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Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para
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Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a
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Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que
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Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta
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Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
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juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
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Introducción:
1. Hemos llegado a uno de los momentos tristes y a la vez dulces de la vida.
2. Porque nuestro ser amado partió de esta vida como cristiano, dejándonos herencia de
esperanza.
3. Lloramos nuestra pérdida, porque se separó de nosotros; pero también nos gozamos en su
ganancia, puesto que ahora está mejor de lo que estaba (Filipenses 1.23). Entonces, el sol brilla a
través de las nubes y dentro de nuestras lágrimas se forma un arco iris de promesa.
13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los
muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus
obras con ellos siguen.
1. Hace algún tiempo nuestro ser amado se convirtió en nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5.17).
17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas.
4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la
cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te
daré la corona de la vida.
1. Nuestro espíritu debe ser separado de este cuerpo mortal (1 Corintios 15.50
50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la
corrupción hereda la incorrupción.
54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Dios nos dio un cuerpo natural para que nuestro espíritu viva en este mundo, y nos dará un cuerpo
celestial para el mundo venidero.
25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
23 Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas
él no volverá a mí.
3. Si el Señor viene antes que nosotros muramos, traerá a todos nuestros seres queridos con él (1
Tesalonicenses 4.13-18).
13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os
entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que
durmieron en él.
15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente
con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
Conclusión: Si somos cristianos fieles como lo fue nuestro hermano que ha muerto, podremos
dejar a los nuestros la misma herencia de esperanza que él nos ha legado.