Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Nietzsche declara la guerra a la metafísica (más allá de la física) está guerra la
declara, cuando afirma “Mi filosofía es un platonismo al revés” pero no es solo
una guerra al platonismo, sino a toda la metafísica occidental que según
Nietzsche comienza con Platón.
Lo que caracteriza a la metafísica platónica u occidental es el hecho de haber
inventado un mundo de las ideas, un mundo racional, para explicar el mundo
físico o el de los sentidos. Pero lo que ha hecho en el fondo es convertir el
mundo de los sentidos o físico, el mundo real, en un mundo aparente, una
auténtica locura en términos de Nietzsche.
Para Nietzsche el mundo metafísico no es más que un error, una fábula
inventada por la razón, pero también es el síntoma de una enfermedad, la
enfermedad de negar la vida, de huir del devenir y del cambio. Por eso el
mundo metafísico es la expresión o invención de una voluntad débil, fruto de la
venganza o desvalorización de la vida. De ahí que sea necesario una
transvaloración de todos los valores, en donde asumamos que todos ellos son
creaciones humanas y su única fuente es la vida, los sentidos y la voluntad de
poder: Ante esto nos podemos hacer las siguientes preguntas ¿El porqué de la
metafísica? ¿Quién comienza la metafísica? ¿Cómo se ha creado el mundo
metafísico? y ¿Cuándo ha surgido la metafísica? Para Nietzsche, ¿El porqué de la
metafísica? Es debido al miedo al devenir y al cambio. Ante el cambio algunos
filósofos se encuentran inseguros y por eso se inventan un mundo seguro, un
mundo fuera del tiempo, es decir un mundo eterno en donde no existe el dolor
ni la muerte. Un mundo perfecto y estable y del cual se puede tener
conocimiento, pero no solo se crea un mundo nuevo ideal, sino que se convierte
en el único mundo verdadero, convirtiendo el mundo de los sentidos (el real) en
aparente. La realidad que nos muestran los sentidos, la realidad cambiante pasa
ahora a ser apariencia, por eso según Nietzsche el origen de la filosofía o
metafísica occidental se encuentra en el miedo y en uso indebido de la razón
humana y no en el amor a la verdad, sino el miedo al cambio. ¿Quién comienza
la metafísica? El origen de la metafísica según Nietzsche, es Platón, que a su vez
era seguidor de Parménides. Platón y sus seguidores, los llamados filósofos
momias, los sabios de todos los tiempos, que desprecian los sentidos inventan
los conceptos abstractos y las definiciones universales y lo hacen por miedo.
¿Cómo se ha creado el mundo metafísico? Para Nietzsche la mayor creación
humana es el lenguaje, por eso el uso del lenguaje puede tener un efecto
perverso cuando se utiliza para negar la vida.
La razón utiliza el lenguaje como una herramienta negadora de los sentidos
mediante un abuso de la gramática conceptual. El lenguaje conceptual llena la
realidad de sustancias, sujetos, causa-efecto e identidades. El lenguaje convierte
todo acontecer o suceso, en un mundo de sustancias, de cosas con causas y
efectos. Entre los elementos gramaticales que permiten inventar este mundo
artificial de la metafísica tenemos: El concepto Yo, que remite, a la concepción
de la existencia de una sustancia única que elimina la pluralidad de los sentidos.
La existencia del verbo “Ser” , remite a la idea de la existencia de la esencia de
las cosas, que a un sujeto le pertenece un predicado de forma permanente y
perenne. La estructura sujeto-predicado remite a la idea de causa y efecto,
como algo distinto, cuando la experiencia no nos permite distinguir la causa del
efecto. La gramática metafísica del sujeto y predicado nos hace ver que son dos
cosas diferentes cuando son la misma. La gramática nos hace creer que detrás
de toda acción hay un sujeto agente, una 2 causa, cuando lo único que existe es
la acción el devenir. Y por último el uso de la polisemia y sinonimia,
sometiendo lo individual a lo universal.
