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ESCUELA DE POST GRADO DE LA UNSAAC – TEORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS

ANALISIS DEL EXP. N° 1003-98-AA/TC

ANÁLISIS
AL EXPEDIENTE
Nº1003-1998-AA/TC

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ANALISIS DEL EXP. N° 1003-98-AA/TC

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL


EXPEDIENTE N° 1003-1998-AA/TC

1. RESUMEN DE LOS HECHOS:

Nombramiento de Jorge Miguel Alarcon Menendez


21/06/198 como Vocal Titular de la Corte Superior de Justicia de
Ancash.

Año en que se interpuso el proceso disciplinario contra


Jorge Miguel Alarcon Menendez y otros
1990

Jorge Miguel Alarcón Menéndez solicita copia del


informe recaído en los procesos disciplinarios y que se
06/08/199 le conceda el uso de la palabra y hacer uso de su derecho
de defensa; lo que no le fue concedido

02/09/199 Interpone recurso de reconsideración

SILENCIO ADMINISTRATIVO

28/11/199 Interpone recurso de apelación

SILENCIO ADMINISTRATIVO

Al no haber respuesta al recurso de apelación, lo


18/02/199
considero denegado

AGOTANDO ASI LA VIA ADMINISTRATIVA

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2. CONCEPTOS PREVIOS:

2.1. EL SILENCIO ADMINISTRATIVO:


En el ámbito de las relaciones entre el administrado y las entidades públicas, la
no manifestación oportuna de voluntad de la entidad (silencio) es considerado
un hecho administrativo al cual le sigue un tratamiento de declaración ficta. Así,
la discusión no se centra respecto a si la omisión de declaración conduce o no
a una declaración de voluntad, como sucede en el derecho privado, sino
respecto al sentidode esta declaración de voluntad aparente dispuesta por la
ley, y respecto a cuáles son los presupuestos básicos para su acogimiento 1

Sobre esta consideración, el silencio administrativo es definido como un hecho


al cual la ley concede consecuencias jurídicas con la finalidad de dar solución a
la situación de desprotección o indefensión en que puede hallarse un
administrado cuando el órgano administrativo no resuelve expresamente la
petición o pretensión por él deducida10 dentro del término establecido.

Así, se concibe como un artificio jurídico que fue creado para proteger al
interesado de los perjuicios que en determinados casos pueden seguir a la
taciturnidad administrativa.

El silencio administrativo tiene una triple perspectiva:

 Económica - Jurídica.- Busca proteger los intereses, obligaciones y


derechos de los administrados frentes a la inactividad de la
Administración Pública. (Positivo)2.
 Gestión Pública.- Herramienta de gestión que permite a la
Administración poner en conocimiento a los administrados sobre una
situación concreta de manera rápida y eficiente, sin que ello afecte
los derechos constitucionales y fundamentales de los administrados.
(Negativo)3.
1
MORÓN URBINA, Juan Carlos. Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General. 7ma. edición.
Lima: Gaceta Jurídica S.A, 2008, pp.843-844
2
Benito Roberto Villanueva Haro – “tratamiento jurídico del silencio administrativo: confusiones, problemas y
nuevas perspectivas”
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Benito Roberto Villanueva Haro – “tratamiento jurídico del silencio administrativo: confusiones, problemas y
nuevas perspectivas”

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 Procesal.- Permite abrir indefinidamente la vía judicial en tanto la


Administración no resuelva de manera motivada y bajo el respeto
irrestricto del debido procedimiento el caso concreto 4.

