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Las nuevas patologías y dispositivos en la terapia de niños y adolescentes (E. Bunge, M. Gomar y J. Mandil)
Trastornos externalizadores e internalizadores
Internalizadores: problemas afectivos.
La investigación pediátrica sobre trastornos bipolares muestra la complejidad establecer el diagnóstico debido a
temas del desarrollo y las dificultades propias de los niños y adolescentes para verbalizar las emociones. El trastorno
bipolar afecta el desarrollo normal de los niños y aumenta el riesgo de suicidios, el abuso de sustancias, los
problemas de conducta, académico, social y legal. Es importante contar con estrategias preventivas y mayor
precesión de las intervenciones psicoterapéuticas
Externalizadores: delincuencia y violencia
Es necesario llevar adelante: estudios en períodos tempranos de la vida; estudios longitudinales para ver la
trayectoria emocional y conductual; estudiar los factores genéticos y fisiológicos; guías para comprender la
desregulación emocional (la alta reactividad emocional y pobre regulación de la emoción produce problemas ext. e
int.); profundizar en la distinción entre la emoción y se regulación; y estudiar las diferencias de género.
Los niños y adolescentes sobrevivientes gracias a las nuevas tecnologías. Desafíos para padres, maestros y equipos
de salud.
Muchos de los niños y adolescentes que sobreviven a condiciones tan adversas en el nacimiento, como prematurez o
patología neonatal, tienen posibilidades de recuperarse y desplegar su vida. Considerar las nuevas patologías implica
tener una mirada integradora del niño, del adolescente y su entorno.
El uso de la informática ¿una nueva herramienta o una nueva adicción?
Junto con el desarrollo de internet aparecieron los primeros casos de psicopatología relacionados con la red (como
desordenes de adicción a internet, uso compulsivo de internet o uso patológico de internet). Las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) generan grandes cambios en nuestra sociedad y esto es notorio en los
adolescentes. Los estudios de estas temáticas son un desafío para el futuro que nos posibilite evaluar el impacto en
el desarrollo psicosocial, en el proceso de socialización y la adquisición de la identidad.
Diseños de intervenciones terapéuticas
Existían dos alternativas: atender al niño adolescente o atender a la familia.
Actualmente los modelos de integración permiten considerar a ambas perspectivas en cualquier diseño de
intervención terapéutica. Los modelos cognitivos conductuales son, hoy por hoy, los que alcanzan mejores
resultados en cuanto a la eficacia. También inciden los factores socio-ambientales y familiares para implementación
de dichos programas terapéuticos.
Además es necesario considerar ciertos aspectos en la investigación clínica en psicoterapia con niños y adolescentes
como son: la finalización de la etapa adolescente que no está consensuada y la poca investigación acerca de la
eficacia de tratamientos familiares y diseños complejos que permiten comparación.
Ampliando el foco para los diseños
Cada vez tenemos más guías de tratamientos psicológicos para niños y adolescentes que nos proponen mejores
procedimientos, diagnósticos y tratamientos en los cuales se evaluó su eficacia, afectividad y eficiencia. Pero es
necesario ahondar en la pertinencia de intervenciones, favoreciendo la flexibilización de patrones de relación
interpersonales presentes en la disfuncionalidad.
El lugar de la familia: intervenciones domiciliarias, ¿cuánto? Y ¿cómo?
En muchas situaciones de intervención podemos ubicar a la familia como descriptor del problema y trabajar en el
lugar que el niño y el adolescente tiene en su propio hábitat, cómo ocupa sus espacios, sus objetos y evaluar el
significado en torno al dominio. También se considera cada vez más la importancia de implementar las tareas de
intercesión en la terapia familiar más que en aumentar la frecuencia de los tratamientos. Esta tarea facilita la
experiencia de sentirse activo constructor de sus proyectos favoreciendo la auto observación y la auto reflexión.
El lugar de las instituciones: en los programas de tratamientos es imprescindible el trabajo interdisciplinario (en
hospitales, centros de salud, centros educativos y escuelas)
Conclusiones: hace tiempo sabemos que ninguna forma de terapia es superior a otras. Ya que cada proceso de
psicoterapia tiene sus efectos característicos. Atender niños y adolescentes y sus familias nos introduce en diseños
complejos. Determinar cuáles son los patrones de actividad cerebral propios de las disfunciones mentales nos
permite diseñar tratamientos donde se ensamblan la conducta y la experiencia y la relación entre el individuo y el
grupo, desarrollando los cambios que favorecen el proceso de identidad.
