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MASA

Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: “No mueras, te amo tanto”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Se le acercaron dos y repitiéronle:


“No nos dejes! ¡Valor! ¡Vuelve a la vida!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Acudieron a él veinte, cien, mil, quinientos mil,


clamando: “Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Le rodearon millones de individuos,


Con ruego común: “¡Quédate hermano!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierra


le rodearon; les vio el cadáver triste, emocionando;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer hombre; echóse a andar...

CESAR VALLEJO

Y, desgraciadamente
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundos, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es dolor dos veces
y la función de la yerba Purísima, el dolor dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente.

Jamás, hombres humanos,


hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la aritmética,
jamás tanto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugo su rol de frío muerto
jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal

Y la migraña extrajo tanta frente de la frente


y el mueble tuvo en su cajón, dolor,
el corazón, en su cajón, dolor,
la lagartija, en su cajón, dolor.

Crece la desdicha, hermanos hombres,


mas pronto que la maquina, a diez maquinas, y crece
con la res de rousseau, con nuestras barbas;
crece el mal por razones que ignoramos
y es una inundación con propio líquido,
con propio barro y propia nube sólida
invierte el sufrimiento posiciones, da función
en que el humor acuoso es vertical
al pavimento,

El ojo es visto y esta oreja oída,


y esta oreja da nueve campanadas a la hora
del rayo, y nueve carcajadas
a la hora del trigo, y nueve sones hembras
a la hora del llanto y nueve cánticos
a la hora del hambre y nueve truenos
y nueve látigos, menos un grito

El dolor nos agarra, hermanos hombres


por detrás, de perfil,
y nos a loca los cinemas,
nos clava en los gramófonos,
nos desclava en los lechos, caen perpendicularmente
a nuestros boletos, a nuestras cartas;
y es muy grave sufrir, puede uno orar…
pues de resulta
del dolor, hay algunos
que nacen, otros crecen, otros mueren,
y otros que nacen y no mueren, otros
que sin haber nacido, mueren, y otros
que no nacen ni mueren (son los más)
y también de resulta
del sufrimiento, estoy triste
hasta la cabeza, y mas triste hasta el tobillo,
de ver al pan, crucificado, al nabo,
ensangrentado,
llorando, a la cebolla,
al cereal, en general, harina,
a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo,
al vino, un ecce-homo,
tan pálida a la nieve, al sol tan ardió
¡Como, hermanos humanos,
no deciros que ya no puedo y
ya no puedo con tanto cajón,
tanto minuto, tanta
lagartija y tanta
inversión, tanto lejos y tanta sed de sed!

Señor ministro de salud: ¿que hacer?


¡Ah! Desgraciadamente, hombres humanos,
Hay, hermanos muchísimo que hacer.

Cesar Vallejo Mendoza


(Peruano)

Son las mujeres de hoy día


las dueñas del mundo entero,
y con instinto certero
nos imita a porfía

Por cierto que la mujer


no llegara a ser varón
por mas que use pantalón
y no cumpla su deber
a muchas se puede ver
con esa rara manía
miren que huachafería ,
que falta de seriedad
tremenda calamidad
las son las mujeres de hoy día

Hasta en el siglo pasado


la mujer era tranquila,
hoy de nada se horripila,
el hombre es mas recatado:
entre los enamorados
la mujer besa primero
y en vez que el marinero
tenga novia en cada puerto,
son las mujeres de hoy, porcierto
las dueñas del mundo entero

y como en todo se mete


nuestra moderna mujer,
no necesita chofer
por que a sacado brevete
a ella le importa un siete
que el aceite maque “cero”,
la pista es como un potrero
y sin menoscabo alguno
atropellan mejor que uno,
y con instinto certero
Si llegan las elecciones
no estudian al candidato,
les basta el retrato
para dar sus opiniones.
Ejecutan profesiones,
de abogado y policía
mientras que la pobre cría
llora total abandono,
ellas, lo mismo que el mono,
nos imitan a porfía

Nicomedes Santa Cruz


(Peruana)

¡Los caballos eran fuertes!


¡Los caballos eran ágiles!

sus pescuezos eran finos y sus ancas


relucientes y sus cascos musicales…
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!

¡No! No han sido los guerreros solamente,


de corazas y penachos y tizones y estandartes,
los que hicieron la conquista
de las selvas y los Andes:
los caballos andaluces, cuyos nervios
tienen chispas de la raza voladora de los árabes,
estamparon sus gloriosas herraduras
en los secos pedregales,
en los húmedos pantanos,
en los ríos resonantes,
en las nieves silenciosas,
en las pampas, en las sierras, en los bosques y los valles
¡Los caballos eran fuertes!
¡Los caballos eran ágiles!

(De “Alma América”)


José Santos Chocano
(Peruano)

A JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

Un día que ya llega


desde la espalda de los Andes,
Ascenderá por el tallo una sonrisa
Y se hará flor en los labios de millones de pobres

¡Esa será la tu bandera, José Carlos Mariátegui!


Hora a hora todos nos vamos acercando a ti
tú que vives en el porvenir,
acércate un poco hacia nosotros
ya somos muchos, pero seremos más.
Y cambiaremos el Perú, desde la piedra,
y cambiaremos el Perú, desde la lágrima.
Y cambiaremos el sistema injusto.
Entonces volverás en el rocío de la vida
En la risa marina de los negros,
en el campo repartido entre los indios,
en la dicha nacional de las mujeres.
Volverás de nuevo
en la tierra para el campesino
en la fábrica al trabajador
en la salud y el agua para todos,
y en el alfabeto viviente de los libros

Volverás con tu cuerpo completo,


con tu espíritu intacto
sobre los hombros de tu pueblo.
Y vivirás para siempre entre nosotros,
padre y hermano.
En la música eterna en el Perú.

GUSTAVO VALCÁRCEL
(Peruano)

PARA QUE NAZCA EL SOL


(Canto Coral)
Un niño triste vivía en el hueco de mi guitarra.
Yo, era un enfermo más, almorzando sólo amarguras.
Sentía los pies como tambores pisando sobre la tierra.
Mi cama, era un lecho de muertos, clavándome en la madera.
Pregunté por la alegría, no respondió nadie.
Pregunté por la felicidad, no respondió nadie
A nadie le importa si bajo esta camisa existe un hombre.
¿Por qué, por qué he de llorar otra vez,
si las lágrimas en vez de aliviarme, me ahogan?
Hasta que mi hermano dijo:
¡Yo, ya no tengo paciencia, para seguir soportando esto!
Yo, ya no tengo paciencia, para seguir siendo nervio de
una piedra silenciosa.
Yo, que he sido labrador de piedras, esculpiéndole rostros
a las cumbres de las cordilleras.
Bajo los relámpagos y sobre los hombros de millares de
hombres, buscábamos alcanzar el Sol y las estrellas.
Nacían en mi cintura y mi frente, destellos de oro y de
plata y un corazón inmortal como lanza.
Para ser ahora, momias entre los escombros, polvo bajo
los cascos de nuevos conquistadores.
¡Yo, ya no tengo paciencia para seguir soportando esto!
Yo, que he sido cóndor victorioso, elevando el alma de
los pueblos sin fronteras.
Bajo mis alas, se encendía la tierra y el agua. Danzaban
los peces, tejían los pájaros libres, entre el aroma de
las semillas y las hojas.
Para ser ahora un puñado de huesos macilentos, con las
plumas apagadas, bajo el poncho carcomido por desprecios.
Yo, ya no tengo paciencia, para seguir soportando esto.
Soy el niño que ofrece caramelos y cigarros a la media
noche, el hombre viejo, apenas a los siete años.
Aquel que mendiga en los bares, a la puerta de una iglesia
y que sueña en el pavimento con un juguete descolorido.
Soy el sediento en los arenales, el que suda en los camiones
y en los buses, atestados de sufrimiento.
El que barre en las calles los vómitos del siglo,
El que come en un rincón entre cartones y latas vacías,
el que corta,
el que amasa, el que afila, el que martilla en las madrugadas.
Yo, ya no tengo paciencia, para seguir soportando esto.
Quiero ser el trueno de la sangre, sepultando a las águilas
negras que saquean rebaños y sementeras.
Quiero ser fósforo y leño en los hornos apagados de los
corazones humanos
Quiero ser un eco de fuego que brote de los llantos, que
están inundado las cocinas y los talleres,
los mercados y los hospitales.
Las cárceles, las calles, los juzgados, los cementerios.
Quiero ser el hombre, sembrado para nacer
en el surco de la nueva vida.
Yo, ya no tengo paciencia…Oigo la voz de mi mujer y de
mis hijos, y de los hijos de mis hijos,
de los que no han nacido todavía.
La voz de los abuelos, de los azotados, de los que cayeron
por su Dios y su bandera. ¡Libertad!
La voz del tiempo, de los relojes detenidos.
La voz de los libros memorables que nunca se apolillan.
De los libros desnudos que arden,
con sus héroes de acero desfilando en la memoria.
Aquí está la mano, que con un soplo creó la Tierra.
Aquí están los pies, siguiendo las huellas que edificaron las
montañas
aquí está el pecho, que abrió su celda para que se liberten las
palomas.
Aquí está el cerebro, para plantar y conducir, los motores del
Universo.
Aquí está la vida, más allá de las agonías, reclamando su
eternidad.
Así, así habló el fuego, desde la unidad de los huesos,
despertando bajo la tierra.
Así habló el agua, hecha ternura, hecha tormenta, en el mar y en
el cielo.
Así habló un pueblo, la multitud que ama a sus animales y a
sus plantas, a su espacio, a sus hermanos de otra razas y otras
lenguas.
Así, así hablaremos un día, cuando hablemos todo como
cantando, un himno hacia la tierra florecida.
“Mañana, hijo mío, todo será distinto... ”
¡Sembrar la vida… para que nazca el Sol!

