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ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA MEDICINA LEGAL EN EL PERÚ

En el Imperio de los Incas, similar a la función Médico Legal la ejercían los Hampicamayoc,
quienes determinaban la mayoría de edad en los jóvenes a fin de que pudieran casarse, ir al
ejército y adquirir el derecho a tener una tierra que cultivar. Ellos, también determinaban la
pureza e integridad de las futuras Vírgenes del Sol.

Desde la época colonial, se conocen de documentos, tales como por ejemplo el registro del Acta
de Exhumación del cadáver del Marques y Conquistador del Perú, Don Francisco Pizarro,
realizada en la Ciudad de los Reyes en 1544.

En la naciente República del Perú, por el año de 1839, los Reconocimientos Médico Legales
eran realizados por los llamados Médicos de Policía de acuerdo al Reglamento de Policía de
ese entonces. En los lugares donde no había Médico de Policía, los médicos Titulares
informaban a la Autoridad Judicial sobre los dictámenes, los reconocimientos y autopsias que
fueran necesarias.

En el siglo XIX, las autopsias médico legales se realizaban en los mortuorios de los
hospitales de la Sociedad de Beneficencia Pública, y posteriormente en los Anfiteatros de
Anatomía de las Facultades de Medicina, como la de San Fernando.

El 12 de diciembre de 1918, se promulga la Ley 2949, que en su Art. Único dice: “Los Médicos
de Policía se denominarán en lo sucesivo MEDICOS LEGISTAS y estarán adscritos a los
Juzgados de Crimen de sus respectivas Jurisdicciones como FUNCIONARIOS JUDICIALES.

En 1947 se aprueba el Reglamento General de Morgues y en 1956 mediante Decreto Supremo


se señala en funcionamiento de las Oficinas Médico Legales, como el que funcionó en el
Palacio de Justicia.

En el año de 1985 mediante Ley Nº 24128 se Crea el Instituto de Medicina Legal del Perú
“Leonidas Avendaño Ureta”, como Organismo Público Descentralizado del Sector justicia.

En el año de 1992, mediante Decreto Ley Nº 25993 es transferido al Ministerio Público.


Donde actualmente se encuentra el Instituto de Medicina Legal como órgano de apoyo al
trabajo fiscal.

EL INSTITUTO DE MEDICINA LEGAL EN LA ACTUALIDAD


El Instituto de Medicina Legal, actualmente es la única Institución Médica encargada de la
Investigación Científico Forense en nuestro País, sin embargo desde que dejó de ser
“ORGANISMO PÚBLICO DESCENTRALIZADO DEL SECTOR JUSTICIA”, al pasar
transferido al Ministerio Público, no solo pierde su autonomía, sino que también los
profesionales médicos de “FUNCIONARIOS JUDICIALES” pasaron a ser solo parte del
personal administrativo del Ministerio Público, desconociéndose la Ley del Médico Legista y la
Ley de creación del Instituto de Medicina Legal.

Actualmente en el Ministerio Público, estamos siendo considerados como “Instituto de


Medicina Legal y Ciencias Forenses”, una denominación que señala un cambio de paradigma,
sin embargo esto no se ha formalizado conforme a Ley, es decir la Ley de Creación del IML
debió ser cambiada por otra Ley y no solo por una Resolución de Fiscalía de la Nación
aprobando el Reglamento de Organización y Funciones del Ministerio Público.
LA MEDICINA LEGAL Y LA JUSTICIA SOCIAL
La Medicina Legal, es una especialidad médica que reúne los conocimientos de la
medicina y sus ciencias auxiliares para aplicarlos en la investigación, interpretación y
desenvolvimiento de la justicia social.  

La Medicina Legal es la Garantía Científica de la Neutralidad y de la Imparcialidad cuando se


requiere de un Peritaje, en los procesos judiciales.

La Medicina Legal es considerada la Especialidad de las Especialidades, por su compleja


naturaleza, que requiere no sólo el dominio de varias especialidades dentro del campo médico
sino también el dominio de las denominadas Ciencias Forenses.

Se debe entender, que la “verdad pericial”, consiste en la certeza técnica y científica


fundada en los principios esenciales de las ciencias periciales, manifestada en un dictamen,
explicando la realidad sometida a su estudio.

Toda mejora en el Instituto de Medicina Legal, y en su personal, se verán reflejadas en nuestra


misión de servir a la población que sufre violencia y requiere de una prueba pericial científica
inmediata sin retraso, para que se imparta justicia. La población dice: “justicia que tarda no
es justicia”.

Un servicio que no se brinde con calidad ni en el momento en que se necesita, puede contribuir
a la impunidad, y a cerrar las puertas a la libertad y a la justicia.

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