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Abordaje del acúfeno mediante tonos fractales.

Manual de implementación de
la Terapia Zen en pacientes con acúfenos
Por Miriam Hernández Galindo
Audióloga Protésica y alumna del Máster en Audiología Clínica y Terapia de la Audición de SAERA

INTRODUCCIÓN
Podemos definir al acúfeno como la percepción de sonido en ausencia de una señal simultánea acústica o
eléctrica. Es llamado “sonido fantasma”. Las diferentes pruebas neurofisiológicas aplicadas en pacientes
con acúfenos han permitido determinar que en el 24% de los casos, el acúfeno tiene un origen periférico,
en el 35% se origina en disfunciones o lesiones del tronco cerebral, mientras que en el 41% de los
pacientes tiene una ubicación supratentorial o cortical (Bergmann, J. y Bertora, G., 2017).
Están relacionados con una activación neuronal que el cerebro interpreta como sonido. Esta actividad
espontánea del sistema neural genera una gran actividad del sistema límbico. Teniendo una notoria
vinculación con la falta de input auditivo.
No es una enfermedad en sí misma, se trata del síntoma de alguna otra circunstancia. La mayor causa de
los acúfenos es la sordera no inducida (el 70%-85% de los individuos con sordera presentan acúfenos).
Está causado además por varios factores como pueden ser: depresión, ansiedad, ototóxicos, alcohol,
nicotina, cafeína y exposición al ruido, entre otros.
Se dan centenares de etiologías asociadas con los acúfenos, algunas de ellas son: colesteatoma,
otoesclerosis, otitis media, cerumen impactado, laberintitis, meningitis, pérdida súbita de audición,
enfermedad de Lyme, hipotiroidismo, colesterol alto, etc.
Así mismo, para aquellos que lo padecen pueden hacerse latentes las siguientes dificultades: problemas
con la comprensión del habla, imposibilidad para relajarse (estrés), dificultades para la concentración,
problemas de insomnio, fastidio, irritación, depresión, ansiedad, etc.

Clasificación del acúfeno. Tunkel D. E. et al., 2014.

 
Acúfeno Percepción de sonido sin fuente externa
   
Acúfeno primario Idiopático, puede estar asociado o no a hipoacusia
neurosensorial
   
Acúfeno secundario Asociado a una causa subyacente o a un proceso orgánico
identificable
   
Acúfeno de aparición Menos de 6 meses de duración
reciente
   
Acúfeno molesto Afecta a la calidad de vida del sujeto y este busca activamente
terapias para aliviar su acúfeno
 
   
Acúfeno no molesto No tiene un efecto significativo sobre la calidad de vida del sujeto,
  pero puede estar preocupado por la historia natural y por su
progresión
 
   
Acúfeno persistente 6 meses o más

Se dan dos tipos de acúfenos:

 Acúfeno objetivo: Su causa es orgánica, somática; es debido a una causa objetiva que lo
provoca. Se origina en alguna zona del cuerpo, un ejemplo claro puede ser el riego sanguíneo. Un
examinador puede ser capaz de oírlo, es decir, no es solo percibido por el paciente. Son poco
comunes, representando menos del 5% de los casos. Cabe destacar que este tipo de acúfeno no
podemos abordarlo con terapia, su tratamiento es mayoritariamente quirúrgico.
 Acúfeno subjetivo: Ruido o zumbido interno sin causa externa. Su origen no es somático, solo la
persona que lo padece lo puede percibir. Este tipo de acúfeno se encuentra en un 95% de los
casos y son indetectables, si no fuera por las informaciones del propio paciente. A diferencia del
acúfeno objetivo, este tipo de acúfeno sí podemos abordarlo con terapia.

A lo largo del tiempo, la gran cantidad de posibles causas de los acúfenos han generado una
gran variedad de métodos para su tratamiento. Actualmente, para el abordaje del acúfeno, se
utilizan un total de cuatro terapias combinadas, las cuales aparecen enumeradas y detalladas  a
continuación:
 Terapia de Reentrenamiento del Tinnitus
 Terapia Sonora Secuencial
 Tratamiento Neuromonics Tinnitus
 Terapia Zen

 Terapia de Reentrenamiento el Tinnitus: 


Se trata de una terapia que combina la instrucción, el asesoramiento y la estimulación auditiva
que inicia y facilita la habituación de la percepción de los acúfenos. Según este modelo
neurofisiológico, hay unos desencadenantes o situaciones específicas que crean la señal del
acúfeno. El aspecto del asesoramiento de esta terapia está diseñado para educar al paciente de
modo que el sistema límbico no interprete al acúfeno como una amenaza. El objetivo es adoptar
un patrón para que el cerebro quite importancia a los acúfenos.