¿Por qué no se mueven los continentes? ¿Por qué no cambian las personas? (Prochaska)
¿POR QUÉ NO CAMBIA LA GENTE?
1. Porque no puede cambiar: no podemos cambiar aquellas condiciones propias que no podemos controlar
voluntariamente, son variables relativamente estables que no están abiertas generalmente al cambio intencionado,
como nuestra genética. Tampoco se pueden cambiar los aspectos propios de los que no somos conscientes. Por otro
lado, la gente no puede cambiar si no se cree que se puede cambiar.
El cambio que se describe en este caso, son cambios intencionales a los cuales los individuos aplican procesos
psicológicos con el fin de mejorar su propio funcionamiento psicosocial, incluyendo los comportamientos
observables, las experiencias ocultas y otros patrones de personalidad.
Y además, la gente no puede cambiar si cree que el autocontrol es demasiado débil para cambiar los fenómenos
psicológicos que están parcialmente bajo el control de la biología o de la sociedad.
2. Porque no quiere cambiar: hay casos en los que la gente cree en el propio poder para cambiar, se dan condiciones
bajo las cuales puede que no se quiere cambiar. No se quiere cambiar cuando se percibe que los pros de las
conductas problemáticas superan los contras de estos comportamientos y tampoco cuando los beneficios del
cambio sólo igualan a los costos del cambio. Es decir, hay menos posibilidades de querer el cambio cuando se deben
dejar de lado los beneficios inmediatos. También es posible que las personas no quieran cambiar cuando perciben
que los demás intentan personarlos u obligarlos a cambiar.
3. Porque no se sabe cómo cambiar: se puede querer cambiar pero no saber cómo, incluso con la ayuda de las
mejores terapias disponibles. Mucha gente llega a la terapia creyendo que puede cambiar y por eso viene. Quiere
cambiar, pero no sabe cómo cambiar y por eso está aquí.
4. Porque no se sabe qué cambiar: muchos pacientes llegan a la terapia sin saber que tiene que cambiar. Se sienten
desorientados con respecto a las causas y soluciones de sus problemas. Una de las problemáticas es que muchas
personas se sienten confundidas con respecto a lo que tienen que cambiar y esto es lógico si se observan que hay
distintos terapeutas que atribuyen diferente causas a sus problemas. Si los terapeutas no se pueden poner de
acuerdo en qué necesidades es preciso cambiar con el fin de ayudar a superar los problemas, entonces cómo
podemos esperar que la gente sepa lo que tiene que cambiar.
5. Una integración transteórica de por qué no se cambia: se puede desarrollar una interpretación más sistemática de
por qué no se cambia, examinando un modelo integrador de cómo se cambia. El modelo transteórico ha surgido de
la investigación de cómo cambia la gente por sí misma, así como lo hacen con la ayuda de la terapia. Uno de los
descubrimientos es que se cambia progresando a través de una serie de estadios:
Enfoques no directivos
La entrevista motivacional incorpora muchos de los conocimientos y estrategias descritas por Carl Rogers. Aunque la
entrevista motivacional queda descrita como centrada en el paciente, es bastante conductiva. El terapeuta tiene
indudablemente un objetivo claro (ejemplo pág. 81) y persigue estrategias concretas para conseguir dicho objetivo.
El terapeuta ofrece su consejo y un feedback. El terapeuta trabaja a menudo de forma activa con el fin de crear un
malestar y una discrepancia, más que seguir pasivamente las sugerencias del paciente.
También se debe prologar la información positiva referente al niño con una enunciación que tranquilice a los padres,
asegurándoles que es muy consciente de los problemas del chico y lo difícil que puede resultar a veces. Luego se
informa sobre interacciones problemáticas y sugerencias sobre nuevas modalidades de interacción. Se debe
mantener un tono cooperativo: se comparte información y se trazan en conjunto estrategias para abordar las
dificultades individuales y sistémicas.
