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EDUCACIÓN SIN ESCUELA ¿ES POSIBLE?

Adelaida Campo Zambrano, es una motivada y brillante alumna de siete años que
vive con sus primos mayores y sus abuelos en una casa de tablas, en la vereda los
peñones de la zona rural del Municipio de Arenal.

“adeina” como cariñosamente le dicen los de la comunidad, asiste a una pequeña


escuela, con aproximadamente 32 estudiantes divididos entre dos aulas donde se
imparten varios grados de forma mixta. Actualmente y debido a la pandemia, les ha
tocado recibir clases por parte de un profesor empírico que tienen dentro de la
vereda, ya que el acceso a la comunicación es deficiente, no tienen computadores,
ni guías para seguir formándolos y no hay docentes de planta que cubran esta zona.

En casa, Adelaida y sus primos tienen pocas cosas que sirvan como divertimento:
sólo unos libros sobre naturales y español, y juguetes fabricados con retazos de
sabanas viejas y madera con tapas de gaseosas. A diferencia de otras familias, ellos
al llegar las 5:00 de la tarde se encierran en sus casas para que los mosquitos
producidos por los charcos de agua que los rodean, no los acosen y así evitar
cualquier tipo de enfermedades.

A veces, Adelaida acompaña a su abuelo a la iglesia evangélica que queda a 1 hora


de su casa, siempre van en caballo o rara vez caminando (cuando Libardo (caballo)
está enfermo).

Los abuelos de Adelaida, quienes tiene edades entre 70 y 80 años, dicen que su
educación fue obstruida por la falta de oportunidades en su generación. Hoy, ellos
ven muchos cambios en el país y en el Municipio, como las personas y entidades
colaboran para el desarrollo de la sociedad y así brindar a los niños y niñas un mejor
comienzo en la vida.

Por su parte, la pequeña Adelaida concluye: “la vida sin la escuela, sería realmente
mala".

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