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Guía de

Prevención y
Manejo de
la Onicomicosis

Dr. Julio Antonio Heras Hitos


Médico de Familia.
C.S. Meco (Meco - Madrid)
Miembro del Grupo de Trabajo
de Dermatología de Semergen.
Idea original, Edición y Diseño:
YOU & US, S.A. 2014
Ronda de Valdecarrizo, 41 A, 2.ª planta
Tel.: 91 804 63 33 - www.youandussa.com
Tres Cantos. 28760 Madrid

Diseño de portada y diagramación:


Equipo de Diseño YOU & US, S.A.

ISBN: 978-84-606-8689-7
DL: M-28822-2015
Guía de Prevención y
Manejo de la Onicomicosis
Introducción........................................................................................................5
Definición. Epidemiología.............................................................................5
Recuerdo anatómico de la uña...................................................................6
Etiopatogenia.....................................................................................................6
Factores de riesgo.............................................................................................8
Clínica....................................................................................................................8
Diagnóstico.......................................................................................................12
Diagnóstico mediante cultivo........................................................15
Diagnóstico diferencial................................................................................17
Tratamiento.....................................................................................................18
Tratamiento tópico............................................................................20
Tratamiento oral.................................................................................23
Tratamientos combinados..............................................................26
Tratamientos según germen causante......................................27
Otros tratamientos.............................................................................29
Criterios de derivación.................................................................................30
Onicomicosis en casos especiales. Onicomicosis en niños..........30
Bibliografía.......................................................................................................31

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Guía de
Prevención y
Manejo de
la Onicomicosis

Figura 1. Onicomicosis por Aspergillus.


Fotografía de fondo propio.

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INTRODUCCIÓN
La patología dermatológica ocupa un lugar destacado en las consultas de Atención
Primaria (1), teniendo en los anejos cutáneos - uñas, pelo - el objetivo de algunas
de las consultas recibidas. La onicomicosis es la más importante de las infeccio-
nes de las uñas (2), afectando con mayor frecuencia a las uñas de los pies que a
la de las manos, aproximadamente siete veces más que las de las manos. El 80%
de las onicomicosis tienen lugar de forma total o parcial en las uñas de los pies,
probablemente debido a que la velocidad de crecimiento de las uñas de los pies
es aproximadamente tres veces menor que la de las manos. En este sentido, los
principales agentes implicados en el diagnóstico y tratamiento de la onicomicosis
además de los especialistas en dermatología, serán los médicos especialistas en
atención primaria y los podólogos (3).
En esta guía vamos a abordar la onicomicosis, valorando la clínica, diagnóstico
diferencial, métodos diagnósticos, prevención y tratamiento.

DEFINICIÓN. EPIDEMIOLOGÍA
La onicomicosis es la infección ungueal producida por hongos, pudiendo ser ésta
por hongos dermatofíticos, no dermatofíticos o por levaduras (Fig. 1).
Esta infección es una de las más frecuentes dentro de las patologías ungueales,
correspondiendo al 15-40% de las consultas por enfermedades de las uñas (4),
con una prevalencia en nuestro país del 2.8% (5), aunque algunos estudios dan una
prevalencia mayor, del 18%, similar a la de otras zonas del mundo (6).
En los estudios publicados, se ha visto que es una patología en aumento con la
edad, llegándose a apreciar una incidencia de hasta el 48% entre la población
mayor de 70 años (7).
En dichos estudios queda reflejado que la región anatómica más afecta son los
primeros dedos de los pies, en donde se hallan hongos dermatofitos en un 4-9%
(8), aunque no haya clínica.

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
RECUERDO ANATÓMICO DE LA UÑA
Vamos a hacer un breve recuerdo de los distintos componentes que conforman la
uña (9).
• Matriz ungueal. Es la raíz de la misma, siendo la lúnula la parte distal de esa
raíz, que se observa de una coloración distinta al resto de la uña. Su función es
la de producir la queratina dura que conforma la placa ungueal. La matriz un-
gueal está compuesta por células basaloides que se multiplican y queratinizan
(10).
• Placa o lámina ungueal. Son distintas capas de células corneas. Es lo que se
conoce como ‘uña’. Su cara superficial es lisa y brillante, mientras que la más
interna, tiene estriaciones. Contacta también con el perioniquio, que son los
pliegues ungueales proximales y laterales.
• Lecho ungueal. Es el tejido conectivo que está debajo de la placa ungueal,
íntimamente adherido a la misma. Bajo ese tejido conectivo se encuentra la
dermis, con una alta vascularización.

ETIOPATOGENIA
Dentro de los diferentes hongos que pueden provocar las onicomicosis, nos encon-
tramos los hongos dermatofíticos, cuya infección es también conocida como tinea
unguium, y que son el agente etiológico más frecuente, afectando al 75% de las
uñas de los pies, y al 20% de las de las manos.
A continuación nos encontramos con las infecciones debidas a levaduras, que afec-
tan fundamentalmente a las uñas de las manos. Y con menor frecuencia, están
los hongos no dermatofitos oportunistas, que afectan al 5-15% de las infecciones
ungueales (4).

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Hongos dermatofitos
Son los productores de las tiñas ungueales, y que en un mayor porcentaje de las
ocasiones, producen las onicomicosis.
Afectan con mayor frecuencia a los dedos de los pies, siendo el hongo dermatofito
más frecuentemente implicado en estas infecciones el Tricophyton rubrum (11),
aunque también hay infecciones por parte de otras especies, como el T. interdigi-
tale y el Epidermophyton floccosum.
La característica de este grupo de hongos es su penetración en el estrato corneo de
las uñas, lo que favorece su infección (12).

