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INSTITUTO UNIVERSITARIO MIZPA

NUCLEO CARACAS
MATERIA: CARTAS PAULINAS

LA ARMADURA DE DIOS
EFESIOS 6

ALUMNOS:
ALIS MAGALLANES

Caracas, 25 de Noviembre de 2016


Introducción

Un soldado debe estar entrenado y preparado para combatir en la guerra y también


debe tener la disposición para defender su país. Un soldado preparado para la guerra debe
tener todo lo necesario para poder combatir. Parte de lo que debe tener es la vestimenta y
las armas necesarias.

En la antigüedad un soldado llevaba cinto o cinturón, yelmo, coraza, calzado,


escudo, espada. Todas estas partes le permitían al soldado, tener todo lo necesario para
sobrevivir en la guerra.

Tenemos muchos enemigos, y el diablo es el jefe de todos ellos. Nuestra batalla nos
es sólo contra las personas y cosas del mundo sino contra seres espirituales, superiores a
nosotros en fuerza y poder. Efesios 6:12
La fuerza espiritual y coraje son necesarios para nuestra guerra y el sufrimiento
espiritual. Los que quieran demostrar su valía para tener verdadera gracia, debe tender a
toda gracia; y vestirse de toda la armadura de Dios, que él se prepara y otorga. La armadura
cristiana está hecha para ser usado; y no hay posponiendo nuestra armadura hasta que
hayamos hecho nuestra milicia, y terminado nuestro curso. El combate no es contra la
carne, ni contra sólo nuestra propia naturaleza corrupta; tenemos que ver con un enemigo
que tiene mil maneras de seducen a las almas inestables. Los demonios asalto nosotros en
las cosas que pertenecen a nuestra alma, y el trabajo a desfigurar la imagen celestial en
nuestros corazones. Debemos resolver por la gracia de Dios, no ceder a Satanás. Al cual
resistid y huirá. Si cedemos, recibirá suelo. Si desconfiamos sea nuestra causa, o nuestro
líder, o nuestra armadura, le damos ventaja.

Las diferentes partes de la armadura de los soldados con armas pesadas, que
tuvieron que soportar las agresiones más feroces del enemigo, se describen aquí. No hay
nadie por la espalda; nada para defender a los que dar marcha atrás en la lucha cristiana.
Verdad o la sinceridad, es la faja. Esto se ciñe a todas las otras piezas de la armadura, y se
menciona por primera vez. No puede haber religión sin sinceridad. La justicia de Cristo,
que nos es imputada, es una coraza contra las flechas de la ira divina. La justicia de Cristo
implantada en nosotros, fortifica el corazón contra los ataques de Satanás. Resolución debe
ser como chicharrones o armadura para las piernas; y para mantener su posición o para
marchar hacia adelante por sendas escarpadas, los pies deben ser calzados con el apresto
del evangelio de la paz. Motivos para la obediencia, en medio de los ensayos, deben
extraerse de un conocimiento claro del evangelio. La fe es todo en todo en una hora de la
tentación. La fe, como confiar en los objetos que no se ven, de recibir a Cristo y los
beneficios de la redención, y así derivar la gracia de él, es como un escudo, una defensa
todos los sentidos. El diablo es el malo.

Tentaciones violentas, por el cual el alma es inflamada por el infierno, son dardos
que Satanás nos dispara. También, pensamientos duros de Dios, y como a nosotros mismos.
La fe de aplicar la palabra de Dios y la gracia de Cristo, apaga los dardos de la tentación.
La salvación debe ser nuestro casco. Una buena esperanza de la salvación, una esperanza
bíblica de la victoria, se purifica el alma, y evitar que sea contaminado por Satanás. Para el
cristiano armado para la defensa en la batalla, el apóstol recomienda una sola arma de
ataque; pero es suficiente, la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Se somete y
mortifica malos deseos y pensamientos blasfemos a medida que suben por dentro; y
respuestas incredulidad y error, ya que asalto desde fuera. Un texto sencillo, bien
entendido, y con razón aplicada, a la vez destruye una tentación o una objeción, y somete el
adversario más formidable. La oración debe fijar todas las otras partes de nuestra armadura
cristiana.

Hay otros deberes de la religión, y de nuestras estaciones en el mundo, pero hay


que mantenerse al día momentos de oración. Aunque establece y solemne oración puede no
ser oportuno cuando otros deberes deben ser hechas, oraciones piadosas todavía cortos se
lanzaron a cabo, siempre son tan. Debemos usar pensamientos santos en nuestro curso
ordinario. Un corazón vano será vano en la oración. Debemos orar con todo tipo de oración,
público, privado y secreto; social y solitario; solemne y repentina: con todas las partes de la
oración; la confesión del pecado, petición de clemencia, y acción de gracias por los favores
recibidos. Y debemos hacerlo por la gracia de Dios el Espíritu Santo, en la dependencia de,
y de acuerdo con su enseñanza. Debemos preservar en peticiones particulares, a pesar de
los desalientos. Debemos orar, no para nosotros, sino para todos los santos. Nuestros
enemigos son poderosos, y nosotros somos débiles, pero nuestro Redentor es todopoderoso,
y en el poder de su poderoso que pueden superar. Por lo cual debemos despertar a nosotros
mismos. ¿No hemos, cuando Dios ha llamado, a menudo descuidado de responder?
Pensemos en estas cosas, y continuamos nuestras oraciones con paciencia.

1. El Cinto de Verdad. (v.14)

A. Pablo se está refiriendo al cinto llevado por el soldado romano.

B. El cinto nuestro es la verdad. (Isa.11:5) (Juan.17:17)

C. También dice que debemos estar firmes, defendiendo y perseverando. Resistiendo


los ataques de Satanás.

