Está en la página 1de 31

1

SALUD Y PLENITUD
A TRAVES DE
LA SANTA CENA
Por Joseph Prince
(Traducido por Israel Carhuas)

CONTENIDO

Introducción

Capítulo 1: La Santa Cena – Un canal de Dios para la Sanidad Divina

Capítulo 2: Como discernir el Cuerpo del Señor

Capítulo 3: No temer a participar de la Santa Cena

Testimonios

Oración de Salvación

Oración de la Santa Cena


3

SALUD Y PLENITUD A TRAVES DE LA SANTA CENA

Como un joven cristiano en una iglesia tradicional, lo que me afectaba más acerca de la Santa Cena
era el juicio de Dios. Yo creía que amenos que confesara todos mis pecados antes de compartir la
Mesa del Señor, yo traería condenación y juicio sobre mi.

Al principio, trataba de confesar cada pecado, pero después me di cuenta que era más fácil no
tener la Santa Cena.

Creo que muchos creyentes tienen ese mismo temor. Y el creyente promedio tiene muchas
preguntas sin respuesta y muchas preocupaciones con respecto al juicio sobre uno mismo.

Algunos creyentes se preguntan si deben participar de la Santa Cena si aún no se han bautizado.
Mientras que otros están inseguros si deben ir a una clase antes de participar de la Mesa del
Señor.

Cuando empecé a pastorear y tuve que ministrar la Santa Cena, mi búsqueda por estas respuestas
me guió a ver el corazón amante de Dios expresado en la Mesa del Señor. Y descubrí que la Santa
Cena no es un ritual más para ser observado, sino una bendición para experimentar – la bendición
de la salud y la Plenitud.

Cuando tomas el pan en tus manos, vas a tener contacto con la más grande expresión de Su amor.
Este amor le hizo resistir a Jesús los crueles látigos en su espalda y le causó a él sujetar su cuerpo a
ser golpeado, torturado y quebrado para que el tuyo sea sano. Y cuando tomas de la Santa Cena,
tú celebras y sueltas tu fe para usar – experimentar su Salud y Sanidad intercambiada por tus
dolores y enfermedades.

Cuando tomas del vino, recuerdas que la sangre del hijo de Dios sin-pecado no solo trajo tu
perdón – eso te hizo por siempre justo, santo y sin mancha. Así que hoy tienes la perfecta posición
ante el Padre y sus oídos están atentos a tus más suaves señales.

Mi oración es que este libro te ayude a remover todos tus temores cada vez que vas a la mesa y
sueltas tu fe para recibir la bendición de la Salud y la Plenitud por medio de Su cuerpo y Su sangre.
4

CAPÍTULO 1
LA SANTA CENA – UN CANAL DE DIOS PARA LA SANIDAD DIVINA

Después de ser salvo del infierno, o de la eterna destrucción, la sanidad divina es la más grande
bendición que podemos tener.

Algunos podrían decir “Sería mejor si tuviera más dinero, así yo podría hacer muchas cosas” Pero
vemos que hay mucha gente que tiene flotas de autos, pero no son capaces de manejar ni uno de
ellos porque están discapacitados en la espalda o están enfermos.

Jesús no caminó sobre el agua todo el tiempo,


él no calmaba las tormentas todo el tiempo,
pero sí sanaba a los enfermos la mayor cantidad del tiempo.

Si alguien está en su lecho de muerte, no creo que pensaría “deseo tener un millón más” Creo que
éste diría “Si solo tuviera otra vez mi salud restablecida, así podría hacer muchas cosas” Incluso,
podrías tener una maravillosa familia con maravillosos hijos, pero si estás enfermo no podrías
correr, ni jugar con ellos, eso sería penoso. Por ello la salud es la más grande bendición mientras
estemos en la tierra. Sin ella no podríamos disfrutar de las bendiciones de Dios.

LA NATURALEZA DE DIOS ES SANAR.


Podrás notar que mientras Jesús estuvo en la tierra más de sus milagros fueron en el área de la
sanidad. Ya que Su naturaleza es sanar.

La Biblia dice en Hch 10:38 que Jesús “... hacía muchos bienes (cosas buenas) y sanando a todos
los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él” Jesús no caminó sobre el agua todo el
tiempo, él no calmaba las tormentas todo el tiempo, pero sí sanaba la mayor cantidad del tiempo.

Cuando Dios sacó a los hijos de Israel de Egipto para llevarlos a la tierra prometida, él se aseguró
que ninguno de ellos esté enfermo – Sal 105:37 “Él los sacó con oro y plata, y no hubo ningún
enfermo entre las tribus” (RV)

En la producción de Cecil de Mille, Los Diez mandamientos, un hombre viejo está ciego saliendo de
Egipto y caminando enfermo. Así es como Hollywood dramatiza la Santa Palabra. Pero tal escena
es incorrecta y falsa bíblicamente.

Muchos estudiosos de la Biblia afirman que fueron como 2.5 millones de Israelitas que salieron de
Egipto sanos, saludables, y con vitalidad. Esa era y siempre será la voluntad de Dios para Su pueblo
hoy – completamente sanos, saludables y plenos.
5

PARTICIPAR DEL CUERPO DEL SEÑOR TRAE SANIDAD


Si la naturaleza de Dios es sanar, te has preguntado porque muchos creyentes están enfermos, y
no me refiero a un simple dolor como una tos o fiebre, me refiero a una seria enfermedad de vida
o muerte. Eso no lo podremos saber por nuestras propias experiencias, sino por la palabra de Dios.

Tú quedarás sorprendido al saber que la Biblia da una sola razón por la cual los creyentes están
débiles y enfermos, y mueren prematuramente.

El Apóstol Pablo, en 1 Co 11:29–30, dijo, “Quien come y bebe indignamente (de manera indigna)
come y bebe juicio para consigo mismo, no discerniendo el cuerpo del Señor, Esa es la razón por la
que muchos están débiles y enfermos entre ustedes, y muchos ya duermen” dormir aquí significa
muerte, no descansar corporalmente.

Pablo dice, “Por esta razón...” Él no dice, “por estas razones”. Él nos señala una razón singular
porque los creyentes están débiles y enfermos, y mueren antes de tiempo.

Y cual es esa razón que Pablo habla claramente? Él dijo, “Por no discernir el cuerpo del Señor. Por
esta razón…” así que la razón por la cual los corintios llegaron a debilitarse y enfermarse fue por
fallar en discernir el cuerpo del Señor.

Si discernimos el cuerpo de Señor,


caminaremos en Su Salud Divina.

Esto significa que ellos no sabían por qué ellos estaban participando del cuerpo de Cristo cuando
ellos venían a la mesa. Ellos no tenían idea porqué comían el pan. Y esto era la razón por la cual
ellos no recibían – experimentaban la vida divina de nuestro Salvador, causándoles el estar débiles
y enfermos, y así morir prematuramente.

Desde que la verdad es paralela, eso significa que si sabemos discernir el cuerpo del Señor,
caminaremos en Su Salud y Plenitud.

Aun así, muchos creyentes deciden confiar su salud en la comida y en los ejercicios, como la
clave para vivir una vida saludable. Ya que el creyente últimamente está adquiriendo libros
cristianos de qué comidas comer o no comer.

No estoy criticando estos libros. Lo que estoy diciendo es que Dios no quiere que nos
concentremos en los alimentos o el ejercicio como la clave para la salud divina. Él no quiere que
pongamos nuestra confianza en el medio natural para mantenerse saludable. 2 Corintios 10:4
(NTV) “Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo…”

Algunas personas piensan que van a caminar en salud divina si están en una dieta mediterránea,
ya que era la dieta de Jesús. Pero permítanme recordarles que la mayoría de las personas a
quienes Jesús sanó estaban en la dieta mediterránea. Ellos nunca tuvieron carne de cerdo o
6

camarones, o cualquiera de esas cosas de alto colesterol. Sin embargo, todavía estaban
enfermos porque las soluciones naturales no pueden ir tan lejos.

De todas maneras come bien y haz ejercicios. Me cuido lo que como y no me gusta lo grasoso.
También hago ejercicio. Pero mi confianza no está en mis propios esfuerzos humanos débiles. Mi
confianza está en Dios que me mantiene saludable. Y Dios ha ordenado la Santa Cena como un
canal clave para la salud y la sanidad de su pueblo.

La Iglesia inicial creía esto. Hechos 2:42 (TLA) “ y decidieron vivir como una gran familia. Y cada día
los apóstoles compartían con ellos las enseñanzas acerca de Dios y de Jesús, y también celebraban
la Cena del Señor y oraban juntos”

Ellos se especializaron en ese asunto. Ellos hicieron de gran importancia las cosas que Dios había
hecho de gran importancia.

Tomaron a Dios por Su Palabra. Por ello no es de extrañar que experimentaran el poder de Dios.
En Hechos 2:43, 46, leemos que partían el pan de casa en casa, y muchas señales y maravillas
fueron hechas por los apóstoles.

Aunque el cuerpo de Cristo hoy día entiende la importancia de la doctrina, la comunión y la


oración, pocos en la iglesia comprenden verdaderamente el significado del PARTIMIENTO del
pan (o la Santa Cena). Es por eso que muchos de ellos son débiles y enfermos, y mueren antes de
tiempo.

