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Tito 3: 3-7
3Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos
de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y
aborreciéndonos unos a otros. 4Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador,
y su amor para con los hombres, 5nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos
hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el
Espíritu Santo, 6el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
7para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la
vida eterna.
El término “Regeneración” indica llevarte al género original que tenías antes de caer en Adán,
sin la posibilidad de volver a caer en dicho estado.
21Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por
los profetas; 22la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en
él. Porque no hay diferencia, 23por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios, 24siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo
Jesús, 25a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar
su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26con la
mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que
es de la fe de Jesús.
Desde el punto de vista teológico, la justicia es: El estado y propiedad de Dios, que el hombre obtiene
por medio de la fe en el sacrificio sustitutivo que Jesús llevó a cabo en la Cruz, y que se da por medio
de un proceso que se llama justificación.
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el
justo por la fe vivirá”. (Romanos 1:17)
“justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo”. (Romanos.5:1)
Aplicándolo al creyente, Justicia es: El estado de uno que es justificado y declarado justo, quedando
absuelto del estado de condenación en el que se encontraba. Esto es resaltado por el apóstol Pablo en
la carta que escribe a los Corintios.
“Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos
hechos justicia de Dios en Él”. (2ª Corintios. 5:21)
¿QUÉ ES LA JUSTIFICACIÓN?
Es el proceso o el plan que Dios ha desarrollado y llevado a cabo a través de la vida, sacrificio, muerte
y resurrección de Jesucristo para justificar al hombre
Redención
Remisión
Propiciación.
I) REDENCIÓN: De donde se deriva el término “Redimir”. En el griego existen cinco términos para
describir la redención de los cuales vamos a estudiar tres, que son los más esenciales: Agorazo-
Exagorazo-Lutros.
a) Agorazo: Significa el acto de comprar, pero no se trata de una simple compra, es comprar con
mucho valor lo que para otros está totalmente desvalorizado; es cuando se paga un alto precio por lo
que aparenta no tener valor
>Este término en su etimología caracteriza la diferencia que hay entre un siervo y un esclavo.
>El esclavo era sometido a servidumbre, el siervo prestaba su servicio en forma voluntaria en
agradecimiento, después de ser comprado.
“Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a
aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser
siervos de la justicia”. (Romanos 6:17.18)
c) Lutros: que indica pagar un precio por un rescate. Es el acto de pagar un secuestro
Redentor: Era el pariente más cercano que tenía la responsabilidad de comprar nuevamente la
heredad que había sido enajenada (traspasada) de la línea familiar a la que realmente pertenecía.
Jesús como el postrer Adán cumple y ocupa el lugar del pariente más cercano, convirtiéndose así en
nuestro Redentor, restituyéndonos al linaje que perdimos en Adán.
La redención como “Lutros” era común en el tiempo del A.T y se aplica a cualquier cosa que liberara a
un hombre de una aflicción o deuda propia, pero era especialmente significativa en la ceremonia que
se hacía como acto de redención del primogénito, cuyo origen se remonta a la salvación de los
primogénitos en la noche de la Pascua.
En cuanto a la redención de los primogénitos, estos eran entregados al sumo sacerdote como
propiedad de Dios para ser sacrificados, pero como Dios no acepta sacrificios humanos como lo hacía
Moloc, deberían los padres del niño comprarlo, como acto de redención, por cinco ciclos de plata, con
lo que el primogénito pasaba a ser propiedad de sus padres. (Éxodo 13:13.15. Levítico 27:27. Número
18:15.16)
II. REMISIÓN: De donde se deriva el término “Remitir”, que indica: Remover, quitar, trasladar,
trasponer
Remisión: Es el acto de quitar “De” y poner “En”, en este caso quitarlo del hombre y colocarlo en
Jesús.
III. PROPICIACIÓN.
La palabra del griego es “Jilasterion” de donde se deriva el término propiciar, propicio, que
indica apaciguar, volver favorable, conciliar.
En su más amplio concepto, propiciar indica: Calmar la ira de un Dios ofendido, y está relacionado
con el amor, la compasión y la misericordia
Lo otro que hay que entender es que Dios no está molesto o disgustado en lo absoluto con el mundo
como muchos lo han pregonado en sus predicaciones, anunciando un mensaje de condenación sobre
las naciones, causando intimidación y temor, dejando de anunciar el verdadero mensaje que
conlleva a la Salvación que son las “Buenas Nuevas”.
Nunca nos olvidemos de esta verdad, que aunque parezca paradójico, ese Dios que no cambia, su
carácter cambió en la cruz. Dios depositó toda su ira sobre su hijo para no descargarla sobre nadie. A
esto se le llama: Propiciación.
Si analizamos Juan 3:16, hay unas propiedades y características producto del amor de Dios a favor del
hombre caído. Leamos y analicemos, el texto dice lo siguiente:
Si éste fue el sentir de Dios (amarnos) antes de rescatarnos en nuestra condición caída, cuanto más
ahora que somos sus hijos.
Por esta razón es que Pablo dice que nosotros estamos llamados a reconciliar al mundo con
Dios, no a Dios con el mundo, porque Él a causa de la Propiciación que se dio en Jesús, quedó
reconciliado con el mundo; Dios no tiene problemas con el mundo, el mundo lo tiene con Dios.