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SOL DEL TRÓPICO.

GABRIELA MISTRAL según los dioses no llegaron,


tórtolas blancas en bandada,
Sol de los Incas, sol de los Mayas, maná que baja sin doblarnos.
maduro sol americano, No sabemos qué es lo que hicimos
sol en que mayas y quichés para vivir transfigurados.
reconocieron y adoraron, En especies solares nuestros
y en el que viejos aimaraes Viracochas se confesaron,
como el ámbar fueron quemados. y sus cuerpos los recogimos
Faisán rojo cuando levantas en sacramento calcinado.
y cuando medias, faisán blanco,
sol pintador y tatuador
de casta de hombre y de leopardo. A tu llama fié a los míos,
en parva de ascuas acostados.
Sol de montañas y de valles, Sobre tendal de salamandras
de los abismos y los llanos, duermen y sueñan sus cuerpos santos.
Rafael de las marchas nuestras, O caminan contra el crepúsculo,
lebrel de oro de nuestros pasos, encendidos como retamos,
por toda tierra y todo mar azafranes sobre el poniente,
santo y seña de mis hermanos. medio Adanes, medio topacios...
Si nos perdemos, que nos busquen
en unos limos abrasados,
donde existe el árbol del pan Desnuda mírame y reconóceme,
y padece el árbol del bálsamo (1). si no me viste en cuarenta años,
con Pirámide de tu nombre (4),
Sol del Cuzco, blanco en la puna, con pitahayas y con mangos,
Sol de México, canto dorado, con los flamencos de la aurora
canto rodado sobre el Mayab (2), y los lagartos tornasolados.
maíz de fuego no comulgado,
por el que gimen las gargantas
levantadas a tu viático; ¡Como el maguey, como la yuca,
corriendo vas por los azules como el cántaro del peruano,
estrictos o jesucristianos, como la jícara de Uruápan,
ciervo blanco o enrojecido, como la quena de mil años,
siempre herido, nunca cazado... a ti me vuelvo, a ti me entrego,
en ti me abro, en ti me baño!
Sol de los Andes, cifra nuestra, Tómame como los tomaste,
veedor de hombres americanos, el poro al poro, el gajo al gajo,
pastor ardiendo de grey ardiendo y ponme entre ellos a vivir,
y tierra ardiendo en su milagro, pasmada dentro de tu pasmo.
que ni se funde ni nos funde,
que no devora ni es devorado;
quetzal de fuego emblanquecido Pisé los cuarzos extranjeros,
que cría y nutre pueblos mágicos; comí sus frutos mercenarios;
llama pasmado en rutas blancas en mesa dura y vaso sordo
guiando llamas alucinados... bebí hidromieles que eran lánguidos;
recé oraciones mortecinas
Raíz del cielo, curador y me canté los himnos bárbaros (5),
de los indios alanceados; y dormí donde son dragones
brazo santo cuando los salvas, rotos y muertos los Zodíacos.
cuando los matas, amor santo.
Quetzalcóatl, padre de oficios
de la casta de ojo almendrado, Te devuelvo por mis mayores
el moledor de los añiles, formas y bulto en que me alzaron.
el tejedor de algodón cándido. Riégame así con rojo riego;
Los telares indios enhebras dame el hervir vuelta tu caldo.
con colibríes alocados Emblanquéceme u oscuréceme
y das las grecas pintureadas en tus lejías y tus cáusticos.
al mujerío de Tacámbaro.
¡Pájaro Roc (3), plumón que empolla
dos orientes desenfrenados!

Llegas piadoso y absoluto ¡Quémame tú los torpes miedos,


sécame lodos, avienta engaños; SUBE A NACER CONMIGO, HERMANO. PABLO
tuéstame habla, árdeme ojos, NERUDA
sollama boca, resuello y canto,
límpiame oídos, lávame vistas, Dame la mano desde la profunda
purifica manos y tactos! zona de tu dolor diseminado.
No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
Hazme las sangres y las leches, No volverá tu voz endurecida.
y los tuétanos, y los llantos. No volverán tus ojos taladrados.
Mis sudores y mis heridas Mírame desde el fondo de la tierra,
sécame en lomos y en costados. labrador, tejedor, pastor callado:
Y otra vez íntegra incorpórame domador de guanacos tutelares:
a los coros que te danzaron, albañil del andamio desafiado:
los coros mágicos, mecidos aguador de las lágrimas andinas:
sobre Palenque y Tihuanaco. joyero de los dedos machacados:
agricultor temblando en la semilla:
alfarero en tu greda derramado:
Gentes quechuas y gentes mayas traed a la copa de esta nueva vida
te juramos lo que jurábamos. vuestros viejos dolores enterrados.
De ti rodamos hacia el Tiempo Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
y subiremos a tu regazo; decidme: aquí fui castigado,
de ti caímos en grumos de oro, porque la joya no brilló o la tierra
en vellón de oro desgajado, no entregó a tiempo la piedra o el grano:
y a ti entraremos rectamente señaladme la piedra en que caísteis
según dijeron Incas Magos. y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
¡Como racimos al lagar a través de los siglos en las llagas
volveremos los que bajamos, y las hachas de brillo ensangrentado.
como el cardumen de oro sube Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.
a flor de mar arrebatado
y van las grandes anacondas A través de la tierra juntad todos
subiendo al silbo del llamado! los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
Notas eslabón a eslabón, y paso a paso,
afilad los cuchillos que guardasteis,
(1) El llamado “bálsamo del Perú”.
(2) Nombre indígena de Yucatán. ponedlos en mi pecho y en mi mano,
(3) Castellanizo la palabra ajena Rock. como un río de rayos amarillos,
(4) La Pirámide del Sol en México. como un río de tigres enterrados,
(5) Bárbaros, en su recto sentido de ajenos, de extraños.
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.

Apegadme los cuerpos como imanes.

Acudid a mis venas y a mi boca.

Hablad por mis palabras y mi sangre.

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