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RECENSIONES

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Larrosa, J. (2019). Esperando no se sabe referido en el libro; como él disfruta el


qué. Sobre el oficio de profesor. Barcelona: ensayo y las anotaciones.
Editorial Candaya, 458 pp. J. Larrosa, al igual que sus amigos F.
Bárcena y J. C. Mèlich, leen siempre con
Recomiendo encarecido la lectura un cuaderno de notas abierto y un lápiz
de este libro. El autor, como yo e de punta afilada en la mano. He leído yo
infinidad de otras personas, no solo este libro de cabo a rabo, más despacio
fuimos escolares, estudiantes, sino que, que en otras ocasiones y ha quedado
casi toda nuestra vida hemos tenido ante mil veces subrayado; ahora, releerlo será
nuestros ojos el estado de cosas de la revivir la experiencia como en un puño.
escuela. También, como él, mi primer Nace el autor en Valderrobres
oficio de profesor fue alfabetizador en (Teruel) en 1958 y dice que su gene-
un programa para adultos (p. 115). Este ración, supongo que de profesores
libro se lee mucho mejor si se es profesor universitarios, creció leyendo a Althusser
o se aspira a serlo. El trabajo de profesor seducida por aquello de que la escuela
ocupa la reflexión todo el tiempo, y de es uno de los aparatos ideológicos del
ella vino naciendo desde el amor hasta Estado (1970), y a Foucault, quien esta-
el duelo: el mismo mapa de afectos que bleció una relación constitutiva entre la
describe este libro. En Pedagogía profana escuela, el cuartel, la cárcel, el manicomio
(2000) ya dijo que se había convertido y la fábrica. También en 1970 apareció La
en profesor, que escribía con prosa de reproducción. Elementos para una teoría
profesor y que daba gracias a todos los del Sistema de Enseñanza. J. Larrosa tenía
que le habían permitido ser profesor 12 años, yo 29; ya era profesor en una
(p. 342). Facultad de Pedagogía, convencido de
El mejor provecho de la lectura de que los interrogantes en el trabajo de
enseñar podían satisfacer la curiosidad
Sobre el oficio de profesor se obtiene
más exigente. Así llegó a mi generación
al traer a la memoria de trabajo la
el primer enunciado de aquella teoría:
experiencia de profesor y, sobre esa
«Toda acción pedagógica (AP) es objetiva-
experiencia, plantar el foco de atención.
mente una violencia simbólica en tanto
El oficio de profesor, en El mundo sobre el que imposición, por un poder arbitrario,
papel (D. Olson), lo hemos reflexionado de una arbitrariedad cultural». Desde
todos, menos quienes hayan sobrevivido entonces, vinieron otros más a machacar
en culturas ágrafas: los padres que llevan con el mismo viejo aldabón las puertas
hijos al colegio, los estudiantes que van de las Facultades de Educación y las
a clase y, sobre todo, quien escogió y cabezas de quienes toman el enseñar
mantuvo ese oficio —Reporte de un como tema de estudio. La inquina venía
testigo presencial (P. Handke)—, o quien de atrás; J. Ribera, el notable arabista
se prepara para serlo —El pupilo que español, publicó en 1910 La superstición
quiere ser tutor, también de P. Handke—; pedagógica, dejando escrito el dicterio:
aunque la gente ande con la opinión quien sabe, hace; quien no sabe, enseña.
dividida. P. Handke, Premio Nobel de Todos estos agoreros de ocasión, sabios
literatura 2019, creo es el autor más veces por otra parte, se refirieron a la escuela

