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MODERNISMO (LITERATURA)

El termino modernismo que había designado cierta corriente heterodoxa de renovación religiosa se aplicó
en el campo de las artes a unas tendencias europeas y americanas surgidas en los últimos veinte años, del
siglo XIX. Sus rasgos más comunes eran un marcado anticonformismo y unos esfuerzos de renovación
opuestos a las tendencias vigentes (el realismo). En su origen el “mote” de modernistas era lanzado con
matiz despectivo por los enemigos de las novedades.
Sin embargo hacia 1890 Rubén Darío y otros asumen con un insolente orgullo tal designación. A partir de
entonces la palabra Modernismo ira perdiendo su valer peyorativo y se convertirá en un concepto
fundamental de nuestra historia literaria.
El concepto Modernismo es un objeto de distintas interpretaciones, dos son sus posturas: y
*la más estricta, considera al Modernismo como un movimiento literario bien definido que se desarrolla entre
1885 y 1915, cuya cima es Rubén Darío.
* A lo anterior se oponen quienes piensan que el Modernismo no es solo un movimiento literario sonó una
época y una actitud.
Intentando conciliar las dos posturas cabria definir el Modernismo literario como un movimiento de ruptura
con la estética vigente que se inicia en torno a 1880 y cuyo desarrollo fundamental alcanza hasta la 1ª
Guerra Mundial. Tal ruptura se enlaza con la amplia crisis espiritual de fin de siglo.
En ciertos aspectos su eco se percibe en movimiento o en corrientes posteriores. En las raíces del
Modernismo hay un profundo desacuerdo con la civilización burguesa.
Los autores modernistas manifiestan su disconformidad a través de un aislamiento aristocrático y de un
refinamiento estético, ello va acompañado muchas veces por aptitudes inconformistas como la bohemia, el
Dandismo y diversas conductas asociales y amorales.
Para concluir hay que decir que el Modernismo fue un ataque indirecto contra la sociedad al presentarse
como “una rebeldía de soñadores” o según la fórmula de Octavio paz “una revelación ambigua”.

CARACTERÍSTICAS
El Modernismo es objeto de distintas interpretaciones, con estas dos posturas fundamentales:
           La más restrictiva lo considera un movimiento literario bien definido que se desarrolló entre 1887 y
1910.
           La más amplia considera que el modernismo no es sólo un movimiento literario sino toda una época y la
actitud que le sirvió de base.
Conciliando ambas, cabría definir el modernismo literario como un movimiento de ruptura con la estética
vigente que se inicia en torno a 1880 y cuyo desarrollo fundamental alcanza hasta la Primera Guerra
Mundial. Tal ruptura se enlaza con la amplia crisis espiritual de fin de siglo.
El modernismo hispánico es una síntesis del Parnasianismo y del Simbolismo: del primero toma la
concepción de la poesía como bloque marmóreo, con el anhelo de perfección formal, los temas exóticos, y
los valores sensoriales; del segundo la concepción de que el arte debe sugerir, y la búsqueda de efectos
rítmicos dentro de una variada musicalidad. El Modernismo también subsume, aunque con menos
importancia, corrientes estéticas como el Decadentismo y La Hermandad Prerrafaelita. Las principales
características del modernismo son:
           El rechazo de la realidad cotidiana, ante la cual el escritor puede huir en el tiempo (evocando épocas
pasadas y mejores) o en el espacio (muchos de los poemas se desarrollan en lugares exóticos y lejanos).
           Una preciosismo
actitud aristocratizante y cierto   en el estilo, así como la búsqueda de la
perfección formal (de inspiración parnasiana) que se aprecia no sin cierto individualismo.
           La búsqueda de la belleza se consigue a través de imágenes muy plásticas y acercamiento a las artes,
de una adjetivación con predominio del color y con imágenes relacionadas a todos los sentidos, así como
con la musicalidad que produce el abuso de la aliteración, los ritmos marcados y la utilización de
la sinestesia (influencias del simbolismo).
           Tanto la fidelidad a las grandes estrofas clásicas como las variaciones sobre los moldes métricos,
utilizando versos medievales como el alejandrino, el dodecasílabo y eleneasílabo; con aportes de nuevas
variantes al soneto.
           El uso de la mitología y el sensualismo.
           Una renovación léxica con el uso de helenismos, cultismos y galicismos, que no buscaba tanto la
precisión como el prestigio o la rareza del vocablo.
           Individualismo.
           El uso de símbolos que eran inspirados en la naturaleza, como por ejemplo: los atardeceres, las
mariposas, los cisnes, etc.
           El deseo innovador que aspiraba a la perfección que apreciaban en la literatura europea.
           La adaptación de la métrica castellana a la latina.
           El culto a la perfección formal, con poesía serena y equilibrada.
EL CRIOLLISMO

