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Política y Cultura

ISSN: 0188-7742
politicaycultura@gmail.com
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad
Xochimilco
México

Fernández Poncela, Anna M.


Comportamiento electoral y acceso de las mujeres a la élite política
Política y Cultura, núm. 5, otoño, 1995, pp. 139-158
Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=26700510

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Comportamiento electoral
y acceso de las mujeres
a la élite política
*
Anna M. Fernández Poncela

"En ningún país las mujeres tienen un status político,


acceso o influencia igual a la de los hombres. La
subordinación política de las mujeres alcanza una
gran variedad de culturas, arreglos económicos, y
regímenes en los cuales vive."1

La relación problemática entre las mujeres y la


política formal -aquella que se refiere al sistema

1
Najma Chowdhury; Barbara J. Nelson, et al."Redefin¡ng
Politics: Patterns of Women's Political Engagement from
Global Perspective", en Barbara J. Nelson y Najma
*Departamento de Política y Cultura, UAM- Chowdhury (eds.), Women and politics worldwide, New
Xochimilco. Haven, Yale University Press, 1994, p. 3.
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político institucional- es un hecho. El binomio mujer y política ha sido y es fuente de conflictos,


dificultades y desencuentros. Por un lado, la política ha excluido históricamente a las mujeres y
dificulta en nuestros días el acceso de éstas a cargos políticos o a puestos de elección popular;
de otro lado, las mujeres desconfían de la política y la consideran ajena a sus experiencias,
intereses y necesidades.

Las mujeres se han convertido en votantes, sin embargo, no han ingresado de la misma
forma al poder y la toma de decisiones en el espacio político -cargos en el legislativo y el ejecutivo,
por ejemplo-.2 El dónde y cómo han accedido es diferente cualitativamente del camino y lugar
que han seguido y ocupado los hombres. Cuando sí se han internado en el mundo político, "se
las ha colocado" generalmente en actividades y responsabilidades de carácter técnico, adminis-
trativo y de tipo social o asistencial, lugares considerados "propios de mujeres".3 Por otra parte,
al estar marginadas del poder político a veces se han introducido en él mediante "mecanismos
indirectos", por sus relaciones familiares -hijas o viudas-; o por medios poco convencionales, a
través de "las alcobas".4

Este texto realiza un acercamiento y análisis, en torno al supuesto "comportamiento


electoral conservador", que se ha adjudicado a las mujeres -participación electoral y orientación
de voto-. El discurso dominante, los mensajes culturales y los análisis que hay hasta la fecha en
algunos países sobre el tema, apuntan a dicha caracterización.

En primer lugar, y con base en la información generada por los estudios existentes en
América Latina, repasaremos el acceso a cargos en órganos de los partidos políticos y poderes
del Estado, por parte de las mujeres; posteriormente revisaremos la documentación que hay sobre
su participación política y su comportamiento electoral. En segundo lugar, nos adentraremos en
la realidad mexicana, a través de las cifras de la presencia de mujeres en puestos importantes,
reflexionando también sobre su participación electoral y orientación de voto.

2
Maurice Duverger. "The Política! Role of Women", UNESCO, New York, 1955.
3
Anna Fernández Poncela. "Participación económica y política de las mujeres nicaragüenses". Boletín
americanista, no. 42-43, Universidad de Barcelona, 1993a. "Participación social y política de la mujer. El caso del Estado
español" y "Participación política femenina: estado, cuotas y hábitos culturales" en fem nos. 132-133, México, febrero
y marzo, 1993b. "Participación social y política de la mujer en México" en Anna Fernández Poncela (comp.),
Participación política: las mujeres en México al final del milenio, México, COLMEX, 1994.
4
Gríselda Alvarez Ponce de León. "La mujer en la política" en Patricia Galeana (comp.), Seminario sobre la
participación de la mujer en la vida nacional, México. UNAM, 1989. Beatriz Paredes Rangel. "Algunas consideraciones
sobre el ejercicio del poder y la condición femenina" en Patricia Galeana (comp.), Ibidem.
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 141

Advertencia metodológica

El centrar este estudio en la política formal no quiere decir que ésta sea la única y cubra u opaque
el universo político total. En el caso específico de las mujeres su participación política informal es
mucho más amplia, rica y profunda, y ahí están para reafirmarlo los colectivos, asociaciones y
movimientos sociales de diversa índole.

Por otra parte, dedicar algunos apartados a la consulta estadística de participación numérica
femenina o a la revisión de cifras en encuestas, tampoco quiere decir que éstas sean el dato
relevante y exclusivo del problema que se aborda en estas páginas.5

Se trata de hacer una reflexión inicial que sirva para usar la información existente y
desarrollar la razón, con objeto de revisar varias cuestiones, a través de la perspectiva política
pero arañando aspectos psicológicos, persiguiendo una aproximación al signficado social e
histórico de las mujeres en la política.6

Los trabajos realizados en América Latina aportan diversa información sobre la presencia
y participación política formal de las mujeres a la vez que señalan algunas tendencias de tipo
conservador, y si bien no parecen definitivos, sí son acercamientos a la realidad de los países del
continente. Para el caso de México, donde no ha habido este tipo de estudio en torno al
comportamiento político femenino, dicha información puede servir como reflexión general y
aproximativa a la realidad del país. En general se puede afirmar que este tema ha sido poco
abordado en comparación con otras investigaciones realizadas sobre la población femenina.7

Faltan análisis y reflexión amplia y profunda para medir e interpretar el interés o desinterés
de las mujeres hacia la política, como hay un vacío también de atención sistemática en cuanto a
la participación femenina en las elecciones como votantes, y el ejercicio y significado de su voto.8

Y respecto a los trabajos que existen tienen dos problemas principales. En primer lugar,
son análisis a partir de la variable sexo sobre cuestionarios destinados para analizar la conducta
política en general, donde además se supone que hombres y mujeres comparten la misma

