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Un anillo pasa-pasa

Para este truco utilizo un cordel de aproximadamente 1.50 metro de largo, una varilla de madera
de 45 centímetros de largo y 8 milímetros de diámetro y un anillo de hombre. El anillo puede ser
prestado pero yo prefiero usar uno propio para agilizar la presentación.

Efecto: Dos espectadores en escena, uno a cada lado del artista examinan un anillo, un cordel y
una varilla. Se enfila el anillo en el cordel y se ata fuertemente al mismo. Los espectadores suje-
tan las puntas del cordel con el anillo y con la otra mano sujetan cada uno una punta de la varilla.
El anillo viaja mágicamente del cordel a la varilla quedando enfilado en la misma.

Método: Nada está trucado y el efecto se consigue por pura manipulación.

Después de que los dos espectadores revisan los tres implementos se pone la varilla bajo el bra-
zo izquierdo y se hace enfilar el anillo en el cordel y se lleva hasta el centro del mismo. Ahora
ambas manos agarran el cordel como muestra el dibujo 1 con el anillo entre ambas manos. Con

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el índice y el medio de la mano derecha se pinza el cordel por arriba de la mano izquierda y a la
misma vez los dedos índide y medio de la izquierda pinzan a su vez el cordel por el punto que
muestra el dibujo 2. Separando las manos el resultado será un lazo tal como muestra el dibujo 3.
El anillo colgará del nudo central del lazo.

En el dibujo 3 hay que notar que el extremo izquierdo del cordel queda por debajo del bucle iz-
quierdo y el extremo derecho queda por encima del bucle derecho, como señalan las flechas.
Esto es automático si se ha hecho el lazo como muestran los dibujos 1 y 2.

Tirando de los dos bucles a la vez haremos que el nudo central se cierre sobre el anillo como
muestra el dibujo 4. Conviene apretar un poco para que el anillo quede bien seguro en el nudo
central del lazo.

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Ahora vamos a pasar los extremos del cordel por los bucles del lazo y esto hará que el nudo se
deshaga cuando tiremos de uno de los extremos. De esta manera el nudo desaparecerá y el anillo
quedará libre.

Tal como dije, el extremo izquierdo del cordel pasa por debajo del bucle izquierdo del lazo y el
extremo derecho, por encima del bucle derecho. Pasa el extremo izquierdo por el interior del bu-
cle izquierdo de abajo hacia arriba y el extremo derecho lo pasarás por fuera del bucle derecho
hasta la parte de atrás y luego lo pasas por dentro del lazo derecho desde atrás para adelante, tal
como muestra el dibujo 5.

Ve tirando del extremo derecho del cordel y esto hará que el bucle derecho se vaya cerrando so-
bre el nudo central y sobre el anillo. Si es necesario sujeta con la mano libre el nudo central. Lue-
go tira del extremo izquierdo para ir cerrando el bucle izquierdo. El resultado será un nudo de
apariencia muy complicada sobre el anillo. En realidad se trata de un nudo falso y si tiras del ex-
tremo derecho del cordel se deshará dejando el anillo libre. Pero eso no lo haces todavía sino que
pones la parte central del cordel con el anillo atado sobre tu palma izquierda abierta y cierras di-
cha mano. Entonces tiras del extremo derecho con la mano derecha y sentirás que el nudo se
deshace.

La mano izquierda se gira de manera que el pulgar señale hacia arriba y la derecha inmediata-
mente agarra el extremo inferior del cordel pero coordinada con esta acción, la mano izquierda
relaja su agarre sobre el anillo permitiendo que éste caiga unos centímetros a lo largo del cordel
hasta la mano derecha la cual se cierra en ese instante como si solo agarrara el cordel.

Inmediatamente esté el anillo en la mano derecha, la izquierda se pone horizontal dorso arriba.
La mano derecha envuelve la mano izquierda con el cordel pasando el mismo primero por el
dorso de la izquierda y luego por debajo de dicha mano. Los dedos izquierdos se abren ligera-
mente para que el cordel pase por dentro del puño.

La derecha con el anillo oculto toma la varilla de debajo del brazo izquierdo y al hacerlo enfila
secretamente el anillo en la misma llevándolo hasta el centro. Con la misma punta de la varilla
se levanta el extremo izquierdo del cordel y se le pide al espectador de la izquierda que lo agarre
fuertemente con su mano derecha.

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Usando nuevamente la varilla se levanta el extremo derecho del cordel y se le pide al espectador
de la derecha que lo suejete fuertemente con su mano izquierda. Es importante decirle a ambos
espectadores que sujeten fuertemente el cordel y que no lo suelten por nada del mundo.

Ahora se le pide al espectador de la izquierda que sujete la punta izquierda de la varilla con su
mano derecha (la que está más hacia el público) e igualmente se le pide al espectador de la dere-
cha que sujete la punta derecha de la varilla con su mano izquierda. El anillo estará siempre
oculto en la mano derecha la cual sostiene la varilla por su centro. La situación final se muestra
en el dibujo 7.

Recordarle a ambos espectadores que sujeten bien tanto varilla como cordel y que no suelten.
Pedir al resto del público que presten atención y contanto hasta tres, abrir primero la mano iz-
quierda mostrando que el anillo ha desaparecido del cordel y un instante después abrir la mano
derecha mostrando el anillo enfilado en la varilla.

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Los nudos viajeros
Este truco es un pariente pobre de otro más completo titula-
do “Pañuelos simpáticos” o también, como se les llamaba
en Barcelona, “Pañuelos Goldin” por ser este mago (Gol-
din) quien aparentemente mostró por primera vez el truco
por esos sitios.

El efecto es que el mago cuenta limpiamente seis pañuelos


separados, deja tres en una silla y ata los otros tres juntos y
los deja en otra silla. Los nudos pasan de unos pañuelos a
los otros. Puedes ver un video del truco aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=k1fKF3u7TSk

El truco de los nudos está hacia el final del video, después


de la entrada musical.

Para hacerlo necesitas seis pañuelos y yo uso dos rojos, dos amarillos y dos azules. Toma uno de
cada color y amárralos juntos poniendo el amarillo en el medio. Ahora agarra la punta contigua
al nudo y deja que los pañuelos cuelguen de ellas. De esta manera los nudos quedarán en el cen-
tro entre los pliegues de los pañuelos y éstos presentarán su punta superior y su punta inferior li-
bres. Mira la fotografía superior y entenderás perfectamente como es la cosa.

El dibujo superior muestra de manera más clara


lo que he tratado de explicar en el texto
principal: la manera de enrrollar los nudos para
que no se vean. Se supone que es un corte
transversal.

Para más ocultar los nudos sujétalos por las puntas, como muestra el dibujosuperior de la dere-
cha, y con la otra mano enrrolla una porción del pañuelo azul alrededor del nudo que comparte
con el pañuelo amarillo. Repite lo mismo con el pañuelo rojo y el nudo que comparte con el
amarillo. No hay que enrollar del todo; bastan unas tres vueltas para que los nudos queden ocul-
tos.

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Hecho lo anterior ata las tres puntas superiores de los pañuelos en un nudo flojo, según se mues-
tra en el primer dibujo inferior. Pasa las puntas de los tres otros pañuelos, los sueltos, por este
nudo, tal como muestra el segundo dibujo. El tercer dibujo muestra el nudo ajustado y sujetando
las puntas de los tres pañuelos sueltos. El nudo no hay que apretarlo mucho.

sueltos

En la presentación tomarás el atado de pañuelos y desharás el nudo que los sujeta todos. Como
este nudo está hecho solamente con las puntas de los tres atados, esta es una excelente manera de
controlar dichas puntas. Igualmente las puntas de los pañuelos sueltos quedarán perfectamente
controladas. Las puntas de los pañuelos sueltos se ponen entre índice y medio de la mano iz-
quierda y las puntas de los pañuelos atados se ponen entre pulgar e índice de la misma mano, por
supuesto, tal como lo muestra el dibujo que se ve abajo.
sueltos
atados

Lo que viene ahora es una cuenta falsa en la cual se contarán seis pañuelos aparentemente suel-
tos. En realidad cambiaremos los pañuelos sueltos contra los atados al contar el tercero. Esto se
hace como se explica en la página siguiente.

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1. Pinza entre índice y medio de la mano derecha uno de los pañuelos sueltos que tiene la iz-
quierda. La mano derecha se separa, sacude el pañuelo y se cuenta “uno”.

2. Nuevamente la mano derecha se acerca a la izquierda, pinza un segundo pañuelo suelto jun-
tándolo con el que ya tiene, se separa la derecha de la izquierda con los dos pañuelos, se sacuden
en el aire y se cuenta “dos”.

3. Al acercarse la mano derecha por tercera vez a la izquierda como para tomar un tercer pañue-
lo, se separa el pulgar del índice formando una pinza y a la vez la mano izquierda separa índice y
medio, tal como muestra el dibujo inferior.

Cuando ambas manos se juntan, los dos pañuelos que tiene la derecha entran automáticamente
en la pinza formada por los dedos índice y medio de la mano izquierda y los tres pañuelos atados
que están entre pulgar e índice de la izquierda entran automáticamente en la pinza formada por
el pulgar e índice de la mano derecha. Ambas pinzas se cierran y las manos se separan con lo que
habrá ocurrido un intercambio automático de los pañuelos sueltos y los atados, quedando estos
últimos entre pulgar e índice de la derecha y los tres sueltos entre índice y medio de la izquierda.

Las manos se separan, la derecha sacude los tres pañuelos que tiene y cuenta “tres”.

4. Sin hacer ninguna pausa, la mano derecha se acerca a la izquierda, toma un cuarto pañuelo, lo
sacude y se cuenta “cuatro”. Se repite dos veces más contando “cinco” y “seis”.

En apariencia hemos contado seis pañuelos separados; en realidad hemos hecho un cambio al
contar el tercero. Es importantísimo dominar esta cuenta. Hay que practicarla ante un espejo
hasta que salga perfecta y parezca simplemente que uno cuenta seis pañuelos sueltos.

Terminados de contar los pañuelos verás que quedan separados de alguna manera los atados de
los sueltos. En cualquier caso los podrás distinguir. Pasa los sueltos juntos a la izquierda y qué-
date los atados en la derecha. Pon entonces los atados sobre el respaldo de una silla que tendrás
puesta de antemano a tu derecha. A tu izquierda también tienes puesta otra silla.

Ahora vas a atar los tres pañuelos sueltos usando un nudo falso que te voy a ir explicando. Es
conveniente que el pañuelo amarillo quede en el centro de la ristra así es que deja cualquier de
los otros dos sobre el antebrazo izquierdo y toma un pañuelo en cada mano.

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Pon la punta del pañuelo de la derecha encima
de la del pañuelo de la izquierda tal como
muestran los dos dibujos de la derecha, uno
sin la mano para más claridad y el otro con
ella. Toma nota de que la punta del pañuelo de
la izquierda, que es la que va debajo, es más
larga que la otra.

Los dedos derechos toman la punta del pañuelo


de la izquierda y la llevan hacia abajo como
quien hace la primera lazada de un nudo. El pri-
mer dibujo de la derecha muestra el detalle de
el bucle que se forma alrededor del dedo índice
izquierdo y el segundo, en el cual se incluye la
mano, aclara mucho más la situación de los pa-
ñuelos en este momento.

La primera imagen de la derecha muestra el


medio-nudo que se hace con las puntas de los
pañuelos. Al apretarlo deberá quedar atrapado
el bucle X para lo cual al ir haciendo el nudo se
sacará el índice izquierdo del interior de dicho
bucle. El nudo falso casi cerrado con el bucle
atrapado se aprecia en el segundo dibujo.

Este nudo falso es muy bueno ya que los movi-


mientos para hacerlo son muy parecidos a los
que se harían para un nudo verdadero. El resul-
tado es un nudo muy firme pero que se deshace
fácilmente como se verá.

Continuando con el truco, se amarra el tercer pañuelo a la otra punta del pañuelo amarillo de ma-
nera que éste quede en el medio.

Los tres pañuelos atados se muestran claramente al público y se hace ver que son dos los nudos
que los sujetan. Ahora las puntas atadas del pañuelo amarillo se pinzan entre índice y medio de
la izquierda con los nudos colgando hacia el lado del público como para que se puedan ver bien.

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Los otros dos pañuelos colgarán de los nudos, por supuesto. La imagen que ilustra este paso es la
que sigue....

En efecto, el dibujo superior muestra la manera en que los dedos de la mano izquierda pinzan el
pañuelo central (amarillo) dejando que los nudos queden hacia adelante a la vista del público.