Esta actividad literaria llamada también "regionalismo" se afianza en Latinoamérica a finales del siglo XIX y
principios del siglo XX. Los escritores muestran una definida posición nacionalista en el arte y una
conciencia literaria madura. Son americanistas también, en cuanto se desentienden del peso de las
tradiciones europeas y centran su interés en nuestro continente. Es una corriente que se basa
exclusivamente en temas propios y característicos de un país o región, relacionados particularmente con los
aspectos de la vida popular y los ambientes rurales, como lo más genuino y auténtico del alma nacional.
A diferencia de los escritores románticos y de los indigenistas de la misma época, ponen su objetivo en el
paisaje antes que en los individuos. Por esto son notoriamente descriptivos. Además, los personajes de sus
obras son por lo común víctimas de esa naturaleza americana, brutal, inhóspita y grandiosa. Asimismo, son
excelentes artistas que dominan la técnica de la novela, el relato o el cuento, como consecuencia de las
enseñanzas dadas por los poetas y prosistas del modernismo.
Continúan la tradición modernista de hacer verdadero arte escrito, pero con contenidos nacionales, antes
que los cosmopolitas preferidos por sus predecesores. Dominan el manejo de la lengua y conocen a fondo
los regionalismos de vocabulario sintácticos, que usan sin prejuicios en sus obras. Los diálogos se
caracterizan por la fidelidad a las hablas locales. Y, finalmente, conocen a fondo la psicología, de los
habitantes de esas regiones, y los presentan con exageraciones o idealizaciones irreales.
“Durante todo el siglo XIX y comienzos del siglo XX, el escritor venezolano buscaba, a través de la
novelística, una forma de resolver del conflicto existencial que presentaba, tratando de encontrar la razón de
su ser, como venezolano, como latinoamericano. El Criollismo fue el medio y la explicación del escritor,
plenamente integrado con su tierra. Cabe destacar, que el criollismo en la literatura venezolana, se presenta
como un instrumento de defensa ante lo extranjero, con el fin de "rescatar" el habla del pueblo, sus
actitudes, hábito social: el ser venezolano. Ante el proceso de modernización de la literatura impulsada en el
país, después de los años treinta, que implicaba el planteamiento de una literatura al ritmo, recursos y
temas de la literatura norteamericana y europea; el escritor criollista busca incorporar lo campesino y lo
regional, para buscar la diferenciación de la identidad”
Según afirman Sambrano y Miliani (1991) El Criollismo en Venezuela no aparece como un estilo literario
academicista, sino como el resultado de una condición de vida, de una forma de asumir la realidad y de
relacionarse con ella. Luis Manuel Urbaneja Achelpohl, es considerado el paladín del Criollismo, ya que es
el mayor exponente de esa corriente literaria. El Criollismo literario cobra fuerza en las décadas de 1890
-1900; se desarrolla en obras y doctrinas críticas entre 1900 y 1920; culmina en el decenio de 1920-1930
con grandes novelas que se proyectan más allá de las fronteras nacionales e idiomáticas.

CARACTERÍSTICAS DEL CRIOLLISMO

Como una prolongación del Americanismo literario, esta corriente aspiró a expresar lo autóctono, en
oposición al exotismo de los modernistas. Ellos sentían que estaban interpretando la fisonomía de sus
pueblos y ganando un puesto propio en el panorama literario universal.
           Predomina lo autóctono
           Elpaisaje criollo es descrito casi siempre de manera estática, desvinculado de la acción en las obras
narrativas.
           Los tipos humanos son propios de una determinada región, con sus costumbres, tradiciones, creencias,
formas de trabajo y de vida en general.
           Surge como una oposición al exotismo modernista, con sus personajes desarraigados, que pensaban
con mentalidad de extranjeros.
           En armonía con estos personajes, el lenguaje narrativo asumió dos tonos: uno culto, adecuado al
escritor cuando era éste que se expresaba, y uno popular, cargado de voces y giros locales,
correspondientes al habla de los campesinos.
           Los aspectos lingüísticos del criollismo radican en la profunda y espontánea asimilación de la lengua
indígena.
           Está presente la crítica social que se advierte en todos sus grandes representantes, como una lección
moral indirecta que se desprende del hecho mismo referido en la obra narrativa.
           Sus obras no se van a conformar con la sola finalidad artística sino que aspiran a ser “documentos
sociológicos” del momento que vive el país.

