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Presentación

Nombre: Amanda Paola Jiménez casado

Matricula: 16-2364

Facilitador: Lisandra Cruz Pimentel

Materia: introducción al estudio literario

Fecha: 15/10/2020

TAREA DE LA SEXTA SEMANA


Estimado participante después de indagar sobre cómo se
comenta un texto literario realiza lo siguiente:

1-Selecciona un  cuento y un poema literario y realiza un


análisis partiendo del contenido.

La enemiga

Virgilio Díaz Gullón

(República Dominicana, 1924-2001


 

Recuerdo muy bien el día en que papá trajo la primera muñeca en una caja
grande de cartón envuelta en papel de muchos colores y atada con una cinta
roja, aunque yo estaba entonces muy lejos de imaginar cuánto iba a cambiar
todo como consecuencia de esa llegada inesperada.

Aquel mismo día comenzaban nuestras vacaciones y mi hermana Esther y yo


teníamos planeadas un montón de cosas para hacer en el verano, como, por
ejemplo, la construcción de un refugio en la rama más gruesa de la mata de
jobo, la cacería de mariposas, la organización de nuestra colección de sellos y
las prácticas de béisbol en el patio de la casa, sin contar las idas al cine en las
tardes  de domingo. Nuestro vecinito de enfrente se había ido ya con su familia
a pasar las vacaciones en la playa y esto me dejaba a Esther para mí solo
durante todo el verano.

         Esther cumplía seis años el día en que papá llegó a casa con el regalo.
Mi hermana estaba excitadísima mientras desataba nerviosamente la cinta y
rompía el envoltorio. Yo me asomé por encima de su hombro y observé cómo
iba surgiendo de los papeles arrugados aquel adefesio ridículo vestido con un
trajecito azul que le dejaba al aire una buena parte de las piernas y los brazos
de goma. La cabeza era de un material duro y blanco y en el centro de la cara
tenía una estúpida sonrisa petrificada que odié desde el primer momento.

         Cuando Esther sacó la muñeca de la caja vi que sus ojos, provistos de


negras y gruesas pestañas que parecían humanas, se abrían o cerraban según
se la inclinara hacia atrás o hacia adelante y que aquella idiotez se producía al
mismo tiempo que un tenue vagido que parecía salir de su vientre invisible.

         Mi hermana recibió su regalo con un entusiasmo exagerado. Brincó de


alegría al comprobar el contenido del paquete y cuando terminó de
desempacarlo tomó la muñeca en brazos y salió corriendo hacia el patio. Yo no
la seguí y pasé el resto del día deambulando por la casa sin hacer nada en
especial.
         Esther comió y cenó aquel día con la muñeca en el regazo y se fue con
ella a la cama sin acordarse de que habíamos convenido en clasificar esa
noche los sellos africanos que habíamos canjeado la víspera por los que
teníamos repetidos de América del Sur.

         Nada cambió durante los días siguientes. Esther se concentró en su


nuevo juguete en forma tan absorbente que apenas nos veíamos en las horas
de comida. Yo estaba realmente preocupado, y con razón, en vista de las
ilusiones que me había forjado de tenerla a mi disposición durante las
vacaciones. No podía construir el refugio sin su ayuda y me era imposible
ocuparme yo solo de la caza de mariposas y de la clasificación de los sellos,
aparte de que me aburría mortalmente tirar hacia arriba la pelota de béisbol y
apararla yo mismo.

         Al cuarto día de la llegada de la muñeca ya estaba convencido de que


tenía que hacer algo para retornar las cosas a la normalidad que su presencia
había interrumpido. dos días después sabía exactamente qué. Esa misma
noche, cuando todos dormían en la casa, entre de puntillas en la habitación de
Esther y tomé la muñeca de su lado sin despertar a mi hermana a pesar del
triste vagido que produjo al moverla. Pasé sin hacer ruido al cuarto donde papá
guarda su caja de herramientas y cogí el cuchillo de monte y el más pesado de
los martillos y, todavía de puntillas, tomé una toalla del cuarto de baño y me fui
al fondo del patio, junto al pozo muerto que ya nadie usa. Puse la toalla abierta
sobre la yerba, coloqué en ella la muñeca —que cerró los ojos como si
presintiera el peligro— y de tres violentos martillazos le pulvericé la cabeza.