Con el asesoramiento instruccional (directivo) se usa la terapia de sonido de baja intensidad.


Para reducir el contraste entre el acúfeno y el silencio y para disminuir la probabilidad de que
el sistema nervioso central intente sobre compensar la pobre estimulación auditiva, el silencio
debería ser evitado. Pueden usarse distintos métodos para proporcionar estimulaciones
acústicas. Si el paciente padece de pérdida de audición, los audífonos pueden ser de gran
ayuda. Si la audición del paciente no requiere de la utilización de amplificación, un generador
de ruido de banda ancha en el oído a trasvés de una adaptación abierta puede facilitar la
habituación.
La TRT hace especial énfasis en que este sonido no tiene que ser utilizado como un
enmascarador para cubrir totalmente la percepción del acúfeno.
Requiere de 18 a 24 meses con una participación poco activa y no aborda los problemas
emocionales (a pesar del hecho de que hay un 40% de pacientes con acúfenos que sufren
ansiedad o depresión) o estrategias para aprender a hacer frente a los acúfenos.

 TSS: Terapia Sonora Secuencial: 


mejora sustancialmente los beneficios del tratamiento con sonidos. La aplicación del
tratamiento con sonido se realiza de forma secuencial en tres pasos: 1- enmascaramiento puro o
total (ruido blanco más intenso que el acúfeno) 2- enmascaramiento límite (ruido blanco igual
de intenso que el acúfeno 3- enmascaramiento parcial (ruido blanco inferior al acúfeno). Esta
terapia solo es válida para pacientes con acúfenos de tonos puros.

 NTT: Tratamiento Neuromonics Tinnitus: 


utilizando un dispositivo mp3 y auriculares de gran calidad, se mezcla música suave y relajante
de amplitud variable elegida según sus características de amplitud y tempo y filtrada acorde con
los umbrales de audición del paciente. El procesador de sonido ofrece música de fondo,
mezclada con sonidos blancos y filtrados a altas frecuencias (12500Hz). La música grabada es
presentada al paciente a un nivel relativamente suave de intensidad (diseñado solamente para
interferir solamente en la percepción del acúfeno) y para escucharla pasivamente (en oposición
a la escucha activa) de 2 a 4 horas al día para inducir a la relajación y desensibilización en un
periodo de 6 meses. El ruido blanco de fondo que es utilizado para enmascarar el acúfeno
durante los intervalos de silencio de la música, se utiliza durante el primer par de meses y luego
se elimina. Esta terapia no proporciona amplificación que puede resultar importante para los
pacientes con acúfenos que también tienen pérdida de audición.
 Terapia Zen: Terapia en la que nos basaremos en este proyecto.

Proporciona tres aspectos principales los cuales difieren de las distintas terapias anteriormente
señaladas: tiene en cuenta las emociones y los problemas derivados de los acúfenos (estrés,
problemas de sueño…), hace uso de la tecnología fractal y no busca enmascarar el acúfeno sino
generar una habituación al mismo.

Su objetivo no es curar el acúfeno sino hacer frente a todos los componentes del mismo que
producen angustia, tales como:

 – Iniciar y facilitar la habituación del acúfeno ayudando al cerebro (particularmente al sistema


límbico), reclasificando al acúfeno como una señal no sonora (no importante) que puede ser una
consecuencia natural del mecanismo de audición (esta explicación solo se aplica a los pacientes
con pérdida de audición).

– Proporcionar la mejor tecnología en la amplificación y la percepción de los tonos fractales


para estimular el cerebro, permitiéndolo no sobre compensar.

– Relajación usando música, clínicamente probada, combinada con ejercicios de relajación para
reducir el estrés.

Está ampliamente aceptada, por parte de las distintas corrientes terapéuticas, la idea de que
los acúfenos están relacionados con la pérdida de audición, con las emociones negativas y con el
estrés. Es importante el abordaje de todos estos problemas, por este motivo la terapia Zen
incorpora: asesoramiento, amplificación, tonos fractales y estrategias de relajación.

– Asesoramiento: tanto instruccional como basado en el ajuste, centrado en la educación del


paciente y en ayudar al sistema límbico a alterar las interpretaciones negativas de los acúfenos
a través de intervenciones cognitivas y de comportamiento.
– Amplificación: para estimular los oídos y el cerebro con el objetivo de minimizar  el
incremento de la actividad central (sobrecompensación) y la mala reorganización cortical.
– Tonos fractales: generación de los estímulos acústicos entregados dicóticamente, de una
manera discreta. Está diseñado para relajar y proporcionar estimulaciones acústicas.
– Estrategias de relajación: programa basado en técnicas tanto de relajación corporal como
para mejorar la calidad del sueño.
La terapia Zen responde a un programa integrado destinado a todos los componentes de los
problemas de los acúfenos: la atención, la audición y la emoción.

Para determinar qué componentes de la terapia Zen son apropiados para cada paciente, es
necesario empezar el proceso con la administración exhaustiva de cuestionarios escritos,
evaluaciones subjetivas (determinando la reacción de los pacientes ante los acúfenos) y una
entrevista personal.

Como ya se ha comentado anteriormente, existe una estrecha relación entre los acufenos y el
estrés. De tal forma que un incremento del estrés aumente la percepción del acúfeno y
viceversa. La música es un condicionante directo del estrés ya que puede producir cambios
disminuyéndolo e incrementando nuestra relajación, gracias a la activación de diferentes
estructuras del sistema nervioso central (cerebelo, lóbulo frontal, sistema límbico y corteza
auditiva). Los estudios muestran que el uso de música previamente grabada puede tener
restricciones sobre la reducción del estrés, debido al hecho de que la música ya conocida puede
evocar recuerdos y emociones potencialmente negativos y generar una distracción no deseada.
Una alternativa a la música pre-grabada que incorpora los beneficios de la música pero que
evita estas potenciales limitaciones es el empleo de los tonos fractales. La tecnología fractal
garantiza que no aparezcan cambios repentinos en la tonalidad ni el tiempo, además de tener
propiedades de no repetirse nunca, con lo que es imposible de memorizar y de esta manera
evocar recuerdos potencialmente negativos. La generación de estos sonidos de acuerdo a las
características auditivas del individuo y su emisión de forma discreta pero en alta fidelidad
puede ayudar en el manejo de la hipoacusia y del estrés asociado al acúfeno. (Tyler, R. S.,
Deshpande, A. K., Lau, C. C. y  Kuk, F. (2017). Johansen, J. D., Skellgaard, P. H. y Caporali, S.
(2014).)

OBJETIVOS

Los objetivos pretendidos y tratados de llevar a cabo a lo largo de este proyecto, son los que a
continuación aparecen enumerados.
- En primer lugar, de la gran prevalencia e importancia que poseen hoy en día los acúfenos en
nuestra sociedad.
- En segundo lugar, llevar a cabo un proceso informativo sobre los diferentes así como de las
diferentes terapias existentes para el abordaje de los mismos. Haciendo un especial hincapié y
una especial referencia a la terapia Zen.
- En tercer lugar, dar a conocer tanto los procedimientos como los protocolos necesarios para
llevar a cabo la terapia Zen de la manera más clara y óptima posible de cara al paciente.
- En cuarto y último lugar, se pretenden describir los resultados de la terapia Zen obtenidos en
un estudio llevado a cabo en más de 100 sujetos. Lo que resulta una prueba directa de los
ventajosos resultados de la terapia Zen como alternativa terapéutica en el tratamiento del
acúfeno.

PLAN DE TRABAJO

Para el correcto desarrollo de la terapia, se deberán llevar a cabo con el paciente un total de cuatro
visitas. Cada una de ellas detalladas a continuación:

1º Visita: Valoración audiológica / Estado emocional

En esta visita se realizará la batería de pruebas señalada a continuación, manteniendo el siguiente


orden:

- Anamnesis específica sobre el acúfeno.

- Necesaria para la exploración tanto del pabellón auditivo como del conducto auditivo externo (CAE) y
la membrana timpánica con el fin de valorar la existencia de posibles alteraciones tales como: otitis,
tapones de cerumen, perforaciones timpánicas, entre otras.

- Impedanciometría. Consiste en el estudio objetivo de la función del oído medio a través de la


timpanometría y el reflejo estapedial del complejo tímpano osicular (tímpano y oído medio). Por medio
de la timpanometría se obtiene una representación gráfica tanto del complejo tímpano osicular como del
contenido del oído medio como consecuencia del funcionamiento de la trompa de Eustaquio.

