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LICEO TÉCNICO PROFESIONAL – CIENTIFICO HUMANISTA

MARIA ELENA

Asignatura: Lengua y Literatura


% de exigencia____60%______

PRUEBA DIAGNÓSTICO LENGUAJE


4° MEDIO

Nombre:__________________ Curso:______ Fecha:__________ Resultados:____________

Instrucciones:

 Trabaje de manera individual


 Lea atentamente las instrucciones de la prueba.
 Conteste encerrando en un círculo la letra de la alternativa correcta.
 Usted tiene 45 minutos para contestar la evaluación

Objetivos:
Nivel 1 - OA 8:
Formular una interpretación de los textos literarios leídos o vistos, que sea coherente con su análisis, considerando:
• Una hipótesis sobre el sentido de la obra, que muestre un punto de vista personal, histórico, social o universal.
• Una crítica de la obra sustentada en citas o ejemplos.
• Los antecedentes culturales que influyen en la visión que refleja la obra sobre temas como el destino, la muerte, la
trascendencia, la guerra u otros.
• La relación de la obra con la visión de mundo y el contexto histórico en el que se ambienta y/o en el que fue creada,
ejemplificando dicha relación.

Nivel 1 - OA 10:
Analizar y evaluar textos de los medios de comunicación, como noticias, reportajes, cartas al director, propaganda o
crónicas, considerando:
• Los propósitos explícitos e implícitos del texto, justificando con ejemplos sus afirmaciones sobre dichos propósitos.
• Las estrategias de persuasión utilizadas en el texto (uso del humor, presencia de estereotipos, apelación a los
sentimientos, etc.) y evaluándolas.
• Las evidencias que se entregan o se omiten para apoyar una afirmación.
• Los efectos causados por recursos no lingüísticos (como diseño, imágenes, disposición gráfica y efectos de audio) y
lingüísticos (usoI.de imperativo, figuras literarias,
Lee atentamente expresiones
el siguiente populares,
texto palabras
y responde lasen otros idiomas,
preguntas Nº 1intertextualidad,
a la Nº 3:
modalizaciones, etc.) presentes en el texto.
• Similitudes y diferencias en la forma en que distintas fuentes presentan un mismo hecho.
LA MOTOCICLETA
• Qué elementos del texto influyen en las propias opiniones, percepción de sí mismo y opciones que tomamos

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Lea el siguiente texto y luego responda las preguntas 1 a la 6.

Laguna

De aquella época de mi vida, ningún recuerdo se destaca tan nítidamente en mi memoria y con tantos
relieves como el de aquel hombre que encontré en mis correrías por el mundo, mientras hacía mi
aprendizaje de hombre.

Hace ya muchos años. Al terminar febrero, había vuelto del campo donde trabajaba en la cosecha de la
uva. Vivía en Mendoza. Como mis recursos dependían de mi trabajo y éste me faltaba, me dediqué a
buscarlo. Con un chileno que volvía conmigo, recorrimos las obras en construcción, ofreciéndonos como
peones. Pero nos rechazaban en todas partes. Por fin alguien nos dio la noticia de que un inglés andaba
contratando gente para llevarla a Las Cuevas, en donde estaban levantando unos túneles. Fuimos. Mi
compañero fue aceptado en seguida. Yo, en ese entonces, era un muchacho de diecisiete años, alto,
esmirriado, y con aspecto de débil, lo cual no agradó mucho al inglés. Me miró de arriba abajo y me
preguntó:

- ¿Usted es bueno para trabajar?


-Sí –le respondí-. Soy chileno.
- ¿Chileno? Aceptado.

El chileno tiene, especialmente entre la gente de trabajo, fama de trabajador sufrido y esforzado y yo
usaba esta nacionalidad en esos casos. Además, mi continuo trato con ellos y mi descendencia de esa
raza me daban el tono de voz y las maneras de tal.
Así fue cómo una mañana, embarcados en un vagón de tren de carga, hacinados como animales,
partimos de Mendoza en dirección a la cordillera. Éramos, entre todos, como unos treinta hombres, si es
que yo podía considerarme como tal, lo cual no dejaba de ser una pretensión.
… Había varios andaluces, muy parlanchines; unos cuantos austríacos, muy silenciosos; dos venecianos,
con hermosos ojos azules y barbas rubias; unos pocos argentinos y varios chilenos.
… Entre estos últimos estaba Laguna. Era un hombre delgado, con las piernas brevemente arqueadas, el
cuerpo un poco inclinado, bigote lacio de color que pretendía ser rubio, pero que se conformaba
modestamente con ser castaño. Su cara recordaba inmediatamente a un roedor: el ratón.
… Le ofrecí cigarrillos y esto me predispuso a su favor. Me preguntó mi edad y al decírsela
movió la cabeza y suspiró:
… - ¿Diecisiete años? Un montoncito así de vida.
… Y señalaba con el pulgar y el índice una porción pequeña e imaginable de lo que él llamaba vida.