2.2. DERECHO A SER INFORMADO:


El derecho a ser informado de la acusación se encuentra regulado en los arts.
8, 2, b de la CADH , 9 inc. 2 y 14, 3, a del PIDCP y 139 incs. 14 y 15 de la
Constitución Política del Estado5.
El contenido de este derecho debe ser interpretado y entendido en un sentido
sumamente amplio. No tanto como una comunicación de la decisión final del
Ministerio Público acerca de si la persona debe o no ser llevada a juicio con la
petición de condena y una cierta clase de pena, sino como una obligación de
todos los poderes públicos de informar oportunamente de los cargos (penales,
disciplinarios, administrativos sancionatorios, etc.) que pesan en contra del
ciudadano.
Con razón, se postula que este derecho debe denominarse: derecho a ser
informado de la imputación 6. Su importancia es de tal magnitud que los
derechos fundamentales y las garantías del debido proceso solo se ejercitan si
es que previamente existe una información de la imputación 7.
Es importante también en cuenta los fundamentos del principio de ser
informado de la imputación como son:
 La Existencia previa de acusación (imputación): El derecho a ser
informado de la acusación tiene como presupuesto normativo el que
haya una acusación y/o imputación8. Sin la existencia de una acusación
y/o una imputación previa no puede cumplirse con el mandato de
notificar o poner en conocimiento.

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Benito Roberto Villanueva Haro – “tratamiento jurídico del silencio administrativo: confusiones, problemas y
nuevas perspectivas”
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Art. 139.- Principios de la Administración de Justicia
Son principios y derechos de la función jurisdiccional:
14. El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado del proceso. Todapersona será
informada inmediatamente y por escrito de la causa o las razones de su detención. Tiene derecho a comunicarse
personalmente con un defensor de su elección y a ser asesorada por este desde que es citada o detenida por
cualquier autoridad.
15. El principio de que toda persona debe ser informada, inmediatamente y por escrito, de lascausas o razones de su
detención.
6
Cfr. Planchadell Gargallo 1999: 127; Montero Aroca2001: 31. En la doctrina nacional: SanMartín Castro, César
2005: 185.
7
Cfr. Revilla González 2000: 26.
8
Cfr. Carocca Pérez 1998: 256.

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Este principio tiene su fundamento en la vigencia del sistema acusatorio


dentro de un ordenamiento procesal democrático. En efecto, si es que
expresamente se impone el deber de informar la imputación, ello supone
una decisión a favor del sistema acusatorio y una postura en contra del
sistema inquisitivo. Aquí el reconocimiento de la normatividad
internacional sobre derechos humanos influye configurando las
características del sistema penal y, en particular, del proceso penal. Con
razón, se afirma que se trata de un derecho fundamental que es exigible
a todos los poderes públicos9 y que es un principio general de las
legislaciones derivado de la esencia misma de un Estado de derecho.

 La imputación: Acusación en sentido amplio y en sentido estricto:


Uno de los elementos estructurales del debido proceso penal es la
vigencia y respeto del principio acusatorio, el cual rige en cada uno de
los procedimientos penales y en todas las instancias judiciales. La
existencia de la imputación implica que su formulación debe producirse
por un órgano distinto al tribunal encargado de juzgar el hecho, situación
que preserva la garantía de imparcialidad y el adecuado contradictorio.
Desde la perspectiva del debido proceso, no es conveniente que un
mismo órgano pueda ejercer las funciones de acusación y sentencia,
pues se pondría gravemente en entredicho la garantía de la
imparcialidad de la administración de justicia.

 Imputación y principio acusatorio: Uno de los elementos estructurales


del debido proceso penal es la vigencia y respeto del principio
acusatorio, el cual rige en cada uno de los procedimientos penales y en
todas las instancias judiciales.
La existencia de la imputación implica que su formulación debe
producirse por un órgano distinto al tribunal encargado de juzgar el
hecho, situación que preserva la garantía de imparcialidad y el adecuado
contradictorio. Desde laperspectiva del debido proceso, no es
conveniente que un mismo órgano puedaejercer las funciones de
acusación y sentencia, pues se pondría gravemente enentredicho la
garantía de la imparcialidad de la administración de justicia.
9
Cfr. Planchadell Gargallo 1999: 99.

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El principio acusatorio permite también una optimización del derecho


dedefensa al fijar, de manera previa, el hecho imputado que será
materia de análisis,debate y ponderación en el juicio. El tribunal no debe
apartarse de los hechosfijados en la acusación, ya que de otra forma
estaría ingresando hipótesis propias,afectando la garantía de
imparcialidad.

