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TEMAS:
8- Conclusión
Esta actitud solitaria, lleva a tener en algunos casos, una adaptación pasiva a
la realidad porque no mantiene un interjuego dialéctico en el medio, tiene una
relación pasiva, rígida y estereotipada, no pudiendo de esta forma aprehender
la realidad a través del enfrentamiento, manejo y solución integradora de los
conflictos. En otros un quiebre con el principio de la realidad y sólo en un
porcentaje menor, hay individuos que a través de talleres, como ser de pintura,
revista, manualidades, cocina, carpintería, etc., pueden adaptarse activamente
a dicha realidad. Esta mayoría conformada por los adaptados pasivamente, son
los que presentan gravísimas dificultades para poder acceder a una vida digna
conllevada por un ingreso laboral, disminuyendo significativamente sus
posibilidades de reinserción en la sociedad.
En muchos casos, en donde la conflictiva surgió a partir del grupo familiar o del
mundo externo, el individuo es segregado por ese mismo grupo, motivo por el
cual decide abandonarse y se libra a la suerte de la calle, trayendo aparejada
esta situación, la ruptura vincular y en consecuencia la imposibilidad de
realización individual, social y laboral.
Los medios de comunicación, tampoco son ajenos a esta exclusión social, hay
“determinadas estrategias informativas que agravan el fenómeno de los sin
techo, cuando se refieren a estas personas con términos como “mendigos” o
“indigentes”, expresiones con una fuerte connotación negativa que pueden
leerse casi a diario en noticias que, en la mayoría de los casos, recrean
contenidos violentos o morbosos.
Cuando una familia a duras penas vive en una pensión y el jefe de hogar
pierde su empleo, a los pocos días de no pagar quedan todos en la calle.
La mujer y los niños se ubican fácilmente en la casa de algún familiar.
Pero para el hombre es más difícil. Por otra parte el padre de familia
piensa en que es una situación transitoria, y se queda en la calle... y la
calle se lo devora. Porque como no está preparado para esa emergencia,
entonces pierde todavía más la posibilidad de reinsertarse y reunirse con
su familia.... Muchos dicen que no quieren trabajar... Pero al poco tiempo
de estar en la calle ya no puede asearse, no tiene ropa limpia, por lo tanto
3
Moffat, Alfredo – Psicólogo Social
4
Presidenta de la red interparroquial - SIPAM
no está presentable para ninguna entrevista laboral... ¿Quién lo va a
emplear con ese aspecto? A poco de deambular le roban sus pocas
pertenencias. Y ni que decir si cae en el alcoholismo que lo termina
destruyendo por completo.” www.sipam.com.ar”
El Dr. Pichón Riviere nos habla en su libro “El Proceso Grupal” 5, acerca de que
tras los signos de una conducta anormal, desviada, enferma, subyace una
situación de conflicto de la que la enfermedad emerge como intento fallido de
resolución.
5
“El Proceso Grupal” Del Psicoanálisis a la psicología Social (1), Nueva Visión, 1985, Cap.Una
Teoría de la Enfermedad, pag.173
Esta idea de soledad en los” Hombres en Situación de Calle”, que lleva a no
formar parte de un proyecto de vida, de entender que a la mayoría no les
importan lo suficiente como para pertenecer a su mundo, de no establecer
vínculos; estos desórdenes afectivos que provoca y de falta de oportunidades
me hacen ratificar mi hipótesis.
GONZALEZ, Laura
BIBLIOGRAFIA
-Diario La Nación, www.lanacion.com.ar
-S.I.P.A.M., www.sipam.com.ar
Desarrollo
El sujeto es definido por Enrique Pichón Riviere como sujeto social “no hay
nada en el que no sea la resultante de la interacción entre individuos, grupos y
clases” .Este sujeto se constituye a partir de estructuras, tramas vinculares, que
trascienden su subjetividad de las cuales el será un emisario o portavoz. Esta
concepción de sujeto tiene consecuencias metodológicas, ya que interviniendo
en estas estructuras que trascienden la subjetividad (grupos, organizaciones y
comunidades) se esta operando sobre dicha subjetividad.
Sin embargo por otra parte el adulto en la calle tiene el triste privilegio de ser el
paradigma de la desprotección del sistema social.
El denominador común de todas aquellas personas que están sin techo, es sin
lugar a dudas, alguna forma de pobreza, que a su vez tiene múltiples
causalidades.
El Deambulante
No existe en el ningún proyecto, siente que no tiene nada para dar por lo que
su vida carece de sentido.
También hay diversos factores personales que llevan al hombre o mujer adulto
a una situación de calle.
Por otra parte también son bruscas, es decir, que vivir en la calle no es algo
meditado, sino una solución precipitada para alejarse del dolor o por ser la
única opción tras haber sido desalojado de su residencia habitual.
