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Shemá Israel es una de las principales y más sagradas plegarias de la religión judía.
Contemplada a partir de Deuteronomio 6:4, esta oración contiene uno de los fundamentos más
relevantes del judaísmo como lo es el monoteísmo: “Escucha Israel, Jehovah nuestro Dios,
Jehovah uno es”. No obstante, el Antiguo Testamento nos revela que el pueblo israelita en
diferentes periodos de su historia, tuvo una inclinación a los cultos idolátricos, a pesar de la
progresiva en la cultura y religión judía. Esta es solo una de las aristas de lo que llamamos el
problema del monoteísmo hebraico, que para su análisis requiere de un método; como lo resalta
Paul Tillich (1982), el principio de racionalidad metodológica implica que la teología como todo
conocimiento científico de la realidad siga un método, es decir, un instrumento que debe adecuarse
obra del destacado historiador y teólogo español Maximiliano García Cordero, para posteriormente
presentar dos formas de acercarnos al análisis de dicho problema, a partir de un método distinto:
Como lo subraya García (1970) el monoteismo hebraico constituye uno de los grandes
misterios de la historia de las religiones (p. 197). Si este pueblo tiene un origen nómada y una
cultura difícilmente auténtica frente a las antiguas civilizaciones politesístas que lo rodearon, es
necesario preguntarnos ¿Cómo los hebreos llegaron a la creencia de un Dios único? Y sobre todo
politeista de santuarios locales, y aunque tenia una relación con un Dios personal al cual obedecía,
esto no impedía reconocer otras divinidades como la de Elyon, venerada por Melkisedec, rey de
teocrática en torno a la divinidad de Yahveh, Moisés trata de vincular la divinidad del desierto a
la antigua creencia de los patriarcas, sin embargo, la religión de esta época es henoteísta, dado que
otros dioses para otros pueblos (García, 1970, p. 199). “solo puede hablarse de monoteísmo en
sentido embrionario, todavía muy lejos de la formulación neta de los tiempos de los profetas”
sentimiento nacionalista que tiene implicaciones reigiosas, un orgullo nacional por el Dios Yahvé
que les ha permitio conquistar todo el territorio de los cananeos y les ha permitido incluso dominar
zonas de Transjordania, manifestando un poder superior a los dioses vecinos de Moab, de Ammón,
Los profetas presentan a Yahvé no sólo como Dios de Israel, sino que le imprimen un
caracter universal con atributos similares a las divinidades cananeas, hasta que se formula según
4) Exilio y Post Exilio. En el exilio surgen diversas corrrientes para reinterpretar el pasado
religioso de Israel, aquí los escribas tienen un papel preponderante en tratar de preservar la fe judia
a caracterizar por el “nomismo”, “el mito de la ley frente al espiritualismo ético de los tiempos
Frente a este esquema evolucionista, es necesario preguntarnos por el significado que tuvo
para los hebreos el monoteísmo en cado uno de estos momentos históricos, y no simplemente
quedarnos con el análisis teológico de la unicidad de Dios a partir del texto veterotestamentario.
Como lo asegura Hasel (1991), la distinción entre lo que un texto significó y lo que un texto
significa está en el centro del problema más fundamental de la Teología del Antiguo Testamento,
porque “Qué significó” no es simplemente descubrir el significado del texto bíblico dentro de su
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propio contexto bíblico-canónico; es reconstrucción histórica hecha con los principios del método
Ahora, nos aproximaremos a un análisis del problema del monotesismo hebraico desde la
orilla del “Qué significó” a partir de dos métodos teológicos disímiles entre sí: El método de
El Método de Correlación
Para Tillich (1982) la teología usa el método de correlación, el cual “explica los contenidos
respuestas teológicas” (p. 86). Al utilizar el método de correlación, la teología sistemática procede
de la siguiente manera: realiza un análisis de la situación humana del que surgen las cuestiones
existenciales, y demuestra luego que los símbolos utilizados en el mensaje cristianos son las
Marc Donzé considera que hablar de correlación es sobre todo hablar de un proceso teológico
donde se ubican en relación recíproca (y no simétrica), el ser humano y Dios (Torres, 2011). La
correlación se fundamenta en la participación del ser alienado del hombre en el ser en sí, Dios.
