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ANÁLISIS DE PLIEGO DE CONDICIONES

Es posible que el pliego de condiciones contenga ciertos vacíos o lagunas –con independencia
de que se trate de un acto extremadamente reglado– y se presenten problemas hermenéuticos
típicos de cualquier norma o precepto, razó n por la que es preciso que la entidad acuda a los
postulados fijados por el legislador para interpretar los pliegos de condiciones.

REGLAS DE INTERPRETACIÓN.

Prevalencia del texto de la disposición sobre el título. En este sentido, una entidad pú blica
frente a una contradicció n en el pliego de condiciones entre el título de una norma y el
contenido de la misma, por ejemplo, puede determinar que prevalece el texto de la disposició n,
porque la entidad está facultada para interpretar el pliego de condiciones conforme a los
principios aplicables a la contratació n estatal y optar por la solució n que má s se ajuste o
acomode a la finalidad que se persigue con el proceso de selecció n y, por lo tanto, aquella que
redunde en beneficio del interés general y pú blico.

Interpretación gramatical e histórica. Al momento de la interpretació n del contenido del


pliego de condiciones, la entidad pú blica debe hacer uso de la interpretació n gramatical. Sin
embargo, si ésta resulta oscura, ambigua o confusa, se debe acudir a otros elementos como las
discusiones, estudios y en general los antecedentes que precedieron la elaboració n del pliego
de condiciones  en la etapa de planeació n, teniendo en cuenta que ha de preferirse una
interpretació n de las clá usulas de los pliegos que permitan producir algú n efecto, frente a
aquellas que no lo producen.

Interpretación sistemática. Si aú n no se logra la interpretació n adecuada, se debe interpretar


de manera sistemá tica e integral en la que se le da el sentido má s razonable en términos de
lograr el objetivo que persigue la entidad previsto en el pliego de condiciones y que rigió el
proceso de selecció n.

Criterios no permitidos. Las entidades pú blicas no pueden aplicar los principios de


favorabilidad y de interpretació n restrictiva cuando, por ejemplo, se presenta una
contradicció n en el pliego de condiciones entre el título de una norma y el contenido de la
misma que establece un criterio para evaluar el tiempo de experiencia y cumplimiento por
parte del contratista, debido a que los requisitos en el pliego de condiciones no se pueden
equiparar a una competencia sancionadora, disciplinaria o punitiva de la administració n
pú blica.

Contradicciones dentro del pliego de condiciones. Una entidad pú blica frente a una


contradicció n en el pliego de condiciones entre el título del pá rrafo contentivo del requisito y el
contenido del mismo puede determinar que prevalece éste ú ltimo, porque ante la advertencia
de un vacío o de una contradicció n, la entidad está facultada para interpretar el pliego de
condiciones conforme a los principios aplicables a la contratació n estatal y optar por la
solució n que má s se ajuste o acomode a la finalidad que se persigue con el proceso de selecció n
y, por lo tanto, aquella que redunde en beneficio del interés general y pú blico.
Es posible que el pliego contenga ciertos vacíos o lagunas –con independencia de que se trate
de un acto extremadamente reglado– y se presenten problemas hermenéuticos típicos de
cualquier norma o precepto, razó n por la que es preciso que la entidad acuda a los postulados
fijados por el legislador para interpretar los pliegos de condiciones.

Audiencia de Aclaración de pliegos.

 Frente a eventuales ambigü edades en las clá usulas de los pliegos de condiciones, las entidades
pú blicas pueden realizar una audiencia de aclaració n antes del cierre de la licitació n, donde se
determine el alcance del contenido de dichos literales.

CRITERIOS DE EVALUACIÓN EN EL PLIEGO DE CONDICIONES.

 La forma como deben evaluarse las propuestas en los procesos de contratació n estatal es un
tema que tiene reserva legal por expreso mandato de la Constitució n Política (Artículo 273).
Así, corresponde al Congreso de la Repú blica establecer la forma como deben evaluarse las
propuestas  y el Presidente de la Repú blica no puede establecer, mediante decreto
reglamentario, una alternativa no prevista en la ley para el efecto, porque excede la potestad
reglamentaria reconocida en el artículo 189 de la Constitució n Política.