Después de que el público haya visto bien los nudos, la mano derecha pinza entre índice y medio
los dos pañuelos colgantes, tal como también muestra el dibujo superior. La mano derecha con
los pañuelos pinzados describe el arco indicado por la línea de puntos para envolver los pañue-
los sobre sí mismos pero cuando llegue dicha mano casi al final del movimiento verás que auto-
máticamente el canto inferior suyo vendrá a dar contra los pañuelos cerca de los nudos y
continuando el movimiento con algo de fuerza, no mucha, los nudos quedarán deshechos inme-
diatamente.

Sin detener el movimiento la derecha toma los pañuelos ahora enrollados y la izquierda se sale
de ellos. Estos pañuelos se ponen en la silla de la izquierda. En este momento el truco ya está
completamente hecho pero para el público todavía no comienza. Solo te resta decir que harás
que los nudos de los pañuelos de la izquierda pasen a los de la derecha de manera que los que es-
tán amarrados quedarán sueltos y los sueltos, amarrados. Realiza el juego de tomar y lanzar uno
a uno los nudos de manera invisible y termina levantando individualmente los pañuelos que es-
taban anudados para mostrar que están sueltos y luego tomando una punta de cualquiera de los
otros tres pañuelos que no sea el amarillo y mostrando que los que están atados ahora son estos.

Llevo muchísimos años presentando este truco y por eso puedo hablar con propiedad sobre él.
Se trata de un efecto excelente para hacer muy temprano en la actuación ya que es rápido y si
está bien hecho, incomprensible. Sin embargo también tengo una presentación usando dos per-
sonas del público para que sujeten los pañuelos. Esta presentación es buena tanto para actuacio-
nes infantiles como para adultos y te voy a detallar ambas. Para hacer el truco sin voluntarios
comienza como sigue.

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--Tengo aquí unos pañuelos de seda de esos que las mujeres se amarran a veces en la cabeza. Es
una moda que va y viene; ahora mismo no está de moda pero por ahí viene. Las mujeres se los
amarran en la cabeza, cuando son jóvenes para que el viento no les despeine el pelo. ¿Y cuando
son viejas? ¡Para que el viento no les lleve el pelo? Los pañuelos son seis y los voy a contar
para que vean que es así. El que quiera puede contar conmigo.

(Se hace la cuenta falsa ya explicada).

--De esos seis voy a tomar tres y los voy a poner en esta silla. Los otros tres los pondré en esta
otra pero antes los voy a amarrar con unos nudos. Los nudos me salen muy bien a mí porque eso
fue lo que estudié en el colegio.... estudié nudismo.

(Atar los tres pañuelos con el nudo falso).

--Ahí tienen ustedes los dos nudos. Quiero que los vean bien hasta el último momento.

(Agarrar los pañuelos como muestra el dibujo de esta página y mostrar bien los nudos al público
antes de hacer el movimiento con la mano derecha que terminará por deshacer secretamente los
nudos).

--Los pañuelos atados los pongo en esta otra silla. Ahora viene la magia. Los nudos que están
aquí los voy a pasar para allá de manera que los pañuelos que están amarrados queden sueltos
y los que están sueltos queden amarrados. Ustedes vigilen bien. Los hombres miran los pañue-
los amarrados, las mujeres casadas miran los pañuelos sueltos y las mujeres solteras me miran
a mí.

--Tomo el primer nudo invisiblemente y lo lanzo para allá. Tomo el segundo y lo lanzo también.
Oh, perdón.

(Se hace la mímica de tomar y lanzar los nudos de unos pañuelos a otros pero el segundo se finge
que ha caído en el suelo u otro punto y se dice “Oh, perdón”. Se finge recoger del suelo y se lan-
za hacia los pañuelos que supuestamente están sueltos.).

--Todo esto les puede parecer a ustedes una simple pantomima pero veamos si es verdad. Estos
pañuelos hace un momento estaban amarrados.... ¡ahora están sueltos!

(Tomar uno a uno los pañuelos que estaban atados y mostrar claramente que ahora están desata-
dos).

--....y los que estaban sueltos.... ¡son ahora los que están amarrados!

(Tomar una punta del pañuelo rojo o del pañuelo azul y tirar de los pañuelos para que queden
colgando formando ristra y pueda verse claramente que los nudos han pasado).

Tal como ya dije, este truco se puede hacer también con dos espectadores en escena. Yo mismo
lo hago de cualquiera de las dos maneras según el lugar en que esté actuando. Para hacerlo de
esta manera llama dos espectadores, pon uno a la derecha y otro a la izquierda. Cuenta los pa-

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ñuelos (con la cuenta falsa), haz una bola con los que están secretamente atados y entrégalos al
espectador de la derecha (siempre procuro que sea una chica o una niña si es actuación infantil).
Te voy a pasar todos los chistes que hago. Comienza así....

--Por favor, sujeta estos pañuelos bien apretados en la mano izquierda y sube esa mano lo más
alto que puedas. Un poquito más arriba. Bueno, y ahora vamos a.... (a la chica) Un poquito más
arriba. Ahora vamos a hacer.... (a la chica) Un poquito más arriba.

Si tu público fuera de adultos jóvenes o gente mayor pero pachanguera procura elegir para esto a
alguna chica que tenga vestido sin mangas. Así, cuando levante el brazo con los pañuelos le pue-
des decir:

--¿No te alegras de que hoy te afeitaste los sobacos?

Esto, que según donde, sería una grosería, si sabes cómo y dónde decirlo produce un alarido de
carcajadas por parte del público y nadie se lo toma a mal.

Prosigue atando los otros tres pañuelos con la misma charla que ya he puesto y luego de mostrar
los nudos y hacer el movimiento para enrrollarlos que a la vez deshace los nudos automática-
mente, entrégalos al espectador de la izquierda para que los tenga pero antes le preguntas su
nombre y de paso haces un chistecito....

--Estos pañuelos amarrados se los vamos a dar a.... ¿cómo te llamas?

El espectador dice su nombre y te giras hacia la chica de la derecha y le dices....

--Perdón. ¿Cómo te llamas?

--Margarita.

--Margarita.... un poquito más arriba.

Como previamente “sembraste” el chiste de que la chica levantara el brazo con los pañuelos,
este remate funciona lindo. Todo hay que decirlo con gracia y encanto. No queremos dar la im-
presión de abusar de la chica sino más bien de un coqueteo gracioso e inofensivo con el cual in-
cluso ella se divierte sin tomarlo a mal.

Al ir a lanzarle invisiblemente el primer nudo dile a la chica:

--Margarita, con cada nudo que yo te lance vas a sentir como una corriente eléctrica que te re-
corre el cuerpo. No tengas miedo. El dolor no te va a durar casi ni tres días.

Finge lanzar el primer nudo y pregúntale:

--¿Sentiste la corriente eléctrica?

Usualmente dicen que sí (o incluso te siguen la corriente y hacen un gesto cuando les lanzas el
nudo) pero si te dijeran que no entonces ripostas:

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--Podías haber dicho que sí que no te costaba nada.

Termina el truco tal como ya quedó dicho.

Para niños lo prefiero hacer con dos en escena y digo todo lo que he mencionado salvo lo afeitar-
se los sobacos, por supuesto.

Ahí queda entonces una nueva rutina profesional de mi repertorio que espero que te guste y pue-
das hacer.

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Periódico roto y recompuesto
He aquí una excelente versión del truco del
periódico roto y recompuesto. He usado el
adjetivo “excelente” debido a lo simple, prác-
tico y efectivo que me ha resultado este truco
el cual llevo en repertorio y no es otra cosa
que la simplificación al máximo del conocido
Periódico Flash original (al menos en su últi-
ma versión -- la más conocida) de un prestí-
mano estadounidense de nombre Gene
Anderson.

La restauración instantánea del periódico


roto es una idea mucho más antigua que la
versión de Anderson. Abiendo el siguiente
enlace podrás ver el truco presentado con este
final en 1942 y --tengo que decir-- de una manera mucho más ágil de lo que permite la versión
más moderna de Anderson. El artista del video se llama Howard De Courcy, prestidigitador bri-
tánico de origen suizo (creo) y su foto haciendo este truco la pongo arriba como tributo a este ar-
tista por la inspiración.

http://www.britishpathe.com/video/howard-de-courcy-issue-title-all-set/query/de+cour-
cy+magician

Hal Haviland, un prestímano americano cuya carrera floreció en las décadas de 1940-50 tenía
una versión también la cual se vendía en tiendas de magia y cuyo nombre en inglés era “Blen-
do” Torn and Restored Newspaper, es decir: Periódico roto y recompuesto “Blendo”, haciendo
referencia al efecto visual del truco con pañuelos llamado Blendo y la manera instantánea en
que se recomponía el periódico al final. Como refencia final diré que en el excelente libro Routi-
ned Manipulation I por Lewis Ganson, aparece la versión de Al Koran (página 36) de este mis-
mo truco. El gimmick de Al Koran es una placa de hojalata. Anderson cambia este gimmick y lo
fabrica de alambre blando y así es como lo vamos a hacer nosotros ahora ya que es la manera
más fácil y barata.

Las referencias anteriores son para aquellos que gustan de conocer más a fondo nuestro arte
pero pasemos ahora a lo práctico, que es la explicación del truco.

Lo primero que haremos será el gimmick, el cual consiste en un rectángulo hecho con alambre
flexible, tal como muestra la siguiente foto el cual harás con un alicate.

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Tal como puedes ver la juntura del alambre está localizada en un punto más o menos central. No
puedo darte las dimensiones del gimmick por la simple razón que donde yo vivo ahora (Pana-
má) utilizo un periódico tamaño grande lo cual aquí es muy normal pero en muchos países (Es-
paña, por ejemplo) los periódicos suelen ser más chicos. Sin embargo las dimensiones las
podrás determinar fácilmente ya que se desprenden por lógica del tamaño de periódico que uses.

A continuación rasgas dos trozos rectangulares de periódico cuya altura será equivalente a una
cuarta parte del alto total de la página de periódico que uses. Untas uno de estos rectángulos de
pegamente y pones el gimmick bien centrado encima, tal como muestra la primera foto inferior.

Tomas entonces el otro trozo rectangular de periódico y lo pones encima del primero, aprisio-
nando el alambre ente los dos. La segunda foto superiormuestra el resultado final, señalando el
rectángulo intermitente la posición del gimmick entre los dos papeles.

Es muy importante que queden bien pegados los dos papeles ya que el conjunto tiene que sopor-
tar no solo el peso del periódico duplicado que utilizaremos sino también el golpe final cuando
se hace la recomposición. Sería catastrófico que se separaran los papeles ya que esto daría como
resultado la caída al suelo del segundo periódico con el resultante ridículo frente al público.

Deja aparte el gimmick y vamos a dedicarnos al periódico du-


plicado, es decir, al que aparecerá al final como recompuesto.
Éste, tanto como el otro (el que vas a rasgar a la vista del públi-
co) estará formado por dos hojas enteras. Ponlo en una mesa
de manera que la última página quede hacia arriba (el lomo ha-
cia tu derecha) tal como muestra el dibujo derecho.

Dobla entonces por la mitad a lo largo las dos hojas superiores


de manera que el borde izquierdo de las mismas coincida con
el borde del lomo. Esto se puede ver claramente en el dibujo.

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Hecho el doblez anterior, pon el periódico con la primera página hacia arriba (lomo hacia la iz-
quierda esta vez) y dobla por la mitad a lo largo las dos páginas superiores de forma que el borde
derecho de las mismas vaya a coincidir con el lomo del periódico tal como muestra el primer di-
bujo inferior.

En este momento el periódico está doblado tal como se ve en el segundo dibujo superior. Las pá-
ginas traseras son las que estarán arriba de todo.

Abre ahora dichas páginas traseras (superiores) y dobla el lomo


del periódico por la mitad a lo largo de manera que su borde iz-
quierdo quede parejo con el doblez central, de la manera que
muestra el nuevo dibujo de la derecha.

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Vuelve a doblar las dos páginas superiores encima del
lomo del periódico y todo te quedará como muestra este
nuevo dibujo.

Ahora dobla las dos páginas superiores por la mitad a


lo largo de manera que su borde quede parejo con el
lomo, tal como muestro en el dibujo de la derecha.

Hecho lo anterior ahora vas a doblar las dos páginas in-


feriores encima de todo como puede verse en este nuevo
dibujo. Toma nota de que la separación entre los doble-
ces ha sido exagerada grandemente para que quede cla-
ro todo.

El resultado final de las operaciones hasta este mo-


mento es que el periódico estará doblado a lo largo en
una tira de una cuarta parte de su ancho normal, tal
como muestro en el primer dibujo de la derecha.

Lo siguiente que hay que hacer es lo que muestra el


dibujo central, es decir, se dobla la mitad inferior ha-
cia arriba de manera que el borde de abajo quede pa-
rejo con el de arriba. Se marca bien el centro del papel
e inmediatamente se desdobla la mitad inferior. La
operación solo se ha hecho para marcar el centro.

