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Antonio J. Ciancio
Ingeniero de Lubricación de AXION energy (Castrol en Argentina)
Miembro de la Asociación Argentina de Tribología
Aquí debemos observar que para Mitsubishi los aceites con nivel de aditivación API
GL-4, aquí mostrados con agentes Extrema Presión SP; es decir azufre fósforo…y
pensemos que un aceite mineral típico para diferencial tiene EL DOBLE de EP que
estos aceites: por eso provocan más patinamiento, recalentamiento y desgaste; y
además con esa alta temperatura se descompone el aceite, empezando por el
mismo aditivo EP y así se forman depósitos negros en el interior de la caja.
**Otros aditivos, como el DISPERSANTE colaboran en la rotura de la película
lubricante, y por eso muchas veces se recurre a las formulaciones que lo contienen
fluidos para transmisiones automáticas (ATF) para lubricar cajas manuales… y con
el mismo concepto, los aceites para motor MONOGRADO aparecen entre los
recomendados por algunos fabricantes.
✓ Cuanto menos “UNTUOSIDAD” tenga el aceite en condiciones de “lubricación
mixta” y “lubricación límite” más fácilmente haremos los cambios de marcha.
Recordemos que en este sentido no solo intervienen los aditivos: el tipo de base lubricante
es definitorio. Así, tenemos como poco adecuados para esta función a sintéticos como el
PAG (PoliAlquilenGlicol) un excelente fluido para lograr economía de combustible (es decir
que otorga mínima fricción), y entre los minerales son contraindicados los básicos
nafténicos.
Por otro lado las bases sintéticas de polialfaolefinas (PAO) que son excelentes para disminuír
la fricción entre piezas fuertemente cargadas con buena velocidad relativa entre ellas,
tienen el extraño comportamiento de tender a ocasionar el “engranado” o “agripado” de las
superficies cuando el movimiento es muy lento, y esto viene “de perillas” para el
sincronizador - Por esta propiedad hace unos 40 años las PAO eran resistidas para su uso en
aceites de motor, ya que habían notado deficiencias en el ensayo conocido como “piston
scuffing” (literalmente engranamiento de pistón, con desgaste adhesivo) Esas viejas
historias quedaron aferradas a la mente de veteranos mecánicos, que no supieron aceptar
como a través de aditivos y combinación con otros básicos como diesteres y/o
alquilnaftalenos esa “deficiencia” fue ampliamente superada. Fue parte de lo que llamamos
desarrollo de fórmulas balanceadas. Es decir la ciencia de la tribología puesta al servicio del
lubricante sintético.
Todas estas características que hemos mencionado como beneficiosas para el trabajo
del subconjunto sincronizador son, por el contrario, indeseables para una protección
superior de los engranajes, horquillas, rodamientos y otros componentes de la caja.
Es decir que la caja tiene necesidades contrapuestas que obligan a un compromiso
con los aditivos: tenemos que lograr alta fricción para los metales de los aros
sincronizadores y baja fricción para el resto de los componentes de la caja.
• Un aditivo suplementario, muy en boga en los ámbitos de competición así
describe a su producto
- Cuando pasamos a las cajas automáticas, obtener una buena fricción entre los
distintos discos forrados materiales específicos contra las placas de acero, es aún más
complicado. La diversidad de tecnologías de materiales de fricción lleva a los
fabricantes a solicitar prácticamente un fluido especial para cada modelo de caja.
Así nacen especificaciones internas que se distinguen con nombres comerciales, como
Dexron III H y Dexron VI de GM; Mercon de Ford, TES-295 o TES-468 de Allison, ATF+4
de Chrysler, etc. Tan especiales son sus propiedades de fericción que no son
intercambiables… y aún más no se pueden mezclar.
- Las cajas automáticas denominadas CVT (Continuosly Variable Transmission)
funcionan gracias a la fricción acero contra acero, de la cadena de transmisión contra
dos poleas de paso variable. El logro de la fricción adecuada es toda una especialidad.
- Quizás sea por eso, por tenerle más miedo, que la gente agrega menos
frecuentemente aditivos suplementarios a las cajas automáticas y a las CVT…y
además la “macana” se nota enseguida, la caja se pone lenta, pesada para hacer los
cambios y el vehículo no tiene la performance que debiera.
-
Entonces vale la pena repetir lo que anticipábamos al principio de la nota: NO DEBEN
agregarse aditivos a las cajas de velocidades, porque con ello no sólo se está distorsionando
la fórmula que aprobó el fabricante de la caja y después el fabricante del vehículo, también
se está afectando la performance de la caja, porque el pasaje de cambios será más difícil y
errático, y finalmente se compromete seriamente su durabilidad.
Además, en condiciones extremas o clima muy frío puede AFECTAR A LA SEGURIDAD, y me
remito a la siguiente experiencia que nos ocurrió en Ford Motors Argentina: los vehículos
habían pasado toda la noche en el exterior a 15 grados bajo cero (San Carlos de Bariloche).
El lugar de estacionamiento tenía una pendiente hacia abajo, y como corresponde a las
normas de seguridad los autos se habían posicionado apuntando a su salida. Los gerentes
empezaron el “test trip” a la 8:30 a.m. Pusieron primera sin ningún inconveniente, y a los
pocos metros, cuando quisieron poner segunda, notaron que la palanca estaba tan dura que
no entraba ni a palos (eso es porque los sincronizadores estaban patinando)
Entonces claro, trataron de volver a primera, pero como ahora había movimiento relativo
entre los conos macho y el sincronizador, y el aceite “no se escurría” la primera no entraba y
el auto estaba totalmente fuera de control…
La revisión final indicó que todas las cajas tenían un aceite SAE 80W-90; API GL-5 (el
apropiado para diferencial) y la mitad de ellos (todos los Sierra 1,6 L) tenían disulfuro de
molibdeno…
Es decir: ¡demasiada viscosidad, demasiado agente Extrema Presión y un aditivo que tapó
las “roscas” de los aros sincronizadores, y trabó a los “autitos” que se retraen cuando se
completa el cambio!!! TODO MAL…