D. Para pelear de una forma segura hay que apretarse bien el cinto, o sea hay
que ceñirse bien de la verdad, creerla y amarla de todo corazón.

Este le permitía al soldado que su túnica suelta no fuera un obstáculo para su


combate mano a mano, también cuando tenía que correr podía introducir el borde de su
túnica y lo ajustaba al cinto. Así mismo debemos ser los cristiano, estar ceñido a la verdad,
vivir una vida comprometida sinceramente con Dios, sin hipocresía, una vida cimentada en
Jesucristo, pues él dijo en Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre,
sino por mí.(Juan 14:6).

2. El Yelmo de la Salvación. (v.17)

A. Yelmo: “perikefalaia” alrededor de la cabeza, lo que colocaba el soldado


para proteger su cabeza.
1. Otro texto que habla del Yelmo. (Isa.59:17)
B. Este Yelmo que protege la cabeza es la esperanza de la salvación. (1Tes.5:8)
C. Es bueno que el cristiano siempre mantenga puesto su yelmo, su confianza
en la salvación de Dios. (Rom.8:24)
D. En la lucha diaria es indispensable que el cristiano tenga confianza y esperanza en
Dios, de otro modo se desalienta y desmaya.
E. ¿Duda usted de su salvación?

El yelmo en la Armadura de un soldado, era lo que le resguardaba la cabeza.


Estamos hablando de la cabeza física. Pero en la Armadura de Dios, el yelmo es una
cobertura espiritual, y lo que protege es nuestra mente. Partimos de la base de que estamos
hablando de personas nacidas de nuevo, y que por supuesto su mente está entregada al
espíritu.
Por eso debemos afirmarnos en que …”tenemos la mente de Cristo”… y para eso
debemos madurar cada día, llevando cautivo todo pensamiento a Él. Porque nuestros
pensamientos son, por lo general, carnales, errados y confusos. Debemos proteger nuestra
mente porque dice la escritura que “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él”.
Sometidos al Espíritu Santo nos dará una memoria sobrenatural, pues nos hará recordar
todas las cosas que Jesús ha dicho.

En la cabeza también están nuestros ojos y la boca, que deben ser muy vigilados. En
cuanto a los ojos, sabemos que influyen tanto en la formación de ideas y pensamientos, que
Jesús dijo que podría ser mejor sacarlos para entrar en el reino de Dios y ya Santiago habló
claramente sobre la lengua. Solamente teniendo nuestra mente en orden, no sufriendo
ninguna de las clásicas y legendarias “invasiones” que el enemigo acostumbra a intentar, es
que tomamos conciencia de la autoridad que tenemos en Cristo Jesús. Los “agujeros” en el
yelmo, tienen que ver fundamentalmente con el no conocer la Biblia. No conocerla por no
leerla, por no estudiarla y por no escudriñarla, permitiendo así que el enemigo ponga en
nuestra mente pensamientos que nos induzcan a error y confusión.

3. La Espada. (v.17)

A. Una espada bien afilada, corta. Así es la palabra de Dios, si la usamos como
Dios manda es un arma agresiva, corta, penetra, parte, discierne. (Heb.4:12)
B. Los dardos de Satanás son de fuego, pero ¿Que dice Dios en cuanto a su Palabra?
(Jer.23:29)
C. Jesús uso esta espada (la palabra) cuando fue tentado por Satanás en el desierto, el
dijo tres veces: “escrito esta”
1. Cristo derroto a Satanás y esto nos asegura que podemos hacer lo mismo.
D, La palabra de Dios debe ser empleada o usada para exponer y derrotar toda forma de
pecado y error. (Luc.21:15)

La potente espada del Todopoderoso es capaz de destruir todas y cada una de las
defensas que puedan tener nuestros enemigos hasta las coyunturas y los tuétanos y cuando
la blande un siervo de Dios, nada puede contra su filo y capacidad para penetrar hasta el
fondo de un asunto y develar la verdad. Como soldados del ejército de Dios, tenemos la
responsabilidad y el deber de usar su Palabra para discernir la verdad y luego ponerla en
práctica. Cuando la Palabra de Dios nos muestra algo malo en nosotros, podemos usar esta
arma espiritual para eliminar “quirúrgicamente” las acciones y los pensamientos nocivos (2
Corintios 10:4-5).

A diferencia de las otras partes de la armadura de Dios cuyo propósito es


exclusivamente defensivo, la espada está especialmente diseñada para cumplir una función
ofensiva y defensiva a la vez. Una protección sólida es invaluable, pero la espada es lo
único que nos permite completar la labor que se nos ha encomendado. Jesucristo usó la
Biblia para contrarrestar los ataques de Satanás (Mateo 4:4, 7, 10). Debemos también
aprender a vivir según “toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4).
Conclusión

La armadura de Dios la tienes si estas cumpliendo las responsabilidades de todo


cristiano, estudiar la palabra de Dios y aprender su voluntad, vivir conforme a lo que
sabemos que Dios nos pide, vivir en justicia, santidad y predicar el evangelio debe ser una
prioridad en nuestra vida.

Vistámonos diariamente con la armadura que Dios nos dio para poder estar
debidamente preparados en contra de las asechanzas del diablo sabiendo que existen tres
tipos de cristianos el labrador (2 Ti. 2:6) que se encuentra en el atrio, el atleta (2 Ti. 2:5) en
el lugar santo y por último el soldado (2 Ti. 2:4) el cual pelea las batallas de Dios pues tiene
a disciplina de Dios, por lo tanto permanece en el lugar santísimo.

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