Sujeción a los pliegos de condiciones. Una entidad pú blica debe sujetarse estrictamente a las
reglas señ aladas en el pliego de condiciones para la elecció n de las propuestas, por lo que la
resolució n de adjudicació n que no cumple con esos criterios adolece de nulidad. Por lo
anterior, la entidad no se puede apartar de manera caprichosa de los criterios de escogencia
del pliego de condiciones, porque ese proceder desconoce el deber de efectuar la selecció n con
estricta sujeció n a los mandatos legales y a los criterios de escogencia contemplados en el
pliego de condiciones. 

Entonces, las entidades deben interpretar los pliegos de condiciones de acuerdo a los criterios
establecidos en este y su facultad interpretativa no puede ser utilizada para la modificació n o
sustitució n del contenido de los pliegos. Conforme a lo anterior,

A. Una entidad pú blica no puede exigirle a un contratista requisitos que no se encuentren


contenidos en el pliego de condiciones, y mucho menos aú n descalificar su propuesta
por fuerza de esta circunstancia.
B. La presencia de vacíos o deficiencias en un pliego de condiciones no faculta a las
entidades pú blicas para imponer sanciones no establecidas de manera previa en éste. 
C. Una entidad debe hacer elecció n de la propuesta que le resulte má s favorable a la
entidad y los fines que esta busca, cumpliendo los requisitos exigidos en el pliego de
condiciones.

El plazo como criterio de evaluación. A pesar que el artículo 29 de la Ley 80 de 1993 dispone
que el menor plazo ofrecido por los proponentes no es objeto de evaluació n, la entidad pú blica
sí puede otorgar puntaje al oferente que dentro de su propuesta establezca un menor plazo al
solicitado en el pliego de condiciones, ya que la entidad en los estudios previos puede
determinar la viabilidad de un plazo mínimo y má ximo. En todo caso, el menor plazo que se
ofrezca al mínimo solicitado en los pliegos de condiciones no será evaluado.
Criterios para valorar las ofertas. Los pliegos no só lo deben indicar los criterios de selecció n
de las ofertas sino también la manera de acreditarlos y valorarlos, asignando los puntos
-criterios de asignació n de puntos o fó rmulas matemá ticas para hacerlo, cuando sea el caso-,
para que se sepa, con certeza y objetividad, de dó nde se obtiene el puntaje de cada oferta.

El jurado calificador puede variar su concepto, sin que ello represente irregularidad, puesto
que el juicio que emite un jurado es susceptible de modificació n, la cual debe estar justificada
en argumentos de índole objetivo y funcional.

Criterios objetivos. El principio se selecció n objetiva busca que la selecció n de los contratistas
se realice bajo criterios claros o precisos, objetivos y que no generen desigualdad entre los
proponentes, por lo que no es posible establecer pará metros o criterios ambiguos, que no
permiten cumplir con estos propó sitos en la evaluació n de las propuestas.

Criterios únicamente formales. Ademá s, los criterios en los pliegos de condiciones no


pueden ser factores puramente formales o adjetivos, que no sean esenciales para la
comparació n objetiva de las propuestas, es decir, que no conlleven un valor agregado al objeto
de la contratació n o no permitan medir o evaluar sustancialmente el mérito de una propuesta
frente a las necesidades concretas de la administració n. De esta forma, las clá usulas que
contrarían estos postulados son ineficaces de pleno derecho (opera por ministerio de la ley). 

Prohibición de criterios subjetivos en la evaluación. Cuando no se fijan de forma completa


los criterios de adjudicació n se desconoce la Ley 80 de 1993, porque facilita que la
administració n maneje subjetivamente la calificació n en la evaluació n de las ofertas, lo que está
proscrito en la contratació n estatal. Así, las entidades estatales deben cuidarse de dejar vacíos
de esta naturaleza, pues la ausencia de la regla que defina aspectos tan cruciales como la
asignació n concreta del puntaje, atenta contra la objetividad que exige el Estatuto General de la
Contratació n Pú blica.