5
Esteban Krotz. "Antropología, elecciones y cultura política", Nueva Antropología, Vol. XI, no. 38, México,
1990.
6
C. Wringh Mills. La imaginación sociológica, México, FCE, 1961.
7
Jane Jaquette. "Introduction: Women in American Politics", en Jane Jaquette (ed.), Women in Politics, Nueva
York. John Wiley & Sons, 1974. "Female Political Participation in Latin America" en June Nash y Helen Safa (eds.),
Sex and Class in Latín America, Nueva York. Praeger Publishers, 1976.
8
Jane Jaquette. "Introduction...", op. cit.
142 POLÍTICA Y CULTURA

realidad política; y en segundo lugar, hay una serie de sesgos que desvirtúan la validez de las
explicaciones -la consideración de la inferioridad social de la mujer, el fetichismo de la familia y
la tendencia a juzgar a las mujeres bajo standares masculinos-.9 Existe además la duda
metodológica acerca de la capacidad de las escalas tradicionales para dar cuenta del mundo
ideológico y político de la mujer.10 Por otra parte, se carece de trabajos que midan y comparen la
participación política entre hombres y mujeres en un mismo sector social.11

A pesar de las posibles restricciones metodológicas en cuanto a los resultados de los


estudios e investigaciones realizadas y los datos estadísticos consultados para este trabajo, éstas
son las únicas aportaciones con que contamos para analizar y reflexionar sobre la concepción y
participación política de las mujeres.

Realidad y estudios en América Latina: de tópicos y de dudas

Acceso al voto y presencia en órganos de poder

Los estudios existentes muestran, desde la obtención reciente del derecho al voto de las mujeres
por muy diversas razones -más allá de las justas demandas de equidad y ciudadanía- (Cuadro
1); pasando por la igualdad reconocida en las constituciones políticas del continente, y su
participación en diversos momentos históricos; hasta la consideración de la persistencia de los
valores tradicionales y del rol doméstico y familiar en las mujeres, como barrera para su
participación política, entre otras cosas.12

El reciente acceso a la arena política formal en nuestro continente, es un elemento a tener


en cuenta. La obtención del voto va desde Ecuador que fue el primer país allá por 1929 hasta
Paraguay en 1961. Por lo tanto, si pensamos que apenas hace medio siglo, como promedio, que
las mujeres obtuvieron sus derechos ciudadanos y políticos, y accedieron al sufragio, puede
considerarse que la experiencia existe, pero es más bien escasa.

9
Judith Astelarra. "El sexismo en la sociología: algunas manifestaciones, soluciones y problemas" en Varias
Autoras, Nuevas perspectivas sobre la mujer, Actas de las primeras jornadas de investigación interdisciplinarias,
Madrid, UAM, 1982.
10
Carmen Ortiz Corulla. La participación política de las mujeres en la democracia [1979-1986). Madrid,
Instituto de la Mujer, 1987.
11
Barbara J. Nelson. "Women's Poverty and Women's Citizenship: Some Political Consequences of
Economic, en Marginality", Signs, Vol. 10, no. 2, invierno, 1984.
12
Elsa, Chaney. "Women in Latin American Politics: The Case of Perú and Chile" en Ann Pescatello (ed.),
Female and Male in Latin america, Pittsburg, University Press, 1973. Jane Jaquette. "Female...". op. cit.
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 143

Cuadro 1
Sufragio femenino en América Latina

País Año de obtención País Año de obtención


Ecuador 1929 Chile 1949
Brasil 1932 Costa Rica 1949
Uruguay 1932 Haití 1950
Cuba 1934 Bolivia 1952
El Salvador 1939 México 1953
Rep. Dominicana 1942 Honduras 1955
Guatemala 1945 Nicaragua 1955
Panamá 1945 Perú 1955
Argentina 1947 Colombia 1957
Venezuela 1947 Paraguay 1961

Fuente: Cuadro elaborado a partir de la tesis de doctorado de Elsa Chaney, Wisconsin University, 1971.

La afiliación, y especialmente la presencia femenina en órganos de los partidos políticos, y


su participación en los poderes del Estado en América Latina es bastante reducida hasta la fecha.
Se calcula 7.5% de mujeres en el legislativo y 6% en el gabinete del ejecutivo (Cuadro 2).

Las razones son múltiples y van desde la organización sexual restrictiva del propio sistema
político y en concreto las convocatorias electorales, hasta la socialización y el rol femenino
aprendido, que desanima a las mujeres a entrar en la arena política institucional.13

Pero si nos detenemos a pensar en la poca apertura de la política hacia las mujeres sus
limitaciones y sus obstáculos, y el exiguo interés mostrado por éstas para acceder al campo
político, las cifras cobran no sólo visos de realidad sino que se devela parte de su significado.

13
El porcentaje de mujeres presentes en el legislativo mexicano es superior al de la media obtenida tanto
para América Latina como para el mundo en 1987; pero se ha de tener en cuenta que éste último abarca regiones de
la tierra como África o Asia con un reducido número de mujeres en los parlamentos, junto a otras como Europa del
este o el occidente industrializado con porcentajes mucho más elevados comparativamente. El ejecutivo mexicano
para esa misma fecha no presenta presencia femenina alguna; sin embargo la media latinoamericana es superior a la
mundial, en parte por la explicación anteriormente expuesta para el legislativo, y en parte también, por la relativamente
alta -siempre comparativamente- participación de las mujeres caribeñas en este ámbito.
Para más información véase Anna M. Fernández Poncela, "Parlamentarias: el poder legislativo. Mujeres
en la arena politica mundial" fem, no. 145, México, abril 1995, y "Participación femenina en la toma de decisiones: el
poder ejecutivo en la arena politica mundial" fem, no. 146, México, abril 1995.
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Cuadro 2
Participación de mujeres en los poderes del Estado (%)