LOS MÁS GRANDES REPRESENTANTES DEL MOVIMIENTO CRIOLLISTA EN HISPANOAMÉRICA


FUERON
Rómulo Gallegos, Francisco Lazo Martí, (Venezuela), José Eustasio Rivera (Colombia), Horacio
Quiroga  (Uruguay-Argentina), Ricardo Güiraldes y Benito Lynch ,(Argentina).

DIFERENCIAS ENTRE MODERNISMO Y CRIOLLISMO

           Elcriollismo es un movimiento en contra de la escuela modernista.


           Algunos escritores criollistas comenzaron como modernistas. Dejan el preciosismo para volver los ojos
a la tierra, lo nativo y lo cotidiano.
           No imitan lo español como los costumbristas.
           No imitan lo francés o lo de otras culturas “exóticas” como los modernistas.
           Tratan de crear formas nuevas, americanas.
           Dan expresión a temas nativos o criollos.
           Han aprendido de la estilística de los modernistas: sus escritos siguen un estilo refinado.
           Han aprendido de la técnica realista: a diferencia de los modernistas, imitan la realidad.
           Los criollistas dan expresión a lo americano como lo hace Horacio Quiroga.
-hacen uso del paisaje.
-hacen uso de las costumbres.
-hacen uso de los personajes.
-hacen uso del lenguaje nativo pero sin caer en lo costumbrista como el lenguaje popular que vimos en
Palma.
-no hacen uso del folklore.
-no hacen una pintura de lo americano como fin primordial de la narración.
-el lenguaje, el paisaje, las costumbres de los personajes entran a formar parte integrante de la trama,
desarrollo que le interesa al escritor criollista.
           El propósito de los criollistas es revelar todas las facetas de la vida americana pero sin dejar de crear
una obra de arte.
           La protesta social nunca llega a formar el centro de estos cuentos.
           En caso de haber protesta social, es de carácter indirecto, en forma de tesis o propagada.

EL MODERNISMO EN VENEZUELA.

A la literatura venezolana llega el Modernismo, que anhela despegar a la creación de poética de formas y
moldes ya caducos, para colocarle nuevas cosas. Se ha señalado a Pérez Bonalde como precursor del
Modernismo en nuestra patria, con sus aportes; Picón Salas descubre en él “otros tonos, otros coloridos y
hasta otras formas métricas”; además debemos recordar que Pérez Bonalde, por su temperamento y por los
caracteres predominantes en sus obras, es un escritor fundamentalmente romántico.
Entre nosotros el modernismo llega con retraso. Se asoma detrás de los escombros del romanticismo, que
había señoreado durante casi un siglo en nuestro escenario literario. Por esto, un crítico como Jesús
Semprum ha dicho que el modernismo es influencia de influencias. Esto es, sin abandonar la influencia
elemental, tanto de los clásicos como de los románticos, el nuevo movimiento se emparenta con la
búsqueda de los simbolistas, por una parte y de los parnasianos, por otra.
Es posible, como han dicho algunos analistas del proceso literario hispanoamericano, que el modernismo
haya sido el producto de la crisis generada por los excesos del romanticismo. Esta crisis, sin duda se debió
a la angustia del cambio, surgida a finales del siglo en la mente de la juventud dispuesta a rebelarse contra
la caducidad del antiguo estado de cosas. Frente a los viejos métodos de dominación y de atraso, la
desilusión de las generaciones, creaba una situación de sueño y de evasión, que tenía como meta la
reforma del medio propio. Los modernistas no ven la realidad como los románticos sino que la toman como
materia de expresión simbólica para relacionarla, por la vía estética con los conflictos del artista.
En el Modernismo venezolano se posee dos tendencias: la primera hacia el esteticismo puro, esa búsqueda
de la belleza a través del lenguaje preciosista. Se puede observar en los ensayos de Pedro Emilio Coll y en
la narrativa de Manuel Díaz Rodríguez y Pedro César Dominici. La segunda hacia el nativismo, hacía lo
propio, lo vernáculo, presente en los cuentos u novelas de Luis Manuel Urbaneja Achelpohl y en la poesía
de Francisco Lazo Martí
En poesía se destacaron Rufino Blanco Bombona, Carlos Borges, Arvelo Larriva y José Tadeo Arreaza
Calatrava.
El Modernismo es un movimiento que se orienta principalmente hacia lo objetivo y lo plástico más que a lo
puramente retórico; de allí su tono mesurado y ecuánime, sin exageraciones notables.
Las revistas “El Cojo Ilustrado” y “Cosmópolis”, fueron las más importantes de la historia de la literatura
venezolana, que mantienen vivo el fervor artístico en las nuevas generaciones de escritores venezolanos en
torno a los días de fin de siglo.