 La idea de justicia y el debido proceso: El derecho a ser informado de


la imputación reposa también en la idea de justicia y en el debido
proceso. Solo es justo que se someta a proceso a una persona y,
eventualmente, se condene, siempre que previamente se le haya
informado de las razones fácticas y jurídicas de la imputación que pesa
en su contra, a fin de que sepa que hacer: resistir la imputación,
defendiéndose, o declararse culpable, confesando o reconociendo el
hecho. La imputación condiciona la defensa y el proceso. Sin una
imputación clara ni siquiera la confesión es posible.
Resulta injusto que a una persona se le pretenda someter a proceso y/o
juicio sin que previamente se le informe de los cargos que pesan en su
contra, ya que materialmente se la coloca en una situación de
desventaja material respecto de quién le imputa o le acusa de haber
cometido un hecho. Solo hay defensa de aquello que se conoce. Se
evita así la sorpresa y la desprevención.
El debido proceso, con todo el conjunto de garantías que supone, solo
adquiere dicho status cuando se cumple con informar de manera
adecuada a un ciudadano de las imputaciones que pesan en su contra.
No hay debido proceso ni proceso justo si es que a la persona se le
oculta intencionalmente las imputaciones que pesan en su contra o si es
que en forma negligente la autoridad pública (fiscal, juez o tribunal)
“olvida” informarle previamente de los cargos. El imputado no es objeto
del proceso, sino sujeto del mismo.

 Rige en toda clase de delitos. Las exigencias de castigo, de protección


a la sociedad o de las víctimas, como las razones de prevención
general, no se oponen ni se resienten a que se informe a una persona

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de la existencia de una imputación y de los cargos que ella contiene.


Aquí no hay excepción alguna. No interesa si se estamos ante un crimen
horrendo, un hecho grave o de si la persona es reincidente o no. Todos
los ciudadanos, al margen de sus acciones concretas, gozan de la
protección y del derecho mínimo a ser informados de la imputación que
hay en su contra. Como explica Sancinetti, entre “los institutos que
protegen al sujeto de no ser manipulados por difusas consideraciones de
justicia, se halla el principio de que la imputación contra él debe ser
precisa y circunstanciada”10.

 El derecho a ser informado de la imputación y la inquisitio


generalis. El derecho a ser informado de la imputación permite evitar
una actividad inquisitiva general e indiscriminada sobre la vida de una
persona11, o destinada a investigar de manera genérica los
comportamientos de miembros de un grupo social. Asimismo, se opone
a la intervención policial, fiscal o judicial como pretexto para conocer las
faceta íntimas o privadas de una persona, más allá de si se trata de
alguien que ha cometido o no un delito.
Un Estado Constitucional repudia la inquisitio generalis o la búsqueda a
toda costa de algún tipo de responsabilidad de una persona, ya que
genera persecuciones indeterminadas, pesquisas arbitrarias y no sujetas
a control jurídico alguno.Existe la proscripción de investigaciones o
práctica de pruebas ajenas a lo que es materia de investigación.

2.3. DEBIDO PROCESO:


El debido proceso tiene su origen en el due process of law anglosajón, se
descompone en: el debido proceso sustantivo, que protege a los ciudadanos de
las leyes contrarias a los derechos fundamentales y, el debido proceso adjetivo,
referido a las garantías procesales que aseguran los derechos fundamentales1
0. Su incorporación al constitucionalismo latinoamericano ha matizado sus
raíces, señalando que el debido proceso sustantivo se refiere a la necesidad de

10
Cfr. Sancinetti 2001: 48: “Para acusarlo penalmente de algo, para enrostrarle de algo, se debe decir qué cosa ha
hecho él exactamente, y, también que esta cosa que él ha hecho es un hecho punible por tal razón. Si uno diluye este
principio expone al ciudadano a la mayor arbitrariedad”.
11
Cfr. Asencio Mellado 2003: 65; De la Oliva Santos 2003: 194; Revilla González 2000: 27; Ángulo Arana 2007:
347.