A lo largo de la historia, las doctrinas de gran alcance como la "justificación por la fe" han sido
objeto de ataques graves por el diablo. Esto es lo que ha sucedido con la Santa Cena. El diablo ha
llevado a la iglesia a dos interpretaciones erróneas y extremas de esta verdad. Por un lado están
los que creen en la transubstanciación (doctrina católica) y, por otro lado, son personas que han
reducido la Santa Cena a un mero ritual.

La transubstanciación es el proceso mediante el cual se cambian supuesto el pan y el vino ofrecido


en la Comunión por el cuerpo y la sangre de Jesucristo.

DISCERNIR EL CUERPO DEL SEÑOR, ANTES DE PARTICIPAR


Yo creo que Dios quiere restaurar el verdadero significado y el poder de la Santa Cena a la iglesia
para que su pueblo pueda discernir correctamente su cuerpo cuando llegue a la mesa. Esto hará
que sean fuertes y sanos, y vivan mucho más tiempo.

La Santa Cena Añadirá Años A Nuestra Vida


Y Vida A Nuestros Años.

El Señor ha hecho provisión especial para nuestra salud y todo esto se encuentra en la muerte
de su Hijo, el Señor JESUCRISTO, cuando venimos a participar en su mesa. Uno de mis grandes
pasiones en la vida es ver al cuerpo de Cristo recibir cada cosa que nuestro Salvador sufrió y murió
7

para darnos. Y sé que cuando el pueblo de Dios está bien enseñado acerca de cómo la sanidad
fluye en la Mesa del Señor, la salud y la sanidad seguirá. Se añaden años a nuestra vida y vida a
nuestros años.

Después de que grabé esta enseñanza por casetes y los compartí: SALUD Y PLENITUD A TRAVÉS DE
LA SANTA CENA” (HEALTH AND WHOLENESS THROUGH THE HOLY COMMUNION), he recibido
muchos testimonios de sanidad a través de la Cena del Señor.

Tengo un amigo, el pastor Bernabé Mam, quien es un pastor de pastores en Camboya. Dios lo
salvó de muchas situaciones que amenazaban su vida cuando los Jemeres Rojos (Khmer Rouge)
estaban masacrando a sus propios compatriotas, en la década de 1970. Sin embargo, debido al
estado de empobrecimiento de las cosas en ese tiempo, desarrolló algunas condiciones crónicas,
tanto como físicas, incluyendo el bajo nivel de azúcar en la sangre y los niveles de calcio, el
insomnio y la artritis reumatoide. Fue una cruel ironía que el hombre de Dios de fe y de poder, que
tiene un ministerio acompañado de señales y prodigios, tenía problemas para dormir todas las
noches. Él tuvo que tomar sedantes y tranquilizantes. Y no siempre funcionaban.

Sus nietos también tenían que masajearle las articulaciones inflamadas, que eran atormentadas
por el dolor de la artritis. Sus rodillas le daban la mayoría de los problemas, sobre todo después de
más de dos horas de predicar parado. Una mañana, desesperado después de otra noche sin
dormir, su esposa sacó mi cinta de Salud y Plenitud a través de la Santa Cena. Él escuchó y la fe
sólo creció en su corazón. Él reunió de inmediato los elementos, y comieron. Esa noche, durmió
como un bebé!

A la mañana siguiente, domingo, se puso de pie en la iglesia y compartió sobre el poder del cuerpo
del Señor que trae salud cuando vamos a su mesa. Después de horas de estar parado, no le hacía
falta un masaje, ya que había sido totalmente sanado de artritis reumatoide crónica!

Hasta hoy, su esposa está sorprendida de su sanidad. Ella dice que ha encontrado un nuevo
marido. Tiene una nueva fuerza y puede dormir por la noche.

Dos semanas después de que él predicó ese mensaje en la iglesia, fue patrocinado para ir a un
chequeo de cuerpo completo en Malasia. Allí, se encontró que su calcio y los niveles de azúcar
eran normales. Poco después, se fue para otro examen en un hospital de Phnom Penh y ellos
también le dieron un informe brillante.

Alrededor de ese tiempo, una señora que estaba en su staff fue sanada de una crisis de migraña
desde hace mucho tiempo, y esto fue después de que ella participó de la Cena del Señor. Y este
pastor amigo mío desde entonces ha estado recibiendo testimonios de personas sanadas de todo
tipo de condiciones debilitantes después de haber tenido la Sagrada Comunión o Santa Cena.

Cuando reconocemos que la Santa Cena es el canal de Dios de la salud y la sanidad total de su
pueblo, y les enseñamos a la iglesia a discernir correctamente el cuerpo del Señor cuando llegan a
su mesa, el pueblo de Dios va a estar sano y fuerte, y vivirá mucho más tiempo.
8

CAPÍTULO 2
COMO DISCERNIR EL CUERPO DEL SEÑOR
Una vez establecido que la Santa Cena es el canal de Dios para la salud y la plenitud de su pueblo,
ahora es el momento de empezar a experimentar la vida divina que viene a través de discernir el
cuerpo del Señor.

Ten en cuenta que Pablo dijo que no fue el error “discernir la sangre”, sino fue el error de
“discernir el cuerpo” que hizo que las personas sean débiles y enfermas, y muriesen antes de
tiempo.

1 Corintios 11:29-30 Nueva Versión Internacional (NVI)


29
Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo,[a] come y bebe su propia condena. 30 Por eso
hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto.

Sin embargo, cuando yo estaba creciendo como cristiano, me enseñaron que los dos elementos de
la Santa Cena deben ser agrupados. Así que solía creer que el cuerpo y la sangre eran tanto para el
perdón de mis pecados.

Dios me mostró que el cuerpo y la sangre no deben ser entendidos como uno solo. Hay dos
elementos, porque no es una aplicación de dos veces en la Santa Cena. El vino, que es su sangre,
es para nuestro perdón. Y el pan, que es su cuerpo, es para nuestra sanidad.

LA SANGRE ES PARA EL PERDÓN


Los corintios, al igual que la mayoría de los cristianos de hoy, no tuvieron problemas al discernir la
sangre. Las epístolas de Pablo hacen que sea muy claro que la sangre de Jesús trae el perdón de
pecados.

Colosenses 1:14 Reina-Valera 1995 (RVR1995)

“en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”

Efesios 1:7 Nueva Versión Internacional (NVI)

“En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las
riquezas de la gracia”

Debido a que el Hijo de Dios, pagó el castigo de tus pecados con su sangre sin mancha, puedes irte
libre, e impune cuando pones tu confianza en su sangre para salvarte. Al participar del vino,
reconoces que fuiste perdonado y has sido constituido justo. La sangre de Jesús te ha dado la
correcta posición ante Dios, de modo que puedes acercarte confiadamente a Su presencia. Y al
orar, puedes estar seguro de que Él te escucha.
9

EL PAN ES PARA SANIDAD


Así es como tú disciernes la Sangre y más cristianos lo entienden. Pero muchos no saben como
discernir el Cuerpo del Señor.

Cuando él le habló a la mujer de siro-fenicia con respecto a la sanidad de su hija.


Él llamó a la sanidad “El pan de los hijos”

Para hacerlo, primero tenemos que saber lo que el PAN representa. Jesús estableció que el pan, el
cual es Su cuerpo, es para nuestra sanidad. Cómo sabemos eso? Cuando él le habló a la mujer de
siro-fenicia con respecto a la sanidad de su hija. Él llamó a la sanidad “El pan de los hijos”

Marcos 7:26-28 – Nueva Traducción Viviente (NTV)


26
y ella le suplicó que expulsara al demonio de su hija. Como la mujer era una gentil, [a] nacida en la
región de Fenicia que está en Siria, 27 Jesús le dijo: —Primero debo alimentar a los hijos, a mi propia
familia, los judíos.[b] No está bien tomar el pan de los hijos y arrojársela a los perros. 28 —Es verdad,
Señor —respondió ella—, pero hasta a los perros que están debajo de la mesa se les permite comer
las (migajas) sobras del plato de los hijos.

Nota que cuando ella le pide a Jesús reprender al demonio de su hija, él le dice que no era bueno
darle el “Pan de los hijos” a los “perrillos”. A qué PAN se refiere? Se refiere a la sanidad que ella
estaba pidiendo. Y a qué “perros” se refiere? Se refiere a los no-judíos o a los gentiles como ella.
Entonces Jesús estaba diciendo que la sanidad era solamente para el pueblo del pacto con Dios y
no para los gentiles que no estaban incluidos en el pacto con ellos.

Habiendo explicado lo que Jesús quiso decir, debo explicar por qué yo me refiero al pan como
sanidad y no como liberación. Bueno, eso es porque la Biblia trata a las enfermedades y las
posesiones demoníacas como el mismo asunto, ya que ambos se originan del diablo.

Hechos 10:38 dice que Jesús iba haciendo muchos bienes y “SANANDO a todos los OPRIMIDOS
por el diablo”

Nota que las enfermedades son una opresión del diablo. Ya que, la enfermedad y la posesión
demoníaca son resultados de la opresión del enemigo, necesitamos la sanidad de Dios para estos
problemas.