Por eso es necesario un lenguaje diferente no conceptual, un lenguaje
metafórico, un lenguaje más emotivo que denotativo ,un lenguaje más
expresivo que descriptivo. Este lenguaje que es el propio de la poesía está lleno
de metáforas, de analogías y de ironías. En un principio los conceptos eran
simples metáforas que servían para comunicar las diversas perspectivas de los
individuos, sus diversos gustos por la vida, pero por miedo, hemos olvidado,
cuál era su auténtica utilidad y las hemos transformado en conceptos, en
verdades absolutas, en palabras o conceptos muertos y carentes de valor.
Tratamos la diversidad como si fuera todo igual bajo una misma palabra,
aunque no hay nada igual. El reducir la realidad a unos pocos conceptos, nos
facilita la vida, nos la hace más fácil, pero esto no tiene nada que ver con la vida.
Por eso es necesario un lenguaje diferente no conceptual, un lenguaje
metafórico, un lenguaje más emotivo que denotativo.
¿Cuándo ha surgido este mundo metafísico a lo largo de la historia?
El primer momento, es cuando, Platón como ya hemos visto inaugura la
metafísica, inventando el mundo de las ideas mediante la razón, en la época de
la Grecia clásica.
El segundo momento, es en la época medieval, cuando el platonismo se funde
con el cristianismo y coloca el mundo metafísico después de la muerte, pero
aquí ya podemos observar una cierta debilidad de la razón frente a la fe. La fe o
creencia en otro mundo es más fuerte que la razón. El tercer momento es en el
siglo XVIII, cuando Kant siguiendo a los críticos escépticos de la Ilustración han
socavado la base del mundo suprasensible cristiano, volvemos poco a poco a la
naturaleza. Kant lo expresa afirmando que lo único cognoscible es el mundo
sensible, al que solo se puede llegar por la experiencia. Ahora el mundo
inteligible o suprasensible es incognoscible, aunque sigue siendo útil o práctico
para la razón, un supuesto práctico necesario.
El cuarto momento, es el positivismo, el despertar de la larga noche de la
oscuridad de la razón, el primer bostezo, el primer rayo de luz. El positivismo
se toma en serio la afirmación de Kant de que solo es conocible el mundo
sensible. La razón despierta de su sueño dogmático, los intentos de Kant de
salvar al mundo suprasensible, no son más que prejuicios teológicos, de no
querer reconocer el único mundo verdadero, los sentidos, pero todavía estos
carecen de voluntad.
El quinto momento, es el del propio Nietzsche, y afirma la inutilidad del
mundo verdadero metafísico, hay que eliminar la metafísica. El mundo
verdadero de los filósofos momia es una fábula, un error, una quimera
inventada y que hay que eliminar definitivamente. Hay que ayudarlo a morir.
Son las primeras horas del día.
El perspectivismo que afirma que no hay una única forma de interpretar la
realidad, si no que hay multitud de posibilidades de poder interpretar la
realidad, dependiendo de la voluntad de cada uno. La verdad o falsedad de algo
depende 2 de lo que resulte útil o perjudicial para la vida, el error es creer que
existe una única y correcta interpretación. Este carácter interpretativo aleja a
Nietzsche del empirismo y del positivismo, que creen que existe una
interpretación neutral y objetiva. Toda interpretación es subjetiva y está al
servicio de la vida, por eso no hay hechos ni datos científicos ni históricos frente
al pensamiento y el lenguaje conceptual, el pensamiento y lenguaje metafórico.
El último momento o sexto es la etapa de Zaratustra, que anuncia la muerte de
Dios, de la metafísica y la llegada de un nuevo hombre, el superhombre.
Finaliza el platonismo y comienza un nuevo mundo, el mediodía de la
humanidad. En este momento se ha hecho visible la gran impostura de la
metafísica. El mundo suprasensible no es más que un error, una fábula. En
definitiva, el dualismo platónico es una farsa. Ahora ya solo existe un único
mundo, el mundo verdadero creado por la metafísica, es solo una creencia de la
razón. El único mundo verdadero es el de los sentidos, qué es el mundo del
cambio, del devenir, del cual podemos tener experiencia pero no conocimiento.
Por ejemplo, solo sabemos de la dureza de una piedra porque experimentamos
con ella, porque la tocamos. La piedra no es dura por sí misma, sólo es dura
para el que la toca. No conocemos la dureza sino que la experimentamos.