Autor: Freddy Pajuelo Atis

TIERRA GENEROSA

Yo quiero contarle al viento,


lo que mi tierra atesora,
ser como la embajadora
de mi propio sentimiento.

A ti va Huacho querido
el mensaje de mi alma,
yo quiero darle la palma
que tú siempre has merecido.

Hay en la costa peruana


una ciudad ideal,
es como el mar que la baña
y es más limpio que el cristal.
Es mi tierra generosa
y es tan buena como el pan.

A esta tierra bendita


también llegó San Martín,
y al verlo los españoles
se escaparon por Carquín.

Por las mañanas temprano


aparece el claro sol,
en invierno o en verano
con reflejos de arrebol.

Y se escucha a la cholita
con su dejo singular,
tocar de puerta en puertita
y este pregón recitar.

Caserita, caserita,
¿Qué me quiere usted comprar?
cómpreme la verdurita
pa’ que vaya a cocinar

La cholita pescadora
también es tradicional,
en su lapa seductora
hay cebiche nacional.

Autora: Flor de María Drago Persivale

AMAME
Sólo en ti está mi corazón
y cuando sueño
no veo a nadie sino a ti.
Sólo en ti pienso
y a ti también te busco
si estoy despierto

Igual que el sol


fulguran para mí
tus ojos
en tu faz se abren,
para regalo mío,
todas las flores.

La lumbre sola
de tus pupilas
me da la vida
y tu boca florida
con su sonrisa
me hace dichoso

Ven, y ámame,
tierna paloma,
no temas nada.
Pese al destino
yo te amaré
hasta la muerte
A JOSÉ FAUSTINO SANCHEZ CARRIÓN

Herencia, herencia hecha de granito y viento


en tumultos de paloma y rocío redentores
fuiste José Faustino Sánchez Carrión.

Patriota hecha de arcilla y calicanto soberanos,


desde niño deletreaste la palabra libertad,
y te fuiste haciendo aguerrido verbo
en las aulas de la vida que te dio tu madre en el primer lucero
y te dio una Patria para amarla, en tu breve travesía.

No fuiste sólo poesía echa de olivos y laureles


sino docente de la nueva ideología,
inmortal arquitecto de la nueva democracia.

Como conocieron las aulas del sonido de la insurgencia,


en cada piedra, en cada madera,
en cada corazón de los claustros de San Carlos,
pusiste en huida feudales tentación
en las horas turbulentas de las decisiones justas.

