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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ GALLO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS,


ADMINISTRATIVAS Y CONTABLES

ESCUELA PROFESIONAL DE ECONOMÍA

“Estrategias Basadas en Incentivos, Impuestos y Subsidios: Pigou, Coase”

ESTUDIANTES:

Mendoza Gil, Lety Vanessa

Rojas Medina, Carlos Fernando

Villalobos Reque, Leyly Maritza

ASIGNATURA:

Economía Ambiental

DOCENTE:

Mendoza Pescorán Virginia

CICLO ACADÉMICO:

2020-II

Lambayeque, 23 de febrero de 2021


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Contenido
INTRODUCCIÓN ...........................................................................................................3

Incentivos ........................................................................................................................4

Impuestos Piguviano........................................................................................................6

Impuestos piguviano en el Perú ....................................................................................7

Subsidios ....................................................................................................................... 10

REFERENCIAS ............................................................................................................ 12
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INTRODUCCIÓN

Durante el transcurso de los tiempos el debate sobre incentivos, impuestos y/o

subsidios hacía una determinada actividad Económica específica siempre ha generado

controversias y el primer paso para optar por la decisión más apropiada es conocer la

definición de cada una de estas, así como sus respectivas repercusiones en la Economía lo que

generaría a un mejor entendimiento sobre cuando y como aplicarlas en la realidad.

Para determinar el uso de estas estrategias económicas hemos dividido el presente

trabajo en tres partes, iniciando con la definición, su repercusión en la economía y un caso

práctico de cada estrategia

De esta forma, se hace una investigación a leer el contenido de la presente

investigación con el fin de adquirir mayor información acerca de las estrategias utilizadas en

los gobiernos que se evidencia actualmente en el Perú, afectando de forma positiva o negativa

dichos sectores de la Economía.


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Incentivos

Los enfoques utilizados durante las últimas décadas para enfrentar el problema

ambiental han sido dos. El primero plantea la fijación de ciertos estándares ambientales y el

control de su cumplimiento, donde el gobierno actúa como ente regulador. En la práctica

implica la fijación de niveles máximos de contaminación, la prohibición de ciertos procesos

productivos y la imposición de otros, la determinación de estándares de uso de energía o la

regulación de la explotación de ciertos recursos para garantizar su conservación. Levinson y

Shetty (1992) sostienen que este enfoque no suele considerar los costos en que deben incurrir

los agentes productivos para cumplir con los estándares fijados por el gobierno. Sin embargo,

la legislación de la mayoría de los países ha privilegiado este enfoque.

El segundo enfoque plantea el empleo de incentivos económicos. La idea central es

obligar a los contaminadores a internalizar los costos de cada unidad adicional de polución

que produzcan (Levinson y Shetty 1992). Para ello se recurre a mecanismos como el cobro de

impuestos por unidad de comportamiento indeseado y el establecimiento de los derechos de

propiedad de los recursos ambientales, de forma tal que se genere un mercado donde se

determine el precio los recursos ambientales, aire o agua limpios de contaminantes (Barre,

Bower, Kuhner y Russel 1981).

Los instrumentos económicos utilizados con fines ambientales pueden ser de dos

tipos: los que afectan a los costos de los bienes cuyo proceso productivo genera

contaminación, y los que emplean restricciones a las cantidades de emisión. Del primer tipo

son los impuestos por unidad de contaminación producida, mientras que del segundo tipo son

los denominados permisos transables.


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Los impuestos por unidad de contaminación producida son la forma más común del

primer tipo de mecanismo. Suponiendo condiciones óptimas, cada agente debe pagar un

impuesto equivalente al costo social marginal que causa su actividad (impuesto pigouviano).

Dos variantes de este tipo de mecanismo dirigido a afectar precios son los depósitos

temporales retornables y el establecimiento de responsabilidades en el caso de perjuicios

ambientales. El primer sistema consiste en que el potencial agente contaminante pague un

depósito al momento de comprar un bien o pedir una licencia para empezar un proceso

productivo. El depósito se devuelve al agente cuando éste demuestra que no ha contaminado.

Por ejemplo, si se quiere estimular que los consumidores reciclen los envases de aluminio de

las gaseosas en lata, se incluye en el precio de venta del producto un pago extra (depósito) que

se devuelve a la persona al momento de retornar el envase. Este sistema es útil cuando es

difícil para las autoridades probar que alguien está excediendo los límites permitidos de

contaminación, y en cambio es muy simple para los agentes probar que no lo están haciendo.

El sistema hace que el costo de probar que se está actuando legalmente recaiga sobre el agente

y no sobre el gobierno (Levinson y Shetty 1992).

El establecimiento de responsabilidades legales hace que el contaminador deba reducir

sus niveles de contaminación si quiere evitar que las partes perjudicadas lo demanden por

daños y perjuicios. De esta manera, este sistema permite internalizar el costo de contaminar.

