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Alarcón, L. (2013). El adelanto excepcional a la inspección administrativa del derecho fundamental a no declarar contra sí mismo: casos y causas.

En Díez ,
J.. (Ed.) Función inspectora:Actas del VIII Congreso de la Asociación Española de Profesores de Derecho Administrativo (pp.199-222). Madrid : INAP. (C66622)

EL ADELANTO EXCEPCIONAL A LA INSPECCIÓN


ADMINISTRATIVA DEL DERECHO FUNDAMENTAL
A NO DECLARAR CONTRA SÍ MISMO:
CASOS Y CAUSAS
Luda Alarcón Sotomayor 1
Profesora contratada doctora de Derecho administrativo
Acreditada a Profesora Titular de Universidad
Universidad de Córdoba

l. I NTRODUCCIÓN: LA REGLA GENERAL ES QUE EL DERECHO A NO DECLARAR CONTRA SI


MISMO NO RESULTA APLICABLE EN LA INSPECCIÓN ADMINISTRATIVA.- 11. LA RELACIÓN
EXISTENTE ENTRE LOS DEBERES DE COLABORAR CON LA INSPECCIÓN EN LA INVESTIGA-
CIÓN DE HECHOS POSIBLEMENTE SANCIONABLES Y EL DERECHO A NO DECLARAR CON-
TRA SI MISMO: SOBRE SI COLISIONAN O RESULTAN COMPATIBLES.-Ill. ExCEPCIONAL·
MENTE, EL DERECHO A NO DECLARAR CONTRA SI MISMO PUEDE ANTICIPARSE A LA
INSPECCIÓN EN FAVOR DEL IMPUTADO INMINENTE Y EXIMIRLE DEL CUMPLIMI ENTO DE
CIERTOS DEBERES DE COLABORA R.-IV. CONCLUSIONES.-V . B IBLIOGRAFÍA.

RE.sUMEN

Aunque la regla general sea que las garantías del procedimiento administrativo - in-
cluidas las singulares de los de carácter sancionador- no resultan aplicables en las dili -
gencias de inspección, alg unos de los derechos fundamentales propios de los procedi-
mientos punitivos -en concreto, el derecho a no declarar contra sí mismo- sufren en
ocasiones un adelanto excepcional, y se proyectan a las actuaciones inspectoras que
realiza la Admini stración. Con todo, este adelanto excepcional del derecho a no decla-
rar en perjuicio propio tiene lugar no en favor del mero inspeccionado como tal , sino en
la medida en que ya sea un acusado material o inminente que es el que amenaza con
serlo formalmente de una forma previsible y precipitada por contar ya la Admini stra-
ción con sospechas fundadas en su contra, aunque no haya iniciado todavía el procedi-
miento para sancionarle ni lo haya acusado en sentido estricto. Este criterio del imputa-
do material o inminente es el que viene aplicando la jurisprudencia - ta española, la
europea y la comunitaria- de un tiempo a esta parte y me parece aceptable, pese a que

1
Gru po de investigación de la Junta de Andalucía SE.1-196. Proyecto de investigación del Plan
Nacional «La nueva intervención en la economía», DER20 l2-35269, Ministerio de Economía y Com-
petitividad.

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FUNCIÓN INSPECTORA
EL ADEU.ITTO EXCEPCIONAL A LA INSPECCIÓN ADMINISTRATIVA DEL DERECHO FUNDAMENTAL
A NO DECLARAR COITTRA sr MISMO: CASOS y CAUSAS

no sea del todo satisfactorio. Tampoco este problema ha encontrado una solución per-
fecta en el proceso penal . Así que menos es nada. De esta forma, resultaría que la garantía de la no autoi ncriminación consti-
tuye un derecho exclusivo de los procedimientos punitivos que, a mi entenderi
Y e~ contra .de lo declarado por nuestro TC, rige en el procedimiento adminis-
I. INTRODUCCIÓN: LA REGLA GENERAL ES QUE EL DERECHO trat1v? sanc1?n~do~ de la misma forma que en el proceso penal o, a lo sumo, con
A NO DECLARAR CONTR A SÍ MISMO NO RESULTA las ffilsmas hm1tac1ones en ambos casos.
APLICABLE EN LA INSPECCIÓN ADMINISTRATIVA Por lo que se refiere a Ja jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos
Hu~~os, ~poco ha garantizado el derecho a no declarar en la inspección
Como el profesor REBOLLO Pum explica en su ponencia («La actividad ins- adffilrustratJva. ~probable que .de una interpretación literal y apresurada de
pectora», pp. 40-44) y yo estudié en su momento2, una de las cuestiones más algunas de s~s pnmeras sentencias al respecto9 pueda inducirse lo contrario
polémicas de la inspección es la relativa a la vigencia o no de las garanúas pero, en realidad, tales pronunciamientos solo resuelven casos aislados y n~
procedimentales en el desarrollo de sus actuaciones, sobre todo, del principio establecen una solución general para este tipo de problemas. Además, tampoco
contradictorio y del derecho de defensa. La cosa se complica porque la actua- e~ esos supuestos específicos se consagra la eficacia del derecho a no autoincri-
ción inspectora puede detectar irregularidades, sobre todo, la comisión de in- ~unarse en las act~aciones pr?pias de la inspección, sino algo mucho más ma-
fracciones -administrativas o penales- que, normalmente, origi nan la incoación tizad.o .. ~n sentencias más recientes, el TEDH ha suavizado y aclarado esa pos-
de un procedimiento administrativo sancionador o un proceso penal; y, espe- ~ra 101c1al, acomodán.d~la a 1.as reglas generales que deben regir la actuación
cialmente, porque lo descubierto por el inspector y debidamente reflejado en mspectora de la Adffilrustrac1ón que, desde luego, no tienen como límite el
sus actas puede valer como prueba de la acusación para fundamentar la sanción respeto de los d.erechos de defensa del art. 24.2 CE. De esta manera, las SSTE-
en el procedimiento sancionador posterior. DH de 8 de abnl de 2004 (caso Weh contra Austria) y de 4 de octubre de 2005
(caso S~~on contra Reino Unido) han concluido que e l derecho a no declarar
La doctrina al respecto no es pacífica. Un grupo de autores propone que se con.tra .s1.ffilsmo noy~ohfbe la amenaza de un castigo para obtener información
extiendan a la inspección las garanúas formales esenciales del procedimiento perjud1c1al del admirustrado en procedimientos que no sean punitivos. Con ello
administrativo ordinaric3. Otros, sin embargo, opinan lo contrario4 • Algunos están ~cep~do de forma implícita que ese derecho fundamental no rige en I~
han ido todavía más lejos que los primeros, pues defienden que también resul- actuaciones mspectoras:
ten aplicables en la inspección los derechos de defensa que el art. 24.2 CE ga-
«En ( ...) asuntos en los que no existe ningún proceso (punitivo) diferente
rantiza en el desarrollo de los procedimientos administrativos sancionadoress.
al ~e carácter "coe~citivo" (al de i nvestigación) pendiente o emprendido, el
Sin embargo, nuestros Tribunales afirman con carácter general que en las ac- Tnbunal ha concluido con la no violación del derecho a no autoinculparse,. .
tuaciones inspectoras no deben respetarse los derechos de defensa propios del
procedimiento sancionador ulterior6. Asf que ni el mero investigado es intere- En definitiva'. con indepen.dencia de que en las actuaciones inspectoras de-
sado ni disfruta del derecho a no declarar contra sf mismo en tales actuaciones 7 • ban respetarse ciertas formalidades, el ámbito de aplicación de los derechos
f~nd~entales. del art . 24.2 es única y exclusivamente el procedimiento admi-
01strat1vo sancionador. Por tanto, la regla general es que el derecho a no decla-
1
Lucía ALARCÓN ScrroMAYOR, El procedimiento administrativo sancionador y los derechos fun· rar contra sf mismo no rige en la inspección administrativa'º.
damentales, Thomson-Civitas, Madrid, 2007, pp. 202 y ss.
' Julio BANACLOCHE PALAO, •La Inspección y los derechos del contribuyente», Impuestos, vol. 11,
1999, p. 51.
• Manuel REaou.o Puro y Manuel lzQUJEROO CARRASCO, Manual de la l n.spección de Con.sumo.
Con especial referencia a la in.spección local, Instituto Nacional de Consumo, 1998, Madrid, p. 158.
> José SuAY RINCÓN, «La discutible vigencia de los principios de imparcialidad y contradicción en
el procedimiento adminisLmtivo sancionador», RAP, nº 123, 1990, p. 178; Ricardo RlvERo ÜRTEOA, El
Estado vigilante, Tecnos, 2000, Madrid, p. 183; Severiano FERNANDEZ RAMOS, La actividad adminis·
trativa de in.spección. El régimen jurídico general de /a función inspectora, Comares, 2002, Granada,
pp. 111 -113; y José Eugenio SORIANO GARdA, Deruho Público de la Competencia , Man:ial Pons,
1998, Madrid, p. 437. 1
6
SAN de 1 de junio de 1998, Ar. 2043; STSJ de Madrid, de 13 de diciembre de 200 1, Ar. 783 de Lucía Al.ARCÓN SaroMAYOR, op. cit., pp . 184-190.
9
2002; y SSTS , Sala de lo Militar, de 13 de septiembre de 2002, Ar. 8557; de 15 de julio de 2003, Ar. SSTEDH de 25 de febrero de 1993, caso Funke contra Francia; y de 17 de diciembre de J996
6523; y de 16 de enero de 2004, Ar. 677. caso Saunders contra Reino Unido. '
7
STS de 27 de febrero de 2003, Ar. 2518; y STS de 1 de octubre de 2001, Sala de lo Militar, Ar. 'º lgualme~te.' v.id. Ángel AGUAU.O Av1w, «Aproximación al contenido constitucional de Jos
4816 de 2002. derechos a la mllm1dad y a no autoincriminarse: una interpretación constitucional de las SSTC
l I0/ 1984 y 76/1990», Quincena Fiscal, n'" 2 1-22, 2003, pp. 17-19.