Levaduras
La mayor parte de las levaduras afectan a las manos, y suelen afectar sobre todo
al sexo femenino, con participación importante de la humedad en las manos (7).
La gran mayoría de estas infecciones por levaduras está provocada por Candida
albicans. También se encuentran implicadas C. parapsilosis, C. tropicalis o C. gui-
lliermondii.

Hongos no dermatofitos
Estos hongos van a producir una onicomicosis similar clínicamente a la que produ-
cen los hongos dermatofitos. Suelen afectar a uñas que han sufrido traumatismos
y a personas mayores. Estos hongos no dermatofitos, suelen ser contaminantes,
saprofitos y oportunistas, encontrándonos en este grupo Scopulariopsis brevicaulis,
Aspergillus niger, Scytalidium.

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
FACTORES DE RIESGO
Según varios estudios tanto europeos (13) como norteamericanos (14) se han
identificado como factores de riesgo:
• Mayor edad.
• Sexo masculino, salvo en los debidos a levaduras.
• Natación.
• Traumatismos en la uña (20).
• Tiña pedis (15).
• Factores clínicos, tales como diabetes, se ha visto en diferentes estudios que
aproximadamente el 34% de los pacientes diabéticos tienen onicomicosis (16),
psoriasis, inmunodeficiencia, predisposición genética.
• Ser convivientes con pacientes que tienen onicomicosis.

CLÍNICA
Para este apartado vamos a utilizar la clasificación de las onicomicosis en 5 formas
clínicas, propuesta por Baran, Hay, Tosti y Haneke (17).
1. Onicomicosis subungueal distal lateral (OSDL). Es la forma más frecuente, sien-
do el germen que la produce con una mayor frecuencia el T. rubrum.
Desde el borde libre y los laterales de la parte ventral ungueal, se extiende la in-
fección proximalmente.
Se produce un engrosamiento de la capa córnea (Fig. 2), un cambio de coloración
a amarillo/marronácea, pudiendo desprenderse la uña (Fig. 3) cuando la infección
llegue a la matriz ungueal.
Suele empezar afectando a una uña únicamente, aunque a menudo se extiende al
resto de los dedos (Fig. 4) (10).

8
Figura 2. Engrosamiento capa cornea.
Fotografía cedida por el Dr. Palacios Martínez

Figura 2. Desprendimiento ungueal.


Fotografía cedida por el Dr. Palacios Martínez

Figura 4. Extensión infección a otros dedos.


Fotografía cedida por el Dr. Palacios Martínez

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
2. Onicomicosis blanca superficial (OBS). También conocida como leuconiquia tri-
cofítica (10). Es menos frecuente (2%), afectando únicamente a la parte dorsal de
la uña, la cual adquiere un aspecto blanquecino, con manchas que se pueden agru-
par, pero con un aspecto polvoriento que se puede raspar fácilmente. Esta causado
fundamentalmente por T. mentagrophytes.
Hay una variante, poco frecuente, en la que las lesiones son de aspecto negruzco,
Onicomicosis Superficial Negra (OSN) (19), causada por Scytalidium dimidiatum y
T. rubrum.
3. Onicomicosis subungueal proximal (OSP). En esta variedad, la uña se infecta
desde región proximal, debiéndose fundamentalmente a microtraumatismos o por
la utilización de material contaminado. También se ha visto en pacientes con SIDA,
enfermedad vascular periférica o diabetes mellitus (9).
La infección, al alcanzar la matriz ungueal, produce una mancha blanquecina que
va creciendo distalmente con el crecimiento de la uña. Suele estar producida por
T. rubrum.
Esta variedad tiene la característica de que puede ser dolorosa. Puede producirse
onicólisis, o separación de la uña del lecho ungueal.
4. Onicomicosis distrófica total (ODT). Es la forma más severa, en la cual toda la
uña está infectada. Se produce la destrucción total de la uña (Fig. 5), tras el engro-
samiento generalizado de la uña, y notarse una superficie áspera (Fig. 6).
A pesar de su severidad, es una forma poco frecuente (20), y el hongo más implica-
do es Candida sp. A esta forma clínica puede evolucionar cualquier tipo de las otras
formas, siendo la OSDL la que más progresa a ODT.
5. Onicomicosis endonix (OE). En esta forma la infección se extiende desde zonas
superficiales distales a zonas profundas de la uña, sin infectar el lecho ungueal y
formando manchas blanquecinas (21).
Está asociada a infecciones del cuero cabelludo provocadas por los dermatofitos.
En la tabla 1 se exponen las diferentes formas clínicas de presentación de las tiñas
ungueales (22). Por otra parte, Larruskain, Idígoras y Mendiola realizaron una clasi-

10
Figura 5. Destrucción de la uña.
Fotografía cedida por la Dra. Piteiro Bermejo

Figura 6. Alteración superficie ungueal.


Fotografía cedida por la Dra. Piteiro Bermejo

ficación de onicomicosis causadas por Candida spp (9). Según estos autores habría
cuatro tipos diferenciados de infecciones causadas por las levaduras:
1. Paroniquia crónica con distrofia ungueal secundaria. Aparece en personas
con humedad frecuente en las manos, lo cual provoca la pérdida de la fun-
ción de barrera de la cutícula ungueal, y permite la sobreinfección de la zona.
2. Infección distal de la uña. Es rara. Afecta a las uñas de las manos de pacien-
tes con Raynaud o con insuficiencia vascular. Se diferencia de la OSDL por la
poca hiperqueratosis que se produce en este subtipo.
3. Candidiasis mucocutánea crónica. Como indica su nombre, hay afectación
también de mucosas, apareciendo en pacientes con alteración de la inmuni-
dad celular.
4. Candidiasis secundaria. Asociada a psoriasis.