- Realización de test audiométricos: es importante obtener información objetiva para ver el estado de la
audición y el sistema auditivo del paciente.

- Audiometría tonal liminar. Para comprobar los umbrales de audición por vía aérea y por vía ósea.

- Audiometría tonal supraliminar (UCL). Será de ayuda para la identificación de las causas potenciales de
los  acúfenos.
- Audiometría verbal. Es sumamente útil para identificar las habilidades de inteligibilidad verbal. Podemos
corroborar los umbrales de la audiometría en las frecuencias conversacionales así como determinar el
grado máximo de discriminación auditiva en porcentaje.

- Acufenometría. Este proceso es apreciado por muchos pacientes puesto que les proporciona la
validación de su experiencia acústica.

- Cuestionarios subjetivos de valoración de acúfenos:

TFI (Tinnitus Functional Index): cuestionario de 25 preguntas diseñadas y centradas en 8


campos importantes de impactos negativos de los acúfenos: intrusismo, sentido del control
reducido, interferencias cognitivas, trastornos del sueño, dificultades auditivas atribuidas al
acúfeno, interferencias en la relajación, calidad de vida reducida y problemas emocionales. Es
útil para medir el impacto de la gravedad y la negatividad que causa el acúfeno al paciente.
Todos los elementos están ponderados usando los porcentajes de escalas del 0 al 10 con una
puntuación máxima de 250.

THI (Tinnitus Handicap Inventory): proporciona una clasificación clínica específica. Utiliza


preguntas que evalúan las 3 áreas principales: 1- limitaciones (dificultad de concentración, no
disfrutar de las actividades sociales), 2- problemas emocionales (enfado, frustración,
depresión), 3- reacciones catastróficas (desesperación, pérdida de control, incapacidad de
hacer frente al problema). La interpretación de los resultados es la siguiente:

GRADO 1: 0-16 leve. Sólo oído en entornos tranquilos.

GRADO 2: 18-36 medio. Fácilmente enmascarado por sonidos del entorno y fácilmente olvidado
con actividades.

GRADO 3: 38-56 moderado. Pueden oírlo en ambientes con ruido y en las actividades diarias.

GRADO 4: 58-76 grave. Casi todo el tiempo se oye, lleva a cambiar patrones de sueño y puede
interferir en las actividades diarias.

GRADO 5: 78-100 catastrófico. Siempre se oye, ha perturbado el patrón de sueño y dificulta las
actividades diarias.

TRQ (Tinnitus Reaction Questionnaire): diseñado para medir problemas generales. Consiste en


26 preguntas, está diseñado para cualificar la angustia psicológica asociada a los acúfenos. El
resultado puede oscilar de 0 a 104 puntos. Busca problemas generales (sentimientos de
impotencia, interferencia en el trabajo), gravedad (interferencias en el sueño) y anulación
(situaciones ruidosas). Las respuestas a las preguntas individuales pueden proporcionar una
perspectiva más clara sobre cómo está afectando el acúfeno al paciente.

THQ (Tinnitus Handicap Questionnaire): busca aspectos de los problemas de audición además


de los problemas de los acúfenos. Consiste en 27 frases / afirmaciones concretas que requieren
unas respuestas de 0 a 100 por parte del sujeto dependiendo del grado de acuerdo con dicha
información. El resultado final es la media de los resultados en cada elemento. Se dan 3
factores subyacentes en las respuestas de los sujetos. El primer factor es la salud física, estado
emocional y las consecuencias sociales del acúfeno. El segundo factor se refiere a la dificultad
de audición relacionada con el acúfeno. Por último, el tercer factor se refiere a la visión que
tiene el paciente sobre el acúfeno. Es el único cuestionario que calcula el impacto del acúfeno
en la habilidad de oír.
 Asesoramiento sobre acúfenos y su tratamiento: información sobre los acúfenos, pautas
sobre hábitos de vida, planning del tratamiento, expectativas de mejora.
 Propuesta personalizada de la terapia Zen.

Los pacientes que podemos tratar mediante la terapia Zen, deben cumplir los siguientes
requisitos:

Deben presentar acúfenos “no objetivos” o tener acúfenos previamente diagnosticados. Con un
THI con resultados entre 20 y 80. El paciente debe tener interés en mejorar su situación de
molestia con los acúfenos. Es imprescindible que esté motivado y tenga un deseo real de mejoría
en las diferentes incomodidades que le provocan sus acúfenos.