3.4 Reuniones familiares integradas en el trabajo corriente
El énfasis se desplaza hacia un trabajo más directo en la resolución de diferencias y la planificación de nuevos modos
de interactuar en el hogar. Se usan no sólo para resolver problemas, sino también para expandir nuestra
comprensión de las necesidades y los sentimientos de cada persona.
3.5 Uso de las sesiones familiares para resolver problemas
Las sesiones familiares sirven para programar nuevos modos de obrar que contemplen las necesidades de todos sus
miembros. El proceso provee al niño y a la familia un modelo de resolución de problemas aplicable a otras
situaciones difíciles que surgieren. Con la participación de cada miembro sobre cómo pueden mejorar, se arma un
plan, el cual el terapeuta reformula para que todos los entiendan y estén de acuerdo. Se deben establecer
consecuencias del incumplimiento y a veces conviene ensayar lo pactado mediante la representación de roles.
3.6 Establecimiento de reglas de comunicación cuando los padres están divorciados
Por lo general, en estos casos, la entrevista a cada familia se realiza de forma independiente. Con frecuencia, los
padres deben aceptar que no pueden controlar el funcionamiento del hogar del otro, y sus hijos se deberán adaptar
al modo de obrar de cada progenitor. Y si las grandes divergencias causan un efecto negativo en el niño, se debe
explicar a cada padre que se debe esforzar por establecer un poco más de coherencia.
Las sesiones con cada familia deben incluir un debate de las expectativas concernientes a la comunicación del niño
con el otro progenitor. Es importante y aliviador para los niños estas situaciones donde pueden decirle a sus padres
cómo se sienten ante la hostilidad que cada uno expresa hacia el otro.
4. Intervenciones basadas en formulaciones psicodinámicas
4.1 Jugar al bebé
Consiste en pedir a los pacientes que inicien juegos de fingimiento y otras actividades dirigidas a hacer saber al niño
que sus padres son conscientes de su self bebé, lo aceptan y lo aman. Se les pide a los padres que inicien juegos y
otras actividades que hagan saber al hijo que, si bien mantienen su expectativa de que se comporte conforme su
edad, en cierto sentido “siempre serás mi bebé”
Las actividades variarán según la edad y la personalidad del niño y lo cómodos que se sientan los padres con el juego
regresivo. Lo dichos y los juegos del Jugar al Bebé no solo traen a la conciencia, de forma indirecta, las necesidades
del niño y las interpelan simbólicamente, sino que cambian la calidad de las interacciones progenitor-hijo.
Eso solo se debe hacer cuando el hijo de hecho no actúa en forma inadecuada para su edad.
La finalidad es comunicar al niño una actitud de aceptación y amor hacia las partes proscritas de su ser.
Este método puede incomodar a algunos padres. Por eso es importante discutir con ellos la teoría que respalda la
intervención, asegurando que es un “juego” y que no tienen que relajar las normas de madurez apropiadas.
4.2 La técnica de contar historias
Se pide a los padres narrativas que encarnen los sentimientos desterrados por el niño. Las historias incorporan tanto
lo que puede hacerlo sentirse culpable, sus miedos no expresados y sus preocupaciones inconscientes. Para niños
pequeños son mejores las historias de animales. Al ser solo una historia donde los problemas se abordan de forma
más indirecta que frontal el niño escucha y disfruta dar a conocer su lado más oscuro.
Se debe instituir a los padres sobre que pueden incluir. Se deben proponer argumentos simples que ellos puedan
elaborar. También que es importante que no haya encubrimientos, ni finales felices pero quiméricos. Deben
comprender el sentimiento básico y el conflicto inconsciente que constituirán el tema de la historia.
4.3 Historias de la vida real
Conviene pedir a los padres que busquen en su propia vida episodios demostrativos de conflictos como los que
preocupan al niño. Las historias de la vida real que encarnan los sentimientos reprimidos o prohibidos del niño son
muy eficaces, especialmente en niños mayores. Al asignar esta tarea al progenitor, el terapeuta proporciona un
quehacer y alivia sus sentimientos de impotencia y frustración.
4.4 Reminiscencia negativa
En un esfuerzo por ayudar a sus hijos a adaptarse, muchos padres evitan hablar de hechos que pueden ser
recordatorios dolorosos de ofensas, pérdidas y miedos. Con esta evitación refuerzan, sin proponérselo, los propios
mecanismos de defensa inadaptativos del niño.