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
Tabla 1. Formas clínicas de presentación de las tiñas ungueales.

AGENTES
FORMA CLÍNICA APARIENCIA DE LA UÑA
ETIOLÓGICOS

Onicomicosis Hiperqueratosis
Subungueal. Distal subungueal. Coloración T. Rubrum
Lateral (OSDL) amarillo - marronácea
Onicomicosis Blanca
Manchas blanquecinas T. Interdigitale
Superficial (OBS)
Onicomicosis
Hiperqueratosis, manchas
Subungueal T. Rubrum
blanquecinas, onicólisis
Proximal (OSP)
Onicomicosis Distrófica Trychophyton spp
Uñas totalmente afectas
Total (ODT) y levaduras
Onicólisis, hiperqueratosis,
Onicomicosis T. Tonsurans
manchas blanquecinas,
Endonix (OE) T. Violaceum
indentaciones transversales

DIAGNÓSTICO
Puesto que la onicomicosis es responsable aproximadamente de la mitad de las
alteraciones ungueales (23), es preciso realizar un buen diagnóstico, ya que el tra-
tamiento es largo y en ocasiones, costoso (24), por lo que se precisa un diagnóstico
correcto, el cual no se logra únicamente con la anamnesis y la exploración.
A pesar de que no es suficiente la anamnesis, es importante valorar los signos
clínicos, los antecedentes personales, tales como las patologías que tenga el pa-
ciente o las intervenciones quirúrgicas, la actividad laboral o los hábitos de nuestro
paciente, en los que incluiríamos la higiene, calzado utilizado, etc (20).

12
Igualmente, es importante averiguar los tratamientos previos, ya que pueden alte-
rar las pruebas de laboratorio que realicemos (25).
Dentro de la exploración clínica que debemos efectuar a los pacientes con altera-
ciones en las uñas, debemos incluir (26):
• el tipo de deformidad ungueal,
• si se afectan las uñas de las manos y/o de los pies,
• si se afecta una o varias uñas,
• si hay erupciones o lesiones periungueales.
Igual que en otros procesos, a continuación debemos realizar una exploración físi-
ca completa (2), para realizar posteriormente los métodos de laboratorio que nos
ayudarán con el diagnóstico definitivo.
1. Visión directa utilizando hidróxido de potasio. Esta técnica consiste en la vi-
sualización directa de escamas de las uñas, que se han tratado con una solución
de hidróxido potásico (KOH) al 5-20%. Es un método sencillo, pero no ofrece datos
sobre la especie micótica causante de la infección y tiene que ser efectuada por un
observador experimentado.
La causa por la cual el KOH es empleado es porque ablanda, digiere y aclara la que-
ratina, lo cual permite visualizar elementos de los hongos causantes de la infección.
Estos elementos pueden ser (27):
• filamentos compatibles con dermatofitos,
• filamentos hialinos,
• levaduras.
En ocasiones, al realizar la visión directa con KOH, se ven masas de hifas dermato-
fíticas subunguealmente. Es lo que se denomina dermatofitomas, y se ha correla-
cionado esta alteración con una mala respuesta al tratamiento oral (28).
2. Cultivo. Es el principal método diagnóstico etiológico. Por esta característica se
tratará más extensamente el método de realizarlo.

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
Tabla 2. Características de los diferentes métodos diagnósticos

METODO
VENTAJAS INCONVENIENTES
DIAGNÓSTICO

• Sensibilidad baja
• Sencilla • Necesita profesional
Visión directa
• Rápida experimentado
con KOH
• Tiene un bajo coste • No informa sobre la
especie patógena

• Específica • Hay frecuentemente


• Informa sobre la especie falsos negativos
Cultivo
patógena • Lenta, se precisa tiempo
• Informa sobre la viabilidad para el cultivo

• Requiere un
• Muy sensible
procesamiento complejo
• Informa sobre la
• No informa sobre la
patogenicidad o posible
especie ni sobre la
Histopatología contaminación
viabilidad
• Ofrece diagnóstico
• Puede causar distrofia
diferencia con otras
permanente si se daña la
enfermedades de las uñas
matriz de la uña

• Es poco disponible
• Presenta muy alta • Tiene un alto coste
PCR sensibilidad • No informa sobre la
• Rápida patogenicidad ni posible
contaminación

3. Histopatología. Consiste en la realización de una biopsia de la uña si la visión


directa con KOH y el cultivo han dado resultados negativos, pero continuamos con
una alta sospecha diagnóstica.

14
4. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Es la técnica más sensible, pero la
que menos se utiliza de rutina. Suele ser empleado para estudio epidemiológico o
de investigación (29).
Las ventajas y desventajas de los diferentes métodos diagnósticos los podemos
resumir en la tabla 2 (30).