Mundo América Latina México


1987 1987 1987 1995
Poder Legislativo 9.7 7.5 10.3 13.6
Cámaras
Poder Ejecutivo 4.4 6 0 15.7
Gabinete

Fuente: Cuadro elaborado con base en United Nations 1992 para el mundo y América Latina; para México la infor-
mación ha sido extraída del Diccionario Biográfico del Gobierno Mexicano 1987, de las listas de asistencia de la Cámara
de Diputados y el Senado, diciembre de 1994, y el Directorio provisional sobre el ejecutivo del Centro de Documenta-
ción de la Crónica Presidencial, enero de 1995 (contando únicamente la presencia femenina en el gabinete
presidencial).14

Comportamiento electoral

Otras investigaciones abordan cuestiones de suma importancia, que tienen que ver con la cultura
política en general y la relación específica entre mujer y política formal, ofreciendo una caracteri-
zación de la relación de las mujeres con la política. Desde el voto menos numeroso de las mujeres
o la apatía electoral,15 hasta la opción de voto más conservadora, siempre en comparación con
los hombres,16 pasando por un comportamiento político definido como pasivo y desinteresado,17

14
Mary Fainsod Katzenstein. "Feminism and de Meaning of the Vote", Signs, Vol. 10, no. 1, otoño, 1984. Anna
M. Fernández Poncela. "Participación social...", op. cit.
15
Elsa Chaney. "Women in Latin American Politics: The Case of Peru and Chile" in Ann Pescatello (ed.).
Female and Male in Latin America, Pittbusburgh. University Press, 1973.
William S. Blough. "Political Attitudes of Mexican Women" en Journal inter-American Studies and World
Aflairs, Vol. 14, no. 2, mayo, 1972. Steffan Schmidt. "Woman in Colombia: Attitudes and Future Perspectives in the
Political System", Ponencia presentada en Society of Applied Anthropology, Tucson, Arizona, 1973. Jane. Jaquette.
"Female...", op. cit. Susan B. Hansen; Linda M. Franz; Margaret Netemeyer-Mays. "Women's Political Participation and
Policy Preferences" en Social Science Quarterly. vol. 56, no. 4, marzo, 1984. Judith Astelarra. "Introducción" y "las
mujeres y la política" en Judith Astelarra (comp.) Participación política de las mujeres, Madrid, CIS-SXXI. 1990.
16
Maurice Duverger. The Political..., op. cit. Ward M. Morton. Woman Suílrage in Mexico, Gainesville.
University of Florida Press, 1962. Elsa Chaney. "Women in Latin...". op. cit. Aileen Kradetor. The Ideas of the Woman
Suffrage Movement, 1890-1920, Doubleday Anchor Books. Nueva York, 1971.
17
Jane Jaquette. "Famele..." op. cit.
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 145

un perfil sociodemográfico determinado,18 y hasta un traslado a la política de sus papeles


domésticos.19

Pero curiosamente, también ios partidos y gobiernos de carácter "progresista" habían


negado el sufragio a la mujer bajo el cálculo de su voto conservador y su relación con la Iglesia,
como sucedió en el México de los años 30 con el PNR (Partido Nacional Revolucionario) en
tiempos del presidente Lázaro Cárdenas.

En México, en 1935, nació el FUPDM (Frente Único Pro Derechos de la Mujer) que agrupó
a mujeres de diferentes estratos sociales, desde trabajadoras a sectores altos de la sociedad,
toda vez que unificaba a mujeres provenientes del PC (Partido Comunista) con mujeres del PNR.
Entre sus reivindicaciones destacaba como central el sufragio femenino. En 1937 el Presidente
presentó una iniciativa de reforma del Artículo 34 constitucional para dar el derecho al voto a la
población femenina. Por su parte, el Senado emitió un dictamen adverso justificado por la baja
capacitación de la mujer. Todo ello originó una amplia campaña de protesta encabezada por el
FUPDM, que levantó una petición formal a Cárdenas. En 1938 sería aprobada dicha iniciativa,
sin embargo, el Congreso no hizo el cómputo ni la comunicación, y jamás se publicó, por lo que
no se puso en práctica. Al parecer el Presidente, temeroso y bajo el cálculo del voto conservador
de las mujeres se volvió atrás, y las reformas constitucionales fueron finalmente anuladas.20

En otros países latinoamericanos la situación fue a la inversa, y el voto fue otorgado


pensando precisamente en el beneficio del partido conservador en el gobierno -Colombia- o el
establecimiento de alianzas en apoyo de los regímenes en cuestión -los populismos peruanos y
argentinos de las década de los años 40 y 50-. 21

Toda vez que parece irónico que la mujer vote de forma conservadora, mientras sean los
partidos de "avanzada" los que contemplen, en principio, más a menudo su problemática.22

18
Roderic A. Camp, "Women and Political Leadership in México: A Comparative Study of Female and Male
Political Élites" en The Journal of Politics, vol. 41, no. 2, Gainesville, Florida, 1979.
19
Elsa Chaney. "Women in Latín...", op. cit.
20
Williams S. Blough. Political, op. cit.
ICAP (Instituto de Capacitación Política). Participación política de la mujer en México, México, Siglo XX.
(Comp. ANFER), ICAP-PRI. 1984. Enriqueta Tuñón. Mujeres que se organizan. El Frente Único Pro Derechos de la
Mu¡er. 1935-1938. México, UNAM-Porrúa, 1992. Ma. Emilia Farías Mackey. "La participación de la mujer en la política"
en Varios Autores. 75 años de Revolución, México, Desarrollo Social II, FCE-INEHRM, 1988. Anna M. Fernández
Poncela, "Participación social...", op. cit.
21
Jane Jaquette. "Female...", op. cit.
¿2
Esta afirmación requiere de una amplia explicación que, por motivos de contenido y espacio, no se trata
aquí, sobre el tema se ría trabajado en otro texto todavía inédito: "El pez que se muerde la cola o de cómo son
146 POLÍTICA Y CULTURA

