• Radiografía simple de abdomen: es útil al momento del ingreso, para orientar
en el diagnóstico diferencial de otros cuadros agudos abdominales, por ejemplo, obstrucción intestinal o perforación intestinal. Los hallazgos radiográficos en la pancreatitis aguda son inespecíficos, y van desde un examen normal en casos leves hasta un íleo localizado en un segmento de intestino delgado (signo del “asa centinela”), íleo localizado en colon transverso o íleo generalizado en los casos más graves.
• Radiografía de tórax: aproximadamente 1/3 de los pacientes con PA presentan
alteraciones en la radiografía de tórax, la que puede mostrar elevación de un hemidiafragma, atelectasias basales, derrame pleural o signos de SDRA.
• Ecografía abdominal: es uno de los exámenes de elección para iniciar el
estudio de un paciente con sospecha de PA, ya que está ampliamente disponible, no es invasiva, es de bajo costo y es altamente sensible para el diagnóstico de patología vesicular litiásica (95%) y algo menor para coledocolitiasis (60%). La presencia de cálculos y/o dilatación de la vía biliar común son hallazgos que sugieren a la litiasis biliar como causa de la PA. Sin embargo, la porción distal de la vía biliar común y el páncreas no se pueden visualizar adecuadamente (por el gas intestinal), lo cual limita la sensibilidad de este examen para el diagnóstico de PA asociada a patología biliar litiásica. Por lo tanto, un examen negativo no excluye el diagnóstico de pancreatitis aguda. Otra utilidad de este examen es en el seguimiento de algunas de las complicaciones de la PA (pseudoquistes, colecciones, etc.).
• Tomografía axial computarizada (TAC): el TAC de abdomen con contraste
endovenoso provee una excelente imagen del páncreas y permite descartar otras causas de dolor abdominal agudo. Es el método de imagen con mejor rendimiento para el diagnóstico de pancreatitis aguda; además permite identificar la causa, evaluar su severidad, presencia de complicaciones y llevar un seguimiento de su evolución. Entrega información anatómica y puede tener valor pronóstico (criterios de Balthazar-Ranson). Sin embargo, en etapas tempranas de la PA el TAC puede no mostrar signos claros de pancreatitis o de las complicaciones asociadas; además, el contraste endovenoso puede aumentar el daño renal. Por estas razones es que su uso al ingreso se reserva solo en casos de diagnóstico dudoso. De lo contrario, se solicita alas 72 horas (en caso de PA moderada o grave) para evaluar la presencia de complicaciones, aunque se debe solicitar antes si el paciente presenta deterioro clínico.
• Colangiopancreatografía por resonancia magnética (colangio-RNM): es un
examen no invasivo con alta sensibilidad (> 90%) para detectar coledocolitiasis. Además, permite identificar anomalías anatómicas (por ejemplo, páncreas divisum) y neoplasias pancreáticas. Sin embargo, es un examen de alto costo y no siempre disponible.
• Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE): su principal valor
es en las etapas iniciales de una pancreatitis aguda biliar, en que puede cambiar la evolución de la enfermedad, cuando esta se debe a la presencia de un cálculo retenido en la vía biliar, especialmente si existe colangitis asociada, en cuyo caso su indicación es urgente. También es útil en el tratamiento de algunas complicaciones de la PA (pseudoquistes pancreáticos).