Desde este incidente, está muy claro que Jesús ve a la sanidad como el pan de los hijos. La mujer
puso su fe en la pequeña migaja, y ese acto soltó poder para expulsar el demonio de su hija.

Así que el pan, aún la pequeña migaja, el cual es Su cuerpo, es para nuestra sanidad desde que
somos los hijos de Dios y totalmente con el título para el pan sanador.
10

LO QUE SIGNIFICA DISCERNIR EL CUERPO


De hecho, yo creo que cuando Jesús dijo, “toma, come; esto es mi cuerpo” (Mateo 26:26), los
discípulos no necesitaban ninguna explicación como la que di.

Ellos sabían que él quería impartirles Su vida, Su salud y Su plenitud. Estos hombres estuvieron
con él todos los días y no hubo ningún momento en el que lo vieron enfermo. No hubo ningún
momento en que lo notaron ni con fiebre, tos, ni con dolor de estómago. Él nunca tuvo que
decirles a ellos, “Puede algunos de ustedes predicar el sermón del Monte por mi? No me siento
bien hoy” El Señor Jesús nunca estuvo enfermo.

Más que eso, él era vibrante, lleno de vida y de salud. Cuando los que no tenían manos ni pies
eran llevados a Él, y estos eran hechos perfectamente completos. La parte del cuerpo que ellos
necesitaban era impartida a ellos desde el almacén celestial cuando lo tocaban a Él.

El cuerpo de Jesús estaba tan lleno de vida


que incluso su ropa impartía Su Salud.

Su cuerpo estaba tan lleno de vida que incluso su ropa impartía Su Salud. La Biblia dice una mujer
con flujo de sangre por 12 años vino a Él sabiendo que él era su única esperanza. (Marcos 5:25 –
34)

Ella tuvo que gastar todo su dinero y sufrir muchas cosas por muchos doctores. Y cual era el
resultado? Ella no mejoraba, sino que empeoraba! Pero, con un solo toque del borde del manto de
Jesús, ella fue inmediatamente sanada de su aflicción. Si el borde de su manto estaba empapado
de Su Salud, podrías imaginarte Su cuerpo?

Por ello, no me sorprende que Lucas dijera, “Y toda la multitud buscaba tocar a Jesús, ya que
poder salía de él y sanaba a todos” (Lucas 6:19) Cuando un doctor, y Lucas era un doctor, dice
eso, tú sabes que eso es real.

No había ninguna necesidad de decirle a los discípulos cuando Él dijo, “Toma, come; esto es Mi
cuerpo”, Él estaba impartiendo Su vida, Salud, y Plenitud hacia sus cuerpos. Ellos sabían mejor
que nadie que comer el pan significaba recibir y experimentar Su Salud en sus cuerpos mortales.

EL MATZÁ ES UNA LECCIÓN/OBJETO DE LO QUE EL CUERPO DE JESÚS SIMBOLIZA

El matzá (un pan plano comido durante la Pascua) es una buena lección de lo que simboliza el
cuerpo de Jesús.

Las leyes orales Mishná o judío dan instrucciones sobre la preparación de este pan. Estas
instrucciones deben ser de gran interés para nosotros.

De acuerdo con estas leyes, el pan iba a ser sin levadura, horneado, con agujeros y rayas.
11

Hasta hoy, los rabinos judíos no saben por qué el pan tiene que estar preparado de esta manera.
¡Pero dichosos nuestros ojos, porque ven la Gracia de Dios.

Nada de levadura se utiliza debido a que la levadura en la Biblia representa al pecado, y Jesús es
el Hijo perfecto, sin pecado de Dios. Es por eso que Él es capaz de tomar nuestros pecados sobre
sí mismo.

Su cuerpo fue quemado debido a que la furia de la ira de Dios contra nuestros pecados cayó sobre
él. Este fuego, se suponía, que debía caer sobre nosotros y nuestras familias, pero cayó sobre
Jesús.

Su costado fue traspasado y cargó con las azotes (rayas) en su espalda sin piedad, para que
nuestro cuerpo pueda ser sano.

Cuando tomas parte de Su cuerpo roto, sabes que su cuerpo fue quebrado y roto,
para que el tuyo puede ser restaurado y estar plenamente saludable.

Así que cuando llegas a la mesa del Señor, asegúrate de discernir Su cuerpo. Al participar, cree que
Jesús tomó pan y lo partió, porque su cuerpo sería roto.

Cuando tomas parte de Su cuerpo roto, sabes que su cuerpo fue roto, para que el tuyo pueda ser
restaurado y estar plenamente saludable. Al participar en este espíritu de fe, algo sucede en tu
cuerpo. Tú te conviertes más fuerte y más saludable y vivirás mucho más tiempo.

LA CENA DEL SEÑOR TRAE LA DOBLE CURA


Por ahora, debe quedar claro que la sangre y el cuerpo tiene dos aplicaciones diferentes. Esto es
consistente en toda la Biblia.

El profeta Isaías dijo: "Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores..."
(Isaías 53:4, NVI) La traducción Literal de Young o de la Biblia YLT ofrece una traducción más
exacta de las palabras "enfermedades" y "dolores", afirmando que "Sin duda, nuestras
enfermedades llevó él, y nuestros dolores - Se los ha llevado ... "

Del mismo modo, en el Evangelio de Mateo, este versículo fue interpretado como "Él mismo tomó
nuestras flaquezas y cargó con nuestras enfermedades". (Mateo 8:17)

En el griego, "enfermedades" o astheneia significa debilidades corporales. Así que podemos ver
muy claramente que Isaías estaba diciendo que el Mesías iba a tomar sobre su propio cuerpo,
nuestras debilidades corporales, enfermedades y dolores. En otras palabras, Jesús cargó no sólo
con nuestros pecados, sino también con nuestras debilidades corporales, enfermedades y dolores.
Esto es lo que algunos escritores de himnos de antaño llamaban la "doble cura".

Esta doble cura es evidente en la Pascua. La Cena del Señor se celebró por primera vez en el
mismo día de la Pascua, ya que es la verdadera Pascua.
12

Lucas 22:15-20 - Traducción en lenguaje actual (TLA)


15
Jesús les dijo: «He deseado muchísimo comer con ustedes en esta Pascua, antes de que yo sufra y
muera. 16 Porque les aseguro que ya no celebraré más esta cena, hasta el día en que comamos
todos juntos en el gran banquete del reino de Dios.» 17 Luego tomó una copa con vino, le dio
gracias a Dios y dijo: «Tomen esto y compártanlo entre ustedes. 18 Porque les aseguro que, desde
ahora, no beberé más vino, hasta que llegue el reino de Dios.»
19
También tomó pan y le dio gracias a Dios; luego lo partió, lo dio a sus discípulos y les dijo: «Esto
es mi cuerpo, que ahora es entregado en favor de ustedes. De ahora en adelante, celebren esta
cena y acuérdense de mí cuando partan el pan.»
20
Cuando terminaron de cenar, Jesús tomó otra copa con vino y dijo: «Este vino es mi sangre,
derramada en favor de ustedes. Con ella, Dios hace con ustedes un nuevo pacto.

El Antiguo Testamento es la sombra, el Nuevo Testamento es la sustancia real. Jesús es el cordero


verdadero, perfecto, sin mancha, santo de Dios. Así que la Pascua es un tipo de la Cena del Señor.

Durante la primera Pascua, mataron al cordero y pusieron la sangre en los postes. Esto hizo que el
destructor pasara por encima de sus familias, porque Dios dijo: "Y cuando yo vea la sangre, pasaré
por encima de ustedes, y la plaga no será para ustedes, para destruirles..." (Éxodo 12:13)

La sangre era para el perdón de la gente. La sangre cubría los pecados del pueblo y aplacó los
requerimientos justos de Dios. Pero, ¿qué hicieron ellos dentro de la casa?

Éxodo 12:8 - Nueva Traducción Viviente (NTV)


8
Esa misma noche, asarán la carne al fuego y la comerán acompañada de hojas verdes y amargas,
y pan sin levadura.

Si el cuerpo de un "cordero que era sombra" podría traer resultados tan sobrenaturales,
¡cuánto más el cuerpo del "cordero que es la sustancia" verdadera, nuestro Señor Jesucristo!

Se comieron el cordero asado y el pan sin levadura. Esto era para darles fuerza para el viaje. No
era una fuerza natural lo que ellos recibieron. Sino una sobrenatural.

Es por eso que no hubo "... ningún enfermo". (Salmo 105:37) Se necesita una obra sobrenatural
de Dios para que 2,5 millones de personas sean completamente saludables.

Sabemos que este cordero era una mera sombra de la verdadera sustancia. Así que si el cuerpo de
un "cordero sombra" podría traer resultados tan sobrenaturales, ¡cuánto más el cuerpo del
verdadero "cordero sustancia", nuestro Señor Jesucristo!

Aquí, de nuevo, la doble cura estaba en obra - la sangre era para el perdón, y el cuerpo y el pan
eran para la fortaleza divina. No es de extrañar que cuando salieron de Egipto, no había ninguno
débil o enfermo entre ellos.
13

David describe la doble cura de esta manera, "Bendice al Señor, alma mía, y no olvides ninguno
de sus beneficios: él es quien perdona (sangre) todas tus iniquidades, el que sana (cuerpo) todas
tus dolencias". (Salmo 103:2-3) Tenga en cuenta que sus beneficios incluyen el perdón de
nuestros pecados, así como la sanidad de nuestras enfermedades.

