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Razon y Revolucion - Marcuse Herbert
Razon y Revolucion - Marcuse Herbert
del Pensamiento
Herbert
MARCUSE
Razón y
revolución
AlSva
lilulo original
RtLison and Rt\ol:uion Ht vt I and iln Rut i" Soual Tlnon
Titulo en castellano
Razón \ moluaon Hotel \ el sunumienro de la leona social
Traduv.uon
I', t c< / vribona dt ii/trt ion la tolab irau " k Franu^o Rub o Llortntt
1. El marco histórico-social
El idealismo alemán ha sido considerado como teoría
de la Revolución francesa. Esto no significa que Kant,
Fichte, Schelling y Hegel ofreciesen una interpretación
teórica de la Revolución francesa, sino que, en gran parte,
escribieron su filosofía como respuesta al reto de Francia
de reorganizar el Estado y la sociedad sobre una base
racional, de modo que las instituciones sociales y polí-
ticas concordaran con la libertad y el interés del indivi-
duo. A pesar de su agria crítica al Terror, los idealistas
alemanes dieron unánimemente la bienvenida a la Re-
volución, llamándola aurora de la nueva era, y todos re-
lacionaron los principios básicos de su filosofía con los
ideales que ella representaba.
Por consiguiente, las ideas de la Revolución francesa
están presentes en el propio núcleo de los sistemas idea-
listas y determinan en gran medida su estructura concep-
tual. Tal como lo vieron los idealistas alemanes, la Revo-
lución francesa no sólo llegó a abolir el absolutismo
9
10 I. Fundamentos de la filosofía hegelianá
2, El marco filosófico
El idealismo alemán rescató a la filosofía del ataque
del empirismo inglés, y la lucha entre ambos se convirtió
no en un simple encuentro entre escuelas filosóficas di-
ferentes, sino en una lucha por la filosofía como tal. La
filosofía nunca había dejado de reclamar el derecho de
orientar los esfuerzos del hombre hacia un dominio ra-
cional de la naturaleza y de la sociedad, o de fundar
esta reclamación en el hecho de que la filosofía elaboraba
los más altos y más generales conceptos para conocer el
mundo. Con Descartes, la situación práctica de la filoso-
fía asumió una nueva forma, que concordaba con el rápi-
do progreso de las técnicas modernas. Anunciaba una
«filosofía práctica por medio de la cual, conociendo la
fuerza y la acción del fuego, el agua, el aire, las estrellas,
el cielo y todos los demás cuerpos que nos rodean... so-
mos capaces de emplearlos en todos los usos para los
cuales se adaptan, y convertirnos así en dueños y señores
de la naturaleza» 19.
El cumplimiento de esta tarea, estaba ligado de modo
creciente con el establecimiento de leyes y conceptos de
conocimiento umversalmente válidos. El dominio racio-
nal de la naturaleza y de la sociedad presupone un cono-
cimiento de la verdad, y la verdad es universal, en con-
traste con la apariencia multiforme de las cosas o con su
forma inmediata percibida por los individuos. Este prin-
cipio estaba ya presente en los primeros intentos de la
epistemología griega: la verdad es universal y necesaria
y, por lo tanto, contradice la experiencia común del cam-
bio y del accidente.
La concepción de que la verdad es contraria a los he-
chos de la existencia ordinaria e independiente de los
individuos contingentes, ha prevalecido durante toda la
época histórica en que la vida social del hombre ha sido
una vida de antagonismos entre individuos y grupos en
conflictos. Lo universal ha sido hipostasiado como una
reacción filosófica frente al hecho histórico de que, en la
Introducción 23
sociedad, sólo prevalecen los intereses individuales, mien-
tras que el interés común se afirma sólo «a espaldas»
del individuo. El contraste entre lo universal y lo indivi-
dual tomó una forma más intensa cuando, en la era mo-
derna, surgieron las consignas de la libertad general y la
idea de que un orden social apropiado sólo podía alcan-
zarse a través del conocimiento y de la actividad de in-
dividuos emancipados. Se declaró que todos los hombres
eran libres e iguales; pero al actuar de acuerdo con sus
ideas y en persecución de sus intereses, los hombres crea-
ron y experimentaron un orden de dependencia, de in-
justicia y de crisis recurrentes. La competencia general
entre sujetos económicos libres no estableció una comu-
nidad racional capaz de salvaguardar y satisfacer los de-
seos y necesidades de todos los hombres. La vida de los
hombres se hallaba supeditada al mecanismo económico
de un sistema social que relacionaba los individuos entre
sí como compradores y vendedores aislados de bienes.