El tercer dibujo muestra un nuevo doblez, esta vez la


cuarta parta inferior se dobla hacia arriba de forma
que su borde coincida con el doblez central de la ban-
da de papel.

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Lo siguiente lo muestra el primer dibujo lateral: se dobla la
mitad superior hacia abajo y luego (segundo dibujo de arriba)
se dobla el cuarto que sobresale inferiormente también hacia
arriba formando entonces un paquete rectangular.

Gira el paquete 180 grados y míralo de perfil.


La configuración el papel tiene que ser la que
muestra el primer dibujo de la derecha.

Teniendo el periódico así doblado, doblarás


ahora las dos puntas superiores (marcadas X en
el dibujo de la derecha superior) y luego las dos
inferiores (marcadas Y en el mismo dibujo)
pero estas dos un poco menos de manera que
las puntas X y Y queden separadas y puedan ser
agarradas con facilidad.

Si ahora agarras las dos puntas X entre pulgar e índice izquierdos y las dos puntas Y entre pulgar
e índice derechos y sueltas todo lo demás verás que el periódico se desplegará en su caída y si a
la vez separas las manos verás que quedará perfectamente abierto entre ambas. Esto es lo que
pasará al final cuando hagas la recomposición.

Vuelve a doblar el periódico como antes y ponle goma


por la parte opuesta a las puntas dobladas. Ponlo en-
tonces encima del gimmick de papel y alambre que ya
tendrás preparado de antemano (según este dibujo).

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Dobla entonces el gimmick sobre el periódico tal como muestra el di-
bujo esquemático de la derecha. El alambre mantiene su forma alre-
dedor del periódico y lo sujeta bien.

Ahora tomarás dos hojas de periódico duplicados de las que ya has doblado. Estas dos nuevas
hojas son las que rasgarás delante del público. Abre dichas dos hojas juntas y pega el otro perió-
dico (el preparado con el gimmick) en el centro aproximado del cuarto superior de la izquierda

de la página central del duplicado. Mira el primer dibujo de arriba donde la X marca el lugar en
que has de pegar el periódico preparado con el gimmick. El segundo dibujo muestra una vista
superior y esquemática de la situación. En dicho dibujo puedes ver que cuando abres el periódi-
co duplicado, el preparado queda hacia tu cuerpo y además muy cerca de la mano izquierda que,
naturalmente, estará sosteniendo el periódico por la esquina superior izquierda de la misma ma-
nera que la mano derecha estará sosteniendo la esquina superior derecha.

Pasemos ahora al rasgado del periódico y aquí también vamos a abreviar ya que rasgaremos úni-
camente tres veces y no más. El tiempo que se tarda uno en rasgar el periódico ha sido siempre
uno de los puntos débiles de este truco ya que alarga innecesariamente el tiempo de ejecución
sin mostrar nada interesante para el público.

Las dos primeras rasgadas se


muestran a la derecha y consiste,
la primera, en rasgar a todo lo lar-
go del doblez central natural del
periódico. Al final, las dos hojas
de la derecha se ponen delante de
todo.

Para la segunda rasgada (segundo


dibujo) se gira todo un cuarto de
vuelta hacia la derecha y se rasga por la mitad. Al final los pedazos de la izquierda se ponen ade-
lante, cosa que el periódico preparado quede siempre descubierto hacia tu cuerpo.

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La tercera rasgada se hace girando todo un cuarto de vuelta hacia la iz-
quierda y rasgando por el centro tal como muestra el dibujo lateral. Los
trozos de la derecha los pones delante de los de la izquierda.

Para hacer la recomposición lo único que tienes que hacer es doblar hacia adelante los trozos de
papel formando con ellos un paquete delante del duplicado pegado. Entonces y mientras finges
seguir doblando los trozos, desdoblas el gimmick de alambre todo hacia adelante abrazando con
ambos lados del mismo los trozos de manera que éstos queden bien asegurados. Te quedarán
ante la vista las puntas dobladas del duplicado. Toma entre pulgar e índice derecho las de la de-
recha, es decir las superiores y entre pulgar e índice izquierdos las de la izquierda o inferiores.
Deja caer el periódico duplicado sujetando bien las puntas y el periódico entero se desplegará
llevando automáticamente hacia atrás los trozos.

Luego de la reacción del público solo tienes que arrugar las hojas todas juntas formando una
bola y descartar.

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Las tres cartas previstas
Se trata de un excelente truco de salón con cartas ya que es directo y breve.

Efecto: Tres espectadores mezclan tres sobre y cada uno toma uno al azar libremente. Se pide al
primero un número del uno al diez y se cuenta en una baraja hasta la carta que ocupa dicha posi-
ción la cual se da al espectador.

Al segundo espectador se le pide un número del once al veinte y al tercero uno del veintiuno al
treinta y en ambos casos se cuenta hasta la carta que ocupe la posición elegida y se da ésta a cada
uno de los espectadores.

Cuando sacan lo que hay en los sobres cada uno saca una carta gigante igual a la que cada uno ha
elegido libremente mediante su número.

Método: Los tres sobres están marcados para saber cuál elige cada espectador y por lo tanto sa-
ber la carta gigante que hay dentro de cada uno. En cada uno habrá una carta gigante y dichas
cartas serán duplicados de las cartas de forzaje que tiene la baraja.

La baraja está preparada para forzar los duplicados de estas tres cartas mediante los números
que los espectadores digan libremente. Según el sobre que cada uno ha elegido libremente se
pide el número del uno al diez, del once al veinte y del veintiuno al treinta.

La baraja: Hay tres series de cartas de forzaje las cuales ordenaremos de menor a mayor para
ayudarnos con la memoria. Supongamos que las cartas a forzar sean el 3 de trébol, el ocho de pi-
cas y la reina de corazón. Hay cinco cartas repetidas de cada una.

Ordenar la primera serie así: 3T-X-3T-X-3T-X-3T-X-3T-X

Como se ve las cartas de forzaje van en posiciones pares alternando con indiferentes (X).

La segunda serie se ordena así: 8P-X-8P-X-8P-X-8P-X-8P-X

La tercera serie se ordena así: QC-X-QC-X-QC-X-QC-X-QC-X

La primera serie se pone arriba, la segunda debajo de la primera, la tercera debajo de las otras
dos y finalmente se ponen veintidos cartas indiferentes abajo de todo para completar así cin-
cuenta y dos cartas.

Se puede ver ahora que el 3T saldrá a cualquier número impar del uno al diez. Igualmente el 8P
saldrá a cualquier número impar del once al veinte y la QC saldrá a cualquier número impar del
veintiuno al treinta. Para que culquier carta salga a un número par lo único que hay que hacer es
pasar secretamente una carta de abajo a arriba de la baraja. Hay muchas maneras de hacer esto:
empalme de abajo, corte, mezcla falsa. Cada cual tendrá su método favorito.

Ejecución: Se entregan los tres sobres cerrados a los espectadores para que los mezclen bien. Se
vuelven a tomar y se pide a una persona que tome uno a su gusto. Como los sobres están marca-

19
dos sabremos inmediatamente si es el No. 1 (3T), el No. 2 (8P) o el No. 3 (QC). De la misma ma-
nera nos enteramos de cuales son los sobres que escogen después otros dos espectadores que
también participarán en el truco.

Sacar la baraja y extender sus cartas de cara mostrando que todas son “distintas”. Si el público
está algo lejos puedes extender todas las cartas con impunidad pero si tienes cerca al público
basta con extender las veintidos de cara que son todas diferentes. Si sabes cómo, puedes hacer
una falsa mezcla total pero no es tan necesario.

Dirígete al espectador que tomó el sobre No. 1 y pídele que te diga un número del uno al diez. Si
dice un número impar no tienes que hacer nada. Simplemente cuentas hasta el número que te ha
dicho y le das la carta que ocupa dicha posición. Es muy importante que al ir contando las cartas,
cuando estés en alguna que sea par, es decir, indiferente, la gires cara al público para mostrarla.
Repite esto un par de veces durante la cuenta y luego, al llegar al número nombrado, gira la carta
anterior y la siguiente mostrando que si el número hubiera sido uno menos o uno más la carta hu-
biera sido otra.

En el caso de que te dijeran un número par, entonces pasas secretamente una carta encima de la
baraja por el método que prefieras con lo cual toda la serie de cartas de forzaje queda en posición
par. Cuentas hasta el número dicho, mostrando en este caso varias cartas en posiciones impares
y también la anterior y la siguiente a la que ocupa el número elegido. Finalmente entregas la car-
ta al espectador.

Las cartas que has contado las devuelves arriba de la baraja.

Después de entregada la primera carta te diriges a la persona que tomó el sobre No. 2 (8P) y di-
ciendo que esta vez lo harás más difícil, le pides un número del once al veinte.

Lo que viene es importante. Si la primera persona dijo un número impar, al entregarle la carta
que ocupaba el número elegido, las cartas que has contado sobre la mesa serán pares ya que al
entregar la elegida, queda una menos en el grupo. Por lo tanto, al devolver las cartas contadas
arriba de la baraja, la segunda serie de cartas de forzaje quedará en números pares
(12-14-16-18-20).

Sin embargo, si la primera persona ha dicho un número par y tú has agregado secretamente una
carta encima para hacer coincidir una carta de forzaje con su número, al regresar las contadas
arriba (después de darle la elegida al espectador) las cartas de la segunda serie quedarán en posi-
ciones impares (11-13-15-17-19).

Lo anterior lo puedes recordar perfectamente si solo consideras que si el primer número es im-
par el segundo será par y viceversa. Esto quiere decir que si la primera vez dicen un número im-
par, si la segunda dicen un número par entonces tampoco hay que agregar carta para el segundo
forzaje.

Igualmente si a la primera dicen un número par y tienes que agregar una carta, si a la segunda di-
cen un número impar entonces no hay que agregar nada para forzar la segunda carta.

20
Un poco de estudio con la baraja preparada te dejará en claro que si un número es impar las car-
tas de forzaje de la siguiente serie serán lo opuesto, en este caso par y viceversa. Esto se aplica a
las tres series de forzaje.

Mayor aclaración: Te dicen primero el número 7. No hay que hacer nada; solo se cuenta hasta
siete y se da la séptima carta. Al devolver las cartas contadas sobre la baraja las cartas de forzaje
de la segunda serie te quedan en posición par. Si a la segunda vez te dicen un número par por
ejemplo 24, no tienes que hacer nada sino solo contar hasta dicha carta y darla. Sin embargo, si
dicen un número impar tienes que agregar secretamente una carta arriba antes de contar.

Para la tercera serie es igual: si el segundo número es par, las cartas de forzaje de la tercera serie
quedarán en impar y viceversa.

Habiendo repetido tres veces la operación solo resta pedir a cada espectador que diga en voz alta
su carta elegida y luego pedirle a cada uno que saque lo que hay en el sobre que cada uno tiene,
haciéndoles mostrar la carta gigante al resto del público.

21
La baraja "Divino"
La primera vez que leí el secreto de esta baraja fue en un libro del Dr. Florensa. En ese momento
no le vi las posibilidades tan buenas que tiene por la falta de experiencia pero últimamente la he
estado estudiando y veo que se puede usar para hacer elegir una carta de una manera muy limpia
y saber inmediatamente cuál es. No solo eso sino que a pesar de que el espectador pierde la carta
elegida entre las demás, el artista la puede hacer aparecer inmediatamente sin ninguna manipu-
lación.

Preparación: Toma dos barajas del mismo dorso y saca de una de ellas veinticinco cartas bien
mezcladas y surtidas. De la segunda baraja saca las mismas veinticinco cartas y ordénalas en el
mismo orden que las veinticinco primeras. Pon un paquete encima del otro para componer así
una baraja de cincuenta cartas cuyas veinticinco primeras son iguales a las otras veinticinco y
además ambos grupos están ordenados en el mismo orden.

Presentación: Saca la baraja y muestra las cartas de cara para que el público vea que las cartas
son distintas. Es muy difícil sino imposible que los espectadores puedan ver nada raro pues las
cartas iguales están a veinticinco cartas de separación una de otra.

Haz una mezcla falsa total, por ejemplo la mezcla “a la Thurston” o la mezcla “por abanicos” ex-
plicada por Robert-Houdin en su famoso libro.

Pon la baraja en la mesa y pide a un espectador que corte y monte el corte. Pídele que corte otra
vez y una tercera si quiere. Finalmente dile que puede seguir cortando o parar en este punto y su
acción determinará el resultado final.

Haga lo que haga el espectador (de hecho, puede cortar infinitamente), toma finalmente la bara-
ja y de arriba reparte dos grupos de carta dando cartas alternadamente primero a la izquierda y
luego a la derecha hasta terminar toda la baraja.