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FUNCIÓN INSPECTORA EL ADELAITTO EXCEPCIONAL A LA INSPECCIÓN ADMJNISTRATIVA DEL DERECHO FUNDA.l\.ffiNTAL
A NO DF.CLARAR COITTRA S( MJSMO: CASOS Y CAUSAS

Il. LA RELAOÓN EXISTENTE ENTRE LOS DEBERES DE actuación administrativa que pueda provocar un perjuicio al administrado, aun-
COLABORAR CON LA INSPECCIÓN EN LA INVESTIGACIÓN que no sea punitiva, sobre todo, en la actividad inspectora 12 • Otros autores sos-
DE HECHOS POSIBLEMENTE SANCIONABLES Y EL tienen que el deber de colaborar con la Inspección~ aun siendo inicialmente
DERECHO A NO DECLARAR CONTRA SÍ MISMO: SOBRE SI válido, tiene que cesar cuando la persona obligada aprecie que existe el riesgo
COLISIONAN O RESULTAN COMPATIBLES de autoincriminarse con la prestación a realizar13 , lo cual supondría dejar al
antojo del inspeccionado el cumplimiento de los deberes que una Ley prevé
Es habitual que las potestades de inspección generen sobre los inspecciona- para garantizar intereses públicos especialmente valiosos.
dos el deber de colaborar en la investigación de los hechos examinados. Entre
tales deberes, siempre previstos por normas con rango de Ley, destacan los de En contra de todas esas opiniones, no creo que la garanúa de la no autoincri-
aportar la documentación requerida, facilitar la información solicitada y some- minación pueda ser aplicable en actuaciones administrativas que, aun produ-
terse a determinadas pericias. Estos deberes no generan una prestación simple- ciendo perjuicios, no sean estrictamente punitivas. Cierto es que el cum-
mente negativa de dejar actuar a la Inspección sino que exigen la participación plimiento de esos deberes puede originarle al administrado consecuencias
activa del administrado: son, en consecuencia, deberes que imponen una pres- perjudiciales y que su inobservancia supone la comisión de infracciones y , con
tación de hacer algo. ello, la imposición de sanciones. Pero eso no justifica que pueda recurrirse a un
derecho fundamental en un ámbito en el que no resulta aplicable. A este respec-
La doctrina mayoritaria" considera que estos deberes de colaborar y el de- to, importa resaltar, como el profesor REBOLLO PuIG expone en su ponencia
recho a no autoincrirninarse son incompatibles porque el cumplimiento de (p. 3), que la acción inspectora no está orientada en exclusiva a preparar el
aquellos le puede ocasionar al inspeccionado unas consecuencias tan gravosas posterior ejercicio de la potestad sancionadora de la Administración o la repre-
que cabe considerar, incluso, que generan d~laraciones autoincrimantorias. sión penal de los jueces. Dicho de otra forma, su objetivo no es solo la detec-
Así, cabe entender que el investigado ha de colaborar aportando un documento, ción de infracciones administrativas o penales , ni es una mera actividad auxiliar
dando una información o sometiéndose a Ja realización de una pericia que, más de la punitiva. La actividad de inspección sirve también al ejercicio de otras
tarde, puede convertirse en la prueba de cargo para sancionarlo en un procedi- potestades administrativas, sobre todo, las que permiten adoptar medidas de
miento punitivo posterior. A mayor abundamiento, el legislador suele tipificar reacción no sancionadoras -denominadas medidas cautelares o de policía- ,
el incumplimiento de esos deberes, con la finalidad de asegurar su observancia, cuando se ponen en peligro o se perturban intereses públicos confiados a la
como constitutivo de una infracción administrativa y/o penal, y castigarlo con Administración. Estas medidas de policía - por ejemplo, el cierre de estableci-
la imposición de una sanción y/o de una pena. Por eso, se dice que se trata de mientos, la retirada de permisos, la imposición de deberes y prohibiciones adi-
deberes de colaborar coactivos: porque para hacerlos efectivos la ley amenaza cionales, la intervención de empn::sas, la liquidación de la deuda tributaria, la
con un castigo al obligado que no lo cumpla voluntariamente. revocación de la licencia de conducción de vehículos a motor, etc.- tienden a
tutelar los mismos bienes jurídicos que protegen las sanciones administrativas
El problema de Ja incompatibilidad entre los deberes de colaborar con la pero su propósito no es castigar, por lo que cuando se investiga si conviene o no
Inspección y la garanúa de la no autoincriminación se ha planteado en nuestro acordarlas resulta evidente que no es necesario ni tiene sentido garantizar en
Derecho, sobre todo, respecto a los que establecen tres preceptos legales, aun- favor del sujeto obligado a colaborar el derecho a no declarar contra sí mismo.
que finalmente todos han sido declarados compatibles con el derecho a no de- Es habitual que las inspecciones se hagan con una finalidad genérica de control
clarar por la jurisprudencia constitucional, la europea y la comunitaria, con y que, incluso cuando se detecte alguna irregularidad, finalicen sin Ja preten-
unos argumentos más o menos convincentes según el caso. Se trata de los de-
beres del conductor de un vehículo de someterse a la prueba de alcoholemia,
del propietario de un vehículo de identificarse a sf mismo como conductor del 12 Aurelio MENWDEz, «Los derechos del administrado en los procedimientos de aplicación del

vehículo infractor y del contribuyente de aportar la documentación contable Derecho de la competencia,., REDA, nº77, 1993, pp. 20-21; Ricardo R1vERO ÜRTEGA,op. cit., pp. 169-
170 y 181-182; Ramón PARADA VÁZQUEZ, op. cit., p. 16; José Maria LAoo MoNrERO, «Procedimiento
requerida a la Inspección tributaria.
sancionador separado del procedimiento de liquidación tributario. Reflexiones sobre el derecho a no
autoinculparse,., Impuestos, nº 15-16, 1999, p. 132; y Ramón FALCÓN YTELLA, «El carácter reservado
Un sector doctrinal considera que el ejercicio del derecho a no declarar con- de la información tributaria: la sentencia Saunders y sus consecuencias sobre el ordenamiento interno,
tra sí mismo ampara la inobservancia de los deberes de colaborar en c ualquier Quincena Fiscal, nº 12, 1997, p. 7.
13 Carlos PA!.'.OTABOADA, «Lo blando y lo duro del proyecto de Ley de Derechos y Garantfas de

Jos Contribuyentes•, Estudios Financieros. Revista de Contabilidad y Tributación, nº 171, 1997, p. 33;
11
Vid. Severiano FERNANDEZ RAMOS, op. cit. p. 617; José SUAY RJNCÓN, op. cit., pp. 181 -184; y Severiano FERNANDEZ RAMOS, op. cit., pp. 320 y 322; y Pedro Manuel HERRERA MOUNA, «Los derechos
Ramón PARADA VÁZQUEZ, Estudio Preliminar a la obra La extinción d~ las sanciones administrativas y a guardar silencio y a no declarar contra sí mismo en el procedimiento inspector», Impuestos, nº 15-16,
tributarias de Blanca l...ozANO CurANDA, Marcial Pons, 1990, Madrid, p. 15. 1997, pp. 151 y 159.

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FUNCIÓN INSPECTORA EL ADEl.AllITO EXCEPCIONAL A LA INSPECCIÓN ADMINISTRATIVA DEL DERECHO FUNDAMEllITAL
A NO DECLARAR COllITRA Sf MISMO: CASOS Y CAUSAS

