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Expte N° 72.704/2011 “B A Fo c/ Centro Asistencial Veterinario San Marco y
otros s/ Daños y Perjuicios” Juzg N° 14.
La Dra Marta del Rosario Mattera dijo:
I. La sentencia obrante a fs.332/337 rechazó la demanda incoada por A
F B con costas a su cargo y rechazando asimismo la excepcion de falta de
legitimacion activa opuesta, con costas a los demandados.
Contra el decisorio de grado apelan los accionados, cuya quejas lucen
en el libelo obrante a fs. 348/350 así como la parte actora cuya expresión de
agravios luce a fs. 354/358.
Corridos los pertinentes traslados de ley obran a fs. 364/366 y fs.
367/370 los respectivos respondes de las contrarias.
A fs. 372 se dicta el llamado de autos a sentencia, providencia que se
encuentra firme, encontrándose en consecuencia las actuaciones en estado de
dictar sentencia.
II. El agravio fundamental de la parte actora que se desprende de su
extenso y reiterativo memorial, gira en torno a que el Juez de grado no valoró
adecuadamente la prueba pericial médica, soslayando la importancia del
consentimiento informado como la falta de información a su parte de la
existencia de tratamiento alternativos, lo que a su criterio determina la nulidad
del fallo apelado por falta de fundamentación, asimismo manifiesta que se
efectuó un análisis parcial de la prueba en cuestión.
Por su parte los accionados se agravian por el rechazo de la excepción
interpuesta como por la imposición de costas.
derogando el efecto inmediato y aplicando el efecto diferido o ultraactividad de la
ley.
Por su parte, la doctrina de la relación jurídica distingue etapas: 1) la
constitución(momento de creación); 2) los efectos de una relación jurídica
anteriores a la entrada en vigencia de una nueva ley, 3) los efectos posteriores a
esa entrada en vigencia; y 4) la extinción de la relación jurídica. La relación
jurídica es un vínculo jurídico entre dos o más personas, del cual emanan
deberes y derechos. Hay relaciones que se extinguen inmediatamente después
de producidos los efectos, pero otras producen sus efectos durante un cierto
período de tiempo (en general los contratos de duración).
La doctrina de la relación jurídica establece criterios especialmente útiles
para las relaciones de larga duración, distinguiendo su constitución, sus efectos;
y su extinción:
1) En cuanto a su constitución: las relaciones jurídicas constituidas bajo
una ley persisten bajo la ley nueva aunque ésta fije nuevas condiciones para
dicha constitución;
2) En cuanto a los efectos, se rigen por la ley vigente al momento en que
estos efectos se producen, de modo que los efectos pasados se rigen por la ley
antigua y los futuros por la ley nueva;
3) En cuanto a la extinción, se rige por la ley vigente al momento en que
ésta ocurre.
En los presentes la situación de que se trata, ha quedado constituida, con
sus consecuencias devengadas, conforme a la ley anterior. Las consecuencias
son los efectos, de hecho o de derecho que reconocen como causa, una
situación o relación jurídica, por ende corresponde analizar la cuestión a la luz
de la legislación anterior, así como la doctrina y jurisprudencia a ella aplicable.
IV. En primer lugar cabe recordar, que reiteradamente la jurisprudencia
de esta Excma. Cámara ha sostenido que “no corresponde declarar la nulidad
de la sentencia si los vicios imputados a la misma pueden ser reparados a través
del recurso de apelación sostenido por la parte.” (CNCiv. Sala A junio 3976 en
E.D.69394, Sala B junio 11975 en E.D. 66521, Sala C abril 4975 en ED 65
201, Sala L febrero 20990 en E.D. 138235, idem esta sala, 17/7/2015, Expte. n°
85.663/2008 “H, M. I. c/Hospital Británico de Buenos Aires y otro s/daños y
perjuicios” ) entre muchos otros.
El recurso de nulidad no tiene autonomía formal dentro de nuestro
ordenamiento procesal, habiendo dejado de ser una vía de impugnación
V. Sentado ello corresponde avocarse al tratamiento de los agravios
esgrimidos por la partes.