Entrega el grupo de la izquierda al espectador y pídele que diga libremente un número del doce
al veinte. Cuando diga el número tú mentalmente le restas doce y recuerdas bien el resultado.
Por ejemplo, el espectador dice dieciseis. Tenemos entonces que 16 - 12 = 4. Recuerdas enton-
ces el número cuatro y tomando la otra mitad de la baraja le dices al espectador: --Usted ha dicho
el número que ha querido y este ha sido dieciseis. Cuente entonces cartas en la mesa una por una
así... una, dos, tres, cuatro... hasta llegar a dieciseis y toma entonces esa carta sin que yo la vea.

Lo que ha ocurrido es que le has mostrado al espectador lo que tiene que hacer usando para ello
el otro montón de cartas. Al contar una, dos, tres, cuatro, lo que has hecho es echar una carta por
cada número hasta el resultado de la resta mental que hiciste, el cual en nuestro ejemplo es cua-
tro. Tomas luego las cartas de la mesa y las vuelves a poner encima de tu grupo. En este momen-
to cuando el espectador todavía ni siquiera ha contado hasta su número, encima de tu grupo ha
quedado el duplicado de la carta que está en el montón del espectador al número que éste ha di-
cho (dieciseis en nuestro ejemplo).

22
Mientras el espectador cuenta hasta el número tú mezclas distraídamente tus cartas por arrastre
llevando la de arriba a abajo de todo, la miras secretamente y volviendo a mezclar por arrastre la
vuelves a llevar arriba de todo.

Mientras, el espectador ha contado hasta su número y ha tomado la carta. Le pides que la mire y
muestre a todos menos a ti y que la meta entre las otras cartas de su grupo y que finalmente mez-
cle para que ni él mismo sepa dónde está su carta elegida.

Ahora, con tu grupo en la mano izquierda, levantas con la derecha la mitad del mismo y pides al
espectador que ponga todo su grupo sobre el montón que tienes en tu izquierda, poniendo final-
mente encima las cartas que tienes en tu derecha. De esta manera queda encima de la baraja un
duplicado de la carta elegida y además sabes su identidad.

En este momento estás en condición de presentar cualquiera de una infinidad de trucos de carto-
magia que requieren que la carta elegida esté controlada arriba. Algunos ejemplos de magia de
salón son el truco del pato, la carta en el globo, la carta clavada, la carta en la cartera, etcétera.

23
Desaparición pañuelo I
Esta es una desaparición muy limpia de un pañuelo de seda inspirado en el trabajo del célebre
prestidigitador armenio Aryutun Akopian. Necesitas, aparte del pañuelo, un f.p. y un trozo de
papel de aproximadamente 18 x 10 centímetros.

Entrega el papel a un espectador pidiéndole que lo examine bien. Mete la mano derecha en el
bolsillo en que llevarás el pañuelo y el f.p. y cálzate éste último en el dedo pulgar. Saca el pañue-
lo a la vista sujeto entre pulgar e índice. El pañuelo oculta perfectamente el f.p.

Con la mano izquierda libre toma el papel de manos del espectador y entonces entrégale el pa-
ñuelo con la mano derecha. Inmediatamente agarra el papel con ambas manos cubiendo el f.p.
con el mismo como muestra el primer dibujo inferior. La X marca la mano derecha cuyo pulgar
tiene puesto el f.p.

Acto seguido sujeta el papel con la izquierda por su extremo como muestra el segundo dibujo
superior y pasa la mano derecha a lo largo hacia abajo como mostrando claramente que el papel
no tiene nada extraño. Al hacerlo, el pulgar con su f.p. queda oculto por detrás del papel como
señala el dibujo. Dale la vuelta al papel y repite la operación por el otro lado. Esto te permite se-
parar bien los dedos de la mano derecha ya que el f.p. va oculto por detrás del papel. De esta ma-
nera, fingiendo se lo más claro posible estás realmente facilitando el engaño.

Forma un cono con el papel alrededor del pulgar derecho tal como mues-
tra el dibujo superior. Al terminarlo dejas secretamente el f.p. dentro del
cono. El resultado final se muestra en el dibujo de la derecha.

24
Sujetando el cono en la mano izquierda, la derecha toma el pañuelo de manos del espectador.
Nota que en este punto puedes ser todo lo limpio que quieras ya que estando el f.p. oculto dentro
del cono, la mano derecha puede estar totalmente abierta.

Mete una parte del pañuelo en el f.p. dentro del cono, dejando que su mayor parte asome por la
boca de este último. Muestra claramente vacía la mano derecha. La situación se muestra en el
primer dibujo inferior. Muestra el cono de boca hacia el público. Como la manor parte del pa-
ñuelo todavía no está dentro del f.p. ésta ocupará toda la abertura del cono y todo se verá muy
limpio y claro.

Continúa empujando con el índice derecho un poco más del pañuelo dentro del f.p. y muestra la
mano derecha al público. Continúa así hasta tener todo el pañuelo dentro del f.p. En este punto
haces cualquier gesto mágico con la mano derecha y la muestras nuevamente vacía de cara al
público y con los dedos bien abiertos. Anuncia que el pañuelo ha desaparecido.

La mano derecha va al cono para abrirlo entre las dos manos pero al hacerlo el pulgar entra en el
cono de manera natural y necesaria para hacer dicha operación pero en realidad entra en el f.p.
tal como muestra el segundo dibujo superior. Si hacer pausa alguna ambas manos abren el papel
mostrándolo vacío e inmediatamente la derecha vuelve a hacer las mis-
mas acciones de pasar sus dedos sobre una cara del papel y luego sobre la
otra para mostrar éste vacío y limpio por ambos lados, teniendo siempre
el pulgar oculto tras el papel tal como muestra el dibujo de la derecha.

Después de esto las manos rompen el papel en pedazos y dejan caer éstos
al suelo. El pañuelo te queda en el f.p. el cual puedes descargar posterior-
mente o si quieres terminar el truco puedes simplemente hacer que el pa-
ñuelo aparezca del interior de tu boca lo cual es un truco con el f.p.
demasiado conocido para que lo tenga que explicar aquí. Quiero decir,
eso sí, que la combinación de esta desaparición tan limpia y la posterior
reaparición de la boca forman un truco de muy alto calibre.

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Desaparición pañuelo II
Hay muchos trucos que requieren hacer desaparecer un pañuelo de seda para que luego aparezca
en otro lugar. Se ven hacer poco principalmente porque muchos magos no saben como resolver
el problema de la desaparición. Existen métodos que van quedando en desuso como el tiraje, por
ejemplo, porque los magos no sabemos exactamente su funcionamiento correcto principalmen-
te, creo yo, porque son métodos que nos da miedo usar.

La siguiente desaparición también sufre del mismo desconocimiento por parte de los magos y
quizás por la misma razón: miedo de usarlo. Estoy hablando del cono doble de papel el cual,
bien usado, es una desaparición excelente, fácil y lo que es más importante: engaña bien al pú-
blico. Voy a explicarte cómo uso yo este cono pero primero su fabricación.

Utiliza dos trozos cuadrados de papel de embalar (papel manila) de unos 35 a 38 centímetros por
cada lado. Marca con un lápiz uno de los trozos de papel tal como muestra el primer dibujo supe-
rior: a partir del vértice inferior izquierdo X traza una diagonal hasta el vértice opuesto (superior
derecho). Traza después otra diagonal desde el vértice X hasta un punto situado a aproximada-
mente un tercio del lado superior. Pon goma en todo lo que está en blanco en el primer dibujo su-
perior dejando sin goma lo que está en gris. Pon el otro papel encima del primero y presiona todo
para pegarlo todo bien. Ponle algunos libros pesados encima y deja que se seque bien el pega-
mento, a ser posible de un día para otro.

El resultado de lo anterior es un papel doble con un bolsillo secreto (el área gris en el primer di-
bujo). Cuando esté bien seco vas a irle marcando estrías o dobleces a partir del vértice X en aba-
nico hacia arriba de manera que el papel quede ligeramente arrugado y no liso. Esto ayuda
mucho a disimular el pañuelo que desaparecerá en su interior.

Envuelve el papel en forma de cono sin hacer dobleces y metiendo la mano en su interior duran-
te el proceso podrás separar las capas de papel abriendo así el compartimento secreto. Sujeta el
cono en la mano izquierda. Toma con la derecha el pañuelo que va a desaparecer el cual deberá
ser de 45 x 45 centímetros y mete una parte dentro del compartimento secreto, dejando la mayor

26
parte afuera y cubriendo con su caída natural la doble abertura del cono. Muestra el cono de boca
al público para que comprueben que el pañuelo está realmente en su interior.

Termina de meter el pañuelo dentro del compartimento secreto del cono con la mano derecha,
saca dicha mano del cono y muéstrala vacía. Mete nuevamente la mano derecha dentro del cono
pero esta vez en vez de meterla en el compartimento secreto, la metes en la otra sección, la que
es el interior del cono propiamente dicho. Presiona contra la doble pared procurando aplanar lo
más posiblemente el pañuelo entre las dos capas de papel y cierra entonces la mano derecha
como si contuviera el pañuelo, sácala de cono todavía cerrada y finge meterte el pañuelo debajo
de la axila izquierda. Este subterfugio está adaptado de la bolsa-huevo y es una misdirection po-
derosa que aleja toda sospecha del cono.

Abre el cono manteniendo el papel pegado contra el pecho y apenas esté abierto la mano dere-
cha abierta se desliza de arriba hacia abajo sobre el papel como para mostrar que no tiene prepa-
ración pero lo que en realidad haces es “planchar” el pañuelo que está en el compartimento para
que el papel quede lo más plano posible.

Inmediatamente las manos sujetan el cono tal como muestra el dibujo inferior. La mano derecha
cierra la apertura del compartimento secreto y ambas manos sujetan firmemente el papel, cada
una por su lado y a la vez tiran en dirección opuesta con lo que el papel se aplana más todavía y

se ve más normal. Las estrías que le hiciste al papel y que se ilustran claramente en el dibujo
ayudan a disimular cualquier pequeño bulto si lo hubiera. Las manos giran mostrando el lado
opuesto del papel y el mismo se puede dejar caer plano sobre el suelo pero de manera que la
apertura secreta quede del lado opuesto al público.

Los espectadores estarán pensando que el pañuelo está bajo el brazo izquierdo y no prestarán
mucha atención al papel aunque de todas maneras hay que mostrarlo de la manera más limpia y
clara posible siguiendo los pasos que he detallado.

Finalmente finge escuchar que el público dice que el pañuelo está bajo el brazo. Levanta el dere-
cho mostrando que ahí no está. Te gritarán que está bajo el izquierdo y finalmente levantas tam-
bién este brazo mostrando que el pañuelo tampoco está ahí.

27
Viendo con los ojos

Vendados
Te voy a explicar ahora y paso a paso uno de los trucos más efectivos y prácticos que puedes pre-
sentar y el que considero el truco más fuerte de mi repertorio: el de ver con los ojos vendados.
Este es un truco que te puede dar mucha notoriedad, tal como me la dio a mí cuando lo puse en
repertorio como final de mi número cuando viví y trabajé en España. Este ha sido el final más
fuerte para mi número durante muchos años y lo he pulido y desarrollado durante todo ese
tiempo. Te voy a dar todos los detalles para que tú también puedas tener éxito con él.

Antes de empezar deja que te diga que no tienes que ser un "mentalista" para hacer este truco en
tu número. Si bien tiene un efecto muy fuerte del tipo mental, no deja de ser un simple truco tal
como la Bolsa y el Huevo o la Cuerda Cortada. De hecho, este es el final de mi número en el que
previamente presento los dos trucos mencionados. Algunos magos pensarán que esto es como
un sacrilegio ya que el pensamiento actual casi que prohibe mezclar los trucos de magia (en par-
ticular de este tipo de magia) con los de mentalismo pero no solamente se puede hacer sino que
es además tremendamente efectivo.

Tú también puedes mezclar trucos mágicos con trucos mentales y al hacerlo estarás en compa-
ñía de grandes artistas-magos que van desde Pinetti hasta David Copperfield, ¡casi nada! Así es
que saca de tu mente la idea de que si haces un número de magia no puedes incluir en él trucos
mentales. Los trucos mentales no son tan diferentes a los otros ni tienen por qué tener nada de
especial; únicamente muestran otro de los "poderes" del mago, el que le permite adivinar cosas
en contraposición a los que le permiten recomponer una cuerda cortada o hacer aparecer y desa-
parecer un huevo. Por supuesto que existe una diferencia en calidad de efecto.... ¡por eso es que
este truco es el final de mi número!

Comencemos con el asunto que nos interesa que es la explicación del truco de la venda. Yo uso
el más conocido de los métodos: mirar hacia abajo por un lado de la nariz y como el método es lo
menos importante de todo, salgamos inmediatamente de él.