Arremetieron contra ti pezuela y sus gendarmes,


te desterraron al silencio en Sayán de los relámpagos
con la antorcha luminosa de la pluma,
para hacerte los panales de la abeja republicana.

Férreo epistolario de la Patria americana,


constructor de la república,
mano testimonial y fraterna,
izando con Bolívar la bandera peruana,
donde la libertad, la igualdad, la dignidad,
la soberanía y la prensa libre,
fueron los cimientos de la nueva arquitectura,
sabio conocedor de nuestra tierra y de América,
en todas sus vertientes.

No sucumbíste a las raíces feudales y


propiciaste un continente con un solo canto,
y una sola llamarada,
cuento hiciste por la victoria final contra invasores

Como forjaste tu vida de lucha


el estandarte de conducta inmaculada,
para las generaciones del trigo,
los nuevos hijos de la Patria,
los continuadores del juicio a la ignominia,
herederos de este magno prócer libertario
eterno paradigma y soldado de la Patria

Autor: Augusto Escalante.

¡ANCASHINO,
NO ABANDONES TUS FRONTERAS!
Cornelio Abad
Por tu sangre, por tu tierra, por tu suelo,
por tu aire, por tu cielo, por tu raza, por tu mismo
¡Ancashino, no abandones tus fronteras!

Por los cráneos machacados,


por los fémures retorcidos,
por la carne sin los huesos,
por los huesos sin la carne,
por los ayes que poblaron todo el cosmos
¡Ancashino, no abandones tus fronteras!

Por tus dos hermosas joyas, sepultadas,


bajo nieve, bajo piedra, bajo lodo;
que con sus penachos verdes, de palmeras,
sólo cuatro, son un himno de esperanza,
espada enhiesta, que hurga el cielo,
y que grita hacia el Este
y también hacia el Oeste,
hacia el Norte y hacia el Sur:
¡Son tu alma Ancashino! y, por ellas,
¡Ancashino, no abandones tus fronteras!

Por tu tierra, bruna, fértil,


bella madre prodigiosa;
desde Jochas hasta Quillas,
de Huambacho hasta Quillo
y de Uco hasta Pampas…
¡Ancashino, no abandones tus fronteras!

Por tus brisas de mañanas


y tus vientos de las tardes;
por la inmensa y azul popa
de tu claro firmamento;
por tus bellos callejones
y sus prístinos nevados
y tus playas sonrientes,
¡Ancashino, no abandones tus fronteras!

Por el “Llanque” y por la choza


con las ollas de un fondo interminable (nunca llenas)
por los “Llicllas ” y “Runipas”
y los niños “Huactequichos”
¡Ancashino, no abandones tus fronteras!

Por tu raza milenaria,


de titánica templanza, pétrea, ígnea
aún más tarde que la muestra de Chavín;
sobreponte mi hermano,
lucha y triunfa,
y no abandones
¡Ancashino, no abandones tus fronteras!

Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!


golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… Yo no se!

Son pocos, pero son… Abren zangas oscuras


en rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de los bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas ondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del Horno se nos quema.

Y el hombre… Pobre…pobre! Vuelve los ojos, como


cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!

Cesar Vallejo
(Peruano)

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,


Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
Y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma


Emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
Y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.


Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio


Claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa, bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

(Pablo Neruda)
Peruano

PEDRA NEGRA SOBRE PIEDRA BLANCA

Me moriré en Paris con aguacero,


un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París – y no me corro –
Tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, a verme sólo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada:
le daban duro con un palo y duro.
También con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros;
la soledad, la lluvia, los caminos…

EL ACUSADO
(Anónimo)
Se me acusa de un crimen con vileza
por lo menos así el fiscal lo dijo
maté en un rato de furor a mi hijo
disparándole un tiro en la cabeza

Yo señor presidente, no pretendo


que el castigo la piedad me escude
porque de ese delito que se alude
si bien me he de explicar, no me defiendo.

Es verdad que maté. La suerte mía,


me empujó y no me pesa lo aseguro
pues si viviera por mi nombre os juro
que de nuevo, señor, lo mataría.