El incipiente: Son las personas que llevan menos de 6 meses en la calle .Son
los nuevos pobres. Aquellos que han perdido su trabajo, se han quedado sin
vivienda, se han alejado de su red familiar o de amigos; pero no han bajado los
brazos, interiormente todavía tienen fuerzas y no están abrumados por la
situación.
De igual modo que el tema del alcohol y las adicciones, los problemas de salud
mental pueden ser causa o consecuencia de la situación en las que viven las
personas de la calle y las drogas y el alcohol muchas veces ocupan un lugar
muy importante en sus vidas siendo el alcohol la adicción más extendida.
El psicólogo Rene Kaes afirma que el sujeto humano “es sujeto de las
crisis y de sus elaboraciones”, y por lo general es la familia quien puede
ofrecer el marco como estructura estable de sostén y vínculos con otros.
La relación vincular es un concepto importante dentro de la temática de las
personas de la calle. En nuestra vida internalizamos un sistema de relaciones,
una compleja estructura de afectos que están interactuando, poniendo en
escena nuestra fantasía inconsciente.
El sentido de lo social
.El sentido social es aquella cualidad que nos mueve a interesarnos por los
demás,a ayudarlos en sus necesidades, a cuidar de los intereses comunes.
Podemos decir que es aquella aptitud para percibir y ejecutar prontamente,
como por instinto, en las situaciones concretas en que nos encontramos,
aquello que sirve mejor al bien común. El hombre con sentido social no espera
que se le presenten ocasiones extraordinarias para actuar. Todas las
situaciones son importantes para él. Ver anexo 3.
Conclusión
Viven una tristeza que a veces disimulan pero que la sufren por dentro.
BIBLIOGRAFÍA
8) Un Sentido que hace falta .Extracto del capítulo Siete de” Humanismo
Social”.
ANEXOS
Por Dardo una persona que asiste al taller del diario de la Obra de San José
Cada persona es una individualidad y todos, quién más, quién menos, son
azotados por los huracanes de la vida. Lo que realmente importa es la actitud
que se puede tomar ante los golpes de la adversidad. O nos dejamos arrastrar
por la corriente de los hechos hacia destinos inciertos, poniendo en la
casualidad la brújula de nuestro destino o asumimos los desafíos con entereza
e inteligencia haciendo de los obstáculos que se presentan, palancas para
impulsarnos hacia delante, hacia horizontes mejores.
Marco Teórico:
Plantearé en líneas generales cómo se desarrolla el comportamiento y la
conducta de un individuo para relacionarlo con la teoría de Enrique Pichón
Riviére sobre la enfermedad única como posible eje de para demostrar que las
personas en situación de calle presentan conductas emocionales
descontextualizadas incapaces de resolver la antinomia individuo – sociedad.
Para ello comenzaré con los motivos que dan, o pueden dar origen a los
comportamientos específicos de los individuos en situación de calle. Si
tomamos el factor direccional (3) del por qué una persona está en situación de
calle, podemos converger y resumir formulando dos situaciones:
1- Por decisión
2- Por falta de recursos
Tomando del texto de Enrique Pichón Riviere (3) “ Las tensiones que surgen de
la ira, el odio y el miedo conducen al individuo a protagonizar conductas que le
producirán alivio” , entiendo entonces que el comportamiento elegido -la
situación de calle- puede resultar de alivio al sujeto en su relación con la
sociedad ( en general) y con los demás individuos ( vínculos) en particular.
Llegando así a persistir en él.
Para ello, continuando con la teoría sobre la enfermedad única (6), vamos al
principio de la “pluralidad fenoménica”. Este sostiene que la mente posee tres
dimensiones fenoménicas o proyectivas que al proyectarse en el mundo
exterior (entorno - sociedad) produce tres áreas de expresión; mente, cuerpo y
mundo exterior. Es decir que la conducta tiene unidad en las manifestaciones
del sujeto con su entorno ( desde las tres áreas), es lo que da contexto a la
comunicación. En el caso de la conducta emocional descontextualizada,
observo que el contexto de lo que se comunica es parecido aunque los
contenidos sean completamente distintos. Veo como estereotipada la
respuesta desde lo emocional. No se puede asociar la emoción con el
significado de lo que se quiso comunicar.
Conclusión:
La idea inicial del mi hipótesis estaba dirigida a la compresión del por qué una
persona llega y se mantiene en la situación de calle. Tomé como eje la
conducta emocional descontextualizada ya que en las observaciones me llamó
la atención como punto disidente con las personas que hasta el momento
conocía y que no vivían en la calle. No puedo concluir en cuanto a cómo y por
qué se desarrolla dicha conducta en algunos individuos pero si, a través de la
investigación creo que generan la imposibilidad de resolver la antinomia
individuo-sociedad dialécticamente y son parte de la marginación. Ahí surgió
una vuelta más y percibí que los vínculos no podían generarse ni sostenerse
ante dicha conducta desde la percepción subjetiva de la sociedad que quienes
no estamos en situación de calle compartimos. Esta vuelta me llevó hacia la
hipótesis general.