La sentencia en análisis efectúa un pormenorizado estudio de la
responsabilidad profesional, su configuración y requisitos, asimismo sostiene la
tesis a la que adhiere esta Sala en cuanto a que el profesional del arte de curar
brinda en general obligaciones de actividad (de medios) (Bueres, A.,
“Responsabilidad civil de los médicos”, Ed. Ábaco, 1979, pág. 148), y no puede
ni debe comprometerse a un resultado (ley 17.132, art. 20), ello no implica que no
deba aplicar su saber científico y dirigir su accionar a procurar la salud del
enfermo, en el contexto que le quepa actuar y conforme la dolencia que a aquél
le aqueje. Sin olvidar que debe hacerlo con la prudencia y diligencia que las
circunstancias requieran, así como implementando las reglas y los criterios
En materia de culpa médica, la regla general sigue siendo que la carga
de la prueba de esa culpa recae sobre el paciente. De esta manera se acepta el
criterio más razonable según el cual en esta materia, no resulta procedente la
objetivación de la responsabilidad, como tampoco una presunción legal general
de culpa que cargue al médico con la prueba de su liberación (Highton, Elena;
Malamud, Oscar M.; Miguens, Dolores y Wierzba, Sandra, en "Responsabilidad
médica: en pro de la teoría de la culpa" en la obra colectiva "Responsabilidad por
daños en el tercer milenio", Libro en Homenaje al profesor Atilio A. Alterini, Ed.
Abeledo Perrot, p. 689. En sentido coincidente, se ha sostenido que si bien en
muchas oportunidades se han aplicado las "praesumptio hominis" para llegar a
la deducción de la existencia de la culpa médica, ésta es un presupuesto cuya
constatación siempre será necesaria para lograr la imputación de
responsabilidad al demandado en un ámbito como el médicosanitario (conf.
Díaz Reganon García, Calixto, "El régimen de la prueba en la responsabilidad
civil médica", p 412, Ed. Aranzadi, Pamplona, 1996, citado por Vázquez Ferreyra,
Roberto A. “Responsabilidad civil médica Error en el diagnostico patológico.
Valoración de la culpa profesional. Pérdida de la chance como daño
indemnizable y otras interesantes cuestiones”, L. L. 1999F 21).
Sin perjuicio de ello, comparto la morigeración de la exigencia que tal
principio importa para la accionante por aplicación de la teoría de las cargas
probatorias dinámicas.
Estas modernas tendencias sobre las cargas probatorias en materia de
responsabilidad médica indican que en principio ambas partes tanto el paciente
como el médico deben contribuir a conformar el plexo probatorio (conf. Borda,
"Naturaleza jurídica de la responsabilidad médica", en L. L., 1985A, 845, en
especial, p. 849, ap. III; sala "D", voto del doctor Bueres, en L. L., 1992D, 579 y
nota al pie de Bustamante Alsina, "Prueba de la culpa médica").
Asimismo, nuestro Más Alto Tribunal ha decidido que en materia de mala
praxis, donde se trata de situaciones complejas que no resultan de fácil
comprobación, cobra fundamental importancia el concepto de "la carga dinámica
de la prueba" o "prueba compartida", que hace recaer en quien se halla en mejor
situación de aportar los elementos tendientes a obtener la verdad objetiva, el
deber de hacerlo (Fallos: 324:2689, considerando III del Dictamen del
Procurador General al cual se remite el Máximo Tribunal, conf. también
C.N.Civil, Sala "E", in re R.G.W. y otros c Ciudad de Buenos Aires, del
28/02/07).
causa de muerte por no contar con necropsia, es imprudente afirmar que la falta
de internación fue lo que originó el cuadro que la llevó a la muerte.
En el responde al pedido de explicaciones de la parte actora el experto
manifiesta que la edad mas frecuente en que aparece la patología es después
de los 6 años, por lo cual la mayoría de los animales son operados en la adultez
o senectud, la perra “Mandy” era adulta teniendo en cuenta que la expectativa de
vida de un Rottweiler ronda los 13 a 14 años y si el animal presenta cuadro de
piómetra, con abundante colecta uterina y signos de endotoxemia, no hay otra
indicación correcta que no sea la cirugía.