sión de que se incoe un procedimiento administrativo sancionador. Así que, si Ahora bien, en esos casos excepciones, el TS y el T ribunal de Justicia de la
no hay un procedimiento punitivo incoado, si no existe una acusación contra Unión Europea no están garantizando, al contrario de lo que defiende la doctri -
nadie, si el propósito específico de las actuaciones realizadas no es sancionar na, el derecho a no declarar contra sí en actuaciones inspectoras no punitivas 1s.
ilícitos, mal puede defenderse la traslación al ámbi to de la inspección de un En realidad, y como ocurre también en los supuestos enjuiciados por la juris-
derecho fundamental -no autoincriminarse- que solo cabe extender a procedi- prudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos 16 , esas sentencias no le
mientos estrictamente sancionadores, en los que se haya form ulado una acusa- están asegurando ese derecho al inspeccionado como tal, sino en la medida en
ción formal contra alguien y en los que la pretensión inicial y principal de la que sea un imputado material o inminente, es decir, en cuanto que ya es sospe-
Administración sea la imposición de un castigo. choso por el hecho que se investiga y va a convertirse en acusado formal de una
forma previsible e inmediata.
Es por este motivo que los deberes de colaborar en la investigación de cier-
tos hechos y el derecho a no declarar conLra sí mismo son compatibles en la En esos supuestos excepcionales, el derecho fu ndamental a no declarar con-
inmensa mayorfa de los casos, porque por lo general cada uno opera en u n tra sí mismo prohíbe que en la inspección previa se obligue al inspeccionado
ámbito diferente: los deberes en la inspección y el derecho en el procedimien- que ya es imputado material, en el sentido del art. 6.1 CEDH, a prestar un tes-
Lo sancionador. Asf que son independientes y ni se oponen ni colisionan entre timonio contra sf mismo17 • Por eso, la jurisprudencia española ha concluido
sí. El derecho a no autoincriminarse no limita los deberes de colaborar porque que, en ciertos casos, el derecho a no declarar debe garantizarse no solo al su-
aquel no se aplica en la inspección, que es donde estos resultan exigibles. Por
tanto, el administrado no puede esgrimir ese derecho para evitar el cumpli-
miento del deber en las actuaciones inspectoras, ni tampoco para evitar la " Vid. las SSTJUE de 25 de e ne ro de 2007 (Dalmine contra Comisión); de 7 de enero de 2004
sanción procedente en caso de que no lo satisfaga. En definitiva, no tiene (Aalborg Portland y otros contra Comisión); de 14 de julio de 2005 (Thyssen Krupp contra Comi-
s ión); de 15 de octubre de 2002 (caso LVM , DSM y otras empresas farmacé uticas contra Comi-
la facultad de incumplir esos deberes en virtud de su derecho a no autoincri- sión); y de 18 de octubre de 1989 (Caso Orkem contra Comisión y Solvay contra Comisión). Tam-
minarse, sino que tiene que cumpli rlos, sin que ello suponga la vulneración bién , vid. las sentencias del Tribunal de Primera Instancia de la Unión Europea de 27 de septiembre
del derecho fundamental. Y al revés: no es posible esgrimir la existencia de un de 2006 (Archer Danicls Midland Co. contra Comisión); y de 20 de febrero de 2001 (caso Mannes-
deber de colaborar ni sancionar su incumplimiento una vez iniciado el proce- mannrohren contra Comisión). En todas e llas, referidas al ámbito de la defensa de Ja libre compe-
tencia en el mercado comunitario, el TJUE o el Tribunal de primera instancia declaran que «la
dimiento sancionador pues lo prohíbe el derecho a no declarar contra sí mis- Comisión tiene la potestad de obligar a una e mpresa, en su caso mediante decisión, a que le facilite
mo••. Esos deberes únicamente pueden exigirse en actuaciones administrati- toda la información necesaria relacionada con hechos de los que pueda tener conocimiento, pero no
vas no sancionadoras: de inspección o para adoptar medidas de policía no puede imponer a dicha e mpresa Ja obligación de dar respuestas que impliquen admitir Ja existencia
punitivas. de una infracción cuya prueba incumbe a Ja Comisión». Especialme nte ilustrativas me parecen las
conclus iones del abogado general Paolo Mengozzi presentadas el 17 de febrero de 201 1 en el asun-
to Elf Aquitaine S.A. contra Comisión: el sr. Mengozi comparte que «seglln el Tribunal de Primera
Instancia, ... la Comis ión está obligada a proporcionar a la empresa afectada, ya en la fase de inves-
III . EXCEP CIONALMENTE, EL DERECHO A NO DE CLARAR tigación preliminar, determinada información sobre el objeto y el alcance de Ja investigación ( ...).
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha optado por la definición "material" y no "fonn al"
CONTR A SÍ MIS MO PUEDE ANTICIPARSE A LA INSPECCIÓN del concepto de "acusación" . Más allá del dato formal, investiga Ja realidad del procedimiento de
EN FAVOR DEL IMPUTADO INMINENTE Y E XIMIRLE DE L que se trata, fijando Ja fecha a partir de la c ual se aplican las garantías de un proceso equi tativo (y
CUMPLIMIENTO DE CIERTOS DE BERES DE COLABORAR la de no autoincriminarse) en aquella que coincide con Ja de la adopción por las autoridades de
actos que pueden tener "repercusiones importantes en la s ituación del sospechoso", tales como, por
ejemplo, un registro•.
La jurisprudencia ha matizado la regla general de la ineficacia del derecho a 16 Vid las SSTEDH Funke contra Francia, de 25 de febrero de 1993, ap. 44; Saunders contra

no declarar en las actuaciones propias de la inspección admi nistrativa, pues en Reino Unido, de 17 de diciembre de 1996, aps. 67, 74 y 75; l. J. L., G. M. R., y A. K. P. contra
casos excepcionales ha declarado que el derecho también rige en ellas y que la Reino Unido, de 19 de septiembre de 2000, aps. 82-83; Quinn y Heany y McGuinness contra Irlan-
da (dos), de 2 1 de diciembre de 2000, ap. 42 y 56 y 55-59, respectivamente; Lucii contra Italia, de
Administración ha de informar al inspeccionado de que Je asiste el derecho a no 27 de febrero de 2001, ap. 33; J. B. contra Suiza , de 3 de mayo de 2001 , aps. 66-7; We h contra
declarar en perjuicio propio cuando las esté realizando. Aus tria, de 8 de abril de 2004, aps. 41-44; Rieg contra Austria, de 24 de marzo de 2005, ap. 31;
Shannon contra Reino Unido, de 4 de octubre de 2005, ap. 38; Jalloh contra Ale mania, de 11 de
julio de 2006, aps. 116 a 123; O'Halloran y Francis contra Reino Unido , de 29 de julio de 2007 ,
" Joan Franccse PoNT CLEMENTE, «Separación, en vía de comprobación e investigación por la aps. 53 a 63; Luckof y Spanner contra Austria, de 10 de e nero de 2008, aps. 40 a 46; Brusco contra
inspección tributaria, del procedimiento de liquidación respecto del procedimiento sancionado..,., Re- Francia, de 14 de octubre de 2010, aps. 44 y 50 a 53; y Chambaz contra Suiza, de 5 de abril de 2012,
vista Técnica Tributaria, nº 27, 1994, p. 80; Begoña SESMA Sí.NCHEZ, «Aspectos críticos de la nueva aps. 35 a 49.
regulación del procedimiento sancionador tributario,., Revisra Ticnica Tributaria, nº 42, J998, p. J 30; " Como dice la STJUE de 10 de noviembre de 1993, caso Ouo contra Postbank, si la Comisión
Y Florián GARCfA BERRO, Procedimientos tributarios y derechos de los contribuyentes, Marcial Pons, Europea formula preguntas cuya respuesta puede ser autoincriminatoria en un procedimiento de inves-
2004, Madrid, p 184. tigación preliminar es «porque ya tiene sospechas en contra del s ujeto interrogado,..

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FUNCIÓN INSPECrORA EL ADEU!IITO EXCEPCIONAL A LA INSPECCIÓN ADMJNISTRATIVA DEL DERECHO FUNDAMENTAL
A NO DECLARAR CO!IITRA SI MISMO: CASOS Y CAUSAS

j eto que ya ha sido imputado, sino también «al que razonablemente va a serlo no de nuestros Tribunales, como algunos otros, y estoy pensando, aunque no
de forma inmediata>>1s. pueda entrar ahora en ello, en la jurisprudencia del TC que declaró que la pre-
sunción legal de certeza de las actas de inspección en el ámbito de las sanciones
Por tanto, puede afirmarse que la jurisprudencia del TJUE, del TS y del administrativas no lesiona el art. 24.2 CE, tema del que, como no podía ser de
TEDH ha consagrado , en casos aislados y como excepción a la regla general, el otra manera, también se ocupa el profesor REBOLLO en su ponencia (pp. 44-46) .
derecho a no prestar un testimonio directo y expreso contra sí mismo en el ám-
bito de las actuaciones inspectoras: no en favor del investigado sino del acusa- Volviendo a lo mío , la exigencia de que exista esa vinculación efectiva e ntre
do material . En todos estos casos, el imputado inminente tendrá derecho a ser el deber de colaborar del inspeccionado y la pretensión de sancionarle para
informado de que ya le asiste el derecho a no declarar contra sf. que el derecho a no declarar pueda anti ciparse a la inspección hace que sea
conveniente distinguir20, como se encarga de recordar REBOLLO (p. 43) , entre las
De toda la jurisprudencia examinada resulta que para que pueda entrar en actuaciones que la inspección realiza en el ejercicio habitual de su función de
jueg_o el derecho a no autoinculparse es indispensable que se haya iniciado, en vigilancia y control y las que se acuerdan como etapa preliminar a la iniciación
senado formal o material, una actuación punitiva. Es decir, el deber de colabo- propiamente dicha del procedimiento sancionador, con el carácter formal de
rar en la investigación de un hecho perjudicial tiene que aparecer vinculado a la «actuaciones previas», «información reservada» o «información previa»21 . En
pretensión de casti garlo de una forma inmediata y directa para que el ejercicio estas últimas, será mucho más habitual que el inspeccionado ya sea sospechoso
del derecho a no autoincriminarse pueda justificar su inobservancia. y al con- de haber cometido la irregularidad que se investiga y, como tal , acusado mate-
trario: el derecho fundamental no resultará eficaz cuando la conexión existente rial o inminente. Y, por tanto, en ellas es donde habrá que aceptar más frecuen-
entre el deber de colaborar y el posible procedimiento punitivo sea remota o temente la vigencia del derecho a no declarar contra sí mismo, sobre todo, para
hipotética. Lo explica muy bien la STEDH Weh contra Austria, de 8 de abril de no utilizarlas y alargarlas con el fin de hacer en ellas sin garantías lo que en el
2004, aps. 41-44: ulterior procedimiento sancionador solo cabria realizar con ellas.
«Sin un vínculo concreto suficiente con dicho procedimiento (sanciona- De cualquier forma, aunque el adelanto excepcional del derecho a no au-
dor) , el uso de la fuerza de la coacción (por ejemplo, la imposición de una toincriminarse en las actuaciones previas sea un problema casuístico, con ca-
multa) para obtener infonnación no vul nera los derechos de la demandante a rácter general puede sostenerse que el inspeccionado tiene el deber de colaborar
guardar silencio y a no inculparse». en la investigación de hechos - a lo más, de irregularidades- pero no de ilícitos
por los que ya exista la clara intención de sancionarle. Con otras palabras, la
Al profesor REBOLLO («Actividad inspectora», p. 42) esta necesidad de que potestad de exigirle el deber pertenece a la Inspección para investigarle pero no
exista una vinculación real y concreta entre el deber del inspeccionado de cola-
a la autoridad sancionadora para castigarlo.
borar con la inspección y la pretensión de sancionarle para que el derecho a no
declarar se adelante a la inspección no le parece un criterio ni seguro ni comple- Y termino. Como el profesor REBOLLO explica en su trabajo (pp. 43-44), está
to. Tampoco es que a mí me llene de entusiasmo, pero hoy por hoy la figura del claro que aun en los casos de aplicación excepcional del derecho fundamental
imputado inminente es la mejor forma que ha encontrado la jurisprudencia para en la inspección sigue siendo posible hacerle preguntas al inspeccionado, siem-
asegurar el derecho a no declarar en las diligencias de inspección en esos casos pre que no se le obligue a responder la verdad ni se le haga juramento o prome-
excepcionales. Que la jurisprudencia se haya mostrado tan reticente a la hora de sa de decirl a ni se le amenace con un castigo si no responde. Por intentarlo que
acoger este criterio y lo haya descartado para defender que el deber legal del no quede22 • Sin embargo, me temo que tengo más reparos a la hora de aceptar
propietario de identificarse a sí mismo como conductor del vehículo infractor no que el silencio o las mentiras del imputado puedan servir en combinación con
vulnera el derecho a no declarar contra sí no me parece - al contrario que al pro-
fesor REBOLLO, p. 43- un argumento de peso, aunque sea muy ingenioso utilizar-
lo, para criticar una solución jurisprudencia! tan bien construida para resolver 20 Lucía A LARCÓN SaroMAYOR, op. cit., pp. 227.
21 Por ejemplo, las del art. 692 Ley 30/ 1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las
otros muchos casos. Esa jurisprudencia sobre «la increíble historia del deber de Administraciones Pllblicas y del Procedimiento Administrativo Común, el art. 12 Reglamento del
identificar al conductor-infractor» 19, que REBOLLO comenta, me parece un desati- Procedimiento para el ejercicio de la Potestad Sancionadora, aprobado por Real Decreto 139811993 , de
4 de agosto, o el art. 28 Reglamento de Régimen Disciplinario de los Funcionarios de la Administra-
ción del Estado, aprobado por Real Decreto 33/1986, de 10 de enero.
18
Vid. las SSTS de 9 de junio de 2006; de 6 de noviembre de 2000 y de 9 de diciembre de 2002, n Asf se deduce, lambién, de las conclusiones del abogado general Sr. L. A. Geelhocd presentadas
Ars. 4-019, 670 de 2001 y 1580 de 2003 , las tres de la Sala de lo Militar; y SAN de 30 de septiembre de el 12 de septiembre de 2006 en el Asunto Dalmine SpA contra Comisión: «las empresas no están obli-
2004, Ar. 281658. gadas a dar respuesta a meras solicitudes de infonnación enviadas al amparo del articulo 11 , apartado
19 1, del Reglamento nº 17. No pueden alegar, ea consecuencia, una vulneración de su derecho a no de-
Vid. Miguel CASINO Rue10 , La increfble historia del deber de identificar al conductor infractor,
Thomson-Civitas, 2010, Madrid, pp. 56-98. clarar contra sf mismas por el hecho de haber respondido, voluntariamente, a una solicitud de ese tipo» .