Criterios innecesarios o imposibles de cumplir. Tampoco es posible que una entidad


establezca en el pliego de condiciones requisitos que son innecesarios o imposibles de cumplir
por los proponentes. Los criterios establecidos en los pliegos de condiciones deben ser ú tiles,
indispensables y determinantes para el propó sito de comparar los aspectos sustanciales de los
ofrecimientos.

Criterios de evaluación no incluidos en los términos de referencia o en los pliegos de


condiciones. No se puede incorporar en la etapa evaluativa de un proceso de concurso de
méritos criterios de puntuació n que no se incluyeron en los términos de referencia o en los
pliegos de condiciones, pues se tendrían por incompletas las reglas del proceso de selecció n e
imposibilitaría cuantificar los nuevos factores de calificació n, al omitir la metodología para la
obtenció n de puntajes entre los participantes.

Una entidad pú blica está obligada a establecer en el pliego de condiciones las previsiones que
garantizaran la comparació n objetiva de las propuestas y, por ende, las reglas de desempate
necesarias para permitir la adjudicació n al margen de la discrecionalidad de la administració n.
En este sentido, no se puede acudir a la voluntad de la entidad para dirimir en caso de empate,
pues incurriría en falsa motivació n del acta de adjudicació n.  

Por ejemplo, una entidad pú blica debe adjudicar un contrato de obra al oferente que obtuvo la
mejor calificació n segú n lo exigido en el pliego de condiciones a pesar de presentarse
observació n de otros adjudicatarios referentes a la no descripció n detallada del equipo idó neo
para desarrollar la obra porque: los oferentes dentro de un proceso de selecció n, só lo está n
obligados a cumplir los requisitos objetivos exigidos en el pliego de condiciones y las entidades
pú blicas  no pueden rebajar puntos a una propuesta dentro de un proceso de selecció n,  por no
realizar una aclaració n de equipos no exigida dentro de un pliego de condiciones.

Criterios de desempate. Una entidad pú blica no puede iniciar un proceso de contratació n sin


establecer en el pliego de condiciones los criterios de desempate. Cuando se incurre en dicha
omisió n se puede estar en presencia de una nulidad absoluta de la relació n contractual que se
llegare a perfeccionar, conforme a lo señ alado en el inciso primero del artículo 44 de la Ley 80,
consistente en la vulneració n de normas de orden pú blico u objeto ilícito contenidas en el
literal b) del numeral 5 del artículo 24 y el artículo 29 de la Ley 80 de 1993.

Aplicación del principio de selección objetiva como criterio de desempate. Si en el pliego


de condiciones no se señ ala de manera expresa un criterio para el desempate de las propuestas
es necesario adjudicar el contrato a uno de los proponentes sobre criterios de selecció n
objetivos y razonables, que no permitan la valoració n de aspectos subjetivos. La entidad puede
con base en los elementos incluidos en el pliego de condiciones, que no son elementos
incorporados a ú ltima hora, adjudicar el contrato.

Facultades del Presidente de la República para fijar los criterios de desempate de las
ofertas. La entidad en los pliegos de condiciones puede establecer las causales de desempate.
Sin embargo, el Presidente de la Repú blica, en ejercicio de su potestad reglamentaria, también
puede fijar los criterios de desempate en el evento en que dos o má s oferentes obtengan
puntajes iguales para elegir una propuesta. Es así como, por ejemplo, el Presidente puede
establecer que en los procesos de selecció n en los que se presenta empate, uno de los criterios
para seleccionar la propuesta sea que la misma haya sido presentada por una Mypime nacional,
con el objeto de viabilizar la participació n de este tipo de empresas en el suministro de bienes
y servicios generados por el funcionamiento del Estado, generando así acciones afirmativas en
pro del principio de igualdad.