Aclara que el tratamiento farmacológico no está indicado mas aún esta
totalmente contraindicado en casos de piómetra a cuello cerrado, con imágenes
de gran colecta uterina, por lo cual el dueño puede negarse a realizar la cirugía,
pero de ninguna forma el veterinario puede proponerle un tratamiento alternativo
farmacológico que considere no adecuado para su paciente. Este tipo de
tratamiento sólo esta indicado en caso de endometritis sin colecta uterina o con
piómetras pequeñas a cuello abierto.
El procedimiento adecuado para constatar la causa de muerte hubiese
sido la realización de una necropsia pero la indicación de la cirugía vuelve a
decir el experto, fue el correcto.
Asimismo cabe señalar que obra a fs. 41 del Expte N° 37721/ 2010 sobre
medidas precautorias, el “Certificado de autorización quirúrgica ley N° 14702
Consejo Profesional de Médicos Veterinarios” cuya firma no fuera desconocida
por el accionante y donde figura el consentimiento y autorización al médico
veterinario, dejándose constancia de haberse informado los pormenores de la
cirugía como que luego de la misma, debía usar Collar Isabellino. Señalando
que no puede saberse si se explicó en forma oral todas las posibles
complicaciones y cuidados que debe tener un animal en el postopertatorio
inmediato, pero señala que es muy común que se hable sobre el tema y mas
aun es la primer pregunta que efectúa el dueño después de la cirugía.
Con estos elementos concretos, el juzgador forma un tipo de
comparación abstracto y circunstancial como específico, que sea representativo
axiológicamente de la conducta que debió observar el sujeto en la emergencia.
Y de la confrontación del actuar debido idealmente supuesto y el actuar real,
obtiene la conclusión buscada (confr. Bustamante Alsina J., “Teoría General de
la responsabilidad civil”, N° 812, pág. 250 y 251).
Las contundentes y categóricas conclusiones fundadas en principios
técnicos cuya crítica no ha sido formulada con bases en argumentos científicos
momento en que los hechos ocurrían, pues la mirada retrospectiva de todo lo
que pudo haberse hecho no ayuda a resolver la temática.
Deben colocarse el abogado y el juez en el lugar y tiempo en que el
médico actuó y preguntarse si éste lo hizo por uno de los caminos posibles, si
fue aceptable la conducta médica en el marco de las circunstancias que
rodeaban al caso en esa oportunidad concreta.
No debe olvidarse que el análisis de las conductas, diagnósticos y
eventuales tratamientos o intervenciones no pueden sino efectuarse de manera
retrospectiva, es decir, valorando las conductas de conformidad a las
circunstancias de tiempo y lugar (conf.: CNCiv, Sala F, 14/06/2000, “R.G., M.E. y
otro c. M.C.B.A. y otro”, L. L. 2001C, 432, con nota de Roberto Angel Meneghini
DJ 20012, 409).
Del análisis de la referida pericia resulta dudoso, tener por establecida la
necesaria relación de causalidad exigida por la normativa legal, no surge de ella
ningún elemento referido a que la causa probable del deceso de “Mandy” se
debiera a negligencias, impericias, error de diagnóstico o no haber cumplido el
profesional con un procedimiento que debía ser el indicado al caso, como para
imputar responsabilidad alguna en los términos que fue iniciada la presente
acción de daños.
VII. Costas en la excepción de falta de legitimación activa
Por las consideraciones efectuadas, doy mi voto para que:
a) Se confirme el fallo apelado en todo lo que ha sido objeto de apelación
y agravio, con costas de Alzada a la accionante vencida (Art 68 del CPCC)
Tal es mi voto
Las Dras. Beatriz A.Verón y Zulema Wilde adhieren al voto precedente.
Con lo que terminó el acto, firmando las Señoras Vocales por ante mí que doy
fe.
///nos Aires, noviembre 5 de 2015.
Y VISTOS: Lo deliberado y conclusiones establecidas en el Acuerdo
precedentemente transcripto el Tribunal RESUELVE:
a) Confirmar el fallo apelado en todo lo que ha sido objeto de apelación y
agravio, con costas de Alzada a la accionante vencida (Art 68 del CPCC)
b) Difiérase la regulación de los honorarios para su oportunidad.