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que las sentencias sean valiosas en sí mismas, esto es, que sean razonables;
mientras que el debido proceso adjetivo alude al cumplimiento de ciertos
recaudos formales, de trámite y de procedimiento, para llegar a una solución
judicial mediante la sentencia1 1 . Por su parte la doctrina y la jurisprudencia
nacionales han convenido en que el debido proceso es un derecho
fundamental de toda persona -peruana o extranjera, natural o jurídica- y no sólo
un principio o derecho de quienes ejercen la función jurisdiccional. En esa
medida, el debido proceso comparte el doble carácter de los derechos
fundamentales: es un derecho subjetivo y particular exigible por una persona y,
es un derecho objetivo en tanto asume una dimensión institucional a ser
respetado por todos, debido a que lleva implícito los fines sociales y colectivos
de justicia12.

DERECHO DE DEFENSA:
La Constitución en su articulo 139, inciso 14, reconoce el derecho de defensa;
en virtud de dicho derecho se garantiza que los justiciables, en la protección de
sus derechos y obligaciones, cualquiera sea su naturaleza (civil, mercantil,
penal, laboral, etc.), no queden en estado de indefensión 13.  
El derecho de defensa consiste en la obligación de ser oído, asistido por un
abogado de la elección del acusado o demandado, o en su defecto a contar
con uno de oficio. Este derecho comprende la oportunidad de alegar y probar
procesalmente los derechos o intereses, sin que pueda permitirse la resolución
judicial inaudita parte, salvo que se trate de una incomparecencia voluntaria,
expresa o tacita, o por una negligencia que es imputable a la parte. La
intervención del abogado no constituye una simple formalidad. Su ausencia en
juicio implica una infracción grave que conlleva a la nulidad e ineficacia de los
actos procesales actuados sin su presencia14. 
El derecho de defensa protege el derecho a no quedar en estado de
indefensión en cualquier  etapa del proceso judicial o del procedimiento

12
Reynaldo Bustamante, Derechos fundamentales y proceso justo, Lima, 2001, pp. 236 ss.; asimismo, revisar el
documento de la CAJ elaborado por Luis Huerta con la colaboración de Enrique Aguilar, El debido proceso en las
decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (anális del artículo 8º de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos), en www.cajpe.org.pe.
13
LANDA ARROYO, Cesar. Los derechos fundamentales en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Palestra
Editores. Lima, 2010. Pág. 285.

14
MESIA, Carlos. Exegesis del Código Procesal Constitucional. Gaceta Jurídica Primera edición. Lima. 2004. Págs.
105.

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administrativo sancionador. Este estado de indefensión no solo es evidente


cuando, pese a atribuirse la comisión de un acto u omisión antijurídico, se le
sanciona a un justiciable o a un particular sin permitirle ser oído o formular sus
descargos, con las debidas garantías, sino también a lo largo de todas etapas
del proceso y frente a cualquier tipo de articulaciones que se pueden
promover15. 
El derecho de defensa implica a su vez varios derechos, tales como: que el
acusado cuente con un abogado defensor, que este pueda comunicarse
libremente con su defendido sin interferencia ni censura y en forma confidencial
(pudiendo ser vigilado visualmente por un funcionario que no escuchara la
conversación), que sea informado de las razones de la detención, que sea
informado oportunamente de la naturaleza de la acusación iniciada en su
contra, que tenga acceso al expediente, archivos y documentos o las
diligencias del proceso, que se disponga del tiempo y medios necesarios para
preparar la defensa, que cuente con in interprete o traductor si el inculpado no
conoce el idioma del Tribunal, entre otros. Un ejemplo de violación de este
derecho fue visto por la Corte Interamericana en el caso Suarez Rosero 16   

Por otra parte nuestro máximo interprete de la constitución también ha


señalado sobre el derecho de defensa lo siguiente:
15 Este Colegiado en reiterada jurisprudencia ha señalado que el derecho a la
defensa comporta en estricto el derecho a no quedar en estado de
indefensión en ningún estado del proceso. Este derecho tiene una doble
dimensión: una material, referida al derecho del imputado o demandado de
ejercer su propia defensa desde el mismo instante en que toma
conocimiento de que se le atribuye la comisión de determinado hecho
delictivo; y otra formal, que supone el derecho a una defensa técnica; esto
es, al asesoramiento y patrocinio de un abogado defensor durante todo el
tiempo que dure el proceso (Cfr. STC N.º 06260-2005-HC/TC).
 