206 207
EL ADELANTO EXCEPCIONAL ALA INSPECCIÓN ADMINISTRATIVA DEL DERECHO FUNDAMENTAL
FUNCIÓN INSPECTORA ANO DECLARAR CONTRA sr MISMO: CASOS y CAUSAS

BANACLOCHE PALAO, J., «El derecho a ser informado de la acusación, a no declarar con-
otros elementos para formar un juicio sobre su culpabilidad, pues en esto los tra sí mismo y a no confesarse culpable», Cuadernos de Derecho Público, nº 10,
Tribunales se han mostrado extremadamente exigentes y en virtud de la regla 2000. .
de que del ejercicio de un derecho fundamental no puede derivarse ningún per-
juicio para su titular solo en casos extremos, sobre todo aunque no solo relacio- BMlo LEÓN, J . M., Potestades administrativas y garantías de las empresas en el Dere-
nados con delitos de terrorismo, han aceptado esa posibilidad. Lo que también cho español de la competencia, McGraw-Hill , 1996, Madrid.
comparto -de hecho, de la propia jurisprudencia del TJUE parece deducirse CANO CAMPOS, T., !As sanciones de tráfico, Thomson-Aranzadi , 2011, Cizur Menor.
esta solución- es que el derecho a no declarar contra sí solo se proyecta sobre
las declaraciones - no sobre otro tipo de diligencias- por lo que, en la medida en CASINO RUBIO, M., lA increfble historia del deber de identificar al conductor-infractor,
que se anticipe a la inspección, creo que no justificará el incumplimiento ni del Thomson-Civitas, 2010, Madrid.
deber legal de someterse a determinadas pericias -estoy pensando, por ejemplo, FALCÓNYTEUA, R., «Un giro trascendental en la jurisprudencia del Tribunal de Estras-
en la prueba de alcoholemia- ni del de aportar documentos, al menos de los que burgo con incidencia inmediata en el procedimiento inspector: el derecho a no de-
el inspeccionado hubiera de disponer antes de realizarse la inspección. clarar», Quincena Fiscal, nº 22, 1995; «El carácter reservado de la información
tributaria: la sentencia Saunders y sus consecuencias sobre el ordenamiento inter-
En definitiva , el problema no está bien resuelto. Pero quizá pueda encontrar- no», Quincena Fiscal, nº 12, 1997.
se un consuelo en que tampoco lo está en el proceso penal, en el que muchas
veces las imputaciones se producen ad cautelam, es decir, para garantizar de FAYOS GARDO, A., Los derechos fundamentales a no declarar contra uno mismo y a no
confesarse culpable en la LECRIM», Justicia 93, 1993, n"' I-II.
ante mano y por si acaso el derecho a no autoincriminarse.
FERNÁNOEZ RAMOS, S., lA actividad administrativa de i11Spección. El régimen jurídico
general de la función i11Spectora, Comares, 2002, Granada.
IV. CONCLUSIONES FROMMEL, S. N ., «El Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el derecho del acusado
a no declarar: ¿puede ser invocado por los contribuyentes?», Revista de Derecho
Como excepción a la regla general, en algunos casos el derecho a no decla- Financiero y de Hacienda Pública, n° 236 , 1995.
rar contra sí mismo puede adelantarse y aplicarse en las diligencias propias de
la inspección administrativa en favor no del simple inspeccionado sino en cuan- GARdA ARovERos, J., «Una nueva Ley General Tributaria. Problemas constituciona-
to ya sea sospechoso de haber cometido el ilícito investigado y, como tal , im- les», REDF, nº 90, 1996.
putado material o inminente, que es el que amenaza con serlo formalmente de GARC!A DE ENTERR!A, E. y FERNÁNDEZ RooRlGUEZ, T. R., Curso de Derecho Administra-
una forma previsible y precipitada. &ta eficacia excepcional del derecho en la tivo, vol. íl , 8ª edic., Civitas, 2002 , Madrid.
inspección, que es más común en las actuaciones que formalmente se realicen GARC!A URETA, A., lA potestad inspectora de las Administraciones Públicas, Marcial
como previas al procedimiento sancionador, ampara la resistencia del investi- Pons, 2006, Madrid.
gado a la hora de cumplir algunos de sus deberes legales de colaboración con la
Inspección administrativa. Gu1UÉN CARAMts, J., Régimen Jurídico de la Inspección en Derecho de la Competen-
cia, Thomson-Aranzadi, 2010, Cizur Menor.
HERRERA MOUNA, P. M., «Los derechos a guardar silencio y a no declarar contra sí
V. BIBLIOGRAFÍA mismo en el procedimiento inspector», Impuestos, nº 15- 16, 1997.
AGUALLO Av11~. A., «Aproximación al contenido constitucional de los derechos a la LAGO MONTERO, J . M., «Procedimiento sancionador separado del procedimiento de li-
intimidad y a no autoincriminarse: una interpretación constitucional de las SSTC quidación tributario. Reflexiones sobre el derecho a no autoinculparse», Impuestos,
110/ 1984 y 76/1990», Quincena Fiscal, n"' 21 -22, 2003. nº 15-16, 1999.
ALARCÓN SOTOMAYOR, L., El procedimiento administrativo sancionador y los derechos LAGUNA DE PAZ, «Las potestades administrativas de investigación en materia de defen-
fundamentales, Thomson-Civitas, 2007, Madrid. sa de la competencia», Revista de Derecho de la Competencia y la Distribución,
nº 5, 2009.
ANEIROS PER.EIRA, J., «El derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse cul-
pable a la luz de la jurisprudencia del TEDH», Quincena Fiscal, nº 17, 2002. LASAGABASTER HERRARTE, l., Convenio Europeo de Derechos Humanos. Comentario
sistemático, Civitas, 2004.

Vid., también, las sentencias del Tribunal de Primera Instancia de la Unión Euro pea de 8 de julio de
LóPEZ MOLINO, A.M., «Articulación entre los procedimientos de inspección y los de
2004 (caso Dalmine SpA contra Comisión y caso Corus UK Ltd contra Comisión) .
imposición de sanciones tributarias», Impuestos, nº 2 , 1998.