Primero necesitas una venda y los dibu-


jos te enseñan como hacer una igual a la
mía, la cual no tiene ningún tipo de tru- 20 cm
caje. Es un proyecto muy simple de cos- Velcro Velcro
tura. 30 cm

Ahora necesitas cinta adhesiva. Antes


yo usaba esparadrapo pero ahora prefie- Doblar y coser
alrededor
ro la cinta industrial plateada, llamada
en inglés "duct tape" o cinta para ductos.

28
Es muy común y fácil de adquirir en cualquier ferretería. También vas a necesitar dos monedas
del tamaño de un medio dólar, es decir de unos 3 centímetros de diámetro.

Corta un trozo de cinta de unos 18 centímetros de largo y luego dos más pequeños de unos 9 cen-
tímetros. Estos dos últimos los recortarás a lo largo para que queden de unos 3 centímetros de
ancho. Toma uno de estos últimos trozos de cinta y pega una moneda en su centro y cerrando el
ojo derecho, pega la moneda exactamente encima de dicho ojo con la cinta de manera que ésta
última quede en diagonal, tal como muestra el primer dibujo inferior.

Pega ahora la segunda moneda en el centro del otro trozo pequeño de cinta y cerrando el ojo iz-
quierdo, pégatela encima con la cinta en diagonal. El segundo dibujo de arriba muestra como te
tienes que ver ahora.

Toma entonces el trozo más largo de cinta y pégatelo horizontalmente encima de los ojos, según
muestra el tercer dibujo superior. Al hacer esto tienes que cerrar los ojos con algo de fuerza pero
no mucha para que no lo note el público. Al hacerlo presiona la cinta sobre el punto de las cejas
procurando que se pegue bien sobre la cinta que ya pegaste antes. Por supuesto que también pre-
sionas para pegar bien la tercera cinta sobre los otros puntos de la cara. Los puntos más impor-
tantes que tienes que pegar son los lados de la nariz de manera que no quede separación ni
agujero por ellos.

En este punto estás realmente ciego, principalmente porque tienes los ojos cerrados. Ahora vas a
hacerte atar un pañuelo grande doblado de manera que forme una banda de unos 8 cm. de ancho.
Esta banda va en diagonal sobre uno de tus ojos, tal como muestra el primer dibujo superior.
Acto seguido te haces atar otro pañuelo doblado igual que el primero, en diagonal sobre el otro
ojo, quedando entonces como muestra el segundo dibujo superior.

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En este momento levanta con un poco de fuerza las cejas y la cinta se despegará de los lados de
tu nariz y podrás ver directamente hacia abajo. Procura no usar demasiada fuerza para que no lo
note el público. Igualmente procura no mover el resto de los músculos de la cara.

Hazte poner la venda encima de todo, quedando como se muestra abajo. A pesar de la aparatosi-
dad del vendaje, podrás ver perfectamente hacia abajo.

Practica lo anterior unas cuantas veces y después pide a algún familiar que te vende unas cuantas
veces más. Verás que es facilísimo mirar hacia abajo. De la misma manera que es imposible
amarrar a una persona con una cuerda larga sin dejar puntos flojos, tampoco se puede vendar a
alguien de esta manera sin que sea posible ver por los lados de la nariz. Debería haber dicho
"casi imposible" porque una vez, en una de mis presentaciones, me vendaron de la manera que
acabo de explicar y resultó que no podía ver nada. Es por eso que hay que comprobar si uno pue-
de ver hacia abajo antes de que te pongan la venda encima de todo. Esto yo siempre lo hice desde
la misma primera vez que presenté el truco y puesto que anticipé que podría pasar ya tenía la so-

lución la cual consiste simplemente en pedir la venda tomándola con ambas manos como mues-
tra el primer dibujo superior y ponértela tú mismo. Nota en los puntos en que están los pulgares
en el dibujo. Baja un poco la cabeza y cuendo te pones la venda como muestra el siguiente dibu-
jo, ambos pulgares entran bajo la cinta a ambos lados de la nariz y la despegan. En el momento
en que lo hagas lleva las manos a lo largo de la venda hacia atrás de la cabeza y pon la cabeza
vertical para que nadie piense que estás haciendo algo raro, que es exactamente lo que has he-
cho. En todo caso, la despegada de la cinta deberá ser instantánea. Ahora pide que te ajusten la
venda (pegando el Velcro) en la parte de atrás de la cabeza y podrás comenzar a maravillarlos.

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Hay otro problema que vas a encontrar las primeras veces que hagas esto: los ojos se te van a
cansar y la visión se te nublará. Esto te ocurrirá principalmente cuando estés delante de público
y me imagino que la tensión natural de estar delante del público puede agravar esta situación. Lo
único que puedes hacer es, como dicen, practicar, practicar, practicar. Ponte en casa las mone-
das, cintas y venda y quédate con todo puesto durante periódos cada vez más largos durante va-
rios días hasta que los ojos se te acostumbren y solventes el problema.

Quienes tengan bigote puede ser que tengan problema para mirar hacia abajo dependiendo del
bulto del bigote. No lo sé a ciencia cierta pero me imagino que un bigote muy poblado podría ser
un obstáculo.

Si usas gafas te las tendrás que quitar para hacer esto, por supuesto. Este problema lo tuve yo
pero cambié a lentes de contacto y esa fue la solución. Con los lentes de contacto puestos puedes
mirar perfectamente hacia abajo.

El último problema que voy a mencionarte es el de tus cejas. Cuando termines de hacer el truco
tendrás que arrancarte las cintas y te puedes llevar media ceja haciéndolo. La manera de arran-
carte las cintas es d-e-s-p-a-c-i-o. Siempre te arrancarás algunos pelos pero no tantos como te
arrancarías si lo hicieras rápido. Aparte hay una especie de golpe de mano para arrancarse las
cintas que no te puedo explicar pero que tú mismo desarrollarás luego de hacer esto algunas ve-
ces.

Bien, ya sabes todo lo que hay que saber sobre la parte técnica del truco. Ahora vamos a explicar
la presentación, que es lo más importante.

Materiales: Aparte de la venda, los pañuelos, las monedas y los trozos de cinta adhesiva, nece-
sitarás una bandeja de metal lo suficientemente grande para pegar las cintas y poner encima el
resto del material. También necesitarás un rotulador de trazo grueso y un bloc grande de papel
blanco. Traza una línea horizontal por el centro de la primera página del bloc y haz una X en la
sección superior, según el dibujo. La bandeja con todo encima se verá como muestra el segundo
dibujo inferior. Nota que si la pones encima del bloc, todo el aparato del truco ocupará muy poco
espacio. Este detalle es lo que hace que este truco sea tan práctico: la preparación es sencilla y
todo cabe en una bandejita.

Presentación: Solicita a una dama y a un caballero que te acompañen en escena. En mi caso es-
tas personas ya están junto a mí de un truco previo. Solo les pido que se queden conmigo cinco
minutos más. Esto es mentira, claro, ya que la presentación de la venda tarda más pero si dijera

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más tiempo entonces el público pensaría que van a ver un plomo. Es por esto que digo cinco mi-
nutos. Ambos espectadores los pongo hacia mi izquierda estando el hombre más cerca de mí.

Iré poniendo mi charla en cursiva.

--Voy a terminar mi actuación con algo completamente diferente a lo que les he mostrado hasta
ahora. Les pido que tomen nota de algo muy importante: en un momento, todos los implementos
que voy a usar estarán en manos de estas dos personas. Ellas podrán examinarlo todo y si hay
alguna trampa seguro que la encontrarán.

Toma el bloc y muéstralo al público.

--Sin embargo mi primera instrucción será para todos ustedes. Un un momento este caballero
va a pasar entre ustedes llevando este bloc y este rotulador. Quiero que noten que el bloc está
dividido en dos secciones por esta línea en el centro. Este caballero se acercará a alguien, a
cualquiera de ustedes y lo que quiero que esa persona haga es tomar el rotulador y escribir su
firma en la sección superior del bloc a continuación de la X. No quiero que hagan una firma pe-
queña. Lo que quiero es que la escriban muy grande; a ser posible que ocupe toda la sección su-
perior del bloc. Tampoco quiero una firma sencilla, iniciales y esas cosas. No, lo que necesito
es una firma complicada, con rayas y giros. Lo otro que necesito es que la firma sea verdadera.
No me vayan a inventar un simple garabato. Háganme su firma real.

Se habla ahora al caballero.

--Por favor, tome este bloc y este rotulador y ponga ambas cosas a mano sobre esta silla para
que las pueda tomar cuando yo se lo pida. Mientras, quédese aquí un poco más.

Al decirle al público el tamaño que tiene que tener la firma, haces gestos con los dedos sobre el
bloc para que entiendan perfectamente lo que quieres que hagan. Toma ahora la venda y entré-
gala al caballero.

--Tengo aquí una venda. Por favor, examínela. Puede palparla con los dedos. Está hecha de va-
rias capas de tela de tapicería la cual no es solamente gruesa sino también opaca. Pálpela.
Mire que no tiene ningún tipo de mecanismo oculto. Por favor tire de los elásticos. Vea que no
se mueve nada ni tienen ningún truco. Examine las costuras. Vea que no se abren ni nada por el
estilo. Ahora póngase la venda sobre sus ojos y mire esa luz brillante que está allá. ¿Verdad que
no se puede ver nada a través? Haga algo más: dele la vuelta a la venda y póngasela por el otro
lado. ¡No se puede ver nada a través! Ahora pásele la venda a esta señora y por favor, revise us-
ted también la venda como quiera.

Es importante que cuando el espectador se ponga la venda sobre los ojos digas que no se puede
ver nada A TRAVÉS. No le preguntes; afirma. Si le preguntaras si puede ver algo podría contes-
tarte que sí ya que seguramente podrá ver hacia abajo.

--Ahora aquí tengo dos monedas. Por favor, examínelas. Verá que son monedas completamente
normales que no han sido alteradas de forma alguna. Páselas a la señora para que ella las pue-
da examinar también. También tengo unos trozos de cinta adhesiva. Esta es cinta industrial y es
completamente opaca. Examine usted este trozo y usted este otro. ¿Pegan bien? ¡Por supuesto!
Aquí tengo un trozo más grande. Examínenlo también, por favor.

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En este momento todo está en manos de los dos espectadores. Muestra al público la bandeja va-
cía.

--En este momento todo lo que voy a usar está en manos de estas dos personas. Ellas han exami-
nado bien todo. Si algo de esto fuera trucado, ellos seguro que lo hubieran descubierto. ¿Están
satisfechos de su examen? ¿Han encontrado alguna cosa sospechosa? No. Muy bien entonces,
comencemos.

Ahora empieza el vendaje.

--Por favor entrégueme las monedas. Ahora deme uno de los trozos pequeños de cinta. Voy a
pegar una de las monedas en el centro de una de las cintas. Por favor, abra su mano.

Muestra la cinta con la moneda pegada en el centro y ponla en la mano del espectador más cerca-
no. Pega la otra moneda al segundo trozo de cinta y tenlo en tu propia mano.

--Ahora que ambas monedas están pegadas en las cintas las vamos a usar para pegármelas so-
bre los ojos, una moneda sobre cada ojo comenzando por mi ojo derecho el cual cierro primero.

Cierra el ojo derecho y pégate la moneda con la cinta encima de él. Que quede claro que la pegas
bien pegada.

--Deme, por favor, la otra cinta con la moneda. Esta me la pegaré sobre el ojo izquierdo. Com-
pruébenlo bien. Apriete sobre las cintas adhesivas para que se peguen firmemente sobre la
cara. Adelante, no tenga miedo. No son sus ojos. ¿Está satisfecho?

Es muy importante hacer que los espectadores presionen sobre las cintas adhesivas para que el
público vea que están bien pegadas. Ahora te diriges a la mujer.

--Señora, acérquese usted. Las mujeres son mejores detectando el engaño. Apriete bien las cin-
tas adhesivas para que queden bien pegadas sobre mi cara. ¡Fuerte, fuerte! Ahora, caballero,
tome la cinta más larga y péguela usted horizontalmente sobre mis ojos.

Con las manos haces un gesto horizontal sobre los ojos para que el espectador sepa bien lo que
tiene que hacer.

--Aquí es donde tiene usted que hacer un trabajo perfecto. Vea que la cinta queda perfectamente
pegada sobre mi cara y que no quede ningún agujero. Vigile especialmente los lados de la na-
riz. No quiero que nadie vaya a pensar que es posible ver por ahí. Por eso es que usamos cinta
adhesiva, para que puedan pegarla bien firmemente a mi cara sin que quede la menor rendija.
¿Terminó? La señora que se acerque y que examine mi cara. Por favor, presione con sus manos
sobre las cintas para que se peguen mejor todavía. ¿Están satisfechos de que no puedo ver ab-
solutamente nada? Si hay quien duda que se acerque al escenario y lo compruebe.