16.    De igual manera este Tribunal en constante jurisprudencia ha precisado
que el derecho a no quedar en estado de indefensión se conculca cuando a

15
STC 009-2004-AA/TC, de fecha 5 de julio de 2004, fundamento 27
16
NOVAK, Fabián y Sandra NAMIHAS. Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Manual para Magistrados
y auxiliares de Justicia. Academia de la Magistratura. Lima, 2004. Págs. 246-247

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los titulares de los derechos e intereses legítimos se les impide ejercer los
medios legales suficientes para su defensa; pero no cualquier imposibilidad
de ejercer estos medios produce un estado de indefensión que atenta
contra el contenido constitucionalmente protegido del derecho, sino que es
constitucionalmente relevante cuando se genera una indebida y arbitraria
actuación del órgano que investiga o juzga al individuo. Este hecho se
produce cuando al justiciable se le impide, de modo injustificado
argumentar a favor de sus derechos e intereses legítimos (Exp. N.º 0582-
2006-PA/TC; Exp. N.º 5175-2007-HC/TC, entre otros)17.
 
3. ANALISIS DE LA SENTENCIA:
Cambio de criterio al realizar una interpretación

El grupo ha observado que el Tribunal Constitucional ha realizado un cambio


de criterio en la interpretación de una norma, esta situación es una labor de los
organos de aplicación del derecho enfrentan que cotidianamente lo que se
denomina como indeterminación normativa, y esta indeterminación normativa
permite la coexistencia de mas de una interpretación posible sobre el alcance
de una norma especifica lo que origina que este conflicto interpretativo deba
ser resuelto a través de los procedimientos establecidos.

Y este cambio de criterio se desprende del carácter evolutivo de la actuación


de aplicación del derecho, lo que hace que el cambio de criterio sea habitual
empero se debe realizar respetando la constitución y derechos
fundamentales, entonces si es posible que se de un cambio de criterio; sin
embargo, así mismo se debe revisar si el cambio de criterio por parte del
Tribunal Constitucional vulnera o no derecho fundamentales, al respecto, al
analizar la sentencia en comentario, se advierte que no ocurre una limitación a
los derechos fundamentales sino que amplia un criterio de interpretación de la
norma ello se observa cuando:

1. El Tribunal Constitucional interpretó que, en el caso de la acción de amparo, en


el supuesto de que el administrado interpusiera recurso de reconsideración o
de apelación, operaba siempre el silencio administrativo negativo, de modo tal
que aquél no tenía la opción señalada en los artículos 98.º y 99.º del que fuera
el Texto Único de la Ley de Normas Generales de Procedimientos
Administrativos, D.S. 02-94-JUS, de esperar el pronunciamiento expreso de la
17
EXP. N.° 01147-2012-PA/TC LIMA LUIS ENRIQUE OREZZOLI NEYRA

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autoridad administrativa o de acogerse al silencio administrativo cuando


considerara que conviniera a su derecho.
2. En el presente caso, el Tribunal Constitucional modifica dicho criterio. Estima
que, por el contrario, el administrado, transcurrido el plazo para que la
Administración resuelva el recurso impugnativo interpuesto, tiene la potestad
de acogerse al silencio administrativo –y así acudir a la vía jurisdiccional- o de
esperar el pronunciamiento expreso de la Administración.

Análisis del silencio administrativo por parte del tribunal constitucional


El Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el expediente Nº 1003-98-AA/TC,
LIMA, JORGE MIGUEL ALARCÓN MENENDEZ señalo que “El silencio administrativo
constituye un privilegio del administrado ante la Administración, para protegerlo ante la
eventual mora de esta en la resolución de su petición. Se trata de “una simple ficción
de efectos estrictamente procesales, limitados, además, a abrir la vía de recurso”, en
sustitución del acto expreso; pero en beneficio del particular únicamente”, así “el
acceso a la vía jurisdiccional una vez cumplidos los plazos (queda) abierto
indefinidamente en tanto la Administración no (dicte) la resolución expresa”18

Sobre el particular, deben resaltarse dos aspectos: Se trata de una presunción en


beneficio del particular únicamente, y su efecto es abrir la vía jurisdiccional,
indefinidamente, en tanto la Administración no haya resuelto expresamente el
recurso.”
El propio Tribunal aclara su propia interpretación, generando dos aclaraciones “La
interpretación aún vigente del Tribunal Constitucional no concuerda con estos dos
aspectos.