Esta carencia real de comunidad racional fue lo que de-
terminó la búsqueda filosófica de la unidad (Einheit) y
de la universalidad (Allgemeinheit) de la razón.
¿Ofrece la estructura individual del razonamiento (la
subjetividad) leyes y conceptos generales que puedan
constituir normas universales de racionalidad? ¿Es posi-
ble construir un orden racional universal sobre la auto-
nomía del individuo? Al exponer una respuesta afirmati-
va a estas preguntas, la epistemología del idealismo ale-
mán apuntaba hacia un principio unificador que fuese
capaz de preservar los ideales básicos de la sociedad indi-
vidualista sin convertirse en víctima de sus antagonis-
mos. Los empiristas británicos habían demostrado que ni
un solo concepto o ley de la razón podía reclamar uni-
versalidad; que la unidad de la razón es sólo la unidad
de las costumbres o del hábito, que se pliega a los hechos
pero que nunca los gobierna. Según los idealistas alema-
nes, este ataque amenaza todos los esfuerzos por impo-
ner un orden a las formas de vida existentes. La unidad
y la universalidad no pueden ser encontradas en la rea-
lidad empírica, ya que no son hechos dados Además, la
24 I. Fundamentos de la filosofía hegeliana
3. El sistema de la moralidad
66
}. El primer sistema hegeluno 67
1. La lógica
1. La negación de la filosofía
2. Kierkegaard
3. Feuerbach
Este nuevo valor surge del hecho de que una cierta can-
tidad de fuerza de trabajo abstracta, es decir, de fuerza
de trabajo a la que se ha despojado de su forma con-
creta, ha sido añadida en el proceso de la producción
al objeto del trabajo. Como el obrero no efectúa un
doble trabajo a la vez, el doble resultado (la preserva-
ción del valor y la creación de un nuevo valor) sólo
puede ser explicado por el carácter dual de su 4:rabajo.
«Mediante la simple añadidura de una cierta cantidad
de trabajo, se añade un nuevo valor, y por la cualidad
de este trabajo añadido, el valor original de los medios
de producción queda preservado en el producto» ®^.
El proceso en el cual la fuerza de trabajo se convierte
en una unidad cuantitativa abstracta caracteriza «una
forma social específica de trabajo, que ha de ser distin-
guida de la forma que constituye 'la condición natural
de la existencia humana'» ®®, a saber, el trabajo como una
actividad productiva dirigida a la adaptación de la natu-
raleza. Esta forma social específica de trabajo es la que
prevalece en el capitalismo.
En el capitalismo, el trabajo produce bienes, es decir,
los productos del trabajo aparecen como valores de cam-
bio. Pero ¿cómo tiende a satisfacer sus necesidades este
sistema de producción universal de bienes que no está
directamente orientado a la satisfacción de las necesida-
des individuales? ¿Cómo saben los productores indepen-
dientes si están produciendo valores de uso efectivos?
Los valores de uso son los medios para la satisfac-
ción de las necesidades humanas. Puesto que toda forma
de sociedad tiene que satisfacer las necesidades de sus
miembros hasta cierto punto, con el fin de mantenerlos
en vida, «el valor de uso de las cosas constituye un
requisito previo» de la producción de bienes. En el sis-
tema de producción de bienes, la necesidad individual
es una fracción de la «necesidad social» que se mani-
fiesta en el mercado. La distribución de los valores de
uso se efectúa según la distribución social del trabajo.
La satisfacción de una demanda presupone que los va-
lores de uso están disponibles en el mercado, y estos
294 II El surgimiento de la teoría social
7. La dialéctica marxista
2. Saint-Simon
2. La revisión de la dialéctica
3. «Hegelianismo» fascista
En tanto que la herencia de Hegel y de la dialéctica
era defendida tan sólo por el ala radical de los marxis-
tas, en el polo opuesto del pensamiento político tenía
lugar un renacimiento del hegelianismo que nos conduce
al umbral del fascismo.
El neoidealismo italiano se vio asociado, desde el co-
mienzo, con el movimiento por la unificación nacional
y, más tarde, con la aspiración de fortalecer el Estado
nacionalista en contra de sus competidores imperialis-
tas ^. El hecho de que la ideología del nuevo Estado
nacional solicitase el apoyo de la filosofía hegeliana en-
cuentra explicación en el desarrollo histórico particular
de Italia. En primer lugar, el nacionalismo italiano tenía
que enfrentarse a la Iglesia Católica, la cual consideraba
que las aspiraciones italianas iban en detrimento de los
intereses del Vaticano. Las tendencias protestantes del
idealismo alemán proporcionaban armas eficaces para la
justificación de una autoridad secular en la lucha con
la Iglesia. Además, al entrar Italia a formar parte de
las potencias imperialistas, traía consigo una economía
nacional extremadamente atrasada, con una clase me-
dia dividida en numerosos grupos en competencia entre
sí, incapaces de enfrentarse a los crecientes antagonis-
mos que acompañan la adaptación de esta economía a la
moderna expansión industrial. Tanto Croce como Gen-
tile ponían de relieve que el predominio de un «positi-
vismo» y un materialismo mezquino hacía que la gente
se sintiese satisfecha con sus pequeños intereses privados
y fuese incapaz de entender la visión amplia de los obje-
tivos nacionalistas. El Estado se veía obligado a man-
tener sus intereses nacionalistas en contra de la frecuente
oposición de la clase media. Además tenía aún que con-
392 III. Conclusión. El final del hegelianismo
* Escrito en 1954.
407
408 Epílogo
PARTE I
HEGEL:
OBRAS SECUNDARIAS
1. General
Además de las obras clásicas más viejas de Rosenkranz, Haym,
Stirling, Caird y Fischer, sólo mencionaremos a:
CROCE, B., Ció ch'é vivo e ció ch'é morto della filosofía di Hegel,
Biblioteca di Cultura Moderna, 1906.
HEiMAN, B., System und Methode in Hegels Philosophie, Berlín,
1927.
HARTMANN, N., Hegel, Berlín, 1929.
KRONER, R., Van Kant zu Hegel, 2 vols., Tübingen, 1921-24.
MOOG, w., Hegel und die Hegelsche Schule, München, 1930.
MtmE, G., An introduction to Hegel, Londres, 1940.
STACE, w., The Philosophy of Hegel, Londres, 1924.
STEINBÜCHEL, TH., Das Grundprobkm der Hegelschen Philosophie,
Bonn 1933.
THE PHILOSOPHICAL REViEW, 1931, N" 3, artículos de R.M. Cohén,
S. Hook y G. H. Sabine.
6. De Hegel a Marx
PARTE II
OBRAS SECUNDARIAS
I. F u n d a m e n t o s de la filosofía hegeliana
Introducción
423
424 Notas
" K Th \ )p Heigel ücH'Ji'if Ge^chuliiL win Tode Fnedrichs des
Cros'^en hf- ;ui 4»/foMi(ig da alien Reichi, Stutlgart 1899.
' J Mulier en \on Heigel, op. cit., pag 115
'• «Dichtung und Wahrheit». en WerA.f, Conaschc Jubüawnsaiisgabe
vol XXII
' Von Heigel op. ctl., pags. 305-6.
" Ver Suidien uber Autontat und Famtlie Fotiuniiigsbi.rii.hie aus
dem Instiiut fur Sozialfor';chung, Pans, 1936 > Zeiischnft fur Soztal-
forschung. Pans 1936.
" Dtscoitrs sur la Melhode, Descartes, VI partie (trad castellana
de Risien Frondizi. edición bilingüe, ed Universidad de Puerto Rico
1960)
^ Essav concermng Human Understandmg, libro III, en PUilcofical
Worfcs. St. John, Londres, 1903. vol. II, pag. 14.
" A Treattse of Human Nanire, libro I, Parte I, ed Selby-Bigge
Oxford, 1928.
22 Hume, An Abslract of 4 Treatise of Human Satutí, Publicado
por primera \ez en 1938, Cambridge Universit\ Press, pag 16
23 Hume, Trealise, Introducción, pag. XXII
« Pág. 383,
" Pág. 388.
• Pág. 397.
* Pág. 398,
» Voí. II, pág. i.
Págs. 3 y siguientes.
" Svstem derPhilosophie, vol. I, § 99, pág. 236.
« wissenschaft der ¿ogi*. vol. I, pág. 211.
" System der Phüosophie. pág. 26Í.
» Wissenschaft der Logik. vol. 11. pág, 26.
" Ibid.. pág. r .
» Pág. 5f
» Pág. 58.
» Pág. 59.
" Pág. 53.
" Pág. 51.