Diagnóstico mediante cultivo (30)


Mediante esta técnica, se cultiva de 2 a 4 semanas, a temperatura ambiente, la
muestra obtenida de la uña afecta, manteniéndose en un medio de cultivo apro-
piado, que contiene agar dextrosa Sabouraud.
A este medio de cultivo se pueden añadir antibióticos, como la gentamicina, que
inhibe el crecimiento de los microorganismos gramnegativos, y el cloranfenicol,
por su amplio espectro para inhibir los contaminantes bacterianos.
Igualmente se puede emplear cicloheximida para inhibir los hongos saprofitos.
Según las distintas combinaciones del agar dextrosa con los antibióticos anterior-
mente nombrados, se identifican cierto tipo de hongos patógenos:
• Utilizando el medio de agar dextrosa con ciclohexamida y cloranfenicol, se
identifican dermatofitos y candidas.
• Si utilizamos el agar dextrosa con cloranfenicol, pero sin ciclohexamida, identi-
ficaríamos levaduras y mohos no dermatofitos.
• Si al medio de agar dextrosa con ciclohexamida y cloranfenicol añadimos rojo
fenol, identificaríamos dermatofitos en muestras muy contaminadas.
Para aquellas muestras en las que se sospechan levaduras, se utilizan otros me-
dios, con sustratos cromogénicos.
La muestra a obtener para realizar el cultivo debería ser tomada antes de comenzar
a tratarse el paciente con antifúngicos.
Si ya los estuviera tomando, debería suspenderlos para realizar el cultivo.

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
Si el tratamiento es tópico se debe suspender 2 semanas. Si el tratamiento es sis-
témico de 1 a 3 meses (hay que esperar 1 mes si ha tomado griseofulvina y 3 si ha
sido terbinafina (9).
Para recoger la muestra, se debe limpiar la uña con alcohol etílico de 70º. De esta
manera, se intentarían evitar los contaminantes ambientales. A continuación se
recogería la muestra a analizar, siendo preferible el detritus subungueal de la zona
límite entre la zona sana y la enferma, puesto que la OSDL, que es la forma clínica
más frecuente, es en sus primeros momentos, una infección del lecho ungueal (9).
La mejor muestra que precisa el laboratorio son escamas finas, se recomiendan
muestras de 1 a 3 mm de longitud (32), salvo en la OBS, que se obtiene el material
a estudiar al raspar la superficie ungueal.
La muestra del resto de los tipos clínicos de onicomicosis, la obtendremos con di-
versos utensilios, como cortauñas, tijeras, pinzas, hojas de bisturí, tenazas...
Este material debemos enviarlo al laboratorio a temperatura ambiente en un reci-
piente estéril o en una placa de Petri, donde se cultivará por un periodo aproxima-
do de 2-4 semanas.
Hay ocasiones en las cuales el resultado del cultivo es negativo, pudiendo ser un
falso negativo.
Entre las razones de los falsos negativos, se encuentran:
• Uso de antimicrobianos o antifúngicos.
• Escasa muestra enviada al laboratorio o de una zona alejada del lugar de acti-
vidad del hongo o bien de una recogida muy superficial.
• Utilización de un medio de cultivo inapropiado.
• Contaminación de la muestra.
• No esperar 4 semanas para el crecimiento del hongo.
En todos estos casos, en los que el resultado es negativo, y tenemos una alta sos-
pecha clínica, se debe repetir el cultivo.

16
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Dentro del diagnóstico diferencial de las onicomicosis, nos encontramos varias dis-
trofias ungueales, como por ejemplo:
• psoriasis,
• liquen plano,
• onicogrifosis o isquemia senil,
• traumatismos,
• tumoraciones del lecho ungueal,
• dermatitis.
En la psoriasis ungueal hay lesiones que pueden ser indistinguibles de las onicomi-
cosis, y en ocasiones, hay sobreinfección por hongos (33).
Algunas de las lesiones que nos encontramos en la psoriasis ungueal son los pits,
o depresiones puntiformes, leuconiquia, onicolisis, hiperqueratosis subungueal, he-
morragias en astilla o discromías en manchas de aceite (17).
Como se ha visto previamente, en la clínica de la onicomicosis, coinciden las alte-
raciones de la hiperqueratosis, leuconiquia, y onicolisis. Por el contrario, otras lesio-
nes de la psoriasis ungueal, así como las afectaciones cutáneas en otras localiza-
ciones como cuero cabelludo, codos o rodillas, favorecen al diagnóstico diferencial.
En el liquen plano, se pueden producir estriaciones longitudinales, leuconiquia o
deformidad en forma de cuña en el lecho ungueal (34). Puede producirse en las
fases finales adelgazamiento de la uña, con fragilidad de la misma. Se afectan
prácticamente todas las uñas (17).
Con los traumatismos, que suelen ser frecuentes en los niños, aparecen manchas
blanquecinas en las uñas, siendo la superficie de las mismas normales, salvo la
alteración cromática.

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
En los eccemas de las manos y los dedos, se alteran las uñas tornándose quebradi-
zas, con hiperqueratosis subungueal. Para el diagnóstico diferencial, observaremos
descamación y fisuras en los dedos, no presentes en las onicomicosis.

TRATAMIENTO
En las onicomicosis, el tratamiento es primordial, puesto que sin el mismo, no se
curarán los pacientes.
Es primordial conocer los criterios de curación de las onicomicosis (35):
1. Ausencia de signos clínicos de infección, sin que sea imprescindible estudio
de laboratorio.
2. Con clínica de hiperqueratosis distal subungueal, onicolisis de menos del
10% de la uña o engrosamiento de la misma que no mejora con tratamiento,
y estudio de laboratorio con resultado negativo.
Para lograr esa curación, disponemos de tres opciones de pautas de tratamiento:
Podemos usar la vía tópica, la oral, o realizar una terapia combinada entre ambas
vías. De este modo usaremos la vía tópica para tratar la lámina ungueal, mientras
que la vía oral va a ser efectiva sobre el lecho ungueal (21).
Igualmente, es importante conocer y poder transmitir a nuestros pacientes la larga
duración del tratamiento, de modo que podamos lograr un mejor cumplimien-
to terapéutico, que se estima en un 50% aproximadamente (36). También se le
debe transmitir la información de la mejoría de la distrofia de la uña si la causa
de la misma es únicamente la onicomicosis, pero si la causa de la misma es otra,
psoriasis ungueal, traumatismos, etc., la distrofia se mantendrá, lo que a efectos
estéticos es importante para un porcentaje de nuestros pacientes (29).

