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Salmos 90 - Todo
Salmos 91 - Todo
Salmos 121 - Todo
Isaías 12:2-3
Salmos 3:8
Salmos 20:9
Salmos 46:11
Salmos 84:12
Éxodo 10:23
Números 6:22 – 27
Salmos 116:13
Haz que prosperemos, haz que nuestros caminos tengan éxito, haz que
prosperemos en nuestros estudios y envía bendición, holgura y éxito en
todo lo que emprendamos, como está escrito: Recibirá bendiciones del
Eterno, y rectitud del Dios de su salvación. Los judíos tuvieron luz y alegría;
regocijo y honra. Y también está escrito: Y David tenía éxito en todos sus
caminos, y el Eterno estaba con él. Que así también sea para nosotros. Y
Noah halló gracia en los ojos del Eterno. Que así también nosotros hallemos
gracia y buen entendimiento en los ojos de Dios y de los hombres.
1
Con su permiso, señores:
Bendito eres Tú, Eterno, Dios nuestro, Soberano del universo, que
hace la distinción entre lo sagrado y lo profano; entre la luz y las
tinieblas; entre Yisrael y las demás naciones; y entre el séptimo día y
los seis días de actividad. Bendito eres Tú, Eterno, que hace la
distinción entre lo sagrado y lo profano.
Bendito eres Tú, Eterno, Dios nuestro, Soberano del universo, por la vid y el
fruto de la vid, y por el producto del campo y por la tierra codiciable buena
y amplia que deseaste y heredaste a nuestros padres para que coman de su
fruto y se sacien de sus bondades. Ten misericordia, oh Eterno, Dios
nuestro, de nosotros y de Tu pueblo Yisrael; de Yerushaláyim, Tu ciudad, y
del monte de Tziyón, la sede de Tu gloria; de Tu altar y de Tu santuario.
Reconstruye a Yerushaláyim, la ciudad santa, prontamente y nuestros días.
Haznos retornar a ella y alégranos en su reconstrucción, y te bendeciremos
en ella con santidad y pureza.
Bendito eres Tú, Eterno, por la tierra y por la vid y el fruto de la vid.
2
(Se bebe el residuo de vino que había quedado en la copa)
VERSOS DE TORAH
Que Dios te otorgue del rocío de los cielos y de las grosuras de la tierra, y
abundancia de trigo y mosto. Naciones te servirán y civilizaciones se
postrarán ante ti. Sé señor de tus hermanos y se postrarán ante ti los hijos
de tu madre. Malditos los que te maldigan y benditos los que te bendigan. Y
que el Dios Omnipotente te bendiga, te haga fructificar y multiplique tu
descendencia y conviértete en congregación de naciones. Que Él te otorgue
la bendición de Abraham a ti y a tu descendencia contigo, para que heredes
la tierra de tus nomadeos que Dios entregó a Abraham. Del Dios de tu
padre, que te ayudará y con el Omnipotente que te bendecirá con
bendiciones de los cielos arriba, bendiciones del abismo que yace debajo,
bendiciones de senos y de matriz. Las bendiciones de tu padre han
sobrepasado a las bendiciones de mis progenitores hasta el confín de los
collados del mundo; ellas estarán sobre la cabeza de Yósef y sobre la
cúspide del apartado de sus hermanos. Dios te amará, te bendecirá y te
multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra: tu
grano, tu vino y tu aceite, la progenie de tus reses y los hatos de tu rebaño,
sobre la tierra que El juró entregarte a ti.
Bendito serás más que todas las naciones; no habrá varón estéril o mujer
estéril en ti, ni en tus animales. El Eterno quitará de ti toda enfermedad y
todas las perniciosas dolencias de Mitzráyim que conociste Él no te las
impondrá sino que las impondrá sobre todos tus enemigos. Bendito serás en
la ciudad y bendito serás en el campo. Bendito será el fruto de tu vientre y
el fruto de tu tierra, así como el fruto de tus animales, la progenie de tus
reses y los hatos de tu rebaño. Bendito será tu cesto frutal y tu artesa.
Bendito serás cuando entres y bendito serás cuando salgas. El Eterno
ordenará la bendición para ti en tus silos y en toda empresa de tus manos y
te bendecirá en la tierra que el Eterno tu Dios te entrega. El Eterno te abrirá
su buena cámara del tesoro -los cielos- para concederte la lluvia en su
momento propicio y para bendecir toda obra de tus manos; podrás prestar a
muchos pueblos, pero tú no tomarás prestado de ellos. Afortunado eres
Yisrael, quién es como tú? Pueblo liberado por el Eterno, el escudo de tu
auxilio, Aquel que es la espada de tu eminencia; tus enemigos pretenderán
engañarte pero tú hollarás sus lugares altos.
3
VERSOS DE LOS PROFETAS
Y el espíritu revistió a Amasay, jefe de los oficiales: Que para ti, David y
contigo hijo de Yishay, haya paz, paz para ti y para aquel que te ayuda,
pues tu Dios te ha ayudado. Entonces David los recibió y los puso a la
cabeza de su tropa.
4
Se repite 7 veces el verso siguiente: