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Universidad Mariano Gálvez de Guatemala

Facultad de Arquitectura
Universidad YMariano
HUMANÍSTICA Gálvez de Guatemala
ESTÉTICA
Sección 2
Facultad de Arquitectura
Profesor: Arq. Cindy Mayra Galindo
Comunicación oral y escrita
Guatemala 08 de abril del 2021

NOMBRE: Cindi Viviana, Lucero Castillo

CARNÉ: 600-21-20486

ACTIVIDAD NO.

ACTIVIDAD 9 - Silogismo

Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Juan 8:31


Resumen

El silogismo: Historia y desarrollo

Un viaje hacia los orígenes del silogismo

Si de orígenes de la silogística hablamos, entonces nuestro viaje de deconstrucción y análisis

debe comenzar en Grecia Antigua con la figura de Aristóteles. Las obras aristotélicas llegaron a

nosotros gracias al ordenamiento que de ellas realizara Andrónico de Rodas -siglo I a.C. De este

gran Corpus Aristotélico las concernientes a Lógica fueron reunidas más tarde bajo el nombre de

Organon.

De este gran conjunto teórico, se considera al libro I de los Primeros Analíticos como el primer

sistema lógico que se conoce. En este primer punto ya encontramos información relevante, y

reside, precisamente, en el nombre del libro que mencionáramos, Primeros Analíticos, para el

Estagirita «analítico» o «que se sigue de las premisas», sería el equivalente a lo que nosotros

hoy día denominamos lógico. Ahora bien, ¿a qué llamó Aristóteles silogismo?, término éste

último de su propio cuño al que encontramos ya mencionado en los Tópicos y, por supuesto, en

los Primeros Analíticos. En este sentido se puede afirmar, que Silogismo es para este filósofo «

un Logos en el que puesto determinados supuestos, se sigue necesariamente, en virtud de estos

últimos, otra cosa distinta de ellos»

El silogismo está compuesto, tal como fuera concebido por Aristóteles, por tres términos -

premisa mayor, premisa menor y conclusión.

El término medio debe estar distribuido por lo menos una vez. Los sujetos de las proposiciones

de un silogismo están cuantificados. Estarán distribuidos, cuando son universales, y si no lo

están serán particulares. En cuanto a los predicados, serán universales, los predicados de

enunciados negativos, es decir, como conceptos distribuidos.

Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Juan 8:31


Lógicos Medievales y tradición silogística
La Edad Media se presenta como otro gran hito de análisis dentro del desarrollo de la teoría

silogística. La herencia silogística recibida por lo lógicos medievales los impulsó a seguir

desarrollando y complementando este corpus teórico. De esta forma, podemos afirmar que la

lógica medieval sentó la presentación canónica del silogismo como un patrón inferencial,

además, se planteó la cuestión de las relaciones entre los silogismos categóricos simples y

compuestos, así como también se empezó a asumir una cuarta figura, inversa de la primera.

También es de destacar la relevancia que asumió el estudio de las propiedades de los términos

singulares. Estos, entre otros, fueron los focos de interés en los que se movió la investigación

lógica en la Edad Media y como consecuencia de ello el análisis silogístico también se benefició.

Así Shyreswood indica con las tres primeras vocales la cualidad y la cantidad de las

proposiciones que componen el silogismo. De igual modo la consonante inicial de las cuatro

primeras palabras están señalando el modo perfecto al que deben reducirse los modos

imperfectos. Por otro lado, hay otras consonantes de interés como lo son la “s” indica conversión

simple, la “p” explicita una conversión restringida- la “m” alerta sobre una transposición entre las

premisas correspondiente a las vocales entre las que viene intercalada.

Deben añadirse los cinco modos llamados subalternos. Se llaman así porque ofrecen una

conclusión particular, aunque las premisas permitirían que fuese universal. Las consonantes de

los nombres de los modos válido de silogismo también tienen significado. Se relaciona con la

teoría de la reducción de los modos imperfectos a modos perfectos. Por otro lado, las

consonantes de las denominaciones mnemotécnicas dan la clave para las operaciones de

reducción. La inicial del modo imperfecto indica que puede ser reducido al modo de la figura con

la misma inicial. La presencia de la letra m significa que hay que mudar el orden de las premisas

en el modo imperfecto.

Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Juan 8:31


La forma matemática de la lógica: Leibniz

Pero antes de continuar con el aporte de Leibniz al modelo silogístico, es menester realizar

algunas consideraciones sobre a qué se llama Lógica matemática. Bochenski considera que esta

clase de Lógica consta siempre de un cálculo o método formalístico en el que las reglas de

operaciones se refieren a la forma de los signos y no a su sentido, igual que en matemáticas. Por

último, es una Lógica formal pura, diferenciándose de la Lógica clásica, en que hace caso omiso

de las cuestiones psicológicas, epistemológicas y metafísicas. Los desarrollos teóricos de Leibniz

en el campo de la Lógica se asocian a la Matemática, es más este pensador concibe la Lógica

como una Matemática generalizada.

En sus primeros textos encontramos un estudio en profundidad de la lógica aristotélica, cuya

sintaxis estaba bastante desarrollada para su época, pero no así su semántica. En suma, en la

teoría lógica de Leibniz encontramos enlazadas dos ideas fuerza, la del alfabeto del pensamiento

así llamada por este filósofo que consiste en asignar a cada idea un signo y obtener la solución

de todos los problemas mediante la combinación de estos signos. Y, por otro lado, lo consolida

como el fundador de la lógica simbólica.

Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Juan 8:31


Resumen
Silogismos
1. Dificultades introductorias

Para analizar en qué puede consistir ese original esquema de explicación de la acción

aristotélico que tradicionalmente se ha dado en denominar teoría del silogismo práctico, hemos

de comenzar señalando algunas dificultades previas, introductorias, que pueden plantear

objeciones a la totalidad de nuestra investigación, y que nos permitirán señalar el marco de la

misma.

En primer lugar, nos encontramos con una dificultad nominal. En efecto, no sólo no hay una

denominación explícita de esta teoría, sino que además es difícil percibirla como una teoría

separada e independiente, en gran parte debido a la fragmentariedad con la que se presenta. La

teoría del silogismo práctico se encuentra en Aristóteles diseminada en diversas obras, y como

en esbozo. Hay dos fuentes principales a partir de las cuales comienza la tarea de su

interpretación. Una es la teoría expuesta por Aristóteles, otra son los ejemplos que él mismo

pone de sus teorías. Pues bien, lo que sucede es que en muchos casos no coincide el ejemplo

con la teoría, cuando deberían coincidir, o sólo cubre un aspecto de los posibles de la teoría.

Esto es especialmente evidente en los asuntos que nos preocupan aquí.

2. Esquema del silogismo práctico

Anticipemos lo fundamental de la teoría que posteriormente vamos a discutir. El silogismo

práctico es, a primera vista, un razonamiento que concluye en una acción. Sus premisas son, al

igual que en el silogismo teórico, proposiciones. La única particularidad de éstas, como más

adelante concretaremos, es que están referidas a la acción. Esta característica, sin embargo, no

es privativa de los silogismos prácticos, pues también los teóricos pueden referirse a la acción. Si

hay una diferencia esencial entre ambos silogismos debe estar, pues, en otra nota. En efecto, el

elemento que diferencia radicalmente el silogismo práctico del silogismo teórico es su conclusión,

que no es un nuevo conocimiento o proposición teórica, sino una acción.

Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Juan 8:31


En este esquema, hemos puesto entre corchetes los complementos personales, por su carácter,

a nuestro juicio, no esencial y por tanto prescindible para dar cuenta de la estructura del

silogismo práctico. Además, hemos indicado mediante la tipografía cursiva la diferencia esencial

entre premisas y conclusión: las primeras son proposiciones, mientras que la última no; es una

acción, un hecho. En la Ética a Nicómaco, este esquema aparece fundamentalmente en los

libros VI y VII, aunque también se encuentra en otras obras. Analizaremos seguidamente cada

uno de los componentes de este esquema. Pero antes debemos dar razón de la denominación

que aquí usamos para referirnos a las premisas del silogismo práctico.

