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“De heredar un organismo a habitar un cuerpo” 1

Autora: Lic. Silvia Brukman


silviabruk@yahoo.com.ar

El diccionario nos dice de heredar: recoger la sucesión del otro. Heredan los
hijos a los padres. Sacar los caracteres de sus progenitores. Tendencia de la
naturaleza a reproducir en los seres los caracteres de sus antepasados.
¿Qué nos dice de habitar?: vivir, morar, habitar en una casa espaciosa.
Me sumerjo en el término habitar, que me lleva a asociar con otras
palabras: hábitos, habitación, habilitación, incorporación, construcción,
apropiación, permanecer, residir, abrigar, cuidar.
Incorporación podría pensarse en las diferentes formas de habitar el cuerpo, en lo
que éste está habituado.
Marcel Gauss, toma el término habitus refiriéndose a todos los hábitos
adquiridos y tácticas somáticas (artes culturales), de usar y estar en el cuerpo y en
el mundo que expresan relaciones dinámicas, sociales, culturales y políticas.
Desde la cultura contemporánea se piensa que el individuo tiene un modo
de anclaje con el territorio y el mundo que depende de su hogar.
Su significado va cambiando según las culturas y las diferentes épocas.
El hogar ha sido el lugar de enraizamiento de los cuerpos, donde el individuo
planta raíces.
La casa en dónde el individuo deja de ser extraviado y extravagante.
La casa transforma lo del exterior en pautas morales, por eso la casa es morada.
Permite hábitos, por eso tiene habitaciones.
El hogar es estar en un sitio, por eso es estancia, establecimiento.
El estar permite ser, por eso la casa es residencia.
La casa es un lugar importante para la construcción de identidades.
Sigo buceando en el habitar y me encuentro con Heiddeger, que también asocia
el habitar con el construir.

1
Parte de este texto pertenece al trabajo “Clínica psicomotriz en niños con problemas en el desarrollo”
publicado en Temas de investigación en psicomotricidad. Gonzales, L.(Compiladora). Ed: Eduntref.2011.
Afirma que la esencia del construir es el dejar habitar. Sólo si somos
capaces de habitar podemos construir.
Al referirse al habitar en estos tiempos, dice que la auténtica penuria del habitar,
no consiste en la falta de viviendas, sino en el hecho de que los mortales tienen
primero que aprender a habitar. Llevar a cabo el habitar a la plenitud de su
esencia cuando construyan desde el habitar y piensen para habitar.
El construir, como habitar, para la experiencia cotidiana del ser humano, es
desde siempre como lo dice tan bellamente la lengua, lo habitual.
El construir como habitar se despliega en el construir que cuida, que cuida el
crecimiento.
No habitamos porque hemos construido, sino construimos en la medida
que habitamos.
¿Por qué este juego de palabras, definiciones y asociaciones?
¿Cómo cobran consistencia en la constructividad corporal?

Para la Psicomotricidad: ¿ es lo mismo organismo que cuerpo?. ¿Que


heredamos? ¿Que implica habitar el cuerpo?. En primer lugar implica una
construcción. Aquello que debe ser construido, es lo que no está garantizado
desde el inicio. Esta construcción acontece como efecto del lenguaje, es decir, que
el soporte biológico deberá ser recibido en el orden del lenguaje, haciendo del
cuerpo una superficie de inscripción.
Saborear el recorrido de esta construcción que va dejando marcas, huellas,
que conforman la historia personal, con sus diferentes momentos de riqueza
creativa, inscribiendo de este modo, la relación única y particular al propio cuerpo
en la relación con el Otro y los otros.
El lenguaje pone en funcionamiento al cuerpo, y es por esto que el cuerpo
es ante todo, receptáculo (Berges): de la voz, de la mirada, de los gestos, de los
diferentes discursos que lo atraviesan en cada época, a lo largo de la historia y en
cada cultura y que van determinando un modo de ser y hacer.
El organismo es aquello que heredamos, por el contrario el cuerpo se
construye. No se nace con un cuerpo, sino con un organismo. Es el organismo con
sus estructuras neurobiológicas y sus aspectos constitucionales donde ancla la
demanda de quien ejerce función materna.
En el organismo las respuestas son siempre idénticas ya que responden a
sistemas programados. Cuando algo del organismo lo toma al bebé es univoca y
masivamente. Por ejemplo los reflejos.

En cambio, para la Psicomotricidad, el cuerpo implica una construcción, “en


y para la relación con el Otro”.( Gonzales, L 1982). El cuerpo no se hereda, sino
que es producto de un intercambio. El camino de la construcción, lleva a la
apropiación, al dominio del cuerpo. Por lo tanto, el recorrido de esta
constructividad corporal hace que de heredar un organismo podamos arribar a
tener un cuerpo y habitarlo.
Tener un cuerpo, entonces implica respuestas no univocas ni masivas. Se
trata de lo singular y no de lo general. Sosteniéndose en un proceso donde se
inauguran las diferencias.
Requiere de un sendero particular, de un devenir en espacio y tiempo.