208 209
FUNCIÓN INSPECíORA

LóPEZ MENUOO , F., «Principios del procedimiento sancionador», DA, n"" 280-281 ,
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LUNA RoDRfGUEZ, R., «Consolidación de la jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo
sobre el derecho a no autoincriminarse en los procedimientos tributarios. La nove-
dosa Sentencia J. B. contra Suiza», Quincena Fiscal, nº 1, 2002.
MARTfN VALDIV!A, S., «El derecho a no declarar contra sí mismo y a no declararse cul- ¿CABE EL EMPLEO DE ENTIDADES
pable en el procedimiento sancionador administrativo. Doctrina Constitucional (a
propósito de las Sentencias del Tribunal Constitucional 154/ 1994, 197/1995 y COLABORADORAS EN LA SUPERVISIÓN SOBRE
8/1996)», Poder Judicial , nº 54, 1999. ENTIDADES DE CRÉDITO?
MENémEZ, A., «Los derechos del administrado en los procedimientos de aplicación del
Derecho de la competencia» , REDA, nº77, 1993. Manuel Izquierdo Carrasco'
PAu.OTABOADA, C., «Lo "blando" y lo "duro" del proyecto de Ley de Derechos y Ga- Catedrático de Derecho administrativo
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Tributación, nº 171,1997; El derecho a no autoinculparse en el ámbito tributario,
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nistrativas y trib111arias de LozANO ClITANDA , B., Marcial Pons, 1990, Madrid.
NES DESEMPEÑADAS POR ESTAS ENTIDADES Y SU TRASCENDENCIA EN EL PLANO DOOMÁ-
PoNT CLEMENTE, J. F., «Separación, en vía de comprobación e investigación por la ins- TICO: VERDADERAS FU NCIONES PÚBLICAS.-111. REQUISITOS NECESARIOS PARA LA AD-
pección tributaria, del procedimiento de liquidación respecto del procedimiento MISIÓN DE LA PARTICIPACIÓN DE ENTIDADES COLABORADORAS. l. Habilitación legal
sancionador», Revista Técnica Tributaria, nº 27, 1994. expresa. 2. Garantía de los derechos constitucionales y de terceros. 3. Regula-
ción suficiente del rigimen de actuación de las hipotéticas entidades colabora-
PoNT MESTRES, M., Derechos y deberes en el procedimiento de inspección tributaria, doras. - lV. CoNCLUSIÓN: si, PERO CON CONDICIONES.-V. BIBLIOGRAFÍA.
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Con especial referencia a la inspección local, Instituto Nacional de Consumo,
1998, Madrid. REsUMEN

- - - «Actuaciones previas al procedimiento administrati vo sancionador», Derecho En los últimos tiempos hemos presenciado la colaboración de entidades privadas en
Administrativo sancionador, REBOLLO PulG, lzQUJERDO CARRASCO, AU.RCÓN Sorn- la función de supervisión sobre entidades de crédito atribuida al Banco de España. Esta
MAYORy BUENO ARMUO, Lex Nova, 2010, Valladolid. comunicación tiene como objeto ofrecer un análisis jurídico de esta cuestión, identifi-
RIVERO ORTEGA, R. , El Estado vigilante . Consideraciones jurídicas sobre la función cando las lagunas actualmente existentes, la habilitación que supondría una normativa
inspectora de la Administración, Tecnos, 2000, Madrid. europea en tramitación, y las exigencias de regulación necesarias (ex legeferenda) para
acomodar esta posibilidad con derechos constitucionales y de terceros, y los intereses
RUJZ-JARABO CoLOMER, D., El derecho del inculpado a no declarar y a no decir la ver- públicos en juego.
dad», Poder Judicial, nº 6 , 1983.
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SESMA SÁNCHEZ, B., «Aspectos críticos de la nueva regulación del procedimiento san-
cionador tributario», Revista Técnica Tributaria, nº 42, 1998. Recientemente, el Ministerio de Economía y Competitividad y el Banco de
España acordaron la contratación de unas entidades privadas de consultoría
SORIANO GARd A, J. E., La defensa de la competencia en España, lustel, 2007, Madrid. (Roland Berger y Oliver Wyman) y empresas auditoras (Deloitte, PwC, Ernst
SUAY RINcóN, J., «La discutible vigencia de los principios de imparcialidad y de contra-
dicción en el procedimiento administrativo sancionador», RAP, nº 123, 1990.
1
Grupo de investigación de la Junta de Andalucía SEJ- 196. Proyecto de investigación del Plan
El sistema de infracciones y sanciones tributarias. Los principios
ZoRNOZA PÉIBZ, J . J., Nacional «La nueva intervención administrativa en la economfa,., DER2012-35269, Ministerio de
constitucionales del derecho sancionador, Civitas, 1992, Madrid. Economía y Competitividad .

210 211
RJNC IÓN INSPECTORA ¿CABE t:.L EMPLEO DE ENT!DADES COLABORADORAS EN LA SUPERVISIÓN
SOBRE ENTIDADES DE ciu:orro?

~ Young y KPMG2) como evaluadoras independientes para realizar una valora- acceder a los establecimientos de las entidades de crédito, a sus sistemas infor-
ción en dos fases de los balances del sistema bancario español3. En la primera máticos, y les han podido requerir documentación e información. Esto es, en la
etapa, en ~anos de las c.onsultoras, se identificaron las necesidades de capital práctica, han ejercido verdaderas potestades públicas. Pero más allá de esas
que expenmentarfa el sistema bancario español tanto en un escenario base concretas potestades, lo verdaderamente importante es que han sido estas em-
como en un escenario estresado de empeoramiento de la coyuntura económica'. presas las que han determinado las necesidades de capital y/o provisiones de los
La segunda etapa, a cargo de las auditoras, consistió en un análisis inclividuali- distintos grupos bancarios españoles. Evidentemente-lo contrario hubiera sido
~~o Y detallado de las carteras crediticias de las entidades de crédito. En defi - el colmo-, ha sido el Banco de España el que ha adoptado los correspondientes
nitiva, la sui:ia de ambas fases ha tenido como resultado final la determinación acuerdos exigiendo a los grupos bancarios ese capital o provisiones, pero la
de !ªsneces1~ades ~e capital y provisiones de las entidades de crédito españo- cuantía la han fijado esas empresas privadas. Más aún , las autoridades españo-
las . En la ~ sma !mea, hace algunos años, la Junta de Andalucía contrató a las habían asumido el compromiso más o menos explícito de aceptar los resul-
KPMG Aud1tores, SL, para una auditoría de las cajas de ahorro andaluzas. Por tados ofrecidos por estas empresas privadas6 • Con estos presupuestos , mantener
tanto, ante estos antecedentes, cabe plantearse si es lícita la utilización de enti- un criterio puramente formal en el que se defienda que , en último térmi no, el
?ades colaboradoras de carácter privado como las mencionadas en la función acto administrativo exigiendo ese capital ha sido aprobado por el Banco de
inspectora sobre entidades de crédito. España, es negar la realidad de los hechos. Han sido estas empresas privadas las
que han determinado la solvencia de los grupos bancarios españoles y ese es el
núcleo esencial de la función de supervisión sobre entidades de crédito atribui-
da por Ley al Banco de España. En definitiva, estas empresas han asumido la
II . LA CALIFICACIÓN DE LA NATURALEZA JURÍDICA DE LAS
función pública más relevante en la supervisión sobre entidades de crédito. Por
FUNCIONES DESEMPEÑADAS POR ESTAS ENTIDADES y SU
tanto, no se está ante una mera extemalización de funciones auxiliares, sino
TRASCENDEN9JA EN EL PLANO DOGMÁTICO: VERDADERAS
FUNCIONES PUBLICAS ante el ejercicio de verdaderas funciones públicas por entidades colaboradoras.

Llegados a este punto, es habitual que la doctrina formule ciertos reparos de


. Para responder la pregunta que se acaba de formular debe analizarse en carácter dogmático al ejercicio por entes privados de funciones públicas y, en
pnmer lugar, la naturaleza jurídica de las funciones atribuidas a estas entid~des particular, a su colaboración en las funciones públicas inspectoras7 • Sin embargo,
colabo~do~: No se trata de una tarea fácil, dada la opacidad que ha rodeado
el tra?aJO d1ano de .estas en~idades, que no sus resultados. En principio, de las 6 En un interesante estudio donde se trata de trasladar a la regulación bancaria los mecanismos y
mencionadas notas 111forn:at1vas del B~c~ de España, puede deducirse que , en principios del derecho de gestión de riesgos tecnológicos, J . GARCíA-ANDRADE ofrece una visión algo
part7, la tarea de estas entJdades ha cons1stldo en un análisis técnico de la infor- más favorable de la intervención de estas entidades privadas, aunque concl uye que no es esta la única
mación cont?ble de las entidades que el propio Banco de España les ha facilita- vía para garantizar la transparencia y la separación entre las fases de evaluación y decisión sobre los
do. Se podna ver aquí una mera extemalización de actividades administrati- riesgos bancarios («Fundamento y características de la reg ulació n bancaria», en Derecho de la regula-
ción económica, Vol. X , op. cit., pp. 104 y ss.).
vas~. Pero, al mismo tiempo, es un hecho cierto que estas empresas han podido 7 Sobre el uso de sociedades mercantiles - incluso de titularidad pública-en funciones ins pectoras ,

RJ vERo ORTEGAconcluye que «res ulta difícil aceptar como válidas estas fó rmulas o rganizativas ya que
el ejercicio de poder administrativo en forma jurídico-privada no es compatible con el estatuto consti-
1
No deja de ser ".amativo que el encargo se haga a las mismas empresas que auditan anualmente tucional de la Administración» (El estado vigilante. ConsideracioMs jurídicas sobre la función ins-
d:
a las en_u~adcs crédito e~pañolas, por cuenta de estas, que han bendecido generalmente sus balances pectora de la Administración, Madrid, Tecnos, 2000, p. 148). Especialmente crítico con la posibilidad
en los ulu.m.os anos. Más aun, cuando alguna de ellas tienen en la actualidad abiertos procesos judicia- de atribuir funciones inspectoras y de control a entidades privadas se muestra Bemard-Frank: MACERA,
les y adm1mstrat1vos por mala praxis en este ámbito. quien considera que tal encomienda está e11presamente prohibida en el art. 155 LAP e implícitamente
3
En las notas de prensa oficiales no queda claro si el contratante ha sido exclusivamente el Banco prohibida en virtud de los principios generales del Derecho Administrativo, «pues la Administración
~e España •. aunque el ~ini~terio ha intervenido activamente en el proceso. Una crítica a las recientes no puede renunciar a sus cometidos más elementales y encomendar el ejercicio de competencias nece-
intc:rferenc1as del. M1m~teno de Economía y Competitividad en las funcio nes de supervisión sobre sariamente públicas a personas privadas» (El deber industrial de respetar el medio ambiente. Análisis
ent1d.ades de crédito atribuidas legalmente al Banco de España, en IZQUIERDO CARRASCO, M ., «La ins- de w1a situación pasiva de Derecho p1iblico, Madrid, Marcial Po ns, 1998, pp. 306-309). Igualmente,
pección ~el Banco de 8:Pañ~ sobre las entidades de cn!dito», en Derecho de la Regulación Económica. S. DEL SAZ CORDERO, «Desarrollo y crisis del Derecho Administrativo. Su reserva constitucional•, en
Vol.¡<. Sistema Banc_arro, d1~. Ml!iloz .MACHADO, lustel, Madrid, 2013, pp. 464 y ss. Nuevas perspectivas del Derecho Administrativo. Tres estudios, Madrid , Civitas, 1992, pp. 17 1 y ss.
Vtd. I ~ notas informativas publicadas por el Banco de España el 21 de mayo de 2012 , «Roland Más recientemente, J .C. LAGUNA DE PAZ afirma que «las entidades colaboradoras no pueden ejercer
Berg~r Y.Oh ver \~yman evaluar.in los balances de la banca española», y e l 31 de julio de 2012, «Va- potestades públicas, que están reservadas a las entidades públicas», pues «Solo la Administración cuen-
loración mdepend1ente del sector bancario español». ta con la legitimación, organización y régimen jurídico que justifica dicha atribución» (e.Regulación,
'.Un análisis ~e ~te fenóme.n~ de la exte~~lizac.i ón administrativa, en LAGUNA DE PAZ, J .C., «Re- extemalizació n . .. », op. cit., p. 105).
g~lac1ó_n, .extem ahzac1ón de actividades adm1rustrat1vas y auto rregulació n», Revisia de Adminislra- Un completo estudio sobre la naturaleza y régimen jurídico de la colaboración privada en el ejer-
c1ón Publica (RAP), nº 185, mayo-agosto 2011, pp. 99 y ss. cicio de funciones públicas, en CANAL..S 1 AMETu.ER, D., El ejercicio por particulares de funcioMs de