Participación política

Puede afirmarse, en general, que la participación política femenina, y según los pocos
estudios realizados en América Latina, suele ser esporádica, provisional, indirecta y anónima,
como los casos estudiados de Chile, Perú o Nicaragua. Las mujeres colaboran de forma
puntual, en momentos especiales -guerras, crisis y revoluciones-, para posteriormente
retraerse a su espacio y rol socialmente asignado. Estos procesos de participación general-
mente se gestan y han consistido en llevar a lo público sus responsabilidades domésticas: el
bienestar, seguridad o sobrevivencia, desde su papel como madre protectora de la familia y
en especial de sus hijos.23

Numerosa es la bibliografía que ubica la participación social y política de las mujeres en los
movimientos sociales y organizaciones populares en general. Se trata de otras formas de
participación política, denominadas informales, por contraposición a la formal -como hemos
señalado- que se ubica en el sistema político institucional. Otros espacios y otras relaciones en
donde las mujeres sí participan, guiadas por diversas necesidades y persiguiendo variados
intereses. Las mujeres no reciben el llamado de la política en la esfera formal y no asumen esa
reponsabilidad, lo cual no significa, en modo alguno, que no participen en otros ámbitos y niveles.24

La actividad política de las mujeres permanece muchas veces oculta, pues ésta se realiza
de forma mayoritaria fuera del gobierno y del Estado -trabajo en comunidades, asociaciones
religiosas, organizaciones y movimientos sociales de diversa índole, etc.-. Y bajo determinadas
circunstancias las mujeres participan igual o de forma similar que sus homólogos masculinos, lo
que cuestiona la adjudicada pasividad femenina.25

conservadoras las mujeres". México. 1995. Elsa Chaney. "Women in Allende's Chile" en Jane Jaquette (ed.), in Women
in Politics, John Wiley, Nueva York, 1974. Jane Jaquette. "Introduction...", op. cit.
23
Elsa Chaney. Supermadre. La mujer dentro de la política en América Latina. México. FCE, 1983. Judith
Astelarra. "Introducción...", op. cit. Anna M. Fernández Poncela. "Participación económica...", op. cit. Si bien es en
momentos de estabilidad democrática cuando se profundizan derechos y legislaciones favorables a la igualdad entre
hombres y mujeres. Anna M. Fernández Poncela, "Afiliación...", op. cit.
24
Lourdes Arizpe. "Democracia para un pequeño planeta bigenérico" en Elizabet Jelin (comp.), Ciudadanía
e identidad: Las mujeres en los movimientos sociales latino-americanos. Ginebra, UNRISD. 1987. Teresa Caldeira.
"Mujeres, cotidianeidad y política" en Elizabet Jelin (comp.), Ciudadanía e identidad: ias mujeres en los movimientos
sociales latino-americanos. Ginebra. UNRISD, 1987. Virginia Vargas. "El poder como acción transformadora" en Doble
Jornada, no. 2, 5 abril, México, 1987. Julieta Kirkwood. Ser política en Chile. Los nudos de la sabiduría feminista.
Santiago: Cuarto Propio, 1990. Judith Astelarra. "Introducción...", op. cit.
25
Susan Welch. "Women as Political Animals" en American Journal Political Science, no. 21.1977.
Ma. Luisa Tarrés. "Más allá de lo público y lo privado. Reflexiones sobre la participación social y política de
las mujeres de clase media en Ciudad Satélite" en Orlandina de Oliveira (comp.), Trabajo, poder y sexualidad. México,
COLMEX, 1989.
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 147

Por otra parte, hay una serie de importantes factores, además del sexo, que diferencian el
tipo de participación, intereses políticos y comportamientos electorales de un grupo a otro: edad,
nivel educativo, ingresos, residencia, etnia, etc. Y bien pudiera ser que por la discriminación social
general ejercida en contra de la mujer, la población femenina se interese y participe menos, en
determinados espacios y de una manera específica, en función de las diferencias de esas otras
variables que hay entre hombres y mujeres. Esto es, por la misma discriminación, las mujeres
pueden tener menor nivel educativo e ingresos, por lo que su interés u opción política podría estar
decantada por estas causas más que por su condición de sexo. Hay, pues, otros aspectos
destacados que explican las diferencias de aproximación a la política, más allá de la diferencia
sexual y de su construcción genérica.26

Diversos estudios muestran cómo las diferencias entre las actitudes y participación electoral
y política entre hombres y mujeres, tienden a disminuir y desaparecer a medida que se acercan
los niveles educativos, que aumenta el empleo femenino fuera de la casa, y que se experimenta
un cambio de valores sociales y culturales.27 En los últimos años y entre la juventud las
orientaciones están cambiando y la brecha se va estrechando. Y muchas veces cuando se habla
de tendencias femeninas conservadoras, éstas se circunscriben a mujeres de nivel educativo
relativamente bajo, rurales, de edad más madura y que son "amas de casa" -que suelen ser
además más católicas- mientras las mujeres que trabajan presentan tendencias similares a los
hombres que trabajan.28

Se ha demostrado también que la evolución de la autoubicación ideológica de las mujeres


tiene que ver directamente con más información, mayor participación política, y que esto a su vez
se relaciona con una mayor apertura democrática.29

Por otro lado las diferencias pueden ser tanto o más fuertes entre las propias mujeres que
entre éstas y ios hombres. La educación y el trabajo fuera de la casa, han sido destacadas como
poderosos factores que empujan a las mujeres a un mayor interés y participación, cambiando
incluso ciertas simpatías ideológicas y comportamientos electorales entre la población femenina
en contextos determinados. Incluso en las polémicas liberales en torno al derecho al sufragio