Criterios diferenciadores de proponentes. Adicionalmente, en el caso en que una entidad


establezca criterios que generan una diferenciació n entre los proponentes sin ninguna
explicació n objetiva, la entidad debe justificar ese criterio de diferenciació n argumentando
debidamente las razones legales y constitucionales que conducen a esa decisió n, porque de lo
contrario vulneraria el principio de igualdad de los proponentes. Así mismo, en aplicació n de
esta restricció n, las entidades no pueden establecer bienes de una marca específica sin
justificarlo en los pliegos de condiciones, ya que vulneraria el principio de libre concurrencia.

Requisitos que no son evaluables. Una entidad pú blica no puede rechazar o descalificar una
propuesta por el incumplimiento de los requisitos previstos en el pliego de condiciones o por la
omisió n de documentos referentes a la futura contratació n que sean innecesarios para la
comparació n de las propuestas. La causa excluyente debe ser razonable, esencial,
proporcionada y trascedente en la contratació n. 

En consecuencia, en el evento que en el pliego de condiciones no se le asigne un puntaje a un


requisito previsto en la propuesta, por lo que no era objeto de evaluació n sino de verificació n,
la entidad pú blica debe subsanarla y no rechazarla.

Impuesto de guerra. Una entidad pú blica puede al elaborar su pliego de condiciones dejar de


incluir de manera clara y diferenciada, de los demá s criterios de calificació n, el impuesto de
guerra. Si se considera que el impuesto es deducible de las utilidades y las ganancias del
contratista son del 0%, la propuesta es totalmente vá lida, en tanto haya claridad acerca del
rubro al cual se impute el impuesto y los precios de los ítems ofrecidos no arrojaren duda ni
confusió n alguna.

MODIFICACIÓN A LOS CRITERIOS Y EL MÉTODO DE EVALUACIÓN. 

En el pliego de condiciones se deben estipular los sistemas de calificació n para todos los
componentes. En caso que la entidad omita este deber, implica la imposibilidad de realizar una
selecció n objetiva que permita conocer cuá l es la mejor propuesta, por lo que la resolució n de
adjudicació n se encontraría viciada de nulidad al desconocerse las previsiones contenidas en el
artículo 29 de la Ley 80 de 1993.

Modificación de la metodología de evaluación. Una entidad pú blica no puede incluir o


modificar los criterios y el método de evaluació n de las propuestas que se había determinado
en el pliego de condiciones, debido a que los pará metros sobre el procedimiento de escogencia
del contratista que se establecen en los mismos, son intangibles e inalterables.

Comunicación de las modificaciones a los proponentes. Una entidad pú blica no puede ser


imprecisa en el pliego de condiciones respecto de la metodología de evaluació n o variar las
condiciones de la evaluació n sin comunicarles a los participantes, ya que estos deben tener la
oportunidad de ajustar sus propuestas a las exigencias del pliego. Cuando una entidad pú blica
no precisa claramente la forma de asignar los puntajes incumple con el literal b) del numeral 5
del artículo 24 de la Ley 80 de 1993, que refiere al deber de las entidades pú blicas de
introducir reglar objetivas, justas, claras y completas.

Objeciones hechas a los informes de evaluación. Una entidad pú blica no debe tener en


cuenta en las objeciones hechas a los informes de evaluació n de las propuestas,  elementos que
orbitan en la privacidad del oferente y  que son obtenidos de manera irregular porque las
autoridades pú blicas deben presumir la buena fe de los particulares en sus actuaciones sin
perjuicio de las facultades legales y constitucionales para desvirtuarlos. Ademá s, las pruebas
obtenidas de forma ilegal no deben tenerse en cuenta al momento de realizar una valoració n
probatoria por parte de la entidad.

CRITERIOS DE DESCALIFICACIÓN O RECHAZO DE LAS PROPUESTAS.


Los criterios con base en los cuales una entidad puede descalificar una propuesta deben estar
establecidos en el pliego de condiciones o en la ley, así no es posible descalificar una propuesta
por el incumplimiento de requisitos no previstos en el pliego o en la ley. De esta forma,
corresponde a la entidad verificar si existen o no causales de descalificació n contenidas en la
ley, como ocurre en el caso de la propuesta con precios artificialmente bajos. 

