Está en la página 1de 4

 LEIDY YARPAS

 MIGUEL ANGEL CHAMORRO

 JUAN CRUZ

Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo
sostenible

Los océanos son el punto en el que se unen el planeta, las personas y la prosperidad, y en eso consiste el
desarrollo sostenible: en que todos nosotros, como accionistas de la empresa que es la Tierra, reconozcamos
la responsabilidad que tenemos para con el planeta, las personas y los océanos, que son su fuerza vital, y
actuemos en consecuencia.

Elizabeth Thompson, Co-coordinadora Ejecutiva de la Conferencia Río+20, en el Día Mundial de los Océanos
en Río+20, 16 de junio de 2012.

Ahora que la Asamblea General de las Naciones Unidas está examinando las recomendaciones del Grupo de
Trabajo Abierto sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es esencial que el Objetivo 14, relativo a
los océanos, los mares y los recursos marinos, siga teniendo un lugar fundamental en la agenda para el
desarrollo después de 2015.

Los océanos como elemento fundamental para cada uno de los tres pilares del desarrollo sostenible

Los océanos son la característica más prominente del planeta, ya que cubren casi tres cuartas partes de la
Tierra, y son esenciales para la supervivencia planetaria. Del mismo modo que una persona no puede vivir sin
un corazón y unos pulmones sanos, la Tierra no puede sobrevivir sin unos océanos y mares saludables. Los
mares son el sistema respiratorio de la Tierra: generan oxígeno para la vida y absorben dióxido de carbono y
desechos; funcionan como sistema de almacenamiento y absorben un 30% del dióxido de carbono del mundo,
mientras que el fitoplancton marino genera el 50% del oxígeno necesario para la supervivencia. Los océanos
regulan el clima y la temperatura y hacen que el planeta sea habitable para formas de vida diversas.

Los océanos y los mares son cruciales para el bienestar económico nacional y mundial. Se calcula que la
actividad económica global de los océanos oscila entre 3 y 6 billones de dólares de los Estados Unidos, y
contribuye a la economía mundial de muchas formas significativas, como las siguientes:

        • El 90% del comercio mundial utiliza el transporte marítimo.

        • Los cables submarinos transportan el 95% de todas las telecomunicaciones mundiales.

        • La pesca y la acuicultura proporcionan a 4.300 millones de personas más del 15% del consumo anual de
proteína de origen animal.

        • Más del 30% del petróleo y el gas que se producen en el mundo se extraen en el mar.
        • El turismo costero es el mayor segmento de mercado de la economía mundial y representa el 5% del
producto interno bruto (PIB) mundial y entre el 6% y el 7% del empleo mundial.

        • La ampliación de los conocimientos sobre la biodiversidad marina ha brindado adelantos muy
importantes en sectores como los productos farmacéuticos, la producción alimentaria y la acuicultura.

        • 13 de las 20 megalópolis del mundo son costeras.

        • Las mareas, las olas, las corrientes y la energía eólica marina son fuentes de energía emergentes con
grandes posibilidades de contribuir a la obtención de energía con bajas emisiones de carbono en muchos países
costeros.

Los océanos y los mares son esenciales para el bienestar social. Más del 40% de la población mundial, 3.100
millones de personas, vive a menos de 100 kilómetros del océano o del mar en unas 150 naciones costeras e
insulares. Independientemente de que un país tenga litoral o no, todos los países están conectados directamente
con los océanos y los mares por ríos, lagos y arroyos. Los países han dado una gran importancia a los
beneficios que ofrecen los océanos y los mares, que representan más del 60% del producto nacional bruto
(PNB) mundial. La actividad económica costera, en particular, es la fuerza vital de las naciones costeras e
insulares.

Mediante actividades como la pesca sostenible, la producción de energías renovables, el ecoturismo y los fletes
“ecológicos”, los países han podido aumentar las tasas de empleo y el buen saneamiento, reduciendo al mismo
tiempo la pobreza, la malnutrición y la contaminación. Las economías basadas en los océanos brindan más
oportunidades para el empoderamiento y el empleo de las mujeres, que componen la mayor parte de la fuerza
de trabajo en las actividades secundarias de la pesca y la acuicultura marinas. El aumento del empleo de las
mujeres ha dado una mayor vitalidad económica a las comunidades pequeñas y aisladas y ha mejorado la
condición de la mujer en los países en desarrollo.

Al mismo tiempo, las poblaciones costeras e insulares están entre las más vulnerables a los efectos del cambio
climático. Los océanos, los mares y las zonas costeras sufren con mayor frecuencia e intensidad fenómenos
climáticos extremos como los huracanes, ciclones y tifones más fuertes, y están sometidos a la acidificación de
los océanos, el aumento del nivel del mar y las fluctuaciones de la circulación y la salinidad oceánicas. Estos
cambios se sentirán no solo en la costa sino también en el interior, debido a la influencia generalizada de las
corrientes oceánicas sobre los sistemas meteorológicos. Se calcula que para 2050 habrá de 50 a 200 millones
de desplazados en todo el mundo por los efectos negativos del cambio climático, lo que pondrá en peligro la
seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la estabilidad social, no solo en las naciones insulares y
costeras sino en todos los países que asistan a las poblaciones desplazadas. Es necesario seguir mejorando la
mitigación y la adaptación para dar un mayor apoyo a la preparación para emergencias y la respuesta a los
desastres, así como los sistemas de alerta temprana, las observaciones y la planificación y ordenación de zonas
costeras.