LA NARRATIVA MODERNISTA (1896 - 1916)

La prosa narrativa modernista es considerada como prolongación y rectificación del Romanticismo: prolonga
y desarrolla la libertad de éste; pero también se opone a la despreocupada entrega a la inspiración, al olvido
del trabajo creador del artista, causas de la degeneración y crisis final del movimiento romántico. La novela
modernista se caracteriza por reducir al máximo el elemento argumental, por ser expresión de los
sentimientos e ideas de un protagonista en cuya conciencia, al manifestarse, se define su mundo, y por
utilizar un lenguaje que, al privilegiar la función expresiva, se orienta hacia lo lírico. La novela existe como
extensión de un personaje cuyo mundo brota y se materializa como “novela de personaje” porque queda
definida por éste.
La narrativa modernista es la culminación de la expresión del individualismo de fin de siglo a un grado
máximo, cruzado de uno a otro extremo por una ola creciente de ideas, proyectos y realizaciones que hace
al individuo, centro y razón de ser de todas las cosas, así en la filosofía como en la vida. Y ese
individualismo, teñido de despreocupación, es lo que se vierte en la prosa narrativa, una prosa que a veces
no cuenta nada, que se explaya en descripciones de lujos y bellezas y no trasciende, pues se diluye en un
anti positivismo escéptico en aras de la valoración del conocimiento como muestra de museo, o bien, en un
pesimismo o desidia de vivir o bien en un cosmopolitismo, como fuga de la realidad, fuga que se puede
interpretar como oposición al modelo de vida impuesto. Ese deseo de evasión en la novela modernista se
manifiesta a su vez por medio de temas que anteriormente no habían aparecido en la novela
hispanoamericana, tales como el ocultismo o el esoterismo. Son novelas que describen paisajes urbanos,
con una sublimación de la realidad histórica; dos son las vertientes experimentales del personaje de las
novelas modernistas: la primera es la experimentación en su relación con la sociedad a través del erotismo,
las drogas y la cultura y la segunda es más bien una relación consigo mismo, una introspección que es la
del propio autor. El desarrollo de la narrativa modernista fue tan prodigiosa que estuvo determinada por una
verdadera poética con reglas prefijadas que hizo de la escritura del cuento y la novela hispanoamericanas
un verdadero arte que ha persistido hasta la actualidad.
La prosa modernista presenta dos variantes:
1. La prosa modernista estetizante o artística
2. La prosa modernista criollista (de carácter realista o naturalista)