En este sentido, una entidad pú blica puede descartar una propuesta con fundamento en una
informació n solicitada luego de que fue cerrado el proceso de la licitació n si la entidad en los
pliegos previó la potestad de solicitar una vez cerrada la licitació n aclaraciones sobre puntos
dudosos de las ofertas. Esta disposició n supone la posibilidad de pedir documentos a las
autoridades competentes para verificar la idoneidad jurídica del proponente, aunado a la
facultad y el deber de consultar la informació n relacionada con los proponentes, para verificar
el contenido de las propuestas, durante el procedimiento de evaluació n y calificació n de las
mismas, como disponía el artículo 22 de la Ley 80 de 1993.

Así, la descalificació n de las ofertas debe provenir ú nicamente de la ponderació n de los


resultados derivados de un riguroso proceso de evaluació n, ajustado tanto a la ley como al
pliego de condiciones, cuyos resultados deben ser conocidos por los proponentes para que
puedan ser controvertidos. 

Causales no contenidas en el pliego de condiciones pero sí en la Ley. Una entidad pú blica


puede, mediante acto administrativo, rechazar una propuesta por causales no previstas en los
pliegos de condiciones, pero previstas en el Estatuto de Contratació n estatal, ya que la
aplicació n de las causales contenidas en la ley no está condicionada a que se incluyan en los
pliegos de condiciones.

Experiencia como causal de rechazo. Una entidad pú blica no puede rechazar la oferta en la


que en vez de aportar documentos que acreditan su experiencia, presenta un certificado que
certifica su capacidad comercial, porque al no tratarse de un aspecto que influya o impida la
comparació n de las ofertas, el comité evaluador debe proceder a la calificació n del factor de
experiencia con un puntaje de cero.

Experiencia de una sociedad extranjera.  Una entidad pú blica, dentro una licitació n, no
puede reconocer valor probatorio a la documentació n producida en el exterior y aportada para
acreditar la experiencia de una sociedad extranjera, cuando no se allega con la respectiva
legalizació n o apostilla, porque el artículo 480 del Có digo de Comercio, cuya aplicació n en
materia de contratació n estatal se abre paso por la vía de lo normado en el inciso primero del
artículo 13 de la Ley 80 de 1993, con toda claridad preceptú a, que para que los documentos
otorgados en el extranjero cuenten con eficacia probatoria en Colombia, deben satisfacer la
exigencia de autenticació n. 

Rechazo por información solicitada a las entidades. Es posible rechazar una oferta por la
informació n solicitada luego de cerrado el proceso de licitació n, si en los pliegos se previó la
facultad de solicitar una vez cerrada la licitació n aclaraciones sobre puntos dudosos de las
ofertas, lo que supone la posibilidad de pedir documentos a las autoridades competentes para
verificar la idoneidad jurídica del proponente, para verificar el contenido de las propuestas,
durante el procedimiento de evaluació n y calificació n de las mismas.

El condicionamiento de la oferta puede ser causal de eliminación de la propuesta. Una


entidad pú blica puede dentro de la convocatoria de una licitació n eliminar una propuesta
presuntamente alternativa porque ésta incluye en su contenido un condicionamiento de oferta,
sin vulnerar lo establecido en el pliego de condiciones, cuando éste a su vez no señ aló como
causal de eliminació n esta circunstancia si ella se constituye en una ostensible modificació n a
los pliegos de condiciones, se convierte en una propuesta diferente para la Entidad, en la
medida que está condicionando las adiciones o reducciones a las cantidades de obra. 

