV. Más tarde, con la aparición del estilo
neogriego, la figura más interesante fue Christian Frederik Hansen (1756-1845),Pe.
14 que llevó a cabo el diseño de la catedral de Copenhague, con la gran bóveda de
cañón sostenida por columnatas dóricas que se recuerda al proyecto del interior de
una biblioteca de Boullée.

A comienzos del siglo XIX se realiza la planificación de Helsinki, entonces


perteneciente al Gran Ducado de Rusia desde 1809. Los principales edificios
públicos de la ciudad se deben a Carl Ludwig Engel , que se había comprometido con
la plaza del Senado, dominada por la clasizante catedral, por el Palacio del Senado
(1818-1822) y por la Universidad. El proyecto inicial de la catedral data de 1818,
pero las obras, que se iniciaron en 1830, no se completóaron hasta 1851. La planta
es rigurosamente central, compuesta por una cruz griega con cuatro pórticos
exteriores: en el centro de la composición se levanta una imponente cúpula,
flanqueada por cuatro cúpulas más pequeñas añadidas más tarde. En lugar de ello, en
la Universidad Engel construyó una biblioteca con salas de lectura columnadas,
conectadas con imponentes escalinatas dóricas, que presentan similitudes con las
del Palacio del Senado: en el primer caso, dos filas de columnas soportan los
niveles de llegada de las rampas, mientras que en el segundo, sobre las columnas
dóricas descansan la bóveda de crucería de la cobertura.Mi. 19

Otras naciones europeas

Pietro Nobile, Theseustempel, Vienna


La propagación del revival clásico fue casi uniforme en toda Europa, aunque con
algunas excepciones: España, por ejemplo, no aportó ninguna contribución
significativa al Neoclasicismo.Pe. 15

En Viena algunas influencias neoclásicas se registran desde las primeras décadas


del siglo XVIII, en la Karlskirche de Johann Bernhard Fischer von Erlach, una obra
maestra del rococó austríaco: el edificio está de hecho protegido por un pórtico
hexastilo, al cual se apoya en dos columnas coclides inspiradas en la columna
Trajana de Roma. Un clasicismo más riguroso se hace sentir en el siglo XIX, con el
Theseustempel y el Burgtor, dos complejo neogriegos del ya mencionado Pietro
Nobile.Pe. 16

En Polonia, hacia el final del siglo XVIII, se difunde una arquitectura derivada de
los modelos revolucionarios de Ledoux, pero un monumento de principios del primer
Neoclasicismo se encuentra en la catedral de Vilnius (ahora en Lituania, que en la
época estaba unida a Polonia en la Confederación polaco-lituana).Pe. 17 En el
siguiente siglo Antonio Corazzi fue protagonista de la construcción de varios
palacios en Varsovia, mientras que la nobleza polaca encargaba a Karl Friedrich
Schinkel algunas residencias en la campiña.

En Praga el Neoclasicismo fue recibida con retraso respecto al resto de Europa,Pe.


18 en Hungría la ruptura con el lenguaje barroco ya sucedió en los años 1770:Pe. 19
la catedral de Vac, con su pórtico coronado por un ático masivo, data de 1763-1777.
En el siglo XIX este estilo culmina en la catedral de Esztergom (de planta central,
con una cúpula) y en el neogriego Museo Nacional húngaro en Budapest (este último
obra de Mihály Pollack).

Paradójicamente el estilo neoclásico se desarrolla en Grecia solo a mediados del


siglo XIX, cuando se presentó para la renovación de Atenas.Mi. 20 Intervinieron por
tanto proyectictas de diferentes lugares de Europa, sobre todo alemanes, franceses
y daneses. Entre las obras más originales destaca el patio redondo del Zappeion,
comenzado en 1874 según los planos de Theophil Hansen.

Theophil Hansen, Academia de Atenas

Theophil Hansen, Zappeion, Atenas

Catedral de Vác

Neoclasicismo en América
Iberoamérica
Véanse también: Neoclasicismo hispanoamericano y Arte colonial hispanoamericano.

Capitolio Nacional de Colombia en Bogotá

Palacio de Minería en la Ciudad de México

Palacio de la Moneda en Santiago, Chile


A los imperios americanos de España y Portugal llegó el estilo neoclásico a través
de proyectos diseñados en Europa o bien realizados localmente por arquitectos
europeos o criollos formados en las academias de las metrópolis.

También hay ejemplos de la adaptación al lenguaje arquitectónico local, que durante


los siglos anteriores había realizado una síntesis o sincretismo de los elementos
europeos y precolombinos en el denominado barroco colonial. Un ejemplo de ello es
la Catedral de Tulancingo, México (1788, José Damián Ortiz de Castro).

A criterios más clásicos pertenecen, en Chile, el Palacio de La Moneda (1784-1805)


y la Catedral Metropolitana de Santiago (1748-1800), ambas obras del arquitecto
italiano Joaquín Toesca.

