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Nombre de la asignatura
NATURALEZA Y FUNDAMENTOS DE LA EDUCACION RELIGIOSA
ESCOLAR
DOCUMENTO
ENSAYO
ALUMNO
Daniela Alejandra Cabrera Mera
DOCENTE
Hna. Aylem del Carmen Yela Romo
UNA FORMACIÓN PEDAGÓGICA DE LA ERE DESDE UNA VISIÓN
HUMANISTA
Ahora bien, definir la ERE es coherente con lo que Meza José Luis reflexiona en la
naturaleza, finalidad y legitimación de la ERE quien nos menciona que “tener en cuenta a la
persona, hombre o mujer y proceso de realización o de plenitud, es uno de los primeros nodos de
anclaje para considerar seriamente la presencia de la educación religiosa en la escuela” 1 y es que
1
Meza, José Luis. Naturaleza, finalidad y legitimación de la ERE. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá. Pag. 16
si bien es cierto el objeto de la educación religiosa no es solo evangelizar, sino, inculcar los
valores éticos y morales que encaminen al individuo a una vida plena; esto “Nos resulta
sugerente la afirmación de Peresson: “La religión ha sido a lo largo de la historia, como lo es en
el momento actual, un elemento integrante del entramado colectivo y un incuestionable hecho
cultural””2 entendiendo que somos hombres y mujeres que hemos sido criados con creencias
religiosas basadas en descubrir que la fe no es ver, sino, creer, entonces comprenderemos que sea
cual sea nuestra ideología el hombre siempre tendrá un ser superior que le ayude a justificar su
existencia e influya en su vivencia sociocultural.
Por consiguiente, considero que la religión está presente en las culturas representadas en
las costumbres que tiene cada pueblo y en muchas ocasiones da una visión de nuestros
imaginarios, valores, que desde nuestro nacimiento y sin darnos cuenta fueron inculcados por
nuestros progenitores llámense padres o abuelos, quienes promueven la oración y el temor a ese
ser superior, que es parte fundamental de su vida diaria. Es por eso que “la ERE busca una
comprensión de lo religioso, tanto de la propia religión como de las otras, una mirada
comprensiva puede ayudar a identificar los valores y el sentido que subyace a las religiones”3
Podemos añadir que la educación religiosa de calidad, puede ayudar hacer un palacio de
fortalezas y debilidades, que al juzgarlas con independencia y juicio encontraremos una religión
sin estereotipos y prejuicios, de ello, se desprende el derecho a la libertad de creencia conciencia,
pensamiento y confesión dando como resultado el derecho a conocer las diversas opciones
religiosas, incluidas en las tradiciones más cercanas geográficamente como también las más
desconocidas. Es aquí donde la religión cumple un papel clave en la formación de las sociedades
a gran escala, integrando la parte esencial del individuo, familia o grupos humanos. Entonces, el
aporte religioso forma grandes grupos colaborativos y los mantiene unidos dentro de la
posibilidad humana.; cabe anotar que en la actualidad estoy a favor de que la ERE propenda una
educación que no busque imponer verdades reveladas, sino que, se permita el razonamiento que
genera el libre pensamiento dogmático, evidenciando la capacidad analítica asumida por el
individuo, que materializa en su ideología humanista, que no es más que la doctrina basada en la
integración de los valores humanos, partiendo de una fase antropocéntrica (característica
2
Ibid., p. 17
3
Ibid., p. 20
principal del humanismo); que conlleva la religión no es otro que el de la búsqueda del sentido
último, el del encuentro con el significado propio de la vida. (…) “Fue Albert Einstein quien
afirmó una vez que ser una persona religiosa era haber respondido a la pregunta ¿Cuál es el
significado de la vida?”4; ante esta afirmación el humanista sigue las huellas de grandes
pensadores, aclarando que los seres humanos tienen el derecho y la responsabilidad de dar
sentido a su propia vida; cabe anotar que entre las principales ideas de esta corriente el ser
humano era el centro del universo y la máxima expresión de la naturaleza que direccionándolo a
un sentido teológico involucra tres factores cuerpo alma y espíritu.
4
Ibid., p. 20
5
Ibid., p 19
suponemos que el objeto clarificado de respuestas de estas dudas que surgen en los seres
humanos las da aspectos científicos como la ciencia y religión desde los relatos plasmados por
los discípulos en las sagradas escrituras.
Volvemos a tocar el tema sobre el sentido y los puntos existenciales del ser humano.