Dios, presente en todo eso que es y existe, permite trascender los polos finito e infinito y
fundar la unidad de todo; el hombre, por esa falta que hay en él (alienación), es pregunta de
Cuando el término correlación se usa en teología, su significado puede tener tres aplicaciones
lo que ellos simbolizan. 2) Una correlación en el sentido lógico entre los conceptos que designan
lo humano y los que designan lo divino. Y 3) Una correlación en el sentido fáctico entre la
preocupación última del hombre y aquello por lo que se preocupa últimamente (Tillich, p. 87).
experiencia religiosa.
Esta tercera acepción de correlación ha tenido la crítica de grandes teólogos como Karl Barth,
debido a que consideran un riesgo que cualquier clase de correlación divino-humana haga a Dios
parcialmente dependiente del hombre, sin embargo, Tillich (1982), considera que aunque Dios en
su naturaleza no depende del hombre, “en su auto manifestación al hombre depende de la manera
Un análisis del problema del monoteísmo hebraico a partir del método de correlación implica
“monoteísmo moral” que menciona García (1970), dado que esta concepción implica no sólo la
creencia en un Dios único, sino que éste además es justo, punitivo y misericordioso, lo cual, va a
ser determinante en la relación divino-humana: por un lado, Dios puede castigar la infidelidad de
su pueblo elegido, pero por otro, permanece fiel a las promesas dadas a sus padres.
El Método Diacrónico
El método diacrónico para la Teología del Antiguo Testamento está ligado a la investigación
fue el destacado teólogo alemán Gerhard von Rad, que en su Teología del Antiguo Testamento
busca “recontar” el kerygma o confesión del texto veterotestamentario a partir del método
Von Rad introduce su teología de las tradiciones haciendo un bosquejo de la historia del
Yahvismo y las instituciones sagradas de Israel tal como lo determina el método Histórico-Crítico,
sin embargo, asegura que, mientras este tipo de investigación histórica va en busca de un mínimo
asegurado por la crítica, la imagen kerygmática busca un máximo teológico que debe ser
reconocida por el teólogo, dado que Israel con sus testimonios tiene una profundidad de la
experiencia histórica, a la cual, la investigación histórica-crítica no puede llegar (Hasel, 1991, pág.
72).
De esta forma, el autor alemán introduce la fe del pueblo de Israel como nueva categoría en
el estudio del Antiguo Testamento, esta fe se vive en la historia y hace parte de un cuadro
confeisonal-kerigmático que es más relevante que el núcleo histórico que le dio origen o la
experiencia original a partir de la cual se desarrolló la tradición. Por esta razón, el teólogo no debe
preocuparse tanto por el mundo religioso y cultural de Israel, ni su constitución espiritual o mundo
de fe, sino que debe centrarse en todo aquello de lo que el mismo Israel expresó de su Dios, el
Para Von Rad (1993) el problema del monotesísmo en el antiguo Israel está en relación con
el primer mandamiento, dado que dicha creencia fue un conocimiento que el pueblo no hubiera
podido adquirir, sin la extensa disciplina del primer precepto (p. 270). Si bien, para este autor
El monoteísmo en cuanto tal, no fue jamás un asunto al que Israel dedicó un interés
particular; nunca fue su patrón y medida como lo había sido el primer mandamiento. Se trata,
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pues, de un proceso cognoscitivo, del que Israel no tuvo plena conciencia (Von Rad, 1993,
p. 271).
Conclusión
Para el análisis del problema del monoteísmo hebraico, nos resulta más útil el método de
correlación expuesto por Paul Tillich, dado que nos permite contemplar las implicaciones del
método es preciso ser aplicado en nuestro contexto eclesial unicitario (IPUC), ya que la concepción
del Dios único que tenemos, no puede reducirse a una abstracción sino que debe afectar nuestra
vida cristiana.
Referencias
García, M. (1977). La Biblia y el Legado del Antiguo Oriente. Biblioteca de Autores Cristianos.
Hasel, G. F. (1991). Teología del Antiguo Testamento. 4a Edición. Compañía Editorial William
B. Eermans.
Ediciones Sigueme.
Von Rad, G. (1993). Teología del Antiguo Testamento I. 7a Edición. Ediciones Sigueme.