La reminiscencia negativa se utiliza para ayudar a un niño a recordar los hechos reprimidos (y los sentimientos
asociados a ellos) que limitan su repertorio de conductas. El papel del terapeuta es alentar al niño a contribuir
activamente al relato de los hechos, y a aportar él mismo detalles en vez de ser el oyente pasivo de los padres.
A niños pequeños se puede alentar a dibujar el hecho aterrador. Y mientras dibujan les pedimos que describan lo
ocurrido de modo que un progenitor pueda escribirles un texto anexo.
4.5 Reminiscencia positiva
Los niños no reprimen únicamente episodios negativos. No es extraño que repriman recuerdos positivos pero
capaces de suscitar sentimientos de pérdida, vulnerabilidad, ira o aun culpa. Cuando en el trabajo terapéutico saltan
a la vista las omisiones de padres, conviene que estos empiecen a mencionar el hecho o la persona perdida.
4.6 Una comprensión psicodinámica usada para producir intervenciones sistémicas y conductuales
La singularidad de cada niño y su familia pone a prueba la inventiva del terapeuta para hallar la manera en que su
comprensión de las necesidades y conflictos inconscientes del niño se aplique a encaminarlo a él y a sus padres hacia
nuevas conductas y pautas de interacción. Cuando se les ofrece una comprensión psicodinámica de los conflictos y
angustias del niño, los padres se vuelven capaces de adoptar conductas que antes parecían equivocadas, insensibles
o duras.
4.7 Uso de formulaciones psicodinámicas en las sesiones individuales con un niño
Es importante distinguir entre las entrevistas individuales, cuyo principal propósito es llegar a conocer las
preocupaciones del niño, las sesiones destinadas a prestarle una asistencia terapéutica directa. Se intercalan
sesiones a solas con el niño entre las entrevistas a los padres y las reuniones familiares.
4.8 Hacer neutra la discusión de un material prohibido
4.8.1 El juego expresivo: podemos utilizar las sesiones individuales con un niño para ayudarlo a integrar en el sentir
de su propio ser sentimientos segregados y desmentidos. Este trabajo complementa y perfecciona algunas de las
tareas terapéuticas a cargo de los padres. Algunas formas de lograrlo es usar juegos con títeres (que dicen cosas
“prohibidas”), usar arcilla y otros materiales artísticos.
Es importante que el terapeuta presente los modelos de expresión de los sentimientos desestimados de forma
juguetona, que no entrañe amenaza alguna. Si alentamos al niño a la expresión lúdica de sus sentimientos
“peligrosos”, lo ayudamos a reconocer todo su registro emocional y a ver que los sentimientos, aunque sean
intensos, no tienen que ser tan amenazadores.
4.8.2 Hacer listas: a los niños en edad de latencia les gusta hacer listas. Esta tarea apela al intelecto del niño, puede
utilizarse para ayudarlo a entrar más en contacto con sus sentimientos.
4.8.3 Abordaje de conflictos y angustias inconscientes por medio de historias metafóricas: en ocasiones, el terapeuta
puede hablarle directamente al inconsciente del niño con historias metafóricas. Se elabora una línea argumental que
presenta un conflicto con el que el niño puede identificarse, pero que difiere lo suficiente para que no se sienta
molesto o resistente. Diversos personajes representan el conflicto entre las creencias negativas y los temores del
niño (villanos) y sus capacidades y recursos (héroes).
Es importante abordar también los sentimientos ambivalente del niño, y no solo los aspectos negativos de sus
inquietudes inconscientes. El momento óptimo para narrarlas es cuando ya se han instituido algunos cambios
sistemáticos.
5. Intervenciones basadas en formulaciones conductuales
Hijos y padres pueden obtener un gran beneficio de sugerencias específicas para el cambio de conducta. Los padres
se sienten más competentes y potenciados cuando trabajamos con ellos en la búsqueda de formas concretas de
ejercer influencias más positivas sobre sus hijos. También a los niños los potencia un trabajo conductual directo.
La comprensión del problema desde las perspectivas psicodinámicas y sistémica va de la mano con métodos
conductuales dirigidos a la conducta sintomática.