LA PROSA MODERNISTA ARTÍSTICA O ESTETIZANTE

La narrativa estetizante surge cuando la prosa modernista se vio en aprietos al tratar de novelar los recursos
de la poesía por el conflicto entre la frase bonita y el cuidado del desenvolvimiento de la acción. Un
resultado de esto es el poema en prosa o prosa poética (que no halló su perfección sino hasta bien entrado
el siglo XX); hubo quienes celebraron este nuevo género pero muchas veces nos encontramos con
mutilaciones que quedaron en palabrería. Sin embargo, quienes encontraron una visión profunda,
contribuyeron a la dignificación de la prosa castellana. Algunos estuvieron en ambos casos. Entre los
estetizantes hay que decir que encontramos una gran mayoría de poetas dados a la narrativa y también
encontramos autores de cuentos y novelas, pero, así como los románticos preferían a la novela, los
modernistas preferían al cuento.
Esta variedad del Modernismo se interesa más que todo por explotar lo estético y lo artístico de la palabra,
inspirándose sus autores en modelos europeos y siguiendo, al pie de la letra, las doctrinas y los conceptos
esteticistas europeos de la larga tradición grecolatina. El discurso narrativizado y la focalización cero son los
más apropiados para la finalidad descriptiva del Modernismo al trasponer, en el discurso, objetos de otras
artes y crear así un lenguaje puramente estético, rítmico y musical. De las funciones del narrador sobresale
la función expresiva que pone de manifiesto una total filiación hacia el esteticismo y la quintaesencia, con el
fin de dotar, a la realidad descrita y a los personajes, de predicados remitentes a la belleza por la belleza
misma tomados de las otras artes. La función ideológica es inherente a la expresiva, pues el autor, al
decidirse por lo puramente estético, renuncia a lo que no lo es, y, por lo tanto, toma una actitud de rechazo
ante lo feo y no artístico. La fábula es de carácter lineal, por lo tanto, los personajes no sufren ningún tipo de
transformaciones, pues lo que interesa es la descripción de exquisitos ornamentos, formas y cosas, donde
ellos también forman parte de esos objetos. En la narrativa modernista estetizante, la historia es un simple
pretexto para poner en evidencia un derroche de fantasías artísticas y de sugestiones sensoriales.
Tras los primeros ensayos prosísticos modernistas, con la publicación de cuentos artísticos y preciosistas a
la manera de los relatos de moda en Francia, muy pronto, también se manifestó la tentativa de llevar a la
novela las novedades estetizantes de Modernismo, siguiendo, como modelos, las novelas de ciertos autores
europeos como Wilde, Lorraine, Huysmann y D’Annunzio. En las novelas modernistas, la materia novelable
está totalmente subordinada a los requerimientos de la prosa artística, y sobresale el tema europeo y no lo
propiamente americano. Las novelas modernistas son, más bien, lentos poemas en prosa, cuajados de
preocupaciones intelectualistas y de toda una elaborada retórica de lo exquisito y lo raro, es decir, un lujo de
formas, de colores y sonidos, cuyos personajes, frecuentemente, reflejan el desdeñoso sentimiento de
superioridad intelectual de sus autores: abúlicos, mal hallados con la realidad y llenos de sueños de belleza,
enamorados de una armonía inalcanzable.

LA PROSA MODERNISTA CRIOLLISTA

De la fusión del realismo tradicional, ya renovado con la influencia del naturalismo y con el legado culto y
esteticista de la corriente artística del modernismo, surge una fecunda y madura forma de narrar en
Hispanoamérica que, en su origen, se puede designar con el nombre de narrativa modernista criollista.
La narrativa criollista encuentra sus recursos en el realismo y el naturalismo y se acercó a veces a la
literatura poética del Modernismo, pero tomó su propio cauce hacia una descripción objetiva de la realidad.
Volteó los ojos a las costumbres y paisajes de la región en donde el sujeto-contemplador se acerca al
objeto-contemplado. La narrativa modernista criollista se interesa por mostrar la vida criolla, sus contrastes,
sus conflictos, temas límites como: la lucha del hombre con la naturaleza, la lucha del hombre con los
demás hombre y la lucha del hombre consigo mismo, todo ello, ya no como un mero inventario de hechos o
como un álbum de cuadros de costumbres, sino como la materia de una obra cuya unidad final proviene de
una concepción estética, la Modernista. En algunas narraciones predomina un realismo matizado con
gustos por lo artístico y en otras la inclinación hacia un realismo agresivo y descarnado (naturalismo), pero
en todas, en mayor o en menor grado, siempre la mezcla de las dos corrientes. 

NARRATIVA MODERNISTA EN VENEZUELA


Características:

1. Presencia del exotismo, una visión amplia sobre el mundo. Ambiente refinado.
2. Personajes enfocados desde su mundo psicológico. Son de conducta enfermiza y sin ánimo de vivir.
3. El lenguaje del autor es literario y estilizado. El de los personajes es culto y refinado.
4. Presenta una actitud pesimista y negativa ante la realidad venezolana.

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