Sin embargo, para que el procedimiento sea efectivo se requiere un sistema legal eficiente; de

lo contrario, los posibles beneficios del mecanismo se reducen notablemente. Además, como

en este sistema se compensa directamente al afectado, se genera un comportamiento

ineficiente, debido a que se induce a este último a no protegerse de la contaminación.


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Los permisos transables de contaminación son el instrumento económico alternativo a

los que afectan a los precios. Consisten en establecer como objetivo un cierto nivel de

polución y, de acuerdo a ese nivel objetivo, emitir una cantidad de permisos para contaminar.

La idea es generar un mercado en el cual se transen esos permisos, a un precio determinado

por oferta y demanda. Cada empresa que emite contaminantes debe adquirir los permisos para

poder operar; en tanto esos permisos le cuestan, la empresa se ve forzada a internalizar el

costo que genera su contaminación y se ve por tanto estimulada a reducir ésta, para no tener

que adquirir tantos permisos o para poder vender los que tiene. Este sistema es tan eficiente,

en términos de costos para la sociedad, como el que afecta a precios, pero es preferible en

tanto es el mercado el que determina el costo marginal de evitar la contaminación para un

nivel objetivo de polución; en el caso de los impuestos, es el gobierno el que tiene que fijar el

valor del impuesto (Alberto & Andrés).

Impuestos Piguviano

Por el simple hecho de que los impuestos pigouvianos produzcan beneficios que

compensen los costos no los hace fáciles de vender políticamente. Al igual que otros cambios

en la política pública, un impuesto pigouviano produce ganadores y perdedores. Y es una

práctica común de la política que los eventuales perdedores hacen más presión para bloquear

los cambios que los posibles ganadores para su adopción.

En teoría, usar los impuestos pigovianos para corregir lo que los economistas llaman

"fallas del mercado" es simple. Pero en la práctica, no es así. El problema es cómo medirlo. El

propio Pigou declaró que "tengo que confesar, sin embargo, que rara vez sabemos lo

suficiente para decidir en qué campos y en qué medida el Estado, a causa de las diferencias

entre los costos públicos y privados, podría interferir con la elección individual"). Pigou
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señala que la suposición de que el gobierno puede determinar el costo social marginal de una

externalidad negativa y convertir esa cantidad en un valor monetario es una debilidad clave en

el marco del impuesto pigouviano.

También hay influencia política en el impuesto, de tal manera que las decisiones

políticas reales a menudo provienen de necesidades presupuestarias y no de preocupación por

los costos sociales. Los impuestos no siempre cumplen con la teoría económica porque los

beneficios sociales y los costos son difíciles de medir.

El impuesto pigouviano da cabida a malas prácticas como la comercialización,

manipulación y corrupción, especialmente si crean grandes diferencias en los precios de los

productos, que son populares y si la demanda del producto aumenta a pesar del aumento de la

producción.

Por lo tanto, es una medida útil, pero tiene que ser tomada con precaución. De todos

modos, Pigou logró su objetivo de ponerle un valor a las externalidades y como dice The

Economist “les entregó a los economistas un problema y una solución, elegante en teoría,

pero difícil en la práctica. La política y la formulación de políticas son más difíciles que las

elucubraciones de pizarra de los teóricos. Sin embargo, estaba seguro de que el esfuerzo valía

la pena. La economía, dijo, era un instrumento "para mejorar la vida humana”.

Impuestos piguviano en el Perú

En este contexto, el pasado 1 de agosto entró vigencia el impuesto al consumo de

bolsas de plástico, que forma parte de la ley que regula el plástico de un solo uso. Es
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innegable que el uso del plástico genera efectos adversos en el medio ambiente desde riesgos

a la salud hasta afectaciones a sectores económicos como la pesca. La interrogante que surge

es si el precio de mercado puede reflejar el valor de la contaminación. Y la respuesta es que

no (más aún si en los supermercados se expenden gratuitamente, lo cual incentiva un

sobreconsumo). Las bolsas plásticas generan un costo a terceros que no forman parte de la

transacción, a ello en Economía se le conoce como externalidad negativa (el sistema de

precios privados no considera todos los costos sociales, es decir, un individuo utiliza un

recurso sin compensar al resto de la sociedad por los efectos de su decisión. Por tanto, se

produce una cantidad mayor a lo socialmente deseado).

Al generarse un daño entre gran cantidad de personas y de manera intergeneracional,

es necesaria la intervención del Estado mediante un impuesto que internalice los costos

sociales asociados a dicho daño. Dicho impuesto es conocido como “impuesto Pigouviano”

(en los sistemas tributarios es el Impuesto Selectivo al Consumo) y cuya magnitud debe ser el

costo asociado a la externalidad tal que la oferta privada se contraiga hasta que se cruce con la

demanda en el punto en el cual esta se intersecta con la oferta social. La norma establece que

se gravará con S/.0.10 (en adición al valor de la bolsa) por cada unidad que el cliente adquiera

para cargar bienes vendidos por los establecimientos comerciales o de servicios

contribuyentes del IGV.