Así mismo, existen unos indicadores los cuales son necesarios de identificar para saber si
podemos iniciar la terapia Zen o si se debe remitir al paciente previamente al médico ORL. Los
indicadores para la obligatoria derivación al ORL son los siguientes:

 Pérdida súbita de audición


 Inexplicable pérdida de audición monoaural
 Acúfenos de tipo pulsátil
 Acúfeno acompañado de mareo o vértigo
 Acúfeno con pérdida de audición conductiva que no ha sido previamente diagnosticada
 Depresión, ansiedad o estrés incontrolado o extremo

Existen diferentes tipos de asesoramiento, en función del nivel de molestias y estado emocional
del paciente, previamente evaluado mediante cuestionarios subjetivos, cada paciente puede
requerir un tipo de asesoramiento u otro. El asesoramiento para los pacientes de acúfenos
puede ser de tipo instructivo (directivo) o de ajuste (no directivo).
El asesoramiento no directivo, ayuda al paciente a abordar las secuelas emocionales del
acúfeno, incluyendo el miedo, la ansiedad y la depresión, identificar y corregir pensamientos y
comportamientos destructivos además de comprender la relación entre el acúfeno, el estrés, las
preocupaciones, los pensamientos y la calidad de vida. Este tipo de asesoramiento, debe ser
administrado por un profesional cualificado, normalmente en el ámbito de la psicología.

El asesoramiento instructivo, ayuda al paciente a entender la anatomía básica del sistema


auditivo, por qué el acúfeno está presente, cuál es la evolución lógica del acúfeno así como de
qué manera el sistema límbico afecta a la percepción del acúfeno y de qué forma la reacción
influye en la habilidad de enfrentarse a la habituación del acúfeno.
Dentro del asesoramiento directivo o instructivo, se deben abordar las siguientes cuestiones, a continuación
enumeradas:

 Información sobre los acúfenos. El objetivo de esta información es ver cuáles son los
conocimientos de nuestro paciente sobre los acúfenos, para así tratar de informarle sobre el
problema de los mismos y disminuir sus niveles de ansiedad, ya que ese estado de ansiedad
actúa como aumentador de los acúfenos. Es conveniente transmitirle al paciente mensajes
tranquilizadores y claros, tales como: “los acúfenos no son una enfermedad, sino un síntoma de
alguna disfunción del sistema auditivo”, “podemos mejorar su percepción de los acúfenos y por
lo tanto controlar sus molestias para convertirlas en algo que no penalice su calidad de vida y
ello va a depender de su tranquilidad emocional y su motivación por mejorar”.

 Información y pautas sobre hábitos de vida. El acúfeno subjetivo, es debido


mayoritariamente a una alteración de la funcionalidad de la vía auditiva. La percepción de esa
sonoridad del acúfeno estará modelada por la respuesta del sistema límbico (modelador de las
respuestas). Por lo tanto, unos hábitos de vida sanos que lleven hacia un estado emocional más
relajado van a proporcionar una mejora en la percepción del acúfeno. Alguno de los hábitos que
deben evitarse son: la ingesta de cafeína, nicotina y alcohol, dietas con sal, niveles altos de
estrés y ansiedad, hábitos de sueño deficientes y exposición a niveles altos de ruido.

 Gestión de las expectativas. Es muy importante la gestión de las expectativas y fijar


unos objetivos de mejora claros, puesto que el acúfeno no va a desaparecer y el objetivo del
tratamiento debe ser conseguir que el acúfeno se convierta en algo habitual y tolerable en la
vida del paciente, sin que le ocasione molestias importantes ni afecte a su calidad de vida. El
acúfeno en pocas ocasiones desaparece pero podemos conseguir que la molestia se convierta en
algo asumible y llevadero. En definitiva, lo que buscamos es una mejora de la calidad de vida.

 Personalización de la terapia Zen. En función de la clasificación de los resultados del


cuestionario subjetivo THI, se asigna un nivel de afectación para personalizar la estrategia
adecuada para cada tipo de paciente. Por lo tanto, en función de los resultados de los niveles
de molestia subjetivos (THI), tendremos una recomendación de utilización de las distintas
herramientas de la terapia Zen (asesoramiento instrumental, amplificación, Zen, intervención
conductivo-comportamental y técnicas de relajación).