212 213
FUNCIÓN INSPECTORA ¿CABE EL EMPLEO DE ENTIDADES COLABORADORAS EN LA SUPERVISIÓN
SOBRE ENTIDADES DE CRÉDITO?

no se encuentra en la Constitución un respaldo claro y contundente a estos repa- en el ejercicio de las funciones de supervisión sobre entidades de crédito. Esto
ros y, además, tradicionalmente han existido y existen en nuestro ordenamiento es, la LABE establece expresamente la sujeción de la actividad de supervisión
figuras que pueden calificarse como de ejercicio privado de funciones públicas8. bancaria al Derecho Administrativo, por lo que sería una actividad que, al me-
nos en sus manifestaciones jurídicas, no podría encomendarse a entidades pri-
No obstante, en el plano legislativo, es indiscutible que la legislación gene- vadas -aunque ello no impide que se pudiera llegar a un resultado similar me-
ral sobre el régimen de las Administraciones públicas mantiene una vinculación diante fórmulas jurídicas atributivas distintas de la encomienda-. En la misma
entre funciones públicas y Administraciones públicas. En esta línea, resulta de línea, el art. 275 .l Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14 de noviembre, por el
gran trascendencia el art. 15.5 Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen que se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público,
Jurídico de las Administraciones públicas y del Procedimiento Administrativo establece que «en ningún caso podrán prestarse por gestión indirecta los servi-
9
Común : «... sin que puedan encomendarse a personas o entidades de esta natu- cios que impliquen ejercicio de la autoridad inherente a los poderes públicos».
raleza (privada) actividades que, según la legislación vigente, hayan de reali-
Sin embargo, debe recordarse la dificultad que estas leyes tienen para funcio-
zarse con sujeción al Derecho Administrativo». En el ámbito que ahora nos
nar como límite frente al propio legislador estatal'º e incluso las consecuencias
ocup~ , e~te precepto debe ponerse en conexión con el art. 1.2 Ley 13/1994, de
del principio de prevalencia del Derecho comunitario -una vez que se aprobara el
1 de Juruo, de Autonomía del Banco de España (en adelante, LABE) donde se
proyecto de Reglamento comunitario del que nos ocuparemos más adelante-.
proclama la naturaleza administrativa de los actos que dicte el Banco de España

autoridad. Control, inspección y certificación, Granada, Comares, 2003 , in totum . Esta autora analiza III. REQUISITOS NECESARIOS PARA LA ADMISIÓN DE LA
el concepto de autoridad ~ública; expone el traslado de funciones de autoridad a entes privados en el PARTICIPACIÓN DE ENTIDADES COLABORADORAS
ámbito del conlrol de los negos de la técnica y las contradicciones existentes en nueslro ordenamiento·
Yefectúa algunas propuestas novedosas que, separándose o reformulando la tesis estatutaria del Ocre'.
c~o Ad~nistrativo, defienden l.a .aplicación del Derecho Adnúnistrativo a cualquier ejercicio de auto-
Una vez admitida, no sin reticencias, la posibilidad de la intervención de enti-
n~d, ~sm se~ u~ c.lemento dec1s1vo la ~aturaleza pública o privada de la personificación jurídica que dades colaboradoras de naturaleza privada en el ejercicio de verdaderas funciones
ac~ua dicho eJerc1c10» (p. 253). De ~a. m1 s~a autora, «El ejercicio de funciones públicas por entidades públicas y, en particular, en la función pública inspectora, la doctrina exige la
pn_vadas colaboradoras de la Adnumstrac1ón», en El ejercicio de funciones públicas por entidades concurrencia de una serie de condiciones que pueden sintetizarse en las siguien-
privadas colaboradoras de la Administración, dir. A. GAúN GAúN y C. l'RIETo ROMERO Madrid
Huygens Editorial, 2010 , pp. 21 y ss. Igualmente, C. PADRós RE10, manteniendo la validez d~ la teorí~ tes11: lo prevea una Ley expresamente; se garanticen los derechos constituciona-
subjetiva, sostien_e que «la rea l i~ción por m~dato colaborador de conductas de interés público gene- les y de terceros que pudieran estar en juego; y exista una regulación normativa
ral hace que sea igualmente aplicable a ese tipo de actos los mecanismos garantizadores del Derecho suficiente de su régimen de actuación. Analicemos cada una de esas condiciones.
Administrativo» (La Administración invisible. Panorama general y ejemplos prácticos de entidades
colaboradoras de la Administración pública, Madrid, Dykinson, 2010, p. 427).
Una exposición critica del ejercicio privado de funciones públicas, aunque admitiendo su existen-
cia, la di~c~ltad_del estahlecinúento de límites dogmáticos y Ja aplicación de algunas reglas del Dere- 1. HABILITACIÓN LEGAL EXPRESA
~ho ~dm1ms~~1vo, ~n lzQu1EROO_CARRASCO, M., La seguridad de los productos industriales. Régimen
¡urfd1co-a'!"Unzstra~1vo y protección de los consumidores, Madrid, Marcial Pons, 2000, pp. 396-399. La exigencia de una habilitación por Ley deriva de la naturaleza pública de las
Vid. también del mismo autor, La uguridad privada: régimen jurídico-administrativo, Valladolid, funciones que se atribuyen a estas entidades y de los mencionados límites que a
Lex Nova, 2004, pp.148-153.
.
1
V~. ':U figuras estudiadas en el clásico trabajo de F. SAJNZ MoRENo, «Ejercicio privado de fun- esta técnica impone nuestro ordenamiento 12 • A pesar de ello, a diferencia de lo que
ciones publi~as», ~· 100-102, 1983, pp. 1780 y ss. El supuesto ahora analizado no podría encuadrar-
se en la noción estncta que este autor ofrece del ejercicio privado de funciones públicas. Igualmente,
JA . CARRILLO DoNAIRE rechaza que de la idea de soberanía tenga que derivar la existencia de una ac- 'º Al respecto, vid. GóMEZ-FERRER MORAl'll", R., «Relaciones entre leyes: Competencia. jerarquía
tividad positiva concreta por parte del poder político que además deba ser indclegable (El derecho de y función constitucional», RAP, nº. 113, mayo-agosto 1987, pp.7 y ss.
la seguridad y de la calidad industria/, Madrid, Marcial Pons, 2000, pp. 509 y ss.). En una línea favo- 11 Vid. RIVEROÜRTEOA, R.,E/ Estado vigilanre, op. cir., pp. 155 y ss; GARCIAURETA,A ., lapotes-

rable a la colaboración privada en la función pública inspectora, aún sin renunciar a la necesidad de rad inspectora de las Administraciones públicas, op. cit., p. 301 .
establecer las debidas garantías, se muestra GARC!A URETA, A ., La potesrad inspectora de las Adminis- 12 Sobre esta reserva de ley, vid. CANALS 1AMETLLER, D., El ejercicio por particulares .. ., op . cit.,

rraciones públicas'. op. cir., pp. 237 y ss. En la misma línea, FERNÁNDEZ RAMos afirma que «en lugar de pp. 310-314; o FERN.l.NDEZ RAMOS, S., La actividad administrativa de inspección ... , op. cir., pp.
apelar a la ortodoxia Y negar un fenómeno que, por su extensión no solo en nuestro ordenamiento sino 515 y ss. Esta misllll\ exigencia de Ley formal es la mantenida con carácter general por la doctrina
tam_bién en los de nueSlro entorno no parece que vaya a remitir, entendemos preferible intentar recon- alemana con respecto a las entidades privadas que actúan como agentes descentralizados de la Admi-
ducirlo para salvaguardar su dimensión jurídico-pública,. (La actividad admi11istrativa de inspección. nistración (Beleihung). aunque en algún supuesto se ha admitido que esta transferencia de funciones
El rigünenjurúlico general de la función inspectora , Granada, Comares, 2002, p. 514). públicas se haya hecho a través de reglamento. Así lo expone M' Mcrce DARNACULLETA 1 GARDELLA,
' Un análisis sobre las consecuencias de este precepto y otros en la posibilidad de atribuir a los «l..a colaboración de entidades privadas en Alemania: las entidades que actúan como agentes descen-
particulares funciones inspectoras, en GARC!A URErA , A., La potestad inspectora de las Admi11istracio- tralizados de la Administración», en El ejercicio defunciones públicas por enridades privadas colabo-
nes públicas, Marcial Pons, Madrid, 2006, pp. 253-256 . radoras de la Adminisrración, op. cit., p. 476.