26
Agradezco a Ricardo de la Peña las discusiones mantenidas respecto a este punto, que no era tenido en
cuenta por mi con la importancia que merece.
27
Susan Hansen. et al. "Afiliación...", op. cit. Anna M. Fernández Poncela, "Afiliación...", op. cit.
28
Judith Astelarra. Las mujeres podemos: otra visión política, Barcelona, Icária, 1986. Carmen Ortiz Corulla.
La participación... op. cit. Instituto de la Mujer de España. Las españolas ante la política, Madrid, Instituto de la Mujer,
1988.
29
Pilar Bravo Castells. "Participación y cultura política de las mujeres" en Judith Astelarra (comp.),
Participación política de las mujeres. CIS-Madrid. SXXI, 1990.
148 POLÍTICA Y CULTURA

femenino a inicios de este siglo estas observaciones eran tenidas en cuenta, aunque bajo diversas
ópticas y con diferentes intenciones.30

La participación política de las mujeres se puede ir siguiendo desde las luchas de la


independencia, pasando por la obtención del voto, hasta los grupos feministas de los años 80.
Han aportado a la reciente redemocratización de América Latina, en defensa de la vida y en pro
de los derechos humanos, y por la sobrevivencia cotidiana, básicamente en torno a organizacio-
nes y movimientos sociales.31 Pero la legitimidad que otorga esta participación no se ha visto
expresada hasta la fecha con la entrada en el poder estatal real o en la estructura del sistema
político existente.

Un acercamiento a la realidad mexicana: vacíos y preguntas

Acceso a cargos en los partidos

La inclusión de algunas mujeres en puestos del sistema político mexicano es un fenómeno


reciente. Es en los años 60 cuando mujeres afiliadas al partido político en el gobierno llegan a
cargos directivos importantes en el seno de su organización. En el Comité Ejecutivo Nacional
(CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se integran en esta década las primeras
mujeres y poco a poco su número irá creciendo hasta la actualidad. En los órganos internos
federales del Partido de Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD),
se producirá un incremento progresivo también, pero en fecha más reciente y en relación siempre
con la fundación de cada partido. En nuestros días la media de participación en el CEN y el Consejo
Político Nacional (CPN) del PRI, PAN y PRD, es de un 14%.32

Concretamente las mujeres se incorporaron al CEN del PRI en 1960, con la presencia de
dos mujeres, que representaban 4.2% en ese órgano político, y en 1992 el porcentaje llegaba
hasta 20%, sin embargo, dos años después (1994) la cifra desciende y en la actualidad hay 13%
de mujeres.33

30
Maurice Duverger. The Política!..., op. cit.
31
Jane Jaquette. "Introduction" y "Conclusión: Women and the New Democratic Politics" en Jane Jaquette
(ed.), The Women's Movement in Latín America, Boston, Unwin Hyman, 1989. Julieta Kirkwood. Ser política.... op. cit.
Gloria Ardaya. "Mujeres y democracia. En busca de una identidad en el sistema político" en Nueva Sociedad, no. 134,
Caracas, noviembre-diciembre, 1984.
32
Anna M. Fernández Poncela. "Participación social...", op. cit.
33
Idem.
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 149

En referencia al PAN, las mujeres entran en el CEN en 1978, dos son las que participan,
representando 6.3%, ya en 1990 su porcentaje llega a 17.9%, y será en 1994 cuando el mismo
se reduzca a 11 %.34

El PRD, de creación reciente, es el único que ha aumentado la presencia femenina en este


órgano, concretamente de 20% en 1990 a 23.8% en 1993 (Cuadro 3).35

Cuadro 3
Participación de mujeres en los órganos de los partidos políticos en México (%) 1994

CEN CPN CE MP
(Comité (Consejo (Comités (Militancia
Ejecutivo Político Estatales) Política
Nacional) Nacional) Total)
PAN 11 5 3 44
PRI 13 12 9 -
PHD 23.8 21 8 -

Fuente: Cuadro elaborado con base en la información proporcionada por Yolanda Rodríguez para el PRI, Gloria León
para el PAN y Lina Pérez para el PRD, 1994.

La presencia de mujeres en los principales órganos de los partidos políticos a nivel federal
es muy baja. De hecho, ha sido en los últimos años cuando se ha venido hablando con más
insistencia de esta cuestión. En 1993 el Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales (COFIPE), en su artículo 17 recogió una "recomendación" a los partidos políticos para
la postulación de mujeres en los cargos de elección popular,36 tras una campaña feminista que
buscaba la obligatoriedad de lo que finalmente quedó como sugerencia.

Ejercicio de puestos en los poderes del Estado

Respecto a su participación en el Congreso de la Unión, de los años 50 datan las primeras mujeres
diputadas (1952) y de la década de ios 60 (1964) las primeras senadoras. De esa fecha a la

34
Idem.
35
Idem.
36
IFE (Instituto Federal Electoral). Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, México, IFE,
1994a.
150 POLÍTICA Y CULTURA

actualidad ha habido un incremento relativamente progresivo de la presencia de las mujeres en


las cámaras.37

La media de participación de mujeres en el poder legislativo en la última legislatura (LV) se


situaba alrededor del 7%, mientras en la actual (LVI: 1994-1997) ronda el 13% de mujeres (Cua-
dro 4).38

En la XLII legislatura (1952-55), había una diputada que equivalía a 0.62% de mujeres en
la Cámara de Diputados, en la Lll legislatura (1979-82) se llegó a tener 46, y en la LIV (1988-91)
se batió el récord con 60 diputadas, que significaba 12% de presencia femenina en dicha
Cámara.39

Entre 1964 y 1970, se contó con la presencia de dos mujeres en el Senado, que significaba
3.12% de participación femenina en dicha Cámara; entre 1988 y 1991 llegaron a estar hasta 10
mujeres, que representaba 15.62%.40

Sin embargo, en la última legislatura (1991-1994), respecto de la penúltima (1988-1991),


ha tenido lugar un considerable retroceso en el Congreso de la Unión. Concretamente en la
Cámara de Diputados se pasó de 60 diputadas en 1988 a 42 en 1991, y en el Senado de 10 a 3
senadoras, en esas mismas fechas. Lo cual significa que se pasó de 12% de mujeres diputadas
a 8.4%, y de 15.62% de senadoras a 4.68%.41

Dicha situación parece haber sido remontada con los resultados de las últimas elecciones
(1994), que llevaron a 14.14% de mujeres diputadas a ésa Cámara, y 11.81% de senadoras, al
poder legislativo.42

Sin embargo, puede afirmarse que el ingreso numérico de mujeres en las Cámaras
federales mediante candidaturas de elección popular, que ha manifestado una tendencia creciente
en el último medio siglo, no es un proceso progresivo lineal, ininterrumpido o constante, sino que
es reversible y cuenta con retrocesos, aunque sean de carácter puntual.