La sanidad, como el perdón, no es una promesa.


Es un derecho de los cristianos comprado por sangre!

Cuando Jesús tomó nuestro castigo en la cruz, no sólo nos trajo el perdón, sino que también nos
trajo la sanidad.

La mayoría de la gente, cuando se le pregunta si están seguro de su perdón, dicen que sí lo están.
Ellos saben que Dios ya los ha perdonado a causa de la cruz. Pero cuando se les pregunta si están
seguros de su sanidad, dicen no estar seguros.

Quiero que sepas que en la cruz, Jesús cargó con nuestros pecados y nuestras enfermedades.
Entonces, la sanidad, como el perdón, no son una promesa. Es el derecho de los cristianos
comprada con la sangre! Debido a lo que Él hizo en la cruz, no sólo tenemos el perdón, también
tenemos la sanidad. El perdón y la sanidad van de la mano. La fe que tienes para el perdón es la
misma fe que la sanidad fluya.

UN TESTIMONIO DE SANIDAD POR LA SANTA CENA


Cuando crees y disciernes correctamente el cuerpo del Señor, experimentarás sanidades
milagrosas y salud y plenitud al participar de la Santa Cena.

Un miembro de la iglesia, Alberto, experimentó esto de una manera espectacular. En algún


momento de noviembre del 2002, Alberto supo por los médicos que su madre tenía un tumor
canceroso de 3 cm en el recto. Hubo poco motivo de preocupación ya que la eliminación de estos
tumores suelen ser bastante sencillo. Pocos días antes de la operación, dos líderes de la iglesia la
visitaron en el hospital y le compartieron el evangelio a ella. Ella volvió a nacer ese día y Alberto
estaba muy contento de que las cosas estaban realmente funcionando bien. La operación
transcurrió sin complicaciones y fue dada de alta en pocos días.

Meses más tarde, fue readmitida para una cirugía programada como parte del tratamiento para
cerrar el estomago (una abertura creada en la operación anterior). Sin embargo, las
complicaciones surgieron en esta etapa, resultando a otras tres operaciones más.

A la quinta cirugía, esta querida dama de 75 años de edad, perdió toda su energía y su cuerpo
empezó a reaccionar de manera negativa. Tanto la temperatura y el pulso se dispararon, y sus
pulmones se llenaron de agua.

Su estado se deterioró tanto hasta el punto en que el cirujano consideró que era necesario
informar a la familia prepararse para lo peor. Él les dijo que en casos como este, hay una
probabilidad muy fuerte de que el paciente no saliera adelante, y dejó muy en claro que en los
14

próximos tres días sería crucial. Si ella no mejoraría dentro de ese tiempo, era poco probable que
sobreviviera.

Alberto llegó a un estado de shock y de confusión. Él se sentía impotente. No sabía qué hacer.
Pero él sabía que Dios no permitiría que su madre se sometiera a cinco operaciones y aun así
permitir que se muriese. Estaba seguro de que Dios no es así. Siempre había sabido que Dios es
fiel.

Se sentía desesperado y perdido, pero tenía un fuerte deseo de tener la Santa Cena con su madre
y la familia. Así que él hizo, que su hermana y el padre se juntasen, y les dijo que debían participar
de la Cena del Señor, porque eso traería vida a su madre. Sus familiares estaban muy
preocupados. Ellos no entendían cómo él podía creer que un poco de vino y el pan traería salud y
plenitud a una persona tan gravemente enferma. Simplemente no tenía sentido para ellos.

Pero Alberto había estado escuchando mi cinta de “Salud y Plenitud a través de la Santa Cena” una
y otra vez. Él sabía que cuando participamos del cuerpo del Señor, habría una infusión de su vida
incorruptible a nuestro cuerpo.

También había leído los cuatro evangelios, y encontró que los cuatro escritores, Mateo, Marcos,
Lucas y Juan, había incluido la Cena del Señor en sus cartas. Estaba seguro de que si Jesús colocó
una verdad en cuatro ocasiones, tal verdad debe ser muy poderosa.

A pesar de estar no muy convencidos, su padre, su hermana y su cuñado acordaron hacer lo que él
dijo. Él preparó el pan y el vino, y toda la familia se reunieron en cuidados intensivos (UCI).

Hacía frío y todo el mundo estaba en silencio. Se sentía muy extraño tener la santa cena en un
lugar como ese. Él no sabía qué hacer y empezó a orar en lenguas.

Después de eso, declaró que por las llagas de Jesús y de Su cuerpo quebrado, su madre es sana.
Dio un paso adelante y colocó una pequeña migaja en la boca de su madre y vertió un poco del
jugo de uva. Él sintió una presencia dulce y fuerte de Dios en la habitación, y de alguna manera
sabía que su madre había sido sanada. Salió de la habitación con la paz en su corazón. Pero no
pasó nada.

Pasó un día, luego otro. En la mañana del tercer día, mientras iba hacia el hospital, como de
costumbre y se dirigía a la cafetería para desayunar. Allí, él recibió una llamada de la enfermera.
En un tono de urgencia, dijo, "Alberto, algo le ha sucedido a su madre. Será mejor que venga
ahora. "No sabía qué esperar. Pero el pensamiento que pasaba por su mente fue: "Ella no puede
estar muerta. Yo sé que ella no puede estar muerta" Se precipitó a la UCI, abrió la puerta y se
lanzó a la cama de su madre.

Se inclinó hacia delante para mirarla, y cuando vio que ella estaba consciente, se dejó caer de
rodillas y lloraba. Alzó la voz y alabó al Señor. Todo lo que él había esperado, oró y le creyó a Dios
de lo que había ocurrido finalmente.
15

Después de esto, su madre comenzó a tener mejoría y en una semana, todos los tubos fueron
retirados y fue a comer de nuevo. Hoy en día, ha recuperado por lo menos 15 kg y está en pie,
ayudando a sus hijas a hacer galletas, y llamar a familiares y amigos para decirles acerca de Jesús!

Los médicos temían que ella terminaría bien. Pero la vida de Jesús, llenó su cuerpo cuando su
familia participó de la Cena del Señor con ella.

SANIDAD A TRAVÉS DE LA SANTA CENA TAMBIÉN PUEDE SER GRADUAL


Aunque esta preciosa mujer de 75 años de edad, experimentó un milagro espectacular, la sanidad
a través de la Santa Cena también puede ser un proceso gradual. A medida que participas de la
Santa Cena, te mejoras vez tras vez con el tiempo. Cuanto más participas, mejoras más.

Yo personalmente tuve esta experiencia. Hace años, tuve una enfermedad de la piel que me
preocupaba. Fui al médico y me dijo que podía ser sanado, pero el medicamento podría tener
efectos secundarios. Le dije: "Muchas gracias", y me fui. La sanidad de Dios es mucho mejor. No
hay efectos secundarios. Así que participaba de la Cena del Señor y declaraba por fe todos los
beneficios de su cuerpo roto para mí en esta área. Sin embargo, nada parecía suceder en un
primer momento.

Después de algún tiempo, dejé de llevar este asunto ante Dios, pero continuaba participando en
fe. Entonces un día, me di cuenta que había sido sanado por completo. No puedo decir cuándo
exactamente esa condición se fue, pero sé que a medida que continuaba participando de la Santa
Cena, simplemente me sentía mejor que nunca. Ese evento fue espectacular. Pero aun así fue
sobrenatural!

EL PODER DE PROCLAMAR LA MUERTE DEL SEÑOR


Un otro aspecto menos conocido de la Santa Cena es el poder de proclamar la muerte del Señor.
Pablo dijo: "Porque todas las veces que comes este pan y bebes esta copa, anuncias la muerte del
Señor anuncias hasta que Él venga." (1 Corintios 11:26)

Podrías preguntar: "Pastor Prince, ¿De qué trata la muerte del Señor que estamos proclamando y
a quien lo estamos proclamando?", Dijo Pablo en otro lugar "despojando a los principados y a las
potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos" (Colosenses 2:15)

Así que cuando nos acordamos de la muerte de Jesús, también estamos proclamando a los
principados y potestades que han sido desarmados, porque Él ha triunfado sobre ellos.

Hace algunos años, una pareja de nuestra iglesia que era dueña de una casa que la mayoría de la
gente llamaría "embrujada". Para ser más exacto, había demonios que se manifestaban en ese
lugar. Esto no es raro porque los demonios por lo general se congregan en los lugares donde hubo
incidentes trágicos como los accidentes mortales y los asesinatos.
16

Uno de los inquilinos se sentía asustado porque su familia se quejó de que veían "una figura que
se movía alrededor de la casa". Dos de mis pastores asociados y un diácono se acercaron a la casa,
y realizaron la Cena del Señor allí. Cuando tienes la Santa Cena, proclamas a los espíritus
demoniacos que Jesús reina.

Cuando sueltas tu fe en la obra terminada, completa y perfecta de Jesús en la cruz, toda rodilla se
doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor. Esto significa que todos los demonios
tienen que huir. Así que, sólo por proclamar el poder de la muerte del Señor, la casa fue limpiada
de los demonios. A partir de ese momento, no hubo quejas de nada más. La pareja ahora tiene un
nuevo inquilino y no ha tenido más problemas en esta área.