Asimismo, el impuesto se incrementará anualmente de acuerdo con el siguiente

cronograma: S/ 0.20 en el 2020; S/ 0.30 en el 2021; S/ 0.40 en el 2022 y S/ 0.50 desde el

2023. Dicho monto (que no forma parte de la base gravable del IGV) deberá estar consignado

en el comprobante de pago y declarado a la Sunat de forma mensual. Cabe destacar que las

bodegas, panaderías u establecimientos que están bajo el Régimen Único Simplificado (RUS)
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estarán exoneradas de dicho tributo. En adición, las bolsas destinadas a los alimentos a granel

o de origen animal, las que por razones de limpieza sean necesarias usar y las biodegradables

no estarán afectas al ISC.

La evidencia internacional parece apoyar esta medida. Por ejemplo, Tatiana Homonoff

(2018), profesora de la Universidad de Princeton encontró que en Estados Unidos un

impuesto de $ 0.05 sobre el uso de bolsas desechables disminuye la demanda en 40%,

mientras que un bono de $ 0.05 por el uso de bolsas reutilizables no genera mayor efecto. En

Irlanda, en menos de cuatro años, el uso de bolsas de plástico disminuyó en un 90% tras la

implementación de un impuesto del 20% sobre las compras realizadas con bolsas plásticas. A

nivel latinoamericano, destaca el caso de Colombia que desde el 2017 empezó a cobrar 20

pesos por bolsa, con lo cual según cifras del Ministerio del Ambiente, se ha logrado reducir el

uso de bolsas un 30%.

A pesar de que las experiencias internacionales son positivas, el impacto del impuesto

en el Perú podría ser limitado. En primer lugar, las compras a los productores de bolsas

plásticas no están afectas al ISC y sumado a la alta informalidad en el Perú, el impuesto será

letra muerta en gran parte de comercios. Adicionalmente, los establecimientos sujetos a dicha

medida pertenecen al denominado “canal moderno” (supermercado, tiendas de conveniencia,

mayoristas) y según Arellano Consultoría, solo el 15% de las ventas se hacen por dicho canal

frente a un 73% que se realiza en el “canal tradicional” (bodegas, mercados).

Sin duda, reducir el uso de bolsas de plástico es un tema complejo y considero que

este es un buen primer paso, pero es insuficiente para impulsar una cultura ecoamigable

debido a que la medida solo se centra en la entrega de bolsas cuando el verdadero problema

va más allá. Y es que construir una cultura ecológica es un desafío adaptativo en donde la
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solución requiere de aprendizaje y no solamente depende de la autoridad, sino de todos

nosotros. La única manera de afrontarlo es entender que cada uno tiene algo que aportar, y en

donde es necesario modificar costumbres, creencias, hábitos y valores para poder afrontar las

pérdidas que se generen. Será necesario hacer cambios estructurales en la educación para

movilizar y sensibilizar a la sociedad en busca de un cambio.

Subsidios

Los subsidios muy a parte de las diferentes definiciones que podemos encontrar se

define como un excedente y /o ayuda económica que se obtiene para satisfacer necesidades.

Partiendo de lo anterior la teoría económica nos plantea que la implementación de

subsidios en una economía ocasiona un incremento en el consumo de bienes o servicios; pero

en el caso de que a un bien se le asigna como subsidiado y este produce externalidades

negativas como la contaminación, seguirá en aumento la cantidad consumida a costa de la

externalidad negativa.

Nivel óptimo de contaminación

Enfoque de Pigou:

El agente contaminante debe verse obligado a pagar un impuesto por la actividad

económica productiva referido en la idea de quien contamina paga (el Polluter Pays Principle;

Field, 1995); esto ocasionaría que el agente contaminante busque maximizar los beneficios

privados netos, llegando a la conclusión de que el impuesto asignado al lograr un óptimo

social se considera un impuesto óptimo.


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Enfoque de Couse

Se propone un acuerdo entre el agente contaminante y el agente afectado, delimitados

por condiciones y de esta manera evitar algún tipo de intervención.

Es así como en el propósito de alcanzar el nivel óptimo de contaminación surge:

La fijación de normas ambientales

La fijación de subsidios para reducir la contaminación

La emisión de permisos de contaminación


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REFERENCIAS

Alberto, P., & Andrés, M. (s.f.). Incentivos económicos y protección ambiental. Obtenido de

Incentivos económicos y protección ambiental:

http://www.grade.org.pe/upload/publicaciones/archivo/download/pubs/NPD/NPD11-2.pdf

El comercio 2019. ¿Era necesarias las bolsas plásticas?

http://blogs.gestion.pe/te-lo-cuento-facil/2019/08/era-necesario-un-impuesto-a-las-bolsas-

plasticas.html

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