37
Anna M. Fernández Poncela, "Participación social...", op. cit.
38
No se ha tomado en cuenta en estos datos al ejecutivo, para información sobre el mismo véase Anna M.
Fernández Poncela. "Participación social...", op. cit.
39
Idem.
40
Idem.
41
Idem.
42
Anna M. Fernández Poncela. "El reto de la política y la apuesta de las mujeres" en Este País. no. 46, México,
enero, 1995.
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 151

En general, en el poder ejecutivo y en altos cargos de la administración del estado, se ha


observado un aumento también en cuanto a la presencia y participación cuantitativa femenina.

En 1958, por ejemplo, fue nombrada la primera mujer Subsecretaría de Estado en la


Secretaría de Educación Pública, en 1970 la primera Oficial Mayor de la Secretaría de Relaciones
Exteriores, en 1981 la primera Secretaria de Estado en Turismo. En 1979 sería nombrada la
primera Gobernadora de un estado.43

Se calcula que en el último sexenio había unas 70 mujeres en cargos administrativos del
poder ejecutivo, que representan un 6% de participación femenina en este ámbito. Y a inicios de
1995 -según datos provisionales- había 5 mujeres en altos cargos del organigrama de la
administración pública que significa 5.6% de porcentaje femenino en este ámbito (Cuadro 4).

Tan sólo tres mujeres han sido titulares de Secretarías (Turismo, 1982; Pesca, 1989;
Contraloría General de la Federación, 1989), y 12 Subsecretarías -esto es, 15 mujeres en puestos
de alta responsabilidad en el poder ejecutivo-.44

En la actualidad son tres las mujeres presentes en el gabinete presidencial: Silvia Hernán-
dez como Secretaria de Turismo, Julia Carabias en Medio Ambiente y Norma Samaniego en la
Contraloría.

Cuadro 4
Participación de mujeres como servidoras públicas y cargos de
la administración en México

1984 1987 1989 1992 1995


No % No % No % No % No %
Ejecutivo 65 5.1 52 4.5 58 5.2 70 6 5 5.6*
Legislativo 49 10.9 48 10.3 67 12 40 7.3 85 12.97+
Judicial 16 7.3 27 9.5 24 10.5 36 12.4

Fuente: Cuadro elaborado con base en el Diccionario Biográfico del Gobierno Mexicano 1984,1987,1989,1992; las
listas de asistencia de la Cámara de Diputados y el Senado, diciembre de 1994+, y el Directorio provisional sobre el
ejecutivo del Centro de Documentación de la Crónica Presidencial, enero de 1995 * (contando la presencia femenina
en cargos destacados en las secretarías).

43
Anna M. Fernández Poncela, "Participación social...", op. cit.
44
Idem.
152 POLÍTICA Y CULTURA

Ha habido tres gobernadoras frente a 265 gobernadores. La primera en 1979, Griselda


Alvarez Ponce de León, en el Estado de Colima; en 1987, Beatriz Paredes Rangel en el Estado
de Tlaxcala; y finalmente, en 1991, la gobernadora de Yucatán: Dulce María Sauri.45

En cuanto al poder judicial, la primera magistrada del Tribunal Supremo de Justicia del
Distrito Federal fue nombrada en 1929, en 1942 la primera magistrada del Tribunal Supremo de
Justicia del Distrito y Territorios Federales, y la primera magistrada del Tribunal Fiscal de la
Federación. La primera ministra de la Suprema Corte data de 1961.

En el sexenio pasado había 32 mujeres de los 291 cargos en este poder, lo que significa
un 12.4% de representación femenina en el mismo.46

Hemos de tener en cuenta que la obtención del voto data de 1953, con la reforma al artículo
34 de la Constitución -si bien a nivel municipal fue anterior- Y que no sería hasta 1974 cuando
se garantizó mediante el artículo 4° Constitucional, la igualdad jurídica de la mujer.47

Por otra parte, más allá de la baja participación numérica de las mujeres en la política, están
los cargos y responsabilidades que asume cuando accede a este ámbito masculino por antono-
masia. Desde las tareas más administrativas y menos políticas, hasta los puestos de carácter más
asistencialistas y humanistas, en contraposición a los cargos donde realmente se tratan asuntos
políticos, considerados de importancia y donde se ostenta el poder. Sólo hay que repasar los
puestos que ocupan en los cargos de la administración pública o incluso cuando acceden al
gabinete. Y es que las mujeres que ingresan a cargos públicos, generalmente lo hacen en áreas
y puestos no directamente políticos, más bien de carácter técnico, administrativo o social.48

Participación electoral y orientación de voto

Como hemos visto en estas páginas, el acceso de las mujeres, su presencia y participación en la
política formal es reducida cuantitativamente -en cifras- y débil cualitativamente -lugares que
ocupa, actividades que realiza, y cargos que ostenta-

45
Idem.
46
Presidencia de la República. Diccionario Biográfico del Gobierno, México, FCE, 1993.
47
IFE (Instituto Federal Electoral). Constitución Política de ios Estados Unidos Mexicanos, México, IFE, 1994b.
48
Además de presentar un perfil social bien concreto perteneciente a estratos medios de la sociedad, con
estudios medios o superiores, casadas, entre 35 y 50 años, gran parte del DF y afiliadas muchas de ellas al sector
popular del partido oficial. Anna M. Fernández Poncela, "Participación social...", op. cit.
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 153

Nos centraremos aquí en el también adjudicado "conservadurismo político" de la población


femenina, a través del análisis de la participación electoral y de la orientación de voto.

