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Manual de implementación de
la Terapia Zen en pacientes con acúfenos
Por Miriam Hernández Galindo
Audióloga Protésica y alumna del Máster en Audiología Clínica y Terapia de la Audición de SAERA
INTRODUCCIÓN
Podemos definir al acúfeno como la percepción de sonido en ausencia de una señal simultánea acústica o
eléctrica. Es llamado “sonido fantasma”. Las diferentes pruebas neurofisiológicas aplicadas en pacientes
con acúfenos han permitido determinar que en el 24% de los casos, el acúfeno tiene un origen periférico,
en el 35% se origina en disfunciones o lesiones del tronco cerebral, mientras que en el 41% de los
pacientes tiene una ubicación supratentorial o cortical (Bergmann, J. y Bertora, G., 2017).
Están relacionados con una activación neuronal que el cerebro interpreta como sonido. Esta actividad
espontánea del sistema neural genera una gran actividad del sistema límbico. Teniendo una notoria
vinculación con la falta de input auditivo.
No es una enfermedad en sí misma, se trata del síntoma de alguna otra circunstancia. La mayor causa de
los acúfenos es la sordera no inducida (el 70%-85% de los individuos con sordera presentan acúfenos).
Está causado además por varios factores como pueden ser: depresión, ansiedad, ototóxicos, alcohol,
nicotina, cafeína y exposición al ruido, entre otros.
Se dan centenares de etiologías asociadas con los acúfenos, algunas de ellas son: colesteatoma,
otoesclerosis, otitis media, cerumen impactado, laberintitis, meningitis, pérdida súbita de audición,
enfermedad de Lyme, hipotiroidismo, colesterol alto, etc.
Así mismo, para aquellos que lo padecen pueden hacerse latentes las siguientes dificultades: problemas
con la comprensión del habla, imposibilidad para relajarse (estrés), dificultades para la concentración,
problemas de insomnio, fastidio, irritación, depresión, ansiedad, etc.
Acúfeno Percepción de sonido sin fuente externa
Acúfeno primario Idiopático, puede estar asociado o no a hipoacusia
neurosensorial
Acúfeno secundario Asociado a una causa subyacente o a un proceso orgánico
identificable
Acúfeno de aparición Menos de 6 meses de duración
reciente
Acúfeno molesto Afecta a la calidad de vida del sujeto y este busca activamente
terapias para aliviar su acúfeno
Acúfeno no molesto No tiene un efecto significativo sobre la calidad de vida del sujeto,
pero puede estar preocupado por la historia natural y por su
progresión
Acúfeno persistente 6 meses o más
Acúfeno objetivo: Su causa es orgánica, somática; es debido a una causa objetiva que lo
provoca. Se origina en alguna zona del cuerpo, un ejemplo claro puede ser el riego sanguíneo. Un
examinador puede ser capaz de oírlo, es decir, no es solo percibido por el paciente. Son poco
comunes, representando menos del 5% de los casos. Cabe destacar que este tipo de acúfeno no
podemos abordarlo con terapia, su tratamiento es mayoritariamente quirúrgico.
Acúfeno subjetivo: Ruido o zumbido interno sin causa externa. Su origen no es somático, solo la
persona que lo padece lo puede percibir. Este tipo de acúfeno se encuentra en un 95% de los
casos y son indetectables, si no fuera por las informaciones del propio paciente. A diferencia del
acúfeno objetivo, este tipo de acúfeno sí podemos abordarlo con terapia.
A lo largo del tiempo, la gran cantidad de posibles causas de los acúfenos han generado una
gran variedad de métodos para su tratamiento. Actualmente, para el abordaje del acúfeno, se
utilizan un total de cuatro terapias combinadas, las cuales aparecen enumeradas y detalladas a
continuación:
Terapia de Reentrenamiento del Tinnitus
Terapia Sonora Secuencial
Tratamiento Neuromonics Tinnitus
Terapia Zen
Proporciona tres aspectos principales los cuales difieren de las distintas terapias anteriormente
señaladas: tiene en cuenta las emociones y los problemas derivados de los acúfenos (estrés,
problemas de sueño…), hace uso de la tecnología fractal y no busca enmascarar el acúfeno sino
generar una habituación al mismo.
Su objetivo no es curar el acúfeno sino hacer frente a todos los componentes del mismo que
producen angustia, tales como:
– Relajación usando música, clínicamente probada, combinada con ejercicios de relajación para
reducir el estrés.
Está ampliamente aceptada, por parte de las distintas corrientes terapéuticas, la idea de que
los acúfenos están relacionados con la pérdida de audición, con las emociones negativas y con el
estrés. Es importante el abordaje de todos estos problemas, por este motivo la terapia Zen
incorpora: asesoramiento, amplificación, tonos fractales y estrategias de relajación.