18
Recomendaciones para el tratamiento en monoterapia (37, 38) se incluyen a con-
tinuación:
Para tratamiento tópico:
• Onicomicosis subungueal distal con afectación menor del 50% de la uña, sin
que esté afectada la matriz.
• Onicomicosis blanca superficial.
• Infección por hongos no dermatofíticos, salvo Aspergillus.
• Pacientes que prefieran esta vía a la oral o que tengan contraindicaciones a la
vía oral.
• Pacientes con terapia de mantenimiento tras terapia oral.
Y las recomendaciones para tratamiento oral, serían:
• Onicomicosis subungueal distal y lateral, con afectación de la matriz o afecta-
ción mayor del 50% de la uña.
• Onicomicosis subungueal distal y lateral que afecta más de dos uñas.
• Onicomicosis subungueal proximal.
• Onicomicosis distrófica total.
• Falta de respuesta al tratamiento tópico utilizado por 6 meses.
Antes de describir en apartados diferentes las vías distintas de aplicación del trata-
miento antimicótico, se deben conocer los factores que pueden indicar una peor res-
puesta al tratamiento (28), la cual provoca un fracaso terapéutico de un 25-35% (18):
• Onicomicosis distrófica total.
• Uñas con hiperqueratosis mayor de 2 mm.
• Presencia de dermatofitomas.
• Paciente de edad avanzada o con inmunosupresión.
• Patologías ungueales previas.

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
• Vasculopatías periféricas.
• Infección por hongos no dermatofíticos.
• El uso de calzado oclusivo.
• El contacto con la humedad de una manera prolongada y repetida.

Tratamiento tópico
Como cualquier tratamiento dermatológico, hay que utilizar aquel que sea el más
apropiado para que penetre a la capa cutánea o subcutánea sobre la que se quiere
que actúe. En el tratamiento de las onicomicosis sucede lo mismo. Hay que em-
plear el vehículo farmacológico más adecuado para que llegue en concentración
apropiada a todas las capas ungueales.
Este vehículo son las lacas o el barniz ungueal, los cuales aumentan la concentra-
ción del fármaco en la lámina ungueal y producen una mayor duración de acción
(39, 40). Para ello se aplicarán al acostarse (29), de modo que haya un mínimo de
6 horas de contacto y de acción entre la uña y el fármaco.
Una vez elegido el vehículo más conveniente, y sabiendo que el tratamiento tópico es
con el que debemos empezar a tratar por la menor incidencia de efectos secundarios
(41), vamos a describir los diferentes fármacos utilizados por la vía tópica (23, 29):
• Ciclopiroxolamina al 8%. Es un fungicida que altera las enzimas mitocondria-
les, reduce la actividad de la catalasa y de la peroxidasa y el influjo de aminoá-
cidos y nucleótidos.
Actualmente existen dos tratamientos disponibles con este principio activo:
- Un barniz hidrosoluble, formulado con la tecnología TUD, que se aplica una
vez al día, y se retira con agua. Esta presentación no precisa el limado de la
uña o el uso de toallitas desengrasantes, previo a su aplicación y permite
alcanzar concentraciones de antifúngico mayores a las concentraciones inhi-
bitorias para muchos de los patógenos causantes de las onicomicosis (41).

20
Algunos estudios muestran la superioridad de eficacia de este barniz hidrofílico
del ciclopiroxolamina - formulado con la tecnologia TUD -, respecto a la amo-
rolfina (42).
Igualmente, otros estudios muestran que esta forma hidrofílica del ciclopiro-
xolamina tiene una eficacia 2,19 veces superior a la forma no hidrosoluble del
ciclopiroxolamina (43).
- La otra presentación de ciclopiroxolamina es un barniz no hidrosoluble cuya
pauta de tratamiento recomendada es una aplicación cada dos días durante
un mes, para posteriormente aplicarlo dos veces por semana durante dos
meses, y finalizando con una aplicación por semana durante unos tres meses,
para completar la pauta durante seis meses aproximadamente (18), debién-
dose aplicar no sólo en la uña, sino también en los 5 mm de piel periungueal,
y si fuera posible, bajo la uña. Sus efectos secundarios son prurito y eritema,
aunque son infrecuentes.
Ciclopiroxolamina es efectiva contra dermatofitos, algunos mohos no dermato-
fitos y especies de Candida.
• Amorolfina al 5%. Es un fármaco antifúngico de amplio espectro, con propie-
dades fungicida y fungistático, que inhibe la síntesis de ergosterol. Su aplica-
ción debe ser de una a dos veces por semana, durante 6 a 12 meses, aunque
según la ‘Guía para el Tratamiento de la Onicomicosis’ del 2014, de la Asocia-
ción Británica de Dermatólogos, la aplicación una vez por semana es igual de
efectiva que la aplicación dos veces por semana (20).
Antes de volver a aplicarlo, hay que limar la uña.
Tiene la ventaja de que permanece en las uñas más tiempo (44) que otros an-
tifúngicos tópicos, además de poder reducir las recidivas de onicomicosis (45).
Como efectos secundarios se pueden nombrar el prurito, eritema y dolor, aun-
que estos efectos son infrecuentes (menos de un 5% de los pacientes).
Es más efectivo contra dermatofitos, con una eficacia variable contra levaduras
y hongos no dermatofitos.