En el primer caso, porque no se aplica en beneficio del particular, sino de la


Administración, resultando que ésta, “la incumplidora de dicho deber de resolver, se
beneficia de su propio incumplimiento” (Ernesto García-Trevijano Garnica, El silencio
administrativo en la nueva ley de régimen jurídico de las administraciones públicas y
del procedimiento administrativa común).

En el segundo caso, porque en lugar de abrir indefinidamente la vía judicial en tanto


la Administración no resuelva expresamente, le impone un plazo, el que, además, en
ninguna parte del citado cuerpo normativo lo establece”.
Compartimos tal apreciación debiendo añadir que, el silencio administrativo debe estar
sujeto mecanismos de control interno sustentado en el principio administrativo de
PRIVILEGIO.

18
(subrayado nuestro, Eduardo García de Enterría y Tomás Ramón Fernández. Curso de
Derecho Administrativo, 7 ed. Edit. Civitas S.A., Madrid, 1996, p.573).

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Por otra parte se debe señalar que el razonamiento utilizado para explicar que se
ha cumplido con agotar la vía previa fue el siguiente:

El demandante impugnó el citado Acuerdo de Sala Plena con el recurso de


reconsideración de fecha dos de setiembre de mil novecientos noventa y uno.
La norma aplicable a dicho proceso, en cuanto concierne al plazo para resolver
el referido recurso y la resolución ficta denegatoria (silencio administrativo
negativo), es el Reglamento de la Ley de Simplificación Administrativa (Decreto
Supremo N.° 070-89-PCM), toda vez que, de conformidad con su Sexta
Disposición Transitoria "Los procedimientos administrativos en giro adecuarán
su trámite a la norma contenida en el artículo 25° en la fecha de vigencia del
presente Reglamento. Las normas sobre silencio administrativo a que se
refieren los artículos 26.° al 29.° regirán en los procedimientos administrativos
que se inicien a partir del 02 de octubre de 1989". Teniendo en cuenta que el
proceso disciplinario del que proviene el acto impugnado se inició con fecha
diecinueve de junio de mil novecientos noventa, la norma antes citada es
aplicable al referido proceso. Ahora bien, de conformidad con el segundo
párrafo del artículo 25.º del citado dispositivo, modificado por el artículo 2.º del
Decreto Supremo N.° 002-90-PCM, "Cada una de las entidades competentes
deberá resolver el asunto solicitado o impugnado en un plazo no mayor de
sesenta (60) días calendario de iniciado el procedimiento o interpuesto el
recurso impugnativo bajo responsabilidad(...)". Por otro lado, conforme al
segundo párrafo del artículo 27.º del mismo dispositivo, también modificado por
el artículo 3.º de la precitado Decreto Supremo N.° 002-90-PCM, "Cuando se
trata de (...) procedimientos administrativos distintos a los conducentes al
otorgamiento de licencias, autorizaciones, permisos, concesiones y
similares, operará, en los mismos plazos, el silencio administrativo negativo,
salvo que la propia entidad, por norma expresa, disponga que opera el silencio
administrativo positivo"; vale decir que, en el resto de procedimientos
administrativos distintos a los antes señalados, el silencio administrativo
negativo operará igualmente en el plazo de sesenta días de interpuesto el
recurso impugnatorio.