Exigencias innecesarias no son objeto de rechazo. Una entidad no puede rechazar una


propuesta por solicitar aclaraciones que no son necesarias, como en el caso de la duració n de
los consorcios donde se exige demostrar su duració n y decidir no admitir la aclaració n
presentada por el representante legal por no estar firmada por todos los socios. Lo anterior,
debido a que este es un criterio que no es necesario para la evaluació n de las ofertas, ya que, en
el caso del ejemplo, la omisió n de señ alar el plazo para la vigencia del consorcio en un
documento denominado de conformació n, no incide en la vigencia o duració n del mismo. La ley
hace responsable a sus integrantes solidariamente durante toda la vida del contrato y ello hace
innecesaria la aclaració n presentada por el representante legal.

La ausencia de la firma del contador público en los estados financieros no es causal de


rechazo.  La omisió n de presentar los estados financieros con la firma de un contador pú blico
es subsanable, conforme al artículo 25.15 de la Ley 80 de 1993, la cual, establece que no se
pueden rechazar ofertas por aspectos puramente formales o por ausencia de requisitos “no
necesarios para la comparació n de las propuestas.

En aplicació n del artículo 30.7 de la Ley 80 de 1993, cuando se presente este tipo de omisiones,
la entidad pú blica debe solicitar al proponente las aclaraciones y explicaciones que se estimen
indispensables. 

Ausencia de elementos en la autorización dada por uno de los miembros de una unión
no es causal de rechazo. Una entidad estatal no puede rechazar una oferta por considerar que
la autorizació n dada por uno de los miembros de una unió n temporal para la ejecució n de un
contrato proponente no se ajusta al pliego de condiciones, dado que: i) una propuesta no puede
ser rechazada por cualquier tipo de deficiencia en los requisitos de la documentació n que no
son necesarios para la comparació n de las propuestas; y ii) si la entidad consideraba que el
documento no era suficientemente claro debió requerir al oferente, en la oportunidad
dispuesta en la Ley 80 de 1993 (artículo 30, numerales 7 y 8), para que lo aclarara o explicara
para que lo subsanara por ratificació n.

La capacidad financiera como causal de rechazo. Una entidad pú blica podía solicitar al


proponente la entrega de la declaració n de renta del añ o anterior al proceso de contratació n, a
pesar que dicho documento no estaba previsto en el pliego de condiciones, y como
consecuencia de la existencia de una discrepancia entre la informació n financiera presentada
en la propuesta y la contenida en la declaració n de renta, declarar su rechazo, porque en la
época de la licitació n estaba vigente el artículo 22.3 de la Ley 80 de 1993 que establecía
facultad a la entidad pú blica para verificar y corroborar la veracidad de la informació n
financiera presentada por los proponentes. 

Incompatibilidad entre el aviso de la convocatoria y el pliego de condiciones como


causal de rechazo. Una entidad pú blica puede rechazar la propuesta de un proponente,
cuando la misma cumple con lo previsto en el aviso convocatoria de la licitació n y no con el
señ alado en el pliego de condiciones, debido a que, en el pliego de condiciones es donde se
establece de forma obligatoria, definitiva y segura las condiciones definitivas y determinantes
tanto del proceso de selecció n como del negocio jurídico. Los avisos en prensa cumplen fines
publicitarios encaminados a comunicar la apertura de un proceso licitatorio en el inmediato
futuro.

Rechazo debido a que la propuesta no cumple con estructura organizacional y


administrativa para la ejecución del contrato. Una entidad pú blica debe rechazar una oferta
que no cumple con los requisitos habilitantes, referidos a la estructura organizacional y
administrativa para la ejecució n del contrato, debido que el requisito debía cumplirse
previamente a la presentació n de la propuesta, por lo que su omisió n daba lugar a la
eliminació n de la misma.  Ademá s, es una exigencia, que analizada a la luz del numeral 5 del
artículo 24 de la Ley 80 de 1993, es clara y completa y relacionada con la prestació n del
servicio, razó n suficiente para señ alar que debe ser cumplida por los participantes del proceso
de selecció n en estudio. 