21
Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
• Urea al 40%, en combinación con bifonazol al 1%, tiene tasa de resultados de
63-90%, pero su utilización ha sido desplazada por los antifúngicos tópicos
mencionados anteriormente por la mejor penetración en la uña al usarse como
laca ungueal (46).
• Tioconazol en solución al 28%. Por su menor penetración, se utiliza en trata-
miento combinado. Se aplica 2 veces al día (9). Este tratamiento se suele reser-
var para las micosis con sobreinfecciones por algunas de las bacterias que son
sensibles a este antifúngico: Trichomonas vaginalis, Chlamydia spp, Gardnerella
vaginalis, Corynebacterium minutissimun, Staphilococcus epidermidis (47).
• Bifonazol. Tiene un amplio espectro contra levaduras, hongos dermatofitos y
otros filamentosos. Posee un amplio tiempo de retención cutánea y una biodis-
ponibilidad cutánea elevada, junto con una buena tolerancia, ya que los efectos
adversos ceden al cesar el tratamiento. Sin embargo, su rendimiento en las
onicomicosis es bajo, salvo cuando se asocia con urea al 40% (43).
• Sertaconazol. Es uno de los nuevos antifúngicos tópicos, que se emplea en
forma de parches autoadhesivos. Se utiliza en una única aplicación semanal
durante 6-12 meses (43).
• Efinaconazol al 10%. Otro de los nuevos triazoles tópicos. Se ha demostrado su
efectividad en las onicomicosis, logrando tasas de curación del 50% (20).
• Tavaborol al 5%. Ha sido aprobado por la Agencia Americana del Medicamento
(FDA) para el tratamiento de las onicomicosis producidas por T. rubrum y T.
mentagrophytes. Se aplica una vez al día durante 48 semanas (48). Aún no ha
sido aprobado en España.
• Naftifina. Su espectro de acción es contra levaduras y hongos dermatofitos.
Se acumula en poco tiempo en el estrato córneo (43). Su uso actual es como
complemento de tratamientos orales.

22
Tratamiento oral
Los diferentes tratamientos orales basan su acción en el bloqueo de la síntesis de
ergosterol, que es un componente esencial de la membrana celular de los hongos.
Como se verá a continuación, el tratamiento puede ser continuo o a pulsos, lográn-
dose de este modo, con igual efectividad, una reducción de costes, menos efectos
adversos, menos resistencias, y una mejor cumplimiento terapéutico por parte de
los pacientes.
• Terbinafina. Es un fármaco con actividad fungistática contra levaduras y mo-
hos no dermatofitos, y fungicida contra dermatofitos.
Es lipofílica y queratinofílica, y tras administrarse, se detecta en estrato córneo,
uñas y pelo, presentando una alta vida media, ya que se le detecta en la uña
hasta 40 semanas tras finalizar el tratamiento (49).
Es un fármaco con eficacia superior a otros tratamientos orales, con tasa de
respuesta del 76% (29), por lo que se le considera de elección. Es bien tolerado,
presentando una biodisponibilidad oral del 70%, con pocos efectos secunda-
rios, como son el sabor metálico, y raramente el fallo hepático, pancitopenia y
el lupus inducido.
Por sus efectos secundarios se requiere analítica para controlar la función he-
pática y el hemograma, debiendo interrumpir el tratamiento si se elevan las
enzimas hepáticas dos veces la medida previa al tratamiento.
La terbinafina puede interaccionar con algunos fármacos, como con dextrome-
torfano, teofilina, ciclosporina, rifampicina, cimetidina, cafeína…
La terbinafina se recomienda no administrarla a pacientes con insuficiencia
hepática o renal graves.
Se puede usar de varias maneras (9):
1. de forma continua, a dosis de 250 mg/día, la cual es la que presenta
mejor relación coste-efectividad,

23
Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
2. a pulsos, con dosis de 250 mg/12 horas durante una semana/mes,
3. intermitente, a dosis de 250 mg/día, durante 7 días de cada 3 meses.
Al presentar menos eficacia, las pautas intermitente o a pulsos, se recomien-
dan solo en las fases iniciales de la tiña ungueal y en las micosis por mohos,
con afectación superficial de la uña (9).
El tratamiento debe mantenerse, al menos, 6 semanas para las onicomicosis
de las manos, y 12 semanas para las de los pies.
• Itraconazol. Es un triazol con actividad fungistática de amplio espectro, ac-
tuando contra dermatofitos, mohos no dermatofitos y contra Candida spp.
Este tratamiento, muy lipofílico, se recomienda ingerir con bebidas ácidas o con
comida grasa, y al igual que la terbinafina, se puede emplear de dos modos (9):
1. de forma continua, a dosis de 200 mg/día durante 6 semanas para las
infecciones de las manos y de 12 semanas para las de los pies,
2. de forma intermitente, a dosis de 200 mg/12 horas una semana al
mes por 2 meses en las infecciones de las manos y de 3 meses en las
de los pies.
Con el itraconazol se obtienen buenas pautas de curación, superiores a las obte-
nidas con el fluconazol, por su buena penetración en las uñas, y porque alcanza
concentraciones inhibitorias efectivas. Igualmente presenta esas buenas pau-
tas de curación al tratarse de un fármaco que se fija a la queratina, alcanzando
niveles que se mantienen cerca de un mes tras finalizar el tratamiento (45).
Como efectos secundarios del itraconazol, se pueden destacar los gastrointes-
tinales, y la precaución de uso en pacientes con cardiopatías según refiere la
Food and Drug Administration (FDA).
Al igual que la terbinafina, se desaconseja su uso en insuficiencia hepática o
renal grave.
El itraconazol puede interaccionar con antagonistas de los receptores H2, as-
temizol, cisaprida, quinidina, terfenadina (8), digoxina, benzodiacepinas (18).