En México, el Palacio de Minería (1797-1813, Manuel Tolsá) y el Hospicio Cabañas de


Guadalajara (1804-1810, del mismo arquitecto).

En Ecuador, el Palacio de Gobierno de Quito (también llamado de Carondelet, 1790 o


1801, Antonio García).26

En los albores de la independencia de Hispanoamérica, se desarrollaron programas


constructivos en las nuevas repúblicas. El neoclasicismo fue introducido en la
Nueva Granada por Marcelino Pérez de Arroyo y Valencia. Posteriormente, en Colombia
se construyó el Capitolio Nacional de Colombia en Bogotá (1847, Thomas Reed,
formado en la Academia de Berlín), la Catedral Primada de Colombia en Bogotá (1807-
1823) bajo los planos de Fray Domingo de Petrés; y en Perú la Catedral de Arequipa
(1844, Lucas Poblete).

Brasil, que se convirtió en la sede de la corte de la monarquía portuguesa,


independizándose de su metrópoli como Imperio del Brasil, también utilizó los
recursos de la arquitectura para la glorificación del poder político, y se optó por
recurrir a arquitectos formados en la Real Academia de París. A esta época
pertenece la portada de la Academia de Bellas Artes de Río de Janeiro o Academia
Imperial (1822)27 y el Palacio Imperial de Petrópolis (década de 1840).28

Argentina, es otro de los países que busca despojarse de su pasado colonial, pero
en el contexto de reorganización del país luego de la independencia en 1810, se
busca un aspecto de poder que transmita la presencia del Estado inspirando respeto
y devoción, incluyendo por supuesto la arquitectura. Sin embargo, no se concibe una
imagen propia, sino que se introduce el canon clásico, no en forma de réplica de
edificios de la Antigüedad, pero si con una predominancia clásica y mucha
influencia de clasicismo francés; que va a perdurar hasta el siglo XX.

En lo cultural, se puede verificar un apresuramiento por importar modelos


culturales europeos, para reemplazar la tradición colonial. Se trataba de negar
todo lo que pudiera recordar la etapa de la subordinación a España. Es lógico que
con esta base ideológica la imagen que ofrecían las ciudades resultaran negativas y
se necesitara transformarlas.29

Palacio Imperial de Petrópolis en Brasil

Catedral neoclásica de Catamarca, Argentina

Catedral de Arequipa, Perú

Catedral Metropolitana de Santiago, Chile

Congreso de la nación Argentina.


Congreso de la Nación Argentina.

Estados Unidos
Siglos XVIII y XIX

Thomas Jefferson, Rotonda de la Universidad de Virginia, Charlottesville (1817)


Los orígenes del Neoclasicismo estadounidense derivan de la intensa difusión que
había del palladianismo en el diseño de villas rurales.; también desde finales del
siglo XVIII se vio el éxito del revival griego. Los arquitectos más interesantes de
la época eran Thomas Jefferson e Benjamin Latrobe.Mi. 21 El primero, a partir de
1771, comenzó a trabajar en su casa en Monticello, en Virginia, obra
particularmente innovadora en comparación con construcciones inglesas
contemporáneas.Mi. 21 Inspirado por la Maison Carrée de Nimes, entre 1785 y 1789,
ejecutó el poco original proyecto para el capitolio del estado de Virginia. Su
trabajo más famoso sigue siendo el campus de la Universidad de Virginia, cuyos
dibujos definitivos se remontan a 1817: el elemento dominante del nuevo complejo es
sin duda la Rotonda, que albergará la biblioteca y que con un porticado vagamente
palladiano, combina un cuerpo circular, inspirado en el Panteón. Otra de las
características del edificio, reconstruido como resultado de un grave incendio que
se desarrolló a finales del siglo XIX, son las salas que se abren al interior, de
forma elíptica.

Fue el propio Benjamin Latrobe quien sugirió a Jefferson la solución de la


Rotonda.Mi. 22 El primer trabajo principal de Latrobe son la penitenciaría de
Richmond y el Banco de Pensilvania, ya desaparecida. A principios del siglo XIX
recibió el encargo para completar el Capitolio de Washington, el gran palacio en
que habían colaborado muchos arquitectos de la época y con un resultado muy
cuestionable. Más tarde, bajo el ala reconstruida del Senado, insertó la Cámara del
Tribunal Supremo, en la que el gusto por la geometría y los detalles sugieren una
estrecha afinidad con los modelos del francés Ledoux y del inglés Soane. Entre 1809
y 1818 realizó la catedral de Baltimore, sometida enseguida a modificaciones y
ampliaciones, pero que permanecerá como su construcción más feliz.Mi. 23

El estilo clásico se consolidó después con las obras de Robert Mills y William
Strickland, estudiantes del propio Latrobe.Mi. 24 Del primero se recuerdan algunas
iglesias de planta central en Filadelfia y Richmond, la enorme columna de
Washington en Baltimore y varios edificios en la capital federal del país,
caracterizados por severos pórticos. Del segundo, después de la fama alcanzada por
el diseño del segundo banco de los Estados Unidos, se tiene el proyecto por la
original Bolsa de Filadelfia y el Capitolio de Nashville (1845-1849), dotados con
linternas inspiradas en el monumento corágico de Lisícrates.