Según los datos en las elecciones presidenciales federales mexicanas de 1988, ios hombres
votaron más que las mujeres, en un contexto general de elevado abstencionismo.49

Las encuestas preelectorales de 1994 también apuntaban esta tendencia. Según una
muestra consultada, los hombres pensaban votar en mayor número que las mujeres -89% ante
84%-. Por otro lado, la población masculina hablaba más sobre las elecciones que la femenina
-hablan a diario 30% de hombres frente 23% de mujeres- Pero además, los hombres creían más
que las mujeres en la limpieza electoral -25% de hombres ante el 22% de mujeres- y en el respeto
del voto -52% de hombres frente 20% de mujeres-.50 Lo que manifiesta además de la intención
menor de votar, un mayor distanciamiento, desinterés aparente y desconfianza evidente, hacia la
política por parte de las mujeres respecto de los hombres.

En estas mismas fechas, otra encuestra de similares características mostraba cómo el voto
era considerado más importante por los hombres que por las mujeres -69% ante 63.4%- y, al
contrario, era aprehendido como poco importante por más mujeres que hombres -10.8% ante
7.5%- (Cuadro 5).51

Cuadro 5
Consideración de la importancia del voto

Grado de Sexo
importancia Hombres Mujeres
Mucho 69.0 63.4
Regular 18.9 20.4
Poco 7.5 10.8
Nada 4.4 5.2
Fuente: Séptima encuesta nacional preelectoral. Gabinete de Estudios de Opinión, 1994 .

49
Morí de México. "Resultados de la encuesta que soportan el trabajo gráfico" en Excélsior, México, 12 agosto,
1984.
50
Idem.
51
Agradezco la información facilitada por el Gabinete de Estudios de Opinión. Séptima encuesta nacional
preelectoral, México, 1994.
154 POLÍTICA Y CULTURA

Es decir, nuevamente los hombres parecen más cercanos a la política formal, por lo menos
en cuanto a considerar la importancia del voto, según ios datos que nos proporcionan las
encuestas.

Esta misma muestra, y a la pregunta de con cuál tendencia política se consideraba


identificada la persona consultada, en general más hombres que mujeres se posicionaban de
izquierda 6.6% ante 3.6% de mujeres- y de centro -15% ante 11% de mujeres- mientras las
mujeres afirmaban considerarse de derecha en un leve porcentaje superior al de los hombres
-20.5% de mujeres frente a 19.3% de hombres- Por otra parte, los hombres se consideraban
más independientes en cuanto a tendencias políticas -11.2% ante 8.8% de mujeres-; mientras
más mujeres dijeron no tener ninguna tendencia o no saber -32.3% ante 30.1% de hombres y
23.8% frente a 17.8%, respectivamente- (Cuadro 6).

Cuadro 6
Tendencia política

Sexo
Tendencia Hombres Mujeres
Derecha 19.3 20.5
Centro 15.0 11.0
Izquierda 6.6 3.6
Independiente 11.2 8.8
No sabe 17.8 23.8
Fuente: Séptima encuesta nacional preelectoral. Gabinete de Estudios de Opinión. 1994.

Como vemos, el no sabe y no contesta es algo más alto entre las personas de sexo femenino
en la muestra, lo cual reitera -ahora ya no por la respuesta sino por su omisión-, el desinterés,
desconocimiento y distanciamiento del tema político institucional. Por otra parte, las mujeres que
sí opinaron, se manifestaron más hacia una tendencia de derecha.52

Las simpatías sobre partidos políticos concretos, aparecieron con resultados más o menos
similares en relación a lo que las personas pensaban votar -como veremos más adelante-. Hay
más mujeres que hombres que afirmaron su simpatía por el PRI -39.6% de la mujeres y 36.9%
de los hombres-, y más hombres que mujeres parecían sentirse más próximos al PAN y PRD

52
Se advierte de las posibles distorsiones de una pregunta de este tipo en un país con una cultura política y
una ciudadanía no muy desarrollada, y en donde derecha e izquierda no pueden ser adjudicadas tan fácilmente. Sobre
el tema se ha reflexionado en otro trabajo "El pez...", op. cit.
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 155

-24.2% de hombres y 21.1% de mujeres para el primero, y 12.3% de hombres y 7.6% de mujeres
para el segundo- (Cuadro 7).

Cuadro 7
Simpatía por los partidos políticos

Grado de Sexo
simpatía Hombres Mujeres
PAN 24.2 21.1
PRI 36.9 39.6
PRD 12.3 7.6
Otro 5.2 6.2
Ninguno 14.3 15.3
No sabe 7.1 10.2
Fuente: Séptima encuesta nacional preelectoral, Gabinete de Estudios de Opinión, 1994.

Más mujeres que hombres dijeron también que sus simpatías son para otra formación
política, que para ninguno o, nuevamente, que no saben. Esto es, la falta de identificación y
supuestamente de información es algo más alta entre la población femenina.

Concretando la orientación de voto, y según algunos datos extraídos de encuentas realiza-


das también con motivo de las últimas elecciones, más mujeres afirmaron que votarían por el PRI
-el 50% de las mujeres frente al 42% de los hombres-, y más hombres lo harían por el
PAN -22% de los hombres y 16% de las mujeres- y el PRD -10% de los hombres y 8% de las
mujeres-.53

Otras consultas sobre el mismo tema obtuvieron resultados similares y en el mismo sentido,
más mujeres pensaban votar por el PRI con motivo de la convocatoria electoral presidencial del
21 de agosto de 1994 -42% frente a 37.8% de hombres-y por otra parte, más hombres pensaban
votar por el PAN -26.1% frente 23.6% de mujeres-, y lo mismo sucede con el PRD -13.6% de
hombres ante 8.3% de mujeres- (Cuadro 8).