         Luego desarticulé con el cuchillo las cuatro extremidades y, después de


sobreponerme al susto que me dio oír el vagido por última vez, descuarticé el
torso, los brazos y las piernas convirtiéndolos en un montón de piececitas
menudas. Entonces enrollé la toalla envolviendo los despojos y tiré el bulto
completo por el negro agujero del pozo. Tan pronto regresé a mi cama me
dormí profundamente por primera vez en mucho tiempo.

         Los tres días siguientes fueron de duelo para Esther.

         Lloraba sin consuelo y me rehuía continuamente. Pero a pesar de sus


lágrimas y de sus reclamos insistentes no pudo convencer a mis padres de que
le habían robado la muñeca mientras dormía y ellos persistieron en su creencia
de que la había dejado por descuido en el patio la noche anterior a su
desaparición. En esos días mi hermana me miraba con un atisbo de
desconfianza en los ojos pero nunca me acusó abiertamente de nada.

         Después las aguas volvieron a su nivel y Esther no mencionó más la


muñeca. El resto de las vacaciones fue transcurriendo plácidamente y ya a
mediados del verano habíamos terminado el refugio y allí pasábamos muchas
horas del día pegando nuestros sellos en el álbum y organizando la colección
de mariposas.

         Fue hacia fines del verano cuando llegó la segunda muñeca. Esta vez fue
mamá quien la trajo y no vino dentro de una caja de cartón, como la otra, sino
envuelta en una frazada color de rosa. Esther y yo presenciamos cómo mamá
la colocaba con mucho cuidado en su propia cama hablándole con voz suave,
como si ella pudiese oírla. En ese momento, mirando de reojo a Esther,
descubrí en su actitud un sospechoso interés por el nuevo juguete que me ha
convencido de que debo librarme también de este otro estorbo antes de que
me arruine el final de las vacaciones. A pesar de que adivino esta vez una
secreta complicidad entre mamá y Esther para proteger la segunda muñeca, no
me siento pesimista: ambas se duermen profundamente por las noches, la caja
de herramientas de papi está en el mismo lugar y, después de todo, yo ya
tengo experiencia en la solución del problema.

Análisis
 El cuento “La Enemiga,” por Virgilio Díaz Grullón, me pareció muy sencillo e
inocente al principio. Pero hay muchos niveles de análisis en la historia.
Primero, no es claro quién es la enemiga. El protagonista también es el
narrador, y por eso, el lector no puede ver la situación desde una otra
perspectiva. Creo que el cuento es una reflexión de la niñez de Virgilio Grullón.
Mientras leemos, nos da todas las emociones y los pensamientos que guiaban
sus acciones de niño. Aunque yo entiendo sus motivos para destruir las
muñecas de su hermana Esther, no estoy seguro de que tenga razón en la
justificación de sus hechos.

            Efectivamente, el protagonista tiene tanta confianza con su hermana


que necesita arruinar sus posesiones que distraen de su parentesco. Él tiene
intenciones buenas, pero en mi opinión necesita aceptar que no puede
controlar la vida de su hermana. Nadie merece la atención completa de otro. Y
nadie debe sacrificar las cosas que le encantan a los deseos de otros. El
cuento presenta una paradoja: ¿es el amor del protagonista por su hermana
tan fuerte que se pone egoísta? Todavía no sé si “la enemiga” en que refiere el
título es la muñeca o el protagonista él mismo (aparte del hecho que el género
del sustantivo es femenino). Supongo que depende en la perspectiva. En las
palabras del narrador, la muñeca adopta una personalidad aunque no es
posible en realidad. De niño, interpretaba que la muñeca tenía su propia mente
y estaba tratando de destruir la amistad entre él y su hermana. Por eso, la
consideraba una enemiga y la torturó en una manera muy inhumana. Pero de
la otra perspectiva, si nos olvidamos las inclinaciones y los prejuicios del
narrador, podemos clasificarlo como un enemigo también. Es el criminal del
cuento a pesar de y como consecuencia de su cariño por Esther.
2-Responde las siguientes preguntas. Si el texto es narrativo.

a- Cuál es el tema que se plantea? El egoísmo

B-A qué personajes alude el texto? personajes principales: El hermano


Personajes secundarios: Esther, los vecinos, los padres y la muñeca

C-Qué hecho ocurre y dónde? Ocurre la llegada de una muñeca, robó la


atención de Esther sobre su hermano, de tal forma que para este no había otra
opción que deshacerse de ella. 

Todo comenzó en el cumpleaños de la pequeña, su papá llegó a la casa con la


caja de regalo, está la abrió nerviosamente y sacó el juguetes, desde el primer
momento el hermano la miró con desagrado, le parecía simplemente ridícula. 