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del malestar y crearon un tsunami, «una por eso, la autoridad le viene al profesor
trituradora, que está acabando con el porque abre juego, porque ha leído más,
oficio de profesor y que está arrasándolo ha escrito más, ha pensado más, porque
todo» (p. 13). se muestra «en estado de enunciación»
J. Larrosa, dice estar cansado de (p. 100); al hacerlo goza y hace gozar.
pensar a la contra; en este libro decidió Parece que el autor insiste, con razón, que
elogiar «el aula como lugar sagrado» en toda aula deben ejercitarse al menos
(p. 35), «como invento prodigioso» (p. tres cosas: leer con criterio, escribir con
37), elemento de «esa invención bella, sentido y pensar con disciplina. Según
justa y buena, que llamamos escuela otra referencia, Marina Garcés, para
(o universidad)» (p. 24), donde todo esta manera de ser cuerdo se requiere
comienza con la llamada de atención «Ilustración»; el profesor proporciona vías
del profesor, a todos hacia una cosa; una de acceso a ejercicios de pensamiento,
invitación del profesor a considerar, apre- señala itinerarios transitables por los
ciar y juzgar; que nadie se equivoque, libros, al hilo de los diferentes espacios
se trata de una llamada a estudiar, que de su oficio: los cursos, las conferencias,
se inicia con los señalamientos del tema los seminarios y las publicaciones,
y una propuesta de rema, de modo de porque «la lectura, la escritura y las
indagar. El autor prefiere lo que los retó- clases, son para el profesor, dimensiones
ricos llamaron «expolitio»: ofrecimiento de de un mismo estudio» (p. 114).
«referencias ajenas cuyo montaje sugiere Me parece vislumbrar en el libro
un pensamiento en construcción» (p. 42). que es propio de la condición humana
Leer este libro es entrar en el espa- necesitar de la cultura para vivir y que
cio-aula del autor (heterotopía), recupe- la esencia de esa cultura no es una
rar la experiencia de suspender cualquier meta externa, sino la propia media-
otra motivación, suspender el tiempo y ción que fomenta ejercicios; entre los
estudiar por el mero placer de aprender: fundamentales se encuentran, según
esta es la disciplina del aula: «lo que J. Larrosa: los ejercicios de lenguaje,
empuja o impulsa el aprender» (p. 54); rasgo social humano por excelencia; los
en el aula todos son estudiosos, sobre ejercicios lecto-escritores, la invención
todo el profesor y ninguno se siente humana por excelencia; la ejercitación
como si estuviera en casa, porque no del pensamiento y de la comprensión
orienta el aula ninguna finalidad exterior. de los pensamientos de otros, atributo
El profesor proporciona, con referencia a humano excepcional. Todos estos ejer-
María Zambrano, el testimonio esencial cicios requieren suspender los automa-
de que toda vida específicamente tismos que vinculan el estímulo con la
humana, «necesita congénitamente respuesta orgánica y crear un hueco en
mediación» (p. 89), en el aula quedan el que quepa la reflexión. Para el espacio
iluminados horizontes de vida humana de suspensión de las premuras familiares
y se pide atención para que se puedan y los compromisos sociales se creó el
ver. Todo profesor, con independencia aula y la profesión de maestro; por la
de la materia que profesa, ha de mostrar necesidad cultural de acceder reflexiva-
maneras de hacer cosas en su dominio; mente al Mundo sobre el papel y recibir

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el impacto de la escritura en la estructura el libro sugiere la posibilidad de selec-


del conocimiento. Da indicio nuestro cionar testimonios equivalentes sobre el
autor, de que este libro desarrolla la idea, oficio de profesor, cuando la experiencia
insinuada por M. Morey, del aula como haya sido de enseñanza de las ciencias.
espacio reservado a la mediación cultural La segunda reflexión me surge al imagi-
del profesor o la profesora, dotados al nar que abro la ventana del aula y veo,
menos de olfato educado por el oficio, como R. Sennett, otros edificios y muchos
mirada atenta y buen oído, un estilo individuos laboriosos; lo más habitual
de enunciación, tacto, capaz de señalar en los libros es que el «mundo» donde
ámbitos problemáticos que modifiquen está plantada el aula es este mundo de
el umbral de atención y den que pensar, Carne y Piedra. Hoy, los sentidos y la
para que consigan los estudiantes dar un atención de todos los profesores, al mirar
paso más allá de donde les sitúan sus por una ventana de su aula, que abra
primeras impresiones. Los cinco senti- realmente hacia fuera, deben intere-
dos de profesor requieren de mucha sarse por la Naturaleza donde los seres
preparación y entrenamiento. La lectura humanos han construido sus ciudades;
de este libro prepara y entrena la mente ese es el mundo esencial y primordial
de quien aspire a profesor, esté en ello
que hemos desaprendido a considerar,
o siga con el sentimiento de haberlo
el mundo de Tierra y de Seres Vivos.
sido. No está escrito como un tratado,
Una mujer, R. Carson, con extraordinaria
sino como una gavilla de propuestas de
experiencia, nos indica que esta ense-
lectura, ejercicios y anotaciones; en este
ñanza podría comenzar por excitar El
caso, los dispositivos no son artilugios
que entrenan músculos, sino textos de sentido del asombro, porque dentro de
autores muy pensados para amaestrar él leer es mirar y sentir.
la deliberación, y el autor va dando Termino el comentario como lo
ejemplo. inicié, recomendando la lectura de este
Al final de la lectura se recoge libro. El autor, profesor universitario,
una espléndida colección de libros que practica estudio con tenacidad; en un
podrían merecer la consideración de mismo relato integra el significado del
deberes de casa o plan para un trabajo oficio de profesor y un procedimiento
personal; personalmente, quedé muy para promover el necesario ingreso en
motivado para acometer este ejercicio. la cultura de sus alumnos, aspirantes
A fuer de sincero y como conse- a profesores: un plan de ejercicios de
cuencia de que toda lectura se practica lectura, con comentarios y anotacio-
desde la personal posición, quedan, al nes, dejando marcas y testimonios, de
concluir, revoloteando en mi cabeza, dos que este es el procedimiento con el que
reflexiones principales sobre este oficio meticulosamente prepara sus lecciones.
de profesor de relevancia inagotable. La
primera, versa sobre el hecho confesado Joaquín García Carrasco
de que el autor es un estudioso de letras; Universidad de Salamanca

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