3. Esquema del silogismo práctico

Anticipemos lo fundamental de la teoría que posteriormente vamos a discutir. El silogismo

práctico es, a primera vista, un razonamiento que concluye en una acción. Sus premisas son, al

igual que en el silogismo teórico, proposiciones. La única particularidad de éstas, como más

adelante concretaremos, es que están referidas a la acción. Esta característica, sin embargo, no

es privativa de los silogismos prácticos, pues también los teóricos pueden referirse a la acción. Si

hay una diferencia esencial entre ambos silogismos debe estar, pues, en otra nota. En efecto, el

elemento que diferencia radicalmente el silogismo práctico del silogismo teórico es su conclusión,

que no es un nuevo conocimiento o proposición teórica, sino una acción.

En este esquema, hemos puesto entre corchetes los complementos personales, por su carácter,

a nuestro juicio, no esencial y por tanto prescindible para dar cuenta de la estructura del

silogismo práctico. Además, hemos indicado mediante la tipografía cursiva la diferencia esencial

entre premisas y conclusión: las primeras son proposiciones, mientras que la última no; es una

acción, un hecho. En la Ética a Nicómaco, este esquema aparece fundamentalmente en los

libros VI y VII, aunque también se encuentra en otras obras. Analizaremos seguidamente cada

Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. Juan 8:31


uno de los componentes de este esquema. Pero antes debemos dar razón de la denominación

que aquí usamos para referirnos a las premisas del silogismo práctico.

4. La premisa menor del silogismo práctico

Pero no basta tener un juicio universal sobre un tipo de acciones para determinar la acción

concreta. En cuanto a la facultad intelectual, no produce movimiento alguno, sino que se queda

detenida. Una cosa es, en efecto, un juicio o enunciado de carácter universal y otra cosa es uno

acerca de algo singular el primero enuncia que un individuo de tal tipo ha de realizar tal clase de

conducta, mientras que el segundo enuncia que tal individuo de tal clase ha de realizar esta

conducta concreta de ahora y que yo soy un individuo de tal clase. Esta última opinión sí produce

un movimiento, pero no la de carácter universal; o quizás las dos, pero permaneciendo aquélla

en reposo y ésta no.40 Y las proposiciones singulares son aquellas en las que el sujeto está

tomado individual mente, es un individuo. Así pues, si la teoría del silogismo práctico tiene algún

sentido, es necesario que la premisa menor sea singular, y no particular, pues si fuera particular

la conclusión no podría ser individual, y las acciones concretas siempre lo son. Además, no hay

ningún ejemplo aristotélico que incluya una premisa estrictamente particular en un silogismo

práctico. Por ello, en nuestra interpretación siempre supondremos, aun en contra de la literalidad

de los textos, que la premisa menor del silogismo práctico es una premisa singular, no universal

ni particular. Así parece sugerirlo el contexto del libro VII de la Ética a Nicómaco, y exigirlo el

carácter en principio comprensible de la teoría aristotélica. En efecto, de lo singular hay intuición

perceptiva o intelectual, no intelección, en gnoseología aristotélica. Para lo que nos ocupa,

entonces, la esencia de una acción determinada la conocemos intuitivamente.

Con un ejemplo: que esta acción sea una acción de ayudar al prójimo no requiere justificación

deductiva, pues su conocimiento es inmediato. Lo que sí es susceptible de justificación

deductiva, y a ello sirve el silogismo práctico, es que esta acción deba hacerse.

Si en la mayor encontramos la restricción personal a la que aludíamos, entonces la premisa

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menor deberá contar con un complemento personal que concreta el agente de la acción desde la

universal, o deberemos postular otra premisa menor que concrete en un individuo determinado el

tipo de agente a la que aludía la pre misa mayor.

5. La conclusión del silogismo práctico

"Luego este acto B es un deber " sino, como corresponde a un silogismo práctico, una acción.