Capacidad de contratación de uno de los miembros de una unión temporal como causal
de rechazo. Una entidad pú blica dentro de un proceso licitatorio puede descalificar una de las
propuestas presentadas, cuando uno de los miembros de la unió n temporal oferente no
acredita adecuadamente la capacidad de contratació n, si se tiene en cuenta que: i) la evaluació n
de la capacidad de contratació n es un aspecto habilitante en la medida en que, si no se cumple
con esta exigencia existe una inhabilidad especial para celebrar el contrato; ii) la ley establece
que la primera regla por cumplir que debe cumplir una unió n temporal para presentarse al
proceso, en lo relativo a la capacidad de contratació n, es que cada uno de sus integrantes no
excede su capacidad para contratar; y iii) la exigencia de la capacidad de contratació n no es
creada por la entidad al elaborar el pliego, pues realmente se trata de la exigencia que contiene
la ley.  

No es causal de rechazo no discriminar detalladamente los elementos requeridos por


una entidad, cuando no lo ha solicitado así en el pliego de condiciones. Una entidad
pú blica puede adjudicar un contrato de compraventa a un oferente que en su propuesta no
hace una discriminació n detallada de los elementos requeridos por la entidad, porque el hecho
de no discriminar ítem por ítem los elementos requeridos, no puede considerarse como una
situació n suficiente para rechazar la propuesta, cuando el  pliego no lo exige así. ###8585###

 
INEFICACIA DE ESTIPULACIONES CONTENIDOS EN LOS PLIEGOS

Declaración de ineficacia. Una entidad pú blica está facultada, sin que medie una declaració n
judicial, para declarar la ineficacia de pleno derecho de una estipulació n prevista en el pliego
de condiciones.

Ineficacia de causales de rechazo de único proponente. Son ineficaces las estipulaciones de


los pliegos de condiciones que establezcan la terminació n del proceso de licitació n cuando só lo
se presente un proponente.

INSTANCIAS ENCARGADAS DE LA ELABORACIÓN DEL PLIEGO.

Desconcentración administrativa. En virtud de la desconcentració n administrativa, las


autoridades pú blicas pueden encargar en instancias o funcionarios de la misma entidad el
desarrollo de actividades propias del proceso precontractual, como la elaboració n de pliegos
de condiciones, evaluació n de propuestas, confecció n de minutas de contratos.

Atribuciones del jefe o representante legal. El jefe o representante legal de las entidades
pú blicas puede desconcentrar las tareas de las actividades de la etapa precontractual
(elaboració n de licitaciones y concursos pú blicos) en servidores pú blicos del nivel directivo o
ejecutivo del mismo ente. Aunque, por expreso mandato legal la desconcentració n de
actividades en el proceso precontractual no implica transferencia de la autonomía
administrativa en su ejercicio, y la responsabilidad administrativa sigue en su persona, por lo
que no proceden recursos en vía gubernativa.

AJUSTE DE REQUISITOS Y ESTIPULACIONES CONTRACTUALES A LOS PLIEGOS DE


CONDICIONES

Las reglas de los pliegos de condiciones deben prevalecer sobre los demá s documentos del
contrato, no só lo por ser la base principal de los derechos y las obligaciones de las partes, sino
porque los pliegos son la base de la interpretació n e integració n del contrato. Así, una entidad
puede hacer reajustes a los precios de las actas aplicando la formula prevista en el pliego de
condiciones y no la disposició n contractual que consagra una formula diferente.

Modificación de la calificación. Una entidad pú blica puede modificar la calificació n otorgada


a un proponente, antes de adjudicar el contrato, con el propó sito de ajustarla a lo establecido
en el pliego de condiciones ya que siempre se deben respetar los criterios de calificació n que se
establecieron en estos documentos. Los pliegos de condiciones exponen las reglas por las
cuales se debe celebrar el contrato, de forma que antes de adjudicar el contrato, una entidad
tiene toda la libertad de hacer los ajustes necesarios para cumplir con lo establecido en estos
documentos.