… Usaba alpargatas y sus gruesas medias blancas subían hacia arriba aprisionando la parte baja del
pantalón. Una gorra y un traje claro, muy delgado, completaban su vestimenta que, como se ve, no podía
ser confundida con la de ningún elegante. A la hora del almuerzo compartí con él mi pequeña provisión
y esto acabó de atraerlo hacia mí. Más decidor ya, por efecto de la comida, me contó algo de su vida;
una vida extraña y maravillosa, llena de vicisitudes y de pequeñas desgracias que se sucedían sin
interrupción. Hablando con él, observé esta rara manía o costumbre: Laguna no tenía nunca quietas sus
piernas. Las movía constantemente. Ya jugaba con los pies cambiando de sitio o posición una maderita o
un trocito de papel que hubiera en el suelo; ya las movía como marcando el paso con los talones; ya las

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juntaba, las separaba, las cruzaba o las descruzaba con una continuidad que mareaba. Yo supuse que
esto provendría de sus costumbres de vagabundo, suposición un tanto antojadiza, pero yo necesitaba
clasificar este rasgo de mi nuevo amigo. Su cara era tan movible como sus piernas. Sus arrugas
cambiaban de sitio vertiginosamente. A veces no podía yo localizar fijamente a una. Y sus pequeños
ojos controlaban todo este movimiento con rápidos parpadeos que me desconcertaban.

-¿De dónde es usted, Laguna?

(¿Por qué se llamaría Laguna? ¿Sería un mote o un nombre? Nunca lo supe.)

Contestóme:

Parecía tener el orgullo de su raza y seguramente decía aquella última frase para significar que era un
chileno de pura sangre araucana.

En el tren intimamos mucho. Los demás no me llamaban la atención. Laguna era una fuente inagotable
de anécdotas y frases graciosas. Mi juventud se sentía atraída por este hombre de treinta y cinco años,
charlador inagotable, cuya vida era para mi adolescencia como una canción fuerte y heroica que me
deslumbraba. Su tema favorito era su mala suerte:

-Yo soy roto muy fatal, hermano. Usted se morirá de viejito, le saldrá patilla hasta para hacerse una
trenza y nunca encontrará un hombre tan desgraciado como yo.

El dolor de su vida, en lugar de entristecerme, me alegraba. Contaba sus desgracias con tal profusión de
muecas e interjecciones, que yo me reía a gritos. Se paraba un instante, se ponía serio y me decía:

-No se ría de la desgracia ajena; eso es malo.

Y seguía contando. En las partes que él consideraba trágicas o patéticas, sus ojos se cerraban y sus
orejas, largas y transparentes, parecían trasladarse hacia la nuca.

- Y entonces, cuando gritaron: ¡cuidado, que vamos a largar!, yo me hice a un lado, el poste cayó, una
piedra saltó y me rompió la cabeza.

Sus arrugas tornaban a su posición normal, sus ojos se abrían, las orejas volvían al sitio predilecto y me
miraba para ver qué impresión hacía en mí su relato.

-¡Ja, ja, ja! ¡Qué Laguna!

Y toda la peonada hacía coro a mis risas.

Rojas, Manuel. Laguna. (Fragmento). Disponible en: www.letras.mysite.com .

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1. ¿Qué tipo de anacronía se emplea en el tiempo del relato?

A. Racconto. B. Flash back. C. Premonición. D. Flash forward.

2. ¿Por qué el joven recuerda a Laguna?


A. Porque fue el hombre que lo contrató en su primer trabajo.
B. Porque le dio comida y cigarros.
C. Porque era chileno igual que él.
D. Porque cautivó su atención.

3. ¿Qué le impedía al joven conseguir trabajo con rapidez?