Varias muestras coinciden en que si se privilegia la variable sexo a la hora de la


distribución de intención de voto por partido político, el PRI acumula un mayor porcentaje del
voto femenino.

53
Belden & Russonello y Ciencia Aplicada. "Resumen de una encuesta sobre preferencias electorales en
México", Este País, México, no. 44, noviembre, 1994.
156 POLÍTICA Y CULTURA

Cuadro 8
Voto a los partidos políticos para presidente

Sexo
Partido Hombres Mujeres
PAN 26.1 23.6
PRI 37.8 42.0
PRD 13.6 8.3
Otro 4.2 6.1
Ninguno 3.9 4.1
No sabe 9.2 10.6
Voto secreto 5.3 5.2

Fuente: Séptima encuesta nacional preelectoral, Gabinete de Estudios de Opinión, 1994.

Y a la hora de establecer el por qué de la opción de voto, más mujeres lo justificaron "por
costumbre" -20.1% frente al 17.7% de hombres-, mientras eran más numerosos los hombres
que lo hacían "por el cambio" -14% ante al 8.5% de mujeres-; las mujeres eran las que respondían
más con el "no sabe" -3.2% frente 1.4% de hombres- (Cuadro 9).

Cuadro 9
Explicación del voto

Sexo
Razones Hombres Mujeres
Por costumbre 17.7 20.1
Tiene más apoyo 4.7 5.5
Propuestas 32.9 30.5
Cualidad candidato 24.9 26.8
Por el cambio 14.0 8.5
Por el no cambio 2.6 2.8
Beneficio personal 1.6 1.4
Otra 0.2 1.2
No sabe 1.4 3.2
Fuente: Séptima encuesta nacional preelectoral, Gabinete de Estudios de Opinión, 1994.

Esto es, se establece una correlación entre las mujeres que justifican su elección con base
en el continuismo y por lo tanto la reproducción del orden social establecido, por una parte, y por
COMPORTAMIENTO ELECTORAL Y ACCESO... 157

otra, la intención de voto masculino que apuesta más por una transformación y un cambio del
mismo a través de su opción político-electoral. Lo cual se plasma en la elección de determinadas
formaciones políticas: el PRI que es la reproducción del orden social establecido, y el PAN y PRD,
que significarían un cambio del sistema en sí, aunque en distintas direcciones y previsiblemente
más acentuado con el segundo.

¿Son conservadoras las mujeres?

Entre las características de las mujeres votantes se agrupa una serie de variables que, por otra
parte, suelen coincidir con las de sus homólogos masculinos en determinados sectores sociales:
menos nivel de ingresos y educación, más mayores y más rurales.54

Por lo tanto, puede pensarse que más que el elemento sexo, influye una serie de factores,
que son los causantes reales de la decantación de voto. Sin embargo, y aunque por razones
metodológicas -anteriormente expuestas-, no exista un conocimiento absoluto y riguroso sobre
las variables que pudieran influenciar más o menos en la elección del partido al cual se va a votar,
insistimos en la importancia de la diferencia existente entre mujeres y hombres -variable sexo-
Si bien, esta opción de voto calificado de conservador no es homogénea para la población
femenina, porque las mujeres son diferentes entre sí-factores como los sociales, el generacional,
el nivel cultural, la religión, vivir en el campo o la ciudad, pueden influir- Pero, además, en el caso
concreto de la población femenina -como hemos visto para otros países- la profesión o el trabajo
remunerado fuera de la casa es crucial en cuanto a su interés por la política como en su selección
de voto para una fuerza política determinada.

Y reiteramos nuevamente, no interesarse por la política formal o institucional -electoral en


algunos casos-, abstenerse más que los hombres, tener simpatías políticas y comportamiento
electoral aparentemente conservador, no significa ni mucho menos que no se participe en la
política. En todo caso, esta valoración y actitud, muestra el alejamiento de la población femenina
del sistema político institucional, porque ahí están los movimientos sociales y las organizaciones
populares, desmintiendo el estereotipo de pasividad femenina. Las mujeres son agentes sociales
activos que se mueven tal vez en otros espacios y se interesan quizás por otras cuestiones, nunca
víctimas pasivas de la adversidad del destino como cierta bibliografía se ha encargado de difundir
de forma confusa y errónea.

54
Belden & Russonello y Ciencia Aplicada. "Resumen...", op. cit. Covarrubias y Asociados. "Razones del voto"
en Voz y Voto no. 21, México, noviembre. 1994. Leo Lauro y Zuckermann. Cámara Nacional de la Industria de Ra-
dio y Televisión en Mercado, "La encuesta a la salida de las casillas. Un vencedor más del 21 de agosto" en Nexos,
no. 201, México, septiembre, 1994.
158 POLÍTICA Y CULTURA

Hasta aquí se ha repasado y analizado la presencia y participación política de las mujeres


-acceso a cargos en la élite política y comportamiento electoral-. El siguiente paso sería, con
base en los datos y la información examinada, reflexionar en torno al supuesto "conservadurismo
político" de las mujeres -desinterés, abstencionismo, conformismo-, y discutirlo, reinterpretando
conceptos y posibles significados, profundizando y ampliando las explicaciones, desentrañando
causas, consecuencias y relaciones. ¿Qué es ser conservadora?, ¿son conservadoras las
mujeres? o ¿es conservadora la política? Pero todo ello es tema suficientemente importante y
extenso como para la elaboración de otro artículo al respecto.55

55
En relación con este tema en concreto que es un reto académico y una realidad social no sólo interesante
sino importante, se ha reflexionado en otro lugar: "El pez...", op. cit.

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