Parásito coccidio típico relacionado con Plasmodium. Corresponde
a un parásito intracelular encontrado en una amplia variedad de animales, como aves y el ser humano. El reservorio esencial es el gato doméstico común y otros felinos.
Fisiología y estructura. El microrganismo se desarrolla en las células intestinales del gato que termina por ser eliminado con las heces del animal y madura en el medio ambiente para transformarse en quiste infeccioso al cabo de 3 o 4 días. A partir del ovoquiste se desarrollan las formas infecciosas o trofozoítos: Taquizoítos: Cuerpos semilunares delgados que se multiplican con rapidez y son responsables de la infección inicial y daño tisular. Bradizoítos: Formas más cortas y de crecimiento lento que producen quistes en las infecciones crónicas.
Epidemiología. Los individuos inmunodeprimidos tienen mayor riesgo de presentar manifestaciones graves. El ser humano se infecta a partir de dos fuentes: 1. Consumo de carne mal preparada de animales hospedadores intermediarios 2. Ingesta de ovoquistes infecciosos procedentes de heces de gatos contaminadas. La infección transplacentaria es posible durante el embarazo teniendo consecuencias devastadoras para el feto.
Enfermedades clínicas. La mayoría de las infecciones por T. Gondii son benignas y asintomáticas, y los síntomas aparecen cuando los parásitos pasan de la sangre a los tejidos, donde se convierten en formas intracelulares, ocasionando destrucción celular. Puede afectar a distintos tejidos, pero tiene un tropismo particular por pulmón, corazón, órganos linfoides y SNC, incluido el ojo. La enfermedad aguda presenta: Escalofríos Fiebre Cefalea Mialgias Linfadenitis Astenia La enfermedad crónica presenta: Linfadenitis Exantema Indicios de hepatitis Encefalomielitis Miocarditis La infección congénita tiene distintas manifestaciones, dependiendo del momento de exposición: Durante primer trimestre: Aborto espontáneo Parto de feto muerto Enfermedad grave Después de primer trimestre, manifestaciones en lactancia: Epilepsia Encefalitis Microcefalia Calcificaciones intracraneales Hidrocefalia Retraso psicomotor o mental Coriorretinitis Ceguera Anemia Ictericia Exantema Neumonía Diarrea Hipotermia En los individuos inmunodeprimidos se cree que las manifestaciones están causadas por una reactivación del parásito, lo que ocasiona síntomas de índole neurológico.
Diagnóstico de laboratorio. Se necesitan pruebas serológicas para diagnosticar una infección aguda activa y diferenciarla de una infección crónica o asintomática previa. La valoración inicial corresponde a la detección de anticuerpos IgG frente a T. gondii. La toxoplasmosis en pacientes con tumores maligno, trasplantes o SIDA se considera por reactivación. Para alcanzar un diagnóstico definitivo en estos casos es necesario utilizar técnicas microscópicas, serológicas y moleculares. Cuando no existen pruebas serológicas de infección aguda, el diagnóstico solo se podrá confirmar mediante la detección histológica del microorganismo en los tejidos. La identificación de trofozoítos y quistes de Toxoplasma en los tejidos y líquidos corporales representa el método diagnóstico definitivo
Tratamiento, prevención y control. Depende de la naturaleza del proceso infeccioso y de la inmunocompetencia del hospedador. Las infecciones semejantes a mononucleosis en hospedadores sanos se resuelven espontáneamente. Por el contrario, es necesario tratar la infección diseminada o del SNC en individuos inmunodeprimidos, para ello se utiliza un régimen de pirimetamina y sulfadiazina a dosis altas que continua con un periodo indefinido a dosis menores. Se deben realizar pruebas rutinarias de detección en pacientes que serán sometidos a trasplante. Las mujeres embarazadas y los inmunodeprimidos deben evitar el contacto con heces de gatos y evitar el consumo y/o manipulación de carnes crudas.