NO NECESITAS UN PASTOR PARA PARTICIPAR DE LA SANTA CENA


Jesús nos dijo que tengamos La Santa Cena con frecuencia. Así que debe haber algo poderoso al
respecto. ¿Crees que Dios nos haría hacer algo a menudo sin tener en cuenta nuestra bendición?

Aquellos que creen en el poder de ese único sacrificio perfecto en la cruz, saben que sus
bendiciones como la salud, la plenitud y provisión abundan en su mesa.

Una vez que eres un creyente, eres es un sacerdote. (1 Pedro 2:9) Así que puedes participar de la
Cena del Señor, e incluso ministrar a los demás. Tú no necesitas un pastor para hacerlo.

Ten La Santa Cena Con La Frecuencia Que Lo Necesites

En la iglesia, nosotros, los pastores lo hacen porque nosotros somos la representación de la


autoridad espiritual sobre la gente, y debe haber orden en nuestra forma de hacer las cosas.

Pero fuera de la iglesia, tú, como un sacerdote real, estás calificado para participar por tu
cuenta. Haz lo que Jesús dijo - hazlo con frecuencia. "¿Con qué frecuencia?" Tú puedes preguntar.
Tan a menudo como sea necesario. Depende de la cantidad que desees Su salud y plenitud.

No estoy diciendo que debes participar de la Cena todos los días. Pero si estás enfermo, te
recomiendo que tengas comunión-Santa Cena diaria.

Sé de gente que es tan radical que lo toman como la medicina - tres veces al día. ¿Y sabes qué?
Se obtienen resultados radicales.

Algunas personas dicen, "Pastor Prince, no sea extremista" Aquellos de nosotros que confiamos en
Dios y en la obra perfecta de su Hijo en el Calvario somos extremistas - extremadamente
bendecidos. Así que participa, porque la Santa Comunión-Cena es el canal de Dios para la salud y
la plenitud para ti.
17

CAPÍTULO 3
NO TENGAS MIEDO DE PARTICIPAR DE LA SANTA CENA
Dios ha hecho que caminar en Salud Divina sea verdaderamente fácil para su pueblo. Sólo
necesitamos venir a Su mesa, poner nuestra fe en su cuerpo quebrado por nuestra sanidad y
participar. Es tan simple, a la vez, tan poderoso.

Eso es el “porque” el diablo ha tratado de robarle a la Iglesia haciéndole creer que el creyente no
debe participar de la Santa Cena. Y él lo hace haciéndoles creer que ellos son indignos para venir a
la mesa del Señor.

Este pensamiento errado es debido principalmente a una mala interpretación de los versos
siguientes:

1 Corintios 11:29-30 Nueva Versión Internacional (NVI)


29
Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo,[a] come y bebe su propia condena. 30 Por eso
hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto.

Cuando era un joven cristianos, me dijeron, “No vengas a la mesa del Señor si tienes pecado en tu
vida. Si eres indigno y participas de la Mesa, tú eres culpable del cuerpo y la sangre, y tomarás
juicio contra ti mismo”.

Yo no estaba seguro lo que todo eso significaba pero sí estaba seguro que eso me daba temor. Y
me dijeron también, “asegúrate de examinarte a ti mismo para ver si tienes algún pecado en tu
vida. Y asegúrate de confesar todos tus pecados antes de venir”.

Yo nunca me atreví a participar de la mesa porque siempre me preguntaba, “hay algún pecado
que no he confesado?” Y no es que yo vivía en pecado, sino que no quería tomar el riesgo.

Qué si olvidé confesar un pecado? Juicio caería sobre mi, verdad? Y mi mamá seguro que no
resucitaría a un tonto. Así que escogí no participar de ella, para estar seguro. Cada vez que los
elementos de la Santa Cena pasaban ante mi, yo no los tomaba. Pensé que era mejor no participar
de ellos. Pero irónicamente, por no venir a la mesa del Señor. Me estuve robando a mí mismo de
la fuente de Salud, sanidad y bendición para mí. La enseñanza legalista y errada es muy dañina
porque eso nos mantiene lejos de recibir y experimentar lo que Dios tiene para nosotros.

LO QUE SIGNIFICA PARTICIPAR INDIGNAMENTE


Entonces leamos por nosotros mismos lo que Pablo dijo para que podamos participar de una
manera digna.
18

1 Corintios 11:27-29 Reina-Valera 1995 (RVR1995)


27
De manera que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor indignamente, será
culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma
así del pan y beba de la copa. 29 El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del
Señor, juicio come y bebe para sí.

Primeramente, en el verso 29, él dice que si tú comes y bebes indignamente, tú traes juicio
(condenación) contra ti mismo. Aclaremos una cosa. La palabra “indignamente” es un adverbio,
lo cual significa que eso modifica al verbo.

En este caso, “indignamente” describe la acción de comer y beber. No está describiendo a la


persona que está comiendo y bebiendo. Así que Pablo no está diciendo que si eres una persona
indigna, no participes de la Santa Cena o de la Mesa del Señor.

Aún, la Iglesia de alguna forma ha malinterpretado aquella enseñanza y ahora, los cristianos están
diciendo, “Si tú eres indigno, no participes” ellos dicen, “Si tienes pecado en tu vida, no vengas a la
mesa del Señor, a menos que quieras debilitarte, enfermarte y morir prematuramente”. Ellos han
encontrado que algo que se suponía ser una bendición se transformó en una maldición.

En todo caso, todos nosotros quienes venimos a la mesa del Señor somos indignos y somos hechos
dignos por Su sangre. Sólo es la muerte de Jesús que nos califica para participar. Pablo no estaba
diciendo que no debíamos participar si somos indignos. Él estaba diciendo que no debemos
participar de una manera indigna.

Qué significa participar INDIGNAMENTE? Lee el verso 29 y concluirás que si fallas en discernir o
entender el significado del cuerpo de Cristo, tú estás comiendo y bebiendo de una manera
indigna.

Participar indignamente significa no reconocer que


el cuerpo quebrado del Señor era para traer Salud y Plenitud.

Los corintios participaban indignamente porque ellos no reconocían que el cuerpo destruido del
Señor era para traerles Salud y Plenitud.

Y por tratar a la Santa Cena como un ritual, ellos se perdían de la bendición. Ellos no entendían el
significado del Pan. Ellos no sabían porque ellos estaban participando de ello. Esto es lo que
significa participar INDIGNAMENTE.

La manera en que participemos determinará si experimentamos los beneficios del Cuerpo de


Cristo. Si nuestra actitud es, “Es solo un pedazo de pan” entonces es eso lo que será. Y nos
estaremos robando a nosotros mismos de los vivificantes efectos del pan de la Mesa del Señor.

Pablo describió en grandes detalles la manera en que los Corintios participaban. Hagamos una
pequeña mirada.
19

1 Corintios 11:20-23 Nueva Versión Internacional (NVI)


20
De hecho, cuando se reúnen, ya no es para comer la Cena del Señor, 21 porque cada uno se
adelanta a comer su propia cena, de manera que unos se quedan con hambre mientras otros se
emborrachan. 22 ¿Acaso no tienen casas donde comer y beber? ¿O es que menosprecian a la iglesia
de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Voy a elogiarlos por esto?
¡Claro que no!

Él les dio una buena corrección porque ellos venían a la Mesa del Señor, comiendo
apresuradamente por el turno de otros. Y otros se tomaban el vino hasta que se embriagaban.

Así que Pablo no estaba diciendo que si tienes un pecado en tu vida, tú no puedes participar. Él
estaba diciendo que participemos de la manera correcta, lo cual es RECONOCER que el Cuerpo del
Señor fue quebrado y destruido para que el nuestro pueda ser saludable. No comes de la Mesa del
Señor porque estás con hambre. Si lo estás, come en casa primero.

Por favor no me malentiendas. Estoy contra el pecado, pero esto no es el punto de la enseñanza
de Pablo aquí.

Lo que Pablo les dijo a los Corintios hacer, fue DISCERNIR el poder del Cuerpo destruido del Señor.
Él les estaba enseñando que cuando ellos fallan de discernir el cuerpo, no debemos participar
porque no estamos declarando por fe lo que Jesús hizo por nosotros.

Y por errar en ello, estamos haciendo que Su obra en la cruz sea inefectiva y sin poder a menos
que discernamos correctamente.

Cuando fallas en discernir Su Cuerpo, tú estás en realidad despreciando Su obra en la cruz. El


diccionario Vine’s Expository Dictionary tiene esto para decir, acerca del compartir indignamente:

INDIGNAMENTE – ANAXIOS NT: 371 es usado en 1 Corintios 11:27, de compartir la Mesa del
Señor.

“INDIGNAMENTE” tratando algo como una comida común, el pan y la copa como cosas
comunes, no comprendiendo sus importantes y solemnes simbolismo.

Jesús desea que tomemos el pan y creamos que Su cuerpo fue quebrado para que nuestros
cuerpos puedan ser hechos sanos. Y cuando discernimos eso de esa forma, estamos compartiendo
dignamente.