El interior de la Corte Suprema de los Estados Unidos en Washington D. C., diseñada


por Benjamin Latrobe

La Bolsa de Filadelfia diseñada por William Strickland

Biblioteca de la Universidad de Columbia en Nueva York, diseñada por Charles Follen


McKim entre otros

Palacio de la Corte Suprema de Estados Unidos, Washington


La primera mitad del siglo XIX finaliza con la construcción de algunos edificios
clasiceantes: el Capitolio de New Haven, obra de Ithiel Town, el capitolio de Ohio
en Columbus (1838) y el Girard College en Filadelfia, de Thomas Walter.

El neoclasicismo se impone en la escena americana sustancialmente hasta la segunda


mitad del siglo XIX. Los últimos trabajos notables son algunos proyectos académicos
de los asociados Charles Follen McKim, William Rutherford Mead y Stanford White,
como la Biblioteca de la Universidad de Columbia en Nueva York, de 1893, imponente
edificio que refleja el esplendor de la arquitectura civil romana siguiendo el
modelo del neoclasicismo francés.Mi. 25
Siglo XX
Hacia finales del siglo XIX, el clasicismo puro se convierte en el eje teórico y
cultural para la construcción de ciudades enteras como Washington : en la ciudad,
concebida como un damero", se dispusieron fríos edificios clásizantes. En Nueva
York fueron concebidas enteras porciones de nueva urbanización, que involucró a las
áreas dispuestas a lo largo de Wall Street. En este espíritu urbanístico se
dispusieron importantes edificios en el viejo estilo. De hecho, en el siglo XX el
neoclasicismo se convirtió en el estilo preferido para los edificios
gubernamentales: se trata de edificios hechos en clave anti-moderna, que reflejan
en el gigantismo la intención de destacar el papel y el prestigio internacional de
la nación.Fu. 630

Son numerosos los ejemplos, los más célebres concentradas principalmente en el área
de Washington. Por ejemplo, el Lincoln Memorial (terminado en 1922) de Washington
es uno de los edificios que tratan de imprimir a la ciudad una impronta destinada a
reclacar la similaritud con la Roma imperial. Diseñado como un monumento en memoria
del presidente estadounidense Abraham Lincoln, conocido por su lucha contra la
esclavitud, el monumento fue concebido a nivel ideal en 1867, pero el inicio de los
trabajos fue en las primeras décadas del siglo XX. En el interior del edificio,
diseñado por Henry Bacon, se colocaron esculturas y estatuas ideadas según el
modelo de las famosas "copias romanas" (estatuas hechas en la época romana que
siguen los bronces perdidos de la antigua Grecia), como en el caso de la gran
estatua de Lincoln, situada en el centro del mismo monumento.3132

John Russell Pope, Jefferson Memorial, Washington


También en la capital estadounidense, en los años 1930 se levantó el majestuoso
Palacio de la Corte Suprema, terminado en 1935. El edificio, cuya fachada frontal
muestra una pronao de estilo corinto, fue proyectado por Cass Gilbert, que era
entonces ya conocido por toda la crítica de arte internacional por su Woolworth
Building en Nueva York, en el momento uno de los rascacielos más altos en el
mundo.Pe. 2033

El último edificio de este género es el Jefferson Memorial, inaugurado en


Washington solo en 1943. Diseñado en 1939 por John Russell Pope, fue construido a
imitación de las villas palladianas y de los templos romanos y griegos. El edificio
se desarrolla a lo largo de una rotonda de columnas jónicas que culmina en un gran
pronao con vistas al río Potomac. El monumento retoma el modelo de la Rotonda del
arquitecto y presidente Thomas Jefferson, al que se dedica el memorial, que había
hecho para la Universidad de Virginia.3234 Se trata de un revival muy alejado de
las nuevas tendencias de la arquitectura del siglo XX, que desde hacía tiempo ya
había abierto nuevas puertas, en una ruptura total con el pasado y sus imposiciones
estilísticas (ver por ejemplo la Casa de la cascada, que Frank Lloyd Wright había
completado en 1939).Pe. 21 }

Notas
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Enlaces externos
Neoclasicismo, racionalismo y arquitectura revolucionaria en Artehistoria
Neoclasicismo en Arquitectura del siglo XIX
Neoclasical architecture en Britannica
El estilo neoclásico en interiores en 21-design.com
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