5.1 Comprender qué se enseña y se aprende en la familia: análisis de contingencias del refuerzo
El primer paso de una intervención conductual es obtener información detallada acerca de lo que refuerzan los
padres en sus interacciones con los hijos y lo que quizá refuerzan los niños en sus padres. Mediante interrogatorios
minuciosos, conociendo las perspectivas del niño en sesiones a solas, dramatizaciones familiares, observaciones
directas de interacciones en el consultorio. La simple observación puede decirnos mucho de las contingencias de
refuerzo familiares. Lo mejor es no comentar las interacciones familiares mientras se producen, sino informar a los
padres en privado. Debemos mencionar y apoyar sus conductas eficaces y a la vez señalar aquellas que es preciso
cambiar.
5.2 Utilización de principios de modificación de la conducta
5.2.1 Elección de conductas blanco: ayudar a cada progenitor a poner en claro la conducta que quiere tratar de
cambiar. Es importante definir con suma precisión lo que será la conducta blanco. El individuo debe saber que se
espera de él.
5.2.2 Premiar la conducta deseada: es importante explicar a los padres la eficacia de recompensar pequeños pasos
dados por el buen camino. Moldear la conducta implica estar atento a los pasos que se den por el buen camino y
reforzar permanentemente estos conceptos.
5.2.3 Premios a los niños por tratar de vencer sus síntomas: los sistemas de premio son también para alentarlos a
tratar de vencer sus angustias u otros problemas si se sienten poco motivados a ello. Si queremos inducir a un niño a
cooperar en un plan conductual, podemos usar las recompensas para motivarlo a participar en algo de lo que no se
siente verdaderamente necesitado. El plan de conductual se puede armar en las sesiones individuales.
5.2.4 El trabajo con maestros: cuando se usan tablas de refuerzo para alentar nuevas conductas, conviene
asegurarse el apoyo de la maestro del niño, ya que sus pautas de conductas inadaptativas se manifiestan con
frecuencia en la escuela. Son muchos más eficaces cuando la maestra se incluye en la premiación del chico.
5.2.5 Uso de recompensas: se aconseja a los padres que den recompensas pequeñas, de valor simbólico, en vez de
dinero u objetos, por ser más probable que estos hagan creer al niño que cumple con la conducta exigida solo por el
premio. Se invita a dar recompensas que impliquen una interacción con el progenitor.
Cuanto más pequeño sea, más necesario es que se le dé alguna pequeña recompensa diaria por el puntaje
acumulado en la jornada. Con frecuencia surge el problema de que las familias empiezan bien, pero luego
abandonan el programa tempranamente por creer que ya no es necesario, pero es importante que sigan cumpliendo
el plan a conciencia por un tiempo más, debido a posibles reapariciones de viejas conductas. Deben seguir
reforzando positivamente los esfuerzos del niño, pero de manera menos formal y más intermitente.
5.3 Uso de consecuencias negativas del castigo versus la extinción natural de la conducta indeseable
A la mayoría de los padres les disgusta castigar. Se sienten mucho más cómodos reforzando pasos positivos que
castigando la conducta que desean debilitar o eliminar. Se recomienda ayudar a los padres a desarrollar respuestas
apropiadas a las conductas que realmente no pueden pasar por alto.
5.3.1 Suspensión temporaria: podemos disminuir la frecuencia de una conducta indeseable en un niño si
programamos una suspensión temporaria del refuerzo, la recompensa y la atención cuando el chico se comporta de
manera inaceptable. Y así también vincula efectivamente a una consecuencia negativa y levemente aversiva (mejor
con firmeza y por un período relativamente breve). Debe aplicarse con calma, y esto suele requerir que el progenitor
responda al primer amado de la conducta blanco. Un error es explicar al niño por qué están enojados con él y aplican
la suspensión temporaria, esta represión por sí misma puede ser un refuerzo y minar así el método
5.3.2 Sanciones, castigo y desaprobación: conscientes del creciente consenso en que la crítica global al niño es
destructiva y contraproducente, muchos padres acaban por evitar toda crítica a su conducta. En cambio, el mal
comportamiento o la desobediencia “cuesta” al niño una pérdida, esta táctica del costo plantea algunos problemas.