Cuando vienes a Su mesa y sueltas tu fe en el Cuerpo del Señor, recibirás los beneficios de sanidad,
salud y plenitud. Y serás más fuerte, saludable y vivirás mucho más.

LO QUE SIGNIFICA EXAMINARSE A SI MISMO


En segundo lugar, me dijeron que examinarse a sí mismo significa chequearme si tengo algún
pecado en mi vida y confesarlos.
20

Para corregir esa idea equivocada, tenemos que entender el contexto de la afirmación de Pablo. Él
está dirigiendo el asunto de comer y tomar indignamente.

Por lo tanto, se deduce que le estaba diciendo a los corintios que deben examinarse a sí mismos
para ver si estaban comiendo y bebiendo de una manera digna. En ninguna parte dice que él les
dijo que se examinen para ver si había pecado en sus vidas.

1 Corintios 11:27-29 Reina-Valera 1995 (RVR1995)


27
De manera que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor indignamente, será
culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma
así del pan y beba de la copa. 29 El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del
Señor, juicio come y bebe para sí.

Mirando el pasaje de nuevo, está claro que Pablo está diciendo que un hombre debe examinarse
para ver si él come y bebe dignamente para que no coma ni beba juicio para sí mismo.

Es tan simple, pero los predicadores durante tanto tiempo hicieron a los cristianos temerosos y
conscientes de pecado, cuando en realidad Dios quiere que seamos conscientes del Hijo. Él sólo
quiere que nos examinemos a nosotros mismos para ver si estamos poniendo nuestra fe en la obra
cumplida de Su Hijo en la cruz por nosotros.

LO QUE SIGNIFICA BEBER JUICIO CONTRA TI MISMO


En tercer lugar, el "juicio" (en el versículo 29) no significa que es la ira de Dios o la ira, como yo
pensaba. En algunos círculos, la gente todavía cree que la sentencia se refiere aquí a Dios,
enviando al infierno. Esa es una interpretación incorrecta.

La palabra griega usada aquí es krima, lo que significa sentencia divina. Cuando Adán pecó contra
Dios, una sentencia divina cayó sobre la raza humana. La debilidad, la enfermedad y la muerte son
algunos de los efectos de esa sentencia divina.

La Cena del Señor es la forma como Dios nos ayuda a contrarrestar


el proceso de envejecimiento y caminar en salud divina.

Mientras estamos aquí en la tierra, nuestros cuerpos están sujetos al proceso de envejecimiento,
que es parte de la sentencia divina. Todos nuestros cuerpos están decayendo cada día. Nuestras
células cerebrales están muriendo todos los días.

La Santa Cena es la solución de Dios para nosotros, para compensar la decadencia. Y aún tus
amigos verán los resultados. Ellos comenzarán a preguntarte: "Oye, ¿por qué pareces lucir más
joven y más joven? Tú nunca pareces envejecer!

Un día, cuando lleguemos al cielo, tendremos cuerpos nuevos que nunca envejecerán, nunca se
cansarán y nunca se enfermarán. Mientras tanto, la Cena del Señor es como Dios nos ayuda a
21

contrarrestar este proceso de envejecimiento y caminar en salud divina. Cada vez que
participamos, estamos revirtiendo los efectos de la maldición o juicio divino en tu cuerpo.

EL DIABLO NO ES RIVAL PARA AQUELLOS QUE CREEN


EN EL PODER DEL CUERPO DESTRUIDO DEL SEÑOR
Creo que durante mucho tiempo, el diablo ha tratado de cegar a la iglesia del poder del cuerpo del
Señor.

Y eso es porque él sabe que no es rival para los que tienen fe en el poder del cuerpo quebrado de
Jesús.

Déjeme darte un ejemplo de cómo un miembro de la iglesia enfrentó un ataque espiritual, pero lo
superó a través de la Cena del Señor.

A finales de 2003, mi iglesia organizó muchos viajes a Israel. Cada grupo de turistas constaba de
120 personas. En total, tuvimos 1.500 personas que visitando la Tierra Santa. En uno de los viajes,
una señorita de unos veinte años, Suwen, desarrolló una trombosis venosa profunda durante el
vuelo con destino a Israel.

Esta es una condición poco común que resulta de un coágulo en una vena profunda situada en el
muslo o la pierna. Se le llama el "síndrome de la clase económica", porque algunas personas
desarrollan esta condición al viajar usando asientos pequeños con el nivel de humedad baja. Se
forme un coágulo que, si se abre camino a los pulmones, puede causar insuficiencia respiratoria. Y
cuando esto sucede, se puede producir la muerte.

Suwen sintió un dolor en la pantorrilla derecha durante el vuelo.

A medida que fue bajada del avión, de repente se derrumbó. Sus ojos se pusieron en blanco y
empezó a echar espuma por la boca. El personal de la aerolínea fue muy profesional y de
inmediato llamaron a una ambulancia para llevarla al hospital.

En el camino al hospital, su corazón se detuvo de repente. El coágulo había viajado desde la pierna
a su corazón y, finalmente, a uno de sus pulmones, causando un paro cardíaco. Cuando la
ambulancia llegó al Centro Médico Assaf Harofeh, ella ya se había vuelto azul. La llevaron es la silla
de ruedas a la sala de emergencias y accidentes, donde trataban de reanimarla – resucitarla.

Los médicos llamaron a sus familiares porque creían que no iba a sobrevivir. Estaban a punto de
pronunciar su muerte, pero milagrosamente, después de un intento de última hora, se las
arreglaron para revivir su corazón.

Sin embargo, ella estaba en un estado muy crítico, ya que el coágulo dificultaba la respiración. Ella
estaba inconsciente y había todo tipo de tubos que atravesaban por la nariz y la garganta. Los
médicos le estaban siguiendo de cerca, por temor a que el coágulo puede provocar insuficiencia
respiratoria.
22

Esa misma noche, su marido, su hermana y su cuñado, que son firmes creyentes en el poder del
Cuerpo del Señor para sanar, participaron de la Cena del Señor juntos, hablando de la salud y la
Plenitud de su cuerpo.

Yo estaba con mis líderes en otra parte de Israel en ese momento y sólo se podía llegar a donde
ella estaba cuatro días después. Cuando llegamos al hospital, los médicos informaron a la familia
que su condición había empeorado. Mis líderes y yo participamos de la Santa Cena, y
pronunciamos los beneficios del Cuerpo quebrado del Señor sobre Suwen.

El día siguiente, ella recuperó la consciencia y los doctores que mantenían un cuidado muy
cercano en el coágulo notaron que no podían encontrarlo más! Ellos no sabían qué pensar ni
atreverse a ser tan optimistas.

La tuvieron en observación, pero día tras día, a pesar de que buscaban el coágulo, no podían
encontrarlo. Al mismo tiempo, ella comenzó a ponerse más fuerte. Después de una semana, la
dieron de alta.

Una vez que salió del hospital, se unió al grupo de turistas que y visitaron la tumba del jardín,
donde la resurrección del Señor se llevó a cabo.

Los miembros de su familia compartieron después de todo el episodio que ellos inicialmente se
asustaron mucho. Sin embargo, debido a la enseñanza que ellos habían recibido, ellos sabían que
esa situación no era la obra de Dios, sino un ataque del enemigo.

Ellos fueron extremadamente animados cuando recordaron el testimonio de la mamá del hno
Alberto que fue sanada cuando ella comió del Pan y del Vino en el ICU. Así que ellos se
fortalecieron por participar de la Mesa del Señor, la salud y la plenitud se manifestaría sobre
Suwen.

HAY PODER EN EL ACTO DE COMER


En medio del intenso ataque espiritual, experimentaremos victoria cuando creemos lo que Jesús
hizo en la Cruz es más grande cualquier ataque del enemigo. Una vez que nos demos cuenta lo
mucho que Jesús sufrió para que nuestros cuerpos sean saludables, estaremos confiados de
participar de su cuerpo roto que traerá sanidad al nuestro.

Si aún hayas difícil creer que comiendo una pequeña migaja puede traer salud a tu cuerpo y
plenitud, déjame llevarte al jardín del Edén. Ahí, Adán simplemente comía el fruto y él precipitó a
toda la raza humana al pecado. Su pecado fue el que trajo la enfermedad y, finalmente, muerte.

Así que Dios en su misericordia y sabiduría ideó una perfecta solución. Si el simple acto de comer
de Adán trajo enfermedad y muerte, él ordenó que el simple acto de compartir una migaja
trajera Salud y plenitud a Su pueblo.
23

PARTICIPANDO DE LA SANTA CENA


Ahora participemos de la Santa Cena del Señor y soltemos nuestra fe por el perdón y la Sanidad.

Antes que compartas de ella, solo recuerda que Dios quiere “prosperarte en todas las cosas y seas
saludable, así como prospera tu alma” (3 Juan 2)

Prepara el pan y el vino, y no te apresures.

Recuerda, esto no es un ritual. Sino que estás a punto de experimentar personalmente de nuevo
Su amor por ti.

