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VOLUNTAD

 Capacidad de tomar decisiones y ejecutarlas en el momento adecuado.


 Es el aspecto de la personalidad que impulsa a la acción.
 El acto voluntario implica reflexión y elección

ALTERACIONES PSICOPATOLÓGICAS
La psicopatología de la voluntad está muy relacionada con la vida instintiva. El ser
humano no tiene libertad frente a las pulsiones instintivas, pero gracias a la voluntad
es capaz de modularlas y dirigirlas adecuadamente. El ejercicio de la voluntad permite
la regulación de los impulsos y el control de las inevitables frustraciones que el
principio de realidad impone a nuestras tendencias instintivas.
La alteración más frecuente de la voluntad es el déficit de voluntad denominado
hipobulia, o abulia si es de mayor intensidad. Aparece en patología psiquiátrica
diversa como depresiones, trastornos de ansiedad, esquizofrenia, abuso de alcohol y
drogas. Hay pacientes que tienen problemas específicos en el control de ciertos
impulsos como jugar dinero (ludopatía, robar (cleptomanía), arrancarse el pelo
(tricotilomanía) o provocar incendios (piromanía), ante los cuales parece haber una
hipobulia específica.
La voluntad de no querer hacer nada siendo capaz de hacerlo recibe el nombre de
negativismo, puede ser activo con actitud oposicionista, o pasivo con actitud de
resistencia pasiva.
Hay un exceso de voluntad o hiperbulia, no productiva, en estados maniacos o
hipomaniacos asociado al aumento de vitalidad de dichos estados. A veces aparece
un exceso de voluntad de tipo voluntarista en personas ansiosas y obsesivas.
Actos Impulsivos: Los procesos no se desarrollan ordenadamente y pasan a la
ejecución

EVALUACIÓN PSICOPATOLÓGICA
Criterios subjetivos:

 El compromiso volitivo, se determina al evaluar las expresiones verbales del


paciente.
 Como van los deseos de hacer sus actividades cotidianas
Criterios objetivos:

 Evaluar la respuesta motora del individuo


 Ver la rapidez, si guarda o no coherencia y finalmente la conducta

CASO CLÍNICO
Paciente acude por primera vez a consulta, acompañada de su madre y refiere: “decidí
venir a psicología porque soy consciente de que no estoy bien y esto lo he percibido
estas dos últimas semanas. Desde muy pequeña me he sentido distinta a los demás y
que nadie me comprende, no sé cuál será la razón pues mis padres y hermano son
personas comunes, es decir no tienen problemas como yo, nunca he tenido interés
alguno en socializar o relacionarme con los demás, por tal motivo no he tenido
compañeros y mucho menos amigos. Todo esto hace que me sienta demasiado
diferente, no encajando con los estereotipos de la sociedad, lo cual me causa mucha
desesperación ante la presión para socializar con los demás, lo cual me genera
tristeza, frustración, lloro porque intento hacerme entender que soy distinta, pero veo
que no lo consigo, llegando a estresarme y me causa mucha fatiga que ya no me da
ganas de hacer ninguna actividad, pues no logro concentrarme, es así que me la
paso durmiendo. Además, nunca he logrado sentir que es la felicidad, alegría u otra
emoción, solo he podido sentirme cómoda como, por ejemplo, cuando leo, en especial
acerca de literatura, arte e historia o también cuando dibujo o hago diseño de ropa. De
igual forma, toda muestra de afecto me es indiferente, no me causa ningún placer o
emoción. Por otro lado, a veces me critico por cada cosa que no realizo bien, lo cual
me generaba malestar. Asimismo, un hecho que me causaba un poquito de ansiedad
era recordar un evento que sucedió en mi infancia, el cual fue ver pornografía a lado
de mi niñera, por esta razón es que, durante un tiempo, sentí la necesidad de ver este
tipo de videos. Sin embargo, actualmente ya desapareció, pues me di cuenta de que
no estaba bien y, además, no había 38 finalidad alguna de hacerlo, ya que no me
causaba algún tipo de placer.” Por otro lado, la madre refiere: “mi hija desde muy
pequeña siempre ha tenido preferencia por actividades solitarias, recuerdo que la
profesora me comentó, que Sara de pequeña no jugaba con sus compañeritos del
nido, se quedaba en el salón de clases pintando o a veces solo echada en la carpeta
leyendo; lo cual coincidía con lo que me dijo más adelante otra profesora en primaria.
También, he notado que ella es muy ‘fría’, no le gusta que la toquen, ni si quiera para
un abrazo o beso, es como si fuera indiferente con las personas que la quieren, así
como son casi nulas las veces las que la he visto feliz, además, Sara no continúa con
sus estudios, pues no logró adaptarse con las exigencias sociales nuestras, ni las de
su escuela.

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