Modificación al reglamento de operación. Una entidad pú blica no puede cambiar


unilateralmente y sin informar al contratista las condiciones previstas en el pliego de
condiciones para el reglamento de operació n de una licitació n –documento anexo al contrato-
al momento de celebrar el contrato de concesió n y adicionar en éste nueva obligaciones para
del contratista, debido a que así como el oferente no puede cambiar su oferta una vez
presentada y abierta al cierre de la licitació n, tampoco la entidad pú blica puede agregar
obligaciones a cargo del oferente una vez éste presentó su propuesta y se cerró la licitació n. En
tanto que las obligaciones recíprocas se determinan en el momento de la presentació n de las
ofertas, cualquier cambio posterior que se quiera introducir, debe ser advertido, acordado y
aceptado previamente por las partes, pues ninguna de ellas tiene la potestad unilateral de
hacer má s gravosas las obligaciones de la otra en forma unilateral.  

Así, por ejemplo, si un contratista firma el texto del reglamento de operació n anexo al contrato
de concesió n por sí sola no puede entenderse como una aceptació n a las modificaciones del
alcance de las obligaciones nacidas del proceso de licitació n, pues es claro que cualquier
eventual modificació n al texto analizado durante el proceso licitatorio debe estar precedida,
por lo menos, de una advertencia efectuada por la administració n a su contratista de cuá l es y
de có mo se va a asumir su costo o mayor onerosidad, todo como parte de ese deber de lealtad
que la ley le impone a los contratantes.

Por tanto, no podría concluirse que el deber de diligencia del contratista debe llegar al extremo
de verificar otra vez y minuciosamente cada uno de los documentos que hicieron parte de la
licitació n y que debe firmar como consecuencia de la adjudicació n del contrato de concesió n.
Aunque no cabe duda que el contratista incurrió en un error al firmar el reglamento de
operació n anexo al contrato, también es cierto que dicho error es excusable, pues podía tener
la legítima confianza - como la tendría cualquier otro proponente en una licitació n – que la
entidad pú blica no cambiaría inopinadamente, y sin advertencia previa, las condiciones del
negocio, después incluso de presentadas las propuestas.

Correcciones aritméticas de las propuestas. El deber de selecció n objetiva del contratista


impone a las autoridades estatales efectuar una calificació n de las propuestas, atendiendo
fielmente al contenido de las mismas. Sin embargo, las correcciones aritméticas de las
propuestas por parte de una entidad pú blica está n permitidas durante la etapa de estudio de
las propuestas de los oferentes, porque las entidades pueden hacer las correcciones y ajustes
necesarios a las ofertas presentadas siempre y cuando no se altere el valor de las propuestas.

MODIFICACIÓN DE LOS PLIEGOS DE CONDICIONES

 Los pliegos de condiciones de una licitació n no se pueden modificar con la simple entrega de
una copia de un nuevo pliego. Cualquier modificació n, correcció n o aclaració n del pliego de
condiciones debe hacerse por medio de la expedició n de adendas que deben ser entregados a
todos los participantes sin excepció n, de lo contrario se estaría violando el principio de
transparencia.

Así mismo, cuando la entidad estatal determine que el plazo previsto originalmente en los
pliegos de condiciones no garantice el deber de selecció n objetiva, podrá modificarlo,
determinando un nuevo plazo que no podrá exceder del término inicialmente definido, plazo
que debe ser razonable para realizar los estudios técnicos, econó micos y jurídicos. 

Inclusión de requisitos habilitante meramente formales, mediante adenda al pliego de


condiciones. Desde el inicio del proceso de contratació n deben establecerse con claridad y
precisió n las exigencias del pliego de condiciones encaminadas a satisfacer el principio de
selecció n objetiva, pues generar condiciones que pueden dilucidar este principio está n sujetas
de inaplicació n o nulidad. Por tanto, las condiciones introducidas por la adenda al pliego de
condiciones deben contemplar factores que permitan la selecció n objetiva de las propuestas, y
no formalidades que puedan llegar a vulnerar principios de la contratació n y extralimitació n de
la competencia de la entidad al interponer requisitos que la misma ley no permite o exige.

PRESENTADO POR

LUIS CARLOS VENECIA GUERRA

LUIS EDUARDO GUERRERO SOTO

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