Escúchalo a Él decirte, “recibe, come. Este es mi cuerpo, el cual es quebrado por ti”. Mira sus ojos
ardiendo de amor cuando te habla, “esta copa es el Nuevo Pacto en mi sangre, que es derramada
por ti”

Mira al Señor llevando en su cuerpo tus pecados y enfermedades. Él tomó tus pecados en su
cuerpo en la cruz. Míralo tomando en su cuerpo tu condición física también. Si tienes un tumor,
mira ese tumor en su cuerpo.

Cualquier enfermedad que podrías tener, míralo en Su cuerpo.

Y ya no está en ti. Mira Su Salud venir a ti.

Con toda seguridad él llevó todos tus pecados y enfermedades.

Así que mientras participas, suelta tu fe en el pan y el vino.

Toma el pan en tu mano y di esto:

“Gracias Jesús por tu cuerpo destruido. Es por mi sanidad, por la de mi conyugue y por la de mis
hijos. Gracias por tus llagas, por tus heridas, por tus golpes, por los azotes que cayeron en tu
espalda, somos completamente sanados. Yo lo creo y lo recibo. (Come el pan)”

Siguiente, toma la copa en tu mano y di esto:

“Gracias Jesús por el Nuevo Pacto cortado en tu Sangre. Tu sangre me ha traído perdón y me ha
lavado de todo pecado. Te agradezco que tu sangre me haya hecho justo. Y al tomarlo, celebro y
participo de la herencia de los justos, que es la provisión, sanidad, plenitud y prosperidad. (Toma
el vino)”

“Gracias Jesús, te amo porque me amaste primero”


24

TESTIMONIOS
Testimonios de sanidades milagrosas a través de la Mesa del Señor a continuación. Algunas han
sido colocadas para animarte.

PÓLIPO SOBRENATURALMENTE EXPULSADO


DESPUÉS DE TOMAR LA SANTA CENA

Desde julio del 2003, experimenté un sangrado (sangrado leve, esporádico), después que mi
menstruación se había terminado. Eso continuaría durante seis a siete días más.

Presintiendo que algo andaba mal, consulté a mi ginecólogo. Me hice varios exámenes físicos y
ecografías, pero nada fue detectado. Por último, sólo se podía atribuir la hemorragia a un
desequilibrio hormonal. Yo estaba preocupada al ver que los médicos no me podían ayudar.

En algún momento a mediados de diciembre, después de que el Pastor Prince hizo una nueva
repetición de la enseñanza sobre la importancia de la Santa Cena, mi marido, nuestras dos niñas y
yo empezamos a tomar la Cena del Señor como una familia unida diariamente.

El 23 de febrero de 2004, mientras me colocaba en la mesa y sacando un poco de comida para mi


hija, expulsé un bulto de 2,5 cm de tamaño. Yo estaba un poco sorprendida y grité a mi marido
que esto debe ser un milagro.

Al día siguiente, llevé el bulto al hospital para que los médicos realizaran pruebas para determinar
su naturaleza y contenido. El informe muestra que el pólipo no era cancerígeno (véase el informe
de histopatología).

Desde entonces, el sangrado fue completamente parado y yo alabo a Dios porque a causa de su
milagro, yo fui salva de un procedimiento doloroso, donde el ginecólogo habría tenido que rascar
el pólipo en las paredes de mi útero.

Alabado sea Jesús - Él llevó mis pecados y enfermedades en la cruz y al participar de su obra
terminada a través de la Santa Cena, yo soy sanada. Nuestra familia continúa celebrando la Cena
del Señor todos los días. A Dios sea toda la Gloria.

Stephanie Wong
25
26

SANIDAD DE CALAMBRES MENSTRUALES


Toda mi vida, yo sufría de calambres menstruales hasta que Dios me sanó cuando tomé de la
Santa Cena.

Muchos meses atrás, cuando era el tiempo de mi mes otra vez, fui golpeada realmente por un
intenso dolor.

Mis manos y mis pies se enfriaron y se humedecieron, y mi rostro se puso blanco como una hoja.
Caí en la cama, rodando de lado a lado y gritando de dolor.

Siendo una nueva creyente, no sabía muy bien lo que Jesús hizo por mí en la cruz.

Afortunadamente, estuve con mi prometido, y él es un “creyente que cree”. Él corrió a la cocina


para traer unas uvas y pan, y tuvimos la Santa Cena. Milagrosamente e instantáneamente el dolor
cesó.

Su mamá me explicó que Jesús llevó todos nuestros dolores y enfermedades en la cruz, y eso
incluye los calambres menstruales. En ese entonces, no sabía muy bien lo que ella quería decir.

Pero ahora, sí sé. Mientras asistía a la Iglesia durante todo el año, me di cuenta con toda
seguridad, no tal vez, que él se había llevado todas mis enfermedades y dolores. Mi fe vino al oír y
oír la palabra de Cristo.

Después de ese incidente donde yo fui sanada por medio de la Santa Cena, cuando el dolor vino
durante mis meses, yo decía, “Dolor, vete en el Nombre de Jesús porque él llevó mis dolores en la
cruz” después tenía la Cena Santa. Agradezco a Jesús que ya pasó un año desde mi última
experiencia de calambres.

Recientemente, me encontré con amigas de hace años y ellas compartieron que tomaban píldoras
y evadían las bebidas frías para aliviar el dolor de los calambres menstruales. Ahora sé que hay una
manera más fácil – creyendo que la obra de Jesús en la cruz también proveyó sanidad para
nosotros.

Él tomó nuestros dolores porque él quiere que nuestro gozo sea completo. Me di cuenta que su
corazón tuvo que tener pena cuando me vio en dolor. Como puede estar alegre cuando tú te estás
cogiendo el estómago por dolor?

Hoy, aun tomo mis bebidas frías cuando viene mi mes y ya no experimento ningún dolor. Gloria a
Jesús! Lo que él hizo en mi vida no termina ahí. Hay mucho más que él me ha dado y hecho por mi.

Él me ha transformado por los años y me ha dado mucho gozo. Él es sorprendente. Yo podría


andar y comentar a todos sus maravillas.

Adelind Yeo
27

BEBE DE 16 MESES SANADA DE INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA


Mi pequeña bebe de 16 meses, Joy, había estado teniendo fiebre y un fluido mocoso de la nariz
por una semana. Durante aquel tiempo, yo la llevé al médico clínico muchas veces, pero la
medicación no ayudaba.

Cuando su condición empeoró y comenzó a vomitar, la llevamos al hospital y ellos la atendieron


inmediatamente. El diagnostico inicial del doctor era que ella tenía gripe gástrica e infección
pectoral. Esto después se cambió a insuficiencia hepática aguda.

Para nuestro desconcierto, nos dijeron que su hígado no era tan rápido que sólo tenía una
probabilidad de 20 por ciento de supervivencia. Un trasplante de hígado se recomendaba pero
aún con eso, sus posibilidades de supervivencia se elevaban en sólo un 30 por ciento.

La noticia cayó como una sorpresa para nosotros. Pero hace apenas una semana antes, todo era
color de rosa. Ahora, me sentía como si todo mi mundo se había derrumbado. La idea de perder a
mi hija hizo que todo lo que había sido importante, parecía trivial. Mi preocupación acerca de no
estar en el trabajo se volvió irrelevante. La culpa y el remordimiento se apoderaron de mí al
pensar en los momentos felices que tuvimos como familia y lo limitada que era debido a nuestros
múltiples compromisos.

En medio de toda esa confusión, decidí llamar a un amigo de la Iglesia Nueva Creación (New
Creation Church) para pedir oración a pesar de que no era cristiana entonces. Él hizo que uno de
sus pastores viniese a orar por nosotros.

Ese día, 5 de marzo de 2004, el Pastor Mark me guio a la oración de salvación. Él y su asistente,
Christina, luego oraron por mi hija Joy. Después de eso, tuvimos la Santa Cena y proclamaron que
debido a que el cuerpo de Jesús fue destruido y roto, el pequeño cuerpo de Joy debía estar
completamente sano.

La esperanza creció en mi corazón por primera vez ese día y sentí un calor reconfortante
envolviéndome. Una visión de mí llevando a Joy a la iglesia cruzó por mi mente y un pensamiento
fugaz me golpeó - Joy se sanaría y proclamaríamos este testimonio ante el mundo. No me atrevía a
compartir esto con nadie, ni siquiera a mi marido. Yo no quería levantar sus esperanzas demasiado
alto. Sin embargo, ahora me sentía como si pudiera poner mis preocupaciones en Dios.

Pero la vista de mi pequeña bebé con agujas y tubos de todos los tamaños que sobresalían de cada
parte de su frágil cuerpo fue desgarradora. No podía soportar ver como las enfermeras venían a
tientas para insertar las agujas de nuevo en sus venas. Incluso tuvieron que recurrir a las venas de
las axilas y abrieron un pequeño agujero cerca del área de su estómago para introducir un tubo.

En el pasado, todo lo que podía hacer era quedarme parada e indefensa, pero esta vez, tenía la
oportunidad de orar. Y descubrí que la oración no era difícil. Es un clamor natural, de corazón a mi
Padre celestial.
28

En un principio, le rogaba a Dios que me devolviera a Joy. Le pedía que tomara mi vida en vez que
la de mi hija. Yo estaba desesperada por un milagro, pero realmente no sabía cómo orar. Gracias a
Dios que Él no respondió a esa oración. En vez de ello, envió a Cristina para enseñarme a orar.

