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La contemplación estética de lo feo

Dustin Muñoz

En este libro, el autor inicia explicando que es la estética y la contemplación. Aclara


que la estética como disciplina filosófica abarca aspectos que sobrepasan las
aspiraciones del arte. Reflexiona en cuanto a la apariencia de las obras, en cuanto a
su estructura como generadora valoraciones, trata la vinculación artista-obra o
espectador-obra.

La estética se ocupa de toda relación del sujeto con el objeto, otorgando


supremacía a las apariencias sensibles, sean estas naturales, artificiales o
artísticas. La estética es más extensa que la filosofía del arte, su radio de acción
tiene mayor alcance.

El autor explica la importancia de identificar el rol de contemplación de la


experiencia estética, así como establecer la diferencia entre mirar y ver, observar y
contemplar.

Para Dustin los conceptos claves son observar y contemplar, explica que el
observar es un proceso analítico, que describe como interés. En ese sentido, el
contemplar es una actitud de intención complementaria.

Dustin explica que cuando se observan los objetos más allá de la apariencia,
pensando en la utilidad y la razón interviene se está lejos de una mirada estética.

En la obra de arte, la estética reconoce una relación sensible de lo artístico que está
vinculado a componentes subjetivos. De manera que la estética, como disciplina,
analiza las obras, su aceptación o rechazo, y examina su creación, como objetos de
apariencias potencialmente generadoras de valoración. Es una disciplina filosófica y
como tal se auxilia de todas las áreas que de alguna manera tocan su objeto.

En ese orden, la apariencia de los objetos naturales, artificiales y artísticos, así


como los juicios los valores, los sentimientos y las reacciones que esos provocan el
sujeto, constituyen contenidos de la estética y temas de su reflexión.

El autor reflexiona sobre la estética como disciplina ya que aborda la belleza y el


arte, no en su aspecto técnico, sino en el aspecto correspondiente a sus imágenes,
como generadora de espectador, como generadora de experiencias valorativas, en
el sentido de que la obra de arte es al mismo tiempo artefacto y objeto estético.

Dustin explica que la belleza no es consustancial al proceso de estudio estético. La


belleza es ciertamente una categoría estética pero existen otras. Entre el ámbito
valorativo un conjunto de conceptos con matices que se distancian del campo de la
belleza, y se acerca más claramente a otras categorías valorativas, como la fealdad.

En este sentido , el autor explica que la realidad estética de lo feo debe ser vista y
analizada en el marco de un conjunto de predicados de juicios que guardan relación
con las características de atributos como grotesco, sublime, terrible, siniestro,
horrendo repugnante y aterrador.

La categoría de lo feo puede abarcar esos predicados en la fealdad formal que


demanda una pintura. En estos casos se pueden señalar también matices
categorías categoriales que producen sensaciones intensas como angustia, temor,
pánico, pasmo, ansiedad.

Al autor señala que en la época contemporánea era de fácil aceptación el hecho de


que el arte pudiera ser feo, sublime, horroroso, incluso en algunos concursos y
exposiciones se presentaban objetos asquerosos y desconcertantes como piezas
artísticas.

Al tratar la contemplación de lo bello el autor explica que primero se debe hacer


algunas precisiones. Destaca que la condición humana no es nada solamente
contemplar lo que es bello sino más bien lo inhabitual, es decir lo extraño. En ese
sentido, lo bello y lo feo resulta ser algo así como lo extremos opuestos de lo que es
común, siendo la sociedad quien con toma esos valores como resultado de su
extrañeza y debido a la curiosidad que genera el novedoso.

Por tanto como experiencia en si resulta minorista, aunque constantemente se


expresen juicios poderosos de esos predicados estéticos.

Al tratar el tema de la contemplación de lo feo, Dustin explica que desde la Grecia


antigua se ha tratado la idea de lo feo en la creación artística, plantea que
Aristóteles y la poética expresa que hay seres cuyo aspecto real produce molestia,
pero la imagen bien ejecutada de estos agrada, atribuyéndosele, la ejecución de un
valor transformador, que hace que animales repugnantes logren en la obra un
efecto distinto al que produce en su condición natural.

Basándose en las contemplaciones de Aristóteles Dustin explica que lo feo es una


categoría estética que aunque poco tratada en la estética tradicional clásica, e
incluso obviada o disminuida por estetas de hoy y de otros tiempos, pues espacio
propio y no existe sólo como claro de la belleza.

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