Perdonad si mi lágrima no oculto


y exteriorizo mi corazón con creces
soy un hombre de honor señores jueces
que siempre a la virtud le rendí culto.

Siendo muy joven me casé. Nacía


años después mi primogénito hijo
la ventura, el desamor y el regocijo;
todo en aquel hogar; me sonreía.

Creo no exagerar si os digo que era


como el sol que precede a una bonanza
la risueña ilusión de una esperanza
más que mi porvenir, ¡Mi vida entera!

Pero el niño creció. No tengo calma


recordando siempre al niño tierno
fruto de maldición puso el infierno
todo el veneno que cabía en su alma

Yo Sr. presidente sólo exijo:


que imaginéis mi angustia y mi agonía
ante aquella desgracia ¿Qué no haría…?
por detener en la pendiente a mi hijo.

Yo que juzgaba la existencia amable


contemplando esa flor en su capullo
aquel hijo que fue todo mi orgullo
convertido lo vi en un miserable

Y una vez incapaz nuestro cariño


de callar sus propósitos insanos
se tiñeron de sangre aquellas manos
que bese con unción cuando era niño.

Una tarde señor: ¡Maldita tarde!


lo encontré ¡Qué espantosa mirada!
a su madre ¡A su madre inmaculada!
la tenía por el cuello el muy cobarde

Y con sentimientos, torvos e inhumanos


y en los ojos diabólicos destellos
le mesaba iracundo los cabellos
y le daba, de golpes, con las manos

Yo perdí la razón, no hubo barrera


que atajara mi cólera gigante
todo negro lo vi, en aquel instante
y me fui encima de él como una piedra.

Lo demás fue señor, casi instantáneo


sin siquiera dudar ni arrepentirme
cogí el revolver y con mano firme
de un balazo le partí el cráneo

Lo maté y bien muerto está ¡Nada me exhorta!


a que reniegue de mi infausta suerte
si os acomoda, condenadme a muerte
¡Que la vida a mí, ya no me importa

REÍR LLORANDO
Juan de Dios Peza
Viendo a Garrik – actor de Inglaterra
el pueblo al aplaudirlo le decía:
“Eres es más grande de la Tierra y el más feliz”
y el cómico reía

Víctimas de Spleen, los altos lores,


en sus noches más grandes y pesadas
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su “Spleen” en carcajadas.

Una vez, ante un médico famoso


llegose un hombre de mirar sombrío
sufro le dijo un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío,
nada me causa encanto ni atractivo
no me importa ni mi nombre
ni mi suerte
es un eterno, “Spleen” muríendome vivo,
y es mi única pasión la de la muerte

- Viajad y os distraeréis
¡Tanto he viajado!
- Las lecturas buscad
Tanto he leído
- ¡Que os ame a una mujer!
¡Si soy amado!
- Un título adquirid
¡Noble he nacido!
- Pobre seréis quizás
¡Tengo riquezas!
- ¡De lisonjas gustáis!
¡Tantas escucho!
- ¡Qué tenéis de familia!
Mis tristezas
- ¡Vais a los cementerios!
Mucho ,,,,,,,, mucho
De vuestra vida actual tenéis testigos
si, más no dejo que me impongan yugos
yo los llamo a los muertos mis amigos
y les llamo a los vivos mis verdugos.

Me deja agregó el médico – perplejo vuestro mal,


y no debo acobardaros
tomad hoy por receta este consejo
sólo viendo a Garrik podrás curaros

¿A Garrik?
Sí a Garrik. La más remisa
y austera sociedad lo busca ansiosa
todo aquel que lo ve muere de risa,
tiene una gracia artística asombrosa,
¡y a mí hará reír! ¡ha!
- Sí ¡os juro! él sí, nada más que el… él
mas que os inquieta (así dijo el enfermo)
así yo no me curo.

Yo soy Garrik, cambiarme la receta


¿Cuántos hay que cansados de la vida?
enfermos de pesar, muerto de tedio,
haces reír como el actor suicidia
sin encontrar para su mal remedio

¡Hay! cuántas veces al reír se llora


nada en lo alegre de la risa fie,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma llora cuando el rostro ríe.