A. Su nacionalidad B. Su juventud. C. Su delgadez. D. Su pobreza.

4. Lea el siguiente fragmento.

“Era un hombre delgado, con las piernas brevemente arqueadas, el cuerpo un poco inclinado, bigote
lacio de color que pretendía ser rubio, pero que se conformaba modestamente con ser castaño.”

¿Cómo puede interpretarse la expresión destacada en el fragmento?

A. El hombre descrito se teñía el bigote.


B. El protagonista distinguía una gran variedad de colores.
C. El narrador relaciona una característica física del personaje con su actitud de vida.
D. El color castaño corresponde a la clase baja dentro de la sociedad en la que se mueve el protagonista.

5. Lea el siguiente fragmento.

“… El chileno tiene, especialmente entre la gente de trabajo, fama de trabajador sufrido y esforzado y
yo usaba esta nacionalidad en esos casos. Además, mi continuo trato con ellos y mi descendencia de
esa raza me daban el tono de voz y las maneras de tal.”

Principalmente, ¿cómo se podría caracterizar psicológicamente al joven a partir de este comentario?

A. Astuto. B. Instintivo. C. Mentiroso. D. Inescrupuloso.

6. De acuerdo a lo leído ¿Estás de acuerdo con que el narrador hiciera su “aprendizaje de hombre” de
esta manera? Argumente. (3 pts.)

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LO QUE NOS UNE

En vísperas de las elecciones presidenciales. Septiembre de 1970

Para iluminar a los cristianos en tiempos de reflexión, el Cardenal 1 dirigió́ este profético mensaje a los chilenos.

En esta hora de seria responsabilidad, creo mi deber decir una palabra a todos los hombres y mujeres de
buena voluntad en nuestra patria. Una palabra que sólo quiere iluminar las mentes, y despertar las nobles
energías que todos tenemos, pero que parecen, a veces, dormir en el fondo de nuestras almas.
Estamos terminando un proceso cívico. Como tantos otros de nuestra historia, ha movilizado a todos los
chilenos en torno a opciones políticas diversas, ardorosamente sustentadas. Una campaña, tal vez
excesivamente larga y costosa, nos ha hecho conocer la personalidad de los programas de cada
candidato, fundamentando nuestra responsable decisión de conciencia. Reconozcamos que es un lujo, un
privilegio no muy común en nuestra América, poder elegir así, con esa seriedad, con esa libertad, a los
representantes y servidores de un pueblo soberano.
Pero este privilegio hay que cuidarlo; este proceso hay que dignificarlo. Lo recibimos de nuestros
mayores como un precioso legado, y nuestros hijos esperan que se los transmitamos intacto y
enriquecido. Es un deber que no siempre cumplimos bien. La verdad y las personas no han sido siempre
respetadas. Más de una vez la violencia ha cobrado víctimas, cuyas vidas nos parecen estérilmente
tronchadas. Idearios políticos que aspiran, todos, a hacer más grande a Chile, nos apasionan y
enceguecen a ratos, hasta hacernos olvidar que somos todos hijos de la patria chilena. Y un proceso
destinado a hacernos crecer en nuestra madurez ciudadana a consolidar nuestra comunidad de tareas y
de destino, amenaza desgarrarnos con la división y empeñar nuestra convivencia con una nota de
amargura.
Por eso creo mi deber decir una palabra. La propongo humildemente, interpretando lo que siento o
adivino, en el corazón de mis hermanos chilenos en una hora como ésta. Y es una palabra muy simple:
PAZ.
Cualquiera puede decirla: PAZ. Siempre es grato y hace bien repetirla: PAZ. Pero yo quiero hoy algo
más que pronunciarla: quiero invitar a conquistarla. Los meros saludos y los buenos deseos no cambian
el mundo.

Los caminos

¿Cómo conquistar esa paz? Ante todo, perdiéndonos el miedo unos a otros. Y la mejor manera de
perdernos el miedo es conocernos -que es ya, empezar a comprendernos-. Si los chilenos hiciéramos hoy
un esfuerzo serio por conocernos, descubriríamos algo sorprendente: LO QUE NOS UNE ES MUCHO
MÁS FUERTE QUE LO QUE NOS SEPARA. Todos deseamos pan, respeto y alegría. Todos somos y
nos sentimos chilenos, celosos de nuestra soberanía, acostumbrados a la libertad. Todos entendemos que
en nuestra mesa común no puede haber privilegiados ni marginados. Todos queremos que esta tierra de
todos la disfruten todos, con los mismos derechos y las mismas oportunidades. TODOS ANHELAMOS
LA PAZ. Diferimos, sí, en los caminos, en los métodos, en la velocidad para alcanzarla. Hay quienes
quisieran dos aceleradores, mientras otros preferirían dos frenos. Pero todos nos sentimos en el mismo
coche.