Para determinar qué componentes de la terapia Zen son apropiados para cada paciente, es
necesario empezar el proceso con la administración exhaustiva de cuestionarios escritos,
evaluaciones subjetivas (determinando la reacción de los pacientes ante los acúfenos) y una
entrevista personal.
Como ya se ha comentado anteriormente, existe una estrecha relación entre los acufenos y el
estrés. De tal forma que un incremento del estrés aumente la percepción del acúfeno y
viceversa. La música es un condicionante directo del estrés ya que puede producir cambios
disminuyéndolo e incrementando nuestra relajación, gracias a la activación de diferentes
estructuras del sistema nervioso central (cerebelo, lóbulo frontal, sistema límbico y corteza
auditiva). Los estudios muestran que el uso de música previamente grabada puede tener
restricciones sobre la reducción del estrés, debido al hecho de que la música ya conocida puede
evocar recuerdos y emociones potencialmente negativos y generar una distracción no deseada.
Una alternativa a la música pre-grabada que incorpora los beneficios de la música pero que
evita estas potenciales limitaciones es el empleo de los tonos fractales. La tecnología fractal
garantiza que no aparezcan cambios repentinos en la tonalidad ni el tiempo, además de tener
propiedades de no repetirse nunca, con lo que es imposible de memorizar y de esta manera
evocar recuerdos potencialmente negativos. La generación de estos sonidos de acuerdo a las
características auditivas del individuo y su emisión de forma discreta pero en alta fidelidad
puede ayudar en el manejo de la hipoacusia y del estrés asociado al acúfeno. (Tyler, R. S.,
Deshpande, A. K., Lau, C. C. y Kuk, F. (2017). Johansen, J. D., Skellgaard, P. H. y Caporali, S.
(2014).)
OBJETIVOS
Los objetivos pretendidos y tratados de llevar a cabo a lo largo de este proyecto, son los que a
continuación aparecen enumerados.
- En primer lugar, de la gran prevalencia e importancia que poseen hoy en día los acúfenos en
nuestra sociedad.
- En segundo lugar, llevar a cabo un proceso informativo sobre los diferentes así como de las
diferentes terapias existentes para el abordaje de los mismos. Haciendo un especial hincapié y
una especial referencia a la terapia Zen.
- En tercer lugar, dar a conocer tanto los procedimientos como los protocolos necesarios para
llevar a cabo la terapia Zen de la manera más clara y óptima posible de cara al paciente.
- En cuarto y último lugar, se pretenden describir los resultados de la terapia Zen obtenidos en
un estudio llevado a cabo en más de 100 sujetos. Lo que resulta una prueba directa de los
ventajosos resultados de la terapia Zen como alternativa terapéutica en el tratamiento del
acúfeno.
PLAN DE TRABAJO
Para el correcto desarrollo de la terapia, se deberán llevar a cabo con el paciente un total de cuatro
visitas. Cada una de ellas detalladas a continuación:
- Necesaria para la exploración tanto del pabellón auditivo como del conducto auditivo externo (CAE) y
la membrana timpánica con el fin de valorar la existencia de posibles alteraciones tales como: otitis,
tapones de cerumen, perforaciones timpánicas, entre otras.
- Realización de test audiométricos: es importante obtener información objetiva para ver el estado de la
audición y el sistema auditivo del paciente.
- Audiometría tonal liminar. Para comprobar los umbrales de audición por vía aérea y por vía ósea.
- Audiometría tonal supraliminar (UCL). Será de ayuda para la identificación de las causas potenciales de
los acúfenos.
- Audiometría verbal. Es sumamente útil para identificar las habilidades de inteligibilidad verbal. Podemos
corroborar los umbrales de la audiometría en las frecuencias conversacionales así como determinar el
grado máximo de discriminación auditiva en porcentaje.
- Acufenometría. Este proceso es apreciado por muchos pacientes puesto que les proporciona la
validación de su experiencia acústica.
GRADO 2: 18-36 medio. Fácilmente enmascarado por sonidos del entorno y fácilmente olvidado
con actividades.
GRADO 3: 38-56 moderado. Pueden oírlo en ambientes con ruido y en las actividades diarias.
GRADO 4: 58-76 grave. Casi todo el tiempo se oye, lleva a cambiar patrones de sueño y puede
interferir en las actividades diarias.
GRADO 5: 78-100 catastrófico. Siempre se oye, ha perturbado el patrón de sueño y dificulta las
actividades diarias.
