Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Una buena pregunta es como un faro encendido en plena noche, ya que nos ayuda a controlar
la comunicación.
Una buena pregunta nos ayuda a «comprobar», siendo la técnica de las preguntas una de las
fuentes fundamentales de la dialéctica.
Las preguntas son la manera más simple, eficaz y clara de conseguir que el interlocutor hable
en una negociación, de ganar o reconquistar la atención del público en un debate o en una
reunión, o de dirigir una sesión de formación.
Una buena pregunta ha de facilitar al interlocutor la posibilidad de pensar para que pueda
contestarla, y permitir que un mensaje llegue bien al destinatario. Por ello, las características
de una buena pregunta son:
Corta.
Clara y fácil de entender.
Precisa.
Adaptada al objetivo y situación del momento.
Hacer las preguntas apropiadas, ya que éstas influyen en el tipo de respuesta que se obtiene.
Por esa razón, es importante la forma de la pregunta como el contenido. Todo esto hace que
sea muy importante adaptar la pregunta al objetivo por el que se realiza. La forma importa
tanto como el contenido. La pregunta debe adaptarse al objetivo.
Podemos encontrarnos como 17 grandes tipos de preguntas, agrupadas bajo tres grandes
funciones:
Preguntas informativas: tienen como finalidad incitar al interlocutor que exprese y explique su
punto de vista y su opinión. Son la base del descubrimiento del otro.
Preguntas para profundizar: son las que se realizan en el transcurso de la entrevista, siendo el
resultado de escuchar con atención las respuestas a las preguntas de información. Con este
tipo de preguntas, se muestra el interés que se tiene por el otro, ya que se profundiza en sus
explicaciones. Permiten evolucionar suavemente la entrevista hacia la fase final, gracias al
conocimiento del otro y en la comprensión mutua.
Preguntas tácticas: su finalidad es orientar la reflexión del interlocutor y dirigirle hacia ciertas
respuestas. Son preguntas que se utilizan para anticipar la respuesta y en ocasiones la
contienen, son sugestivas e inducen la respuesta de forma clara; además, presionan, implican y
estimulan el interés.
FUENTE: el cuadro proviene del libro titulado “Preguntas que hacen vender” del autor Pierre
Rataud de la editorial Gestión 2000 Barcelona