Está en la página 1de 2

EL EXPERIMENTO DEL DR.

DAVID ROSENHAN
El experimento que puso en duda la credibilidad de la ciencia psiquiátrica, al ingresar en manicomios a
personas sanas, sin enfermedades mentales

El psicólogo David Rosenhan quiso saber en el año 1973 con que precisión los psiquiatras distinguían a los
enfermos mentales de las personas sanas. El objetivo de Rosenhan era determinar si los diagnósticos
psiquiátricos respondían a la realidad del paciente o si por el contrario, estos resultados solo estaban en la
mente de los doctores y por ende, no se correspondían con resúmenes validos de las características
observadas en un paciente dado.

Así las cosas, convenció a un grupo de once (11) amigos con buena salud mental incluido el mismo (entre
ellos 1 pintor, 1 ama de casa, 1 pediatra, 3 psicólogos y 1 joven estudiante de psicología), para que
ingresaran voluntariamente en doce (12) asilos u hospitales psiquiátricos (tanto públicos como privados) de
variada categoría, alcance económico y ubicados en cinco (05) estados de los Estados Unidos, sin que estos
centros de salud mental se enteraran del experimento.

Los falsos pacientes denominados ´´pseudopacientes´´ debían gestionar consultas médicas para después
simular ante los especialistas de que eran víctimas de alucinaciones acústicas consistentes en que voces
desconocidas de manera confusa en sus cabezas les decían las palabras ´´ hueco´´, ´´vacío´´ y ´´apagado´´, de
esta forma, el Dr. Rosenhan se aseguraba de elegir una conducta que no figuraba en los anales de la
medicina psiquiátrica de entonces y del que por ende, no habría precedentes en la literatura médica.
Rosenhan se aseguraba de la dificultad para diagnosticar este ´´mal´´ puesto que, salvo los síntomas de las
tres (03) palabras claves, los pacientes usarían falsos nombres y dirían la verdad de sus vidas privadas
excepto los detalles relativos a sus profesiones en la vida real y el experimento en sí; con la salvedad de que
según Rosenhan debían tratar de ser dados de alta pro sus propios medios contando incluso, con la
asistencia de un abogado en caso de emergencia.

Todos sin excepción fueron diagnosticados con enfermedades psiquiátricas que abarcaban desde la
esquizofrenia, pasando por el trastorno maniaco-depresivo y llegando al trastorno bipolar y
posteriormente, se procedió a su ingreso.

Después de ser ingresados, los ´´pseudopacientes´´ debían NO tomar la medicina y seguir los tratamientos
asignados en el centro para después, comportarse con normalidad y así expresar luego que se sentían
mejor al no sufrir más alucinaciones para así recibir el alta. No obstante, los responsables médicos no solo
no detectaron a estos doce (12) mentirosos sino que consideraron que los participantes estaban sufriendo
en verdad de serios trastornos mentales; esto así porque además, durante todo el proceso, ningún médico
dudó de la exactitud del diagnóstico.

De esta manera, la única forma de salir del internamiento era obligados a aceptar y afirmar que padecían
una enfermedad mental y aceptar tomar antipsicóticos (los cuales terminaban tirando por el inodoro). El
tiempo de reclusión abarco de 7 a 52 días, siendo dados de alta con el diagnostico de ´´ esquizofrenia en
remisión´´.

Un dato curioso es que durante el experimento, 35 de 118 verdaderos pacientes psiquiátricos le


manifestaron a los ´´pseudopacientes´´ sus sospechas de que eran periodistas o detectives (o sea, los
verdaderos enfermos si cuestionaban la situación) pero este detalle fue pasado por alto por el personal de
enfermería y los médicos, no obstante a la observación de cooperadores y buen comportamiento del que
señalaban a los impostores, aunque también, ocurrió el caso de que una enfermera endilgó dicho
comportamiento ejemplar como una conducta patológica. No paso mucho tiempo para que estallara la
bomba.
La segunda parte se llevó a cabo cuando, uno de los establecimientos psiquiátricos involucrados le tiró el
guante a la cara (o sea, desafío) a Rosenhan abiertamente para que enviara más pseudopacientes a su
hospital para que fueran ´´detectados´´ por su personal médico, lo cual Rosenhan aceptó siendo que
durante los 3 meses siguientes el referido hospital informó que recibió 193 pacientes: el hospital refirió que
detectó 41 ´´posibles pseudopacientes´´ (o, pacientes sanos), 43 fueron considerados por el personal como
sospechosos de ser pseudopacientes, 23 fueron considerados como sospechosos por un psiquiatra y 19
fueron considerados sospechosos por psiquiatras y personal mientras que, los 67 restantes si eran
enfermos mentales; sin embargo, Rosenhan les respondió que NO había enviado ningún pseudopaciente en
todo ese tiempo. Ahí, vino el escándalo.

Teniendo en cuenta lo anterior, Rosenhan concluyó en que ´´Cualquier proceso diagnostico que se preste
por sí mismo tan fácilmente a errores masivos de este tipo, no puede ser un proceso confiable´´. Con esto
Rosenhan se refería a la inaplicabilidad, inexistencia e indistinción entre la diagnosis médica o propedéutica
y la diferencial, por parte de los médicos de los centros a donde ingresaron los pseudopacientes.

El Dr. Rosenhan publicó su estudio en la reputada revista ´´Sciense´´ con el título ´´Estar cuerdo en lugares
dementes´´, criticando la fiabilidad del diagnóstico psiquiátrico así como la despersonalización y naturaleza
degradante de la atención recibida por los participantes del estudio, generando así gran controversia. Sobre
el particular, el Dr. Robert Spitzer, psiquiatra y principal autor del Manual Estadístico para la Clasificación de
las Enfermedades Mentales críticó el estudio diciendo que: ´´Si bebiera un litro de sangre y, ocultándolo,
acudiera a urgencias vomitando sangre, el diagnóstico del personal médico sería bastante previsible. Si me
diagnostican y trataran de una ulcera gástrica, dudo que pudiera sostener que la ciencia médica no sabe
cómo diagnosticar esa afección. ´´, pero Rosenhan con su experimento se enfocaba en la hipótesis de que la
enfermedad mental más allá de la mejoría real del paciente, simplemente era tratada como la continuidad
de una diagnosis deficiente con lo que, el tratamiento utilizado perdía todo sentido y razón de ser: esto le
generó un aluvión de críticas y provocó todo un escándalo. Dos años después, se estrenó la película ´´One
flew over the cuckoo´s next´´ (´´Alguien voló sobre el nido del cuco´´) protagonizada por Jack Nicholson, y
que trata sobre un criminal que ingresa a un asilo mental para evitar cumplir su pena en la cárcel. Dicho
film es famoso por guion ejecutado por Nicholson a través del cual pretendía convencer a los demás de que
ninguno entre ellos estaba realmente loco.

También podría gustarte