" Ibid., págs. 63-66: Hegel explica esta relación en su análisis de
la Ley de la I^indamentación. Su exposición tiene una doble finalidad:
1.0 Vluestra que la Esencia opera en la existencia efectiva de las cosas.
V 2.0 Invalida la concepción tradicional del Fundamento como entidad
particular o como una forma entre otras. Hegel reconoce que el «prin-
cipio de razón suficiente o (del fundamento)» implica el punto de
vista crítico de que el Ser «en su inmediatez es considerado como
algo no válido y esencialmente puesto». Sostiene, sin embargo, que
la razón o Fundamento de un ser particular no puede buscarse en
otro ser igualmente particular.
" Vlisstnscyiait der Logik, vol. 11, pág. 173.
« Ibid.
« Pág. 175.
" System der Philosophie, vol. I, § 146.
*» Wissenschaft der Logik, vol. II, pág, 177,
" Pág. 99.
™ Ibtd.
" Pág. 176.
" Pág. 177.
'5 Pág. 179.
" Ibid.
» Pág. 180.
» Pág. 180.
" Pág. 181.
" Pág. 184.
" Pág. 220.
"> Ver, págs. 23 y siguientes.
" Wissenschait der Logik, vol. 11, págs. 286 y siguientes.
« Pág. 226.
»' Ibid.
" Pág. 250.
»= Pág. 255.
" Gurndlinien der Philosophie des Rechts, § 31.
" System der Philosophie, vol. I, § 163, Apéndice 2, pág. 360,
" Wissenschaft der Logik. vol. 11, pág. 234,
" Pág. 258.
*> Pág. 259.
" Ver, pág. 159.
" Ver , págs. 39 y siguientes.
" Pág. 483.
« Pág. 478.
" Grundlinien der Philosophie des Rechts, § 4, Apéndice,
" System der Philosophie, vol. I, § 237, Apéndice, pág. 447,
" Wissenschaft der Logik, vol. II, págs. 483-506.
•^ Ibid.. pág. 505.
" Aristóteles, Metafísica, Libro A, 1.
"» Wissenschaft der Loeik, vol. I, pág. 3!.
™ Ibid.. vol. II, pág. a i .
Notas 429
7. La filosofía de la historia
' Philosophie der Geschichte, ed. Glokner, Obras Completas,
Tomo 11, pág. 111.
' Philosophie der Weltgeschichte, vol. I, ed. Lasson, pág. 134.
' Philosophie der Geschichte, pág. 34.
•« Pág. 34.
' Pág. 37.
« Pág. 568.
' Goerg Lasson ha publicado las diferentes formas de su introduc-
ción en su edición de la Philosophie der Weltgeschtchte, 1920-22. Ver
especialmente el volumen I, pág. iO et seq y pág. 31 et seq.
432 N°"'
» Pluloiopli e der Geschichte pag 44
' Pag 46
'» Pag 4«
" Pag i9
" Pág 59
" Ibid
u Pág 91
's Pag 59
" Ibid
" Pág 60
'• Pág 49
" Pág 63
» ¡bid
" Ibid
^ Págs 63 \ siguientes
n Pág 56
" Pág 45 ver también pags 149 157
» Pág 505
» Págs 85 89 ver también pag 101
" Pag 88
" La diferencia decisiva entre el concepto hegeltano de VoRsgeist
y el empleo que de el hace la Htstonsche Schule consiste en lo si
guíente esta ultima concebía el Volksgeist mas bien como un des
arrollo natural que como un desarrollo racional y lo oponía a los
más altos valores de la historia universal Veremos mas adelante que
la concepción de la Historische Schule pertenece a la reacción positi
vista en contra del racionalismo hegeliano
» Ibid , pág 98
30 Pág 90
31
Pág 116
3¡
Pág 117
a Pag 118
M
Pág 150
35
Pág 329
3>
Jbtd
37 Pág 330
3t
Pág 350
m Pág. 350
«41 Pág 351
Ibtd
a Pág. 46
a Pág 523
44
Pág 90
45
«Über die Engli;iche ReformbiU»• en Schriften zur Polittk und
Rechtsphúosophíe, pag 366
« Hegel und seme Zeit. Berlín, 1857 pag 456
47
Ver las cartas de Hegel a Goschel (diciembre de 1830) y a Schult/
(enero de 1831), of F Rosenzweig Hegel iind der Staat Munchen
1920, vol 11 pag 220
Epílogo 407
Bibliografía 415
Notas 423