En lo anterior, al mencionar abiertamente la posibilidad de mirar por los lados de la nariz, elimi-
nas esta explicación de la mente del público. Tu insistencia para que comprueben una y otra vez
que las cintas están bien pegadas hacen que todo resulte muy limpio. Nadie se ha acercado nun-
ca a comprobar nada pero la manera tan abierta en que pides a cualquier incrédulo que suba de-
sarma al público. Ahora pides la venda y al ponerla delante de tu cara sin que haga contacto con

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ésta, abres los ojos y levantas levemente las cejas para despegar ligeramente las cintas y poder
ver hacia abajo por los lados de la nariz. Si todo está bien procedes a ponerte la venda encima de
los ojos y a pedirle a uno de los espectadores que una los elásticos en la parte trasera de la cabeza
mediante el velcro.

--Por favor, caballero, póngame la venda encima de los ojos y junte las puntas de los elásticos
atrás para que quede bien justa. Gracias. Damas y caballeros, ahora que estoy completamente
ciego voy a comenzar esta demos- tración. Caballero, tome ahora el bloc y el rotulador que
dejó en la silla y acérquese a cualquier persona del público para que escriba su firma. La per-
sona que sea recuerde bien que la firma tiene que ser genuina, compleja y grande para que ocu-
pe toda la zona superior del bloc. Y, caballero, cuando tenga la firma por favor, regrese bloc y
rotulador al escenario.

Yo siempre hago que el espectador ponga el bloc y el rotulador en una silla o cerca de las escale-
ras del escenario de manera que pueda tomar ambas cosas cuando comienza a bajar hacia el pú-
blico. Cuando le digo que tome ambas cosas yo puedo ver perfectamente dónde están pero un
toque sutil consiste en señalar, no exactamente hacia donde están las dos cosas sino un poco ha-
cia un lado. El público ve esto y refuerza la idea de que no puedes ver.

--Ahora quiero que todos me ayuden. Quiero que todo el mundo saque algún objeto personal,
cualquier cosa que tengan en el bolso o en el bolsillo. Pueden sacar lo que quieran y si tienen
ese objeto en la mano abierta, así, yo voy a caminar entre ustedes y pasaré los dedos sobre el
objeto sin tocarlo. Voy a repetir: no voy a tocar el objeto sino solo a pasarle la mano por encima
y trataré de decirles de qué color es, qué forma tiene, de qué material está hecho e incluso inten-
taré decirles cuál es el objeto. Para que esto valga la pena les voy a pedir que saquen ustedes
objetos que valgan la pena. No me vayan a sacar cosas comunes como cigarrillos, plumas, ani-
llos o esas cosas. Eviten los móviles, Blackberris, etcétera ya que todo el mundo saca eso y no
tiene ningún misterio. Saquen más bien lo más raro que tengan; algo bien personal si quieren.
Cualquier cosa que crean que sea un reto para mí. Señora, por favor, agárreme la muñeca iz-
quierda. Su trabajo será llevarme entre el públicoy cuando usted vea algún objeto que le parez-
ca interesante, me lleva allá.

Antes de bajar entre el público te tienes que asegurar de que el espectador haya firmado en el
bloc así es que dices:

--Antes de seguir, ¿ya está la firma? ¿Sí? Caballero, por favor, deje el bloc y el rotulador de
vuelta en la silla y regrese usted a su asiento. Damas y caballero, demos un aplauso a este se-
ñor.

Ahora empieza la demostración. La mujer te agarra la muñeca y te ayuda a bajar las escaleras (si
las hubiera) o te lleva entre el público. Cierra los ojos para que estés de verdad ciego y no vayas a
traicionarte haciendo algo que descubra al público que puedes ver. La mujer te lleva donde algu-
na persona con un objeto que ella crea interesante. Antes de llegar podrás ver el objeto. Pide a la
mujer que te ponga la mano izquierda por encima del objeto sin que lo toques. Mueve un poco
los dedos y comienza a decir cosas acerca del objeto. Entraré en esto en un momento. Una vez
que sepas de qué objeto se trata, gira la cabeza de manera que tus ojos no estén hacia el mismo.
Esto deberás hacerlo en los primeros segundos cuando la mujer está poniendo tu mano por enci-
ma del objeto. Como ya dije, podrás ver a unos pasos de distancia el objeto. Si identificas el ob-
jeto desde lejos entonces apenas la espectadora mueva tu mano hacia el mismo giras la cabeza

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hacia otro lado. No digas nada acerca de esto. El público lo notará. La idea que quieres transmitir
es que cuando llegaste al objeto tu cabeza estaba girada en otra dirección.

El público te va a mostrar muchos objetos diferentes, algunos muy difíciles de identificar pero la
mayoría muy fáciles pero que los dueños piensan que son un reto para ti. Con la charla inicial
hemos eliminado los objetos muy sencillos y comunes ya que si te muestran objetos de estos el
número se viene a pique. La idea para esto me vino leyendo un manual en inglés llamado The
Blindfold Book, el cual venía con una venda metálica que compré una vez. La venda nunca la
usé pero el librito me resultó muy valioso. La mejor parte, en mi opinión, es la cuarta en que en-
contramos la correspondencia entre dos magos estadounidenses (Faucett Ross y Paul Fox). En
la página 27 Ross menciona la presentación de este truco por el Dr. Tarbell y como la noche que
él lo vio el Doctor no se lució porque los objetos presentados eran de los más comunes. También
menciona al mago Francis Carlyle y como también dependía de que los objetos fueran fuera de
lo normal. Si tú no usaras la charla que te he dado o alguna otra similar, el público te sacará ma-
yormente tonterías como cigarrillos, encendedores y gafas pero usando las palabras que te he
enseñado te retarán con tijeras plegables, condones, medicamentos, senos artificiales, tampo-
nes, plátanos.... todas estas cosas y muchas más me las han sacado.

Otro detalle importante es la cantidad de objetos que vas a "captar". Nunca tienen que ser más de
cinco. Aún con todo lo que me falta por enseñarte para hacer que esta demostración sea intere-
sante e impactante, cada nuevo objeto es más de lo mismo y el público se aburrirá y no solo eso
sino que empezará a pensar que de alguna manera estás viendo.

Ahora voy a enseñarte muchos detalles importantes que harán que este truco sea sensacional.
Todos estos detalles los he aprendido a lo largo de muchas presentaciones. Como ya te dije,
cuando te acerques al objeto procura verlo antes de llegar. Si es objeto común entonces lo "foto-
grafías" en tu mente y giras la cabeza para el otro lado mientras la espectadora te pone la mano
por encima del mismo. Por "fotografiar" el objeto quiero decir que no trates de recordar cons-
cientemente su color o forma o lo que es sino que solamente formes una imagen de él en tu men-
te sin usar palabras.

Es muy importante que los primeros dos objetos no los describas completa o certeramente sino
que te acerques lo suficiente a lo que son para que el público comprenda que algo estás captan-
do. Esta es una manera de crear tensión y en el público el deseo de verte triunfar al 100%, lo cual
harás con el tercer objeto y ahí ganarás un gran aplauso.

Supongamos que el primer objeto lo identificas como una medalla de oro sin su cadena. Puedes
decir algo así:

--Es algo muy pequeño. Creo que está hecho de metal, quizás plata. ¿La persona que lo tiene es
la propietaria? Usted llevaba esto puesto hace un momento, ¿no es cierto? Se lo acaba de qui-
tar para probarme. Es algo de joyería, una joya y tiene grabada la imagen de una mujer. Por fa-
vor, muéstrelo al público para que puedan ver si estoy o no en lo cierto.

Es importante que deduzcas cosas sobre los objetos que no podrías saber incluso si los vieras. En
el ejemplo anterior (el cual es muy común) yo afirmo que la persona llevaba el objeto puesto y se
lo quitó un momento antes lo cual casi siempre es verdad pero aunque no lo fuera, la mayor parte
de las personas no te contradice por lo que tienes mucha libertad para ir diciendo cosas como es-

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tas. Hay ciertas aproximaciones tal como decir plata en vez de oro. Esto le da credibilidad al nú-
mero.

Existe otro factor que yo llamo "la memoria de los objetos". Quiere decir que hay muchos, mu-
chos objetos que tú conocerás y desde el mismo momento que los veas por primera vez sabrás lo
que son y no los tienes que mirar más porque los puedes describir por tu memoria anterior de
ellos. Por ejemplo, a veces me sacan un estuche de lentes de contacto. Estos son usualmente de
plástico blanco con un par de comparti- mentos, cada uno con su tapa a rosca. Como yo uso len-
tes de contacto y he tenido de estos estuches ya sé que en una de las cubiertas tienen grabado un
corazón para saber que es el que corresponde al ojo izquierdo. A veces en vez del corazón tienen
la letra L correspondiente a la palabra inglesa "left" que significa izquierda. También sé que si la
persona lleva consigo el estuche es porque con casi seguridad lleva los lentes puestos y trajo el
estuche por si acaso se cansan los ojos y se tiene que quitar los lentes. En este caso el estuche es-
tará casi siempre lleno con el líquido especial que se usa para guardar los lentes de contacto. He
aquí, más o menos, como manejo este objeto:

--Siento que esto es una especie de botella o envase. Está lleno con un líquido. Capto que el lí-
quido que hay dentro es claro o transparente. En alguna parte, quizás en la etiqueta hay el dibu-
jo de un corazón, ¿no es cierto? ¡Sí! ¡Ya lo tengo! Es un envase plástico de líquido endulzante.
¿No? ¡No me lo diga! Hmmm, el líquido que hay dentro no es dulce, es más bien salado. Había
algo dentro de este envase que ahora no está ya más adentro. Yo creo que usted tiene eso puesto
en alguna parte de su persona. No lo entiendo. Este envase es realmente extraño. Tiene dos ta-
pas y una de ellas tiene el dibujo de un corazón. ¿Es cierto lo que digo? Muéstrele el objeto al
público.

Tal como dije, los dos primeros objetos es preferible no decir completamente lo que son. Sim-
plemente se acerca uno lo suficiente en la descripción para picar al público y ponerlo a desear
que tengas éxito completo. También convence sutilmente al público de que no puedes ver por-
que si pudieras no cometerías esos "errores". Los errores en este caso son mucho mejor que
acertar completamente porque te acercas tanto a la identidad del objeto que todo parece real.

En caso de que el objeto te lo mostraran después del segundo solo basta agregar una última frase
diciendo lo que es, por ejemplo:

--Haré en último intento. En ese envase es donde usted guarda sus lentes de contacto, ¿sí o no?

Cuando llegues al tercer objeto comienzas en el mismo estilo a darle vueltas describiéndolo has-
ta que esta vez le dices de qué objeto se trata. Cada vez que termines con un objeto le pides a la
persona que lo muestre a todo el mundo. Igualmente insistes ante el público para que saquen ob-
jetos difíciles y originales. A estas alturas la mujer que te lleva de la muñeca habrá comprendido
la idea y te llevará ante objetos que valgan la pena. Si vieras que te lleva ante objetos insignifi-
cantes tales como gafas o llaveros, puedes intentar tú mismo pasar a otro objeto. Le puedes decir
directamente en voz baja que te lleve a objetos interesantes pero sin que se comprenda que has
visto nada. En algunos casos oirás que de alguna parte de la sala llaman a la espectadora para
que te lleve hacia allá. Si detectas que es un grupo de personas el que te llama, procura que la es-
pectadora te lleve hacia allá. Simplemente se lo dices ya que has oído que te llaman. Casi siem-
pre los objetos son muy buenos y hasta con posibilidades de hacer un poco de humor. De esta
manera me han sacado zapatos, compresas sanitarias femeninas (sin usar, por supuesto) y mu-
chos objetos raros tal como una zanahoria una vez. Dependiendo de donde estés actuando te sa-

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carán objetos hasta groseros pero recuerda bien que no has sido tú quien los ha sacado sino ellos.
Tú solamente los describes para dejar claro que has captado lo que son y muchas veces puedes
dejarlo bien claro sin tener que mencionar su nombre, si no quieres. Por supuesto que todo aquí
depende de la personalidad del artista, el lugar en que actúa y la clase de público que tiene delan-
te. Lo que sí no puedes hacer es ofenderte por nada ya que si lo haces dejarías prácticamente cla-
ro que estás viendo. Sea lo que sea el objeto tienes que describirlo como si no lo supieras. Los
condones son bastante comunes y son objetos por los que a estas alturas de la historia nadie se
tiene que ofender. Te voy a decir cómo manejo este caso. Usualmente oirás grandes risas de al-
guna parte de la sala. Las risas son porque alguien ha sacado el condón y los que están alrededor
han pensado que es algo tan, pero tan original, que no vas a poder adivinarlo. También ríen por
el hecho del condón mismo, por supuesto. Pero tal como te dije, el condón es común que te lo sa-
quen. Normalmente lo tiene en la mano un hombre: el propietario:

--Es algo pequeño. Un envoltorio. Capto el color azul, capto el rojo, también blanco. Hay unas
letras afuera. Hay algo adentro. Capto la idea de que el dueño de este objeto es una persona
muy optimista. (Aquí oirás una gran carcajada). Este objeto lo ha estado llevando en la cartera
por mucho tiempo. (Otra gran carcajada). Se trata de un objeto blando, enrollado. Es un pre-
servativo. ¿Sí o no? ¡Ah! Y ya pasó la fecha de vencimiento. (Gigantesca carcajada).

