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Las sensaciones dolorosas que presenta una persona al tener algún dolor
fantasma en alguna de sus extremidades suelen ocurrir por amputaciones o
perdida parcial de estos. Generalmente se suele hablar de una combinación entre
disminución de temperatura y flujo sanguíneo para explicar este hecho; la
persona asocia su recuerdo de tener su extremidad “presente” ya sea porque las
terminaciones nerviosas de la extremidad aún están presentes (entregar la
información al cerebro haciéndole creer que no se ha perdido), o por la reducción
de contracciones en el musculo influyendo en la intensidad del dolor1.
Para hablar de una hipótesis a este tema tenemos que introducir un nuevo
concepto: sistema somatosensorial. Este sistema se presenta en la totalidad del
cuerpo, a diferencia de otras funciones biológicas del cuerpo ante un órgano
específico. La función de este es “informar de las diferentes cualidades de los
contactos que se dan en nuestro cuerpo y el entorno”. Una respuesta a este
problema sería una relación entre una estructura afectada por el sistema
somatosensorial y una experiencia del dolor de la persona en su pasado. Se han
postulado diversas teorías a lo largo de los años, dada la compleja naturaleza de
este fenómeno, en las que se intenta explicar este origen tanto en el sistema
somatosensorial o bien en el sistema nervioso periférico. También se aborda la
situación en la que sea un origen en ambos sistemas.
Una de las teorías que mejor puede explicar este fenómeno se basa en la idea de
la reorganización cortical y neuroplasticidad (por ejemplo cuando el cerebro de
un adulto se reorganiza afectando a la percepción visual adaptándose y así
cambiando como resultado de dicha experiencia), la cual plantea que las áreas
que representan la zona amputada son invadidas por áreas adyacentes tanto en la
parte somatosensorial como en la corteza motora, encargada pues, del control y
ejecución de los movimientos voluntarios.
Existen estudios que han demostrado que la estimulación táctil repetida del
muñón provoca un aumento de la intensidad del dolor del miembro fantasma.
Algunos expertos en el tema piensan que tanto las alteraciones a nivel del sistema
nervioso central como del periférico son necesarias para el desarrollo de este
síndrome, debido a que muchos eventos no se podrían explicar sin considerar
ambas hipótesis.
Bibliografía