Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Jorge Burgos Personaje de El Nombre de La Rosa Miguel Angel Garrido Lima 2007
Jorge Burgos Personaje de El Nombre de La Rosa Miguel Angel Garrido Lima 2007
Jorge Burgos Personaje de El Nombre de La Rosa Miguel Angel Garrido Lima 2007
----------------------------------------------------------------
1. INTRODUCCIÓN
Ninguna novela ni texto alguno del último cuarto del siglo XX, quizás ninguna
novela ni texto alguno de todo el siglo haya conseguido la difusión de la novela El
Nombre de la rosa del semiólogo Umberto Eco, la cual, una década después de su
publicación, había superado los cuatro millones de ejemplares vendidos. Se trata de
una obra que tiene como protagonista a un británico, el franciscano Guillermo de
Baskerville y como antagonista a un monje relacionado con Silos, Jorge de Burgos. La
Abadía de Silos cuyo milenario celebramos, aparece así explícitamente, para bien o
para mal (de eso trataremos) en uno de los textos que, radicados ficcionalmente en el
siglo XIV (noviembre de 1327, más concretamente) configuran la mentalidad dominante
con la que penetramos en el siglo XXI, lo que se ha dado en llamar el pensamiento
postmoderno. Como he intentado mostrar en otros lugares (Garrido,1988;1992;1994),
es precisamente ese carácter de emblema el que, incluso sin que sus lectores lo
adviertan, ha convertido esta obra en ese inusitado fenómeno de venta millonaria de un
libro (no hablamos ahora de la película) en estos tiempos de retroceso de la Galaxia
Guttenberg.
Pero repasemos los grandes relatos que han servido de programa a los seres
humanos en el pasado siglo XX, simplificados con el esquema actancial de Greimas
(1966). Son, sin duda, los que ha vivido el autor, el propio Eco de carne y hueso, que se
identifica con el Guillermo de la novela según podríamos saber, si fuera necesario, por
múltiples guiños plasmados en el texto, aunque no lo es, porque se conoce
fehacientemente su biografía: católico a los 20, marxista a los 40, postmoderno a los
50... y hasta hoy.
Pero hay otro esquema del siglo XX cuyo origen, por lo que hace a nuestra
cultura, puede situarse, como lo hace Eco, en el nominalismo del siglo XIV. Se trata del
programa (radical, postmoderno, neonominalista) del ser humano que se inscribe en la
cultura de la sospecha. ¿Remitente? Y se encoge de hombros. Pero si no podemos
invocar un remitente, tendremos que dejar también entre interrogaciones el objetivo.
Sólo las apetencias inmediatas y ocasionales del individuo como destinatario tienen
sentido. El instinto de conservación del individuo y sus derivaciones, que los otros
esquemas llamarán egoísmo, es el elemento ayudante. ¿Y el oponente? En principio, si
no hay remitente ni objetivo seguro, no hay oponente que valga. Acaso la regla de
juego es la ética de mínimos, unos ciertos preceptos de circulación para no chocar en la
autopista de la vida. Haga usted lo que quiera con tal de que no me moleste a mí.
3. EL PROTAGONISTA POSTMODERNO
3.1. Relativismo
Pero esta equivocidad no afecta sólo a las acciones emprendidas por los
poderosos. El "simple" Salvatore al relatar movimientos populares de la época,
habla de la persecución de los judíos. Adso le pregunta si no son "los señores y
los obispos quienes acumulan esos bienes (que a los simples les eran negados)
a través del diezmo y, si, por tanto, los pastorcillos no se equivocan de enemigos
(...). Me respondió que cuando los verdaderos enemigos son demasiado fuertes,
hay que buscarse otros enemigos más débiles".
Pero entonces (me decía) era evidente que Guillermo había perdido la
ayuda del Señor, que no sólo enseña a percibir la diferencia [entre la fe
ortodoxa y la fe perversa de los herejes], sino que también, por decirlo así,
señala a sus elegidos otorgándoles tal capacidad de discriminación. Ubertino y
Chiara habían conservado la santidad justamente porque eran capaces de
discriminar. Esa y no otra cosa era la santidad (p. 151).