214 215
¿CABE EL EMPLEO DE ENTIDADES COLABORADORAS EN LA SUPERVISIÓN
FUNCIÓN INSPECTORA
SOBRE ENTIDADES DE ClIBDITO?

ocurre en otros ámbitos de la inspección administrativa, no hay en la legislación autonómico. Sin e mbargo, una vez abierta esta posibilidad en una norma
regul~d?':l de la supervisión sobre entidades de crédito mención expresa alguna a
española con rango de ley, decaen buena parte de los argumentos dogmáti-
la posibilidad de que el Banco de España pueda utilizar con un carácter instrumen- cos que se pueden objetar a esta técnica y que se expusieron anteriormente,
tal entidades y personal ajeno al mismo para el ejercicio de funciones inspectoras y es difícil prever si los tribunales admitirían esta extensión o no.
y no resulta admisible que una Administración pueda acordar libremente con un - Mucho más clara, en la línea de la admisión de estas colaboraciones, es la
particular el traspaso de funciones que la legislación le atribuye. Sin embargo, hay todavía hoy Propuesta de Reglamento del Consejo, que atribuye funciones
algunas previsiones normativas que podrían abonar una interpretación favorable: específicas al Banco Central Europeo en lo que respecta a las medidas
relativas a la supervisión prudencial de las entidades de crédito 15 • Así, en
- El art. 43 Directiva 2006/48/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de su art. 11 se puede leer que «los agentes del BCE y demás personas acre-
14 de junio de 2006, relativa al acceso a la actividad de las entidades de
ditadas por él para realizar inspecciones in situ podrán acceder a cuales-
crédito y a su ejercicio (refundición), que habla de una inspección «por
quiera locales ... » (apartado 2) o que «los agentes de la autoridad compe-
mediación de personas a quienes haya otorgado (la autoridad de supervi-
tente del Estado miembro en cuyo territorio se vaya a llevar a cabo la
sión) un mandato para ello ... » . Sin e mbargo, debe advertirse que se trata de
inspección, así como las demás personas que aquella haya acreditado o
una pr~visi ón incorporada en una Directiva y no de una ley española; y que designado, prestarán activamente asistencia, a petición del BCE, a los
ha de situarse en su contexto, que son las inspecciones transfronterizas. En
agentes del BCE y demás personas acreditadas por él». Es evidente que
ese contexto, el art. 10 quáter.Lb) Ley 1311985 prevé que los colegios de
estas previsiones y otras similares que contiene dicha Propuesta de Regla-
supervisores 13 podrán «acordar la atribución voluntaria de tareas y delega-
mento admiten sin lugar a dudas la posibilidad de intervención de entida-
ción voluntaria de responsabilidades si procede». Esto es, el Banco de Es- des colaboradoras en el ámbito de la supervisión bancaria, siempre que
paña podría atribuir a otra autoridad de supervisión ciertas tareas de inspec-
estas gocen de la correspondiente «designación o acreditación».
ción que le corresponden a él. Por tanto, parece que el precepto solo está
pensando en esa posibilidad de cooperación entre autoridades de supervi- En definitiva, a día de hoy y a salvo de la redacción final con la que se aprue-
sión, pero no en la delegación en otro tipo de entidades colaboradoras. be la mencionada propuesta de Reglamento -que consideramos que será muy
- La Disposición Adicional 15ª Ley 26/ 1988, de 29 de julio, sobre Disciplina similar a la recogida, pues el Parlamento Europeo no ha presentado ninguna
e Intervención de las Entidades de Crédito (en adelante LDIEC), reconoce objeción sobre esta cuestión-, solo existe una previsión legal expresa en nues-
explícitamente la posibilidad de que las Comunidades Autónomas «en el tro ordenamiento que admita la intervención de entidades colaboradoras en la
ejercicio de sus competencias en relación con cajas de ahorros u otras enti- supervisión sobre e ntidades de crédito, pero en lo relativo a las funciones de las
dades, recab(en) la colaboración de auditores de cuentas o sociedades de Comunidades Autónomas y no en las del Banco de España. En cualquier caso,
auditoría de cuentas ... » 14 • Por tanto, se recoge así una habilitación legal si la mencionada Propuesta de Reglamento se aprobara con la redacción co-
para el empleo de estas e ntidades auditoras. Además, acertadamente, el mentada, la misma sería habilitación normativa suficiente 16 •
mismo precepto añade algunas condiciones para garantizar la imparciali-
dad: esta colaboración será incompatible con la realización simultánea o en
los cinco años anteriores o posteriores de cualquier trabajo de auditoría de 2. GARANTÍA DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES Y DE
cuentas en esas mismas entidades de crédito o sus sociedades vinculadas. TERCEROS
Con esta base, podría di scutirse si esta habilitación a las Comunidades Au-
tónomas para hacer uso de esas empresas de auditoría sería trasladable ana- En cuanto a los derechos constitucionales y de terceros que pudieran verse
lógicamente a las competencias propias del Banco de España. No cabe afectados en estas actuaciones de colaboración, deben tenerse en cuenta diver-
duda de que esa extensión no estaba en la mente del legislador que, más sas manifestaciones:
bien, partía de que el Banco de España tenía los medios personales y técni-
cos suficientes para ello y que las dificultades solo estarían en el ámbito
"COM(201 2)5 11final.de12de scptiembre .
•• No obstante, se podría discutir s i ese respaldo normativo solo sería válido en aquellas actuacio-
nes de supervisió n del Banco de España que se ven afectadas por la mencionad a Propuesta de Regla-
u Sobre los colegios de supervisores, vid. IZQUIERDO CARRASCO, M., ~ La inspección del Banco de
mento. Así podría mantenerse en una intefllretación estricta, pero ~l~o llevar(? a un resultado a~surdo
España sobre las entidades de crédito,. , op. cit., p. 476.
pues significarla que solo en una parte de sus funciones de superv1s1ón, precisamente las más impor-
" Esta disposición fue añadida por el art. 98 Ley 53/2002, de 30 de diciembre. Resulta curioso que
tantes cualitativamente, el Banco de España podría contar con esa colaboración por parte de te.rceros.
se añ.adi.e':" precisamente en el mis mo momento en que la Junta de Andalucía estaba teniendo proble-
En cualquier caso, ello muestra la necesidad de que esta posibilidad se incorpore en la legislación ge-
mas JUd1c1ales, sobre los que volveremos más adelante, por el empico de empresas de auditoría en el
ejercicio de sus competencias de supervisión sobre cajas de ahorro. neral aplicable al Banco de España con las debidas garanúas.

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FUNCIÓN INSPECTORA ¿CABE EL EMPLEO DE ENTIDADES COLABORADORAS EN LA SUPERVISIÓN
SOBRE ENTIDADES DE cRá>rro?

En primer lugar, aunque se hiciera un esfuerzo de separación entre la reali- interés un auto del TSJA, de 20 de febrero de 2003 19 , en el que el tribunal
zación de una actividad meramente técnica de verificación contable o de balan- se enfrentaba a la petición de suspensión realizada por la entidad de cré-
ces y las verdaderas potestades administrativas que quedarían residenciadas en dito CajaSur sobre las auditorías que la empresa KPMG Auditores esta-
el Banco de España, ambas realidades son difíci lmente escindibles, pues, por su ba realizando, por mandato de la Junta de Andalucía. El auto falla que
propia naturaleza, esa actividad técnica implica habitualmente el acceso a loca- esta e mpresa debe cesar de inmediato en toda actividad inspectora , pues
les, a documentación, a información, etc. Esto es, esa actividad supone el ejer- se podría conculcar «el derecho a la privacidad de las personas físicas y
cicio de potestades exorbitantes y correlativamente una restricción a la libertad jurídicas que con ella (la entidad de c rédito) se relacionan, cuyos datos
de empresa, lo que requiere la correspondiente base legal. Pero además, en el habrán sido conocidos por Jos núembros de Ja auditora KPMG».
supuesto que venimos analizando, la actividad de esas empresas privadas no ha
sido solo el análisis contable, sino que han fijado la solvencia y necesidades de b) En Ja segunda vertiente, el art. 6 .1 LABE dispone que «los miembros de
capital de las distintas entidades bancarias. Por tanto, es imprescindible el esta- sus órganos rectores y el personal del Banco de España deberán guardar
blecimiento de una serie de reglas de carácter garantizador frente a estas actua- secreto, incluso después de cesar en sus funciones, de cuantas informa-
ciones , esto es, algo equivalente a todo el marco que el Derecho administrativo ciones de naturaleza confidencial tuvieran conocinúento en el ejercicio
ofrece a los ciudadanos frente a la actuación de las Administraciones públicas 17• de sus cargos». Este precepto debe ponerse en conexión con el art. 6.2
Real Decreto Legislativo 1298/1986 que dispone que «los datos, docu-
En segundo lugar, descendiendo a la manifestación de un concreto Derecho mentos e informaciones que obran en poder del Banco de España en
constitucional como el de intimidad, la actividad de estas empresas privadas virtud de c uantas funciones le e ncomiendan las leyes tienen carácter re-
choca hoy en día con el deber de confidencialidad en sus dos vertientes norma- servado y no podrán ser divulgados a ninguna persona o autoridad» . Por
tivas: tanto el impuesto a las entidades de crédito, como el propio del personal tanto, los órganos rectores y el personal del Banco de España deben
y órganos de dirección del Banco de España. Analicémoslas separadamente: guardar secreto sobre todos los datos, documentos e informaciones que
hayan obtenido en su función de supervisión e inspección. El precepto
a) En su primera vertiente, la DA l ª LDIEC establece que «las entidades y prevé una serie de supuestos tasados en los que cede ese deber de ~eser­
demás personas sujetas a Ja ordenación y disciplina de las entidades de va, pero, entre los núsmos, no se menciona el de una empresa pnvada
crédito están obligadas a guardar reserva de las informaciones relativas a colaboradora de la Administración en estas tareas .
los saldos, posiciones, transacciones y demás operaciones de sus clientes
sin que las mismas puedan ser comunicadas a terceros u objeto de divul- En definitiva, en atención a la regulación vigente del deber de ~onfidencia­
gación» . Se proclama así el tradicional deber de secreto bancario 18 • Con lidad, Ja colaboración que venimos analizando plantea más que sen as y funda-
este punto de partida, la misma Disposición matiza que «se exceptúan de das dudas sobre su legalidad. En un futuro próximo, Ja mera habilitación que
este deber las informaciones respecto de las cuales el cliente o las leyes supondría la aprobación de la mencionada Propuesta de Reglament? ~ería insu-
permitan su comunicación o divul gación a terceros o que, en su caso, les ficiente para salvar las objeciones expuestas, por lo que se requen'.1~ las co-
sean requeridas o hayan de remitir a las respectivas autoridades de super- rrespondientes previsiones por Ley que acompasaran esa colaborac1on con los
visión». Esto es, se prevén unas excepciones, pero estas son que el clien- derechos constitucionales y de terceros mencionados .
te Jo permita o que las leyes así lo prevean (Ja de los requerinúentos de
las autoridades de supervisión se puede reconduci r a esta última). En el
supuesto que nos ocupa, ni sería posible pedir autorizaciones a todos los 3. REGULACIÓN SUFICIENTE DEL RÉGIMEN DE ACTUACIÓN DE
clientes para acceder a esa información ni la ley Jo prevé expresamente LAS HIPOTÉfICAS ENTlDADES COLABORADORAS
-el contenido de la mencionada DA 15ª LDIEC no es habilitación sufi-
ciente para ello-. Por tanto, no solo es que las entidades de crédito ten- Tampoco hay nada en la normativa sobre supervisión de entidades de cré-
drían prohibido facilitar el acceso a estos datos a las mencionadas entida- dito a propósito de las condiciones y requisitos con arreglo a los que se debe-
des colaboradoras, sino que, además, en caso de permitirlo, estarían ría desarrollar esta actividad de colaboración , asf como sus efectos. En cuan-
incurriendo en una infracción adnúnistrativa. En esta línea, resulta de to a las condiciones , como mínimo, además de lo dicho en el apartado anterior,