El organismo con sus aspectos constitucionales, es el lugar donde ancla la


demanda, si el bebé aporta la necesidad, es la presencia del Otro materno con su
oferta de ser demandada, la que transforma la simple necesidad biológica en
demanda.
Para pensar la constructividad corporal, como resultado del encuentro del
bebé con el Otro, es necesario ubicar las siguientes cuestiones.

-La función materna: se ejerce poniendo en juego un saber anticipado


sobre el funcionamiento del cuerpo. Podemos decir que una madre coloca
cuidadosamente en imágenes anticipadas aquello que pretende del bebé.
Con sus palabras y su mirada, específica que espera de ese
funcionamiento corporal. Es en esa espera que las funciones corporales quedan
entretejidas en la estructura psicomotriz.
Para que la inscripción del lenguaje, opere sobre el cuerpo infantil, debe
realizarse una puesta de sentidos de la actividad del niño. Hago hincapié en esta
diversidad, que aleja al bebé de quedar atrapado en un sentido fijo y único.
Bergés ubica la operación de la inscripción, no sobre la función que ya está
inscripta en el sistema nervioso central, sino en el funcionamiento y la realización,
o sea en la apropiación singular de la función.

Ese saber anticipado al que me referí anteriormente, va a ser integrado en


imagen del lado del bebé.
Es desde la mirada que se propicia la circulación de imágenes, que son el
soporte del funcionamiento psicomotor. Las imágenes donadas que arman el
circuito identificatorio son ingredientes fundamentales para las futuras habilidades
o coordinaciones, permitiendo la apropiación, base del dominio que sustenta el
proyecto psicomotor.
Si en un principio el saber anticipado del otro arma imagen en el niño, es el
niño ahora quien hace uso de esa anticipación. Lo experimenta como un logro, y
construye su proyecto psicomotor. Puede así anticipar el movimiento, porque
cuenta con la posibilidad de representación.

Las respuestas de una madre, están orientadas, tanto desde el lugar


simbólico donde circulan los sentidos, las imágenes, las palabras, lo que espera
del bebé y su funcionamiento con el cuerpo, como también desde el lugar que el
bebé inspira en la madre, conmoviéndola con sus producciones, sostenidas desde
su equipamiento.
Esta combinatoria en el ejercicio de la función materna, produce placer. Ese placer
mutuo se expresa en el dialogo tónico, en al fluctuación tónica.
Ajuriaguerra nos dice: “…… la madre siente su cuerpo como donante y el
niño siente el cuerpo acogedor de su madre, como un sitio en el que continente y
contenido son indisolubles”

-La función tónico postural: es el territorio de la relación y de la


comunicación, donde el bebé “da y recibe”.
Tomemos un ejemplo: un bebé llora, al hacerlo observamos que se crispa, se
tensa, enrojece, aumenta su flexión. Su mamá no se queda sólo con lo que ve, el
tono muscular aumentando, ni tampoco le dice: ” estás hipertónico”, sino que
interpreta como pedido el malestar que el bebé experimenta. Acude a él dando
respuesta, aconteciendo de este modo la distensión.
Los cambios tónicos se experimentan en el eje del cuerpo, lugar donde se
instala la postura, donde se experimenta el intercambio tónico postural, el diálogo
tónico, la fluctuación tónica.
Esta fluctuación, lleva a la acomodación y desacomodación, a la instalación
de los ritmos.
Los ritmos marcan alternancias y diferencias, entre el apetito y la saciedad,
entre el reposo y la actividad, entre la tensión y la distensión, entre la quietud y la
inquietud.
El eje del cuerpo es sensible a los movimientos de apertura y cierre, al
llamado y a la escucha, al placer y al displacer, a la ausencia y a la presencia, a la
espera y al silencio.
Es así como el niño va construyendo sus posturas, sus ritmos va tomando una
posición frente a los otros.

Todo aquello que proviene de los aspectos constitucionales (reflejos, tono,


ritmos biológicos) se transforma gracias al intercambio con el Otro. El circuito de la
significación produce la caída de lo biológico como tal.

La construcción del cuerpo, implica entonces, diversos pasajes: del


organismo al cuerpo, de la función al funcionamiento, de lo tónico emocional a lo
tónico postural. La dinámica tónico postural motriz es el enhebrado de la relación
con el Otro. La fluidez de esta dinámica es lo que sustenta la historia de la
construcción del cuerpo.

Bibliografía

- Ajuriaguerra, J. ( 1980) “ Ontógnesis de las posturas yo y el Otro”. En


Psicomotricidad. Revista de estudios y experiencias, N° 45. Madrid. Edit. Cita.
.
- Berges, J. ( 1996) “ La función estructurante del placer”. En Crónicas Clínicas en
Relajación terapéutica y Psicomotricidad N° 5
- ______ ( 1978) “ Postura y Comunicación”. Trabajo presentado en las Jornadas
de A.R.P.L. O. Art. Inédito
- Brukman, S.(2011). “Clínica psicomotriz en niños con problemas en el desarrollo.
En Temas de investigación para la psicomotricidad. Ed: EDUNTREF
- Gonzalez, L. ( 2009) “ La constructividad corporal” en Pensar lo psicomotor. Ed.
EDUNTREF
- Jerusalinsky y colaboradores ( 1988) Psicoanálisis en los problemas del
desarrollo infantil. Edit. Nueva Visión.

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