No lejos de aquí, me parece, está una velada alusión, nunca más repetida por
Adso de Melk, a que Guillermo inhalaba ciertas hierbas...
6
3.2. Arbitrariedad
-- ¡Qué idiota!
-- ¿Quién?
-- Yo. Por una frase de Alinardo me convencí de que cada crimen
correspondía a un toque de trompeta, de la serie de siete que menciona el
apocalipsis. El granizo en el caso de Adelmo. Y se trataba de un suicidio. La
sangre en el de Venancio y había sido una ocurrencia de Berengario. El agua, en
el de este último, y había sido una casualidad. La tercera parte en el de
Severino, y Malaquías lo había golpeado con la esfera armilar porque era lo que
tenía más a mano. Por último, los escorpiones en el caso de Malaquías... ¿Por
qué le dijiste que el libro tenía la fuerza de mil escorpiones?
-- Por ti. Alinardo me había comunicado su idea, y después alguien me
había dicho que te había parecido convincente... entonces pensé que un
plan divino gobernaba todas estas muertes de las que yo no era responsable. Y
anuncié a Malaquías que si llegaba a curiosear moriría según ese mismo plan
divino, como de hecho ha sucedido.
-- Entonces es así... construí un esquema equivocado para interpretar los
actos del culpable, y el culpable acabó ajustándose a ese esquema (pp. 568-
569).
3.3. Agnosticismo
Consecuencia del nominalismo que considera como única realidad existente las
cosas singulares y no las universales es la indemostrabilidad de la existencia de Dios.
He aquí el parlamento de Guillermo al que me acabo de referir, centrado directamente
en la cuestión:
Como hemos visto, acción y diálogo -tema- responden a una cerrada coherencia
nominalista. Se ve a primera vista, insisto, que lo que se puede leer en las peripecias de
Guillermo de Baskerville no es más que una cosmovisión contemporánea disfrazada de
atuendos medievales, de esa última Edad Media, que es el siglo XIV.
4. EL FANÁTICO ANTAGONISTA
Jorge ingiere el libro emponzoñado por él para que se envenenaran los que
intentaran leerlo, pero que ahora, una vez descubierto el ardid, quedaba expedito para
ser leído con guantes. Jorge por defender su verdad mata y muere.
5.SIGNIFICADO
-- Omnis mundi creatura quasi liber et pittura..., murmuré-. Pero, ¿qué tipo
de signo sería?
-- Eso es lo que no sé. Pero no olvidemos que también existen signos que
12
parecen tales, pero que no tienen sentido, como blitirí o bu-ba-baff...
-- Sería atroz matar a un hombre para decir bu-ba-baff.
--Sería atroz -comentó Guillermo- matar a un hombre para decir Credo in
unum Deum... (p. 134).
Esto es lo que pasa en la historia cuyos cinco crímenes (sin contar la actuación
de los inquisidores) están inspirados en la "insana pasión por la verdad" (p. 595).
Un guiño al lector (de los que constelan de principio a fin la novela) cobra
especial significación a esta luz. Adso nos dice, en las páginas liminares de su relato,
que ha sido elegido el nuevo Papa Juan XXII "y quiera el cielo que nunca otro Pontífice
adopte un nombre ahora tan aborrecido por los hombres de bien" (p.19). No hay que
ser muy perspicaz para recordar que en la Iglesia de 1980 estaba recién llegado un
Papa Juan (Pablo II) que se sigue oponiendo a las convicciones de Guillermo de
Baskerville. En efecto, puestos a buscar un escrito coetáneo del Nombre de la rosa que
responda a una cosmovisión contradictoria con su argumento, podemos proponer como
tal una encíclica: se llama Veritatis Splendor y postula que la verdadera pasión por la
verdad es fundamento de la tolerancia más profunda y de la auténtica libertad.
REFERENCIAS