Por ella, me di cuenta de que Dios amaba a mi pequeña mucho más que yo. Me di cuenta que no
tenía que renunciar a nada por su sanidad, porque Jesús dio su vida misma para comprar esa
sanidad para ella.

Cristina me dijo que reclame este beneficio de la sanidad de su obra perfecta en la cruz. Ella me
dijo que todos los informes negativos sobre Joy sólo eran temporales. Pero lo que Jesús hizo es
permanente. Comencé a hablar el Salmo 91 sobre Joy y aún con valentía agradeciendo a Dios por
todos los planes que había reservado para ella.

Lo que más me animó fue cuando un colega mío, también de la Iglesia Nueva Creación, vino y
declaró un versículo del Salmo 118 sobre Joy: "No morirás, sino que vivirás, y contarás las hazañas
del Señor"

El sábado, la condición de Joy empeoró y se volvió de color amarillo debido a la ictericia. Los
médicos explicaron que su hígado se estaba deteriorando hasta el punto en que sólo un trasplante
podría salvarla. Mi marido, mi hermana y yo nos habíamos ofrecido para ser los donantes. Así que
se nos dijo que vayamos a casa a descansar un poco esa noche, ya que era necesario para ejecutar
las pruebas en nosotros para el trasplante al día siguiente.

Pero el descanso que habíamos esperado nunca llegó debido a que nuestra hija mayor Victoria,
que tenía dos años y medio años de edad en ese entonces, comenzó a mostrar los mismos
síntomas que Joy tenía. Se despertó a las tres de la mañana con fiebre y estaba vomitando. Oré, y
decidimos enviarla al hospital para un chequeo.

Alrededor de las 6:45am en Domingo, después que el doctor había confirmado que Victoria estaba
muy bien, me mostraron los últimos reportes del laboratorio que mostraban la condición de Joy.
Este atento y bien intencionado doctor me llevó página tras página sobre las malas noticias, y me
dijo que un trasplante era necesario para salvar a Joy.

Pero a medida que pasaba ese reporte, yo rechazaba todos los informes negativos en silencio en
mi corazón. Recordé las palabras que Christina dijo, esto era temporal, y que mi hija ya estaba
sana.

Yo había estado teniendo la Santa Cena todos los días y declaraba la sanidad de Joy. De hecho, yo
había rentado un pequeño rincón en el hospital donde nuestros amigos y familiares se reunían
para adorar y orar. Debí de haber causado un gran revuelo, pero el personal del hospital eran
amables en todo momento.

Algunos de ellos estaban preocupados de que yo podría ser tan ruidosa por toda la oración que
hacía, que cuando llegaran las malas noticias, yo no sería capaz de enfrentarme a la realidad. Una
29

persona escuchó a alguien decir: "Ella ora mucho, en realidad ella cree que va a recibir un
milagro?"

Pero no me importaba. Yo sólo miraba a Jesús. Yo oraba a él para que nos enviara a los mejores
doctores, enfermeras y asistentes. Incluso oré para que cada gota de medicamento sea
administrado por el mismo Dios. Les pedía a los ángeles que velaran por ella y agradecía a Dios por
cada minuto, por la reconstrucción de su hígado y por darle un órgano completamente nuevo.

A eso de las 10:30 de esa misma mañana, el médico de repente se presentó en la sala con un
aspecto muy sombrío. Me preparé para lo peor. Mi corazón estaba de nuevo listo para refutar
todos los informes negativos. Pero en vez de las malas noticias, dijo que el hígado de Joy estaba
rejuveneciendo. Dijo que al ritmo que ella estaba mejorando, ella podría ya no necesitar un
trasplante. Toda mi familia estaba llena de alegría.

Después de la larga lucha mental y emocional, de repente me encontré esta noticia demasiado
buena para ser verdad. Me preguntaba si me estaban diciendo eso para hacerme sentir mejor. Le
pregunté si era prudente ser demasiado optimista en este punto. Después de todo, sólo tenía
cuatro días que estaba leyendo esos informes sombríos. Llamé a Cristina. Ella no podía dejar de
alegrarse y empezó a dar gracias a Dios por como el impacto de su obra poco a poco se introdujo
en mi corazón.

Fortalecida, me dirigí a la iglesia para el servicio de las 2:00pm. La presencia de Dios en ese lugar
era increíble. El momento en que entramos, sentía el amor de Dios lavándome. Yo sólo lloraba
lágrimas de gratitud y de alegría.

Cuando llegué al hospital después del servicio, el médico vino con más actualizaciones. Se nos dijo
que Joy estaba "demasiado bien como para estar en la lista de trasplantes"! Más tarde, el buen
doctor me dijo que Joy era muy "afortunada" porque ellos no hicieron nada especial que podría
haber causado una recuperación. Yo sabía que no era suerte, y sólo continuaba alabando y dando
gracias a Dios por el milagro!

El lunes, el día programado del trasplante, en lugar de ver los procedimientos quirúrgicos,
irónicamente, fuimos testigos del retiro de las agujas y los tubos del cuerpo de nuestra niña. Y a
los pocos días, fue trasladada de la unidad de cuidados intensivos (UCI).

El miércoles, los familiares de los muchos otros pacientes en la UCI unidad pediátrica se me
acercaron para preguntar cómo se produjo el milagro. Compartí con ellos como Dios, en Su amor,
curó a mi hija y le pedí al pastor Mark que orara por sus seres queridos. Así que él se dio fue al
pabellón para orar por los enfermos.

En menos de dos semanas, mi pequeñita Joy fue dado de alta. Toda la gloria a Jesús porque Él
verdaderamente puso a Joy de nuevo en nuestras vidas!

Samantha Wong
30

SANIDAD DE LA PLANTA DEL PIE


Yo había estado experimentando un fuerte dolor en la planta de mi pie derecho después de un
esfuerzo durante un entrenamiento.

Al principio, no le tomé importancia pensando que se iría sólo.

Seis meses más tarde, mi planta me seguía doliendo.

De hecho, empeoró hasta el punto que no podía pararme bien ni caminar bien. Esto causó mucho
dolor cada vez que pisaba el pedal mientras tocaba el teclado durante el servicio en el idioma
mandarín.

Para empeorar las cosas, me torcí la rodilla derecha durante mis ejercicios de aeróbicos.

Oré por mi pie y declaré sanidad, pero no pasó nada. Incluso intenté reflexología podal para aliviar
el dolor, pero eso era sólo temporal. El dolor volvía pocas horas después.

En algún momento de febrero, un amigo nos compró a mi marido y a mí una matzá de Israel.

En marzo, comenzamos a tomar la Santa Cena a diario todas las mañanas antes de ir a trabajar.
Dentro de dos semanas, el dolor en mi planta izquierda se fue. Mi lesión en la rodilla también fue
sanada por completo.

No puedo precisar el día exacto o la fecha que la sanidad se llevó a cabo. Me di cuenta un día en
que puse todo mi peso en el pie derecho y no encontré ningún dolor más. Cuando me di cuenta de
que un milagro había sucedido, di saltos alrededor sólo para poner a prueba mi sanidad. Mi planta
del pie y mi rodilla se sentían como nueva.

Debo confesar que la forma en que la sanidad viene a través de la Santa cena va más allá de mi
comprensión. Pero yo no necesito saberlo todo antes de empezar a hacer lo que el Señor ha dicho
que es bueno para mí.

No me puedo imaginar lo que mi marido y yo debemos habernos perdido por no tomar la Cena del
Señor. Ahora que Él nos ha mostrado una idea de cómo su cuerpo nos da salud divina y Su sangre
nos trae la justicia divina, vamos a seguir participando y descansando en su obra terminada.

Katherine Soh
31

ORACIÓN DE SALVACIÓN

Si deseas recibir todo lo que Jesús ha hecho por ti, y hacerlo tu Señor y Salvador, por
favor, haz esta oración:

"Señor Jesús, gracias por amarme y por morir por mí en la cruz. Tu preciosa sangre me
limpia de todo pecado. Tú eres mi Señor y mi Salvador, ahora y siempre. Creo que tú te
levantaste de los muertos y que estás vivo hoy. Debido a tu obra terminada, ahora soy
un hijo amado de Dios y el cielo es mi hogar. Gracias por darme la vida eterna, y llenar
mi corazón con tu paz y alegría. Amén"

LA ORACIÓN DE LA SANTA CENA

Toma el pan en tu mano y di esto:

“Gracias Jesús por tu cuerpo destruido. Es por mi sanidad, por la de mi conyugue y por la
de mis hijos. Gracias por tus llagas, por tus heridas, por tus golpes, por los azotes que
cayeron en tu espalda, somos completamente sanados. Yo lo creo y lo aplico ahora.
(Come el pan)”

Siguiente, toma la copa en tu mano y di esto:

“Gracias Jesús por el Nuevo Pacto cortado en tu Sangre. Tu sangre me ha traído perdón
y me ha lavado de todo pecado. Te agradezco que tu sangre me haya hecho justo. Y al
tomarlo, celebro y participo de la herencia de los justos, que es la provisión, sanidad,
plenitud y prosperidad. (Toma el vino)”

“Gracias Jesús, te amo porque me amaste primero”

También podría gustarte