Te voy a seguir dando ejemplos. Recuerda siempre decir más cosas acerca del objeto que las que
podrías saber solamente viéndolo. Por ejemplo, yo actúo mucho en banquetes y cenas. Muchas
veces (usualmente un hombre) me muestra una tarjeta de esas en que vienen las pildoras medici-
nales o comprimidos. Normalmente en estos lugares suelen ser comprimidos más bien grandes.
Inmediatamente sé que se trata de Maalox o algún otro remedio para el estomago. El dueño tiene
usualmente problemas estomacales, quizás gastritis, quizás hasta una úlcera. Seguro que nor-
malmente sufre de acidez después de cenar. Si ves que faltan comprimidos en la tarjeta es proba-
ble que se haya tenido que tomar alguno (recuerda que la presentación es usualmente después de
que todos comieran). Quizás ha sido como preventivo pero hay la posibilidad de que la comida
le haya caído mal. No vayas a decir nada acerca del último caso ya que a lo mejor te interesa que
te vuelvan a contratar en ese restaurante. A veces verás que en vez de mostrarte la tarjeta com-
pleta con los comprimidos te muestra solo una sección que ha recortado en la cual es probable
que haya cuatro de ellos. Todo esto te lo digo por mi experiencia de muchos años haciendo este
truco. En este caso he aquí lo que digo:

--Esto es algo plástico. Posiblemente una tarjeta de crédito. No, no me parece. Hay algo de me-
tal. Plateado. Hay algunas cosas redondas. ¿Como las ruedas de un cochecito? No, esperen.
Esto ha estado recientemente en contacto con algo de metal. Quizás antes de salir de su casa us-
ted lo tocó con algo de metal como un cuchillo o unas tijeras. ¡Sí! Me atrevo a asegurar que an-
tes de salir de su casa usted o alguien, a lo mejor su esposa, tomó unas tijeras y cortó este objeto
plástico que usted tiene en su mano. Le hago una pregunta: ¿usted sufre del estómago? ¡Sí!
Pero puedo adivinar que esta noche se siente muy bien, ¿y por qué no? Ha cenado maravillosa-
mente en este restaurante y no se ha tenido que tomar ninguna de esas cuatro píldoras de Maa-
lox que siempre lleva encima.

Bastante parecido ejemplo es el del caballero que me sacó uno de esos estuches de cuero en los
que caben dos cigarros puros. Esto también fue en una cena. El estuche estaba cerrado pero adi-
viné que el dueño se habría fumado uno de los puros con el café después de la cena, tal como es
la costumbre en España, donde actuaba yo en aquel entonces. Como el estuche estaba cerrado
no podía saber si le había ofrecido el otro puro a algún amigo así es que dije lo siguiente:

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--Hmmm, esto es algo de cuero. El cuero lo capto fácil. Debe de ser muy oscuro de color. Ma-
rrón oscuro o hasta negro. No es una billetera ni nada por el estilo. Es algún tipo de estuche o
caja. No lo abra. Hay algo adentro, ¿no es cierto? Tengo la impresión de que antes de venir
aquí, cuando usted todavía estaba en su casa, usted abrió este... estuche... y metió algo en él.
Eso fue justo antes de salir para acá. Quizás metió un objeto, quizás metió dos. Ahora mismo
solo hay uno adentro, ¿no es así? Hace un momento usted abrió esto y sacó algo de adentro.
Capto como que lo destruyó. ¡Esperen! Ya lo tengo. Adentro hay un puro o había. Usted se aca-
ba de fumar uno de ellos.

A veces si se trata de una cena o banquete las personas toman objetos de la mesa para mostrárte-
los: tenedores, saleros, servilletas y flores. A veces se han entregado placas de reconocimiento o
premios que ellos te mostrarán. Estos objetos pueden resultar muy aburridos así es que los pasas
rápidamente tratando de decir algo interesante sobre ellos, tal como:

--Esto es algo que la persona que me lo muestra no lo traía cuando vino esta noche. ¿No es así?
Este objeto no es de su pertenencia... es algo que acaba de tomar de la mesa para probarme. Me
parece que es un cubierto. Muéstrelo a todo el mundo.

En estos casos no quieres ser tan específico acerca del objeto. La sensación que te interesa trans-
mitir es que no vas a perder más tu tiempo con objetos similares. Esto usualmente hace que el
resto del público quiera colaborar para que el acto sea más sensacional y sacará mejores objetos.
Sin embargo si es una placa de reconocimiento puedes leer el nombre de la persona y sin decirlo
completamente puedes decir solo el apellido, por ejemplo. Aquí te doy un dato: averigua antes si
hay placas o premios y procura mirarlos antes de que los entreguen. Memoriza sus detalles y así
los podrás describir con la cabeza volteada hacia otro lado en el caso de que alguien te muestre
uno.

También te sacarán tarjetas de crédito, tarjetas de miembro de alguna entidad o asociación y bo-
letos de lotería. Con la ayuda de un buen sistema de mnemotécnia podrás memorizar rápida-
mente los números de tarjetas de crédito. El nombre de la persona es más fácil pero yo nunca lo
digo completo. También puedes usar la fecha de caducidad de las tarjetas:

--Esto es algo plástico. Hay algo electrónico. No, más bien magnético. Me imagino que es una
tarjeta de crédito. ¿Quieren saber de qué banco es? ¿Qué se creen que soy? Está bien, lo inten-
taré. Es un banco muy importante. Podría ser Citibank. ¿Lo es? Bueno, ya se lo dije, señor Gar-
cía. Muéstrela a todo el mundo. Oh, ¿quiere también que diga el número? Sí, dígamelo, dice el
señor. Bueno, lo intentaré pero por seguridad solo le diré los primeros ocho dígitos. Son, vamos
a ver, 4540 3367. Ah, y de paso, su tarjeta caduca el mes que viene.

A veces algunas experiencias recientes que hayas tenido te dará buenas oportunidades. Cierta
vez cuando vivía en España fui al Corte Inglés y al ir a pagar con mi tarjeta del establecimiento
la mujer que me atendió me dijo que ahora tenían una nueva tarjeta y que en cinco minutos me
cambiarían la vieja por una nueva. Le dije que lo hiciéramos y mientras, para conversar, le pre-
gunté que desde cuándo tenían esta nueva tarjeta. Me respondío que desde hacía menos de un
mes. Poco tiempo después un hombre saca una de estas nuevas tarjetas en mi número. He aquí
más o menos lo que dije:

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--Esto es algo hecho de plástico. Tiene muchas letras y números. Siento el color blanco, siento
el verde. Hay otro color. Es negro o marrón muy oscuro. ¿No? ¿No hay algo de este color en el
objeto? Ah, es que no le dije que ahora mismo usted no lo puede ver ya que está del otro lado.
Gire el objeto y lo verá. ¿Lo vió? ¡Se lo dije! Yo estoy ciego y le digo algo sobre su objeto que
usted ni siquiera sabía. Bueno, es una tarjeta de crédito. Estoy captando algo más. Esta tarjeta
usted la ha tenido muy poco tiempo. Le puedo decir que hace un mes usted no la tenía. ¿No es
cierto? ¡Sí! ¿Quiere que le diga qué clase de tarjeta es? Es una tarjeta de El Corte Inglés... ¡se-
ñor Rodríguez!

Después de la presentación el hombre me dijo que había perdido su billetera con todas sus tarje-
tas de crédito hacía cuestión de un mes y que las había tenido que sacar todas de nuevo. Estaba
muy sorprendido de que yo pudiera saber eso. Yo no lo supe; solo supe que esa tarjeta particular
no la podía haber tenido más que unas pocas semanas pero en su mente él lo unió todo.

Cuando te muestren un objeto muy raro y no sepas qué es puedes simplemente describir su apa-
riencia y pasar rápidamente a otro. Sin embargo deberás siempre tratar de determinar de qué ob-
jeto se trata antes de darte por vencido. Yo he tenido grandes momentos con objetos raros.
Cierta vez una mujer de edad sacó una especie de copa hecha de lo que pude ver que era una cla-
se de plástico muy extraño. El objeto se veía que era viejo y estaba algo rayado y yo no tenía ni la
menor idea de lo que era. Comencé a describir la apariencia y de repente me vino a la mente un
libro de ciencias de mi época de escuela primaria: el objeto era una copita que se usaba para la-
varse uno los ojos. Ya había empezado a describirlo, como dije pero me detuve y le pedí a la se-
ñora que le mostrara el objeto a la persona que tenía en la butaca delante de la suya y le pregunté
a esta persona (era un hombre, recuerdo) si él sabía lo que era el objeto. Le hice que se lo mostra-
ra a la persona en otra fila (la presentación fue en un teatro) para asegurarme de que esta persona
no la conocía ya que si le hubiera dicho que se lo mostrara a alguien al lado suyo entonces era
muy posible que dicha persona conociera el objeto. Cuando el caballero dijo no tener ni la me-
nor idea de lo que era el objeto, yo continué así:

--¿No lo sabe? ¿Usted con los ojos abiertos no lo sabe? Yo estoy ciego y ustedes quieren que yo
le diga lo que es este objeto tan extraño que ni mirándolo con los ojos abiertos sabe uno lo que
es. Muy bien. El propietario de este objeto lo ha utilizado hoy. ¿Es o no es cierto? ¡Muéstrelo a
todo el público!

De vez en cuando alguien dirá en voz alta que tú estás viendo. Cuando esto ocurra hay que dete-
nerse y decir:

--He oído que alguien dice que a pesar de todo el vendaje que tengo sobre los ojos yo puedo ver.
¿Quién lo dijo? ¿Quiere usted comprobar que todas las cintas adhesivas están fuertemente pe-
gadas sobre mis ojos y que no hay manera alguna que yo pueda ver?

Diciendo lo anterior tiras hacia abajo de la venda de forma que quede sobre tu cuello y al hacerlo
presionas secretamente las cintas adhesivas para que se peguen bien a los lados de tu nariz.
Cuando lo hagas es importante que cierres bien los ojos. Así puedes mostrar que tus ojos están
perfectamente sellados y es la misma persona que dijo que veías quien lo comprueba. Después
de esto le pides a la persona que vuelva a ponerte la venda sobre los ojos igual que al comienzo y
nuevamente facilitas la abertura a los lados de la nariz.

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Esta situación es muy buena porque suele darse cuando ya has descrito dos o tres artículos. El
público comenzará a buscar una explicación en su mente y casi la única que encuentran es que
puedes ver de alguna manera. Por eso es que después de que me ocurriera un par de veces incor-
poré este detalle a la rutina y ahora cada vez que la hago, al cabo de tres artículos digo:

--La única explicación es que yo puedo, de alguna manera, ver. Ustedes saben que eso no es po-
sible. Sin embargo me voy a quitar la venda y voy a pedirle a la persona que esté más cerca que
se levante y compruebe no solo que todas las cintas están pegadas sólidamente sino que las mo-
nedas están en su sitio sobre mis ojos y que no hay forma posible de que yo pueda ver.

La persona se levanta y revisa como ya quedó detallado. Te vuelve entonces a poner la venda.
Usualmente la abertura que logras esta segunda vez es mucho mejor que la primera y además
puedes ayudar a ajustar la venda para ponerla mejor según te conviene. A estas alturas, curiosa-
mente, el público no presta tanta atención como al principio.

Cierta vez estaba yo presentando esto cuando me llevaron a una mesa donde había una pareja. El
hombre tenía una medalla y al acercarme, su compañera dijo en voz alta que yo ya había visto el
objeto. Lo describí y cuando terminé ella dijo:

--Por supuesto que puede decir todo eso porque usted vio la medalla cuando se acercó.

En este punto dije la charla que ya puse cuatro párrafos más arriba, me bajé la venda y le pedí
que comprobara que todo estaba bien pegado. Ella comenzó a tirar de las cintas a los lados de mi
nariz para ver si estaban pegados. Lo estaban pero yo le dije:

--Si usted tira de las cintas las va a despegar usted misma y luego dirá que yo veía por ahí. Por
favor compruebe solamente si están pegadas firmemente.