24
• Fluconazol. Es un bis-triazol fungistático de amplio espectro, con actividad
contra dermatofitos y Candida spp.
Posee una ventaja contra otros tratamientos orales, como es el hecho de la
administración de 150-300 mg, una única vez por semana, durante 3-6 meses
para las onicomicosis de las manos y de 6-12 meses para las de los pies. Sin
embargo, tiene una menor tasa de curación si se le compara con la terbinafina
o con el itraconazol.
También tiene como efectos secundarios los gastrointestinales, la cefalea, som-
nolencia o el aumento de enzimas hepáticas (18), siendo sus interacciones far-
macológicas la rifampicina, sulfonilureas, warfarina, teofilina y fenitoína (50).
• Griseofulvina. Fue el primer antimicótico utilizado. Presenta un espectro de
acción reducido únicamente a los dermatofitos (15). Actualmente, por su baja
tasa de respuesta, y por su baja afinidad por la queratina, precisa utilizarse
durante un mayor periodo de tiempo que los otros tratamientos orales. Igual-
mente tiene una mayor tasa de recurrencias.
Al ser un fármaco hidrosoluble, debe administrarse con alimentos grasos, pu-
diendo interaccionar con warfarina, ciclosporina y anticonceptivos orales.
Se recomienda administrar una dosis de 500-1.000 mg/día durante 6 a 9 meses
para las onicomicosis de las manos y de 12 a 18 meses para las de los pies (9).
La griseofulvina está contraindicada en enfermedades hepáticas graves, en la
porfiria y en el lupus eritematoso sistémico, al poder provocar un cuadro lupus-
like por su fotosensibilidad (51).
• Ketoconazol. Es un fármaco que no se emplea en el momento actual por sus
efectos secundarios graves, hepatotoxicidad, y por su baja efectividad.
• Triazoles de 2ª generación (20). Últimamente se han desarrollado nuevos an-
tifúngicos de la familia de los triazoles, que presenta amplio espectro de acti-
vidad, sobre todo contra levaduras y contra hongos no dermatofitos. Presentan
menos interacciones farmacológicas que los triazoles tradicionales. Sin embar-
go, aún su precio es muy superior al resto de los tratamientos orales, por lo que

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
se recomienda reservar estos tratamientos para infecciones invasivas oportu-
nistas en inmunodeprimidos o en las infecciones por hongos no dermatofíticos
con mala respuesta a los tratamientos previamente nombrados.
Dentro de estos triazoles de nueva generación se incluyen el Voriconazol, Po-
saconazol, Ravuconazol, Albaconazol y Pramiconazol.
Los estudios efectuados con el Posaconazol, indican su eficacia tanto en dosis de
100, 200 o 400 mg/día durante 6 meses, o bien 400 mg/día durante 3 meses.
Pero su elevado precio hace que en el momento actual se reserve para otro tipo de
infecciones micóticas.
El siguiente cuadro (tabla 3) resume la tasa de respuesta (29) que ofrecen los 3
antifúngicos orales más empleados, y la griseofulvina (52), serían:

Tabla 3. Características de los diferentes métodos diagnósticos


MEDICAMENTO Y PAUTA TASA DE RESPUESTA
Terbinafina en pauta continua 76%
Itraconazol en pauta continua 59%
Itraconazol en pauta pulsátil 63%
Fluconazol en pauta pulsátil 48%
Griseofulvina 60%

Por ello, según las distintas publicaciones, el tratamiento de elección debería ser la
terbinafina, con el itraconazol como la mejor alternativa (20).

Tratamientos combinados
Con este tipo de tratamientos, se consigue la acción sinérgica y complementaria
de los fármacos.
Su uso es para aquellos pacientes en los que la monoterapia no ha sido efectiva.

26
Alguna de las combinaciones estudiadas ha sido la amorolfina en laca una vez por
semana, junto con terbinafina a dosis de 250 mg/día, comparándolo con la terbi-
nafina en monoterapia. Se ha visto mayores tasas de curación con el tratamiento
combinado (53), siendo esta combinación una de las recomendadas (9).
Otro de los tratamientos combinados estudiados (54), y con mejores resultados
que el tratamiento oral en monoterapia, ha evaluado la amorolfina con itraconazol
frente al itraconazol en monoterapia para las onicomicosis de las manos debidas
a infección por Candida spp.
Dentro de los tratamientos combinados, cabe destacar que últimamente se ha
procedido a estudio de farmacoeconomía (55) y coste-efectividad de los mismos.
En uno de estos estudios se ha visto que la pauta secuencial más económica es
la que emplea ciclopiroxolamina o amorolfina tópico durante un mes, seguido de
itraconazol oral de manera pulsátil durante 3 meses, y seguido a continuación de
terbinafina continua oral otros 3 meses (46).