1
El cardenal Raúl Silva Henríquez como Arzobispo de Santiago organizó la Arquidiócesis en Decanatos, Zonas Pastorales y
Vicarías Especializadas. Fundó numerosas instituciones de formación religiosa, de promoción social, de defensa de la justicia
y de los derechos humanos, como el Comité Pro Paz y la posterior Vicaría de la Solidaridad.

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Y si es así, si al conocernos descubrimos que somos tan semejantes, tan solidarios, tan próximos, ¿por
qué́ tanto prejuicio, por qué tanto miedo, unos de otros? ¿Será tan difícil comprender al otro?,
¿comprender que tras su lenguaje imperfecto, su conducta vacilante, sus métodos discutibles palpita el
hombre sediento de justicia, el hombre que quiere amar y ser amado, respetar y ser respetado, crecer
bajo un techo que resguarde su intimidad, ser padre responsable de hijos felices, crear sus propias obras,
creer en un Dios que salvará la obra de sus manos? ¿Puedo reprocharle que tenga los mismos anhelos,
los mismos ideales que yo tengo? ¿Puedo negarle los mismos derechos que reclamo para mí? ¿Puedo
condenarlo porque lo sorprendo en las mismas faltas y contradicciones en que yo caigo?
¡CONOZCÁMONOS! Adentrémonos, con respeto, unos en otros, más allá de esa etiqueta o
denominación política que nos separa y aleja como si fuéramos extraños. ¡Conozcámonos, para empezar
a comprendernos! ¡Perdámonos el miedo unos a otros!
Eso es precisamente lo que hace tan precaria nuestra paz: que nos tenemos miedo. Nos miramos con
recelo, sintiendo o creyendo que uno amenaza los derechos del otro.
Por eso nunca tendremos paz si no tenemos justicia. Sí: la paz es obra y fruto de la justicia, y la justicia
consiste en amar los derechos de los otros, tal como ama uno sus propios derechos.

Silva Henríquez, Raúl. Lo que nos une. (Fragmento). Disponible en: www.cardenalsilva.cl

7. ¿A qué tipo de texto corresponde Lo Que Nos Une?

A. Informativo B. Narrativo C. Argumentativo D. Descriptivo

8. ¿Cuál es la tesis planteada por el emisor del texto?

A. Todos los chilenos tienen los mismos ideales.


B. Los chilenos no saben cumplir su deber cívico.
C. La violencia es normal en períodos eleccionarios.
D. La paz se puede lograr cuando los chilenos se conozcan.

9. ¿Con qué modo de razonamiento, usado en el texto leído, se relaciona la nota al pie de página?

A. Generalización.
B. Criterio de autoridad.
C. Razonamiento por causa.
D. Razonamiento por signos.

10. En el texto, ¿para qué se usan frases en mayúsculas?

A. Indican que el emisor está enojado con todos sus potenciales lectores.
B. Destacan para el lector los conceptos clave del mensaje entregados por el emisor.
C. Destacan información relevante sobre el proceso eleccionario chileno de esa época.
D. Apelan a la emocionalidad del lector, porque el emisor no tiene argumentos de autoridad.

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11. ¿En qué se sustenta la argumentación del emisor del texto?

A. Los chilenos no saben elegir a sus autoridades.


B. La falta de justicia provoca la pérdida de la paz en los chilenos.
C. Los chilenos viven atemorizados durante las campañas presidenciales.
D. Los procesos eleccionarios cuentan con la activa participación de los chilenos.

12. Escribe una columna de opinión, explicando la importancia de mantener la paz en una
comunidad, considera:

(6 pts.)

1. Presentar claramente el tema a través del título.


2. Expresar claramente tu punto de vista.
3. Organizar y desarrollar las ideas en tres párrafos.
4. Incluir mínimo un argumento para sustentar la tesis u opinión.
5. Plantear una progresión temática clara y coherente.
6. Establecer un cierre o conclusión coherente con las características del texto solicitado y la
intención del autor (tú mismo/a).

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