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CONTEXTO
Esmirna, durante muchos años, había sido una ciudad próspera; una vez estuvo sumida en la oscuridad, pero
fue reconstruida por Alejandro el Grande y por Antígono: entonces, casi al mismo tiempo llegó a ser una ciudad
rica y notable, y se conservó en esta condición mucho tiempo después del período del Nuevo Testamento. No
tenemos ningún informe referente a la organización de la iglesia que había en ese lugar; tal vez se organizó
cuando Pablo, al estar en Éfeso, de la sinagoga que allí había separó y llevó consigo a unos cristianos porque
los judíos que no se habían convertido maldecían el Camino del Señor delante de la incrédula multitud. La
historia nos habla de la persecución que hubo contra los cristianos en esa ciudad y del martirio de Policarpo.
Su martirio ocurrió en el siglo segundo, pero él pudo muy bien haber sido pastor en Esmirna cuando esta carta
fue escrita. Es interesante notar que solamente cosas buenas se dicen de esta iglesia.
PREGUNTAS DE REFLEXIÓN
1. ¿Qué harías si recibieras un correo electrónico de alguien que te dijera: «No hay manera de que puedas
entender lo que estoy pasando. Nunca has estado en una situación familiar tan compleja»?
2. ¿Por qué crees que los creyentes de la iglesia de Esmirna eran pobres, pero a la vez ricos?
3. ¿Por qué el Señor no reprocha a la iglesia de Esmirna, como ocurrió con las demás iglesias?
1. El Señor conoce «la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son» (Apocalipsis 2.10): esto quizás se
refiere a los judíos que habían logrado que no se les persiguiera ni se les incautaran sus bienes materiales,
porque habían transigido con las autoridades romanas. La religión de los judíos estaba reconocida como legal,
y porque ellos oraban a favor del emperador quedaban a salvo de los sufrimientos que los cristianos padecían.
Esos judíos se burlaban y hablaban mal de los cristianos, quienes había perdido todo, menos su lealtad a Dios.
Cristo dice que esos judíos en realidad no son judíos «sino sinagoga de Satanás» (Apocalipsis 2.10): son gente
del diablo.
2. Es interesante observar en el versículo 10 que el Señor no promete a los cristianos que les evitará las
dificultades; al contrario, les advierte que sobre ellos caerá un nuevo diluvio de sufrimientos y tentaciones para
que abandonen su fidelidad a Dios; serán tentados por una rigurosa persecución exterior durante diez días. El
NÚMERO DIEZ simboliza aquí una tribulación rigurosa en extremo, severísima, completa. El Señor Jesucristo
no les ofrece a los creyentes de Esmirna que los librará de las pruebas, porque el hecho de sobreponernos a
las pruebas y dificultades es el medio que Dios usa para formar nuestro carácter.
LA IGLESIA DE ESMIRNA
1. La disposición a sufrir nos demuestra nuestra fidelidad a Cristo. No nos gusta; sin embargo, esta es una
cualidad clave de la iglesia ideal.
2. El no negar a Jesús. Recordemos las palabras de Jesús: «Y a cualquiera que me niegue delante de los
hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos» (Mateo 10.33). Lo negamos cuando
rechazamos Su señorío sobre nosotros, o con malas actitudes como: negligencia, indiferencia y apatía, o cuando
nos avergonzamos de dar testimonio de Él a los demás.
3. Policarpo, pastor en Esmirna unos años más tarde, dijo: «Por 86 años yo le he servido, y nunca me hizo nada
malo, ¿cómo puedo blasfemar a mi rey que me ha salvado?».
APLICACIÓN PERSONAL
1. ¿Te sientes solo? Jesús se quedó solo en su hora más oscura. El punto es que Él ha estado ahí. Él lo sabe. Él
ha recorrido ese camino antes que tú. No estás caminando por un territorio desconocido. En cada paso que
das, Él está ahí contigo, Él sabe. Él conoce. ¿Cómo te hace sentir esto?
2. ¿Tienes tus ojos puestos en las cosas que son tan terrenales, temporales, cuando Dios quiere darte riquezas
espirituales espléndidas y eternas? ¿Por qué?
VERSO CLAVE
«Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida» (Apocalipsis 2.10).