Este razonamiento es correcto pues se interpreta la norma desde los principios Pro
accione, es decir que ante la posibilidad de negarse el acceso a un órgano
jurisdiccional por existir incertidumbre a dar el tramite correspondiente este debe
continuarse interpretarse de ésta manera, así mismo, en concordancia con los
principios Pro Homine y Pro Libertatis, es que se logra dar mayor fuerza al fundamento

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a fin de que la demanda supere la evaluación formal respecto al agotamiento de la vía


previa, pues la sentencia en forma detallada describe las normas aplicables al
momento de ocurrido los hechos. En la actualidad al haberse modificado las normas
relativas al procedimiento administrativo se advierte que este razonamiento no podría
ser aplicable.

Análisis sobre la vulneración del derecho de defensa:


Finalmente el análisis del fondo del asunto es correcto pues al no habérsele
notificado con los informes, ni haberse permitido a Miguel Alarcón Meneses hacer uso
de la palabra a fin de exponer oralmente su defensa material efectivamente se ha
vulnerado el contenido esencial del derecho a la defensa, regulado por normas no
solo nacionales sino también por normas internacionales. Este razonamiento se
expresa en:

El derecho de defensa constituye un derecho fundamental de naturaleza


procesal que conforma el ámbito del debido proceso. En cuanto derecho
fundamental se proyecta como principio de interdicción de ocasionarse
indefensión y como principio de contradicción de los actos procesales que
pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes de un
proceso o de un tercero con interés.

En el presente caso, el Tribunal Constitucional estima que se ha lesionado el


derecho de defensa en la medida en que la omisión de proveer el informe de la
comisión que sustentaba la sanción propuesta no permitió que el demandante
conociera los exactos términos de la forma en que el órgano investigador había
analizado los cargos atribuidos y su responsabilidad en las infracciones
imputadas. Sólo conociendo estos aspectos, el demandante podía ejercer su
derecho de defensa de manera idónea y eficaz. Idónea en cuanto era la forma
apropiada o indicada, no existiendo otra a través de la cual podía ilustrar al
órgano que debía imponer la sanción y, así, controvertir o contradecir ante
aquél –en cuanto órgano decisorio– los cargos efectuados por el órgano que
se hizo del procedimiento de investigación. Y, eficaz, por cuanto el propósito de
impedir indefensión frente al criterio asumido por el órgano investigador
(Comisión y Jefe de la Oficina General de Control Interno del Poder Judicial) se
alcanzaba sólo conociendo la conclusión final que aquél asumía en el citado
informe.

Debe destacarse singularmente este extremo, dado que no es lo mismo que el


procesado controvierta y ejerza su derecho de defensa ante el órgano
investigador, como efectivamente ocurrió en este caso, que si efectúa el
descargo respecto a la acusación no ante el referido órgano, sino ante el
órgano que ha de aplicar o resolver la sanción. Esto crearía, además una
situación de desigualdad de fondo incompatible con el debido proceso, porque
el procesado está en desventaja respecto a la Administración, puesto que no
puede ilustrar o controvertir, directamente, frente al órgano sancionador los
cargos del informe. El órgano resolutor sólo conoce la apreciación de los
hechos por parte del órgano investigador, sin que, respecto a ello, el
procesado haya podido ejercer su derecho de defensa.

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La omisión a la solicitud de informe oral ante la Sala Plena de la Corte


Suprema de Justicia de la República, ante un pedido a ese respecto, lesionó
también el derecho a la defensa y, por consiguiente, el derecho al debido
proceso, porque ocasionó indefensión en el demandante, al no posibilitarle la
ocasión de defenderse ante el órgano sancionador respecto de los cargos que
se le imputaban en el informe de la comisión y, de ese modo, poder
controvertirlos y exponer o persuadir al órgano sancionador de todo cuanto
conviniese a su derecho.

El grupo considera que esta apreciación es correcta, porque efectivamente existe un


criterio arbitrario por parte de los jueces superiores el hecho de no permitírsele
informar oralmente ni tener conocimiento de los cargos imputados en su contra, por
ende el fallo se encuentra conforme a ley, ya que se declara fundada la demanda, en
consecuencia que se le reponga a su centro de labores, y además por el tiempo
transcurrido sin haber dado una respuesta a su petición los magistrados del Tribunal
Constitucional, consideraron que se actúo con dolo o negligencia, por lo que también
es correcto que se inicio el procedimiento de antejuicio y se remita copias de los
actuados al Ministerio Público conforme se la ley que se encontraba vigente al
momento de haberse producido los hechos.