Con este claro punto, con dos personas tan diametralmente opuestas en
cuanto a su situación social, observamos que la conducta y la identificación
entre ellas es harto similar y por un pequeño instante, los caminos convergen.
BIBLIOGRAFÍA
Elena Peralta.
eperalta@clarin.com
La nueva línea empezó a funcionar ayer y lo hará las 24 horas, los 365 días del
año. Podrán llamar vecinos que se den cuenta de una situación en la que
adultos o mayores estén en peligro. También podrán recurrir a ella los propios
damnificados.
-“Quiero una ayuda, para así ganar dinero... tengo tres hijos y no tengo esposo,
ya se murió... Ahora estoy jodida y no tengo dinero, es por eso que estoy aquí.
Dios sabe bien que usted llegó aquí y aunque sea una cobija me regala para
tapar el frío”, dijo la afligida mujer.
Según las organizaciones ciudadanas que trabajan con las personas que viven
en la calle, los niños son los más vulnerables, además de que son presa fácil
de organizaciones criminales.
España
Mari Mar, Javi y Águeda apenas tuvieron infancia. A los trece, catorce y
diecisiete años, se ‘‘echaron a la calle’’. Para soportar las jornadas
interminables sin un techo donde cobijarse, recurrían a la droga. Dormían entre
cartones y, a veces, en cajeros. Pero el peligro seguía ahí, especialmente para
las chicas: para evitar ser violada, Mari Mar siempre se situaba entre dos
amigos.
Antonio tiene, en la actualidad, 71 años. A los cuarenta, su vida se convirtió en
una tragedia, cuando su mujer le acusó de abusar de sus dos hijas. Estuvo en
la cárcel y, al salir, comenzó a beber, situación en la que estuvo durante más
de veinte años. Sin embargo, siempre durmió en un colchón, pedía en las
casas y, de lo que recogía, se guardaba una cantidad para la pensión.
Ellos han conseguido volver a la ‘‘vida normal’’, pero en el Estado hay 30.000
personas que subsisten en la calle. El 80% son hombres, con una media de
edad de 38 años, y el 40% ha sufrido alguna agresión. Sólo en el centro de
Madrid duermen 500 personas a diario. Grupos de voluntarios de Amauta y
Solidarios salen, cada noche, y reparten café y magdalenas y, sobre todo, les
ofrecen conversación, algo de lo que están necesitados.
Niños de la Calle
La definición más comúnmente usada proviene de UNICEF y distingue dos
grupos:
-Niños en la calle: son aquellos que pasan la mayor parte del tiempoen la
calle, pero que tienen algún tipo de soporto familiar y vuelven a su casa por la
noche.
-Niños de la calle: pasan el día y la noche en la calle y están funcionalmente
sin soporte familiar.
Contexto actual de la infancia pobre
Las estadísticas de las Naciones Unidas dicen que América Latina los niños de
la calle sus edades oscilan entre 8 y los 17 años. Las niñas constituyen
aproximadamente un 10 y 15%, ya que tienen más posibilidades de elaborar
estrategias alternativas(cuidados de hermanos menores, trabajo doméstico,
prostitución.)
La pobreza en América Latina produce muerte, enfermedades evitables,
causadas por las falencias, ausencia de sistemas sanitarios y educativos, el
abandono y la falta de hogar.
Es sabido que la pobreza y el desempleode los adultos es fuente de
desesperanza, complicando las relaciones entre padres e hijos y creando
situaciones límite en la configuración familiar. Se intenta responsabilizar a los
padres sin conciencia, pero si existe esa calidad de padres, por lo general
soportan la misma marginación que sus hijos. Dice acerca de esto el padre
Cajade: "La realidad de los chicos en riesgo es consecuencias de
problemáticas que empiezan en sus familias. Cuando decís que a los chicos de
Argentina les faltan sus derechos, estas diciendo que le están faltando los
derechos a los padres de los chicos. En la medida que aumenta la franja de
exclusión de los padres esto se reproduce sobre la niñez."(Diario Hoy, 25/4/99)
Aún cuando la problemática de los niños de la calle aparece ante la
sociedadcomo un hecho crítico en aumento, su cuantificación resulta
dificultosa. Ello se debe a que los mismos niños en general deambulan de un
lado al otro de la ciudad y al hecho de que gran cantidad de niños van al centro
de las ciudades en calidad de trabajadores, solos o con sus progenitores,
distorsionando la evaluación de su situación.