Cabe comprender que, desde el punto de existencia que el hombre tenga para crear su proyecto
de vida, se delimitará su forma de expresarse en el mundo, comprendiendo por expresarse, la
forma como el hombre se relaciona con su entorno. No podemos pasar de largo que una persona
con amplios valores espirituales (y no sólo éticos), podrá enfrentarse al mundo de modo distinto
al que tiene una persona que, por ejemplo, ponga como énfasis de su actuar el sentido material o
consumista. “El Diccionario Oxford define al espíritu como la parte inmaterial, intelectual o
moral del hombre. Esta definición la toma la Organización Mundial de la Salud, y señala que la
espiritualidad nos conduce hacia preguntas sobre el sentido y el propósito de la vida.”6
Creemos, desde la Iglesia, que el hombre debe formarse en este sentido, pues
comprender, como anteriormente lo dijimos, que el hombre es un ser de debilidades, que lo lleva
muchas veces a “realizar el mal que no debe, y a no hacer el bien que debe”, lo compromete a
comprender las debilidades humanas como ausencia de un proyecto que, por una cierta
ignorancia, lo lleva a despegarse de la comunidad para buscar un fin que no está ordenado al plan
de Dios para nuestras vidas, es decir, que los seres humanos no estamos capacitados para
entender la obra de DIOS en nosotros, y, por ello no tenemos la capacidad de resiliencia en la
aceptación de los designios de Dios; llevando a plasmar el hechos de ser creados por una fuerza
superior, que justifica más fácilmente nuestra existencia, que sin desconocer teorías científicas de
creación (big bang, evolucionismo…) que no han logrado superar la parte espiritual de los
6
Romero, Gustavo. Un nuevo concepto: la Inteligencia Espiritual. http://www.psyciencia.com/2014/04/un-nuevo-
concepto-la-inteligencia-espiritual/
postulados encaminados a demostrar otro tipo de creación humana más palpable, por ende se
puede inferir que la fe le gana a la razón.
Por consiguiente se debe tener claro que de todas las áreas de la formación, religión es
una de las materias más importantes, ya que, esta contribuye con un horizonte necesario de la
formación integral del alumnado, asimilando una posición crítica de todos los aspectos
religiosos, fortaleciendo el análisis de los diversos interrogantes a los que se quiere dar respuesta
Como docentes, nos queda la tarea de entrar a comprender el mundo del otro en todos los
aspectos, pero en especial, ideologías religiosa, cosa que muy pocas veces hacemos, trabajar
esas creencias nos permitirá realizar un proceso desde el ámbito de la inteligencia espiritual y
emocional, evidenciando que el cuerpo y el alma van ligados en la construcción de su propia paz
interior, Una verdadera formación espiritual nos llama a todos, desde nuestros conceptos
religiosos, a responder dentro del aula a una formación espiritual que propenda en a nuestros
estudiantes asumir valores que, desde la óptica cristiana, nos lleven a comprometernos con el
destino del otro y su ser de persona (humanismo).
Debemos enseñar, desde el aula la misericordia, que nos hace comprender al otro como
ser con imperfecciones, seres con creencias individuales y a su vez colectivas en su fe, para una
sana convivencia con los otros que sea un camino de comprensión y tolerancia que haga que
nuestros entornos escolares sean más armónicos e incluyentes y nuestra institución un recinto
que lleve a las personas al compromiso ético – moral de sana convivencia que fomenten la paz,
la integración y el respeto de las ideologías de todos. “El educador debe consolidar un dominio
de los saberes y conocimientos actualizados de los fundamentos conceptuales y disciplinares de
la ERE. Adicionalmente, debe estar en capacidad de investigar, innovar y profundizar de forma
autónoma en el conocimiento de dichos fundamentos, lo cual involucra: a) Apropiar la
trayectoria histórica y los fundamentos epistemológicos del campo disciplinar y/o de los saberes
específicos que estructuran el programa de formación. b) Dominar los referentes y formas de
investigar del campo disciplinar o profesional. c) Desarrollar actitudes y disposiciones frente al
trabajo académico y la formación permanente.7
7
Ibid., 5
UNA INTERPRETACIÓN DEL CONCEPTO ERE DESDE LA LEY GENERAL
DE EDUCACIÓN
(LEY 115)
¿A qué se debe dicha situación? ¿Qué tienen ellos que nosotros aún no logramos vislumbrar?
Quizás sea que hemos adaptado modelos foráneos sin realizar antes una tarea apremiante frente
al futuro y pertinencia de la educación: una relectura sociológica y antropológica de nuestra
realidad colombiana con su pluriculturalidad, que hagan que ellos respondan a nuestras
necesidades más apremiantes; ante esto, es claro que hemos perdido de vista la visión general
que la Ley Nacional de Educación (Ley 115) nos ha querido plasmar, cuando hablando al
respecto resalta que “la educación es un proceso de formación permanente, personal, cultural y
social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de
sus derechos y de sus deberes.”8; este hecho nos pone en claro que la educación al tener su centro
en la integralidad afecta todas las dimensiones de la persona, por lo cual, la educación se
convierte en un sistema que facilita al estudiante desarrollar ciertas destrezas con las que puede
influir de forma determinante en el contexto en el que se encuentra desplegando su existencia, de
modo que, por la aplicación de la experiencia educativa, puede transformar contextos de
situación para dar respuestas a inquietudes y problemas de su entorno.
