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Eclesiastés 7:2-4

Palabra de Dios para Todos

2 Es mejor ir a un funeral que ir a una fiesta,

porque todos deben morir,

y los que están vivos debieran aceptar eso.

3 El dolor es mucho mejor que la risa:

porque cuando estamos tristes,

tratamos de ser buenos.

4 El sabio piensa en la muerte,

pero el falto de entendimiento sólo piensa en pasarla bien.

Texto: 1 Tesalonicenses 4.13-18

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para
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que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a
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los que durmieron en él.

Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que
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habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que


durmieron.

Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta
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de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados
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juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor.

Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.
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Introducción:
1. Hemos llegado a uno de los momentos tristes y a la vez dulces de la vida.

2. Porque nuestro ser amado partió de esta vida como cristiano, dejándonos herencia de
esperanza.

3. Lloramos nuestra pérdida, porque se separó de nosotros; pero también nos gozamos en su
ganancia, puesto que ahora está mejor de lo que estaba (Filipenses 1.23). Entonces, el sol brilla a
través de las nubes y dentro de nuestras lágrimas se forma un arco iris de promesa.

A. Felices los que mueren en Cristo (Apocalipsis 14.13).

13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los
muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus
obras con ellos siguen.

1. Hace algún tiempo nuestro ser amado se convirtió en nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5.17).

17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas.

2. Desde entonces, habita en Cristo (Juan 15.4).

4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

3. Fue fiel hasta la muerte (Apocalipsis 2.10).

10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la
cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te
daré la corona de la vida.

B. A menudo nos preguntamos por qué debemos morir.

1. Nuestro espíritu debe ser separado de este cuerpo mortal (1 Corintios 15.50

50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la
corrupción hereda la incorrupción.

2. Debemos ser cambiados (1 Corintios 15.51-57).

51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,

52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta,


y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
inmortalidad.

54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

56 ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley.

57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

Dios nos dio un cuerpo natural para que nuestro espíritu viva en este mundo, y nos dará un cuerpo
celestial para el mundo venidero.

C. La separación es sólo por corto tiempo.

1. La pregunta de Job (Job 14.14)

Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?

Todos los días de mi edad esperaré,

Hasta que venga mi liberación.

ha sido contestada por Jesús (Juan 11.25).

25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

2. Nos reuniremos con él (2 Samuel 12.23).

23 Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas
él no volverá a mí.

3. Si el Señor viene antes que nosotros muramos, traerá a todos nuestros seres queridos con él (1
Tesalonicenses 4.13-18).

13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os
entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que
durmieron en él.

15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.

16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente
con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.

Conclusión: Si somos cristianos fieles como lo fue nuestro hermano que ha muerto, podremos
dejar a los nuestros la misma herencia de esperanza que él nos ha legado.

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