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VI.    CONCLUSIONES.

1. El derecho a la defensa es un derecho fundamental regulado en


el artículo 139°, inciso 14, de la Constitución Política del Perú de 1993, el
artículo 11°, inciso 1, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el
artículo 14°, inciso 3, numeral d) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, el Artículo 8°, inciso 2, numeral d), e) y f) de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. La defensa procesal es un derecho
subjetivo que busca proteger a la persona humana y, además es una garantía
procesal constitucional. Este derecho no solo se da en un proceso (civil, penal
laboral, etc,) sino que también este debe ser respetado en cualquier tipo de
procedimiento administrativo extra proceso, dando la posibilidad a cualquier
persona que tenga la oportunidad de defenderse y contradecir los argumentos
de los cargos, debiendo existir un estricto cumplimiento al debido proceso.

2. El ejercicio del derecho de defensa en el proceso penal, tiene una doble


dimensión: Una material, que consiste en que el imputado ejerce su propia
defensa desde el momento que toma conocimiento de los cargos hasta el
termino del proceso; y otra formal, que es la defensa técnica; que consiste en el
asesoramiento de un profesional en derecho durante todo el proceso.

3. La utilización de principios para resolver el caso es una herramienta muy


útil a fin de dar mayor fuerza al razonamiento juridico, y romper los formalismos
de la ley.

4. La parte resolutiva de la sentencia es correcta, en atención a que se


declara fundada, pues se observo que en el procedimiento administrativo
disciplinario se impuso una sanción vulnerando derechos fundamentales de la
persona lo cual esta proscrito, no solo por normas nacionales sino por normas
internacionales.

5. El recurrente no ha tenido las garantías al debido proceso al demorarse


el trámite de su reclamación más de siete años, por culpa de la autoridad
administrativa de la Corte Suprema de Justicia de la República, se vio
precisado a tener que recurrir a la figura del silencio administrativo, situación
que le fue cuestionada al plantearse la caducidad de su reclamo, esta situación
al ser ordenada en la parte resolutiva que sea investigado a efectos de
determinarse si las autoridades denunciadas actuaron con dolo o negligencia
en el trámite del reclamo, y llevarse el antejuicio que se encuentra en el
artículo 99.° de la Constitución del Estado es correcta pues es ilógico y
arbitrario que la administración publica no emita pronunciamiento durante tanto
tiempo (siete años), de lo que se deduce que existió un abuso en el ejercicio de
poder del cual gozaban los jueces supremos, que emitieron la resolución
cuestionada, lo cual al grupo nos parece adecuado.

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ESCUELA DE POST GRADO DE LA UNSAAC – TEORIA DE LOS DERECHOS HUMANOS
ANALISIS DEL EXP. N° 1003-98-AA/TC

6. Por otra parte en base a lo por el artículo 11.° de la Ley N.° 23506, (Ley
de Habeas Corpus y Amparo) se remitió copias al Ministerio Público a fin de
que procedan conforme sus atribuciones que al momento de producirse los
hechos se encontraba vigente, respecto de los funcionarios que hubiesen
actuado con negligencia o dolo, los cual es correcto.

7. En la actualidad las normas Ley N.° 23506, (Ley de Habeas Corpus y


Amparo) y las normas administrativas que se utilizaron al momento de dictar la
presente resolución han sido derogadas, sin embargo no por eso dejan de ser
importantes.

8. Se debe mencionar también que el cambio de criterio en la


jurisprudencia del Tribunal Constitucional, debe realizarse cuando sea
estrictamente necesario en razón de que los cambios constantes de criterio,
puede generar incertidumbre jurídica, lo cual no es beneficioso para la
sociedad tanto mas que el Tribunal constitucional es el máximo interprete de la
Constitución Política del Estado.

9. El respeto por los derechos fundamentales debe ser un directriz de


autorregulación en todos los poderes bajo un verdadero sentimiento
constitucional.

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