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Filosofía

Primer curso BGU FICHA No

Nombre:

La banalidad del mal


La pensadora judeo-alemana Hannah Arendt propuso el concepto de
banalidad del mal para lograr explicar las acciones del teniente coronel
Adolf Eichmann en los campos de concentración en la Segunda Guerra
Mundial. Este concepto podría aplicarse a muchos aspectos de la cotidia-
nidad, cuando se actúa simplemente bajo la premisa de cumplir órdenes
sin un proceso de reflexión riguroso.
Esto conduce a evaluar las condiciones, en las que se muestra un hori-
zonte difuso, de lograr definir con claridad la libertad de la acción hu-
mana; o más bien se trata de una suerte de anexión a una estructura
exterior que configura las acciones, pues en el caso Eichmann, este con-
fiesa sin remordimiento haber sido un funcionario que se restringe al
cumplimiento de órdenes de superiores.
Entonces, se produjo la última declaración de Eichmann: sus espe-
ranzas de justicia habían quedado defraudadas; el tribunal no había
creído sus palabras, pese a que él siempre hizo cuanto estuvo en su
mano para decir la verdad. El tribunal no le había comprendido. Él
jamás odió a los judíos, y nunca deseó la muerte de un ser humano. Su

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culpa provenía de la obediencia. Los dirigentes nazis habían abusado
de su bondad. Él no formaba parte del reducido círculo directivo, él Hannah Arendt
era una víctima, y únicamente los dirigentes merecían el castigo. (Ei-
chmann no llegó tan lejos como otros criminales de guerra de menor
importancia, que se quejaron amargamente de que les habían dicho
que no se preocuparan de las «responsabilidades», y de que, después,
no pudieron obligar a los responsables a rendir cuentas, debido a que
les «habían abandonado», por la vía del suicidio o del ahorcamiento.)
Eichmann dijo: «No soy el monstruo en que pretendéis transformar-
me... soy la víctima de un engaño». Eichmann no empleó las palabras
«chivo expiatorio», pero confirmó lo dicho por Servatius: albergaba
la «profunda convicción de que tenía que pagar las culpas de otros»
(Arendt, 1999, pp. 148-149).
Estas palabras valieron muchas críticas para la filósofa Arendt a quien se
acusaba injustificadamente de defender a Eichmann, considerado como
un criminal de guerra alemán. Él fue el encargado de organizar la logís-
tica de los transportes del holocausto, coordinando su deportación y la
construcción de cámaras de gas. Es caracterizado por ser un funcionario
responsable que cumplía con el deber que se le encomendaba. Arendt
nos hace ver que Eichmann no era una especia de genio del mal, y que
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muchos de nosotros, en determinadas circunstancias podríamos realizar


actos tremendamente malvados o inhumanos por cumplir con nuestro Adolf Eichmann
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“trabajo”, a esto lo llamó banalidad del mal.

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Actividad individual

1 Leo las siguientes frases y busco conexiones con la banalidad


del mal.
• Este es el primer precepto de la amistad: pedir
a los amigos solo lo honesto y solo lo honesto hacer
por ellos.
Marco Tulio Cicerón.
• Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes
engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes
engañar a todo el mundo todo el tiempo.
Abraham Lincoln.

Actividad grupal

2 Conversemos entre compañeros sobre los criterios generados.

3 Elaboramos carteles con las principales conclusiones del grupo.


Mineduc
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