Así lo dice Aristóteles explícitamente en la Ética a Nicómaco: Cuando de las dos premisas

resulta una sola, el alma necesariamente afirma por un lado la conclusión, y por otro actúa

inmediatamente en el orden práctico; por ejemplo, si todo lo dulce debe gustarse y esto que es

una cosa concreta es dulce, necesariamente el que pueda y no sea obstaculizado lo gustará

enseguida. O, en De motu animalium: Así pues, está claro que la acción es la conclusión. Manuel

Oriol Salgado La estructura del silogismo práctico en Aristóteles.Pues bien, la afirmación de

Aristóteles de que la conclusión del silogismo práctico es una acción es uno de los problemas

fundamentales a la hora de enfrentarse a la teoría del silogismo práctico. A pesar de su

insistencia en este punto, casi ningún comentarista contemporáneo ha aceptado que esa sea la

verdadera intención del Estagirita, cuyas afirmaciones sobre este particular casi siempre se han

dejado del lado. Entre las pocas excepciones a esta regla general se encuentran autores como

Cooper, Anscombe, Wiggins, Santas y Nussbaum56. Pero por norma general muchos

comentaristas han encontrado en esta tesis dificultades insuperables, lo que les ha llevado a

formular alternativas más débiles, que describiremos a continuación. En efecto, si nuestros

razonamientos prácticos concluyeran siempre en las acciones correspondientes, la tesis

aristotélica no necesitaría alternativas, que ni siquiera se plantearían. Los problemas surgen del

hecho de que no siempre nuestros razonamientos prácticos concluyen en acciones

consecuentes. Es decir, surgen del fenómeno de la akrasía. En este sentido, la posición respecto

de la naturaleza del silogismo práctico está íntimamente relacionada con la posición respecto de

la akrasía. Pero es precisamente esta dificultad la que Aristóteles trata de resolver con su

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tratamiento de la akrasía. Que nuestros razonamientos prácticos no siempre concluyen en

acciones consecuentes es parte del problema de la akrasía, y no parte de la solución. Si los

silogismos prácticos concluyeran en una mera resolución o en una proposición, y por tanto fuera

necesario otro factor que convirtiera esa resolución o proposición en una acción, no habríamos

hecho más que desplazar el problema, pero en absoluto lo habríamos resuelto. En cualquier

caso, nuestra interpretación del valor de la teoría del silogismo Manuel Oriol Salgado La

estructura del silogismo práctico en Aristóteles práctico resuelve las dificultades planteadas por

los comentaristas, por lo que no será necesario refugiarnos en sus alternativas, sino que

aceptamos la tesis fuerte aristotélica de que la conclusión es la acción. Ésta es de hecho la

marca distintiva de este tipo de razonamientos. La resolución de esta dificultad depende de cómo

se traduzca e interprete la siguiente frase, crucial en la interpretación del silogismo práctico:

Cuando de las dos resulta una sola, el alma necesariamente afirma por un lado la conclusión, y

por otro actúa inmediatamente en el orden práctico. Ante este texto, puede entenderse que,

cuando se combinan las dos premisas, el alma afirma la conclusión y, si son premisas prácticas,

también realiza la acción correspondiente; o puede entenderse, como hacen por ejemplo

Gauthier y Jolif en su comentario a estas líneas, que si son premisas teóricas la conclusión es

teórica y si son prácticas la conclusión es práctica, sin más. Sin embargo, creemos que es más

acertada la primera interpretación, según la cual el silogismo práctico tiene también una

"conclusión teórica", además de la específica práctica, la acción. Algunos de los intérpretes que

también se hacen eco de este problema adoptan la misma posición que aquí defendemos. En

todo caso, aceptando que además de la acción se da la conclusión de algún tipo de proposición

sobre esa misma acción, quedaría una cuestión por resolver: ¿qué relación puede haber entre

ellas? Los comentaristas que se percatan de esta dificultad ofrecen diversas respuestas. Una es

considerar que la “conclusión teórica” es simplemente una descripción de la acción hecha como

conclusión del silogismo, posibilidad que es innegable72. Otra es considerar que se dan ambas

simultáneamente.

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