Si se muere de fe, que huye la calma,


si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste, la sonrisa
el carnaval del mundo engaña tanto
que las vidas son breves mascaradas
aquí aprendemos a reír con llanto,
y también a llorar con carcajadas.

VOZ DE ORDEN
…!!!
Juan Gonzalo Rose
Hace más de cien años
que nos cuentan el cuento
mientras cada cien días
asesinan al pueblo.
Maldito el que me diga
que me calle la boca,
mientras se va cantando
“Viva el Perú y sereno”

Algunos me dirán que no es cristiano


cantar de esta manera.
Yo les pregunto a todos los cristianos
¿es cristiana la guerra?
¿es cristiano que venga el extranjero
a quitarnos las uñas de la tierra?
¿es el hambre cristiana?
¿Son cristianos los mocos de los niños
que murieron tullidos de inocencia
sin que sus pies descalzos correteasen
el patio de la tibia primavera?
¿Será cristiano el pan
cuando es ajeno el trigo?

Yo les pregunto a todos los cristianos


si son cristianos todos los cristianos?
Aquel que entre nosotros esté libre de culpa
devuélvale la dicha a mis hermanos

NO TE AVERGUENZES HERMANA

PORQUE CERCANO ESTA EN DÍA


DE TU TOTAL REDENCIÓN,
NO TE AVERGUENCES HERMANA
DE TU HUMILDE CONDICIÓN

Aún en medio del llanto


de tu enorme sufrimiento,
es posible el gran contento
del futuro que hoy te canto.
No todo es pena, quebranto,
tristeza, melancolía:
felicidad, alegría,
sueño, dicha y esperanza
PORQUE CERCANO ESTA EL DÍA

El día en que los de abajo


derrumben a los de arriba,
el día en que un siempre ¡Viva!
se escuche en nuestro trabajo.
Como quien corta de un tajo
el árbol de la ambición,
así cortará tu acción
el desprecio hacia tu clase.
Nuestra gloria también nace
DE TU TOTAL REDENCIÓN.

No es hermosa la mujer
porque luzca plata y oro,
es hermosa porque de oro
son sus ansias de vencer.
Eres tú oh gran mujer
el gran triunfo del mañana.
Eres la antorcha que emana
tras tus ojos encendidos.
Para no hallarnos perdidos
NO TE AVERGUENCES HERMANA

Pasa la voz a María,


a Rosa, a Juana, a Carmela;
pasa la voz a Manuela,
a Victoria y a Sofía.
Diles que ahora es el día
de acabar con la opresión.
Dedícales mi canción
y diles que estoy con ellas.
Son las mujeres más bellas
DE TU HUMILDE CONDICIÓN
JOVALDO
(José Valdivia Domínguez)

ESPERGESIA
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,


que soy malo; y no saben
del diciembre de ese enero.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hay un vacio
en mi aire metafísico
que nadie ha de palpar
el claustro de un silencio
que habló a flor de fuego.

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.

Hermanos, escucha, escucha…


Bueno. Y que no me vaya
sin llevar diciembres,
sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que dios Dios estuvo enfermo.

Todos saben que vivo,


que mastico… Y no saben
por qué en mi verso chirrían,
oscuro sinsabor de féretro,
luyidos vientos
desenroscados de la Esfinge
preguntona del Desierto.

Todos saben… Y no saben


que la Luz es tísica,
y la Sombra gorda…
Y no saben que el Misterio sintetiza…
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
el paso meridiano de las lindes a las Lindes

Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo,
grave.
CESAR VALLEJO

LA MEJOR HERENCIA
Autor: Antero Rosadio
Por el techo ruinoso de una choza
que se alza entre las tierras labrantía
enuncia el despertar del nuevo día
un manojo de luz blanca y radiosa.
Y todos a ese mágico conjuro
se despiertan temprano, afuera un gallo
con su potente voz hace un ensayo
y eleva su cantar sonoro y puro.
¡Amanece! el pájaro en la rama
sacude su plumón mientras del nido
brota un triste piar. Como un gemido
que unas veces súplica y otras llama.
Por el techo ruinoso sigue entrando
a torrente la luz y tres membrudos
hijos de aquel hogar, torpes y rudos
se levantan del lecho blasfemando.
¡A trabajar imbéciles! el padre
alza su voz de trueno amenazante
mientras que de rodillas suplicante
corre a implorar perdón la pobre madre
¡Retírate mujer! grite al momento
con su voz más airada todavía
y con frase soez, brutal y fría
+++++ de su boca un juramento.
Han pasado veinte años y en la choza
que se alza entre las tierras labrantía
sigue entrando la luz del nuevo día
más blanca más serena y más hermosa
afuera siempre alegra el ramaje
las canciones del ave, el torrente
se precipita aun por la pendiente
y hay el mismo color en el paisaje.
Pero adentro en la choza diariamente
hay trabedias que arrancan a pedazos
el corazón no hay vínculos no hay lazos
ni hay amor hay encono solamente.
Los tres mozos membrudos hoy son dueños
de aquel maldito hogar, murió la madre
y entre harapos se arrastra el pobre padre
que no supo educar ni tuvo empeños
¡A trabajar inútil pordiosero!
le gritan y con torpe atrevimiento
le arrojan a la cara un mugriento
y endurecido pan; quizá el postrero,
¡A trabajar! y aquellos infelices
lo empujan con el pie como si fuera
un animal sarnoso que tuviera
asquerosas y sucias cicatrices.
No quisiste educarnos, son los frutos
que recoges hoy en día y no te asombres
si esos hijos que tienes si estos hombres
son torpes como tú, torpes y brutos.
Que herencia más preciada, te olvidaste
en las horas serenas de la calma
de encendernos la luz dentro del alma
y en la noche más negra nos dejaste
Así hablaron los tres con voz airada
y el viejo en un exceso de amargura
se oprimió el corazón, miró la altura
y propino una amarga carcajada.
Padres que no educáis a nuestros hijos
y recibis después como tributo
el ingrato sabor de amargo fruto
y nunca bienestar y regocijos.
Aprendes estas tristes experiencias
y en vez de esa fortuna tan deseada
dadles la educación, la más preciada
la más noble y mejor de las herencias

LECCIÓN EN VOZ ALTA


Aquí llega en viento
Que arde sobre los campos de batalla
La mano libertadora lista
Para el duelo de las espadas
El agua de las trincheras
Del cielo que revienta,
Sobre las piedras
como un trueno sobre los cascos de la barbarie
Traigo el sudor obrero que se fecunda en la semilla
El canto de los niños como pajaros por el pan
El homenaje a mis hermanos
De anónima sepultura

…Ven a cabalgar con tu silabario


con tu grito inconcluso
con tus hijos adoptivos
que se hacen sabias
en el aire, en el agua,
en el estruendo puro
de los libros perseguidos…

CANTO AL FUTURO

SOBRE LAS RUINAS DEL MUNDO


DONDE AHORA PADECEMOS,
CONSTRUIREMOS UN MUNDO
DONDE TODOS GOZAREMOS.

Y no lo digo tan sólo


porque lo quiero decir,
lo digo por el rugir
de la causa que enarbolo.
A sus filas hoy me enrolo
con sentimiento profundo,
pues comprendo lo rotundo
de su victoria final.
Terminará nuestro mal
SOBRE LAS RUINAS DEL MUNDO

Por eso ahora en mi canto


sus luchas debo escribir,
para poder convertir
en olas su inmenso llanto.
Acábese ya el quebranto
mientras juntos avancemos,
hacia el mundo que queremos
las masas trabajadoras.
Acortemos ya las horas
DONDE AHORA PADECEMOS.

Hoces, puños y martillos


póngase al fin a golpear,
para poder derrumbar
el mandato de los pillos.
Nuestros saqueadores bolsillos
cuan enfermo moribundo,
levántense contra inmundo
sistema de humillación.
Solo así con decisión
CONSTRUIREMOS UN MUNDO.

4
Un mundo donde no broten
verdes tallos asesinos,
un mundo donde no azoten
a obreros y campesinos,
un mundo con mil caminos
donde tranquilos andemos,
un mundo donde cantemos
nuestra hermosa realidad,
un mundo con igualdad
DONDE TODOS GOZAREMOS
JOVALDO
(José Valdivia Domínguez)

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