Ahora bien, si este es el concepto general de educación Colombiana, ¿bajo qué líneas
generales formativas de la ERE debemos actuar a la hora de impartir el conocimiento adecuado
a nuestros estudiantes? Es este un menester pedagógico impresionante que nos llama a descubrir
8
Colombia. Ley 115 de febrero 8 de 1994, por la cual se expide la ley general de educación. Congreso de la
República de Colombia,http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-85906_archivo_pdf.pdf (consultada el 22 de
marzo de 2015).
que debemos articular diversas herramientas para que nuestros estudiantes creen el interés e
impulso de ser socialmente creativos y humanamente significativos dentro de nuestra sociedad,
por lo que, pese a los diversos modelos de enseñanza que han surgido en nuestros últimos
tiempos, ninguno ha alcanzado al cien por ciento desarrollar completamente todo el objetivo de
la educación, el cual es, a saber:
1. Desarrollar las facultades psico – motoras de la persona de acuerdo a cada
etapa de su crecimiento personal y espiritual.
2. Facultarlo como sujeto de deberes, derechos dentro de la sociedad.
3. Transformar su ser para que responda al ideal de persona que la sociedad y
su opción de fe le exigen.
4. Desarrollar las destrezas sociales y humanas para lograr, a través de la
innovación y el compromiso social, una transformación de su entorno y ser significativo
para la sociedad.
5. Adquirir conocimientos adecuados, teórico – prácticos, para reconocer el
mundo y ser competente con su opción profesional y de vida.
Esto, de por sí, nos ha llevado a pensar en la praxis que la experiencia personal compete,
esto surge del proceso educativo de una persona, la cual, trata de replicar lo alcanzado en dicha
operación dentro del contexto que lo rodea, de modo que genera cambios significativos en su
persona y en el ambiente; igualmente, posibilita un estado de progreso ascendente hacia
situaciones de liberación e integración; empero, el marco de referencia de formación es lo que
dirige la praxis liberadora a uno definido en valores y cualidades que la ponen en una línea
determinada.
Si analizamos cada uno de las nociones dibujados en el concepto nacional de educación
enmarcado en la ley, denotamos que, si bien, la educación en Colombia nos remite, en ciertos
parámetros, a la recuperación del patrimonio común de la humanidad a través de conocimientos
sistemáticos, aún no ha influido en la apropiación del entramado social y cultural del entorno en
el que vivimos, con todo el peso de realidad y posibilidad que posee, por lo que, cada vez más
estudiantes, a la hora de enrolarse en la educación, sólo buscan la adquisición de conocimientos
suficientes, que en nuestro sistema se conoce como el Saber, pero sin adherirlo a implicaciones
más bastas como el “saber ser” o “saber hacer”, perdiendo con ello, no sólo el patrimonio
antropológico propio de nuestras culturas, sino también una visión sociológica que nos adecúe a
buscar soluciones prácticas y estables a los principales conflictos que existen dentro de nuestro
entorno, que quizás, sea una de las ausencias que más llaman la atención dentro de los procesos
de formación en la educación básica, media y superior.
Es por esta realidad tan compleja que nuestros estudiantes no han podido aún gritar el
famoso “Eureka” griego que suscitaba una educación creativa en los antiguos sabios, y que
referenciaba el carácter creativo y transformador de la realidad, ya que hoy, abalanzados en la
consecución de conceptos fríos, se hace inverosímil responder a las problemáticas del contexto,
todo ello resultado de la carencia de una educación que se ligue más a este aspecto
transformador, antes que a la tecnificación.
Ahora bien, salta a nosotros un interrogante, a saber: ¿tiene nuestra educación una gran deuda
con su entorno? La respuesta a la cuestión se nos muestra afirmativa, máxime si tomamos en
cuenta lo que nos dice Ana Torres al afirmar que la educación “es un proceso que permite al
hombre desarrollar sus posibles potencialidades intelectuales, actitudinales y psicomotoras,
mediante la recuperación constante de la experiencia personal y colectiva” 9; si lo vemos desde
esta óptica, queda más que dicho que en Colombia carecemos de una visión clara de la necesidad
educativa de una experiencia personal y colectiva (pues se privilegia el saber por el saber), y
mucho menos se tiene en cuenta los procesos psicológicos e intelectivos que nos lleven a decir:
¡Éste ha descubierto o ha creado una nueva idea!. Frente a esto, respondámonos una simple
pregunta ¿por qué en otros países, más pequeños y con menos escala económica, se han creado y
descubierto nuevos conocimientos y técnicas que no han sido posibles, pese a la inversión en
educación, en nuestro país?