A muchos niños no les importa tanto la perdida de privilegios si no sienten de verdad la desaprobación parental. Y
así es menos posible que interioricen las expectativas y las extienden a otras situaciones.
La fuerza de una desaprobación parental guarda una relación directa con el vínculo de afecto que existe entre el
progenitor y el niño. Nunca debemos sugerir esa táctica sin ocuparnos simultáneamente de facilitar su acercamiento
mutuo.
5.4 Enfoques cognitivos conductuales y entrenamiento en habilidades sociales
La terapia conductual ha recurrido cada vez más a intervenciones cognitivas como complemento de métodos
conductuales más tradicionales. Sostiene que el pensamiento actúa como mediador entre las emociones y la
conducta, y que es posible aliviar los problemas emocionales de un individuo si la terapia atiende al pensamiento
inadaptativo y a los procesos cognitivos distorsionados que contribuyen a perpetuar las dificultades de la persona.
El terapeuta ayuda a reestructurar los procesos de pensamiento que inadvertidamente dan sustento a problemas
conductuales y emocionales.
Entrenamiento en habilidades sociales: un conglomerado de métodos destinados en conjunto a mejorar las
habilidades interpersonales del niño. Se puede aplicar a una amplia variedad de conductas.
5.5 Uso de métodos cognitivos, presentación de modelos y representación de roles
5.5.1 Control de impulsos: según las características del caso, utilizaremos estos métodos en sesiones a solas con el
niño, o adiestraremos a padres hijos para que usen juntos algunos de estos procedimientos (ver ejemplo pág. 22).
A los chicos les encanta tener un sistema o método de autocontrol. El niño aprende a seguir un procedimiento
definido, compuesto de cinco pasos distintos que son enseñados al niño en una sesión individual:
1. Qué se me pide hacer
2. Considera todas las posibilidades
3. Escoge una respuesta
4. Verifica la respuesta
5. Si la respuesta es correcta el niño se hace un comentario positivo (“hice un buen trabajo”), si no, se recuerda “la
próxima vez, ten más cuidado o no te apresures”
Los pasos se practican en sesiones individuales planteando actividades que asemejen a la situación escolar. Luego se
les explica el método a los padres. Ensayos en vivo de estrategias de autocontrol también se pueden hacer en
sesiones familiares (ver ejemplo pág. 23)
5.5.2 Superar la angustia: cuando un niño se angustia en extremo y se preocupa por cosas que otros toman con
calma, podemos enseñarles estrategias de solución de problemas. En sesiones individuales, el terapeuta puede
ayudarlo a prever situaciones que le causan aprensión, y después trabajar con él para planificar las cosas que hará
para ayudarse a tener menos miedo.
5.5.3 Perfeccionismo: muchos padres se preocupan por lo que parece un perfeccionismo excesivo de sus hijos. Una
tarea familiar consiste en que cada miembro haga algo que le resulte difícil y persevere en su esfuerzo aunque los
primeros resultados lo decepcionen. Se asignarán punto al que persista en su actividad.
5.5.4 Aprendizaje de las consecuencias de la conducta interpersonal: una perspectiva cognitiva también es muy útil
para ayudar a los niños a desarrollar expectativas adecuadas sobre la influencia de sus acciones en la reacción de
otros frente a ellas. Muchos niños pequeños tienen una idea vaga sobre el nexo entre su conducta y el efecto que
produce en los demás.
Preparar junto al niño, una lista parcial de las cosas que hace o puede hacer y que probablemente complacerán a
otros es un modo de usar sus capacidades cognitivas para plantear una nueva conducta interpersonal. Además es
útil trabajar con los chicos para formular algunas cosas que no se deben hacer en las relaciones interpersonales.
Podemos utilizar las sesiones a solas con un niño y las familiares para ensayar y probar nuevos modos de interactuar.
5.5.5 Entrenamiento en relajación: se suele completar el trabajo más cognitivo e interpersonal con la relajación
progresiva. Se le enseña al chico a relajarse prestando atención a su respiración y procediendo, en forma progresiva,
a tensar, mantener tenso, y finalmente relajar cada grupo de músculos.
Si les enseñamos este método, no solo dotamos al niño de una habilidad: también le comunicamos que puede
manejar sus propios estados emocionales.