Ella finalmente quedó satisfecha e hice que me pusieran otra vez la venda y entonces ella dijo:

--Bueno, ahora a ver si me puede decir el objeto que tengo yo.

Yo había anticipado que eso era justamente lo que iba a ocurrir después así es que ya había mira-
do y vi que sacó algo de debajo de la servilleta que estaba sobre la mesa. Inmediatamente reco-
nocí que era una estampa religiosa de esas tan comunes que tienen por un lado la imagen de
algún santo o vírgen y por el otro una oración. La sacó con el lado de la oración para arriba así es
que yo ya sabía lo que era antes de que me lo preguntara y cuando lo hizo ya tenía la cara hacia
otro lado.

Le pedí que pusiera el objeto bajo mis dedos sin que yo lo tocara y dije algo así:

--Siento que esto es algo plano. Podría ser plástico. Podría ser papel o cartulina.... como una
postal. Hay un imagen. Creo que es una mujer. Dígame, por favor, ¿hay la imagen de una mu-
jer? (contestó que sí) Está a colores pero.... no está del lado que usted me está mostrando, ¿no
es cierto? Le digo que la imagen está del otro lado, el lado que nadie puede ver porque está con-
tra su mano. El lado que usted me está mostrando ahora está lleno de letras.

Esto fue realemente sensacional y hubo exclamaciones de asombro de las mesas cercanas que
podían ver claramente lo que era el objeto. También el público, captando el pequeño drama que

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había ocurrido en su presencia, me premió con una gran ovación, siendo el que más aplaudió el
compañero avergonzado de la dama que con su aparente impertinencia me proporcionó un gran
éxito. ¡Ojalá en cada presentación tuviera yo una como ella!

Cuento todo esto para que puedas ver todas las cosas maravillosas que pueden ocurrir durante la
presentación de este truco. No tengo forma de saber los objetos con que te puedas encontrar (ni
siquiera puedo saber los que me van a mostrar a mí) pero después de unas cuantas veces verás
que las situaciones comienzan a seguir un cierto patrón y estarás preparado para casi cualquier
cosa que pueda ocurrir.

Volvamos a la presentación....

Cuando hayas descrito unos cuatro objetos, acércate a uno nuevo y en este vas a fallar. Di algo
como:

--Este objeto es muy difícil. No capto lo que es. Deja eso y pasemos a otro.

Por supuesto que habrás visto perfectamente el objeto y procura que sea uno que valga la pena
aunque a estas alturas del truco casi todos la valen. A la vez que miraste el objeto también has
mirado a la persona que lo tiene. Como te dije antes, no trates de fijarte en detalles; simplemente
haz una fotografía mental del objeto y la persona. Si la persona está sentada puedes incluso ver
su cara, el tipo de peinado, gafas, joyas, color de camisa o blusa, tipo de vestido, cualquier bro-
che, falda, pantalones, etcétera. Entonces la espectadora que te conduce te lleva a otro objeto y
este sí que lo describes con éxito anunciando al final exactamente lo que es. Entonces le pides a
la espectadora que te devuelva al escenario.

Al encaminarte al escenario te detienes súbitamente y de espaldas al público dices:

--Hay un objeto que no pude captar y quiero pedir disculpas a esta persona. Sin embargo creo
que lo puedo intentar ahora. La persona con el objeto que no pude adivinar, ¿se puede levan-
tar? Con el objeto en la mano por favor.... una señora. Rubia. Cabello corto. Gafas. Tiene un
vestido azul con florecitas blancas y tiene piernas muy bonitas. Tiene en la mano las llaves de su
automóvil. Es un Renault.

Lo anterior es un clímax sensacional. A medio terminar te van a interrumpir con exlamaciones


de sorpresa y hasta risas. Es fácil saber la marca de automóvil si te familiarizas con los logotipos
de las distintas marcas que aparecen en las llaves. Algunos son el nombre mismo; otros son lo-
gotipos tan particulares que no los puedes confundir. Puedes lograr un gran efecto con esto
puesto que la gente muchas veces te saca las llaves del automóvil. Fíjate también en el control
remoto del estacionamiento el cual muchas veces las personas tienen en el mismo llavero con
las llaves del coche.

Esta excelente idea de fallar en el último objeto y luego describir además a la persona me la pasó
mi excelente amigo el mago argentino Oscar Keller.

Cuando la espectadora te ha vuelto a llevar al escenario, pídele que te ponga de cara al público.
Pídele entonces que te alcance el bloc y el rotulador. Dale las gracias por su ayuda y pide al pú-
blico que le dé un aplauso mientras ella regresa a su sitio. Aquí hay otro buen detalle: le agrade-
ces primero su ayuda y haces un gesto vago como indicándole su sitio en el auditorio y ella

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entiende que tiene que volver a sentarse en su sitio. Entonces pides el aplauso para ella pero se-
ñalas con tu mano el sitio donde sabes que estaba ella antes desde donde te dio el bloc y el rotula-
dor. Aparentemente no te has dado cuenta de que ella ya se ha movido y no ocupa esa posición
más. Este detalle sutil ayuda a convencer más todavía al público de que no puedes ver.

Ahora dices:

--Tengo aquí una firma. La firma de una persona totalmente desconocida. ¿La firma está hacia
arriba o está hacia abajo?

Tienes que preguntar hacia donde está la firma y giras o no giras el bloc según sea el caso. Re-
cuerda que se supone que no puedes ver. Sigue:

--Para terminar mi presentación intentaré imitar lo más cercamente posible esta firma. Les
pido que se fijen que lo voy a hacer de la manera más difícil: patas arriba. Les pido un poquito
de silencio.

Lo que haces ahora es girar el block de manera que la firma quede en la posición inferior y suje-
tas el bloc delante de tu cuerpo, tal como muestra el dibujo. Abre el rotulador, sujeta la tapa con
los dientes y pasa la mano por encima de la firma un par de veces pero sin tocarla. Comienza
ahora a imitar lo mejor posible la firma que estás viendo, escribiéndola en el espacio en blanco
que está superior. Esto no es para nada difícil ya que no solo la firma es grande (lo cual facilita
enormemente la operación) sino que en vez de ver letras tienes que tratar de ver simples trazos a
imitar lo elimina de tu mente en gran medida la idea de letras y así no querrás escribir las tuyas
en lugar de las que ves. De esta manera podrás hacer un facsímil pasable e incluso en casos, muy
parecido, de la firma. Oirás exclamaciones de asombro.

Al final gira el bloc para que esté derecho de forma que el público pueda ver tanto la firma como
tu imitación de la misma y habrá un gran aplauso.

Hay un detalle importante en este punto y consiste en que durante esta parte del truco tu cabeza
deberá permanecer sin moverse para nada. En este momento todos te están mirando y no tienes
la ventaja de estar moviéndote entre el público donde tus gestos son menos notorios así es que
NO MUEVAS LA CABEZA. Antes de comenzar a imitar la firma, pon la cabeza de manera que pue-
das verla bien. Si la firma es algo larga y hay alguna parte de ella que no puedas ver bien, enton-
ces mueve el bloc y no la cabeza.

Cuando el público haya visto las dos firmas al derecho y te haya aplaudido, deja caer el bloc al
suelo, toma la tapa de entre los dientes y pónsela al rotulador. Guárdalo en tu bolsillo. Ahora
viene una parte delicada. El truco ha terminado pero todavía estás en escena con la venda puesta.
Te la tienes que quitar delante del público pero esto no es interesante por sí mismo y puede ser
un anticlímax. Tengo una manera de hacerlo que creo que mantiene el interés del público. Digo
lo siguiente:

--Ahora solo me falta que vean que todo está en su lugar. La venda está en su lugar (te la quitas
y la dejas caer al suelo), las cintas están en su lugar, las monedas están en su lugar.... pueden
ver su contorno a través de la cinta adhesiva. Ahora me voy a arrancar las cintas.... muy despa-
cito.... ¡Ahí lo tienen! Espero que hayan disfrutado esta demostración y espero que sigan disfru-
tando de esta hermosa velada. Muchas gracias y buenas noches.

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Terminando lo anterior hago una venia al público y recibo mi aplauso el cual muchas veces no
será mayor que el de la firma pero esto es porque la gente todavía estará un poco impactada por
lo que acaban de ver así es que ni te preocupes. Sin embargo, muchas otras veces verás que no
solo aplauden muy fuertemente sino que hasta se levantan de los asientos para darte el verdade-
ro tributo de admiración. Esto me ha ocurrido muchas veces con este truco.

Volviendo un poco al punto en que te quitas la venda, al hacerlo cierras bien los ojos de manera
que las aberturas a los lados de la nariz también se cierren. Entonces te quitas la venda y la dejas
caer al suelo. Cuando mencionas las monedas te pones ambos índices sobre ellas y sigues su
contorno para mostrárselo al público. Esta acción también pega las cintas sobre la cara. Ahora,
en cuanto a la manera de arrancarte las cintas, es muy importante. Deberás siempre comenzar le-
vantando el extremo de la cinta larga horizontal y nunca, nunca meter los pulgares debajo de la
cinta por los lados de la nariz para no revelarle nuestro secreto a los miembros más inteligentes
del público, que los hay.

Bueno, aquí queda el truco de la venda tal como yo lo presento. Cuando lo hago no menciono
para nada los conceptos de Visión de Rayos-X o Ver con la Punta de los Dedos. De ambas mane-
ras se ha titulado antaño este truco. Simplemente no digo nada acerca de la supuesta causa del
fenómeno; simplemente lo hago y ya. Mi recomendación es que haga tú también lo mismo.

Existe la idea de que cuando haces este tipo de truco tienes que antes decirle al público que lo
que vas a hacer es completamente natural y no por causas sobrenaturales, etcétera. En mi opi-
nión esto es una tontería porque la charla adicional lo que hace es frenar la actuación. También
demuestra falta de modestia por tu parte porque lo que en síntesis les estás diciendo a los espec-
tadores es que tienes miedo de que vayan a creer que tú tienes poderes sobrenaturales. Pero las
personas más inteligentes que te estén mirando sabrán instintivamente que si tuvieras alguna
clase de poder no estarías presentándote por ahí para pagar la hipoteca. En cuanto a los menos
inteligentes, olvídate de ellos porque si quieren creer que eres un superdotado solo porque haces
esto, no hay nada a tu alcance para quitarles la idea.

Una última advertencia que se me iba olvidando: nunca toques las cintas adhesivas cuando las
tengas pegadas sobre los ojos. La única excepción es en caso de emergencia cuando no puedas
ver y en este caso la acción es encubierta y no se supone que el público la vea. Repito: nunca to-
cas las cintas sobre tus ojos.

Ha habido algunos escritos sobre este truco donde los autores han explicado muchas demostra-
ciones con otros objetos tales como identificar cintas o bolas de colores, llenar vasos con agua y
tales. Mi recomendación es que no te molestes con esas cosas. Si sigues mi rutina no necesitarás
llevar más implementos ni tener mesa extra para ponerlos.

Igualmente, algunos autores y también artistas que hacen este truco no abandonan el escenario
sino que recogen o hacen recoger varios objetos sobre una bandeja y ésta es traída a escena don-
de el mago describe y adivina los objetos. A veces he tenido que hacer esto cuando ha sido im-
posible bajar entre el público (el caso de escenarios muy grandes SIN escaleras en el centro sino
a los costados). Te puedo decir por experiencia que el truco se debilita si se hace así. Puedes in-
tentarlo si no me crees y te convencerás que la mejor manera es la que yo uso, la cual es la de pa-
sar entre el público, tal como te la he explicado. Caundo has descrito los primeros objetos,
muchas personas sacarán otros más originales y complicados que es justo lo que necesitas para
hacer que el truco sea sensacional. En el caso de recoger todos los objetos de golpe al principio

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verás que serán mayormente objetos muy comunes y sin gracia. Haz la rutina tal como te la he
explicado y tendrás un truco muy potente en tu repertorio.

Antes de comenzar a presentar este truco lo que yo tenía era un número de magia simplemente
"bueno" o "agradable" formado por trucos excelentes pero sin nada que destacara
particularmente. Desde que empecé a presentar este truco logré tener algo que hacía que los
espectadores hablaran de mí y me recordaran. Pude comprobar un incremento impor- tante en
mis contratos y fama personal en mi área de trabajo y con los agentes artísticos desde que
empecé con esto así es que inténtalo tú también ya que no es difícil para nada. No te arrepentirás.

Todo lo que acabas de leer fue publicado por mí originalmente en inglés hace muchos años. Ted
Leslie, el finado mentalista alemán lo calificó como lo mejor que se había escrito en referencia
al truco de la venda y lo publicó en alemán.

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