La respuesta es simple: formamos, en la escuela colombiana, para saber y no para crear, para
potenciar nuevas hipótesis y teorías; las pruebas evaluativas siempre miden el conocer antes que
la fluidez intelectual y creativa de nuestros estudiantes, pues todo está dado para una respuesta
estándar sobre un tema de criterio especulativo que nuestros alumnos deben conocer, pese a que
el análisis de las formas muestren un “saber hacer” aparente, eliminando con ello la posibilidad
creativa, tan necesaria en una educación de calidad, es aquí cuando debemos mencionar que la
educación religiosa es una de las áreas de conocimiento que le permite al estudiante dar sus
9
Torres, Ana Emma. Metodología del Estudio a Distancia. Bogotá: Indo-Americana Press Service Ltda. 1 Edición,
2001,28.
propias posturas ideológicas sin ser juzgado por verdades absolutas, dadas por la ciencia, que
enriquecen su parte espiritual dando como resultado su personalidad y permitiéndose expresarse
libremente.
- El Decreto 1860 en su Art. 14: “Todo establecimiento educativo debe elaborar y poner en
práctica con la participación de la comunidad educativa un proyecto que exprese la forma
como se ha decidido alcanzar los fines de educación definidos por la ley, teniendo en cuenta
las condiciones sociales, económicas y culturales de su medio”10. Por su parte, en el Capítulo
V da orientaciones curriculares, art. 34. Áreas: “en el plan de estudios se incluirán las áreas
del conocimiento definidas como obligatorias y fundamentales en los nueve grupos
enumerados en el art. 23 de la ley 115 de 1994”
DECRETO 4500
Articulo. 2: “El área de educación religiosa. Todos los establecimientos educativos que
imparten educación formal ofrecerán dentro del currículo y en el plan de estudios, el área de
Educación Religiosa como obligatoria y fundamental, con la intensidad horaria que defina el
Proyecto Educativo Institucional, con sujeción a lo previsto en los arts. 68 de la C.P.N., 23 y 24
de la ley 115 de 1994 y la ley 133 de 1994.
10
Decreto 1860 de 1994 por el cual reglamenta parcialmente la ley 115 de 1994, en los
aspectos pedagógicos y organizativos generales,
http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-172061_archivo_pdf_decreto1860_94.pdf
Artículo 5°: “Libertad religiosa. Los estudiantes ejercen su derecho a la libertad religiosa
al optar o no por tomar la educación religiosa que se ofrece en su establecimiento educativo,
aunque no corresponda a su credo, y en tal caso a realizar las actividades relacionadas con esta
área de acuerdo con lo previsto en el Proyecto Educativo Institucional, PEI. Esta decisión deberá
ser adoptada por los padres o tutores legales de los menores o por los estudiantes si son mayores
de edad.
Artículo 8. Deberes de los padres de familia. Los padres de familia a través de
los órganos de participación contemplados en el Decreto 1286 de 2005 velarán porque el área de
Educación Religiosa sea impartida de acuerdo con lo señalado en el Proyecto Educativo
Institucional. 11
11
Decreto 4500 de 2006, http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-
115381_archivo_pdf.pdf .
H. Para este efecto, los establecimientos docentes ofrecerán educación religiosa y moral a
los educandos de acuerdo con la enseñanza de la religión a la que pertenecen, sin perjuicio de su
derecho de no ser obligados a recibirla. La voluntad de no recibir enseñanza religiosa y moral
podrá ser manifestada en el acto de matrícula por el alumno mayor de edad o los padres o
curadores del menor o del incapaz.
I. De no ser impedido por motivos religiosos para acceder a cualquier trabajo o actividad
civil, para ejercerlo o para desempeñar cargos o funciones públicas. Tratándose del ingreso,
asenso o permanencia en capellanías o en la docencia de educación religiosa y moral, deberá
exigirse la certificación de idoneidad emanada de la Iglesia o confesión de la religión a que asista
o enseñe.
El futuro nos reta a crear modelos que respondan a las necesidades mundiales, pero
también a las necesidades intrínsecas del hombre y de la sociedad, que es el espacio en el que se
dará la mejor evaluación formativa de la educación religiosa en Colombia; en definitiva, más
que preocuparnos de los puestos PISA de educación, debería preocuparnos la espiritualidad,
moral y ética de los estudiantes, considerando que antes de adentrarnos a enseñar cualquier otra
asignatura debemos adquirir un modelo que nos permita conocer en primera instancia la
ideología, sin embargo no hemos alcanzado progresos y creado cambios sociales trascendentales.
¿Será porque no hemos añadido la visión de hombre y sociedad dentro de los modelos que,
precisamente por este contexto, han sabido responder acertadamente en los lugares de origen?
BIBLIOGRAFIA