A partir de datos obtenidos por UNICEF, tomados de informantes clave, en el
año 1991, se puede estimar en todo el país que habría alrededor 24.000 niños
que trabajan en las calles y 6.000 niños que viven en la calle, es decir sin
vínculos familiares o con vínculos débiles. La gran mayoría (80%) son varones
y su distribución etárea es la siguiente: 15% son menores de 8 años de edad,
50% tienen entre 8 a 14 años y 35% entre 15 y 18.
Un elevado número de estos niños y adolescentes ya ha pasado por algún
nivel de judicialización, presentando algunos un ciclo policía-juzgado-instituto-
calle, proceso que los va deteriorando aún más.
En la opinión del Director de Minoridad del Arzobispado, Jorge Herrera Gallo, el
chico de la calle es alguien que más que vivir sobrevive. "En la calle el chico
aprende a sobrevivir cada día que pasa, por lo cual tendrá que aprender el
lenguaje, las conductas y las reglas de las "ranchadas" que son los lugares
donde se juntan los chicos."(Clarín, 2/8/98)
Según estimaciones realizadas por INDEC/CELADE, la tasa de actividad de los
niños entre 10 y 14 años pasó de 8% en 1960 a 6,6% en 1980. En este último
año, las tasas de los varones (8,3%) y del área rural (11,8%) fueron las más
altas.
En cuanto a la situación de las niñas, su inserción laboral tiende a ser
subestimada ya que las que están a cargo de las tareas domésticas, no son
consideradas como trabajadoras ni están remuneradas, lo que dificulta su
relevamiento.
Una investigación realizada en 1987, utilizó un cuestionario con preguntas
adicionales a las habituales con el objetivo de mejorar la captación de la
extensión del trabajo infantil (6 a 14 años). Al mismo tiempo, permitió conocer
algunas relaciones del trabajo infantil. Aquí también se confirmó que la tasa de
actividad de los pobres (3,6%) es superior a la de los no-pobres (1,5%).
Asimismo, la actividad laboral aumenta con la edad y la pobreza: mientras
6,8% de los niños pobres de 11-14 años trabajan, ese porcentaje desciende a
1,2% entre los niños pobres de 6 a 10 años. Por otro lado, los resultados
indicaron que los niños trabajadores pobres realizan sus actividades laborales
fundamentalmente como cuenta propia o empleado doméstico, y a medida que
disminuye el nivel de pobreza, predominan las actividades de "ayuda familiar" o
asalariadas. O sea, los niños de familias más pobres realizan los trabajos más
marginales.
El lugar marginal y la poca solución que les da la sociedad les permite(o les
obliga) a elaborar estrategias de urgencia que les proporcionan algún recurso
económico(limpieza de parabrisas, venta de estampitas, robo) A las cuales el
imaginario social1 llama trabajo infantil, pero que en realidad no pueden
llamarse trabajo, ya que son solo actividades destinadas a la supervivencia.
Hoy podemos pensar a estos niños de la calle como un excluido más del
mercado.
La autora Cristina Corea plantea, que los niños pobres, la marginalidad en que
están subsumidos, los chicos de la calle, y las situaciones violentas que ellos
mismos protagonizan son un síntoma del agotamiento de las instituciones que
forjaron la infancia, la escuela, la familia, el juzgado de menores, las
instituciones de asistencia a la familia, por lo cual estas ya no producen su
objeto: la infancia.
Los chicos en y de la calle son un síntoma social principalmente de la falta de
trabajo que ha pasado a ser en la sociedad actual un bien escaso y precario.
Históricamente, los chicos que trabajaban cuando el trabajo requería tomar a
todos los adultos era mal visto(ya que está condición de trabajador estaba
reservada al mundo adulto, el cual tenía acceso al trabajo); hoy, podría
pensarse que el trabajo de los niños es un mal menor dentro de todos los
problemas que enfrentan los chicos de la calle.
El trabajo hoy a pesar de todo sigue estructurando la vida cotidiana, ya sea
económicamente, simbólicamente y como estructurador de subjetividades.
http://www.monografias.com/trabajos10/calle/calle.shtml#conformacion
Hipótesis Araceli: “Una de las causas que llevan a las personas a la situación
de calle y a la exclusión, es la perdida de sus vínculos familiares.”
Barraza, Araceli
Urtubey, Lucía
González, Laura
2008
HIPOTESIS INDIVIDUAL
Hipótesis Araceli: “Una de las causas que llevan a las personas a la situación
de calle y a la exclusión, es la perdida de sus vínculos familiares.”
BARRAZA, Araceli
HIPOTESIS INDIVIDUAL
CIORDIA, Geni
HIPOTESIS INDIVIDUAL
GONZALEZ, Laura
HIPOTESIS INDIVIDUAL
URTUBEY, Lucía