17
Vid. supra, nota a pie nº 6, sobre la aplicación del Derecho administra1ivo a las entidades priva- " No ha sido posible encontrar el mencionado auto en ninguna de las bases de datos ha~i1uales de
das que ejercen funcio nes públicas. jurisprudencia. Por tanto, debido a su interés, se cita por las ':~roducc1~nes textua~es. del mismo -que
11
Un análisis de este secreto bancario en VroA SERRANO, J .M ., La r~gulaci6n bancaria, Madrid, confiamos en que sean fidedig nas- que se recogen en una nou c1a aparecida en el D1ano ABC de A nda-
La Ley, 2011 , pp. 202-223 . lucía, de 22 de fe brero, p. 40.

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FUNCIÓN INSPECTORA ¿CABE EL EMPLEO DE ENTIDADES COLABORADORAS EN LA SUPERVISIÓN
SOBRE ENTIDADES DE CRIODrro?

habría que apli car analógicamente las restricciones que en aras a la garantía IV. CONCLUSIÓN: SÍ,PERO CONCONDICIONES
de la imparcialidad impone la mencio nada Disposición Adicional 15" LDIEC.
Sin embargo, se trata de una previsió n claramente insuficiente y las lagunas Tras la previsible aprobación de la comentada propuesta de Reglamento que
son amplísimas. Pero mayores problemas aún plantea lo rela ti vo a los efectos atribuye al Banco Central Europeo func iones específicas de supervisión banca-
y valor de las actuaciones de estas entidades privadas, por cuanto nada hay ria, deberá admitirse la existencia de una habil itación normativa para la inter-
previsto. Por tanto, si n esa previsión normati va expresa, res ulta inadmi sible venc ión de e ntidades colaboradoras en ese ámbi to. Sin embargo , la protección
la posibilidad de que estas entidades adopten decisiones con valor jurídico. A de derechos constitucionales y de terceros, así como los principios rectores en
lo sumo , su actuació n será un juicio técnico más que la Ad ministración podrá nuestra organización político-administrativa y los intereses públicos en juego
to mar en cuenta a la hora de acordar las verdaderas decisiones jurídicas. Ade- obli gan a que tal posibilidad cuente con un desarrollo legal suficiente, no solo
más, a nuestro juicio, la colaboración de e ntidades pri vadas en tareas de ins- en el plano del o rdenamiento español sino también en el comunitario, que co-
pección tiene su ámbito más propicio en aquell os s upuestos en los que las honeste dichas exigencias con la colaboració n de terceros en las actividades
po testades que se ej ercen tie nen un marcado carácter reglado y no e n aquellos s upervisoras.
otros, como e l q ue a ho ra nos ocupa, do nde el margen de apreciación es a m-
plfsimo20. A nuestro juicio, que sea una entidad privada la que fij e el nivel de
solvencia exigible a una entidad de crédito y no el Banco de España no resul-
ta acorde con los pilares mi smos de nuestra organización político-admi nistra- V. BIBLIOGRAFÍA
tiva. Por tanto, en su mo me nto, habría que acotar esta colaboración e n el
ámbito de la supervisión ba ncaria a las tareas técnicas-contables y de carácter CANALS 1 AMETLI..ER, Dolors, El ejercicio por particulares de fanciones de autoridad.
ConlTol, inspección y certificación, Granada, Comares, 2003.
más reglado.
- - - «El ejercicio de funciones públicas por entidades privadas colaboradoras de la
Además, en esa regulación ex legeferenda sería tambié n necesario defi ni r el
Administración», en El ejercicio de funciones públicas por entidades privadas co-
título atri butivo de esas tareas de colaboración, dada la inexistencia en nuestro
laboradoras de la AdminislTación, dir. A . GALÁN GALÁN y C. PRIETO ROMERO, Ma-
ordenamiento de una fórmula jurídica expresa para articular dicho traslado (por drid, Huygens Editorial, 2010.
ej., un régimen abierto de autorizaciones o uno más restri ngido de naturaleza
más próxima a la concesional que es el que nos parece más adecuado a la actual CARRJU.O ÜONAIRE,Juan A ntonio, El derecho de la seguridad y de la calidad industrial,
fase del desarrollo normativo y realidad del sector)21 • Madrid, Marcial Pons, 2000.

Fi nal mente , a nuestro juicio, dado e l inmi nente marco e uropeo en el q ue se OARNACULlEfA 1 GARDEUA, M• Merce, «La colaboración de entidades privadas en
van a desarroll ar las fu ncio nes de supervisió n sobre entidades de crédito, ente n- Alemania: las Beliehene o entidades que actúan como agentes descentralizados de
demos que los elementos esenciales del régimen jurídico de la participación de la Administración», en El ejercicio de funciones públicas por entidades privadas
colaboradoras de la Administración, dirs. A . GALÁN GALÁN y C. PRIETO ROMERO,
terceros también deben tener ese origen comunitario y con el rango suficiente
Madrid, Huygens Edi torial,2010.
-como ocurre, por ej., con los denominados Organismos notificados en el ám-
bi to de las «Directivas Nuevo Enfoque» 22- , sin perjuicio de un posterior y ne- Da SAZ CORDERO, Sil via, «Desarrollo y crisis del Derecho Administrativo. Su reserva
cesario desarrollo interno. constitucional» , en Nuevas perspectivas del Derecho Adminis1rativo. Tres estudios,
Madrid, Ci vitas , 1992.

'° En esla linea, muy acertada nos parece Ja posición de REINHARDT que, a propósito del debate FERNÁNDEZ RAMOS, Severiano, La actividad administrativa de inspección. El régimen
sobre el ejercicio de funciones administrativas por sujetos privados, deslaca que la «principal garantía jurídico general de /a función inspectora , Granada, Comares, 2002.
de seguridad jurídica y de protección de los sujetos inspeccioaados (es) el mantenimiento de una den-
s idad normativa suficiente para predeterminar la objetividad de la actuación inspectora" («Die GARCÍA URETA, A., lA potestad inspectora de las Administraciones públicas, Marcial
Überwachung durch Prívate in Umwelt und Technikrect» , AÓR, 1993) (Citado por RJvERo ÜRTEGA, Pons, Madrid, 2006.
R., El estado vigilante, op. cit., p. 156).
21
Sobre el título habililllnte para el ejercicio de funciones inspectoras, vid. FERNÁNDEZ RAMoo, S., GARCfA-ANDRADE GóMEZ, J., «Fundamento y características de la regulación bancaria» ,
LA actividad admi11istrativa de i11Spección .. , op. cit., pp. 536 y ss; e IZQUIERDO CARRASCO, M., La se-
en Derecho de la regulación económica, Vol. X, Sistema Bancario, dirs. M uÑOZ
guridad de los prod11ctos i11dustriales ..., op. cit., pp. 41 1 y ss.
22
Vid. IZQLnERDO CARRASCO, M ., La seguridad de los productos industriales ..., op. cit., pp. 323 y MACHADO y VEGA SERRANO, Iustel, Madrid, 20 13.
ss. Vid. el modelo de requisitos eslablecido en la Decisión 768/2008/C E, del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 9 de julio de 2008, sobre un marco común para la comercialización de los productos y por GóMEZ-FERRER M ORANT, Rafael , «Relaciones entre leyes: Competencia, jerarquía y
la que se deroga la Decisión 931465/CEE del Consejo. función constitucional», RAP, nº. 113, mayo-agosto 1987.

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FUNCIÓN INSPECTORA

lzQUJEROO CARRASCO, Manuel, La seguridad de los productos industriales. Régimen


jurúlico-administrativo y protección de los consumidores, Madrid, Marcial Pons,
2000.
- - - La seguridad privada: régimenjurfdico-administrativo, Valladolid, Lex Nova,
2004.
- - - «La inspección del Banco de España sobre las entidades de crédito», en Dere-
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MACERA, Bcmard-Frank, El deber industrial de respetar el medio ambiente. Análisis de
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VEGA SERRANO, Juan Manuel, La regulación bancaria, Madrid, La Ley, 2011 .

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