Tratamientos según germen causante


Una vez valorados los distintos tratamientos tópicos y sistémicos de los que dispo-
nemos, y vistas las eficacias y espectros de acción de los mismos, se puede hacer
un esquema de tratamiento según el agente causal (9):

Amorolfina Dermatofitos. Ciclopiroxolamina


Tratamiento tópico

• 1-2 aplicaciones/semana • 1er mes: • Barniz hidrosoluble:


aplicación/48 h 1 aplicación/día
Con ambos fármacos, • 2º mes:
la duración es: 2 aplicaciones/semana
Manos: 6 meses; • A partir del 3er mes:
Pies: 9-12 meses 1 aplicación/semana

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
Dermatofitos.
Terbinafina Itraconazol
Tratamiento oral
Pauta continua: Intermitente: Pauta continua: Intermitente:
250 mg/día 1 semana/mes 200 mg/día 1 semana/mes
250 mg/12 horas 200 mg/12 horas

Con ambos fármacos, tanto con terbinafina como con itraconazol, la duración es:
• Pauta continua: • Pauta intermitente
- Mano: 6 semanas - Mano: 2 meses
- Pie: 12 semanas - Pie: 3 meses

Amorolfina Levaduras. Ciclopiroxolamina


Tratamiento tópico

• 1-2 aplicaciones/semana • 1er mes: • Barniz hidrosoluble:


aplicación/48 h 1 aplicación/día
Con ambos fármacos, • 2º mes:
la duración es: 2 aplicaciones/semana
Manos: 6 meses; • A partir del 3er mes:
Pies: 9-12 meses 1 aplicación/semana

Levaduras. Tratamiento oral

Itraconazol Itraconazol intermitente Fluconazol


150-300 mg/
200 mg/día 200 mg/12 horas 1 vez semana

Mano: Pie: Mano: Pie: Mano: Pie:


6 semanas 12 semanas 2 meses 3 meses 3 meses 6 meses

28
El tratamiento para los mohos no dermatofitos va a depender del microorganismo
y de la extensión de la lesión, siendo un tratamiento más complejo e insatisfacto-
rio. Algunos de los nuevos triazoles, de 2ª generación, pueden tener protagonismo
en un futuro próximo para tratar estos hongos. Mientras, se recomienda la terapia
combinada, asociándola a avulsión o desbridamiento químico o quirúrgico.

Otros tratamientos
Otros tratamientos que se emplean como coadyuvantes, son el desbridamiento, el
raspado del lecho, la abrasión de la uña, la avulsión química o quirúrgica.
Se utilizan para disminuir el grosor de la uña y el dolor y aumentar la capacidad de
penetración de los tratamientos tópicos y sistémicos, lo que aumenta las tasas de
curación clínica y micológica.
Para la avulsión química, se emplea urea al 30-40%, de un modo oclusivo añadien-
do a este tratamiento el antifúngico oral elegido (9).
Otras sustancias que ayudan a que el fármaco que damos a nuestros pacientes
penetre más efectivamente en la uña son la urea peroxigenada, el ácido salicílico,
el ácido tioglicólico, las queratinasas o el ácido fosfórico (56).
Igualmente se ha empleado como tratamiento que ayuda al efecto de los fármacos
anteriormente citados, la iontoforesis, puesto que al aplicar corriente eléctrica de
baja intensidad, se mejora la penetración del fármaco. También ha sido probada
la terapia fotodinámica, sin que pueda recomendarse en el momento actual de los
estudios (20).
Otros tratamientos podológicos son las avulsiones quirúrgicas. En los estudios se
ha visto que no hay diferencias entre la avulsión parcial o la total, mejorando los
resultados de las mismas si se utiliza como coadyuvante un tratamiento oclusivo
tópico hasta que la uña se desarrolle totalmente (57). En la literatura también po-
demos encontrarnos estudios con tratamientos más naturales (61), en los que se
emplea aceite de eucalipto, mentol, aceite de trementina, aceite de nuez moscada

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Guía de Prevención y Manejo
de la Onicomicosis
o bien aceite de hoja de cedro, pero faltan estudios que demuestren la posible efi-
cacia de estos compuestos para tratar las onicomicosis.

CRITERIOS DE DERIVACIÓN
Las onicomicosis son patologías que pueden manejarse y tratarse bien por el Podó-
logo bien por el médico de Atención Pri­maria, por lo que únicamente se derivaran
al especialista en dermatología si hay dudas diagnósti­cas o si no responden al
tratamiento (29).

ONICOMICOSIS EN CASOS ESPECIALES.


ONICOMICOSIS EN NIÑOS
En las edades pediátricas, la prevalencia es menor que en las edades adultas, con
prevalencias desde 0.1% a 1.37%, a pesar de que vaya en aumento (59).
Algunas de las razones que se han dado para explicar la baja frecuencia de onico-
micosis a estas edades en relación con los pacientes adultos son (60):
• rápido crecimiento de la uña,
• menores traumatismos por una menor superficie de contacto,
• menor incidencia de tinea pedis,
• menor frecuencia a la exposición a hongos en lugares públicos.
En la mayoría de los estudios sobre onicomicosis en pacientes pediátricos, señalan
al Trichophyton rubrum como el agente patogénico más identificado en las mues-
tras de los niños afectos (61).
Igualmente se ha visto una frecuencia aumentada de onicomicosis por Candida por
el hábito infantil de chuparse el dedo (62).

30
En estos estudios recomiendan el tratamiento tópico, con buenos resultados, ya
que la forma clínica más frecuentemente hallada es la OBS. Por ello, recomiendan
lacas de ciclopiroxolamina o amorolfina (35).
Y en lo referente al tratamiento oral, la FDA no ha aprobado ninguno, aunque se
pueden utilizar los mismos que para los adultos, con efectividad y seguridad, ajus-
tando la dosis al peso corporal (28).
Sin embargo, la Asociación Británica de Dermatólogos, recomienda la griseofulvi-
na, a dosis de 10 mg/kg/día (20).

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