La niña se la paso jugando con la muñeca y nada cambio los días siguientes, al
cuarto día mientras Esther dormía el niño entro de puntitas a su habitación,
tomo la muñeca sin despertar a su hermana, paso por el cuarto donde su padre
guardaba su herramientas igual de sigiloso y tomo el más pesado de los
martillos, un cuchillo de monte y una toalla del baño, llevo al juguete al patio lo
destruyó y tiró los restos a un pozo. 

Hubo tres días de duelo para Esther, lloraba sin consuelo, pero sus padres
persistieron en que la había dejado por descuido en el patio. Después de eso,
todo continuó con normalidad, los dos hermano siguieron sus vacaciones
tranquilamente, hasta que un día al final del verano su madre trajo otra
muñeca, pero esta vez en una manta y le hablaba como si pudiera oírla, Esther
demostró un cierto interés por la recién llegada, el hermano al notar esto, no se
preocupó mucho, ya que sabía cómo deshacerse de esta también.

2- Si el texto es un poema señala el tema y estructura, las


estrofas y los versos que lo conforman, el tipo de rima y las
figuras literarias que emplea.

La resignación amorosa
 ¿Qué quieres, crudo Amor? Deja al cansado  

 Ánimo respirar solo un momento;  


 Baste el veneno en que abrasarme siento,  

 y el dardo agudo al corazón clavado.  

 Ni duermo, ni reposo; y de mi lado 

 Cual sombra huye el placer; ¡ah!, ¡qué lamento  

 Suena en mi triste oído! De tormento  

  Basta, Amor, basta, pues de mí has triunfado.  

 Le ruego así; y a mi dolor movido,  

 Él me muestra la lumbre porque muero, 

 Puro rayo de angélica hermosura;  

 Yo me postro a adorarla, y encendido  

 En fuego celestial, penar más quiero,  

 Y morir pido como gran ventura. 

A continuación se muestra el análisis del poema La resignación amorosa En la


primera parte se hace la separación en sílabas del poemas marcando las
sinalefas con el símbolo "___" y poniendo en negrita las sílabas tónicas
poéticas.

Las sílabas gramaticales son las sílabas resultantes de la división silábica de


cada una de las palabras.

Las sílabas poéticas son las sílabas gramaticales teniendo en cuenta las
sinalefas que se forman en el verso.

Se considera rima de un verso los fonemas a partir de la última vocal tónica del
verso, está incluida.

Se marca con la misma letra la repteción de rima consonante -en mayúscula- y


la repetición de la rima asonante -en minúscula-
Análisis del poema "La resignación amorosa"
¿Qué quie-res, cru-do__A-mor? De-ja__al can-sa-do

á-ni-mo res-pi-rar so-lo__un mo-men-to;

bas-te__el ve-ne-no__en que__a-bra-sar-me sien-to,

y__el dar-do__a-gu-do__al co-ra-zón cla-va-do.

Ni duer-mo, ni re-po-so;__y de mi la-do

cual som-bra__hu-ye__el pla-cer; ¡ah,! ¡qué la-men-to

sue-na__en mi tris-te__o-í-do! De tor-men-to

bas-ta,__A-mor, bas-ta, pues de mí__has triun-fa-do.

Le rue-go__a-sí;__y__a mi do-lor mo-vi-do,

él me mues-tra la lum-bre por que mue-ro,

pu-ro ra-yo de__an-gé-li-ca__her-mo-su-ra;

yo me pos-tro__a__a-do-rar-la,__y__en-cen-di-do

en fue-go ce-les-tial, pe-nar más quie-ro,

y mo-rir pi-do co-mo gran ven-tu-ra.

Cantidad de estrofas: Tiene  4 estrofas 

Versos: Consta de  catorce versos endecasílabos divididos en dos cuartetos


y dos tercetos.
Figuras literaria: 
¿Qué quieres, crudo Amor? Deja al cansado  

           Ánimo respirar solo un momento; epíteto 

Baste el veneno en que abrasarme siento, metáfora 

Ni duermo, ni reposo; y de mi lado anáfora 

Cual sombra huye el placer; ¡ah!, ¡qué lamento metáfora

Basta, Amor, basta, pues de mí has triunfado.  Anáfora 

Él me muestra la lumbre porque muero, personificación 

Tipo de rima: Rima consonante 

Temática: Amor  /desamor /soledad

Personaje: Él  y su amor

Interpretación: Destaca la pérdida de un amor, es decir, la resignación al


perder un amor.  

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