En la siguiente tabla podemos observar los resultados de la prueba THI con su correspondiente
tratamiento:

 – Intervención cognitivo-conductual
  – Asesoramiento instruccional
Nivel 5 – Amplificación
THI +77 – Zen todo el día
– Ejercicios de relajación 2-3 veces al día
   – Intervención cognitivo-conductual
  – Asesoramiento instruccional
Nivel 4 – Amplificación
THI 58-76 – Zen todo el día
– Ejercicios de relajación
   – Intervención cognitivo-conductual
Nivel 3 – Asesoramiento instruccional
THI 37-57 – Amplificación
  – Zen todo el día
 Nivel 2  – Asesoramiento instruccional
THI 18-36 – Amplificación
– Zen para ambientes tranquilos
 Nivel 1  – Asesoramiento básico
THI 0-17 – Amplificación

El nivel de hipoacusia es una variable importante a tener en cuenta, ya que puede modelar en
gran medida el proceso de la aceptación del paciente hacia la pérdida de audición y, en
consecuencia, la aceptación del planteamiento de la amplificación. En función del nivel de
pérdida se le deberá otorgar un tratamiento diferenciado en cuanto a la amplificación se refiere
y así mismo hacer (o no) inciso en la corrección de la audición con los audífonos.

– En pacientes con hipoacusias leves deberemos centrarnos en la mejora de los acúfenos. Ya que
es el principal problema que manifiesta el paciente. No se le debe plantear que se le va a tratar
la pérdida de audición, sino que utilizaremos unos “dispositivos” (audífonos) como
estimuladores para la terapia de los acúfenos.
– En pacientes con hipoacusias moderadas-severas; en este caso los pacientes aceptan mejor la
amplificación y el uso de audífonos, dado que son conscientes de sus dificultades auditivas.

 Planning de tratamiento. Se debe informar al paciente sobre el proceso que vamos a llevar a
cabo para abordar el problema de sus acúfenos a través del uso de audífonos. Esto facilitará
dicho proceso y se resolverán todas las dudas que puedan surgir a lo largo del mismo.

2º Visita: Adaptación de audífonos para el inicio del tratamiento


A continuación se detalla el tipo de adaptación recomendada según la localización del acúfeno y
la pérdida de audición:

Acúfeno en los dos oídos y pérdida de audición binaural:


Adaptación binaural. La amplificación monoaural podría causar que el paciente prestara más
atención al acúfeno en el oído no amplificado.

Acúfeno en un oído y pérdida de audición binaural:


Adaptación binaural. La amplificación monoaural podría causar la aparición del acúfeno en el
oído donde previamente no se manifestaba.

Acúfeno en los dos oídos y pérdida de audición en los dos oídos:


Adaptación binaural. Administración de tonos Zen en ambos oídos con desconexión de los
micrófonos en el oído donde no hay pérdida de audición. De esta manera, podemos administrar
Zen en ambos oídos para estimular los dos hemisferios corticales. Tener en cuenta: adaptación
abierta en el oído donde no hay pérdida de audición.

Acúfeno sin pérdida de audición:


Adaptación binaural. Se le hablará al paciente sobre “dispositivos” que administran los tonos
Zen. Se debe realizar una adaptación abierta además de desconectar los micrófonos en ambos
audífonos.

Acúfeno y pérdida de audición en un solo oído:


Adaptación binaural. Se desconectarán los micrófonos en el oído con audición normal y
proporcionaremos Zen en los dos oídos para estimular los dos hemisferios corticales. Tener en
cuenta: adaptación abierta en el oído donde no hay pérdida de audición.

Para asegurar la correcta administración de ganancias, primeramente solo se deberá ajustar un


programa “principal” y se pospondrá la activación de Zen hasta la siguiente sesión. Citar de
nuevo al paciente transcurrida una semana.

3º Visita: Activación de Zen (1 semana después)


Es sumamente importante que no se experimenten problemas de administración de ganancia
antes de la activación de Zen. Es necesario recoger toda la información posible acerca de la
experiencia del paciente con la adaptación protésica.

El paciente debe valorar las cualidades relajantes de cada uno de los sonidos. Con los audífonos
conectados, se le hace escuchar todos los estilos de sonidos Zen con sus ajustes por defecto y en
un orden. Cada estilo de fractal se debe presentar aproximadamente unos 10-15 segundos hasta
que el paciente pueda tomar una decisión. El paciente valorará cada estilo con una escala de 1
a 5 (1- muy relajante 5- muy tenso).

Se utiliza una escala de valores como la que se detalla a continuación:

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