Los océanos y los mares en la agenda para el desarrollo después de 2015

En el documento final de Río+20, “El futuro que queremos”, se insistió en que los océanos y los mares eran un
elemento fundamental. Sin embargo, dado que los océanos y los mares apenas habían figurado en los Objetivos
de Desarrollo del Milenio (ODM), cuando comenzó la labor del grupo de trabajo abierto en 2013, hubo que
emprender una amplia movilización de los Estados Miembros y la sociedad civil para articular la importancia
crucial de los océanos para el desarrollo sostenible. Algunos consideraban que los océanos y los mares eran una
cuestión principalmente ambiental y no tenían plena consciencia de su importancia económica y social. A
partir del verano de 2013, los Estados Miembros, encabezados por los pequeños Estados insulares en desarrollo
del Pacífico y Timor-Leste, con el apoyo de la sociedad civil, incluido el Foro Mundial sobre los Océanos,
realizaron un gran esfuerzo por expresar la necesidad de un objetivo relacionado con los océanos para la
supervivencia del planeta y el bienestar económico y social a nivel mundial y nacional. Las numerosas
oportunidades para la participación que brindaron a la sociedad civil los copresidentes del grupo de trabajo
abierto de las Naciones Unidas, que dirigieron un proceso verdaderamente abierto, contribuyeron a la
aprobación del Objetivo 14, que recibió el apoyo de muchas y muy diversas naciones: desarrolladas y en
desarrollo, costeras y del interior, islas pequeñas y naciones continentales.

El Objetivo 14, “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el
desarrollo sostenible”, con sus siete metas y tres disposiciones sobre los medios de implementación, plantea un
importantísimo conjunto de cuestiones sobre los océanos y los mares. El propio objetivo, sus metas y sus
medios de implementación refuerzan y recalcan de nuevo la importancia y la urgencia de las obligaciones
internacionales en vigor sobre los océanos y los mares dimanantes de la Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2002,
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20) de 2012 y la Convención de las
Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que entró en vigor en 1994.

Cabe destacar en particular la meta 14.7, que insta a “de aquí a 2030, aumentar los beneficios económicos que
los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados obtienen del uso sostenible de los
recursos marinos, en particular mediante la gestión sostenible de la pesca, la acuicultura y el turismo”. Hace
mucho tiempo que debería haberse prestado esta atención especial a aumentar los beneficios para los pequeños
Estados insulares en desarrollo y los países menos adelantados; con ello cambiará profundamente la
consideración de las decisiones sobre la ordenación de los océanos y se pondrán de relieve sus repercusiones
económicas y sociales.

Si bien podría haber “reformulaciones” de poca importancia para mejorar algunas de las disposiciones del
Objetivo 14, considero que el conjunto es bastante bueno y la Asamblea General de las Naciones Unidas
podría aprobarlo, en líneas generales, en su forma actual. Un elemento importante que podría añadirse, si
procede, sería una disposición para fortalecer la gobernanza de los océanos, por ejemplo, reforzar los procesos
de adopción de decisiones sobre los océanos y las costas, entre otras cosas promulgando leyes sobre los
océanos y las costas y creando más capacidad.

Hay también otros Objetivos de Desarrollo Sostenible que están relacionados con el Objetivo 14 sobre los
océanos y los mares y pueden utilizarse para ayudar a alcanzarlo, como por ejemplo los Objetivos propuestos 1
(pobreza), 2 (seguridad alimentaria), 6 (agua y saneamiento), 7 (energía), 8 (crecimiento económico), 9
(infraestructuras), 10 (reducción de la desigualdad), 11 (ciudades y asentamientos humanos), 12 (consumo y
producción sostenibles), 13 (cambio climático), 15 (biodiversidad) y 17 (medios de implementación y
alianzas). Este era exactamente el objetivo de la propuesta del grupo de trabajo abierto, tal como se señala en la
introducción del documento: estos objetivos “constituyen un conjunto integrado e indivisible de prioridades
mundiales para el desarrollo sostenible (…). Las metas y los objetivos integran los aspectos económicos,
sociales y ambientales y reconocen los vínculos que existen entre ellos para lograr el desarrollo sostenible en
todas sus dimensiones”1.

Las negociaciones intergubernamentales sobre la agenda para el desarrollo después de 2015 continuarán hasta
agosto de 2015, momento en que podrían realizarse revisiones y modificaciones de la propuesta. La aprobación
de este conjunto de objetivos, metas y medios de aplicación mundiales, que influirán profundamente en el
rumbo futuro de todos los asuntos relacionados con el desarrollo sostenible, tendrá lugar en septiembre de 2015
en la Cumbre de las Naciones Unidas dedicada a la agenda para el desarrollo después de 2015. Por tanto, es
importante que los Estados Miembros y la sociedad civil sigan manifestando su apoyo a los Objetivos de
Desarrollo Sostenible, en particular al Objetivo 14 sobre los océanos y los mares, y que comiencen a planificar
su aplicación.

También podría gustarte