Los pacientes que podemos tratar mediante la terapia Zen, deben cumplir los siguientes
requisitos:
Deben presentar acúfenos “no objetivos” o tener acúfenos previamente diagnosticados. Con un
THI con resultados entre 20 y 80. El paciente debe tener interés en mejorar su situación de
molestia con los acúfenos. Es imprescindible que esté motivado y tenga un deseo real de mejoría
en las diferentes incomodidades que le provocan sus acúfenos.
Así mismo, existen unos indicadores los cuales son necesarios de identificar para saber si
podemos iniciar la terapia Zen o si se debe remitir al paciente previamente al médico ORL. Los
indicadores para la obligatoria derivación al ORL son los siguientes:
Existen diferentes tipos de asesoramiento, en función del nivel de molestias y estado emocional
del paciente, previamente evaluado mediante cuestionarios subjetivos, cada paciente puede
requerir un tipo de asesoramiento u otro. El asesoramiento para los pacientes de acúfenos
puede ser de tipo instructivo (directivo) o de ajuste (no directivo).
El asesoramiento no directivo, ayuda al paciente a abordar las secuelas emocionales del
acúfeno, incluyendo el miedo, la ansiedad y la depresión, identificar y corregir pensamientos y
comportamientos destructivos además de comprender la relación entre el acúfeno, el estrés, las
preocupaciones, los pensamientos y la calidad de vida. Este tipo de asesoramiento, debe ser
administrado por un profesional cualificado, normalmente en el ámbito de la psicología.
Información sobre los acúfenos. El objetivo de esta información es ver cuáles son los
conocimientos de nuestro paciente sobre los acúfenos, para así tratar de informarle sobre el
problema de los mismos y disminuir sus niveles de ansiedad, ya que ese estado de ansiedad
actúa como aumentador de los acúfenos. Es conveniente transmitirle al paciente mensajes
tranquilizadores y claros, tales como: “los acúfenos no son una enfermedad, sino un síntoma de
alguna disfunción del sistema auditivo”, “podemos mejorar su percepción de los acúfenos y por
lo tanto controlar sus molestias para convertirlas en algo que no penalice su calidad de vida y
ello va a depender de su tranquilidad emocional y su motivación por mejorar”.
En la siguiente tabla podemos observar los resultados de la prueba THI con su correspondiente
tratamiento:
– Intervención cognitivo-conductual
– Asesoramiento instruccional
Nivel 5 – Amplificación
THI +77 – Zen todo el día
– Ejercicios de relajación 2-3 veces al día
– Intervención cognitivo-conductual
– Asesoramiento instruccional
Nivel 4 – Amplificación
THI 58-76 – Zen todo el día
– Ejercicios de relajación
– Intervención cognitivo-conductual
Nivel 3 – Asesoramiento instruccional
THI 37-57 – Amplificación
– Zen todo el día
Nivel 2 – Asesoramiento instruccional
THI 18-36 – Amplificación
– Zen para ambientes tranquilos
Nivel 1 – Asesoramiento básico
THI 0-17 – Amplificación
El nivel de hipoacusia es una variable importante a tener en cuenta, ya que puede modelar en
gran medida el proceso de la aceptación del paciente hacia la pérdida de audición y, en
consecuencia, la aceptación del planteamiento de la amplificación. En función del nivel de
pérdida se le deberá otorgar un tratamiento diferenciado en cuanto a la amplificación se refiere
y así mismo hacer (o no) inciso en la corrección de la audición con los audífonos.
– En pacientes con hipoacusias leves deberemos centrarnos en la mejora de los acúfenos. Ya que
es el principal problema que manifiesta el paciente. No se le debe plantear que se le va a tratar
la pérdida de audición, sino que utilizaremos unos “dispositivos” (audífonos) como
estimuladores para la terapia de los acúfenos.
– En pacientes con hipoacusias moderadas-severas; en este caso los pacientes aceptan mejor la
amplificación y el uso de audífonos, dado que son conscientes de sus dificultades auditivas.
Planning de tratamiento. Se debe informar al paciente sobre el proceso que vamos a llevar a
cabo para abordar el problema de sus acúfenos a través del uso de audífonos. Esto facilitará
dicho proceso y se resolverán todas las dudas que puedan surgir a lo largo del mismo.
El paciente debe valorar las cualidades relajantes de cada uno de los sonidos. Con los audífonos
conectados, se le hace escuchar todos los estilos de sonidos Zen con sus ajustes por defecto y en
un orden. Cada estilo de fractal se debe presentar aproximadamente unos 10-15 segundos hasta
que el paciente pueda tomar una decisión. El paciente valorará cada estilo con una escala de 1
a 5 (1- muy relajante 5- muy tenso).